domingo, 30 de junio de 2013

Metàfora y Epifanìa






Pensar un oceano.
Quedarse en las manos
con el cofre de ese oceano.
Soñar hasta que nuestras representaciones
se den por capitulos.

Objetar todo lo que podamos
al verso y si es posible
sentarse ante èl,
con ese oceano;
su cofre y esa representaciòn
por capitulos.

Interrogar y dentro de ello
presionarnos un poco, lo indispensable
para salir a la lluvia con un gato en los ojos.

Desprendernos de arquitecturas
y melancolicas urbes donde
las claraboyas giran al cefiro
de veletas que desvanecen 
un himno y observar 
paralelamente 
que la esfericidad es el lenguaje
del circulo arriesgando su
forma.

Pero esta vez ese circulo.

No afirmarà que es una metàfora.

Tampoco una epifanìa.



Guillermo Paredes Mattos

Cuando Abandona el Significado






Cuando el significado abandona
una palabra.

Cuando las brùjulas al aguardarlo,
estàn hechas de objetos y 
materiales.

Igual que en una circunstancia.
Semejantes a toda eventualidad.

- Con todo ello anunciamos un fenòmeno-

Mientras los veleros estrechan fosforecencias,
que algun amanecer oprimìan un
pròlogo.


En esa furia del sentido en lo 
nocturno, escribiendo: No existen alas,
mi voz es determinada por 
la coherencia de una liturgia,
llena de ceremonias y un trecho
donde los pianos celebran
el lapso del vagòn en
arcanas cosmogonìas.

Llenas de sobriedades, literalmente.

Con escenografìas como el techo
del latigo en una una ilusiòn,
donde la transparencia deduce
para dejar que el oceano
se incline, sinuosidades
solitarias como un templo.

Una cupula de dios en la sangre.

Y sigo afirmando, para dejar 
que el oceano y todas sus
ballestas de incline.


Pero aquì en mi corazòn.

Lo ùnico que pregunta sonàmbulo 
ante el universo.

Es a què...



Guillermo Paredes Mattos


sábado, 29 de junio de 2013

Circulos Gamados







Escencialmente el oceano.

Con sus rìos entre la profundidad y
circulos gamados.

Las estrellas de hambre en su orilla
ebrias de razòn y sus vinculos
con articulaciones
de esferas,
donde las circunferencias
desgastan 
hilos de nieve con la esperanza
de otro invierno.


Particularmente la noche
con su efigie de alambre ortopedico,
respirando la nociòn
de universales escenografìas,
al animal sobre la tierra
y el escarlata
ignorado, del mal sobre una huella.

El paso acompañando
de una esquirla,
es acompasado festìn
de una tiniebla,
donde siniestras cartas despiertan
astrales.

Pensando en la continuidad.

Meditando en esa balada donde 
la unidad redondea 
sus puntos
presagiando la mimesis...

El extraño poder que sòlo
la naturaleza esperaba.




Guillermo Paredes Mattos

viernes, 28 de junio de 2013

Las Liebres Descomunales






Siempre he pensado que las cartas
de liebres, son como amatistas
pendientes de barcos
llegando del aire.

Convencido de pocas aliteraciones,
busquè la muerte del cofre
en ese lenguaje
y con la sensaciòn de quien indica
a un corazòn donde queda una playa
me sorprendì de que 
pudiera seguirlo.

Ello lo escribo porque me neguè
tantas veces el rumbo de 
una corola 
que mi espìritu
habìa sumergido en esos mèdanos.

Eso tambièn lo saben las dunas.

De ello habla el conocimiento
que bajo la memoria
no deja de buscar en la reminiscencia
un casa y una chimenea
de crines 
fermentandose.

La pus allì domada por el tiempo
despierta latitudes.

Y a veces rìos de huesos dorados
y descomunales.


Guillermo Paredes Mattos

Sobre el Gran Amor





Un gran amor es sólo un estudio
filológico.

El sentido cartesiano de los que
hacen nada.

La respiración del mar sin oxigeno.

El prejuicio o el complejo donde
la piel deja de ser animal.

El libro aborigen de los roces.

Un gran amor es el sentido omnisciente.

Un gran ausente del océano.

El asterisco separándonos del tiempo,
pero no totalmente.

Semejante a una marcha de molinos
busca guarniciones de locura,
todas en la saliva escondida
de otro diente.

Incomparable en la suciedad de las uñas.

Mitológico como la ventana del rito.

Muestra el sudor del acido y el elefante.

Enseña las cartas de
un idioma casi plutónico.

Un gran amor apenas campea,
dormido eternamente
en jardines euclidianos
piensa arquimedico,
la arquitectura
que organiza el silencio.

Ese silencio que deja un gran amor.

De esos que sólo son un ejercicio.

Una vertiginosa
teoría
filológica.


Guillermo Paredes

Sacrificio





Ten a la palabra
con poca y demasiada belleza.

Siempre caerá en un punto que no
busque esos contrarios.

Buscala en los preludios y los
bosques.

Llega sin manos y sin anunciación.
Decapitala y decapitate, si es posible
cuando encuentres su espíritu.

Eso es lo que aguarda el sacrificio.

Eso espera cuando se encuentren su
alma y tu alma.



Guillermo Paredes

jueves, 27 de junio de 2013

Prerrogativa







Son leguas misteriosas.

El hilo de una mafia en ella
anuncia el cartel de
su velo.

