viernes, 1 de abril de 2016

Versiòn Preliminar de un dìa Viernes






Hoy es viernes.

Es un dìa como otros en que tambièn desciendo
de la sangre. De la axila y de los cocodrilos.
Un dìa plagado de aceitunas como el interior de
una manzana o el cabello seco de la anciana que en
este instante se arroja a travès del vidrio.

Viernes de hitos preliminares que danzan sobre la
hierba. De refriegas y moluzcos en la conciencia de
una astilla que luce sus enigmas.

Viernes en el rostro virreynal del hambre sobre
un lecho, donde un hombre alimenta manantiales
con cartas y alimenta tambièn heridas con peces.

Todos parecen lenguajes de un sol, mediterraneo 
y colonial como un gitano. Todos deberìan ser la casa
que llega del vino con una brisa boreal de selvas,
amamantadas por las flores de un nicho o la pieza de
objetos a la caida del atardecer cuando el crepusculo 
por un instante roza la noche.

Un dìa viernes de circunvalaciones.
De hollìn en los oidos y alcantarillas. De linternas
que han despertado temprano pero se confunden
entre la luz al no hallar oscuridad que iluminar.
Quizà esa luz sea una especie de sombra, pero tal
linterna no lo sabe. Nosotros mucho menos.

Es viernes en esta pelicula cargada de cobre.
En este rito de zinc vulnerado por las azoteas. 
En la locura de la lucidez cuando descalza,
inunda los satèlites anhelando superficies.
En la tos de los minerales que cubren sus satelites.
En la grasa seca que recrea el himen en una sabana
de tigres. En los vasos donde dialogan hasta el
amanecer las fresas en los rostros de convictos.

Viernes en las dociles fracciones del tejido de araña.
En los cobertizos de hiel al pie de las reliquias.
En las tramas de los aniversarios con puntas de leche.
En una casa de hojas donde sueñan las iguanas.
En un ardiente flor bañada de aceitunas y pliegues.
En una cadaver con alientos de seda recibiendo un beso
de cada duna del infinito.

En el infinito.

Y tambièn en este.






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