martes, 23 de enero de 2018

Bàsicamente Indòmito





No es usual. La luz posee una silueta amarilla esta
mañana. El hilo en ella anhela un parpado.
Por ahora descansa sobre una extraña mejilla.

La distancia està hecha de heliotropos.
Pero toda distancia siempre està hecha de heliotropos.
De libèlulas que se buscan entre la noche.
De enigmaticos racimos.

No es usual. El destello proviene de un iris.
Y el iris es profundamente un mensaje de carbòn que
se desvanece en la niebla. Junto a una fogata donde
reflexionan los magos.

Tales reflexiones buscan nada màs lo secreto.

El mar entre la oscuridad del amanecer intercala sus olas.
Los protocolos transparentes en una manzana de ambar 
inspiran adioses.

Las cenizas trazan las palabras de una avenida con
un vocabulario compuesto bàsicamente de alhambras.

Todo en el interior del ser de la poesìa
limita por un instante con las hogueras y seguidamente ese
instante tiene por frontera una peninsula

un manantial conduciendo lo indòmito.

Lo indòmito es una jaula purpura donde las
hormigas se ciegan.

Lo indòmito no siempre es un pàjaro, pero a veces
lo es.

Y lo ùnico que podemos hacer
es contemplar las venas de sangre que llevan 
en sus picos.

Rasgando con desesperaciòn el aire.







jueves, 18 de enero de 2018

Intervalos Poèticos




La luz deriva en una cresta.
El oceano incrusta un abecedario en la arena; algunos
lo llamaràn ola. Puedese ver la lengua de su
boca en ella.

El tiempo se detiene entre intervalos de madera
en un àrbol, creando asi las ramas.

Asombroso es el caos que desciende por un prologo
en la distanca. Aparejos inauditos donde lo
invisible es llamado a crear el horizonte.

Pienso en el mundo de manera particular.
Intento pensar en ese mundo hasta que los cabellos del
cisne que me acompaña se conviertan en ostras
o los medanos que emanan igual a
misteriosos reflejos en la superficie de la playa
muestren los relieves que encierra
un dirigible.

Me pregunto porquè un dirigible unta con otras
reencarnaciones esta playa.
Porquè sobre las dunas otro erotismo.
Otra especie de peninsula que enumera el hambre
de un botòn amarillo

de un pensamiento que empieza a encontrar
en sus pupilas
el inicio de algùn nihilismo.

Y desde èl.

Sòlo desde èl, emana.








martes, 16 de enero de 2018

Las Legiones de Carbòn en las Alas





Despuès de algunos intento definir una vida.
Una vida no es un auditorio iluminado por cefieros
o lenguas de aluminio.

Su soplo en el pecho no està cubierto por algas
pero a veces el latido que cubre tal soplo es tomado
por la hierba. Por el recorrido de los àrboles.

Entre los sentidos y el itinerario del hule sin embargo
se agitan predicados. Caminan de un sistema a otro
articulados por el aire. Por las cascaras donde 
la brisa girò hacia los vellocinos. Hacia los astros
donde el desasimiento aguarda
un almanaque.

Despuès de algunas mañanas en que el sol araña
los muros. Las ventanas de esta ciudad donde lo primitivo
escala entre lo moderno. Indudablemente ello 
siginifica sòlo
una misteriosa escenografìa.

Indudablemente el horizonte piensa en ello
con esas reflexiones que hacen de nuestra sombra un
lugar para vivir. Allì el lenguaje se convierte
en un profundo eco
que avista insòlitos manantiales.

Dicen que allì se muerden los profetas.
Yo a veces lo creo.
-con todos los protocolos que arrastro de 
mi mismo lo creo-
Yo que pienso en la ignorancia incluso cuando
desfiguro un pan o uno de mis animales me presenta
una plastica nunciatura.
Un ancla o un acantilado de plastilina
donde se encuentran incrustados millones de crepùsculos.

Igual como legiones de carbòn atravesando el cielo
colgadas en las alas de los pàjaros






sábado, 13 de enero de 2018

Es Coherente, Es Posible




Es coherente. Los pàjaros llevan un sigla
o son esteparios. 

