miércoles, 31 de octubre de 2018

Pensamiento






El sol dormido y una ventana que la brisa roza.
El rastro de la luz en las crestas de una gota de agua.
El teatro marginal en el rastro de esa luz que ahora
es un destello

del mismo se eleva un pájaro conduciendo
en sus alas idolatrías

del mismo despiertan pensamientos que alguna vez
se forman en esa extraña soledad y de estos
inundan el silencio otros

el primer pensamiento que nos iluminó 
llevándonos hacia ellos en la aurora
se pierde.

En cambio miles desciende de aquel primero.

Y ahora caminan por la naturaleza.

martes, 30 de octubre de 2018

Lo que Devuelve un Espejo





En este ciudad vive un hombre.
Creo que tiene una península y es material en su pecho.
-como un cuadrado o un triángulo o una cebra-
Llegada la mañana vuelve a crecer con un edipo en
sus manos. Asi alcanza la noche.

La noche no es absolutamente la oscuridad
porque en su penumbra se agitan quiromancias.

Tal hombre lo sabe.
Sabe también que quiromancia está ligada a la magia 
de manera astrofísica. Igual que la velocidad de la luz.

Además ese hombre conoce las ruinas que existen
en la soledad. Los racimos.
Los prostíbulos donde lo esperan.

Su ocaso es magnético porque el sol saldrá esta
mañana.
-no sé porque todo esto parece un intervalo-
Un plural. Un núcleo donde los vellocinos 
transmigran
hacia máscaras de oro.

Hacia apariencias de mejillas y parpados
construyendo.

En esta ciudad vive un hombre pero no lo describí
como hubiera querido.

Además
es difícil interpretar la imagen que nos
devuelve el espejo.






Los Arboles de Nieve





El  uno y la multiplicidad.
El uno y el verbo durante una abstracción que
emana de la arena junto a un relámpago.
El silencio con determinada continuidad, propia
de las astronomías sobre el follaje. El uno
siempre esloveno terrestre.
Absoluta gravedad.

El principio y sus huesos abrazados por los músculos.
La fonética de este día a plazos.
Mercantil, simétrico.
Amparado en algún punto de la frente por un pensamiento.
Un pensamiento cuya voluntad evalúa el sentido
de los pájaros en las semáforos.
En los carbones.

Y en el horizonte más de un crepúsculo.
Más de una luz botánica.
Más de un abecedario que contempla boreal una silaba.
El singular del escrúpulo.
El voluntariado de las botellas.
La ciudad sin variables o reencarnaciones
de carne.

No te engañes los hombres que cubren sus calles
son los mismos de hace siglos.

Ninguno crece como ahora.

Ninguno entre árboles de nieve.






lunes, 29 de octubre de 2018

Plano Sobrenatural de la Palabra





Las palabras caminan por la arena.
Debo decir que el inconsciente de toda palabra
se encuentra en su sombra y sòlo cuando
vemos caminar una palabra entre la
realidad podemos verlo en ella.

Sucede lo mismo con el poema.

Ello acontece pocas veces porque las
palabras se encuentran en un texto.
Por lo general dormidas.

La palabra es un puente que tiene ramas
de hojas amarillas.

Tambien hay una quìmica amapola.
El lìrico rinoceronte con màs de una cresta en
su cràneo; todas pretenden ser
sintèticas.

Hay que manifestar que las palabras expresan
ademàs poèticos vórtices.

Intervalos de agua entre dios y el futuro.
Caminatas de brea.

Las palabras describen un elixir
incrustada en el viento. Por su naturaleza invisible
a veces es dificil hallarlas.

Van de silencio en silencio hasta una brùjula
dormida en los naipes.

Naipes de carbòn y acrìlico que las acompañan
en la aurora.

Las palabras caminan por la arena.

Y es el ùnico momento en que dejan sobre
la arena su sombra.




La Mágica Lúcidez





En el poema el verbo limita a cada instante consigo mismo.
Habita además en el espacio que dejan las palabras.

El poema no puede verlo.
El poema duerme en una especie de trance al llegar
a las figuras. 

Paradójicamente es así como llega a la realidad.
Alejado de ella.

En el poema, el poema es también un opuesto donde
las sílabas duermen entre profecías
de iris.

El poema es el verbo con cristales de ámbar entre
la lluvia. Un pugiláto de mitologías que
esconden mariscales entre la
penumbra 
con movimientos análogos a aquellos
que mimetizan una flor
entre la realidad.

