lunes, 30 de septiembre de 2013

Su Nombre es Pensamiento






He podido extender un verano.
El otro fue tomado por el eter.
Luego, el granizo esculpiò una botella.
Fue en ese momento que un gemelo
llegò a ese punto con la pregunta.

No sabìa que tal pregunta podìa darse.
He caminado por siglos en el eter
asi que las preguntas y respuestas
una noche terminan siendo lo mismo.

Tal vez habìa una respuesta.
Pero como dije, tanto andar entre
respuestas y preguntas sòlo
conduce a un universo.

Allì no pueden ser halladas.

Y ese es ya un decenlace.

Todos los conocemos, unos 
en mayor medida que otros,
pero finalmente a todos
nos devuelve la mirada.

El nombre de ese universo
es pensamiento.



Guillermo Paredes Mattos


El Jìnete de Platea







Un jinete de platea,
una higuera, doblada por
omòplatos y cerca, la resina
del hominido, en noches
donde todas las estrellas
se incendian.

Por lo general algunas brillan.

Y yo qusiera...

quisiera un panteòn; sumarme 
a todos los compuestos quimicos
de sus funerales, con el peso del
elefante. 

Parece muy orfico...

Dormir sobre la literatura de sus
reflejos.

Ser lo mas muy honesto - si se puede-
que se pueda,
con adjetivos ambidiestros
tanto como una cacofonìa que en este
segmento, acompasado
de todo fenotipo, cautivò el gen
allende a las maderas o historias
donde relatanse barcos con sentidos
iguales a cinturas o relàmpagos.

Un jinete escribì. Con alamedas
de equinos. Capaz de orar
como el barro
y conquistar un titan 
que besa una marea o la 
mitològica forma de escupir
en una u otra dimensiòn.

En una u otra dimensiòn...

Igual que lo sagrado.



Guillermo Paredes Mattos

Los Paralelos Opalos








Oigo: el amanecer es paralelo y òpalo.
Siento: raro es ver objetos sòlo por sonidos 
y sedientos animales.
Escucho: hay ràfagas que traen movimientos.

Adivinase ahora un presagio en la boca
trayèndonos hipodromos o paracaidas.

Dònde viviò ese instante preguntamos

En què dèdalo en las uñas.
Bajo cùales pentagramas.

Me alimento de salivas hundìdas
en mis pàginas, como lo hace un cirio
entre funerales.

Antiguo y aleatorio como 
mi arcana miscelanea
intento llegar a herencias 
de funiculares, donde
mi ùnico precedente para existir
era la curva. Jamàs la direcciòn.

Fuì un adolescente que se hizo 
niño para recoger algùn milagro.

Esa imagen es completa y ahora
comprendo su lugar aqui.

Ua imagen tanto como 
prodigio que caminarà a travès
de icaros o bibliotecas...

como lo hace un libro...Una impronta,
el veredicto del alga cuando juega...

Y una tradiciòn que cubrese
raudamente en un nido
de panteras
la libera del guijarro.




Guillermo Paredes Mattos










La Magia y la Imaginaciòn






Hay una letra en la imaginaciòn.

Es una consonante que en algùn
momento del camino
se separò
de esa palabra.

Cediò a otra obviamente.

Asi naciò la magia.

Y ese es todo su
universo.




Guillermo Paredes Mattos

Versiòn de la Originalidad





Comprender que la versiòn original de
esta fiesta es sòlo un elemento. Un punto
que logramos dividir en civilizaciones y
cuadrados. Adquirir la espacialidad
con la cual ajetrea un obrero 
su nacionalidad de 
cualquiera, su piel de oso cubierto
de algas y subrepticiamente de rameras.

Podemos decir entonces que una versiòn
-original o no- le debe mucho al prostitubulo:
mejor dicho a la idea cultural que crea
en nuestros pasos, en la mirada,
incluso del piano o el alimento llevado
y ungido por la boca. Son planetarios
donde letales artificios no se equivocan,
somos nosotros quienes nos mentimos.

Llegar a una casta de polietileno.
Asumir por verdad un sentimiento en la piedra.
Una silueta de papiro.
- no confundir papìro por eje-
Seguir - ya no tan seguro- hasta la medida
e el plazo.
Todo tiene un plazo hasta que pierdes su sentido.

Ser lunar - no hay porquè abigarrarse- aquì
decimos juicios y pergaminos porque
las palabras se borran en el 
viento. Es una labor, no
hay porque buscar
un antònimo.

Camina nada màs, da por descontado
muchas cosas, menos una.

Es lo ùnico que tendra tu vida atado a
lo que nos rodea.




Guillermo Paredes Mattos




Los Clanes de Vidrio








Sobre ellas; las cumbres
dejaròn traficantes
de nieve
y la arena
abriò el fundamento
-como si sus llanuras fueran
un solo poro-
para que sus territorios
abstractamente
se convirtieran en agua.

Eso lo tramò la divinidad...

Màs allà el pensamiento
pudo commocionarse, de tal forma
que en ese miedo, la magia encontrò
su psicologia: una de arnes. 
Una folklòrica.

Una psicologia 
-valga la redundancia-
que fuera retorica y psiquiatrica.

Psiquiatrica de altos velos para para no
interesar a nadie. 
Psiquiatrica de altas comparaciones con 
temperamentos o el guepardo
de un celeste hihilismo con mi otrora.

Yo tuve que deducir entre premisas
que no decìan mucho, pero decìanlo asi todo.
Yo tuve que concluir igual como acontece
en un concepto. Pero un concepto al terminar
de definir sabe que sòlo empieza un
camino.

Ello no me diò la confianza de ese orgullo
que sobreviene tras ciertos equlibrios
nostalgicos o neurològicos.

Yo no me parezco mucho al ego.

Ello sòlo me diò una poca confianza
para sobrevivir en mi mismo.

Muy a pesar de ese mi mismo.

Tambièn de esa psiquiatrìa
tan hipodèrmicamente psicològica.

Y lo siento un poco.

Lo siento por los pentateucos y los
dinosaurios.





Guillermo Paredes Mattos

sábado, 28 de septiembre de 2013

Materialidad de un Sueño







En un diccionario.

Cuando camina entre definiciones 
y arqueologìas.

En cosmogonìas,
tambièn planetas
asi llegando
a alfabetos:
pero ello no nos dice nada.

Nada que el poema ya conozca.


Se forman entonces vacìos.
Vacìos que nos dan lugar al caos
y con ello lugares donde caminamos con
-en apariencia-
carbones en los dedos, pero
estos como 
un diamante se borran
despuès de encontrar un sueño.

- como si fuera un poema-

Y se borran arbitrariamente
Asi que
el poema no es alimentado 
por carbones.

Es sòlo una pretensiòn personal.
Un nivel
en el planear mas
extraño de la noche,
cuando la divinidad
crea logisticas
y entre el sueño 
nosotros quedamos dormimos
dejando despierto el espìritu
para que logre tocarlo.

Algo desconocido como la 
inspiraciòn logre descubrirlo.

Pero dormimos.

Y esas imagenes que entre 
la realidad nos unen.

En el sueño nos separan.



Guillermo Paredes Mattos

Aproximaciònes Estructurales




                                                 Aproximaciones trascendentes

                                                           

No es el olmo al cortejar
el cimiento que deja una ciencia
en las ràfagas.

Ni los contenidos del
planeta contrario a la efigie
de un dromedario...

junto a una primavera de torres.

Estàn los exodos, los dinosaurios
y junto al gemido
inusuales construcciònes de simios.

Existen clarinadas de ubres
donde el pubis
despierta sobre placidos abigeos.

La respiraciòn y el lugar donde
la poesìa quedòse
ensortijada en una bocina.

Deletreada en los trenes
y el espiral 
del vagòn al relampaguear.

Deseo de las cumbres con
demiurgicas 
divinidades de cosmos.

El juguete del acaso
y  edipo trascendiendo 
a una estrofa.

No es el gallo en la hora
del crepùsculo
pensando un verso diferente.

Ni las consignas donde el
sacramento es
ilusiòn de monasterio.

Donde religiosos o no 
toda nube
es inspiraciòn matemàtica.

Madreselva de letras
que cosmopolitas
urden un ser desvaneciendose.

Y asciendendo como el sol
por los nùmeros.




Guillermo Paredes Mattos

El Aleteo de una Carta






Habìa olvidado esta carta.
Sus palabras como un testamento que
hasta hoy no habìa tocado.
Si pensara profèticamente dirìa que èste
y no otro serìa el momento
de leerla.
Cosa que pienso, pero naturalmente
la memoria posa su huella y dice: sòlo
es una carta olvidada. Eso sì, algo
en ella ha madurado: asi como
en los àrboles maduran 
los frutos. Es algo inevitable.