Y no reparaba hace mucho en esto, el
ùltimo sonido que vive en esta plaza es
el que toco. Es posible que la lluvia haya
alejado a los hombres, cabe la posibilidad
de que hayan fueran silenciados por una ejecuciòn,
igual que una forma es silenciada por 
un alga.

Medito en ello.
El sentido que posee este momento
se parece a la lluvia, a un reloj: Sus campanadas
son ahora un contenido letal y luminoso
hecho de nieve. Un contenido de
lamparas y diafràgmas,
poseido por universos
de aros
y toda historia de particularidad
en mi casa,
tambièn es semejante.

Son martillos misteriosos
acompañados de ladrillos,
ante ellos, no es indispensable nada màs
no es necesario otra cosa,
las palabras siguen
el curso de lo empirico
como un acertijo, 
bajo la nieve expresan sutilmente
los cantos de
un adivino.

Sòlo el poema se acera por la 
noche con un talisman
incrustado en los ojos con cadenas
para reconocerlo.

Pendiente de universos,
desde sus propios amuletos
para recrearlos.




 Guillermo Paredes Mattos





 

martes, 25 de junio de 2013

Las Crestas Astrales







Què lejos la orilla de un lenguaje persa.
Què ajenos sus cantos de espada sobre
el itinerario de quien trajo el aura
algùn amanecer,
cuando los objetos presentian
un angel debajo del
hielo y un niño desertaba,
naufragando en 
la espuma 
hacia las crestas primeras.

Què lejanos estos oidos ante 
la llegada de sus ecos y silencios: Observa,
como el vuelo no alude a la abstracciòn
y sin embargo la creaciòn en ella
nos devuelve a una mitologìa 
de gris en las narices,
a una opulencia con el grito
o la perversiòn, sin modernidad
y sin desmayo.

Tan misterioso como
el contenido de las plateas,
como el signo del fervor en
una letra ebria de primogenitos,
castigada por almenas
y arabezcos en cuyas mentes
el idilio va a representar
otra vez
el jinete de los palcos,
la antiguedad del rocìo
cuando se desvanece,
la luz mesopotamica 
en otros resplandores.

Solamente otros
resplandores.



Guillermo Paredes Mattos

El Poema de Intuiciòn



´






Imagino un poema.
Una carta o una visiòn que cae 
del relampago.
El amatista donde las cosas son tan
claras desde el fuego.
Vuelvo a mi casa con un nicho 
proveniente desde aquello.
Un naipe llamando mancia
de vidrio. Un torpor como
la cualidad o el titanio.

-Entonces tal naturaleza era intocable-

Prolongo en mi
conocimiento, el manantial
del reglaje, la 
piedra del
sentimiento, adherido
a un patriarca de ficus
o cipreses, despierto en 
la figura del verano.

Yo he amado ese verano.
Con carbones y profecìas 
de arena. Lo amè con 
maldiciones cuyo tamaño
se dispersaban en el reloj
como un equilibrio
del caos.

Extraño de las altas escencias
y los menguantes
con el frìo, yo he amado ese verano,
por lo tanto y cuando despuès
del amor 
como de los elementos
descubrimos otro atomo,
volvemos a todo gènero
de intuiciones.

Y como la intuiciòn 
necesariamente une y separa.

Esta noche tomo el camino
que une.

Porque tambièn 
separa.




Guillermo Paredes Mattos

domingo, 23 de junio de 2013

Idiosincracia Literaria







Hace un instante reclamaba.
Preguntaba al aire, què constelaciones
dormìan en mi dormitorio.
Què signos en las palabras
iban a borrarse
para no prepararme.
Hace unos momentos yo miraba
el sol sin ningun hecho
y ello me hacìa mas
propenso a un mal poètico
pues inevitablemente
son esos segundos
los que crean. Y no tienen ètica.

Sabemos, que de algun objeto
nos convertimos en 
elemento,
en pàjaro de agua con un
sentimiento indeleble en
los acentos y la
conversiòn,
escribimos detràs de las paredes
para escuchar el don
de los talantes sin furia,
allì donde la rabia duerme
su fruto de papiro 
negado.

Naufràgamos, dociles y sucios
para no ser condenados,
pero sabemos que ese engaño
es necesario como
una doctrina que llega
del aura, cuando no
de las regiones
donde decimos ya nada.

Ya nada, ese es escrùpulo
con un altamar lleno de
perros.

Y como este atardecer
no soy gramàtico.

Yo dejarè que hasta encontrar
mi sangre, muerdan.





Guillermo Paredes Mattos

Mirada de Supersticiòn






Miro en la supersticiòn.
En los principes que vuelven al mar
con una ballena.
En el extasis de algo sin poseer la profundidad
que quisieramos.
Nuestra voluntad entre las cosas
poèticas, està cerca
pero sòlo
de si misma.
Veo la ceremonia del acertijo mutilado
por el himno, la violencia
de un dios virgen 
entre las crines
donde el asfalto barre los craneos.
Miro el origen
del martillo entrando por la cola
de cemento en una hoja.
El silencio donde las esporas
cultivan el temblor del
barro y en ello
compuertas de calma trajinando
como un leòn de cera
escondido en una carta de nieve 
para no ser sumergido
en la arena.
Presiento las claves
de un desarrollo entre prismas
donde las carabinas despiertan
llenas de idolos
entre industriales marismas
su presagio con 
las dunas.
Quemo nuevamente aquel boleto al
alma ofrecido por el agua,
el promiscuo instinto
de la velocidad
devorando las ruinas
que dejaron los cisnes.
Veo el alce.
La tierra de bengalas sin ningùn
movimiento.
Miro por ùltima vez en sus 
desplazamientos.
No recuerdan que cuando nos
encontràmos.
Hasta la muerte en ella
era inmovil.