En el poema cada hombre sobre la tierra
llega a sus propios maleficios.

Con la mágica lucidez de su locura.






Plano Esotérico








El poema ha llegado a la playa.
Sólo uno de nosotros -el que sueña- lo ha notado.
El otro debe mantenerse despierto.

En uno de sus ojos vibra un hélice.
En el otro su espíritu arropa el alma o la roza.

Los veleros alrededor dejan de ser metáforas
porque sólo así encontrarán el lenguaje.

No hay otra manera.

A ello no llegará el hombre.
Lo hacen las palabras que devienen en él.

Y sólo pelícanos y barcos lo escribirán sobre
la arena.

sábado, 27 de octubre de 2018

Los Puntos que se Unen y Distancian






De aqui al silencio hay un ballet en stereo.
En él se agitan millones de cráneos.

Acrílicos y manantiales de vidrio parpadean
en una flauta de barro. Sonidos de brújulas sostienen
un aparejo. 

Sobre el interior de cada reloj en el universo duerme
un pelícano.

Cúal serán las formas de aquellos que habitan otros
planetas? Cómo concebirán el tiempo?

Tres puntos en una linea se distancian para formar un
triángulo. Otros tres se unen trazando una linea.

Las cenizas recorren lo invisible llevadas por la brisa.
Contra un candil se estrella una ráfaga.

Linternas con cebras amarillas reconocen el rigor
de un velero lunar y ardiente.

Sábados de sienes contrastan con la dialéctica
de un artrópodo.

En una mejilla dorados prostíbulos
llegan también a lo inteligible con una hoja.

Una hoja alguna vez habitadas por las arañas.

Una hoja mordida desesperadamente en cada cenit
por invisibles estrellas.







jueves, 25 de octubre de 2018

EL Devenir Hacia el Sueño






                                                         I

 "La realidad camina hacia el sueño"





Tempranamente una humareda se encuentra en el cielo.
En algùn lugar de Lima hay nuevamente un incendio.
Eso es obvio.
Son las primeras conclusiones al caminar por
las calles. 
Al abandonar mi casa.
Al llegar a un parque donde los pàjaros son siempre
los primeros que nos responden.

El talòn de Aquiles en ellos es imperceptible.
Complice de ello es el desplazamiento de sus cuerpos
en el vuelo.
Lo digo porque no todos pueden volar.
-mi existencia digamos-
Pero eso es màs obvio aùn del hecho de que en Lima
un incendio que empezò ayer tiene
un punto fisico determinado.
No sè ese punto fìsico si es un parpadeo material.

-¿y si lo es?-

Muy temprano los dioses y corolas 
se alimentan del polen. 
Desde la banca que rodea un anfiteatro los veo.
Llevan sòlidos gestos ahora.
Habrà sido siempre asi?
Habràn vivido
-los dioses y corolas-
sòlo para encontrar sentido a sus existencias
en la busqueda del polen.
Creo firmemente que no.

Por ejemplo. 
Los veo detenerse en su camino hacia el polen.
Los veo girar su craneo a la humareda que proviene
del fuego.

Sus rostros son de asombro al contemplarlas.

-no sè si es hay extasis o contemplaciòn en esos rostros-
-no sè si parpadean en ese extasis o meditn igual
que una hormiga.

-no hay que olvidar que en los hormigueros fueron 
creadas todas las epistemologìas-

Lo ùnico objetivo

-si se puede hablar de objetividad-

es que no pueden responder al origen de ello.


Y una parabola de incomprensible magia

-tanto para mì que me encuentro en una banca
observando la cola de humo en el cielo-
-tanto para los dioses y corolas alimentandose
esta aurora de polen-

encamina su devenir hacia el sueño.





-

miércoles, 24 de octubre de 2018

Poema a Secas





Nunca he escrito desde la poesía.
Siempre fue un lugar para mí misterioso.
Una figura.
El diagnórtico de una linterna cuando deja
de alumbrar. 
Un lugar donde el lenguaje es a secas.
Una novedad conjeturando en la niebla alguno 
que otro epicentro. 

Todo epicentro probablemente sea gamado.
Todo epicentro encuentra el vapor
en los muelles.
Muy cerca de los navíos.
De la mirada distante de los plásticos.

Todo. 
Y asi como las partes lo forman 
llegamos a las galerías con árboles y tinieblas
para encontrar entre las sombras esas
piezas que nos hacen verosimiles
pero nada más que ante la luna.
Nada más que ante los
astros.

