miércoles, 31 de mayo de 2017

Los Jaguares en una Mesa






Yo sè que tiene las caracterìsticas de una aleta.
Que habla siempre en relaciòn a las causas y los
efectos.
Alternativamente en ocasiones como el parpadeo
de todo aquello que es intermitente.

-yo sè tanto como tambièn tanto no sè-

Que su espìritu proviene de la experiencia
 -durante siglos- 
del oceano en el vientre de una araña.

Que sus inviernos fueron dictados por las dudas
de los jaguares en una mesa
devorando el contenido -igual que las termitas-
de la madera.

Esos jaguares lanzandose contra los arboles sentados
en las sillas que rodean una mesa.

-jaguares con mucha identidad; eso es sostenido
por los veleros-

-los veleros son inmensos objetos que no tienen 
nada que ver por lo general en los asuntos de la madera,
siempre y cuando no se encuentre navegando en
el oceano-

Esos jaguares recordando -sin embargo- las palabras
de los niños porque de alguna manera son el zigzagueo 
de toda arqueologìa. El màs puro zoològico.

Yo sè que tiene las caracterìsticas de una aleta.
De un nosocomio.
Que duerme y se organiza en memoria de los cisnes.
Que abraza los cuellos donde el hielo ha colocado un
arpòn a la manera de un neumàtico.

Allì -sin embargo- los gritos son eternos.

Provienen del caucho del cual estàn hechos los 
neumàticos.

Provienen de la màs oscura voluntad en ellos
que al hielo se lo reprochan.




Las Manadas de Tomates





El lienzo ata una estela.
El lienzo doblado por la intensidad o la presiòn de 
un espejo.
El mundo protocinico que se digiere.
El asunto higienico del papel en los baños.
El silencio -yo presumo- esquizofrenico de todo el
universo para reconocerlo.
Su dequeismo de aceite.

El espejo consagrado a inmensas geometrìas.
El espejo rasgado sòlo por los dientes en dìas
de una primavera velada por solsticios.

Por inercias.
Por incendios y horarios de carne inundados de prismas.
Llevando asociaciones proanimales
o liquenes en sus dedos.
El verano de las orbitas si es que intentan inmortalizarse.

Y el ritual en la mente.
El silencio del peine lleno de esquimales en las paredes.
En las gotas de piel dibujadas por una quimera.
Toda quimera es dramàtica, con algo de parentezo 
e idilio. Con algo de lustrabotas. Sumamente
perezosa.

El mundo que ciñe metabolismos.
Que se dirige a las particulas con graves tautologìas
y numismàticas en los paisajes del pelo
con un corazòn que aùn se arquea
o un bolido que toca la pelota en el interior de
un cine mordiendo una galleta
en la boca.

!Oh¡ las particulas de harina que caen encerradas
entre la saliva.

!Oh el ser que sigue mordiendo¡
Sobredimensionando uno y otro preludio.
Distorsionando todo el universo donde las esquinas se
mueven. Sondeando en las membranas 
con una mirada de cisne.

!Oh los seres que sigue mordiendo¡

Desfigurando inutiles relieves desde aquello
que sus espìritus denominan conciencia.

Entre variopintas y multicolores manadas de tomates.






El Farol Sobre el Agua Paralelamente




Algunos dìas la puerta està abierta y colocamos
un hueso sobre el angulo que forma el hierro de la
misma con el espacio.

- debemos pensar que hay puertas que no son
necesariamente de hierro-

Allì esperamos alguna hiena, algùn perro.

Los segundos crean simulacros.
-hoy a las 10 de la mañana hay uno en Lima por 
ejemplo-
Las primeras llegan aqui, escapando de los leones.
Creo que debemos decir que las hienas 
tambièn llegan huyendo de sus propias manadas.
Toda manada es una jaula.

El farol està sobre el agua paralelamente. 
Ilumina el oxigeno en el interior de ella.
No conocemos muy bien la finalidad de ello.
Està allì, eso es todo.

La razòn camina irracional al borde de un cuchillo.
Tal razòn y el cuchillo podrìan ser una proporciòn.
El estilo de alguien que tira finalmente una
toalla en la arena.

La arena construye palacios con seres industriales
en sus escamas.

La arena vuelve de la cientificidad con una especie
de paisaje en las encìas formado por el humo.

-su pulso depende mucho del humor de esos seres
que autotitulanse por la noche suicidas-

-nadie los ha llamado asi-

Algunos dìas la puerta està abierta.
El sol es subliminal, demasiado simbòlico para
orinar en los postes de las calles.
No dirèmos que es diabòlico; eso es un exceso.

Y la angustia pertenece al petroleo que asciende
desde las alcantarillas de una forma magnifica
y farmaceutica.

Claro, asi pensarìan aquellos que estàn locos.

No sè si tanto o màs que yo.











martes, 30 de mayo de 2017

Nomades Ideales







Hasta cierto punto creo reconocer un poema.
-cada uno de sus silabas recuerdnn margenes de
hidrògeno-
Tal poema posiblemente sea de arcilla.
De dramas curvandose entre oceanos geomètricos.

En cierta medida busco los abrevaderos.
El desarrollo genetico-cultural de sus atomos.
Sus metamorfosis siempre con una paràbola 
gris.

Y aunque una paràbola no es siempre un cuerpo,
su origen se halla entre kilometros, diagnosticos
y simulacros. Todos son propios de la naturaleza
y el azufre.

Horizontes de granizo con carbones.
Circunferencias de bicarbonato en un devenir de
mitones. De pàjaros inmateriales en un corredor lleno
de buitres. De un monopolio que veo razonar bajo
el azul intentando ser luminoso.

Menguantes de lodo en una camisa.
-la parte matinal de sus abecedarios es rosada-
Menguantes de idolatrìa atravesados pro la arena
con nomades ideales.

Forajidos de niebla devorando capitales que
el musgo concentra en sus ojos.

-hasta cierto punto porque los puentes se
convertiràn en parapentes por ello-

Luego las palabras volveràn a una abstracciòn.
Luego las palabras seràn incubadas en el infinito por
un soplo.






El Movimiento de una Manzana






La tierra con volteretas de fotosintesis
debajo de un àrbol. En el ùnico verdor que las raices
conservan.

La inquisiciòn con bulla y artropodos.

La metròpoli del sueño con sus dientes amarillos
por la noche al lado de un portatropas.

El astro con alfileres en los circuitos de
la espuma. La espuma casi poelastica a pesar
de una moneda.

El universo azul de las ballenas y algun estereotipo
surcando un hombro.

Ese mismo hombro que llega a una redada.

Ese no saber en un peaje. En una placa tectònica
donde los sismos entrenan.

La tierra con veterinarios pero lamentablemente
de acido. El amanecer donde caminan los musgos.
El idioma de un herviboro. Los teoremas de
esos reyes.

La tierra con guitarras.

La flauta del pelicano que podemos ver sòlo
desde lejos.

La oscuridad de la humedad, pero còmo poder 
verla.

El silencio siempre fusiforme, el lado de
una herida. Supongo que tarde o temprano
llegaran al reflejo.

-millones de reflejos a diario desvaneciendose
en la realidad-

Pero yo deseo una realidad nada màs que 
de omoplatos. Un atlas en una cola donde la capacidad 
del ser para tomar autobuses se versatiliza.

En lo particular, dudo de esa versatilidad.

