viernes, 22 de julio de 2011

IV Carta Astral de la Rosa

Pétalo con estrúctura de fín.

Vuelves a despertar sin una rosa.

Pero miras en ella la ciencia
que recoge idolatrías
conceptuadas por tropeles de espacios.


Astrolábico derecho al vaticinio
A sentencias de jardín resonándo hoy en la boca
como la manada de un cuarto deforme
penetrando despliegues y flancos.

Pero aquel cuarto es página de movimientos
y alguien eleva las coronas
de una carta extasiada por un nombre,
el que no es eternidad
pero descansa sobre eglogas de palacios.

En ellas los ojos son ardientes mientras
son arrastrádos.

Tengo en cuenta que ese arrastrar es
menguante.

Y tengo miedo que su instinto regrese
cultural a los truenos.

A la carta agonizante de los episodios.

A la trascendencia vacilante de mi patio
y su daguerrotipo.

Y ello como una poética divinidad de la furia.

Como profético hallazgo de una rosa.

Sabiendo para caminar, que es astral
y su borealidad jamás debe tocarse.




Guillermo Isaac paredes mattos

jueves, 21 de julio de 2011

El Planear del destino

Vivirémos como lo hiceron aquellos.
Vamos a tocar una flauta con la inspiración
que precede al instante de la muerte,
soñando que ese instante nos dará algo más.


Pero sólo lo veremos un segundo.


Estarémos frente al mar cuando ya nada suceda
y los sucesos apilados en una ventana
reflexionen entre las constelaciones.

Igual que los hombres, sin ninguna razón.

Seré irracional, más irracional que los verbos.

Seremos el medio de dios, el equipaje
de aquellos degollados por planetas
en tiempos donde nuestro vendaje era
de rocío.

Caminarémos como ayer entre los mástiles.

Juntarémos guijarros y los dejarémos en alguna piel.


Como ves caminamos en este poema y nos separámos
en él y ello tuvimos que aprenderlo
a punta de ciencias
milagrosas como un asta.

Pero las astas no son importantes. Sólo sueñan.
Sólo anhelan lo remoto.

Igual como el halo que llevamos en el corazón.



Pero un día nos separarémos.


Y yo dormiré. Cuando despierte el universo
que desconocí representará
entre la providencia el misterio.

Nada habrá a mi lado.

Nada sino aquello bañado por la sangre
de los árboles.

Aquello llamado destino.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

La Creación del Tarot

Los libros son de sangre



Fue asi. La última luna. La imaginación
del oráculo. Creaciones de tarot arrojándo su talismán,
la oración de una carta, el pergamino en sus senos
llenos de flautas y serpientes
como si un canto mágico y mortal tuviera
que encontrarse con nosotros
desde ese instante para conocernos.


Siempre fue asi, los cisnes aún cabalgan entre
los tridentes y algo más apasionado y lírico
nos da la sensación de estar vivos
de latir un poco mas
casi de poder tocar el corazón con un dedo.


Y en esa vacilación donde el riesgo evoluciona
junto a una infancia intelectual, el lampo
desempolva el universo hasta llegar al iris
y te das cuenta que jamás fuiste
a ese lugar, que tu vida
se perdió en alguna vereda de papel
en una novela sintomática de arpegios,
de balsas
con la cuales emprendes el camino nuevamente
con tu alma.

Por más que su espíritu intenté
vanamente separarse de ella.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

miércoles, 20 de julio de 2011

El Grito de los Sìmbolos

Soledad sin patriarcas.
Sin tìtulos ni manchas particulares.
Errante entre prejuicios y complejos
hispanoamericanos o mustios
junto a fosiles sobrehumanos.

Anterior a las puas.
A vernaculàres estrellas.

Desde èsta visiòn, el siglo
llora algo singular en el oceano
y el mar es una estrùctura
sobrecogièndose en un pensamiento.


Amè esa soledad. Me dì el gusto de
emprender expediciones de sabotajes
y menoscabos en ella. Acompañados de
noches enteras como una piedra.

A veces mùsicas perturbadoras y
alrededores morales fueron derramados.

Presentes de lumbres
que gestan el ciclo
de los nervios.

El dìa donde la belleza es màs clara
descolgàndose en cupulas
dejando su miedo entre monasterios
y salvajes luciernagas.

Allì enfrentè la mìa a esa soledad
- aquella que naciò sin patriarcas-
aquella sin naturaleza.

Allì la enfrentè. Ocasionalmente
la enfrentè.

Desde el grito mas sucio de
los simbolos.