Una carta. Al leerla seguramente
evocarè un espacio fisico y humano
olvidado. Un espacio que existe
en el tiempo convertida en 
cenizas. Me doy un instante y pienso
de què estarà hecha la llama
del tiempo que consume 
los hechos.

Y pienso en esa llama porque 
nunca he de verla.

Ella perpetuamente debe girar
en otros nucleos.

De esa manera otras cosas 
arden.

Pero vuelvo a recordar una carta.
Sus palabras caminan ahora en mi mente.

Lo ùnico contemporaneo es su 
recuerdo.



Guillermo Paredes Mattos

Plano de la Naturaleza








Sobre un morral de planos
y casas de màstiles, cuando lo
interminable es llanura 
de tigre cruzando
una garrocha.

Cuando esa garrocha evalua 
definiciones de pertigas.

En la hora preterita del bosque
juntando arboles semejantes
a la percusiòn, mientras
su corazòn une 
el crujir de las ramas
en el aire
y ese crujir sea asi llevado por el viento.

En ese momento en que es tan facil
para nosotros oirlo.

Sin intuir que lo màs dificil estuvo
en la naturaleza, al crearlo.


Guillermo Paredes Mattos


viernes, 27 de septiembre de 2013

Llegada a la Idea





Y al musitar.
La espuma es alba.
O un ala que
empinase entre 
cabellos
de arcanas
alegorìas
con fechas de
moluscos 
en el pelo.

Como la
inclinaciòn
de un parque
en la boca
los labios inundan
fuentes y
pergolas
de cifras entre
linternas 
o acuarelas.

Allì libò el
encuentro
su inspiraciòn 
sin omnisciencia
ni embrujo
pero si con mucha
conciencia
de que el agua
no es heroica 
por haber 
llegado de 
la arena.

Allì el
trazo despertò
pagàno e
idolatra 
como el 
vestigio en 
tradiciones
originales como
aquello
que es 
sensibilidad
antes que pensamiento.

Y toca 
para crear una
idea.

Y toca 
para crear
inundàndola.


Guillermo Paredes Mattos

El Despliegue del Texto





Volver a una imagen es relativo.
Està la composiciòn de una primavera 
mientras racionales, bordamos un poco
de escaleras, una suma.
Una estructura entera de abismos.
El completo solar del precipicio.

Ademàs los camellos y el sudor del desierto
y las jorobas azuladas a los lejos; encantamiento
de instantes celulares, dejando
en nuestro corazòn espejos.

Està un exodo de vertebrado epiteleo.
La hiedra hostil con subitas relojerìas.
El hipodromo donde las sienes son zigzagueo
donde impregnamos lluvias de azotes tanto
como introducciones, bàlsamos distantes
que suponemos bajo el arco de
la inteligencia
deduciendo en el abedul el rango
del pañuelo guiado por 
esporas.

Regresar al oceano es a veces 
relativo.

Pero bàsicamente significa
que la imagen se ha encontrado.

Y en el texto se 
despliega.


Guillermo Paredes Mattos



Cartas Invisibles





La racionalidad de una curva.
Su fibra de lampara.
Escenas volàtiles de lirios.
Es extraño que esta miscelanea sea sòlo naturaleza
o un espectro en balaustradas
que tocamos desde
la ilusiòn.

Tropos donde los tallos llegan hasta 
culturas de eslabones.

El aluminio de la
cera.

La quietud en conjunto sobrenatural
ante los ojos de una liebre
o la parda libertad del horizonte.

Arnes en funciòn de vocal y su feretro; la
campana unànime del relato
cuya nuca reduce hasta el liquido 
torres indicadas por el polvo. Encinas
semejantes a la tez y un poco de albumina
inspirada en el cromo.

Fabulas donde la aprehensiòn llega
reminiscente a la edad de los buhos.

La pagina subsecuente al instinto.
La existencia: docil perno de velero...

Escribe para grabar en las astas,
decìa.

Como si cincelaras un 
puente en los iones.

Escribe porque las palabras
son devueltas entre lo
invisible.

Como sucede en un
diàlogo.




Guillermo Paredes Mattos

jueves, 26 de septiembre de 2013

La Proporciòn de lo Divino







Dejá sobre el resquicio, elasticas barcas.
Un idioma que vuelva a los collarínes.
Tiende puentes de seda que sean 
porciones y espatulas.

Premeditaciònes de carne.

Ilusiones de vidrio sobre las escaleras
mientras plasmamos un mundo
con relojes de hogueras.

Cuando asolamos reptiles con la 
fuerza de un sobrenombre espiralando
peciolos. Acompañado
de titanes o fuerzas
hilando descomposiciones
o el gerundio del peso mientras liba
el momento que convertirà en 
realidad su peso.

Alejate de ese pàjaro que vuela
sin conocernos.

Yo lo he visto cerce del diluvio
para jamàs tocarlo.

Y percibo.

Que por si mismo encontrarà
el rumbo.

Miremos entonces.

Quizà algun dìa estrecharemos 
sus manos.

Mientras tanto deja que lo
divino haga su trabajo.



Guillermo Paredes Mattos



El Devenir Escarlata





Entraràs sin darte cuenta a la lluvia.
A la conciencia del pajaro cuando
duermes. A la noticia con espirales
de armiño y la contracultura de 
un navegante con oficios de 
arrobo iguales al amanecer
o cierta escatologìa 
entre la tarde
y el crepùsculo
cuando todo lo mide el
horizonte.

Caminaras con indiferencia hasta 
dar el paso que era a la vez
coloquio; una especie
de mejilla suprepticia
en las condiciones
del niño en 
el fuego.

Nosotros bebimos de ese fuego
logrando asi contemplar.
Para recordar que la educaciòn es
un paso morado en los pomulos
o las uvas.
Un silencio sin redenciòn
en las alturas del topacio.
Un crematorio donde las civilizaciones
lindan con agrestes culpas
dentro del violeta
o el simbolo 
que da paso al hipodromo
o un engranaje donde cedemos 
sin infinitos
por amor a traversas
o continuidades
de almenas, que aùn despuès
de siglos siguen
ofreciendo a los hombres una higuera 
a lo lejos.

Y en el camino de ese mirar
la divinidad transforma eso tan remoto.

En un devenir
escarlata.



Guillermo Paredes Mattos

Presagio Nocturno de la Intuiciòn







De què manera eras la noche.
El còdigo de pàginas entre la lluvia.
La semiologìa con actos y coreografìas.
El lamento del arte al descubrirse sin cabeza.
Lo momentàneo o sutil como el rìo.
El salto de madreselva raspando
sus timpanos su lenguaje, igual que
una cefiro al golpearse en ellos.

Pero habìa màs.
Un pensamiento era el color
del lustro.
La tierra, ignota y dorsal como
un biotipo de enjambres
encerraba
un arcangel con enseñanzas
espinosas.

Todo caminaba al equilibrio 
de las cosas mencionando en la pronunciaciòn
de què misterio provenìan.

Porque todos los velos
empiezaban en uno.

En uno como la permanencia
del exhalo en el tridente.

Uno que habìa elegido
la intuiciòn
a la labor nocturna del 
presentimiento.

Aquel que debìa llegar a los huesos
antes que una hormiga.

Antes que una primavera encuentre
su florecer en los gusanos.



Guillermo paredes mattos

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La Prolongaciòn de los Halos







Vì en el lenguaje, porque no eras un yelmo.
Te alentè a las corazas, sin premeditaciòn;
pero en el escarnio, de bordes que enjuician
pezones, inhalando entre albas, una suplica
de presentes y tremulas implicaciones...se 
dijo:

no sè definir: el espìritu. A travès 
de ello no existiò conclusiòn que
tomara la realidad desde un alma,
por lo tanto, entreguè formaciones,
a un idealismo de trenes y volatiles
expediciones de papiro, no porque
esperara la cantera, el carbòn. El
pergamino.

Mi vida fue sucia, eso por la pureza
de algunas acacias debajo de los muelles;
donde la distancia con los panegìricos
màs liquidos, parecen acortarse.

Mi vida fue sucia, siempre entrè a ella
lleno de estafas...pero...

te alentè a una revoluciòn de partos
descoloridos como el diablo, convencido
que alguno de ellos formarìa el extasis
que precede a la palabra inocente.
Ten seguridad que el verbo no es
inocente pero hay que representarlo
hasta mostrar que tambièn es figura:

prolongaciòn del sueño que muere entre 
los halos.