-ello fue escrito hace siglos en el desierto por
los abalorios-

Tambièn lo es que el mar ensaye entre
triàngulos.

Es posible que ese mar sea idèntico a la
sombra de una escarapela.

Y que el àrbol yerre entre la arena contando
las crestas de las olas que duermen en la orilla.

Que el silencio sea una burbuja u oscile.
Que en los perimetros del sueño una intuiciòn
describa nada màs que el principio de un 
poema.

 -justo cuando preguntamos por sus origenes-

Es inaudito que los buhos no tengan aliento a
veces y ello sea sobrenatural y cuantico sòlo en una
pupila.

Es posible que nuestras siluetas adquieran a veces
la vida de un cometa y aprendan silenciosamente 
en su corazòn sobre los halos.

Sobre la interpretaciòn del hambre en el exilio
de una pupila, cuando sus ojeras precisan de voces
ignotas parecidas a las que cuelgan como
racimos de una mantica.

Es coherente. Casi necesario entre la multitud
tomar el calor del otro.

El vapor del otro.

Las palabras del otro.

Y encontrar todo ello entre lo nuestro.












Las Linternas Oprimiendo Cadenas y Relàmpagos





Las lamparas. El silencio de un dìa deforme.
La episteme de luz arrojada por el caucho entre el 
granizo.

La ciencia boreal de un mitico ejercicio.
La ciencia marìtima y atàvica como las amapolas
cuando descienden entre titeres y hojas.
Y algo es ambar.
Algo toma la realidad desde alguna escritura.

Y luego el revuelo.
La estampida con sus cacofonìas marrones
durante toda existencia.
Durante el pulso de un sol moderno y ambiguo.
Cuadrùpedo y lleno de brùjulas como los
botines.
Igual a un cigarro disecando en su humareda
un alfabeto.

-o quizà hundiendolo en la experiencia-

Las lamparas. Que no anduvieron en las manos
de los hombres convertidas en linternas.
Las que sembraron raices como adioses desconocidos.
Aquellas con pezones de formidables tinieblas.
Las que resplandecieron
y transformaron en pergaminos el instante en que
la nada derivaba hacia un
caos emplumado

oprimiendo cadenas y relàmpagos.







viernes, 12 de enero de 2018

Un Astro dormido Sobre el Trigo






No es el viento que decora el mar de ràfagas secretas.
Ni la estampida con la cual màs de una manada aparece.
Ni esa horda de piel que busca una linea
entre lo sobrenatural. 

No es el navìo que se inclina a un astro dormido
sobre el trigo.

No es el espejo voceado por la alquimia de una
pradera un atardecer en que las hojas idolatran sus
ansias de oxigeno.

Tampoco el libreto de una duda que crece en
la inspiraciòn con el tejido de un desesperado cometa.

Ni la inercia con su fisica de arena en el cuerpo
de una mandarina reclutada por el rito
de los papagayos.

No es la percuciòn a travès de la cual el sueño 
estima sobre el follaje la melodìa de los poliedros
tomados de la luz por insomnios. 

No es la inteligencia derramandose sobre un
pensamiento en las corolas de un àrbol ni el reflejo
por el que una imagen rota

buscando igual que un hombre

la herida de la lucidez entre la realidad.








El Poema encaminado por la Magia





Recuerdo las cenizas encaminandose a un circulo.
El diario de amapolas atravesando diluvios.
Las nebulosas llenas de sienes.
La orilla de carbones repitiendose en una manzana.
Los seres trasladàndose o mordiendo botellas.

Vellocinos amarillos como el sol
en una puerta.
En los epilogos donde el trigo coloca su edad de madera.
Su apogeo curvàndose en una tarola.

Misticas envergaduras en todas las plateas
recorren abànicos de musgo en las grevas y en las
cofias de magnesio un ancla purpura da
origen en silencio a la fiebre.

Recuerdo los botines de luz en el sueño.
La imaginaciòn inspirada por un triàngulo en la arena
un dìa en que los angeles sobre los muelles
se secan.