Guillermo isaac paredes mattos

sábado, 9 de julio de 2011

Tercera Carta Astral de la Rosa

Travesaños de atormentados anònimos.


Cuando el sìmbolo fue en busca de lo desconocido
para estrellarse contra el devenir.


Contra la dialèctica original del desprecio
pues la providencia
no conoce nombres.


Luego vino el fracaso del hado.
Luego la interpretaciòn tomò el eter
y lo sembrò en la albufera.


Frente a ellas los muelles se hicieron profundos
y nunca fueron develados por los contenidos
ni los paralelos.

Planeaba la rosa.

La claridad buscò ese hecho.


Los tallos sufrìan rechazados
por idolos desconocidos..

Un color rojo punteaba
sea dìa o noche
ante el infinito.


Ese era el juego de una señal
ante la perpetuidad de los hombres,

Astrales nuestros desplazamientos
escribìan una carta...

La escrìbìan....


Cuando los sìmbolos ya habìan escrito
otra.

Inalcanzable.




Guillermo isaac paredes mattos

Carta Astral de la Rosa

II



El destino ha cruzado por mis ojos
llevàndose sus iris.

Hay otros, ancianos como el fuego
despertando yescas. Si en su espìritu
lo antropològico vagara como un perro
dejarìa mi ladrido a tu lado.

Pero lo hago siempre a las paredes.


El lumen de la destrucciòn
insemina los parpados y
deja una pregunta en ello...

Cùal es la pregunta que suspende el destino...

Y lo deja en medio del camino.

Muy lejos, an algùn punto perdido entre el ser
y los cielos.



Pero esa pregunta no existe.

Hay en cambio interrogantes que llegan
de los sìmbolos cuando no aprendèmos a morir
y la providencia emprende desde su soledad
una expediciòn a esas manos azules
hijas de la divinidad
en su locura.


El sìmbolo se abre a una interrogante.
A una reflexiòn, a laberintos
donde la astralidad deja lo astral
para transformarse en naturaleza
que nos diga otra cosa.

Còmo quisiera que la rosa hiciera lo mismo.
Còmo desearìa que sus cartas fueran destruidas
por otros titanes.

Que dejaran de soñar -como yo- en un poema.


Pero hoy no es ese momento.
Para llegar a esa trascendencia nos queda
demasiado.

Esa estètica se ha perdido, màs no su tradiciòn.

Ni la astralidad de su
belleza.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

viernes, 8 de julio de 2011

Erostismo de una Masacre

Cuando tu existencia
sea un climax buscándose entre tus palabras
desde un hermetico fervor, mustio y cientifico
como una idea.

Cuando del mar
tengas respuestas gigantes
y la espuma corte tus oidos
anhelando el fuero de tus timpanos
el velo del fragor en tu
garganta

esa casi sensatez meláncolica
de nube y aparato

esa carnicería de alabarda siempre
en la continuidad

irónica cual puesto de fiebres
o metódicas parádojas

errantes entre el desengaño y
la sangre.


En sus leyendas
pues dejan de ser nuestras
y convocan a huelgas de uniformes o vacíos
seguros de ésta calle
convencidas de una vereda.

En una prensa de ofidios
sobre muestras de galaxias
fija el torno de una vez el diálogo
de su empedrado
la caricatura pelvica de sus asta.
Una persuasíón hiálina.

Y entonces herimos un escandalo
en la providencia,
entonces como un bastión
de insurgencia,
somos encaminados hacia
una masacre.

Ebria de erotismo.




Guillermo Isaac paredes mattos

martes, 5 de julio de 2011

El Jaque de Agua

El destino cobrizo y el veneno
del juguete.


Aereo el jaque del agua y lo insòlito.


Te preparas para ese descender
sin definir algo,
vastamente biogràfico.


O la hora del alga
el menguante de la voz
el piso solemne de una influencia
a base de estacas y epistemes.


Flores de dagas
y unicornios.

Sinònimos de museos
celebres y fieles a una noche occidental
de cuadros.


Ilustraciones y sonoridades, en el
rocìo de los presentimientos.


Diagnòsticos de advientos, sobrevivientes
de galaxias.

Hoy con los espejos suben las coronas.

Asi nos arrastràmos a tòpicos,
a deseos de ansias. Son diferentes el deseo
y el ansia cuando se separan,
màs diferentes aùn cuando
se unen. Y lo creen.

Ello se transforma en exilio
y todo exilio nos arroja
al instante como un complemento.


Un nada màs hecho de tierra.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

lunes, 4 de julio de 2011

La Mirada del Nictálope

Por una extraña razón me acercaría
a la luz para hablar de nictálopes.