Guillermo Paredes Mattos



El Lazo de la Vena





Si un camello dibujara en el agua, las
cosas no serìan gratuitas.

Ni tù tendrìas que sentarte ante la 
espuma, esperando ver como
sucede. 

Irìas con una moneda en los ojos
a cualquier desastre. La 
otra la dedicarìas 
a la barbarie.

Igual que mi alma, deambularìas.

- al menos en una oraciòn, una 
que no alcanzara el verso-

Si otros ojos ya no lograran sucederte,
el camino de la sucesiòn
recogerìa memorias y sensibilidad
definitivamente para vivir en el alba,
de alguna manera en la aurora
empiezan ciertas cosas...

El alba que poco sabe.
Que sopla entre hipodromos.
Que amarra su odio con cintas de
rojo como si tendiera lazos
con las venas.

Hasta donde sè, las venas no lo
hacen con nadie.

Ya suficiente tiene con 
un cuerpo.



Guillermo Paredes Mattos

El Oceano y los Hombres





Vì un poema junto a una republica,
estaba solo.

Màs allà ciudadanos de veste repelìan
solsticios como la alteraciòn
y el estadìo. La curvatura
y el suspenso
del oceano en las manos
me acercaban a ellos.

-no conocìa territorios entonces-

El mar oscilaba en mi corazòn como 
ahora. Conjugaba,
tenìa una poesìa hecha de crestas
y runas desprendiendo de las olas
un devenir como el sentir o la inmitidad
de una reencarnaciòn 
sin prudencia,
tomando yescas e incendios
para enfrentar a los hombres.

Una reencarnaciòn sin escrùpulos...

-Eso parecìa-

No lo entendìa.

Pero el espìritu del pielago, sì.

Era la unica manera de vestirse
con tùnicas que llegaban
de la arena.

Ese lugar formando eternamente 
desiertos

Al que no llegan los hombres.



Guillermo Paredes Mattos



martes, 24 de septiembre de 2013

El Canto de los Cielos






Prostibulos y altas cartas de resina. 
Corales dentro de una faena.
Liturgias a escalas de contrabando.
Y muy cerca volumenes de religaciòn
indagando en la bruma, donde la debilidad
inclina trechos, zanjas de estìo completando
sirocos de luces en un acantilado al ser
combinadas. Fantàsticos ùteros de 
albumina, rozando el acromiòn
del tejado; el raro despertar del tropel
en la tormenta y casi el habla 
desperdigada sobre continentes, 
donde los vaticinios trepidan igual
que el asfalto. Pensaba entonces; un
ensayo de niebla se borra en la poesìa.
Creìa; mi vocaciòn es anuario donde
la garua una mañana lograrà extasiarse,
vivir un extensiones, igual que kilometros,
prolongarse con el estrepito y macizo
portico, donde aprendemos o signamos
dos maderas hundiendo un hombre 
en la aurora. Era religioso; una ceniza
donde el nombre prensa un sequito, 
una cohorte, el velorio del villorrio
uniendo a su litografìa el mancebo
de una esquina domado por acuarelas,
màs altas, màs altas aùn que los golfos,
apuntando a la tentaciòn o la volcanica
escena de lo temerario. Donde un 
estallido de lava se aleja para siempre
del crater. Sòlo para poder 
respirar de los cielos.




Guillermo Paredes Mattos

Entrada a lo Siniestro





Con la hoja...
entre muchos de nosotros
encallada. Llena de nucleos.

Disciplinada en ancestros,
uno igual a los muelles
el otro convulsionando en los
parpados.

Cuando presentimientos y estampas
escriben el segundo del hèlice
y esa conciencia por
los equinoccios
descuelga primitivas expediciones
encorvàndose entre
prematuros aires
y materiales de reptiles
a veces criaturas.

Cuando la criatura no es sòlo 
un pecho.

Mientras el tacto, toma el rapto
del sonido, la condiciòn
del secuestro
del insomnio si no està preparado
para cruzar la pus
o el señuelo que
borealiza la carne.

Y un rigor de tèmpano
cae con sentires exhaustos; como
vibraciones de azogue
cultivando energìas
de exacto resplandor en 
las tinieblas.

Cuando aprendiste que en 
relaciòn a los girasoles cultivados por
las sombras.

Hay màs de una canciòn que
llevarà tu espìritu a lo siniestro.

Entonces los dos soñaremos el
mismo fantasma.

Guillermo Paredes Mattos

lunes, 23 de septiembre de 2013

Idiosincracia del Poema






El poema es un ajuar que la experiencia
desconoce.

Una idiosicracia que la luz conquista a 
travès de un fracaso.

De traficos embotellamientos.

Un nicho donde la indiferencia nos habla
de alabardas.

El poema se fermenta entre nubes y
depilaciones.

Enciende el monòlogo de una casa y
otra lleno de esterilizaciones.

Se despierta de la naturaleza, muy lejos 
y sin tradicion de poeta.

Su lirica desconoce el tramite de 
ciudades prolipopilenicas.

Fuerza su forma: ese es uno de sus
abismos.

El poema es el dìa agnostico de los
reflectores.

La melodìa del creyente con una 
caminata prohibida.

El aliento de una flor y su plaga con 
pestes de belleza.

La extrañeza de circunferencias
y ortodoxas maneras de soñar bajo
el acido.

Simbologicas navegaciones
como una episteme lo convierten
a veces en planeta;

una forma de 
entender su propia soledad
lo llenay quiebra 
de satiros.

Y al entregarse al gorjeo
encerrado en los satiros;
su crepitar es ràfaga
silueteando una vez màs su 
ser mitòlogo. Alguna vez tradujo
desde esta condiciòn mitologìas.

El poema sòlo toca una rada,
un delta con ojeras
de halògenas
ideografìas.

Donde lo esporadico 
no es inspiraciòn
ni proeza.

Y aunque el poema sabe que 
ha llegado al poeta.

Los dos se alejan silenciosos
y muertos.

En ese momento ninguna de 
ambas cosas importa.


Guillermo paredes mattos

La Marea del Daguerrotipo







El espìritu retoca la nieve.
La une a un nicho.
A un planetario de enlaces.
Tambièn al cromosòma;
fisonomìa de atomos
ahora,
circulaciòn de poros, eso
manifiestase como 
definiciòn.
Y definiciòn el precipicio
y alamar.
El hipocampo
del vacìo.

El espìritu marcha y es celular
como un molusco
rastrillando veredas, tambièn
preseas.

Un molino de cuadros sinopticos,
allì nos dice que
bebemos al
representar simetrìas
asonancias de granizo 
o violencias; indòmitas violencias
de plastico nihilismo,
donde la
confirmaciòn es de fulgores;
o el dìa de mañana con una 
goleta de frìo
mientras comunicamos que una frase
es incomparable con
fotografìas
al borde de daguerrotipos
juntando muelles, astilleros y 
expediciones a
una orilla.

En ese univero de resacas, cuando
el oceano regresa a
si mismo. Sì, en ese
palido universo.

Donde la gramatìca decìa
que tambièn empezaba el nombre
del corazòn en ese
abismo.

Pero el nombre no 
podìa creerlo.



Guillermo Paredes mattos




Memoria de una Estrella





De noche por la niebla, cuando vibran los 
objetos, soñamos.

Observamos asteroides, el funeral de la gota
en el desprecio.

Vemos al ser, con la manifestaciòn del
nitrogeno en luces que no puden ser caladas.

Nocturnamente cuando las torres escriben
para ser acribilladas.

Y desde los arquetipos las naracciones 
elaboran dinastìas paganas; porque
el atardecer parece
no llegar jamàs.

Y es un momento tan cerca del roble
o el centinela de platano.

En la incripciòn del estro o la navegaciòn
de la centella.

Cuando disponemos un ancla
o un vacìo sagrado.

Lo disponemos para que las constelaciones
tengan memoria
que aqui cerrò los ojos un astro.

Y nosotros estuvimos tan cerca...

Sòmo nosotros tocamos ese
momento.



Guillermo Paredes Mattos



La Profecìa Encallada







Junto al lujo del hierro en la serpiente.
Cuando nuestra idea por la ilusiòn
respira misteriosa su ideologìa.
Y exceptico como un criminal
ante la lluvia
me pregunto porquè su color no es dorado.
Dorado como el purpura.
Como el rojo. Y al ver esa levitaciòn 
de una vena en la leche,
presiono postreramente 
el arnes, su olvido
de alfabeto cuando juega furioso
con una ventana de plata.

En el racimo y su relaciòn
de hogueras.