-dudo ectramadamente de esa versatilidad-

Porque entre sus movimientos siempre aparece
una manzana.








La Medialuna y los Rubros






Era una medialuna.
Era un conjunto de semidioses en un rubro.
De ambos se dice como si existiera una luz o un escritorio.
Una plaza o un recodo.
Un destello o el pleamar de un movimiento en el lago.
En el lago se estelarizan las cosas, llegan o no
a un record.
En un lago se muerden los palcos para finalmente
dejar noticieros o caracoles.
Voces o espirales.
Indicios de un vortice probablemente cardinal.

Era una medialuna con ambar.
Un sufijo despuès de los continentes.
Un fragmento de axilas lexicogràficas. Era una raìz.
Un diafragma en su conjuntivitis.
Un dìa con esplenomegalia.
Uno alimentado por gelatina o costras.
Comiendo sobrenaturalmente de sus mocos.
-es la ùnica manera de comer un moco-
Era una medialuna que no tenìa imaginaciòn.
Intuitiva como los metatarsos.
Lenguaje de mineral o pus en una piel de sed o mariposa.
Lenguaje basado en algunos pronosticos.
En las calles cuando representan cosas prematuras.
Es por ello que llevamos los objetos a los
cines.
Es por esa razòn que se da representatividad a 
una palabra.
A los ojos de un esquimal.
Al suicidio de una serpiente en las visceras de un brocal.
En los intestinos de un hueso.

Era una medialuna. 
No comprendì sus dìas hasta que fuì intoxicado.
No entendì ninguno de sus escrupulos hasta que baje de
los altares a sus semidioses.

Semidioses que viraban 
y desesperadamente viraban en sus rubros.





lunes, 29 de mayo de 2017

El Conocimiento de la Leña




Algùn dìa tambièn viviràs entre la realidad.

Para ese dìa no habràn pàjaros ni cometas 
que escriban de los poliedros, tamboco perspectivas
ni bengalas que enumeren cascos de saliva
en la mente.

Las sumas y restas ya no seràn edificios.
Las consonantes practicamente seràn motivadas
por cuantificadores.

La coherencia agitarà verosìmiles tallos sobre los
parpadeos con una sortija de sangre.

En los musculos del oxigeno ya no se sorprenderàn
los veleros.

Yo me demorarè en llegar al silencio.
Yo me demoraè un poco màs cuando tenga que definir
un reflejo.

Verè tandas de ojeras en los periodicos.
Universos demacrados en el silice hablaràn sobre 
las cenizas que vuelven a ser tocadas por el 
fuego.

Se desprenderàn xilografìas de los sueños.
Desde las crestas de los gallos el universo volverà a 
arrojar sus dados.

Igual que dios.

Algùn dìa tambièn viviràs entre la realidad.
Tomaràs el humo y los zapatos.
Te alimentaràs de ese humo quieraslo o no.
Ascenderàs con tu espìritu a cada filo de las bocinas
en las calles. 
Sobre todo en las esquinas.

Esquinas que son siempre el lugar mas semiòtico
para aprender de los colores en los semàforos
o el uso linguistico de una galleta.

Eso -claro està- es un eufemismo.

Sirve para nombrar a las iguanas.

Cuando adquieren el conocimiento de la
leña.





Historia Matinal





Una historia matinal como aquellas que rozan un bosque
en secreto.
Un enigma semejante a las flautas que yerran en el
interior de una manzana.
En ese interior hay temporadas de sodio.

Tambièn de magnesio.
Un poco a la manera del oceano cuando llega a
las alcantarillas, donde pentagramas e intermitencias que
pertenecen a las ciudades se procesan.

-dicen que a favor de un desarrollo, de una postmodernidad-

Pero una historia matinal como aquellas que rozan un bosque
es lo que hay en este sueño.
Una con enigmas semejantes a las flautas que yerran
en el espìritu de una manzana.
Allì donde las temporadas pueden ser de sodio o de magnesio.

Eso en relaciòn a la imagen que dejan las estrellas en 
las estelas de la lluvia.

Eso en relaciòn al rostro que tartamudea.

Y se alimenta de pàjaros.

Igual que un elefante por la noche.








domingo, 28 de mayo de 2017

Version Naranja de la Realidad





Escuchando las palabras de un homònimo
llegue a un aliento.

El dìa era de vapor y filas de escarabajos.
Menguantes de humo eran devorados por los
civiles pero aùn asi se perfilaban como
nomades o cachorros.

-¿porquè se perfilaban de esa forma los 
menguantes?-

Corrientes de aire pactaban con edificios 
y escoltas.

Corredores de alfiles en una azotea.

Entre constituciones de acido migraban 
las lenguas.

Muros de agua tomando la sed de los
cabellos. Ademàs habìan orbitas donde se
escribìa de ello con otra sintesis.

- quizà esa sintesis sea sòlo otra barbarie-

El sudor de los templos parecìa un impacto.
Los reflejos de la bulla o la imaginaciòn recogìan
moluzcos de los cuellos de sus cadetes.
De aquello tan  solar donde la fantasìa era 
alimentada por un enigma.

Oyendo encontrè una llegada.
Un acto de un ser en las boinas.
-escarapelàndose siempre-
Una cita escatologica con un tallo donde algùn
demonio se reproducìa.

Vertigos naranjas en una versiòn de fiordos
limando en sus costillas las heridas dejadas por
los peces.

Por alguna cronica de legañas.

Por los solsticios que siempre son cocinados
a base de relieves.

Quimeras llenas de articulos neutros en sus
nucas. El plural de la naturaleza en cada 
desesperaciòn que intenta objetivar la tarde 
y para ello se acerca a un caño.

A una cerilla.

A una superficie de astillas.

Donde una perspectiva incendia neumpaticos
entre las tradciones.







sábado, 27 de mayo de 2017

El Peso Atòmico de la Luna





Toda palabra.
Toda si es que recicla.
Si devela un mundo lleno de reencarnaciones.
Si es gimnastica.
Si es logistica y se disciplina entre
manantiales metàlicos.
Si se apura cuando en un monòlogo
el diàlogo està basado en los travesaños.
Si llega al encantamiento en la silueta de los 
lobos.

-llegar al encantamiento en el fondo es lo mismo
que llegar a los acantilados-

Si puede ser alojada por ùn verbo.
Por alguna naturaleza de gripe 
y escalofrìo. Tales palabras si desde
su demagogìa muestran fielmente todo lo 
redundantes o sobrenaturales que llegan a ser.

En ello no son diferentes de una logia o un
limòn con un pedazo de madera.
Y en esa madera el acento relacionado con el 
follaje. Con un efigie en los mentones.
Toda polabra cuando sea maritima o 
mediterranea.
Tan sòlo arqueologica como las respuestas
de los niños.

Toda sìlaba en ella que suele ser metòdica.
Sistemàtica y boreal como un murcielago.
Todo eslabòn -no puede ser una bandada ni 
un racimo- de hienas en ella. 

Semàntica y llena de pàjaros como los hemisferios.
Como los granizos. Como toda o tal ceremonia en un eco
donde la tendencia a la percusiòn deriva de un
fractal. De una pared que quimeriza
u observa en los enjambres del objeto cultivado
por la racionalidad.
Por el peso atòmico de la luna.
Por el vapor o la electricidad en el estro.

