jueves, 30 de enero de 2020

El Enigma del Ladrido






El mes se aleja.
Un dios abandona mi mesa y otro llega.
Todos miran el pan que hay en esa mesa.
El perro al lado del mismo duerme.
Sus ojos se abren para mostrar imàgenes
y luego se cierran volviendo al sueño.

Una de las caracterìsticas de dios es un hecho
en el cual tratò de imitar el ladrido
de ese perro. Cosa inùtil.
La espera en la cual descansaban sus esperanzas
se fueron desvaneciendo poco a poco.
Desde hace siglos viene cada mañana buscando oir
el sonido de ese ladrido.
Estimo que un dìa dejaràn de hacerlo.
Supongo que algùn dìa -salvo yo- nadie mirara
el pan que hay en la mesa.

Y cuando ello sucedas.

Cuando ello sucedas mi perro despertarà.








Las Bòvedas en el Crepùsculo




A veces es imposible empezar a escribir.
Eso es un hecho.
A veces es imposible lo cual no quiere decir
que el vuelo de un bùho en la aurora
me sorprenda. 
O el lìmite del vacìo camine en una vereda
con un salvoconducto.
Es una imagen extraña aquello. Una
comprometedora. Involucrada con las sirtes.
Llena de incursiones.

A veces 
esa vida que conociste roza las puertas
de los muelles preguntando por otros navìos
dado que la poesìa no responde.

Y en los crepùsculos bòvedas de nieve
se confunden en el purpura de los cèlajes
igual que antiguos candelabros.

A veces aquello que nombras es
la ceniza de aquello que lo sagrado
te ha dejado ver.

No es ninguna profecìa.
Ni dramas ni tragedias en ello.

Patèticos y -eso sì- un poco abstractos
somos forasteros de este mundo.

Nada màs.





miércoles, 29 de enero de 2020

Febrilidad de a Pocos





Quizà el navìo sea como un dìa en las entrañas.
Un paraìso donde los àngeles olvidan en la aurora los
griales tejidos por la noche.

Tal vez ese navìo posea una manzana que no fue 
tomada por Adàn. Una que se hizo terrestre y fiel a la
gravedad dejò como herencia a la tierra nada màs
que hordas de gusanos.

Probablemente el latido en el pecho nos pertenece 
cuando es de alguien. Entonces el mìo ya no
me pertenece.

Quizà.
Es una palabra que lleva cierta angustia.
No exenta de una calmada desesperaciòn.
Febril como pocas.
Febricente digamos aunque ello en este contexto
es sòlo un recurso literario.
-a quèin voy a engañar-

Yo he vivido siglos engañàndome.
Me hice experto en ello.
Mi engaño creo su reino. 
Tal reino trajo consigo una inùtil dinastìa.
Un conjunto de palabras que reinan
sobre nada.

Y ahora hay sòlo un navìo en las entrañas.

Uno que pronuncia lo inasible.

Se encuentra en el lenguaje.

E igual que el misterio es algo que puedo ver.

Pero no puedo habitar.







martes, 28 de enero de 2020

Lògica Simple





El barco se encuentra en el interior de un sueño.
Para llegar a èl atravesamos la tempestad.

El miedo es una calle con veredas amarillas.
En uno de sus pubis florece la hojarasca. 
Florece el don inùtil
de aquello que transparente en una aurora
se reencarna en el fuego y es por instantes lampo.
Yesca o tribuna.
Desesperada intemperie encaminándose a
una órbita.

Un grito se oye entre acantilados purpuras.
Uno que fue tomado por la divinidad.
Por ende mortalmente sagrado.

Los hemisferios escupen.
Veo un rostro que seguramente ha transfigurado.
En sus ojos vibra la coherencia de esa mirada
que aprendiò de toda ceremonia
la lògica simple con que sentimos el latido
del otro. Con la cual sentimos 
el nuestro.
Eso -hasta cierto punto- es euclidiano.

Las cosas llegan al equilibrio
pero ello en cierta medida es opuesto a todo 
lo que acontece en la naturaleza. Por lo general la
naturaleza llega al equilibrio como un
desenlace. Uno que proviene del
hastìo.

Sinònimos y parpados en mis hiperbòlicos actos.
Periòdicos que arrastran una moneda de arena en sus
ojos. Libélulas que celebran la llegada de dios.
El viento como un forastero
que aprende idiomas. Que lame daguerrotipos.