En los planes logisticos del azufre.
En los gobiernos del puñal y sus 
interiores artisticos, freneticos.
Bueno, en sus campanadas.

En los aniversarios del agua
cuando la respiraciòn
agita el estio
como una unciòn encallada.

Encallada junto a un ser de iglesias
y maderas.

Donde deberìa saber que ser subjetivo
no es un ninguna profecìa.

Pero igual que ayer.

Me acerco a ella.



Guillermo Paredes mattos




Los Treboles del Hidrògeno





Hay cosas que son lenguajes con exactitud
Siguen una direcciòn
es una forma de castigar su contrario.

Hay lenguajes, ciertamente
con bastante humo en la memoria
decididos a un poco de arena en las cicatricez,
tomando el asta como si fuera 
la fascinaciòn
del modelo
y del bajio
en un aleluya.

Hay misticas con bastante acido
debajo del corset. Incluso con una
figura que llega de los ficus
con  metodologìas;
impregnando
milenarias cartografìas
de placeres.

Existen ecos como la sabidurìa
y los templos, màs
aùn cuando no es
sabìa, ni el 
templo es
granitico.

Y complementos de animales.
Concursos de estrògeno.
Particulas como el ideario
del hidrògeno
en una carta con fecha
de inspiraciòn amarilla.

Esto ùltimo sucede por una 
razòn...

Es el pigmento donde tarde
o temprano llegan los treboles.


Guillermo Paredes Mattos

La Astromelia de Fuego








Desde algo como el aire, mientras la noche
y el oceano vuelven a reproducirse.

En el lègamo, que orienta a la hierba
con su olor, mostrandole la estela
del valle.

En el temor y la desesperaciòn, cuando un
angel resbala por la nieve.

Y entre desembocaduras y antiguedades
sabemos que ese hecho
es candidato a lo 
trèmulo.

A una nebulosa y su persecuciòn.

A una evoluciòn de paredes con marcas
en las manos.
Desde y cuandos los orificios por el vilo
son paradigmaticos.

Seres transparentes cayendo muy cerca
del insomnio como el rayo.

En el incendio màs lejano.
El que por comparaciòn invadì con
una aurora de crotalos.

En la astromelia cuyo destino era hundir
la hojarasca.

El escenario fiel a las montañas donde 
el pàramo llena la escarcha de filigreses.

De aureos cortes con la neblina.

En el fìn y la coherencia
creciendo en la sutileza con espirales
virando al aquelarre.

A la ceniza de la estaca donde una
caverna de fuego nos espera.

Como si fuera un àrbol.


Guillermo Paredes Mattos

sábado, 21 de septiembre de 2013

Los Castigos Solitarios





En el pleamar hay otra coherencia.
Una suma de cartilagos diferente
a los horoscopos. O la experiencia
de todo invernadero. Es dificil 
graficar la noche de ese signo en ellas.

Y es dificil pasear en sus escamas
con rocìos solitarios.

Llenos de conciertos como de vacìos
una ballena.

En pleamares y mareas hay cosas 
que se elevan y otras que nunca regresan.

El mar lo conoce desde  hace siglos.

Esa es una diferencia esta noche
entre èl y una mente.

La mente al mirarlo
lo que hace es descifrar en silencio...

El oceano y el pleamar
se entregan a ello
como a un castigo solitario.




Guillermo Paredes Mattos


El Llamado del Nihilismo





Las esporas se transforman
en polen, no por voluntad del
mal ni castigo de las sienes...

-Hay màs veleros que llegan a 
los pomulos-

No es impresionate tampoco
la dislexia con que a 
veces hablamos ni con la 
cual construimos menciones
y estragos.

Las manos pueden
unir de nuevo una garganta
y sus mandibulas. 

Asumiendo que ese sea el problema.

Y asumiendo que esa sea la forma de
resolverlo.

Pero no es asi.

Hay portes contractuales de
pernos subiendo por la
espuma de la
imaginaciòn.

Existen maniobras como
el indicio donde 
escribiò 
el helecho
su silenciosa pasiòn de feromòna.

Tambièn acudimos al bozal
que detiene la raiz
camino de los
abedules.

Incluso el viento despierta en los
maleficios su
nihilismo.

Y allì no todos se convierten
en àrboles.

Algunas esperan el llamado
del poema.

Igual como el que escribe 
aguarda el llamado
de la poesìa.

Desplazandose entre persas
colores.

Guillermo Paredes Mattos

Los Juicios del Movimiento






Conozco un poco de la tierra y la gravedad.
Ultimo los pasajes del lirio al convertirse en
basalto para que llegue a ella. Reflexiono 
en su lugar, ya que el recogimiento del lirio
sòlo llega a la mùsica y a las curvas 
que da la polvora. Ese es un legado que
versiona en los atardeceres la sustancia
o tragedia del tornasol. De los arrobamientos,
cuando citan en su inquisiciòn al lirio.

La gravedad se dilata en el aire, en la
caida, es sinuosa como un vertedero
donde el brocal deja ver al universo
una medalla de agua, cuyo equipaje
es edificio, esquinando oleajes de carne
cordilleras de carne pudrièndose en
el fervor de un filosofico santuario.
Los santuarios guardan y esconden 
los tallos.

Hasta aquì todo es constelado. Hasta
este instante el talento del lirio
por seguir entre la realidad nos
lleva temporalmente a desconocernos.
Se trata ahora de buscar espacios.

Recordemos que la gravedad està 
unida mas al espacio que al tiempo
y la tierra es comparable al polvo
buscando hasta en el ion sus cenizas.

Y todo esto cuando la gravedad; la tierra,
el tiempo y el espacio en el interior de
un poema son separadas del movimiento.


Guillermo Paredes Mattos




Igual que Nosotros







Miro lo bàsico como una poesìa o un poema
que provienen de lo que hago 
cuando no llego al caracter
y soy tan solo circunstancia.

No puedo explicar la manera en que
la poètica me ha llevado por esos
linderos - no son exilios-
son linderos y caen siempre de 
los pinos. 

Tampoco son frutos.

Tengo lo elemental
como un teoretismo bastante coyuntural
hecho de piedras. De casuisticas como
depilaciones
en la musculatura del oceano
al dejar de ser 
pièlago.

Y escribir que constelarse es mudar
hacia un silencio
industrial
en el corazòn de la
escollera.

En los espigones calzados por 
la profunda distancia del oceano para que 
alguna vez vuelvan
a sus aguas.

Igual que nosotros.



Guillermo Paredes Mattos

Visiòn del Eter







Sì, yo entiendo y camino al lado de una ruleta.
Sì, me doy por sitiado en alguna oraciòn
a cuentagotas.
Y estimo en las cabelleras
el eterno fresno del sortilegio bebiendo
del agua, del coloquio fraternal
en las puas, con el dominio
de radas e imperios
con dinastìas borrachas como
el rìo del monòlogo.

Y sì, viajo al sol con esta rafaga de 
setiembre hecha de entrañas
como pianos
que enredan en un lejano pubis
una lectura de sargazos,
una comunicaciòn 
de heteronimos.

Sì, esta afirmaciòn no basta 
para escribir que allà afuera los màstiles
no son imprescibles
ni el canto sin futuro ni pasado
cercenando el tamiz
de un imperio
donde el anden
era toda una hemeneutica.

Alguna que temeraria
incluyo juegos de azar como 
un pergamino escarlata
en el libro de la providencia.

Mientras llegaba
en una laguna,
a la visiòn del eter.


Guillermo Paredes Mattos




La Pregunta e Interrogante del Ciclope







He preguntado aquello que tù.
Lo hice como lo hace una historia dentro
de la interrogante.
Crecì al lado de ellas con un lunar en la cabeza.
Tuve dormitorios, tuve habitaciones
no semejantes a los ciclopes.
Para lo ùltimo es necesario existir entre el 
rojo y el azul.
Buscar calabozos de nieve en las metàforas.
Seguir impredecibles cursos.

Para ser un ciclope doctorado
entre la realidad. Sobre mitologìa 
obviamente.

He preguntado tanto como tù
en una interrogante.
Ello porque el mito
busca siempre separarse de 
todo aquello que estudia
y conoce.

He interrogado y mi ùnica
esperanza era desdoblar una 
respuesta.

Asi el ciclope se quedarìa 
solo.