En los cascos.
En la elegìa que torna hacia un sargazo o se deforma.
En el viento donde un universo oprime su veneno
en un tiempo programado para el origen
nada màs del sodio.

Toda si llega con su xilografìa a un espejo.
A una calle con epistemes amarillas que hablan de 
las propulsiones. De los prototipos allà muy al final de
una alameda de caracoles.

-en un tiempo tambièn habitada por cigarras-

De caminantes que se confunden entre los platanos.
De seminarios donde el ùnico objetivo de la existencia
es determinar el uso de las tautologìas
en la vida transparente de los veterinarios.
Vida casi cristalina.

No sè si semejante a la experiencia de un ritual.

De un relieve de zinc.

Donde se escribe entre otras cosas del peso atòmico
de la luna.







La Herencia de los Sabuesos





Hasta donde sè, se encuentran los equilibrios.
-sostienen -por ejemplo- todo lo que habito sobre
la tierra-
Hasta donde sè el violìn contiene alguna sexualidad 
y ello no siempre es debido a una aguja.
-¿serà por ello hermafrodito?-
Tambièn estàn los trompos y la manera de contar las
historias.
Los dijes una mañana en que las cosas no pertenecen
al azar. 
El libro donde escriben los morteros.

La llegada a la piel.
El encuentro con la cabra y el estro, El sentido.
La interpretaciòn. La ojera del magnesio un dia que
subitamente lleva cronicas de calcio entre sus huesos.
Las reeencarnaciones con lupas de hidrògeno en un peine.
La ciudad -cualquier ciudad- que atravieso a diario
con impresiones domèsticas de un estertor.
Todas estas ciudades son sedentarias.
Gracias a dios no cae sobre ellas
un verano.

Hasta donde sè -como ya dije - esos equilibrios.
Las perpendiculares donde se camina.
Los hexagonos en los cuales a veces se sueña.
Los precursores de las citaras mordiendo los dientes de
la boca que besan. Los precursores de los lagos donde un
inquilino de goma se suma a la mistica con un molino
y dada que la presentaciòn del misterio se 
encuentra en sus ojos, hasta donde sè
ello es ancestral, tanto como 
milenario.

Y de noche si pones tus ojos en el punto màs lejano
del universo.

Llegaràs a la conclusiòn de que ello proviene de los 
sabuesos.








viernes, 26 de mayo de 2017

Encuentro con el Poema






Ayer encontrè un poema. 
Umbilical y aùn amarillo por la luz de la tarde,
el poema reflexionaba.

Miraba el horizonte ademàs.
Poseìa extrañas disciplinas con las cuales sostenìa
la llegada a una cùpula y su alimentaciòn a base
de carbones. A pesar que sòlo la segunda de 
aquellas dos cosas era un hecho, ese poema sostenìa.

Y bajo ese sostener el poema reflexionaba.
Tambièn llevaba un piano. Un heliotropo en
su boca. Un jardìn sin estadisticas que parecìan 
no tener relaciòn con los monopolios y los
sobrevivientes, pero la tenìan.

Ayer encontrè un poema.
No dirè que semejaba exactamente un higado
mientras reflexionaba.
Tampoco que posiblemente llevara espantapajaros
en uno de sus pulmones.
Creo que podrìa escribir de ese espantapajaros
y sus sus pulmones.
Creo que se puede tener alguna paciencia
si se describen sus tijeras moradas formandose en los hilos
de sus manos.

Ayer encontrè un poema.
Su rostro era una claraboya pero era a la vez un sotano.
En sus emperdibles jugaba el hambre desde
un extraño histrionismo de ceniza.
Tenìa pocos centimetros habitados por dirigibles.
Por centauros.
Por angeles teñidos de rojo por algùn estatuto divino.

Donde eran izados entre la carne estandartes 
de miseria.

Y rehenes de sueño desfigurandose en los ojos.










Secuencia de Nucleos





La secuencia es de nucleos.
Alguien la separa cuando llegan los pàjaros
a sus ceremonias en los àrboles.
Entonces se forman circulos de leones
debajo de las ramas aguardandolos.
Tambièn aguardan cosas como la
teletransportaciòn. Veredas llenas de
corzos.

La secuencia es tambièn de nucas.
De tallos que jamàs oyeron el sonido cuando
los nombres fueron grabados en ellos.
En ese entonces los planos pertenecìan a la
iridiscencia.
En ese entonces el invierno era distribuido
entre antibioticos y peces.

Lo iridiscente es ademàs de ese plano una avenida
que junta sus juguetes. Sus formatos.
Una cocina o toda su subjetividad.
La estructura del dìa con un simulacro de nieve.
El vapor alimentado por una herradura de 
calcio en las cenizas.

La secuencia es de estadisticas.
De conceptos que ramifican sus formas de 
cualquier manera.
De ramificaciones de huesos en una profanaciòn.
En un bosque de grietas donde la oscuridad
es de platino.
Asi se llega a un elefante.

Un elefante prosodico o procolabico en un manantial
de leche.

Un manantial donde los zoològicos se encuentran
perpetuamente cediendo a un lenguaje.

Silencioso y atroz entre sus animales.








jueves, 25 de mayo de 2017

Lo Que Hay






Es todo lo que hay.
Una alternativa al lado de la sepia.
Industrias de brea al lado del aceite.
Frisos de estampas objetando la noesis
de la urna en los zapatos. Su eje o vilo.
La llegada al hambre siempre con el movimiento 
de una mandibula. El evento de coral que sòlo 
al lado del oceano se repite. Igual que una
lengua de jabòn en la arena.

Es todo. El viento que exhala un perfume de musgo.
La hoja donde quintaescencias y fotografìas son
un pensamiento que recorre sus nbranquias.
Un pedazo de lana donde habita la clarividencia.
Un ritual detràs de las sombras.
Una uva en la cabeza del limòn plagado de asteroides.

Rituales de papeles y veterinarios.
Ellos determinan la soledad de un conjunto de vagones 
o una manada de hienas abrièndose paso
entre los huesos. Entre los lunares 
fijados por el pensamiento en un desierto de crines.

Es todo lo que existe cuando dejamos de
prolongarnos. Cuando el brillo solar es una cupula
y directamente los objetos reciben una silueta
en sus àngulos. En la destreza de sus mediodìas
adaptandose a un dìa que debiera estar 
hecho una y otra vez por el espìritu la noche.

Tambièn nosotros nos adaptamos a ese mediodìa.

Tambièn cada uno se oprime con desesperaciòn 
o calma a la luz o la sombra de esas mèdulas.

Sin saber porquè.



















La Extraña Palabra






El oceano puede nombrar su lenguaje, pero el dìa
es de plàstico, igual que una metàfora.

Igualmente las brùjulas sostienen otro punto cardinal
en un dibujo de amapolas. Uno polivalente.
Mistico o cardenal. Lleno de planicies y obispos.
Un dibujo que tensa sus arañas. Que igual que el verbo
a veces deja crecer en su espìritu un tejido.

Llenas de virreyes y plazas donde reinventase una vena
o un dato curioso de perversidad, pasea su
inteligencia una hormiga.

Yo la acaricio cada mañana en las calles 
mientras recorro esta ciudad.
Intento rozarla cuando se introduce en el hormiguero.

-sè que ello conduce a la creaciòn de una extraña
palabra-

Guitarras celestes donde los perimetros calzan 
acordeones.