Y en la puerta de tu casa un limòn.

Escoltado por un tenebroso oìdo.




domingo, 26 de enero de 2020

El Resplandor de Aquello





Aquello entre el fruto.
En los paisajes de un fracaso.
El elixir que la transparencia desprende en un evento
allende al éter.
Eso tan invisible que hace que las cosas se vuelvan reales.
O tengan en ocasiones mas de un ángulo. 
Más de una raíz.
Mucho. Mucho mas de una cebra.
O un eco donde eventualmente el péndulo que tomamos
del sonido tiene rostro de hollín.
Sienes de papel.

Aquello que no es el futuro.
Que presenta sus animales pero confundidos entre el ser
y la niebla.
Que cita mandíbulas en el pubis.
Que descubre dialécticas en las llamaradas de un dragón.
En la magia siempre y cuando incrusta en un poema
sus cuchillos. Profundamente transversal sobre 
la sepia de un crepúsculo
en los que acantilados y diluvios reconocen
que sus pensamientos por la brisa
la brisa son materialmente 
sexuales.
Pero. 
Qué es lo sexual para acantilados y diluvios?

Y que profundamente corta un génesis
los horóscopos que sirgan en ellos.

Que ululan.

Y toman los gemidos de una hiena 
a contraluz.

Bajo un fondo de violines.

Emitidos por las alas al batirse de los
gallinazos.










sábado, 25 de enero de 2020

El Parpadeo de la Linea




Entre la realidad.
-¿còmo es la realidad?-
Entre sus objetos y màs allà de las pronunciaciones.
Acaso es fosforescente como un àngel caìdo?
Tiene el brillo de la transparencia que posee un talòn 
de agua'

Pregunta por los equipajes y las sombras 
de los paraguas?
Va al cine o devora pop-corn en las tribunas?
Observa a los animales cuando se reproducen o
interroga a las algas por la noche?
Es sirgadora como un violento cèfiro 
que separase
de una cometa?
De ser asì, còmo pudo acercarse tanto tal cometa
a la orbita de la tierra?

Entre la realidad.
Porque entre ella y no en su contrario?
De ser asì cùal y còmo es?
De què forma se estructura?
Como es inspirado por sus iniciaciones?
De què manera colisiona con las profecìas?
Tiene protocolos?
Què nombre adquieren allì las palabras que
no pueden encontrar el lenguaje?
Esas que terminan en un extraño sacrificio.

Uno que se agita en uno de los àngulos de
un prisma.

Y colisiona y colisiona con dos lineas.

Golpease por toda le eternidad porque nunca
abandonara una imagen.

Una imagen donde esas lineas parpadean.







viernes, 24 de enero de 2020

A Partir del Ambar




La realidad es un conocimiento del àmbar.
Un teatro con orìgenes.
Su profundidad la debe a todo aquello que es
invisible o marginal. Una corona de 
luz entre la penumbra digamos.
Una mañana que ancla en el vacìo igual que
una sìlaba dorada.
Una sìlaba dorada no entrarà jamàs al lenguaje.
Es dificil que con ese matiz alcance una
de sus superficies.

El dolor es una herida que llega del dìa o la
noche. Una àlgida cèlula.
-porquè es mencionado el dolor?-
-porque la cèlula?-
Un anfiteatro donde la duda encuentra al final
sus ramas.
Su horizonte con corolarios de escarcha.
El pàjaro sin renacimientos.
El oleaje que arroja los dados entre la lluvia
anhelando con especificidad
un nùmero.
Una abstracciòn quizà.
Un deterioro mientras la resaca muestra el destello
del relàmpago en el cielo.

Y el pez que agoniza en esa resaca.

-casi con la violenta indolencia de un postrero
estertor-

Muerde ello.


La Estrella de Sal




Durante hoy viernes la estrella es de sal.
Lo digo porque otros dìas es de azùcar.
Ignoro si sus desplazamientos son de polen.
Puedo afirmar -en todo caso- que uno y tambièn
otro travesaño observan eso que no puedo 
manifestar que sea
un desplazamiento de polen.
Nada màs lo ignoro.
Hay una extraña lògica en todo esto.
Debe provenir de los idus a pesar que no es marzo.
De aquellos que nos pertenecen.
Pero...Lo idus nos pertenecen?