Y uno se pregunta porqué.
Porque esa lucidez que casi es una herramienta.
Un escenario proscripto.
Un aquilatar hormigueros y levitaciones.
Emanaciones de pus.
Quizá un lavedero.

Nunca he escrito desde la poesía.
Siempre la observé desde la orilla o los manantiales.
Siempre fuí abortado por sus penínsulas.

Eso -sin embargo- me hizo consistente y boreal.
Casi lunático como una oración que 
arrastra adioses hacia un
prisma

hacia las axilas de un dado

donde perpetuamente giran y giran hélices

màs o menos como en un dorado
desembarco.









El Destino de los Eslabones



                                                                               



El ejercicio de la espuma en la orilla.
El sol con antorchas perpendiculares.
Lleno de telescopios y núcleos.

El horizonte llegando a las multiplicaciónes.
La estructura del polinomio una vez alcanzadas las raices.
La brisa del monólogo entre tus cabellos y profundamente
lo hialino citando en tu silueta la forma del 
crepúsculo. No sé si siempre fue un cono.
No sé si una manzana.

Enciclopedias de humo entre barbaries de adioses.
Carbones boreales mordiendo el roce de los lagartos
interrogando al polen por los diálogos.

-eso acontecía desde hace siglos en la orilla-

Profecías de arena en un vértigo de trigo donde
las hipérboles edificaban solsticios.
Menguantes semejantes a los que coloca un ser
en las crestas. Sí. Justo allí donde el pelícano
no logra conjurar una ola.

Anocheceres con un cometa de iris en tus ojos
desprendiéndose de su mirada.

-miles de ellos se convirtieron en imagenes-

Y recuerdas, el amor era una proposición que parecía
desnudar los países y ninguno de los dos
creía en los laberintos.

Para nosotros era muy dificil concebir la existencia
de un minotauro.

Era más sencillo arrojar eslabones.

Eslabones dormidos entre las palabras.






martes, 23 de octubre de 2018

Allí Donde se Encuentra el Latido






El silencio despierta y lleva un pájaro en la boca.
En un principio pensé que tal pájaro era
dicotómico.

Por su cuello se desliza un vellocino.
Desde las palabras que giran sobre ese vellocino
nos muerde una pantera.

Los dioses arrojan manzanas desde edificios 
aledaños y en los zoológicos las leyes nos dicen que
eso es imposible.

La constelación en un pubis representa el signo de
aquello que es infinito. Eso sostiene
la aurora.

Metros y árboles de carbón recorren astronomías.
Linternas de papel determinan el futuro
de las palabras que en esta ocasión será desvanecerse 
entre iridiscencias.

-no sé si eso es hermoso,
no sé que papel cumplirá la estética en ello-

Cuadros de esoterismo anhelan una
raíz en cada superficie.

Dioses de arena extienden el desierto porque la
arena es elástica.

Lúmenes y collares son veletas de barro
ebrios de astrofísica. 

La primavera es un deseo y el hombre otro.

La naturaleza calla ante ello pero con una amapola
en el pecho.

La amapola ha elegido ese lugar.

Porque debajo de él se encuentra el latido.









Emanación de la Poesía






A esta hora el rigor es el mismo para las cosas
que duermen o están despiertas sobre la tierra.

El caracol vuelve al trajín de su andamiaje en las calles.
El caracol que es rojo y azul como la sangre.

Algunas palabras se fermentan en los huesos
y otras regresan a la posibilidad de un día prohibido.
Lleno de idolatrías. De represalias.

La brisa se convierte en ráfaga y del árbol
emana un gorjeo. No proviene de un pelícano ni de
un trasatlántico. Por supuesto hay quienes lo 
creen.

-deberíamos decirles a ellos que el mundo está lleno
de prefijos-

-que seguidamente se encuentran los sufijos-

Hay quienes se humedecen o meditan entre 
los artículos o dan al caos coronas semejantes al vacío.
A un velero donde los eslabones se extinguen en un
grito antes de formar cadenas.

Asi emana la poesía.

O cierto tipo de poesía.

Que profundamente se transforma en un cono metafísico
al llegar a la arena.

En un cono metafísico

-igual que cada uno de nosotros-

al mirar las olas.







lunes, 22 de octubre de 2018

Aquello que se Purpuriza





Algunos días el animal vuelve al preludio.
En la casa que habita duermen hojas amarillas.
En el corazón de cada una de ellas vibra el
plasma.