Guillermo Paredes Mattos


Sobre dos Triàngulos








Poèticamente empìricos
son dos triàngulos,
al formar una estrella.



Guillermo Paredes Mattos

La Organizaciòn de los Sueños






Liberate de los àrboles. No todos
estàn programados
segùn la organizaciòn de tus sueños.

Pero intenta hablar de vez en cuando
en ellos. Busca en sus señales.

Su naturaleza es perder su destino en 
el tuyo.

Ello implica una incursiòn, èsta traerà
represalias. Es inevitable. Nunca sabràs.

Aguardalas en el fondo del mar para que
sea màs dificil encontrarte.

- Suponiendo que seas buscado-

Tù sabes de cosas, que como crestas se
elevan sobre la ola sin desesperaciòn.

Tù conoces la quimera donde lo erotico
anuncia un dirigible.

Te levantas muy temprano porque
intentas compartir inutiles universos,
siempre confrontado.

Sabes que vivir no significa exactamente
tocar una espina.

Y de alguna manera lo sabes.

Oiste de ello, desde un que eco aparentemente legendario
sòlo por asuntos domesticos.

Se habitual, se domestico. Llena hasta tu
idiosincracias de rutina.

Permitele a tu identidad, dejar atras
cualquier soberania.

Tù conoces mas que èste que escribe.

Yo seguirè humedeciendo el lenguaje
con acidos en mi lengua.

En las lagunas - cuando me toque verlas-
tendrè la visiòn del azogue.

Quisiera entregarte ese azogue con
una palabra màs que no logre inventarse.

Para que asi ,sòlo la juzgue
el misterio.



Guillermo Paredes Mattos

sábado, 22 de junio de 2013

Reflexiones Sobre Infalibles Sepelios





Nunca he sido metòdico, como un numero entero
conviertiendose en palabra,
dado a decir y por decir, he ideado
mi codo, para que logre ser inèdito,
digamos como el hierro.

Acepto que existen desarraigos y mi
forma de organizar la arena,
jamàs logrò llevarme
a un epitafio.

Nunca he vidido con esa tan poca fuerza
de hoy para encontrarlo.

Un epitafio es el fondo de algùn
dequeismo.

Uno con estilisticas muy extensas
como la mayeutica.

Y yo no estaba destinado a ninguna proporciòn
con esa idea.

Caminè por la tierra.
Fuì un diario.
Mirè el fondo de una silla, equilibrè
mi panico sin necesidad de noches
ya que èstas fueron el tiempo
para escribir y no porque las cosas
se oscurecen.

Anduve por los imperios del diablo
con pocas vitaminas.

Yo no tuve nutriciòn, si eso es 
lo que quieres.

Vivì en versiculos como si tanteara al por
mayor alguna desventaja.

Clavè testaferros, màs de una vez en mis venas
pero no por asuntos oraculares.

Nunca como hoy accedo tan lejano a nada.

Tan vacìo a todo.

Eso lo escribo con el deseo de alguien
buscando hugotones entre la medida
del aire y del aceite.

Cabizbajo, extraordinario,
pensando que una ballesta al ser nombrada
borra su sentido,
irregular, complice de arcas y francotiradores
busque mis paises
en jardìnes de neumonìa,
donde los peces llegaban al compas arcaico 
desenterrando de una fila de una vez 
por todas, su identidad.

Y entonces presentìa como ahora
el juicio de sus mas profundas bengalas.

Como algo abominable y siniestro
llenando de esquirlas las cavernas 
de nieve por donde une el corazòn
cada amanecer sus cadaveres.

Donde deja dormir por una tercera vez
la inteligencia de sus infalibles sepelios.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

viernes, 21 de junio de 2013

El Dìa Equinodermo







Este dìa ortogràfico.
Sin recogimiento.
Sin ubicuidad.
Todo un panlogismo.
Una carreta.
Toda una circunvalaciòn de
alquimia.
Tan ojera.
Tan hambriento
como adjetivo o volante cardinal.
Como ramera ortogràfica.
Desigual, inocente.
Tan extraño en las cartas.
Nominado a esquinas.
A heuristicas
de fusil.
Sin objetividad.
Material como el libro.
Buscador de suelas.
Lleno de aretes y esporàdicos lèxicos.
Disciplinado como un edificio.
Semejante al lance.
A frecuencias de set
o el purpura de golf en tu esquema.
Este dìa caudal, gobernado
por frenetismos.

Esta, mi rapacidad
sin belleza en una hoguera.
Perpetradora y trecho.
Jurispruedente de columnas
maniàticas.
Interrogaciòn o historial.
Arsenal de guijarros.

Mi dìa, en cuyos radiantes homicidios
agonizan robustas perdiciones.
Mi dìa atolon.
Lleno de horas y mantas sin ingenio.
Coleccionista.
Ventilador.
Temperamental de frontis
y rebeliones.
Pronuncial en su pronunciaciòn.
Equnodermo desde el
cèfiro.