Hoy viernes todo es central.
Los navìos que dejaste sobre la lluvia trajeron la arena.
El sol que gemìa en tu pelo sûbitamente decidiò
marcharse. Un prontuariado bùho evocò un tatuaje en
el mercurio. Oscila y oscila asì que lo veo
apenas porque dada la luz intuyo una gramàtica.
Con ella regreso
a una especie de zodiaco que se incrusta en las 
palabras.
Se incrusta en las palabras pero no en el verbo.

Los mùltiplos recogen.
El àrbol intenta imitar los movimientos de una
serpiente pero descubre que tales movimientos 
son decididos por la corriente del aire.
-cosas de la naturaleza-
Uno que oto tropo corre por el deseo.
Uno que otro va por el anhelo y en un rigor celeste
la claridad muerde el horizonte de una ballena.
La sal que crea un desierto en su pecho.

Si fuera en el de un hombre.

-indudablemente no es el caso-

Si fuera en el del hombre tù y yo lo llamarìamos
corazòn.




jueves, 23 de enero de 2020

Sólo en Sueños





Aquí el verbo contrasta uno de sus movimientos
en la arena. Surge un relieve. El contraste tiene la 
naturaleza de aquello 
que la realidad incrusta en si misma como una
apariencia. Igual -más o menos- a una
forma.

El mar es azul. Pero no hay mar que no sea azul.
No hay estrella que sirgue.
Ni núcleo que se tense en la albumina con sus racimos
de plástico.

No existe el poema que haya colocado en la lengua
el latido de una hoja. Mitad del corazón escapa en aquello
que escribimos. La otra mitad es un bucle.
La silueta de un pergamino que corre tras un niño.
Tras un otoño de cera con andanadas boreales.
Esas las que arrancan el sueño del polen.
Y seguidamente devoran brazaletes.

Aquí el verbo es opuesto a cualquier animal
y existe en toda aquiescencia eso que pronunciamos
de manera absoluta cuando oprimimos un ala.
Con suavidad.
Quedamente. 
No se puede hacer otra cosa con aquello que suspende
en la brisa a una luciérnaga.
Sólo se puede ser vil.
Llegar a la miseria a diario.
Compararme a mi mismo en ella.

Se puede asímismo ser de leche.
Criar una nutria de noche. Tener miles de vicios
o ser elemental dadas las circunferencias.
Según las estrellas que devoran pero sólo un punto
de esa infinita oscuridad por la noche.

Y los pájaros dormidos en los nidos de los árboles.

Esos pájaros duermen porque saben que sólo en sueños
asisten nuevamente a ello.







martes, 21 de enero de 2020

La Imagen como Principio de las Constelaciones




El viento. La brisa en el interior del mismo.
Los pàjaros irreconocibles y el origen del sueño en sus alas.
El principio de la mìstica en el cuello de una botella
y allende a la orilla el mar.
La criatura emergiendo de èl.
Asaltada por niños y cuchillos rojos bajo los àngulos de 
la lluvia. Entre urnas que recogen los
purgatorios de la hierba.
Cerca. Tan cerca de un iris de sangre.

El viento. No tan razonable. No tan elemental.
Escèptico como una pira en el deseo.
Una que toma nuestros pensamientos de una llamarada.
De un agnòstico lampo donde los acertijos
son semejantes a las reencarnaciones.
A los zodiacos.
A las estrellas que una imagen hace siglos juntò por la noche.

Creando asì las constelaciones.



lunes, 20 de enero de 2020

El Vacìo. El Caos y el Manantial






Han pasado algunos dìas desde que aquì nos hablò un manantial.
En consecuencia hubo un diàlogo.
Sobre què versò?
Algunas de las palabras en ese diàlogo discurrieron sobre la
naturaleza del vacìo.
Otras sobre la naturaleza del caos.
Creo que algunas preparaban una expediciòn a la luna.

No sè cuales fueron las conclusiones acerca del
caos y el vacìo.
La verdad no sè si tal expediciòn a la luna se llevo a cabo.
No lo sè porque el manantial y yo nos separamos.

El diàlogo quedo adherido a su propia realidad.
Las palabras continuaron hablando sobre cosas que ninguno
de los dos sabrà.

Por ello del vacìo, la luna y la posible expediciòn a la luna,
yo extraño ignorante sobre todo de mi mismo.

Yo.