Una botella posa su lustro en una alameda de cigarros.
Una botella une el carbòn de un tejado a otro, alli suelen los
jinetes esbozar nudos y perimetros.

Huelgas de vidrio entre revoluciones de espinas.
Arboles al final del renglòn que constituyen
un desastre amarillo. Enramadas en ellos donde algo llamado 
poesìa anhelo. Pifanos de solitarios esquemas de lluvia
por la tarde. Llenas de escalas.
Completadas por elementos -quizà- de aluminio
o fosforescencias.

De helicopteros diferentes al frìo.

Donde las helices en lugar de una ceremonia tomaban
el camino de las nervaduras.



miércoles, 24 de mayo de 2017

El Hollìn en una Cascara





En el horario del estertor està el gènesis.
El verano con lamparas en la conciencia de los
arrecifes, descifrando la vida de un faro en 
todas las celulas.

-ello desde una atmosfera sin tanta metafìsica-

Inauguraciones de foros donde la ausencia
informa sobre la existencia de dijes a una antigua
memoria cultivada entre los fardos.

Primates de hollìn en una cascara que el 
humo ha dejado sobre un vientre y en el veneno
los perdigones de una piel azulada.

-¿o era una dimensiòn que vertiginosamente
soñaba sus vestigios de carne?-

Dìas de esporas con las cuales la gravedad
llegaba a la radiaciòn. Dìas gravitacionales como
el hemisferio de una rama cuando gira
en el aire alimentada por acidos y dialècticas.

Flores de pan en un cuchillo.

Levitares de rabia en los cables de electricidad
intentando dirigir esa energìa hacia el cielo.

Serà porque es allì donde empiezan los collares.

O los pergaminos -de alguna manera u otra-
empiezan a separar entre sus imagenes aquella
parte que pertenece a la realidad.

Y aquella que pertenece al sueño.







Redadas de Sol





Una cadena sigue a una bandada
vestida con la imagen de un pubis.

Redadas de sol en las calles alcanzan
una señal en los baules.

En los burdeles se extingue una foca
igual que un contenido en la palabra.

La historia de un casco en los tallos
recrea un bosque ferviente lleno de arenas
y platanos salvajes.

El mundo lanza ferias de espumas
y fervorosos almenares en las cupulas
recrean el sentido de las hojas.

Crepusculares sodios en los oidos
apareandose entre cacofonìas.

El mundo cientifico de un animal roza
la cola de un juguete.

Por el craneo sube una guitarra sòlo
que los violines en el pelo no logran concebirlo.
Grutas y peines embisten emperdibles.

Una cadena sigue a una bandada pero
ello ya fue una ojiva, una luz que parecìa
haber encontrado el secreto de la tierra
en las raices.

-lo nombramos como si tuvieramos su
nombre-

Una flor salta sobre una altiplanicie
llena de huevos y dromedarios.

La rabia y la ira de un muro escriben
sobre lluvias violetas en una frontera.

Un hombre lee en un plano.
La coherencia vuelve a los ojos de un
jabalì que duerme en las semillas.

Igual que el instinto de un tallo que
anhela furiosamente un pètalo.







martes, 23 de mayo de 2017

Por Osos y Cucharas







El lenguaje dirigiendose a la piscina de un
buho describe liquidas intermitencias.
Politicas de burros amarillos e internacionales.

-alguna de ellas necesariamente son una
palabra, alguna de ellas llevan el significado
de lo esoterico-

Una escolta de algas y horizontes caen
hacia un plural de minerales, erigiendose entre
las aletas de un teatro.

Los peces vuelven a ser considerados como
pumas, aunque ello en apariencia es absurdo.

-nosotros y aquellos que somos sobrenaturales
lo sabemos-

El dìa antropomorfico en la era del salitre
terminando esta estrofa y las cosas
que habitan en ella.

El universo oprimiendose entre coherencias de 
escamas arrancadas a los pàjaros.
Las urnas con sistemas de piel en sus entrecejos.
El vilo derramando un amanecer de carbones.
en los idearios del trance.

El lenguaje del exorcismo llegando de un
iman que recolecta artefactos y pianos.

El libro de drill en una silueta conduciendo
historias del reverso del latin para los magos.

Esos magos que sospechan de ese lenguaje
donde viven. La soledad de ese lenguaje trasladandose
con exactitud entre manadas.

Donde los edificios se impulsan.

Donde los rascacielos desesperadamente buscan
nombres entre la plusvalìa de los zocalos.

Nombres que deben emigrar.

Nombres que emigran.

Antes que sus habitaciones sean invadidas por
osos y cucharas.











Suspendido Nada Màs




Llevabas la contextura de un astro.
-¿eso sigue siendo aùn posible?-
El paso detras de un colisiòn y el arquetipo
de un postrero polinomio
llevando inquilinos con rostros llenos de
agujas.

Esa era tu contextura.
El exhalo en tu boca igual que un desarrollo
invisible que se aleja en el cosmos.
La gravedad de algo suscinto en una 
epitome. Las cartas. La silaba.
Una posiciòn casi tambièn invisible en un
galpòn de luz donde dejaban sus equipajes
las reencarnaciones.

Viste que en cada oscilaciòn habìa un
pàramo. Ilutrado por el mediodìa cuando sueña.
Tomado de las academias por un torno.

Luego los plasmas.
La etiqueta sin brillo y el fragmento en el 
cual llegaron al poema los màs
extraños equilibrios.

-eso en cuanto al poema-

No en relaciòn a la contextura que llevabas.

-contextura extrañamente de un astro-

Y ahora que miras debajo de ti descubres que
no puedes sostenerte en el infinito.

Igual que nosotros toto astro se encuentra 
suspendido.

Suspendido entre constelaciones y via 
lacteas nada màs.








La Formaciòn del Perihelio





Aquella versiòn que se dilataba de un cuerpo aprendiò
a ser un lapìz.
El vellocino transformado en rada representò a las
sortijas de un reloj en movimiento.
La arena difuminò el silencio de la arena en sus 
helices.
Todo ello -creo- fuè apodado por el devenir de
manera que la hojarasca lo entendiera.

El radio de niquel encontrò en los arreboles esa
inocencia con que a veces la poesìa prefiguras cosas
como el hombre en una calamina.

El radio del niquel tenìa un estribor. Una luna a 
babor con menguantes y diversos colores llamando
por la noche a sus arqueologìas.

Entre fiordos y archipielagos los nudos de las aguas
horadaban los naufragios. En los acantilados la
poesìa contemplò el mal y brotò la estètica.

La estètica es una contradicciòn hecha de angeles.
Un coso de arroz llenando de sinonimos y carteleras
la noche.
Un enjambre para la albumina y otro secreto para
las abejas cuando emiten zumbidos en sus alas que
indican que seguiràn un camino por si solas.

Pero eso no suele acontecer.

Y la estètica toma el vientre de esa abeja para
no caer del aire.

Asi de manera roja -igual que los oidos- sigue el 
curso del enjambre.

Y alcanza sòlo en la formaciòn de un perihelio
una colmena.











lunes, 22 de mayo de 2017

El Betùn en los Ojos de una Cigarra






No hay porque buscar el lenguaje en las corolas.
Ser puro o cinemàtico.
No hay porquè anhelar suburbios o planteles de lo que
fuere debajo de hojas o multiplicidades.
No hay que ser univoco o inmediato desde 
la brisa que oprime disciplinas. 
Disciplinas de lava segùn los cometas.
Segùn las linternas y los lunares microscopicos que
resuelven sus cosas debajo de las alcantarillas.