Este dìa.
Acertijo finalmente
de la màs violeta 
bala.



Guillermo Paredes Mattos

jueves, 20 de junio de 2013

Los Cometas de Eleusis







Sobre una manta de literas va un musculo.
Andino como una casta de oro devuelve
un reflejo. Ya sabemos que todo reflejo,
deja en el espejo su extraño corazòn, ya
conocemos la vereda de eleusis
arropada por una ciudad
donde persefone canta 
a la intuiciòn de un indio
con cartas azules entre lo celeste.

Sobre esa ubicaciòn con la tierra
en un sentido que desconocemos
arribamos a un corte de agua,
el tiempo no ha formado cicatrices allì.

Como un liquido desenvuelve entre
corrientes la grama.

La egida veterana del follaje.

Ese conocimiento, que alcanzo sabidurìa
a base de panteras y aladas balanzas.

Esa ciencia con escudos de pretorianos
y callejones grisaceos
sobre ellos demèter descendìa
hasta radioactividades de plutonio en
los cabellos.

Esas ondas continuan su actividad
cada vez que se acerca un heraldo.

Esa es una vida que no tiene existencia
sino es empujando un corazòn
en la naturaleza.

Mientras otros en el universo se apagan.



Guillermo Paredes Mattos

miércoles, 19 de junio de 2013

El Numen Irisdiscente







Evitar el numen.
Evitarlo desde una campanada rota
por los àrboles
o la sinalefa de un idioma
castigado por el cuerpo.

Viejos animales cantan ahora
sobre el espejo de sus huertos
polillas amarillas ebrias
de acidos,
con bocanadas y vertigos
donde un lampo
suele dirigirse
a la yesca
con el tambor de 
un ideario,
con la màgica insinuaciòn 
que precede a la
estaca.


No observar en sus vidrios.
No saber quien yerra en su interior.
Mirar en su subjetividad
como si miraramos la nuestra
y escribir despuès que
las auroras en su 
espìritu 
nacen por figuras
que van a resucitar en 
la reencarnaciòn 
de los zafiros.

Cuando el numen se une iridiscente
buscando encontrar
lo profano.




Guillermo Paredes Mattos

La Arboleda del Numen en el Iris







Hace no mucho el iris trajo su leyenda.

Representaba al elixir, en sentido
habitual de un extremo, es decir, lo màs 
opuesto a la vida, elevado por la carne.

Representaba un ìdolo, mas, no
su continuaciòn.

Hace mucho el iris viaja de devenir en 
devenir y sòlo su insinuaciòn anuda
los trenes òrficos de sus palabras,
la especulaciòn de platea en 
sus entrañas,
las que llegan del numen.

Mucho no hace, que para conocer
buscaba el miedo del desierto,
el ritmo trepanado por un exodo
de transtornos culturales,
de personalidades deformadas
como un arte y quizà como el mìo.

Los objetos seguìan danzando
en ese iris, siendo lo màs crepuscular en èl.

Y lo crepuscular, lleva un sentido
sòlo comparable a una escama,
al ocultismo de un dios virgen
y su hiperbole, furiosamente
expresada.

Lo crepùscular es -tambièn- seguir a
los bosques, detenerse sòlo
para beber en las maderas. Un recordar
de soledad, igual a un verano de frìo.

Hace tanto que el iris no deja una escalera,
que no corta en las manos precisamente
donde hay una linea.

Tanto acontece, que sòlo la arboleda
semeja juicios entre sus resacas
y en velodromos, que logran pertenecerle,
la necesidad de su apariencia
vuelve a ser el puñal de cera en
las mejillas, el mismo
del cual descendì un amanecer,
aquel hacia el cual caminè con 
un corazòn en las manos.

Ese corazòn que tan sòlo resplandece
en la memoria.

Y al escribir, sòlo la arboleda de
este iris, mil y una noches
vuelve a nombrarlo.




Guillermo Paredes Mattos

martes, 18 de junio de 2013

La Tradiciòn de Obsidiana







Admitimos cosas profundas: Un látigo
como el sol en la deriva del brillo.

Oceànicas fuentes de astromelias,
donde los planos, debido a
la elasticidad de los tallos,
no pueden conjugarse.

Y conjugamos; un hemisferio en la
imaginaciòn. Una tradiciòn de obsidiana
derramada por òpalos.

La fantàstica soledad de otra ceniza.
El elemento continuo a la bandada 
cercada  èsta por fragatas y segmentos de ruinas.

El pergamino de la tierra juntando edades.
La naftalina en el cobre.
La reiteraciòn en una voz imitando
una mañana de uranio,
el adviento en ella y los adioses
diciendonos que otro diluvio
y no el nuestro...

Mostrarà el imperio del fìn en ella.


Guillermo Paredes Mattos



lunes, 17 de junio de 2013

Performance del Racimo





Veo un hombre.
Logra tomar de la mano a una mujer.
En ese momento sucede algo
inobjetable.

Si eso inobjetable, los atrapa entre
su gravedad, sucede algo
màs inobjetable 
todavìa.

Y ambos se transformaràn
en racimo.




Guillermo Paredes Mattos



domingo, 16 de junio de 2013

La Circunferencia del Bolsillo






Me acerco a èste momento con la ùnica 
circunferencia que existe este dìa, la que està
en mis bolsillos.