Desde esa extraña razón emprendería
interpretaciones, días de pubis con
asonadas de mariposas.

Seguramente podría incluirme en todos
los pergaminos, bebería un alma
un clima de efigies en ayuno.



Por otra razón me volvería cartomantico.


Y en esa fé podrida de una mesa
conquistaría una escollera,
una que hable de la arena.

Una prolijamente lunática.



He amado lunáticos de piedra.

Se esparcian en las paredes con un
misterioso snobismo, propio de relámpagos.


Cuidate de los atomos, pero más de los horizontes
pues no conducen a ninguna parte, decían.

Cuidate de la frente, el ascua y el deletreo.

De las palabras a tiempo y sin espacio.

Nunca aprendas a vivir entre ellas.

Busca una línea. Busca un árbol.


Y bajo su sombra regresa como empezaste


Al color grisaceo de la razón
en un nictálope.






Guillermo Paredes Mattos

El Iris y el Equilibrio

Como una noche frente al mar
que crea.

Cuando el iris pierde el equilibrio.

Y el universo desentierra luces
de escamas, como lo milenario, naves crepúsculares
buscan su destino y es música
que camina enardecida hacia un linchamiento,
a un fulgor empalado.

Entonces designamos los hilos, las cartas de
los asesinos, el saqueo, el desgarro
busca la voluntad, el infinito sin agua
ni referentes.

En esos homónimos
volvemos al verbo sin poder identificarnos
al conflicto de la sed, estelar y languida,
tanto apolinea, tanto humeda
en los altavocez.


Semejante al vilo de las fragancias
destapamos una que llega del sueño
desde lo primordial, con tacto primigenio,
con una astromelia en la boca sellando
los labios.

El resplandor que había en ellos, su existencia


Igual que esos labios abandonados por la boca

Todo lo dejamos sólo por buscar un iris

Y desvanecernos eternamente en su
equilibrio.




Guillermo isaac paredes mattos

sábado, 2 de julio de 2011

Carta Astral de la Rosa

Quizà la estètica no posea
los mismos dioses que tù.

Y esos dioses sean la ilusiòn mental
de esa lìrica contemporànea,
llena de razones.

Tal vez la razòn sea la propiedad del conjunto
sembrado por la providencia en una lìnea.

Y no existen objetos, sòlo el manuscrito
acariciado por la arena.

-Hago alusiòn ahora que todo es verde-


Alusiòn a esa providencia -citada arriba-
marcando sus lìmites,
sus seres de agua, de sintesis y pergaminos
abrièndose paso en el caos,
anunciando sus ventanas de sol
a mi propia humanidad,
conciente de acantilados
o ese lìbido que va del trapecio al dirigible.



Quizà la estètica sea otro sìmbolo
desvaneciendose en el sìmbolo y empujando otro
etre sus vaticinios.

Y ello un amanecer de destinos y encantamientos.

Un amanecer que se pierde en la oscuridad.


Antes de mostrar la carta astral
de una rosa.




Guillermo Isaac paredes mattos

viernes, 1 de julio de 2011

Posición meridional de la Gnosis

Critica - de estado- y nervio.

Mortal - desafìando siempre- y sin colores.

Antropomórfica y no por delirio.

Asi empiezan los pàjaros
que van a cubrirla.

Y ello, muy a mi pesar,
es profundo y exacto.

Y màgicamente absoluto.




Guillermo isaac paredes mattos

Diario Fìsico

Busco en los cìrculos.

En los hechos de dios, sobre todo el ladrido
abriendo una mueca de cisne.

Navego entre filas. Allì donde la nieve
es clìnica profanaciòn de algo sagrado.

Una metamorfosis de premoniciòn.

Los cèfiros donde se recoge a tientas
el labio de la maldiciòn tocando el tiempo.

Yo debo a ese tiempo la imaginaciòn del pronunciar.

La naturaleza de un hombre siempre desmedido.

Organizando nada màs fantasìas.

Su aliento se alejaba comunmente del arte de
los trapecios.

Recuerdo que era dòcil como el temperamento.

Recuerdo que hablaba de la distancia
y a veces se despedazaba.

Sombrìo como una veleta, engañandome en cada trasto,
mi deleite fue acompasarlo
con vortices ideales.
donde los astros eran impresiones fìsicas.


Aùn està entre los armisticios.

Todavìa logra desbocarse cuando las hojas
son una hoguera de dolor sin heridas.

Yo aùn camino irracional y puro
en su fuego.

Buscando en sus cìrculos
mi diario fìsico.




Guillermo isaac paredes mattos