Pirámides sobre un núcleo de ámbar
proyectándose hacia el horizonte igual que una cúpula
llevada por las alas de un ave, son descritas
por sus ojos.

Allí se suspenden los racimos.
También sigilisos deuteronomios,
contracciones con direcciones y verbigracias
del génesis.

-digamos que el espanto por un segundo es biblico-

Coloquialismos al pie del hierro con un dado
y el desplazamiento del mismo con una cuchara en
sus sienes.

La cigarra recorriendo la miserable hegemonía
de un sueño que se purpuriza.

-quizá ese purpurizar sea la dimensión de todo
lo que es letra, silabra y palabra en esta hoja-

Que deja sus monólogos en el canto
de misteriosos presagios.

-todos en el horizonte son alcanzados por el
verbo-

Algunos días el animal.
El menguante de pubis en el preludio.

La catarata que por ser inasible
oprime la naturaleza de las cosas en el desdecimiento.

Ese al cual intentan llegar las uvas
cada noche.






La Envoltura del Relámpago






El relámpago en su llegada a la tierra
es despojado de su envoltura. No nació luminoso
en el hemisferio.

Los fractales nos dicen
que ese infinito lejano es en el fondo
infinitamente pequeño.

Miro un grano de tierra no sin llegar después
de unos segundos a una extraña desesperación.

-es extraña porque es gnóstica-

Corre la albumina a un lugar sagrado.
Un tomacorrientes es incrustado a un cordón de
electricidad en algún punto de la 
ciudad.

-cosas de la energía-

Toman este invierno las cúpulas con algo de madera
y brea en sus sienes donde dios
ha colocado una piedra.

El tiempo mira de reojo.
Casi sospechando.

-ese mismo tiempo que irá corroyéndola-
-ese mismo tiempo donde llegan al final todas las
cosas-

Luego se acerca a la piedra.

Y casi silenciosamente pregunta a la misma.

Cúal de todas las formas que puede dar el mundo
esperas?







viernes, 19 de octubre de 2018

O en su Defecto






El pájaro en su diaria incursión sobre el aire.
Sus vuelos en círculos entre lo alto.
La metafísica o la transparencia que lo sostiene.
No sé porqué los griales.
Los aspavientos.

Los parpados llegan con otros objetos
y ecosistemas.

Geneticamente evaluan sistemas de riegos 
y alcantarillas. Croquis de ayunos.

El animal despierta.

En superficies de hambres patronímicas
el acido luce su primer otoño.

Diarios de huesos o ámbar ascienden al trigo.

Diarios de madera que recogiéndose
muerden un planeta o brotan como huéspedes.

Como arcanos horóscopos donde los leones
buscan mondadientes o en su defecto hisopos.

El asunto es quitar la carne de los dientes.

O limpiar la infección de los oidos.






jueves, 18 de octubre de 2018

El Susurro al Oido





Descubrirás que el sol brilla en una gota de agua
en tus manos.

Porqué el sol habrá posado una gota de agua en 
tus manos. Es algo que te preguntarás en esta
primavera de travesaños.

-todo nihilismo en ella vuelve a ser arquetípico-

Porqué el sol -a pesar de sus extrañas heridas- sigue
buscando entre las palabras y la piel la imagen de una.
Y en tus manos.

Te admirarás de ese brillo del sol en la gota de agua
en esas manos. Querrás reencarnarte.

Ser posible o ser sencillamente igual que el eter o la
gravedad.
Que los plátanos o arciprestes.

Ten la seguridad que algo se elevará desde tu pecho pero
no será el latido del corazón.

Tú lo verás.
Te comunicarás con él igual como lo haces con los dinosaurios
y dirigibles.

Luego ese sol -al comprobar que las palabras ya no logran
encontrar sus imágenes en tu piel- abandonará tu carne.

Y caminará hacia todo aquello que llamamos terrestre.

Entonces sospecharás que el viento está susurrando en 
sus oidos:

Las palabras que no encontraron sus imagenes en esa píel.

Ahora lo hacen en el secreto de las cosas.

Entre misteriosas ceremonias.






Al Igual Que un Centauro





La noche responde a una hoja.
El mar en conjunto es un recipiente cotidiano
reencarnándose en un anillo.
El anillo es luminoso.

Un cuerpo se entrega a la luz pero ello data de 
épocas en que los diamantes describían
cuchillos. Máquinas de cera.