Guillermo Paredes Mattos

viernes, 20 de septiembre de 2013

Danza de Alevines







Como un temple.
O un cuadro de la memoria en 
la razón.
En resplandecientes bocas de coral
y traducciones de ceniza: puntos
de protesta y desastre
desplomándose entre algas
y acuarios,
dicho esto las sienes son elásticas;
he tomado ello
volviendo al hierro
con egidas de urnas o el
tembloroso cadmio de fisonomías
sajonas, he tomado ello
como un ave dentro del libro
de los limites
bajo el exodo de frecuencias
en el corazón
viviendo de papiros

A veces son fantasticas sus 
cupulas.
Y sus gorjeos son instintos
poeticos relatando
dinosaurios marinos
como la esperanza.

A veces he bebido el rizo,
una caverna: definición petrea
de algoritmo
o concubino platear
de una medalla ojerosa
en la hora
equinoccial
de una hermosa carabina
a lo lejos.

Danzando entre alevines.



Guillermo Paredes Mattos


jueves, 19 de septiembre de 2013

Elevaciòn Etica






En el deseo si la rosa deja sin fuego 
un cometa.

En poderosas orbitas, si son irrepetibles.

En lexicografìas y vertiginosos dramatismos.

Al ondear la pradera, al sur del mar, acompañada 
de claviculas.

En la moral como bandada que se avecina
pero nunca llega.

En el anhelo de mi primera desgracia
autoctona como la piedra
que lamen mis pies diariamente.

Y vuelvo al deseo -oniricamente- porque 
la muerte de su sueño es a plazos.

Su descenlace no es abrileño como hace 
un tiempo, pero aùn en mi memoria
al tocarlo, abrense prototipos.

Escencias bàsicas del soplo.
Unidades de tiempo en alamedas.
Allì la muerte volverà al conocimiento
sòlo por la muerte.

Esa es toda nuestra ètica.



Guillermo Paredes Mattos

El Nudo Incandescente





Junto a una mitòmana inscripciòn.

En el libro de las propiedades y autarquias.

Cuando oneroso debe ser lenguajizar.

Excepcionalmente, porque toda palabra
nos re-piensa. A veces acude al precipicio; asi
sucede.

Y sus silabas, en cada pulso observan
aquel donde logramos ver y a veces descubrimos.

-Observar y ver son adjetivos verbales muy comunes-

Junto y muy cerca del formato
en los pomulos. Esterilizado el punto. Las 
consecuencias del huno o de la hiena.

Entre convicciones de pleonasmo
y el futuro de un nudo incandescente.

Cuando yerras sobre el odio como lo
hace el amor y al buscarlo textualmente
te golpeas en un arrobamiento
de filosas curvaturas.

En esta casa sin ventanas 
que dudo mucho el poema quiera construir.
El poema sòlo se ensortija.
Igual que el relampago se ensortija.

No tiene que ver con el destino.

El destino se deja ver en otras 
cosas.

Esta es y seguirà siendo la historia
del hombre y una especie 
de arrobar.

Como decir...la transgresiòn y las
silabas.

La dimensiòn donde ingresa a una estructura
donde cualquier vocal debe arriesgarse
misteriosamente
para encontrar
su reflejo.




Guillermo Paredes Mattos

El Activismo del Lenguaje





Esta trance levìtico.
Al acecho de lo biblico en su
composiciòn.
Siempre amenazado por sì
mismo.
Sin lecciones de guepardos.
Intimamente eufònico.
Trepitande cual tautòlogo. Eso y màs;
este trance; azulejo que ya tardecino,
al borde del vitral presiona una escaramuza
en sus bultos: un ombligo en la arena
que verosimil retoza.
La coherencia retòrica de una goleta
que asciende a los circulos.
La silaba mas asonante aùn
entre su dentatura.
Informal como todo peruano en su
paradero de nieve - mi yo màs peruano
todavìa- logrando aquietarse
en todo punto de su ciudad
como un pobre autodidacta 
y nunca se da por enterado.
Este trance apòlogo.
Sin obligaciones.
Farmaco de las comparaciones.
Someramente fascista y oligarquico.
Paranormal y psicologo de versatilidades
en el ceño
donde una ligereza mandarìn
se construye.
Donde tambièn se escribe.
Entonces la interrogante cae como
un fraseologismo.

Ya no es necesaria la estrofa.
Aquì el lenguaje no pudo sostenerse.
Todo lo que tenìa que hacer era
no victimar sus botellas.

Pero bebe aùn de ellas.



Guillermo Paredes Mattos



Tragicomedicos Sonidos





En el interior de la arena, una escolta
bañada por la inclinaciòn 
nos dedica
el universo de su avistamiento.

Yo; como entero parque de racimo
busco nuevamente una obra...

Camina la literatura con aliteraciones
de heliotropos y neutros
resquicios
donde la alquimia
deja nacer una profesiòn de
hebras y con ello
el espacio.

Elimina la aurora
con vesperales juramentos de
traficos o miramientos
desde un quiste salvaje
todo aquello que continua
al nubarròn en
la subjetividad del tornasol
inasible...Digo elimina...

Equidista del mar cuando sus
latigos hayan llegado a la sensualidad
con la convicta profesiòn
del desecho.

Saluda a las ondas.
Vuelve a anudar todos los prados.
No dejes que griten en la
oscuridad alguno de sus bosques.
Es tan facil entregar el corazòn a
uno para que allì suceda.
Es tan simple ponerle una
bocina. 
Un cigueñal.
No hay porque alarmarse;
perdòn por mi sentido novelero 
y tragicomico.

Y perdòn por el final

de este verso






Guillermo Paredes Mattos

Racionalidades Snobicas






Sugierense cosas tan artisticas como 
un vituperio.

El maniàtico y su magnetismo al pie
del confìn con el aura.

El sobrenombre dionisiaco que tù
convertiras en estampa.

El encarnizado lunar del fanal: a èl
le deberàs toda tu noche.

A la imaginaciòn porque suele
reirse de la fantasìa.

A la fantasìa porque es tan abstracta
como ella.

Sugiere el arco del elemento al
dar ese salto vertiginoso al caos.

Y el caos lo acoge con saludo de
hambre y voluntad; esa es 
una diferencia con el snobismo.

Ya que se escribe de snobismo
recuerda que es snobicidad.

Lo ùltimo es lo màs sutil
puede llegar de noche a la madera.

Pueden llegar de dìa a la conciencia.

Una individualidad puede serlo
si no encuentras el bozal 
a una idea.

Alejate de ella. No le sirve
de nada al pensamiento.

Al pensamiento realmente no
le sirven muchas cosas.

Y cuando llegues a èsta conclusion
es hora de hacerlo tambièn 
del mismo.

Nunca seas el intelectual de ti
mismo.



Guillermo Paredes Mattos






Infraestructura de la Sangre




La sangre se reproduce por hechos.
No tiene nacionalidad.
Es titular de todos los periodicos.

Es antropo-fonètica de allì su 
encarnizado amor por el silencio y por 
los hombres.

Sabe que vivir en el interior
de ellos, es la unica forma de llegar 
a una mesa, a una vereda
al confìn donde nadie la verà sino
despuès de muchas primaveras
irreconocible. Y ello porque la sangre
no siempre es humeda, tambièn
se seca. Eso lo sabe
algùn endocrinòlogo.

No posee ideologìas.
No es martir. Cumple con las citas
segùn lo acordado en un piano
o la pauta del sino,
cuando las alabardas
nos dan la mejilla
de sus alamedas; hipocampos
que deterioran figuras
de alcohol cercenando una nube
la mentalidad del rapto
en una piel
por la caricia. Pero la sangre
vive debajo de esas 
cosas. Còmo 

Es efemerides.
Larga noticia del lago.
Combinaciòn de huesos en una 
aventura de raices.

Un amanecer 
de silogismo puro, nada màs.

La sangre es canditada a los
reflejos porque dios no la quiere.

Y ese dios a veces intenta imitarla,
no por hechos.

Lo hace sòlo por pronunciamientos.
Lo intenta por alguna esperanza entre
la divinidad.

Y en ello sòlo existen manifestaciones.




Guillermo Paredes Mattos




martes, 17 de septiembre de 2013

Sugestividades Electricas






Està en manos del todo.
Tambièn del reflejo.
Del tacto y la composiciòn.
Del perfume trashumante; casi olor
a manada.
Lo pronuncia el perdòn en andanadas
gratuitas.
Quizà sea recibido por lo incomparable.
Es imposible saberlo.
Sabemos que encierra
vesperales trazos.
Fugacidades.
Tumbas de desigualdad; regiones
de traspie o que es lo 
mismo: un vaticinio 
digamos.
En los idiomas o el cadmio.
En los diarios que llevan nada màs.
En los bandos jugando con una
pertiga, fracturandose 
en el lexico
de la respiraciòn, luego
de haber inclinado algo inedito
a una runa.
Algo sin perpendiculares
ni dientes posesos.
Sòlo la escala.
Una escala proporcional 
a la espuma.
Cuando se aleja de la ola
y no se desvanece
en los circuitos
ni la electricidad
de los aires.
Y nunca sabemos 
dònde.