-y debo añadir el manantial-

Jamàs podremos volver a decir una palabra.







sábado, 18 de enero de 2020

Una que Todos Pronunciamos




Una noche a la que todos pertenecen.
Una que todos pronunciamos.
Un mundo de cualquier forma unido a las hojas.
Los espirales en un punto de la arena
levantados por una ràfaga.

El cometa que descubre en su curso que si quiere
conocer una elipse tendrà que tomar 
el curso de una orbita.

Una noche con muchas reencarnaciones.
El alfabeto en los ojos de dios arrancados de 
los maderos una y otra vez por un cuervo.
La ironìa màs profunda por aquello que se ama
y se desvanece en una superficie de limòn.
En un otoño de cascaras. 

La libertad de un pròfugo. Veterana y lucida
como una manzana que Eva y Adan observan sin saber
que hacer con ella.

Esa temperatura del sol que la piel encuentra sòlo
entre los paisajes del albedrìo.

El racimo siempre dorado y en las melenas
la trayectoria de un cachorro
que vibra de acuerdo a la orientaciòn de sus parpados.

Y a todo esto el verano.

El verano es una màgica ira que pertenece a las
mejillas.






viernes, 17 de enero de 2020

La Habitaciòn del Sueño




Hoy no hay muchos seres.
La mayor parte de ellos se encuentran en el sueño.
Hoy no se completan los objetos que se dirigen
o se encaminan en busca de su corazòn entre la realidad.
Ninguno ha sido completados por el àlgebra.
Ni uno solo por la lògica.
Y quizà un àrbol Una amapola forman la luna.
El presagio boreal a las òrbitas.
Pero ello es otra cosa.

Hoy.
En los tallos hay xilografìas y puentes que 
enseñan un recorrido al poema.
Trazos de nieve.
Atomos donde el pavimento ha creado un
espejismo y luego otro espejismo.
En ambas circunstancias lleno de cosos. De atmòsferas
como aquellas que representan la acustica
de un nùcleo o una primavera que
desprecia el futuro.

Hoy. 
En que las ceremonias desde el aluminio
descubren productos de yeso en los carbones que
lleva cada ser en las rodillas.
Podrìa ser en vez de carbònes manadas de crucifijos.
Podrìa incluso ser aquella piràmide que desciende
de una rosa.

Pero bàsicamente es el fondo de un cuchillo.

El mismo que acaba de descubrir que
su destino es abrir las puertas de la muerte.





miércoles, 15 de enero de 2020

El Giro de la Palabra





En cuanto a la relaciòn con los parpados.
En cuanto a ello hay una flauta.
Un sonido fugaz lleno de arquetipos.
El lenguaje de una araña en el vapor. 
Muy cerca de una axila.
Muy cerca de un nivel a diario de cèlulas.
De equidistancias y crestas de biologìcas
hegemonìas.
De marsupios.
De pàjaros y cosmonautas.
De urnas que forman en un àngulo el delirio
y seguidamente se arrastran a un pètalo con
una visiòn de arena en sus pupilas.
Con una vsiòn de amarillo carbòn
o iridiscencia.
En cuanto a los espejos que descienden 
por la superficie de un rìo anhelando habitar
las ciudades, hay maquinas.
Un lenguaje que se reitera.
Una luna de làtex.
Un iòn. Un caracter de inasible fauno.
Un teatro de polen entre indicios
de azucenas. De girasoles en el cuello de
un venado cuando el silencio recoge
simulacros de anilina
en una estaciòn boreal llena de lampos.
De latidos.
Ebria de fluorescentes o industriales 
reformas desnudando una hoja ante una
presencia.
-indetermiada presencia al final-
Donde gira.
Perpetuamente gira una palabra.










domingo, 12 de enero de 2020

Maleficio





Todo lo elemental que ha podido ser esta tarde.
Todo lo elemental lo ha sido.

El viento duerme como una personaje lleno de humo.
En un lugar de su espìritu se agita una amapola.
El viento -que a decir de màs de uno- es una especie
de fracaso. Una absoluta derrota del aire en
su empeño de crear algo sòlido
en el movimiento.
Ello por supuesto es imposible.

Nada en el movimiento se detiene.

Todo en èl lleva la maldiciòn del devenir.