El subconciente camina entre las cosas independientemente
de la realidad. Su tarea no es sólo llegar a ella.

Los pelícanos se desgastan entre sus racimos.

El libido es de sangre y si por no lo notas
de sus pestañas cuelga un empeine.

Cuelga un empeine.

Al igual que un centauro.



miércoles, 17 de octubre de 2018

La Grieta de Alcohol







Sólo el horizonte conoce la distancia
o puede medirla.

Tal vez el objeto que a diario sumerge en el silencio
su alfabeto. Quizá su espíritu anhelando
el interior de un navío; qué extraños lenguajes de
espuma encontrará allí. Qué herméticos 
paisajes.

Qué misteriosas silabas las cuales nunca se unirán 
formando palabras. Qué esotéricos puntos donde -por lo
general- habitan otros zoológicos.
Otro triángulos y astrologías.

Reflejo del hambre sobre una colilla de cigarro que minutos
antes lanzaba una aureola de humo.

Reflejo detrás de líricas anatomías donde la poesía
roza de noche una silueta.

Una grieta de alcohol.

Una linterna en cuya luz los pájaros también alcanzan
el desprecio.

-nadie en el universo conoce el porqué-

Ese mágico desprecio sobre -también- una mágica
oscuridad.









martes, 16 de octubre de 2018

Canto de Un Navío sin Remotas Profundidades





Hay un navío entre la nieve y el verbo.
Uno que llega de círculos donde las uvas devoran
militancias de ámbar.
En su interior hay muchas criaturas individuales pero
no son una moneda; escolásticas, tipificantes
o algo parecido.

Incursionó  -aquel navío- entre alfabetos y álgebras.
Todos proseguían el espíritu de una que otra infancia.
Uno opuesto al horizonte.
Neuronal. Prosopoyético en sus encías.

Sus elixires políticos
donde una cresta de espuma juega aún entre 
misteriosas plusvalías, pertenecen
a la escarcha.

La plegaria del follaje es por remotos dirigibles
de hielo.

Hay un navío.
Un eco llenó de parábolas.
Un ardiente invierno donde no se trata de saber
de dónde llega el sueño.
A lo sumo es una diéresis. Un conjunto
de amapolas.

Y los diluvios esperan.

Garfiando entre fascículos excepcionales.




El Colocar y la Contemplación






Termina de colocar una hoja sobre la hierba.
Alguien la observa percibiendo en ello un acto heroico
proveniente del amor.

-un sistema lleno de leyes trabaja a diario para que
ello sea posible-

Toda ley es un síntoma. Una extraña patología que
tomamos como nuestra y con la cual posamos bandadas
y logaritmos por todos los paises.

Contempla la distancia.
El heroico acto donde posaba una hoja se ha convertido
en ocio asi que no llama la atención de nadie.

Ahora contempla la distancia.
Material.
Orgánica.

Convencional como al destino de un mito.

Mientras llegaba a ese destino el mito era una especie
de respiración.

De anfiteatro.

De ser coloquial que entra por primera vez entre
la duda buscando escamas.

De ser monologal. Crudo en el cartón. 
Manipulando los carbones que unen la leche en un
relieve.

Colocó una hoja sobre el follaje.
Contempló la distancia.

Observó la llegada de un mamífero.

Finalmente pronunció aquello que todos 
sospechabamos.

Todos llevaban inutiles tragedias como nosotros.








sábado, 13 de octubre de 2018

El Llamado de las Sombras






Sobre el agua hay un pájaro.
Y no hay mucho que decir sobre ello.

Pero si me alejo de esa imagen otras palabras
crearán sus huesos. Incluso un hombre encontrará
que -curiosamente- en el diálogo con otro hombre
el devenir del mismo gira ahora sobre los 
planetas.

-no sé si admirarme o compadecer, pero algo hay 
que hacer-

En mi caso ultimamente no hablo de los planetas con nadie.

-parece inevitable-
A veces le digo algunas palabras a mi sombra y ella
me responde.
Sobre todo en el instante que intenta desprenderse.
Ello implica un grado de conciencia que yo no conocía.
Ni en mis más profundos sueños lo imaginaba.
Y con estas palabras mi sombra me pide tranquilidad:
"no iré a ninguna parte -por ahora- dice"

Pero. A dónde podría ir mi sombra.
Qué otro mundo podría habitar sino es aquel donde
forma eternamente la silueta de un cuerpo en la tierra.

De repente hay otro universo del cual fue arrancada.