Guillermo Paredes Mattos



La Longitud y la Magnitud







Tengo una opiniòn, proviene de la magnitud.
Hay otra, llega del hado. Es posible que el hado
sea un lagarto desgastàndose entre sobrevivientes
pero hay que nombrarlo con la evidencia
desquiciada de un hombre.
De un hombre en mi alma lleno de alarmas
y saltos contiguos.
Un hombre lleno de continentes y temporadas
de azufre
cuando los acidos oran al lado de una grùa
y pasajeros de expedientes
conceptuan el opalo de la coartada
entre juicios marinos.

Poseo un alfabeto
en èl, los signos no terminan de encontrar
su horoscopo
y buscan el tatuaje de mis ojos,
la disciplina de mi barbarie; equinoccios
que el atardecer transforma en ànguilas; frases
de ofertorio y siniestras barajas apiladas por
un vellocino sin cumbres, dramatizan aùn en el arpòn 
que alguna vez aconteciò en ellas,
con el hecho de una maqùina verosimil
impreganada de asfalto o sinòpticos
tallos de albumina. Con el manifiesto ruin 
que quiebrase en el verso, sea o no
con el verbo camino de la melodìa
o el verano.

Tengo una idea, a veces es sòlo longitud.
Marisma horizontal.
Montañero de coral o acuario
en las invisibles campanadas
de un pètalo.

Esas que oimos como un llamado
para ser alimentados.

Rodeados de profecìas como 
la tierra.



Guillermo Paredes Mattos

La Devociòn por los Papeles







Dedicate un poco mas a tus presagios.
Camina menos entre los hombres
sòlo al camino le importan tus
huellas, asi que èl te enseñarà a dar las exactas.
Acercate a una visiòn, pero al igual que ella
se retira del universo, haz lo mismo.
No podràs sostenerte. 
En la distancia que separa dos cosas
està todo el universo. O casi todo.
Dedicate a la luna o las arpas.
Observa con detenimiento còmo es encerrada
el agua en las botellas.
Por un instante pensaràs que debiò estar
en el mar, por un instante.
Quedate un segundo allì y luego que te hayas 
empapado de esa estirpe
regresa a tu casa y en el camino agrègale
otros manantiales.
Tù conoces todo el poder del lirismo en estos 
casos. No es el mismo que la realidad 
o la vida. Su fuerza la encontraràs
en otras cosas:
Un dìa con la soledad absoluta.
- si en caso la encontraràs-
Un dìa con la naturaleza
-esto es posible-
Un dìa con lo divino si
cree que tienes derecho a ser oido.
Personalmente yo recitarìa un poema que 
hablara de idolos, asi podrìa
decir que pensamiento
cae desde la divinidad
cuando sòlo hay heroes
o jabalinas.
Pero lo divino no siempre es divinidad, de 
ser asi no podriamos separarlos
en una coincidencia. Sòlo lo harìamos
de jabalinas que son de 
alguna materia.

- el poema eligiò la amatista-

Dedicate a los hilos.
Buscalos en tiendas o las cenizas
de una ciudad.
En los ùltimos hilaràs la probabilidad.
Podràs crear bandadas logisticas
para noches enteras con un
poema.

Un solo poema.

Eso serà suficiente.



Guillermo Paredes Matos


Poesìa del Amanecer en una Forma






Esta mañana al darme cuenta que no
necesitarìa despertar, comprendì que
la noche habìa pasado
de una forma.

Las condiciones del espacio
no eran las mismas, los sustantivos errantes
por el aire. La libelula con un violìn en
su vientre muerta en mi cabeza.
Los generos del centuriòn raido.
La imprecaciòn perpetua del gaviero 
el horizonte, el màs lejano. Esta mañana
las condiciones eran tambièn
otra forma.

Y còmo no, buscar una planicie.
Còmo no estrellarse contra el universo
buscando una entera gramatologìa
que siente con unciòn
el mal de esta carne; esa naturaleza
desde la cual procedìan 
mundos enteros como el objeto,
fraseologìas semejantes al material;
rudimentarias faldas escocesas por el
agua, entonaban esa melodìa que
precede a esa realidad encerrada
en la perpeciòn de toda forma.
Y esta la era.

Pero no estaba preparado para ella.

Habìa llegado al amanecer
y eso era todo.

Sin necesidad de despertar,
oprimiendo mi corazòn a una mesa
o el celeste movimiento de
una criatura.

Yo no estaba preparado.

Pero el amanecer creìa que sì.

Y me mostraba otra de sus
formas.




Guillermo Paredes Mattos


lunes, 16 de septiembre de 2013

La Proa del Horizonte







Si antes de nihilista, crecemos 
y alentàmos
ideografìas de palma. Para 
que el ras de una cosa
emparantada a 
mis pomulos
se develara entre
un horizonte de tallos. Si despuès 
de ello...Cuando esos tallos
son colosos como el nimbo
que cruza la niebla 
estrechando la humedad,
los patios de follaje que ahoga la lluvia.


En el todo que hay a mi lado.
Con un ser como el iris o la escencia
del panteòn en una cascara
mientras la identidad
de un pasadizo
evalùa 
una galeria
a la larga, en la contraposiciòn 
del lumen junto a la noesìs,
escrita mientras la nieve traslada
pedazo de oraciòn entre 
la poesìa.

Si la poesìa divide un contenido.
Uno separando el gemelo
del siames como lo 
hace una borda
cuando asalta el mar 
con un eslabòn 
casi invisible por la fuerza
del oceano.

Y esa borda que mira el 
horizonte agonizar 
cree que el horizonte 
es suyo.

Cuando nada màs le 
pertenece su muerte.




Guillermo Paredes Mattos




La Luz Nerviosa









Y el sol
como una gran 
iniciaciòn de armonìa
en las corolas.
Un sol con vestigios 
de haber soplado en el hierro
y haber uniformado de
hàlitos, segùn la estaciòn
a las horas
hasta encontrar un color
para cada una.
Segùn ello ya no podemos adivinar
que tremante traerà
un ocaso; siempre serà rojo.
Esa es la ùnica fogata para
nosotros.
El pinaculo de la inspiraciòn 
cerrando los iris
a un retrato.
El mensaje del algùn craneo
uniendo visiones
hipodermicas
como un enjambre
de figuras que
bajo la piel
llegaron a esa serenidad donde
desenterrar un instante
es sinuoso,
donde abrir las puertas
de un talento
puede ser el dejo del
equilatero camino
del invernadero.
Ese sol de dejeismos 
Ese sol
como un gran montaje
de fortunas
y escenicos monasterios
de grabados.
Ese
desaliñado y viejo
anciano puro cuando siempre
es tarde, desierto de
unciòn contaminada.
Para ti sòlo 
poseo una hoja de nitrògeno,
una desiciòn de turbinas
un cigueñal
como el silencio.
Bajo ese silencio se evocan
maravillosamente
sòlo esquinas.
Paraderos de agua y autobus
como la cruz del alga
en la mirra del
puercoespin
besando un rostro.
Un rostro interpretado por
una membraba de
pustula
en sus sìmbolos.
En uno de ellos no habìamos
leìdo nuestras lìneas.
Ni el poema donde
baja hacìa el 
oceano
el misticismo
de una luz
nerviosa.




Guillermo Paredes Mattos

La Convicciòn de lo Prodigioso






Lo hizo el fuego de la boca.
El tañido o el fango del requiem.
El rapsoda, si està a la altura de su melodìa.
El fuego porque siempre baila su propia
danza, no hay otra perplejidad.
El tañido porque es la mìnima planicie del eco.
El rapsoda porque a veces su deber
es llevarnos a otro mundo.
Eso no significa que nos arranque de esta vida.
Y por màs que a mucha gente le sea indispensable
un viaje, el rapsoda sòlo debe escribir
un polinomio. Uno que toquemos mientras
estemos dormidos. Uno que lleve cicutas
y arterias de romànticos nùmeros,
por màs que el gerundio del
nùmero ofrezca todo lo contrario,
nuestro derecho a ello està cimentado
en la demostraciòn de cosas imposibles.
Inasibles a culatazos.
Fuera de tiempo y perdigon.
Nuestro derecho en dejar una palabra como
la encontramos, para al volver,
despertarla desde lo diferente.
El derecho a compartir sòlo un desayuno
de agua con ella.
Yo amo la semejanza, siempre y cuando
me plantee ante la diferencia, cosas prodigiosas.
Amo la escritura si es que logra convencerme
de un mañana donde podrè olvidar
todos los versos que he escrito.
Eso es lo que amo.
Sòlo asi lo hago.
Sòlo asi puede afirmarse nuevamente.