No es indispensable el sol con un barco, pero lo es.
La puerta donde los colores del carbòn detallan
la vida de una camisa. El olor del betùn en los ojos
de una cigarra. Lleno de opuestos y reciprocas
legañas. 

Las constelaciones que suenan a veces 
a margenes, donde la espuma revela un menguante y el
silencio es como una mandibula.

Los inicios de una astrologìa en la piel de un tigre
de bengala. Los inicios desde una intuicion donde la 
intensidad encarna herramientas y cuantificadores
que arrancan diariamente a lo domèstico el
bronce.

No hay porquè recoger el pensamiento de las lineas
y aerosoles. Replicar a una libèlula o detenerse en el 
marco de una tendencia donde se incuban asteriscos
y cachorros. 

No hay porque poseer elefantes en las pupilas.
Ni observar los circulos de los neumaticos de vidrio
entre las caracolas, avanzando en el aire como si
se tratara de oceanos.
No hay que recorrer muros de leche que se recogen
sobre si mismos sobre los estuarios
creando una imagen de enigma entre determinadas
perspectivas.

Entre temporadas de higados.

Donde los pelìcanos 

-ellos suponen que ya es hora de hacerlo-

empiezan a buscar sus pulmones en el aire.
















El Repertorio de la Aguja




Y hay repertorios que se queman al lado
de una aguja. Ojeras de nieve
producto de los estereotipos. Fragancias
con nombres de trigo
humedeciendose en la arena.
Pieles industriales en la boca y en el humo.

Existen voces con brillos de titanio.
Carceles de mercurio entre las alambradas
donde el sol corta sus tatuajes.
Imagenes de cera o diluvio. Siniestros
leviathanes que se doran. Existen
tallos que se adiestran o perfilan sobre
cabelleras de hierro dormidas en 
las mandarinas.

Y hay bocetos de inmensidad en una
costra. Visiones de bronce en una medalla
donde circunferencias iguales a un escrutinio
o una mosca, se prolongan en el iridio
o en un manantial. En un escrutinio sobre
la luz y aquel voceo donde
todos los murcielagos en el amanecer son
llamados.                                                             

Existen dromedarios al sur de mi casa con tan
solo un paraguas. Medidas planetarias entre los
bosques alimentados por una silla. Sienes
como la primavera de un monòlogo en que 
violines y citaras situaban la sed
en una aleta.
En un cartilago. En un iris que desprendiendo
del lampo una forma decidìa asi una cualidad en
el eter.

El eter, Lugar donde todos los murcielagos del
universo en el amanecer son llamados.

Y los murcièlagos responden.















sábado, 20 de mayo de 2017

La Vida del Prismàtico





La vida del prismàtico.
La vida de los rasgos en una estaciòn
magnetica. La posibilidad de la brisa o la 
serpentina.
La de un tejido quizà donde ibamos a vivir
a base de simulacros.
El mismo simulacro.
El peso del angulo en el aceite.
El florecimiento de un pez en las palabras
a pesar que observaba un trazo cientìfico en ellas
llenas de caracolas.
Un trazo que inevitablemente en cada uno de 
sus puntos era otro mundo.
El diàlogo de aquellas caracolas despuès que
el viento conservaba la imitaciòn de una silueta.
La identidad del polvo o la identidad de
una tautologìa varada en las uñas.
Con esa tautologìa descascaraba un fruto.
No siempre me alimentè del mismo
porque era arrancado de las manos por las
crestas.

Por la brea.
Por el desprendimiento de una oraciòn en la
escama de un hipodromo.
En la encìa de un acantilado con cosas reales
como el mar a lo lejos.
Como la distancia con pupilas que en este 
caso llegan al enigma, pero jamàs al
caos.

Bueno, eso creemos nosotros.
Nosotros que vivimos amarillos.Caminantes
de frutos dorados que se fermentan en
el pavimento.

Como veràs.

Sòlo la naturaleza de la extinciòn los recoge.






La Aurora Boreal de la Manzana





Alguna hoja duerme sobre una rama. Lo hace
igual que una luz anterior a las cosas.
-en esa luz posee la evocaciòn de genesis
y deuteronomios-
Una hoja duerme y lo hace suspendida en el aire.
En el aire hay una ideologìa.
En esa ideologìa hay un tallado proveniente de
grutas que dieron la suma de algunos carbones
con invisibles relieves.
Quizà sean carbones como el poema o la luz.
Quizà tan solo arpegios cuya existencia es 
una escarapela en el instante de
morder un paraguas.

Los objetos en una corola derraman iguanas.
La punta de una lampara es celeste como
las teorìas del sueño en el momento cuando despertamos
y alguna imagen escapa desde ellos o la punta de
una lampara es marròn como los cuellos
de los jabalies
una vez impregnados de tràficos.
Esos objetos derraman tambièn prolongaciones.
Medallas de carne sobre la superficie
de la piel en la aurora boreal de una manzana. 

Alguna hoja duerme. No es el pasado del ser
ni las disciplinas que miro cuando se incendian los 
puentes. No es el arco de sed que escalò
a los universos de un periodico
con mentones de sepia
o rumiantes que depilaban el sonido mientras
cruzaban los oidos para llegar a un atlas
o una academia.

No es el hemisferio de una horda que regresa
por las sienes ni el castillo que adolece de oxigeno.
Ni la adolescencia alejandose entre escudos de vidrio.
Ni la marioneta o el placton borrandose
entre los pelìcanos.
Tampoco es la resaca o la naturaleza de una
incrustaciòn cuando todo entre la realidad es llamado
poliedro.

Y cuantificadores de inutil geometrìa avanzan 
entre la nieve.












viernes, 19 de mayo de 2017

El Ladrido Lògico





El objeto alude a un ambar por la tarde 
en que lo increible paseaba algo indòmito.

Era una absurda hegemonìa de papel 
acaso?

O maravillosos cuchillos flotando
en las superficies?

Còmo saberlo. Pero lo cierto es que un objeto 
conjuraba el ambar por la tarde. 

Algùn ladrido lògico

el pulmòn que vagaba a diario entre las cosas, igual 
como lo hacen las fronteras. Tal pulmòn no era 
una mariposa. Mucho menos un instrumento
dorandose entre la zarza.

Ante todo esto, la llamarada era azul y habìa
un unicornio.

La astronomìa estaba suspendida en uno 
de los cables de electricidad igual que el esqueleto
de un pàjaro.

Los numeros en los campanarios volvìan
al exorcismo de las guitarras.

Voleas iguales a las manifestadas en las cronicas
de los elefantes, sostenìan una trama de mandil 
en sus àtomos.

Repertorios entre velos llenos de taxonomìas
y citricas lenguas de opalo.

Sepias de cera para aquellos que aùn humedecen
sus cascos en el ritmo de bàsicos fasciculos.

Tendencias ornamentales de espuma una vez
que el silencio conduce algo mas anonimo que los
violines en el desierto de una palabra.

Donde las sìlabas se alimentan de magnesio.

Y los puntos que las forman de yodo.







jueves, 18 de mayo de 2017

Ceremonias





El pelicano se transforma en vertigo.
El silencio en madera. El tremante envuelve una
especie de ciudadela en toda amapola.