-dios y la gravedad no pudieron hacerlo-

Quizá otro mundo.

Donde la sombra de si misma la llama.










viernes, 12 de octubre de 2018

Dieta Matinal de la Orilla






Como siempre la orilla orilla duerme. O eso parece.
Médanos y dunas se confunden en ese sueño.
Algunos hombres detienen su paso por la arena y  
se adhieren a tal paisaje. Ahora son parte 
del mismo.

Llegará un instante en que seguirán su camino 
y dejaran este sitio.
Entonces el paisaje volverá a ser el mismo.

Yo tendré que volver a esa oración donde se habla
de algunos hombres que al caminar por la orilla forman
parte de un paisaje.

Yo intentaré ser menos antiguo.
Ancestral en mi única mandíbula. Con un deterioro
ético ya que la estética en el mismo es devorada
ahora por las ramas.

-hablo de esa etica que crece en los árboles-

La orilla duerme.
El acantilado al frente de la misma deja ver puntos
de arcilla donde -supongo- se agitan extraños relieves.

Eso lo sé como una forma de intuición.
Eso lo sé desde cierta epistemología llena de propiedades religiosas.

Y mientras pienso en ello la orilla despierta.

-es hora de empezar su dieta-

Y -tal como todos lo esperábamos- empieza a devorar
el oceano.





miércoles, 10 de octubre de 2018

Antes del Génesis





Al movimiento de los hombres siguieron los del sueño.
Luego aquellos pertenecientes a la realidad.

Los pájaros en el tiempo que duraron esos movimientos
habían llegado a una orbita. Se sentaron en uno 
de sus puntos esperando a un astro.

No comprendían que el astro se encontraba en un punto
fijo de esa orbita. Ningún cometa que pasaba a cada instante
por sus lados se lo diría. El espacio que separaba a
los pájaros de ese astro era por decirlo infinito.

-es una manera de decirlo-

Al movimiento de los hombres siguieron los del sueño.
Los del espacio.
Esos que trasladan los objetos y los vacíos y el caos.

Incluso misteriosos paraísos dormidos de la arena
mostraban los suyos. En ellos se hablaba de una dimensión
que se encuentra mucho antes de la intuición.

-entre profanaciones y relieves-

Los mostraban con desesperación.

Sabían que en ese momento el hombre había descubierto
el lenguaje 

y los estaba involucra en el génesis.








martes, 9 de octubre de 2018

Transfiguración






Ahora estoy aquí.
El silencio ha despertado pronunciando otros nombres
Tendré que suponer que desde hoy serán extrañas las palabras
que agitan su corazón en ellos.

Creo -sin embargo- que son las mismos con los cuales
la conciencia llegó a mi alma en la infancia. Hoy me muestran sus
sombras. Un detalle. La imagen que les pertenece no es
la misma de entonces.

Una helada ráfaga busca remanentes de si misma en
los arbustos. El océano es una combustión de crestas y de soplos
helados. Una pareja se abraza en los acantilados.
Ellos han sobrevivido a la luna.
Al canto de los dragones por la noche.

Dioses y pájaros caminan por las calles como si fueran
uno. Caminan tomados de sus higados.

Automóviles hermafroditas meditan entre arietes sexuales
dormido en los iones de las bancas.

Porqué?

Porqué el horizonte a lo lejos y el canto del gallo en los muelles
con una bujía dorada coronando su cresta?

Porqué la lechuza de salitre en un pubis donde
destruyen bocinas de arcilla los ángeles?

!oh¡ solitaria refriega de una enfermedad donde el
pavimento enumera bucles. El tiempo en ellos que aún
responde a si misma desde teorías invisibles del
espacio.

En una de ellas
me he hecho casi transparente.

Casi igual que esas palabras que en la infancia pronunciaba.

Y cuyas imagenes para transformarse se
han desgastado entre la realidad.





lunes, 8 de octubre de 2018

Morfologìa - Antropológico de una Ciudad





Ayer observé el mar.
Al hacerlo reparé en que también sucedía
lo contrario.
Debo rectificarme. Ayer el mar y yo observamos
dentro de cada uno.

Había mucha niebla y la niebla siempre está
llena de esferas. Yo lamentablemente soy uno de esos
hombres que no pueden descifrarlas.
Lo único que sé de aquellas esferas tanto como de la
niebla es que residen en el ambar como un velo.
Un hermoso velo que sólo el pensamiento desgarra.
A veces.