Me acompañarà por partes segùn los
fenòmenos a mi lado, asi hablen de extinciòn 
o ecos.

Por otra parte serè rutinario hoy.
He completado una hoja donde escribì que
tendrè lenguas como pelos.

Ortografìas de luces o cantaros, lùcidos
como el infinito de una balsa
o el almenar fantàstico y solar
donde se pudre una imagen
que jamàs alcanzò naturaleza de recuerdo.

Pero èste es mi momento.
Deberìa personalizarse en alguno de sus 
hechos. Deberìa ser el lirio que me agradarìa quebrar
antes que de ello se encargue la providencia.

Pero no estoy convencido de que ello
sucederà.

En tanto hecho o pronunciaciòn
en èsta circunferencia y
en èste bolsillo,
pasaràn otras cosas.






Guillermo Paredes Mattos

Un Hueso entre la Magia








Descifré un adivino una noche
donde no se logra ver  a los muertos: Una creación
bajo la tierra de carne, en ceremonias de funerales
y sepelios. Entré a la noche con
una coherencia más
y apolineo, busqué una fragata en el tiempo,
una que bajo oceanos de hilos
desembarcara apenas 
con la gravedad
de cosas siniestras entre las tinieblas. Pensé
animando al ente indómito del adivino,
tomando huesos de ese muerto
como él lo hacía,
me dejé llevar a los confines
de esa inspiración
llamada esquirla.

Descubrí luego que la vida no sólo era
ese momento.

Intenté corregir ese instante.

Movilizarlo junto a un vikingo.


Descifré un sangrado de brújulas allí.
La canción de celestes desvaríos  -compulsiva y fría-
en mi diluvio de arcas con epitafios
o epitetos que recorrían cada amanecer
la quimica del venado,
la humareda de una criatura
verdecida por el aliento
de la rafaga ,
comprendida entre  la ilusión 
que recrea extasiada
una hipnosis de magia.

Aquella abierta por el tiempo
en el corazón de un adivino.

Hasta encontrar allí
la magia de un hueso.




Guillermo Paredes Mattos

sábado, 15 de junio de 2013

El Arquetipo del Fresno







Dìas de entrañas.
Los relojes despertaban sobre si
con equlibrios de cera y batistas de carne.

En uno, los escudos dejan atràs
la redenciòn, el canto azulado del fresno,
aquella remota pareja hecha
de flautas. En otro el azogue
del rio en los pòmulos.

Sobre la tierra
volvìa a enarbolarse una carta 
de musgo.

El paradero màgico del halo
como figura de tropo creciente
en tinieblas donde cuadrigueros fidedignos
o adolescentes
surcaban ruletas de oceano,
en ese lugar mi pensamiento veìa caer
cenizas de multitud,
donde la inclinaciòn a marte
sofocaba
clepsidras y batiscafos.

Yo lograba ver con un
sentimiento alimentado de danzas.

Yo entonces lograba quebrar
una rodilla, con esa percepciòn
donde los navìos naufragan
sòlo para escribir en una clase de carbòn
el velo que da cita a los horoscopos,
al sentido de la adivinaciòn
cuando posa un estandarte,
en la pòcima de arquetipicos naipes.

Y sin embargo un gitano
seguìa echando girasoles a un pubis,
sin embargo capitalistas y mùsicos
rocìaban nudos en la garganta
del sueño.

Yo no sabìa quièn era.
No lo sè hoy.

A lo lejos el alba
pertenece nuevamente a lo divino.

Pero ya no como providencia.

Jamàs vestida otra vez
de alma.




Guillermo Paredes Mattos




El Jardinero del Destino






Tarde o temprano, eres conciente que hay
otro mundo.

- Es tan tautològico-

Que debido a otras regiones,
una dimensiòn es nivel convirtiendose
en una carta.

Muy tarde, màs que temprano, descubres
que la inspiraciòn no es siempre
parte del aura.

Y el halo somete 
las altas penumbras del comercio
entre palabras
con acidos de acero.

Muy tarde descubres que un jardinero
no tiene nada que perder y vive dedicado 
a una rosa.

Pero en este parque las rosas no hablan
para conocer que quieren.

Estàn llenas de efigies provenientes
de silencios.

El silencio es una armadura.

Esa es toda mi interpretaciòn lo cual
implica mucha pobreza.

Temprano, muy temprano eres conciente
que la inocencia al presagiarse
es sucia y cae, cae intentando
ser semejante a la divinidad.

Pero la divinidad, contrariamente
a la inocencia se suspende.

Logra suspenderse, sostenerse
y en ello tiene que ver algo el destino.

No conozco esa experiencia.

En este poema el curso del mismo se basa 
en la historia de un jardinero
y no he vivido en un parque.

Yo sòlo he venido a sentarme y esperar.

A esperar porque lamentablemente no puedo
contar otra historia.



Guillermo Paredes Mattos

miércoles, 12 de junio de 2013

La Emboscda al Infierno







La orquidea es hado.
Un talisman totalmente puede interpretarla.
Tambièn està el oràculo del yelmo.
La analogìa empieza a llenarse de escarpines.

Sueño esa gota descrita por una rafaga.
Tejo el rostro del òpalo, sin saber nada de èl,
la piscina es de girasoles celestes ahora,
sabìa que èste instante se revelarìa
pero la divinidad no me preparo
en èl. Prepararme en èl,
hubiera sido condenarse.