Guillermo Paredes Mattos




Metatextualidad del Quijote





A mì me plastificaron muchas veces.
Esto es muy subjetivo. Nos preguntàmos
còmo ello acontece. La respuesta està 
en la poesìa.

Digamoslo con propiedad. La poesìa
me ha plastificado muchas veces. No
es un poema, pero es un verso que
puede llegar a un significado segùn
como nos movamos.

Voy a tomar una conjugaciòn muy 
comùn en mi vida; segùn como seamos
desplazados. El sujeto es tacito obviamente.
Todo sucede meta-textualmente.

Recuerdalo...

Y sòlo la luna es evidente.



Guillermo Paredes Mattos

Tras-Herencia Cultural






Por mi herencia cultural, no puedo objetar
algunas cosas de mì, eso es objetivo.

Pero mi herencia, no es sòlo cultural ni herencia
propiamente dicha, aquì hay mucha herradura.

Y sin haber tenido un caballo me veo obligado
a buscar un equino; un tridente en su hocico,
completa la figura.

Alguien me dijo ayer quer debìa ser religioso
pero un oso no se religa facilmente.

Primero debe saber de geografìa y de planos
sobre todo ortopedicos.

De anorexias y helices de espantapajaros,
sumemosle acupunturas.

Debe conocer poesìa y coyunturalidad; este 
termino es sòlo cacofonico.

-Es lamentable que esa estròfa suene a ello,
es lamentable-

Debe escribir justo en la hora en que la
punta se mezcla con un reloj. Bueno,
llamemosle clepsidra.

Sumar a estas casi aptitudes requiere màs 
de una iglesia.

Un sabor a tambores quizà, uno a lizos 
titanios.

Un oso debe recordar la inteligencia, cuando
no tiene nada que perder.

Ella lo acerca al mitòn.

A la boina y la oraciòn en su cueva.

Sabe bien que hay que persignarse
-a veces hay que aparentar ciertas cosas-
y no se necesitan amuletos ni plagas
no es necesario ir al mohin
ni al desanfado con 
perfiles de gangrena.

Por mi herencia cultural màs que sinònima,
no es importante si ambas no
logran conjugarse. Y de ser
asi...

Lo ùnico que queda es seguir buscando
una posiciòn en la marea.

Y como todo poema llega.



Guillermo Paredes Mattos



El Destino Isoformico





Como una vìctima colgada en el rocìo 
del destino.

En uno de sus sueños y el prisma del
aguila al planear
en ella.

Y ese destino, arrojado en ese vuelo 
aprendiendo otra vez
que su sombra sòlo fue fogueada al
lado de los hombres.

Ese destino extraviado alguna vez
en una boya,
en una antigua incursiòn desde
el perfil y la desapariciòn,
desde la borrazca con las que imitamos
un poco la escarcha
y la reminiscencia
abre intensidades tanto en la velocidad
de la piel; el neòn
del diafragma.

Ese destino recogiendo de la
marea una isla.

Un continente de llaves.

El contenido de preseas; epistolares
y claras con una fragata de 
demiurgos en el 
pelo.

Y de cerca un eslabòn.

La melodìa del esgrima 
junto a una escalera.

Y ese destino derivando a otro curso.

Comprometiendo brillantes isoformismos
de abortos.



Guillermo Paredes Mattos

sábado, 14 de septiembre de 2013

Figuras inmediatas







Vellocino vestigio.
Empìrismo escarlata.
Mi hoy; adjetivo y aguja.
Idiosincracia lejana.
Jabalina petrea.
Garrocha sin identidad.
Aquiescente acuarela.
Desgaste sobrio, econòmico.
Manteniendo deltas.
Dormitorios en el fondo del mar.
Libèlulas reproducciones.
Ello ùltimo no vivirà sin raciones
de elasticidades violaceas.
Perdòn, si lo arcano no
encuentra lo inmediato.
De esto se trata;
un limòn extasiado.
Una fragata ciega.
La hormiga al naufragar.
Litros de alambres donde las
puestas de voluntad
son entes empiricos.
Pero lo extraño es que no
estàn en la experiencia.
El titulo de este poema
marco su destino.

Y quizà esa figura
no tiene el poder para mostrar
lo inmediato.

Y tranquilamente la experiencia
de ese destino.

Puede alejarse.



Guillermo Paredes Mattos



La Esperanza de la Belleza







Muestras de testamentos
como un arca 
de funerales
donde todo cigueñal
alimentase.

Animales de enfàticos 
mesianismos
rodando entre profetas.

El basalto deserta al instinto con
la radiaciòn del mediodia.

Un sitio de procedencias
con estratòsferas
de horno en
la garganta
se cuela por las esquirlas.

Suelas de boinas
y luces de adoquines, como
el antiguo eslabon de una mañana,
son un conjunto.

Con ellos caminamos
hacia la tierra nuevamente.

Ya no hay heroes ni idolos
sobre ella.

Los vidrios del discurso y 
la religaciòn de
los solsticios
pasaron.

Ya el indice del horizonte
no apunta a los 
arcangeles
de nuestra miseria.

La poesia entona
un diagrama 
lunàtico 
como el alba
entre el crepùculo.

Y encerrada en alguna
parte de ese mundo
la belleza 
lanza su ancla al
oceano màs profundo.

Y espera.



Guillermo Paredes Mattos

El Amor y las Expediciones




                                                               Y ensèñale a pensar en los àrboles
                                                                                 Seferis



Sobre el amor hay muchas expediciones.
Muchos libros contables.
Alguna mancha de cafè.

Tambièn genocidios.
Literalidad como un monto griego
de aulos, donde un trino
vuelve al gorjeo y por contraposiciòn
la naturaleza esquiva una palabra.

Con la perfecciòn de una 
operaciòn poligonal en lo aureo
nuestro amor se hace ecuestre
sin liberar su ignominia
su planteo de sed
en los cantaros
y tribunales.

Yo te creo amor.
Te creo porque mientes 
exactamente igual que
la vida.
Y no te juzgo amor
al igual que los esquimales
hemos crecido en ella.
Ambos podemos herirnos esta noche.
Podemos devastarnos.
Es lo ùnico que queda
cuando reconoces
que no existen 
màs aldeas
ni colonias; es 
lo ùnico que
elevamos
si es que desequilibrado
el espacio,
somos tan faciles de reconocer
en la balada del fango
o el trepidante
pileago de
un leprosario.

Andrògino y menguante
en todas sus medidas.



Guillermo Paredes Mattos




Epifanìa de la Sensibilidad







Maneja tu sensibilidad.
Atraviesa su vida
acercandote sòlo a su intuiciòn. Arranca
la tuya si es necesario. Nada màs.
Eso es suficiente.
Ensañate en esa intuiciòn;
posee un secreto.

Intenta en todos sus sonidos 
llegar a esa conciencia
donde lo inmediato liga las cosas
sin una palabra. Sabemos que el lenguaje
llega por si solo, no hay necesidad
de buscarlo ni llenarte de temor
casa noche por que 
no vuelven a asaltarnos como ayer
los versos.

Tù ya has vivido eso. 
Sabes còmo es.
Tù y el poema son viejos gitanos.
Aquì el asunto es còmo manejas
la sensibilidad; mientras 
arquidiocesis y prismas
de oceano, parecen mezclarse
con nuestro egoìsmo; eso tambièn lo
conocìamos. Què soledad no resiste los 
hemisferios y los lunares
sin un tridente 
de egoismo en las pupilas.
Què altares o inmesidades volvemos
tan nuestras que llegado a un punto,
ya ni siquiera nos reconocemos 
en ellos.

Maneja la sensibilidad.
Tiene cavidades.
Ofrecele tu cuerpo cuando puedas
y cuando no, simplemente
abre una ventana,
mira el aire
tocalo.

Entonces te daràs cuenta que nada 
fue en vano.

Y no te sorprenderàs del viento
que vacìa los manantiales del destino
en tus labios.

Asi no quede una palabra en 
ellos.



Guillermo Paredes Mattos

viernes, 13 de septiembre de 2013

Poesìa II






Junto a una sombra lìrica.
Entre bronces de plata.
En el escalofrìo del fulgor amarillo
de una palidez en el arrobo, cuando
la distancia la colman balleneros y equipajes
de aludes.