El neòn en una orgìa es un llamado de 
concatenaciones y performances de anilina en
las gradas.

La estrella piensa en sus origenes con 
una astilla incrustada en sus sienes, dicho sea
de paso en ellas se agita una mitografìa.

Tal mitografìa no es estructural como la vida
de las raices.

Tal mitografìa es un tallo que diariamente sueña
pèndulos y almanaques.

Latex de vidrio en sus fabricas
donde el pensamiento logra rozar una medula.

La playa cultiva ordenes transiberianos,
propios del aire que emana del sueño de las
cartulinas.

Prisiones de arcilla desfiguran escencias
de pròlogos en una llamarada.

Efigies tensadas en las alambradas por nombres
de hipotalamos. Siluetas de arroz que un dìa
oprimieron simulacros de trigo.

El pelìcano se transforma en vèrtigo.

No es algo ajeno ni desconocido, es sòlo una
xilografìa de manera enigmatica.

Una numismàtica con epiteleos.
Una cupula con aeropuertos de arañas, donde
las urbes en sus vientres, despiden todas las bacilicas del
universo mientras cae la tarde.

Ello debido a la llegada de la noche.

Y otras son las ceremonias que deben incrustarse en el
azul de sus tejidos.

Todas buscando encontrar al hombre.





miércoles, 17 de mayo de 2017

De Cùal de Todas





No estàs tan lejos de la realidad.
Pero la pregunta es de cùal de todas.

Los cabellos se alargan -mira- no te recuerdan
acaso un dije o un abracadabra en el solsticio
màs purpura de un cadaver.

Los cadaveres son los ùnicos que eligen la memoria
para ser recordados. Se parecen en ello a otras cosas
pero escencialmente es asi. Digo escencialmente si
es que el verbo cabe. 

Y si ese verbo no tuviera lugar, las cosas seguirìan 
un curso.
El idilio del fruto en las olas serìa una etiqueta.
Lo primordial hallarìa un lenguaje en el oxigeno.
El latido abandonarìa el pecho para hablarnos de si
mismo. Los objetos tal vez se reencarnarìan
en una especie de poesìa
como lo harìan en una habitaciòn 
las panteras. Observa. Sus ojos no parecen
azulados. Sus ojos sòlo poseen las huellas de peninsulas
estructuradas por el hambre.

Picos de mantequilla en los pàjaros que la
corriente del aire deshace.
Variantes del estrepito en una estampida 
que el mismo devenir de esa estampida desmantela.
Ostras y un vals de origami para poder
escribirle a los osos en tiempos
de mielina.
Mirras de sabuesos entre los catàlogos y ya que la
iridiscencia no es basta en sus titulos
recopilemos las puertas.
La pasiòn por las bolicheras en medio de las
flautas.
Una muralla china descascarada por 
libèlulas.

No estàs tan lejos de la realidad, ni yo tampoco.
Nos alimentamos de sinònimos y heteronimos.
Recogemos por la mañana nuestros estòmagos
para ponerlos frente a otro.
Circunvalamos habitos y dejamos de colocar 
pimentones en los aderezos y no porque creamos
que sean malignos.

Vivimos entre cuidades. Entre casos de gasas
y mancuernas.
De contenedores.
De repelentes con los cuales se puede hacer girar una
mosca.
En fìn, tantas cosas que tambièn no se encuentran
tan lejos de la realidad.

-quizà sean un doblez, algo asi-

Pero la pregunta seguirà siendo siempre 
la misma.

De cùal de todas.



martes, 16 de mayo de 2017

Al Formarse Identidades





Desde hace mucho se forman las identidades.
Los magnesios.
Los mamuts.
Los brocales suspendidos en una calamina.
El silencio y los emperdibles.
El nihilismo con radas.
El mismo nihilismo con a veces un astro, el 
perdigòn o la escalada en la que
giran o se suspenden 
los avistamientos.

Allì mismo los ideales.
Las esporas y fotosintesis donde un àrbol
arranca del brillo un rascacielos.
Un movimiento del sol en relaciòn a sus
satèlites con espuma o no
en las orillas asumiendo que posean
oceanos.

Desde hace mucho tambièn los dragones.
La muchacha que observo a diario llena de 
hilos en el rostro.
-sè muy bien que nunca le hablarè de ellos-
Lo que no es terrestre o pesa semejante
a un gozne en una crònica de plasmas o
igualmente es clandestino el girar
de una planta mientras una avispa pregunta
sobre la ciencia en una melena de 
tropos.

Igualmente el voceo.
El deletreo o la experiencia siguiente del
oxigeno.
Del pulmòn que rasga inutilmente en los
velos buscando un navìo.
El color escencial de un buitre que sea
el primero.

-debajo de sus plumas ha sido lanzada una
hipotesis que sostiene que allì habitan millones
de colores-

Pero ello al parecer no serà descubierto

por los peces que allì rasgan.

Y mucho menos por las aletas del espìritu.










Sobre la Escritura





Sobre la escritura un racimo.
En tal racimo oleajes, orgìas de
una temporada con raices. Con hilos
y brasas tomadas de un exorcismo por el sueño.
Por un hipnotico hisopo que
desciende de una melodìa con una ensenada en
sus uñas.
Sobre esa escritura tambièn una caverna.
Una grieta y una filarmònica que ensarta.
Un concepto lunar flotando de manera ambidiestra
en una embajada, en un edificio.
En una composiciòn de libelulas que al margen
de los osos muerden eslabones y herraduras.
Santos, hechos de invisibles tijeras
y algodones.
En un cristal que enumera esferas, aunque
tal cristal podrìa hacer otra cosa.
-dedicarse a los dequeismos por ejemplo-
Dedicarse a las nupcias.
Y esa dedicaciòn estarìa formada por relojes 
que van detràs de los elefantes. 
Por telescopios que buscan el criterio siempre
y cuando provenga de una hormiga.
De un sol cuando ayuna.
De una constelaciòn cuando evita pensar y llega
de manera magicamente irracional
a una corola.
-eso es un supuesto-
A un lince.
A un epilogo aurtopopulsado.
A un urbe epidemiològica.
Sobre la escritura un  racimo. 
Pero en ese racimo el lenguaje coloca una celula.
-debajo de ella hay un hueso-
Y esa es toda la informaciòn a las cuales sus
palabras acceden en esta
mañana del hombre.

Y ello porque tal hombre acaso riela.
Tal hombre sigue convirtiendose en aceite igual que
un plano.








lunes, 15 de mayo de 2017

La Distancia y los Colores






La ventana recoge un sol policromo. Un ras
del logaritmo. Un ras donde se incuba una 
piràmide.

Sobre ella hay grandes corazonadas, cromosomas
que empiezan a perfilar expresiones.

La oraciòn describe las escaleras que toma 
la brisa. Tal brisa acaba de golpear el rostro de
todo aquello que se arrastra o purga,

-tambièn pienso en los objetos-

Circunferencias de heliotropos en una jaula.
Circunferencias que toman el oceano de las 
agujas o recogen escoltas de vidrio en
las axilas.

El beso colorado. El labio astrofisico donde
vivieron las estrellas sin constelaciones.

La pàgina de arena para aquellos que suspendense
en horizonte tras horizonte -al parecer-
domados por las calles.