Y al continuar, elevo un muelle sin lados
de crestas, con una vida
a la cual llegarìamos
con un pedazo de higado en una mano.
Y un ave con un gigantesco
pico en la otra.

Irradiamos algo en su espìritu hasta que
lograra rodearnos
y ese halo que nos transporta en cada instante
pudiera iluminarla.
Asi - a veces- se salvan los dioses.

Tulipanes a favor y en contra del viento
separan las hordas en los timpanos,
asombrosamente fue de esa manera que
tuve derecho a profanarlo todo.

Volvì entonces al canto de una maldiciòn.

Un canto que habìa madurado a escondidas
de los trenes.

De las elipsis.

De un grito propio de mi insipido hermetismo.

Borracho de algas, devorador de salvas
y mendigos.

Junto a un norte en que los poros
son la soledad
transparentada por clepsidras.

Y espectaculares caballos.

Los ùnicos capaces de separar fronteras.

Los ùnicos que podìan mostrarles
como se roba una llama de fuego
a los infiernos.



Guillermo Paredes Mattos

El Manantial del Infinito






Caminamos con vaticinios que en el corazòn
dejan un sentido de nieve.

El otro se aprende mientras vamos hacia el
agua.

El hecho, es que terminamos como un manantial
que siempre anhela orillas.

Pero no las encuentra.

En ese momento descubrimos el absoluto
de nuestra necesidad.

Porque todos los liquidos de nuestro
ser se derraman.

Y nuesto ùnico deseo es que ello
no sea infinito.

Por màs que la gravedad sea amarga como
un bolido de sal en la arena.

Guillermo Paredes Mattos






Mención de los Cisnes






Yo fuí racionalista con el lumen.
Me vestí de verde sin llegar a lo ardiente.
Reconocí tardiamente el farallón al escribir 
del mar.

No tengo ningún eco que proponer,
pues en cada uno desciende una manía igual
al polvo y mi espíritu ha tomado
en los oceanos
la realidad de polvo que era para él.

Después de ello el universo es simple
como un mundo que baraja la tierra.
Igual a la semejanza con que 
reciprocidades y adjetivos electricos
rozan las guijarros y hay algo 
impulsado con los ojos entreabiertos
y la claridad del sueño
en imperios sin tèrminos.

Nosotros voceamos por allì...

Y es algo decidido antes
de la noche,
antes de una cubierta
o un diametro de sol,
atesorando en la creación
el mitologico lugar
donde la racionalidad
vuelve a tomar una estela
abandonada por manadas 
de hienas
y cisnes despedazandose
en otra sangre.




Guillermo Paredes 

martes, 11 de junio de 2013

Logos Neologistico I






Me he concentrado en cosas como las siguientes: La
altura del ser en un piano. La novedad
con que la mìstica se dedica
a los planos. 

Mi concentraciòn que siempre es solitaria
y por momentos angustiosa, ha temporalizado.


Escribo ello, porque generalmente una concentraciòn
està lejos del tiempo. Asi estas oraciones dejan
de ser versos y no lograràn
separarse de los que anteceden. Por 
poesìa yo entiendo demasiada
ontologìa.


Concentrandome,
en cosas tan cèntricas como la generaciòn de
un ave, escalando el àrbol
cuando ya no quedan alas
y una identidad
sin proporciòn coloca en su espiritu
la ultima sustantividad con que el lenguaje
detalla èste hecho y sobre todo un yo,
un yo gravitacional que proviene de mi 
vida,
su conjurar
para seguir constituyendose. Un yo
que para existir apela
a la necesidad de otra mitologìa.

He concentradome una vez màs...Como un acto en comùn
con mi abstracciòn, llena de mausoleos
y làpidas
con la unciòn epinupcial
con que aludo a descenlaces en mis dialogos
con làmparas que desde
un ùnico lenguaje no
logro encontrar.

Toda caminata con en el lenguaje es
màs que un encuentro.

Con ese lenguaje que cree ser doloroso titan y yo lo dejo
vivir hasta el final con esa creencia.

Un neologismo para èl es una parte
innecesaria que mi vida crea cuando siente hambre.

Y efectivamente es asi.

Lo ha descubierto.

Pero toda hambre en la voragine del neologismo
no se puede saciar.




Guillermo Paredes Mattos

lunes, 10 de junio de 2013

La Decisiòn del Fuego









Es sencillo. Caminamos allì donde el ente es
sorprendido por la palabra y no nos sostenemos.

- incluso el ente bordea las cosas oscuras 
intentanto mostrarnolas-

Asi ofrece la esperanza de que intuyamos
que existe una regiòn donde es de febrilidad
el equilibrio.

Uno que necesariamente no es pristino.

Un equlibrio como los equilateros.

Como hombre que camina a cualquier parte
del mal acompañado de un gato.

Un gato que facilmente se transforma en buho.

Recien entonces 
logramos gritar en la apariencia
redescubriendo que un sonido
la destruye.

Un sonido de dos animales que
transforman nuestro labio
en otro animal
primitivo.

Por un momento sabemos que es
asi y hasta nos envanecemos
de ello.

Lo he vivido.
Està en alguna hoja de mis diarios.
Esos que el fuego consumirà
un dìa.

Y los consumirà por alguna decisiòn ajena
a la mìa.

Sencillamente, el fuego
debe alimentarse.