-para llegar a nosotros hay que maldecir un
poco decìa el oràculo-

Y acompañados de pigmentos como el aura
De lenguas de coral y mitones, caminamos hasta
el verano con una prenda de vendaval
en la supersticiòn. Tenìamos el escrito
de una escencia donde
la latitud
ovalaba un circuito de archipielagos.
Tenìamos la espina de la punta de una cordillera
sin reglajes ni aceites.
Acampamos entre fuselajes de 
carabinas.
Amarramos un rìo con
pernos de petroleo.
Destruìmos instrumentos con los 
cuales antiguas civilizaciones
oraban a una estrella.
Alzamos una idea bajo ese devenir.
Una que desprendiera 
hemisferios.
Que recogiera hemiciclos sumergidos
de metabolismos.
Bajo alabastrinos. 
Sobre remeros de caos.
La aguja en eliridio donde los nùmeros
tomaban heuristicas
contradicciones 
donde el lirio se abrìa a lo arboreo.

Si el primer descenlace era de seda escribimos
El segundo nos llevaba a la metàfora.

Este poema era su viaje.



Guillermo Paredes Mattos

Poesìa








Las superficies  fueron creadas por el abismo.
Los labios al golpearse con el sonido tuvieron que
darle forma al lenguaje; asi brotò un signo
al crepùsculo y junto al nicho de agua 
recorriò transformado en humedad
el cielo, en las alas de un pàjaro.

Los huesos le dieron geometrìa a la piel.
En las venas fueron dandose cita las entrañas.
El movimiento trajo a los cìrculos.
Pero en todo circulo existe un cuadrado: le 
bastò a la realidad para unirlo
a otras formas.

En la tierra los manantiales descolgaron 
su equipaje; estaba hecho de brillos,
algunos descomunales por la voluntad 
del sol y de noche los astros conjuraban
con su reflejo arquetipos de magia.

Algunos oràculos insistieron en los
mitos silenciosos de esos hombres 
encerrados en el tiempo. Entonces nacieron
leyendas. Algunas se hicieron fundamentales.
Estructuraron el hecho de haber bebido 
de la sal y la apariencia. Construyeron
las torres donde la distancia
era una yugular.

Descubrimos que en ella dormìa una vena.

Y al primer desenlace que llegamos
era que su desplazarse era de seda.



Guillermo Paredes Mattos

jueves, 12 de septiembre de 2013

Dos Planos de una Dimensiòn








Junto a la trayectoria del lenguaje
una maniobra. Un desierto con el
derecho polar a la poesìa. Un brillo
que al imitar una bengala, cede el
espacio que los separa. Eso sucede
cuando vemos la figura en el texto
como un fìn.

Tambièn debo decir que, de una 
metàfora a un demonio limpiando
el valle, hay mucho desierto,
donde la inspiraciòn es tambièn
estro, pero pensamos inspiraciòn 
solamente.

Asi el estro nos engulle. Asi
nos empala.

Y dado que de atardecer en atardecer
crecì mirando el crepùsculo, ignorè
esa parte de mì, destinada al timpano
que roe la realidad buscando su
campana. Una sin aceros, aquella 
que cae de la providencia.

Hasta aquì la trayectoria del lenguaje.

Las dos ultimas estrofas han separado
conceptos para decirnos que es
precisamente esa distancia
una dimensiòn que se 
desvanece.

Un plano desesperadamente estètico
que se pierde.

Y es ahora cuando logramos 
ver como lo hace.

Pero jamàs còmo se borra.



Guillermo Paredes Mattos

La Aurora del Genesis








Tenemos un planetario unido a itinerarios
de ruinas.

Los mercurios y las frondas de encarnizados
lunares.

La linterna hebrea en el aro del dìa
mas colonial, aquel en subjetividades 
como el hilo. 

Existen entre la ubicuidad,  dicotomìas que
enracecen patologìas de cisnes.

Hay una nebulosa de imaginaciòn donde
el reflejo es pristino.

Plastico como un libro de moises en la arena.

O una cima que atraviesa las linternas.

Existen aquiescencias invitando el reloj
o la sangre de los pergaminos.

Hay tres cabezas de aura sobre una nociòn
de las mejillas.

Dos nucas y el craneo ortodoxo de 
todos mis pesebre.

A veces llego a tiempo...

Ocasionalmente una tumba me borra
de sus epitafios.

Y como un absoluto en la carne visiono
adagios y ritmos.

La mariposa cabalistica de un solitario
veredicto.

Cayendo de las plagas a muestras de 
de primogenitos.

Abriendo sus venas al genesis de
nuestra aurora.



Guillermo Paredes Mattos


La Gravedad del Iris






Los nùmeros planos son de una bahia.
Existen aquellos que pertenecen a los espolones,
pero son mas reflexivos. Acudo a ellos
pues mi lirismo no està de luto esta mañana;
se dedica a morder animales, a alimentarse
de cuervos y esas cosas a que
se dedica un cuervo: mas aùn si
es literal. 

Pero los signos de un nùmero son planos
caminan al lado de esa orquesta
donde el vidrio esta incrustado tanto
en el alma como en el pensamiento
y algunos festines como 
el abecedario de la tierra crean
al romperse, un hito con la alondra, un
haber ido màs; la voluntad de 
esa cosmogonìa colgando en 
el personaje del mal, un libro de franela,
una constituciòn como el tòpico
o la fantasìa del genero entre
encinas blancas y desordenadas praderas.

En ellas la armonìa ha formado un espìritu
que llega del herviboro
y si en esa fauna desatase un requiem
es porque la palabra
del horoscopo 
donde vives, deviene del lampo.

Y lo suspende entre la gravedad
el iris.



Guillermo Paredes 

Primera Psiquiatrìa de un Virgo





El sìmbolo està representado por una carta.
Proviene del infinito y a cierta distancia,
completa el destino del hoy y la lluvia.
Los castillos del ego y por neurosis
alguna deformaciòn de los tallos. De
esa manera
la racionalidad lo representa.

Pero en ese simbolo, mi vida es un
canto que proviene de psiquiatras.

Como todo virgo llevo una mujer en 
los dedos y a comparaciòn del estilo,
diagramo cosas impregnadas
de albuferas llevadas por la marea. 
Cosas a veces impenetrables.

Debe ser por cierto equilibrio.
Por alguna conciencia en los polos.
Uno que otro maquillaje, ese difraz
de escencia y prolegòmeno que a distancia
muerde periferias. Debe ser que
nunca me oriente con las frases de
mi naturaleza concentrandose
en una abstracciòn; la altura
entonces era de gitano.

El sìmbolo lo representa un astro.
Un nùmero civilizado, el perro de
un genio.

El nombre tembloroso como la creaciòn
al ser citada a su ultima morada...Allì donde a veces 
encontramos el ser
del poema.

Sencillamente porque no hay otro mundo.



Guillermo Paredes Mattos

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Sueños de Danubio





Observemos el exilio: inmortal y misògino
borrando de la tierra su antropologìa.

Su fantasìa cultivando hilos rosados.

La danza semiòtica-esmerilada en
su motìn. En su rapto.

Pero no debemos preguntar a dios si
esto es cierto. El ladrido del perro en
la puerta, anunciarà a tu corazòn que
el espìritu de la primavera es una 
estructura y todas deben mucho
a los pàramos.

Por Ejemplo:

Una violencia inspirada por complices
de danubio. Extraños a veces como un
sepulcro donde una màquina
es especimen o parpado; sueño que
es inmovil en la leyenda 
donde ocultamos un grillo
y de noche desatamos su boca 
para oir su sonido.

Nadìe nos enseñò el camino
para sellar en el dìa su boca.

Nada es incomparable hasta que
disecamos un repudio
con sociedades
de plasticos, donde los jirones
tienen el olor del lenguaje que
alguna vez quemamos mientras 
dormiamos.

Porque en ese tiempo como ahora.

Todo en nosotros lo decidìa y
decide el sueño.



Guillermo Paredes Mattos

Escatologìa de la idea






Podrìa acontecer que la posibilidad
es un todo. Como hecho en algunas cartas
del oxido lo es.

Construir o estigmatizar pentagramas.

Cobijar protocolos.

Preparar el sentimiendo y la palma
donde nunca crecerà el olivo.

Ocuparse de la poesìa
como una carta astral de la palabra.

Amamos todo en ellas porque el
amor està ligado a lo que no existirà
pero lo deja como un preludio en
tus amaneces para que lo
acaricies.

Pero...Còmo acariciar lo invisible.

Còmo llegar a ello.

Convencete pues ahora. 

Ello sòlo lo hace la idea.



Guillermo Paredes Mattos