-pero ningùn horizonte es domado por las 
calles y viceversa-

Ningun lenguaje encierra las casas en un globo,
como sucediò con las que habitamos alguna vez.

Todos suceden entre asteriscos o citaras, entre
espigones de yodo màs que citaras y la existencia
es una distancia borrrosa, muy borrosa.

Que sòlo de cerca muestra sus colores.







Un Lugar





Ese lugar es querido. Tambièn es habitado.
Por momentos estira sus ojos y por momentos
se aleja hacia el agua como un residente que
existe sòlo por el oceano y a èl se debe.

En ocasiones es azul. Por otras razones
que son desconocidas tal lugar alcanza lo celeste
y durante un mundo de puertos irracionales
se seca.

-eso podria ser extraño-

En ocasiones despierta o duerme. Ya que generamente
se halla en un un estado de inconciencia y desde 
ese estado de inconciencia lanza a la realidad
sus verbos.

No sè porque algunas seres han llegado a querer
esos verbos.

No sè porque otras han llegado a habitarlos.

Lo ùnico cierto es que a veces es posible responder
a esos verbos con palabras.

Lo cual es -inevitablemente- toda una metafìsica.

O en todo caso un dios que forma sus paràbolas.




sábado, 13 de mayo de 2017

Las Rojas Cabelleras de las Olas





Bajo un lenguaje donde se arrastra el verbo
-al parecer- autotitulàndo dagas que descienden
de las lupas.

En ese mismo lenguaje donde la apariencia
describe una foca discrepando con una que otra
filarmònicas; a quièn importa ello.

En un ruido primitivo de esponjas o limones.
En la carta cuyas palabras son propicias entre
la realidad sòlo si nos olvidamos completamente
de nosotros.

Bajo un lenguaje, quizà porque los pàjaros en èl
logran a veces sostener sus hordas en las lenguas de 
sus picos y eso no llega a ser hiperbolico.
Sòlo llega a ser.

En los poliedros encerrados en cada una de sus
silabas. 
En sus mentones dedicados a alguna escafandra 
o tibieza.
En los contenidos de esa escafandra.
En los conjuntos de aquella tibieza.

Cuando el sol es nada màs que un nudo que una
luz de vidrio en el horizonte deshilacha.

En un record de veleros que llegan a los mares
de la luna.

-lo cual es inevitablemente absurdo-

En la conmociòn màs sobrenatural por la tarde
caminando a nuestro lado y explicando superficies
de las agujas.

En las perspectivas del lago: suponemos 
-tensadas- por higos o alabastros.

En las temporadas de la ilusiòn señor! porque no todos
acceden a la vida de las constelaciones.

A los higos o aluminios donde lògicamente se arrastra
un verbo, ya no autotitulando 
dagas.

Sino esos exactos mamìferos.

Perfectos e inutiles al desprender las rojas cabelleras
de las olas.







jueves, 11 de mayo de 2017

Quizà la Razòn





Quizà la razòn se encuentra sobre algùn cometa, pero desde
aqui, ello no puede verse.

Desde aquì -subitamente- el oceano es un espejo morado.

Quizà esa razòn cree que hemos perdido toda conciencia
de la realidad, como para no percibir la locura.

-perder conciencia de la realidad no serìa sino llegar a
otra conciencia, esa es una verdad de perogrullo-

No voy a decir que la locura es una forma de la realidad
o viceversa.

No voy a  llenar de viceversas todos los parques o garuas
que conozco. No sè de àrboles donde ello acontezca.

Tampoco pensarè en analogìas, ni ancestrales reflejos
desvaneciendose en el sodio.

Caminarè hasta ver el sol semejante a un dragon que 
arranca al hombre un habito.

Caminarè intentando serpentear en la hierba como
lo hace una serpiente.

Luego tomarè un fruto de la rama porque quizà tenga
hambre.

Despuès me sentarè y verè las palabras reencarnandose
a partir del silencio.

Y dirè para mì: quizà esas palabras algùn dìa volveràn a 
ser volumenes como la brisa que es cortada por el vuelo de
un pàjaro.

Pero ojo...

Lo dirè sòlo para recordar que sus alas, siempre lo hicieron
sin tijeras.







miércoles, 10 de mayo de 2017

El Dije Sobre el Hidrògeno






Algùn dije escribe sobre el hidrògeno.
Sumado a ello se encuentra lo marginal y suburbano.
La psicodelia de un teatro del caos en el vacìo.
El drama -si se quiere- de una luz que
agoniza entre las sombras.
Todo ello en un dije que escribe sobre el hidrògeno.

Alguien menciona la palabra espectro intentando con
ello emparentarla a ese dije y ese hidrògeno.
-tambièn a un martillo-
Alguien escupe sobre un hocico que entre otras cosas
guìa a la diarìa caminata de un elefante por la calle.
La ley no se ha manifestado ante ello.
No hay ley alguna que pueda manifestarse ante
las diarias caminatas de los elefantes.

El mundo no està compuesto de enigmas para comprederlo.

Mientras tanto los dijes seguiràn escribiebdo sobre el 
hidrògeno.

Lo cual es sòlo decir que un pendiente lo hace sobre el 
fuego.








La Afirmaciòn de las Cosas





A esta hora -el dìa de ayer- hacìa otras cosas.

-eso es seguro-

El animal a mi lado comparaba un cristal con una
hegemonìa. El animal -al igual que yo- se preguntaba 
por el sentido de esas hegemonìas. 

-ello tambièn es seguro-

Los pàjaros inmortalizaban cosas casi incomprensibles
y en ese casi podìa ver un cometa. La rada de una 
luz sin importancia. El eje de un triàngulo arrancado de
un racimo.

Los seres eran trasladados entre bestias de hierro
en las calles. Tales bestias supuraban vapores negros.
Las industrias empezaban a derretirse en la nuca.
Los peces dictaban clases de inutil gravedad en el
oceano.

La brisa no llegaba a ser un edificio.
El molino rozaba la intemperie con la fuerza de la anilina
en una marioneta y en los emperdibles un dìa atroz
de algas se agitaba como el placton
en el corazòn de una avispa.

A esta hora -el dìa de ayer- hacìa otras cosas.
Los carriles eran un pensamiento o un diàlogo. 
Los nomades se dedicaban a reproducir.
Las entrañas sumaban o se disciplinaban.
El viento era un higo imprimiendo.

A esta hora en que existiò un dìa con nombre de ayer
en las palabras.

Y del cual ya no tengo la seguridad ni la posibilidad del
mismo para afirmarlo en las cosas.









martes, 9 de mayo de 2017

Metabolismo





Las cartas dejadas por una orilla en el sol, impregnadas
de crucifijos.
El viento o la brisa cubriendo espejos con antiguas velamenes
de eter.
La idea del oceano siempre fundamental en una vital
circunferencia de oidos.

Entre superficies amarillas de iones
frases de magnesio aluden a un satelite cruzando noticias
de escarcha. Puertos o estelas de juguetes con màs
de un juicio por donde camina una vereda
de salitre
alimentada por los ganchos.

Dìas representado por una albufera en las veredas
de toda represalia. Manantiales que aùn dejan el peso de una
escotilla en un circulo oprimido por 
leones.

Hormigas de sal recorriendo los aeropuertos vacìos
en los relieves. Hormigas que llevan uñas.
Que limitaron con lo esotèrico.
Que recogieron personajes atascados en las rejillas
de un puente, un segundo antes de mostrar
a las lenguas sus aniversarios.