Asi nacen las uvas y los racimos.

No había un horizonte pero estaba allí.
Tampoco un hemisferio pero en el mismo se suspendían
los pájaros. Desde el acantilado se veían extraños.
Llenos de misterio.

Ese era el escenario mientras la niebla tocaba sus alas
con un jabón. Con un parpado.
Supuse que era el ideal.

Caminaba por una ciudad que
-según Martín Adan, el cual tenía un alma rusa entonces-
alguna vez estuvo poblada de once mil habitantes.
Ahora tiene muchos más.

En su único puente durante el amanecer pasean las ardillas.
En los jardines aledaños los gatos.
En las veredas más de snob.

Viví aqui cuando todos los hombres tenían alas.
En un tiempo en que los demonios vivían ocultos por un
mágico temor a la poesía. Eso fue y siempre
ha de ser incomprensible.

En las esquinas los angeles devoraban sacerdotes.
En las esquinas filarmònicas y truenos caminaban detrás
de antílopes rosados.

Y todos.

Absolutamente todos.

Oprimían un ángel amarillo en sus bocas.






sábado, 6 de octubre de 2018

Durante la Existencia del Poema





Durante la existencia del poema hay una luz.
Durante la existencia de ese poema que observa como de sus
palabras elevànse inutiles idolos. Craneos dormidos.
Parejas de ambar que en esta ocasiòn penetran 
sus propios sortilegios.

Por si acaso el oceano se està alejando de la orilla lo cual
es señal de un tsunàmi. La gente que està sentada en la arena
lo sabe perfectamente. Sin embargo ellos dicen que es 
mejor quedarse allì. Rara vez se puede ver 
un tsunàmi. Por lo general la gente corre
buscando lugares muy altos donde no puedan llegar
las olas. Eso significa que hay muchos detalles
que jamàs advertimos.

Durante la existencia del poema hay una luz.
Tambièn hay una ola.
Un tambor y la hojarasca que sobre la hierba conquista
la extinciòn de manera aparentemente lùcida.
Uno dirà que esas cosas de la lùcidez tienen que pasar
primero por la locura y dudarà de aquello.
Con todo derecho.

Debo reiterar que el oceano se està alejando de la orilla.
Es señal de aquello que ya sabemos.

Lo extraño es que no hubo un movimiento sìsmico.

-es lo que -por lo general- anuncia un tsunàmi-

En lo que a mì respecta -como casi siempre en este
tipo de eventos- he ascendido al paraìso.

Mi intención es volver a morder una manzana.










He Aquì una Orilla






He aqui una orilla.
La ola al llegar a ella me dice que es precolombina.
Pero yo veo un jaguar en su rostro.
Además de un limón sagrado.

Según ello qué palabra podría oponer a aquella
que es precolombina y se luce en el segundo verso
de esta estrofa determinando el mismo.
Qué palabra.

Bueno escribí que un jaguar se encontraba en su
rostro. La pregunta es: ¿Cómo se puede sostener sobre
la arena? 

Hay -dicho sea de paso- un limón que es sagrado.
Lo sé porque mordió las cúpulas de todas sus reencarnaciones.
Cultivò ejercicios svasticos. Fué alimentado por
velodromos y piedras.

Pero no he respondido nada.
No he encontrado una palabra que podría oponerse
a esa que tiene fonética precolombina.
Todo empezaba por ello.
Pero: ¿Por qué debia encontrar una palabra
què fuera su contrario?

En este instante vuelvo a recordarlo.

He aquí una orilla que escoltó girasoles mientras
intentaba llegar al lenguaje.

Cada lenguaje parpadea.
Cada lenguaje habita una casa después de la noche.

Lo hace apurádamente.

Paralelamente una extraña conciencia en este texto 
escribe que es precolombina.

Que no puede ser otra cosa.

Todo lo demás es absurdo.

Es inutil oponer a ello una palabra que sea su
opuesto.





jueves, 4 de octubre de 2018

Poelasticidad





Hay un poema según las circunferencias.
Hay un día de sol donde algunos individuos van a 
complicarse la vida con la temperatura.
Voy a dar toda mi fe de ello.

Un poema y no por ello voy a pasarme todo el día
especulando sobre el mismo.
A lo sumo intentaré escribir otro que más o menos
mencione lo que aquí

o sea, un poema en un dia de sol con circunferencias
donde algunos individuos se complicarán la vida con la
temperatura.

-en realidad debería ser con el amor-
-incluso con el odio y el rencor-

Tal poema no está ligado a la temperatura.