Guillermo Paredes mattos





domingo, 9 de junio de 2013

La Epifanìa de Cera





Nadie camina tan lejos, decidiendo què
arte de soledad es inasible.

Eso lo decide lo inasible.

En el fondo, nadie lo hace tan lejos.


Yo me encontrè con la voluntad en un
momento de epifanìas, cuando las formas
escriben entre nebulosas.

Algunas de ellas lograban soportarse, si 
alcanzaban lo concreto.

El asunto para la epifanìa es atravesar
lo concreto antes de ser tomada por el aire.

Eso se convirtiò en un problema, con 
naturaleza mas existencial que literaria.

Asi, me encontrè en lo que podìa mirarse
intentado caminar como poeta. Era 
una mitologìa de aire, sigue forastera
por los cantaros donde el poder
de lo sobrenatural decide.

Me alimente de nada intentando
llegar a lo sobrenatural.

Sòlo mi cinismo y mi desprecio me
decìan que desde esa manera lo lograrìa.

El fìn seguìa siendo el encantamiento de
un espejo que abre hermosos venenos. Hormigueros
de cipreses para sorprenderne un poco.

Yo habìa perdido esa capacidad.
Mi logro era especifico.
No era como el que posee un diagràma.

Yo habìa perdido esa capacidad por lo tanto 
el agua despertaba una oraciòn que
era el ùnico viajero
de mi conciencia, pues desconocia 
toda leyenda. Todo lo que nos acompaña
escribe sin que lo sepa un prologo de marcial
certidumbre templaria, un oxigeno.

Pero no escribo de leyendas.
Intento llegar a la trascendencia 
que hay en ellas girando un poco.
Extraviando un poco.
La epifanìa paralelamente castra silenciosamente
todos mis paraderos.

Ese es mi ùnico crepùsculo
Las panteras suicidas del arrobo lo saben.

Tambièn el oxido de mis ojos.

Y toda mi astrologìa de cera.




Guillermo Paredes Mattos







sábado, 8 de junio de 2013

Invertebrados






Cualquier ejercicio en la naturaleza.
Toda compulsiòn sin galgos.
Mi especulaciòn de efigie.
La oraciòn sin temperamento alguno.
Un libro de apariencias, devorando su 
propia carne.
Ese semejante a dìas metropolitanos.
Un director de transitos y muecas.
Los imperativos de celestes mesianicos, 
lo siento tanto por ese color antes del mesianismo.
El ejercicio rojo donde se rompen los huesos.
El matinal y brujo.
Que lame zòcalos.
Que dialoga con campanadas.
Mira alturas siempre con desasosiego.
Pocas veces autòctono, lleno de guijarros transculturales.
Iluminado por la resaca de los terminos,
sin ver como muere una quebrada, un final de mi ropa.
Algùn zapato asèptico, lleno de ladrillos.
Mis ejercicios dàndose de alma.
Compartiendo, anhelando un para què.
Su policlinico logos.
De circulos hipnoticos y forasteros o miscelaneos.
Esas grandes poses de duda, aùn de duda.
Yo y ese ejercicio aerostàtico para romper 
alguno de mis hombros.
Mi codo de rodilla sin lustrar,
De dulce cuarentena..
De afeitadas orficas.
Buscando volcanes, tramites de carga,
casi lleguè a vivir de corazòn, tù lo sabes.
Como tambièn sabes que fui encantado por heroes
pero alimentado sòlo las antonomasias
del momento de su muerte.
Màs aùn en este atardecer
donde la naturaleza es el ùnico poder
que quiebra todas las metàforas
del universo.

Pero escencialmente las que conozco.

Y poseen el siguiente detalle...

Son rojas.



Guillermo paredes mattos

viernes, 7 de junio de 2013

Semiologìa del Pez





Estas son las cosas,
un objeto como el agua
en un oceano sin crestas.

Aristas semejantes a pièlagos en una 
repùblica.

Un golgota de mercurio buscando 
un dios, de preferencia apolineo.

El cardiograma de sed junto al àtomo.

Esa medida crepùscular que se tiene dentro
de un sueño, igual a un torpor de plata.

El mismo torpor que seca ancestrales antorchas,
estrechos cementerios donde la vida 
està de pie sobre los libros, con 
sabidurìas subsidiadas por techos,
por manos que hablan pero
de cabeza y sobreentiendo
que toda mayeùtica define bàlsamos
y viajeros, maleficios 
de sobrecaratulas o sienes. Asi 
puedo releerme con 
una visiòn que transgrede 
pero no demasiado la estrofa....En
realidad es al contrario.

Una conciencia en medio de esos
opuestos nos espera y espera la
ultima de nuestras cartas.

Todo esto dentro de noticias,
acadèmicamente.

Noticias rebasadas por un 
pasillo.

Por un derrotero en el cual
se intenta degollar 
una idea, sòlo una.

No sè si ello tenga algo de eternidad.

- lo he supuesto inutilmente miles 
de dìas-

No sè què clase de creaciòn juega 
entre esas marionetas.

Es imposible hallar un semiòlogo
en esa caratula,
que logre ofrecerme un pez.



Guillermo Paredes Mattos

martes, 4 de junio de 2013

Lenguaje en Siames






No es mercenario incrustarse
màs y màs en la soledad, sobre todo si
es nuestra.

Decir nuestra, es demasiado general.
Asi que escribirè lo siguiente...

Cuando esa soledad nos pertenece.