Y esos metabolismos por los cuales cada dìa
quedan convencidos de estar aca.







lunes, 8 de mayo de 2017

Las Palabras en el Sueño






Las palabras han sido despertada en una hoja.
Todas -hasta donde sè- se encontraban en el sueño.

Son lamparas el nombre de aquello que asciende
por los cabellos. Alguien en la oscuridad pensaba que 
se trataba de otra cosa. Una media por ejemplo.
Una libelula o una casualidad rosada.
Una diestra con posibilidades de cigarras con mercurio.

Las palabras -conduciendo platanos de miseria- o
las constelaciones encerradas en ellas hasta que la brisa
sea limòn o manuscrito. Pus o bacìlica. 

Las memorizo como una especie de doquier.
Iguales a un espantapajaros que traza en la albumina 
la estructura de un helice.

Las evoco con dosis de aluminio 
-no siempre las precisas- para
que el àrbol pueda extenderse un poco màs en 
la aurora. Allì donde caben entrecejos, Ruinas 
idènticas a la naturaleza
o condiciòn de un animal que
roza nocturnamente una estrella.

Todo roce es sòlo un anhelar. Suspira entre renglones
y jaguares sin ningùn hemisferio. Elige las moscas
derivadas de las axilas de los astronautas.
Escolta entre la locura hiperboles.

Las palabras. Seguramente un titulo o cigueña las 
convertirà en arena. De mas està decir que alguno de sus
coloquios se deformarà entre lo contemporaneo porque
lo contemporaneo es una escalera donde se
transforman en dirigibles los hipopotamos y agujas.

Incluso puede que vuelvan a separarse
para percibir una silaba.

Un opuesto.

Una estaciòn de luces llena de astronomìas reciprocas.

Donde el fantasma de un lenguaje espera.






sábado, 6 de mayo de 2017

Los Relojes del Diluvio






Tal hoja. El lunar que asciende entre los papeles
arrastrando los relojes de un diluvio.

La temporada del oceano en una raìz donde las
cosas quedan divididas entre sienes y heliotropos.
Rascacielos en una veleta orientandose al pulso
de los alfileres.

Aquel ritual. La memoria de yodo en una particula.
El atomo con una larga curiosidad sobre el acento
de la celula y el esquivo zoològico -siempre esquivo-
donde llegaban màs allà de la razòn algunas
nervaduras.

La existencia del devenir. El rostro de la dialèctica
en una palanca de agua.

El craneo de un crepùsculo cuando los objetos
son buscados entre las palabras con trazos de anilina.
Con himnos de pus escalando.
Con vortices despuès de la intuiciòn en un lugar 
sagrado o maligno donde las cofradìas tensan el barro
en las mochilas.

En el gesto del muro donde verdece una hormiga
de bronce y en edificio que a lo lejos semeja la piel
del aluminio.

O el desasimiento de todo escalofrìo en un alfabeto
de grietas

durmiendo en un campanario de brujulas.








viernes, 5 de mayo de 2017

El Lenguaje de Sol y Antilopes





El sol como un antiguo lenguaje.
Un lenguaje que sabemos es de peces.

Una utopìa a su lado deja ver su forma.
Su forma es una imagen atestada de arquetipos.
Colmada de poliedros.

El sol como un antiguo lenguaje, pero todo 
lenguaje de sol es de peces y a veces es de antilopes.

Alguien podrìa decir que despuès de ello estàn las
mandibulas.

Los ecos de aceite.

Pero tù vives en la orilla, siempre en simultaneo
con las crestas y acuarios, regando en tus sueños un
jardìn de nieve.

Un prototipo que sea inexacto.
Uno que no llegue a una conclusiòn, pero que sepa
del hambre como todas las ojeras edificando filarmonicas
en la arena lo saben.

Un sol de reyertas.
De zocalos de carne en el interior de los huesos.
De cigarras marrones autropopulsadas.

De adioses que sòlo en las sienes pueden ser purpuras.

Y luego, seguidamente, a travès de la abstracciòn 
atraviesan lo grotezco.







jueves, 4 de mayo de 2017

Ciudades de Polen





Alguno de los àrboles colinda con la arena. Esa
deberìa, pero no es la realidad.

La verdad teje anillos donde una luz se quema.
El silencio es humedo como una flor de barro.

Los campanarios aguardan las xilografìas de las lagunas
enquistadas entre prolongacioness de escamas.

Las aletas derraman un equinoccio de manera
que inevitablemente son originados ejes.

El vilo es el universo de una semilla estrenada
por la madera.

-asi uno podrìa vivir, tejiendo esgrimas sobre el sueño-

Alguno de los àrboles, como determinadas mitografìas
que son arrojadas a las cosas.

Habitaciones con indicios de coral entre manuscritos
de peines.

Escoltas hemisfericas apolineas agregando
adioses a una manzana.

Puertos desde la sentina o alguna palabra trazando
metafìsicas.

El vuelo de una dictadura que es azul para que pueda
comprender que jamàs podrè ejercitarme
entre el trigo.

A lo sumo, lo ùnico que podrè ver seràn ciudades
de polen.








miércoles, 3 de mayo de 2017

El Archipielago Compuesto de Jabalìes




Epica esa luz entre las sombras.
-no se sabe de donde proviene-
El fantasma que da origen al nombre de las aletas
en una mitologìa. La religiòn del sueño en
las bengalas, junto a un archipielago
compuesto de jabalìes.

Dramàticas las siluetas de las cucharas cuando
tejen olivos y un amanecer cualquiera de mandarina 
trepana el tronco de los àrboles.

Silenciosa en ocasiones como un pavimento de
leche donde la gravedad y su paso a los mitos se desangran.

Epistolarios de huesos en una filarmònica.

Lenguajes donde el verbo cabalga entre la carne
con ciertos osos; todos antediluvianos. Todos convulsionando
en el siseo.

Escalofrios de agua en un pabellòn de yodo.
En una mistica que no tiene un solo collar para volver
a las anclas en las que los pelicanos son
desfigurados.

Epica la luz. La direcciòn de las cosas.
La gravedad de una hoja disputando a lo celeste
un pedazo de tierra.

Un pedazo de hierba llevando errantes monarquìas 
de limòn y maleficios.














Extraño Horizonte




Enarbolando una brùjula.
Una lampara con sucios fulgores semejantes
al hambre.

En los lugares donde una peninsula deja de 
escribir a los lagartos y emergen desde las citaras
paraguas.

El hilo de dios atando en la orilla conjuntos 
de placton. Los relatos de un timpano.
La narraciòn de una escarapelo en un atrio
donde los peces caen de la lluvia.

Conduciendo una garrocha hacia los parques.
Dirigiendo el tràfico de los animales en la conciencia
que todavìa se diseca.

-tiene un extraño horizonte para hacerlo-

Golpeando veletas o aquella suposiciòn donde se
habla del polen entre las multitudes
con rigores que no necesariamente provienen
del acido.

Rigores de bronce humedeciendose.
Lechos en los mismos de panteras que llevan
un buho en su cuello.

Animales de brea por los cuales la experiencia
agitò el latido del caos.

La sed de ninguna armonìa.

Y un universo de polietileno.

Oprimiendose igual que la eternidad en el
devenir de los cascos.