-eso es para el ser que debe pasear su existencia
por el ardiente asfalto-

Tal poema no es un individuo con un dirigible de neón en
la boca.

Lo reitero ese poema es un desenlace o una especie
de posibilidad que gira en torno a aquello que hacen los lagartos
cuando no hacen nada.

Y giran en contenidos de plasma

observando como millones de dioses emplumados
se desprenden de su cola.










miércoles, 3 de octubre de 2018

La Punta de una Antorcha




Cuando veo un reflejo intento hablar de él.
Antes creo haberlo hecho más a menudo.
Orientado siempre a las constelaciones.

-¿y si nunca fué asi?-

Pero el mundo parece más pequeño ahora.
Más algebraico.
Construido por prólogos y eslabones.
Por ventanas de caucho donde las mariposas
conservan en su memoria el brillo de una libélula.

Claro hablo de tiempos en que las
mariposas observaban la noche.
Igual que todos los hombres lo hacía. Sin saber
porqué.

Ese porqué es básico para determinarnos.
Para encontrar nuestros escencialismos.
Nuestras barbaries y también neologismos.

Ese "porque" es la pre-conciencia de una poetica
que vaga y en ese errar llega a un encuentro con
las hojas. A una cita con ese brillo ontológico
despuntando de los matices de la nieve.
De los rigores del alma donde
a veces nacen los racimos
y juguetes.

!Oh la locura de estar lleno de subterfugios¡

De llevar un poco de grasa en la sangre.
De suscintar amapolas o en todo caso oprimir  
un iris escandinavoo donde los navíos 
se deforman.

Igual que el movimiento en las coronas de una llama.

Incrustada en la punta de una antorcha.






Proceso Gripal





Aqui es donde el ser separase de lo físico para crear
su realidad. En este caso se trata de un pensamiento.

-no siempre antes de un pensamiento un ser se separa
de todo lo físico para crear-

Todavía -el pensamianto-no ha sido pronunciado. 
Asi que nadie sabe de qué se trata.
Hay -creo- muchos caminos frente a él.
Pero todos trajinan sobre ángeles caidos.

Porqué.

Un microscopio dice el nombre de aquello que no
esperábamos.
El menguante manifiesta que el adjetivo que está a su
lado no tiene nada que ver con su aliento ni
con su latido.
A continuación le digo que ese es un problema que 
no resolverá la poesía.

La poesía simplemente seguirá adjetivando.

La mañana es humeda y una muchacha tiene gripe
en una de las tantas galerías de esta ciudad.
Hablamos sobre los procesos gripales y la forma de
aliviarnos.
Hablamos de cosas -con necesarios limites- que traza
el lenguaje entre aquellos que apenas se conocen.

-no sucede como en nuestra soledad-
-nos conocemos desesperadamente; ese es el único
trato con la locura-

No sucede como en esos inútiles castillos en los que 
creemos porque  - en teoría- alguna vez pudieron 
sostenernos en el verbo.

No me engaño. El verbo está ocupado en otras cosas.

Sus sílabas -ahora lo sé- son de aluminio.

Y se unen al carbón cada noche.






martes, 2 de octubre de 2018

Sólo el Eter






Esta noche tiene algo que ver contigo.
Y ello es indispensable.

Contigo que bajo la luz reconoces el mundo
pero no como el ser que acaba de pasar por tu lado.

Supongo que de eso trata  la vida. De reconocer
las cosas pero jamás como los otros. 
Digamos que asi empiezan a tener sentido.

-en el fondo nunca llegan a tenerlo-

En el fondo los dioses duermen absolutos en 
una legaña y nunca van a despertar. Y llegamos 
a esto por millones de definiciones
que cuelgan de nuestros oidos igual que 
la materia purpura de un ión.
De un relámpago.
De un jaguar que camina por nuestros labios
imaginando una metáfora de vapor.

Esta noche está ligada a ti.
Al lenguaje orgánico y material que recorre
tus organos buscando las empuñaduras del verbo.
A los latidos que dejaste sobre la tierra.
A ese corazón que bajo tu pecho anuncia siempre
algo incomprensible.

-jamás podrá ser de otra manera-

Noche en que las cúpulas descienden de un navío
donde corolas y preámbulos
describen la silueta de una gota errante
en la lluvia.

Una gota. Sí. Una gota.

A la cual sólo el eter puede arrancarle uno de 
sus sueños.