Sea esta Mañana




Sea esta mañana solo una escena.
Sea el fragmento en espiral un absoluto
e incomprensible lenguaje divino.
La escolta de vidrio de un ser en las calles.
-tambièn de todo ser-
Sea el pavimento con escalas de metafìsico idilio
en el sudor de una manzana.
La llegada al mar con otros bozales en la boca.
Esos que las palabras construyen
en la oscuridad
para la dialèctica de nuestra saliva; oràculos de 
un mundo que alguna vez
fue infinito.
Sea la proporciòn de la araña el lenguaje que añadirè
a la realidad cuando llegue al ocèano.
Un ocèano completado por àrboles.
Sea la intuiciòn ese asunto donde se despierta
en los objetos en el preciso momento en que los objetos
lo hacen.
El enigm; ese encuentro de mis escrùpulos con
una botella de arena.
Con una raìz de salvas donde el aluminio
embiste manadas de corolas de yeso.
Sean las calles confrontaciones de àngulos en las
esquinas que escupen de frente.
Las venas, el reflejo màs evidente de una
constelaciòn debajo de la piel.
-còmo llegò allì?-
Sea el oxigeno ese fruto donde otros se pudren.
Sea el oxigeno un principio lògico de follaje o
posiblemente una
llegada a los zodiacos.
Una expediciòn a la luna con la mirada.
De noche.

Para que los ojos sepan que lo ùnico que las une 
a ella es el reflejo.





miércoles, 8 de enero de 2020

Subversiòn






Te vì en una historia. Aquella que la realidad no puede
completar. Entrabas y salìas de la misma.
El hecho es que la historia no tenìa un desenlace.
Se mostraba como una parte y luego como otra de tu vida.
Lo cierto es que al final las cosas adquirieron
una naturaleza tràgica.

Pero. Còmo fue tu historia?
Se cubriò de mitos a veces.Tomò represalias de la magia.
Rozò aquello que ciertos hombres denominan
oràculos. Es decir. El gallinazo que cuelga de un talòn en
auroras de humo donde cìrculos y jabalinas
nos preceden, se agitaba de manera natural
y en las erupciones anunciaba el lampo
escalas de polen
con develados movimientos.
Màs de una elipse en los astros.
Un pubis morando en las hiperboles.

! Oh Eurìdice yo te vi entre calculos y gematrìas
modernas ¡

- en un parque Orfeo devoraba una papaya-

Te vi. Algunos rostros llegaran a la nieve cuando
seas celeste. Cuando los aparejos
muestren la sombra de un semàforo partir en el
lomo de una caracola apostada en 
la cùpula de todos los automoviles del mundo.

Y tù.

Y tù ya no tengas que regresar al infierno.









martes, 7 de enero de 2020

Formaciòn de los Opuestos





En la reencarnaciòn se encuentra
una laguna.

Visto desde aqui sè que eso es 
difìcil de sostener.
Es de conocimiento publico que 
toda reencarnaciòn 
màs que una laguna, posee cùpulas.

Ojos y pupilas a travès de la niebla.
Tambièn cuervos.
-uno de aquellos cuervos intenta arrancar 
los ojosa dios crucificado en el golgota-
Racimos o alguno que otro paso. 
Hermètico como
aquella muchacha que pasa de largo.
Ella mira con epistemologìa.
Ella ve con todos los secretos que 
hay en el mundo.
Tiene la mirada roda de los barcos.
Posee el alfabeto en sus labios que 
en muy pocas
ocasiones nos deja ver la saliva.
Posee en sus encìas los verdaderos 
puertos.
Sòlo en ella es posible.

En toda reencarnaciòn existe una laguna.
Es material. Es solida. 
Una de sus apariencias es la ilusiòn
 porque sòlo
aquel que cruza la ilusiòn puede 
contemplar el desengaño.
Otra es el desgano. El hastìo. Eso que
nos coloca en las sienes 
del crepùsculo para medirnos
entre rigores dorados.
Educaciones de sal.
Estampidas de polen.

A todo esto el hermetismo que 
acompañaba hace poco a la muchacha
dejò de hacerlo.

Y ambos.

Caminan inevitablemente
formando sentidos.

A la larga.

Muy a la larga los conoceremos
con el nombre de opuestos.








lunes, 6 de enero de 2020

El Latido Gemelo





Sal de la tierra imposible. Arranca tu corazòn
de ese mundo inefable. Que a tu lado
el idioma apagado en el silencio, lanze su grito.
Prepàrate para ese lenguaje.
Duerme bajo el sol hasta la llegada de una cigarra.
Muerde en su pubis la primera bocina.
El sètimo cnadelabro de la espuma.
Limita con el mar o el horizonte.
Al final es siempre lo ùnico que queda.