Eso me convierte en traficante de
mi mismo.

Y veo con asombro, què asombroso 
vuelvese el instante...

Pero sòlo un segundo.

Finalmente llegamos al idilio subjetivo
que poseemos como polvora
y compañero.

Nuestra angustia queda sellada nuevamente
por su naturaleza de siames.

-Esa de la que tù quisiste arrancarme-

Asi hemos caido nuevamente al ser
que estaba cifrado en nuestra  sombra.

Y contemplamos ahora en nuestra vida.

En todo aquello que como ser es nuestro.

Conformes y tranquilos.

Estàmos seguros ya de nosotros mismos.

De nuestra condiciòn siamesa.

-La imagen es extraña cuando atraviesa 
las calles-

Seguros de que nunca màs podremos 
de nuestro otro pedazo de carne
separarnos.



Guillermo Paredes Mattos

lunes, 3 de junio de 2013

La Conspiraciòn de una Barricada







He crecido al lado de una barricada.
Eso es conceptual hasta un heterònimo
o una aerea gesta violacea.

De una barricada, eso es posible.

Sin ninguna duda me he movido en ella
escribiendo que la insinuaciòn
sutiliza.

Que una palabra es la oscuridad en 
movimiento, quitàndole
laansiedad a 
la magia

- cuantas cosas nos debe esa magia-

encerrada en el occidente
de mi sangre. Asi encuentra
un hilo. Una fractura en los huesos
donde mesetas de iris
despiertan 
con el menesteroso trabajo de unirlos.


Ademàs de ser una barricada. He crecido entre
anzuelos. Vi la agalla detener su ira
mientras el lampo jugueteaba
en la divinidad hasta que 
uno de sus juguetes
convirtiò mi pequeño universo
en providencia.

He crecido en una barricada.
Yo sòlo le debo a la vida las circunstancias
con que un inspirar
deletrea en mi buho.

Yo he crecido tambièn en un anzuelo.

Mi ùnica labor es conspirar
eternamente.



Guillermo Paredes Mattos

La Metrica Distorsiòn del Papiro







Hoy los màstiles estàn en movimiento.
Toda la longitud que he podido crear 
ha alcanzado la definitiva labor del pensamiento.
He vuelto a ser mortal por iridiscencia.
Por lumen.
Soy mortal y eso lo agitan cada uno de
mis pasos con el menguante
de una coincidencia
u otro eje.

Me detengo en las cosas para saber còmo eran.
Miro en las entrañas por mitos de reencarnaciòn
y procesiones, que recusitan los valles
campeando en mi alfabetizaciòn 
de alga temprana,
con alfa mayor de relàmpago.

Miro un rayo para volver a comprender.
Invoco en mi conjuraciòn el nombre
impronunciable de las uñas,
la sistole inintelegible
de un caminante,
lamiendo la estela de su saliva.

Los ejes vuelven a distorsionar su papiro.
El ejemplo de acordeòn hunde la selva
y el fisico andamiaje del proposito,
me niega la conclusiòn de
epicidad en una herida,
cantada por labores de mancia
y neurosis.

Hoy las cosas han alcanzado la inmensidad.

Y lo ùnico que pueden hacer
es reproducirse.




Guillermo Paredes Mattos

sábado, 1 de junio de 2013

El Esoterismo Infinito







Extraña la desesperaciòn cuando 
al pensar, recrea.

Extraña su mayolica y vidrio.

Cabalistico el sentido de sus asteroides
y por si fuì alguna vez sismico,
eso fue por la inteligencia
que pacientemente
me dejo lo telurico.

Ojo, no es un estandarte, ni una faena
con mi sangre. Tampoco un
movimiento de placas tectònicas
que oculta mi piel serenamente.

Creo que es un resplandor
que no sabe brillar, pero ejecuta
cada noche su danza con 
la niebla.

Es otoño. Lo sè por un
cicplope en las alas de los pàjaros.

En ese sentido veo la replica
de mi corazòn vagar en 
el aire
y como si fuera poco, algo allì
vaticina què inspiraciòn abrira
en mis hechos
la decisiòn con que el esoterismo
jugarà mi ultima carta.

Y decisiòn y escritos
me enseñaran - sòlo un poco-
como se convierte en 
yugular
esa carta.

Hasta evitar monasterios.

Hasta evitar infinitos.



Guillermo Paredes Mattos


Coyuntura de lo Evidente







La nieve diseña.
El infinito especula.

Son rastros de una expediciòn
que defiende el misterio de la parte
ante el todo.

Que tensa tendencias de los mismos,
cuando no, equilibrios sin inocencia alguna.

La nieve diseña, pero no todas sus siluetas
revelaràn sus formas. Esa parte
es una rastrear 
esta mañana, pero
no es un todo.

El todo desde el momento en que
rastreamos se hace ajeno.

El todo observa.

El todo contempla, cual serà la forma en
que cumplirà su destino.

Entonces el descenlace se 
hace obvio.


Guillermo Paredes Mattos


La Marea de la Espera








Al abandonar la marea, el mar regresa cuidadosamente
al oceano. Las aguas traen consigo 
otra interpretación de la orilla,
una iluminación de arena
cuya violencia de las aguas
podrían
devastar.

Pero, si ello sucediera.

La interpretación volvería
a la arena.

Y con seguridad ningún hombre 
estaría esperando.




Guillermo Paredes Mattos