Mira lo inasible sin llegar a contemplarlo.
Ve en busca de las reencarnaciones incluso de
aquellas que memorizan en el oìdo las
profanas percusiones de la niebla.
Busca la rama de olivo en la cùpula de un huevo.
Sè abstracto a cada latido como la distancia.
En aquello llamado naturaleza nada se repite.
Que incluso el hechizo -si puede llamarse asì-
de una figura no sea semejante al que arrastra la
resaca.

Camina a los semàforos con un proceso de 
niebla en los ojos. Observa el crepusculo al morir.
Cada crepùsculo es una muerte distinta a diario en
tus ojos. Estrèchalo. Oprìmela. Sièntelo como sientes
el pulso del corazòn en tu pecho.

Y como ese otro pulso que golpea desde el
interior del pecho de un bùho.

Inevitable gemèlo buscando desesperadamente
-igual que aquel que te pertence-
fundirse con el tuyo.






viernes, 3 de enero de 2020

Al Despertar muy Temprano





Señor. Hay algo màs religioso mientras camino.
Pero no està muy bien especificado.
Se encuentra en todos los seres que pasan por
mi lado. 
En las muchachas esta mañana de granizo.
En los juguetes de escarcha que un mitòn crea.
En el autoparte que un ladròn olvidò en medio
de la acera y que el policìa en estos 
momentos recoge.
Hay muchos curiosos y testigos que dan su
versiòn del asunto. Una totalmente distinta de la
otra.

No soy siderurgico. Tampoco industrial.
Describo relàmpagos si ello tiene que ver con un
decreto. Con una ley de color rojo en el pubis
de una mariposa.

Señor. Debo decirte. No sè si confesarme o en 
todo caso responder a esa especie de neblina que 
envuelve los objetos si camino por una figura.
Te explico. Una figura es algo que
dificilmente reconozco, pero que dice de manera
diferente todo aquello que tocamos.
Està relacionada al velo.
De hecho creo que es el velo quien la pronuncia.
Quien dice su sombra mientras los gallinazos
llegan a mis manos.
Estas manos que no son mìas. 
Estas manos que no son de minotauro.
Manos que no son uñas.
Mucho menos alas de moscas
o una citara de neòn donde avistamos flautas
o posibles circunferencias.

Lado a lado a veces señor es como suceden las
cosas. Vientre a vientre. Pero esa eduaciòn està
compuesta de cùpulas que mantienes
en la superficie de las flores.

En ese oceàno infinito.

Aquel que -.si despertamos muy temprano- podemos
mirar en un pètalo.



El Arbol de Nieve





Las palabras son limites. 
Igual que toda realidad.
-toda realidad es un limite en singular-
Lo extraño puede -a veces- ser el significado 
que las sostiene.
Uno que està emparentado con esa 
realidad y corre paralelo a ella.
Ebrio de balsamos o tinieblas se despliega por esto
que es denominado mundo.
Pido disculpas por este animo peyorativo.
Pido perdòn al texto.

Continuo entonces.
Las palabras son lìmites que llevan significados 
emparentados a la realidad. Significados que 
-en ocasiones- la sostienen.
Ademas son nociones de neologismos.
De autoengaños.
Manadas de prefijos que no encontraron otra cosa.
Quizà su destino era llegar a una playa.
Eso hubiera sido adquirir la experiencia del desierto.
Pero dudo mucho que a un prefijo le sea vital
la experiencia del desierto.

Nosotros. Hombres; la mayoria de las veces solitarios.
Heterodoxos sin motivo alguno. Nihilistas
de planos y algodòn. Nosotros espejismos, caminando por
las calles intentando levitar entre represalias y cantos de
nàufragos, escribimos sobre todo ello.

No escribimos porque no haya quien lo haga.
Prueba mas que fehaciente de la escritura son los libros.
Los periòdicos. Los pròlogos de cualquier iridiscencia
que no es redactada por un hombre.
Lo ultimo no es el caso.
Lo ùltimo podrìa ser el detalle de una uva con zapatos.
O la equidistancia moderna que engarza
un alfiler en un hoja.

El asunto es que las palabras eran y son limites.
Que oigo un nocturno y hay una apariciòn mientras la luz
del dìa arranca la desnudes de los nombres.

Y sin entender muy bien porque
las conduce a un irònico sacrificio entre la claridad.