Las colisiones del iris antes de convertirse en eter.
La novedad del pàjaro suspendido en la ancestral idea de
los invertebrados. De las teorìas con cùpulas
muy cerca de los abalorios.

Donde naipes de carne se alejan de una ciudad
solitarios

ocultando en algunos de sus crestas
la magia.









jueves, 11 de enero de 2018

El Verano de Cera




Es un dìa rojo.
Una de sus entrañas la conforman lipidos y árboles.
Auroras como las que cuelgan de los bigotes de 
una foca. Es una mañana de langostas.

De frenesì y desembarco con los cuales
comulga el asteroide y la soledad
de una identidad
impregnando de arrecifes en cada una de sus
tesituras. Sobre todo las que buscan sus eclipses
en los bolidos.

En los baules y piedras.
En los sobrenombres y limbos fantasticos donde el
oceano segrega sus fasciculos con
un perfume de crisolita.

Es un dìa centrìfugo y rojo.
Los birremes se encuentran en el aire.
Las enciclopedias marchan a los bustos con una
estalactita.
Los tràficos se reencarnan junto con los
racimos.

-!Vaya tràfico!-

La fiebre ha derivado hacia las campanas con una
sexual indiferencia 
y en los musgos el oxido enhebra puertas de 
miseria para el brillo.

Ahora palidece el destello.
Ahora las popas de los navìos tensan sus coeficientes 
y las estampidas en las crestas derivan de los
peces y sus
ecos

en una de sus deformaciònes
en uno de sus climax que duermen sobre los silencios
de un verano hecho de cera, surge
el misterio

-absolutamente en todos las siluetasy
movimientos de las cosas-

buscando escencialmente que el calor 
del sol pueda derretirlo.







Astrofìsica Individual




Igual a una muestra de zinc en la hierba
ascendiendo por un carbòn compuesto de pàjaros.
Tambièn por iridiscencias.

En el plasma que muerde las dimensiones
de lo lejano como un aceite lleno de mandibulas.

En el triàngulo donde el hambre ofrece la
perspectiva de un cuchillo
arriado por quiromànticas hegemonìas.

En el corte transversal de una uva
girando entre mitografìas que despliegan vòrtices de
hollìn. Junto a un dìa acerado.

Febriscente como el lenguaje de una superficie
-cualquier superficie-
sobre un relámpago dorado

En las sienes.

En la idea que desciende de ellas hacia el mineral
en busqueda de una que otra astrofìsica.
Una que fuera individual.

El el parpado que detràs de los zoològicos yerra
sobre criaturas que desnudan orbitas.
Atardeceres con una manzana en la boca.

Semejante a dios cansado en algùn lugar del infinito
de contar las venas.

De enumerar higados y pulmones.

De tener que pensar en la creaciòn como un acto
semejante a la respiraciòn o el oxigeno que inhala de la
niebla.

-hay que asumir que dios escribe o tirita dentro de
fragmentos de niebla-

Igual a una muestra de zinc en la hierba.
Una que ha cruzado la desolaciòn y la miseria para
encontrar una sola palabra. No es necesaria una màs, basta
una cuando la nieve es conjugada por amapolas
y en la sombras del trigo 
millones de vias lacteas habitan los enseres

las demagogìas

la intensidad de este sol con la cual ningùn ser se cansarà 
de habitar silabas esta mañana

hasta que la piel en los labios deje de ser celeste
como los oceanos de las estrellas.












martes, 9 de enero de 2018

Las Islas Infinitas




La nebulosa lleva coherencias de una amapola
de vidrio. El silencio huye con aquellas de carne.

Alrededor del hollìn disfraza un sacerdote su anden
de pumas con una flor de nieve.

-la flor de nieve no serà transparente hasta que
se diluya-

En la memoria se escarchan regueros que toman
direcciones idilicas, las de todo drama por decir.

En los ensayos secretos de los atomos en los 
mentones se oprime una burbuja. 

En los intersticios se reencarnan panales y una
citara de hierba da origen a extraños meridianos.

Las costras son como hemisferios que lucen
la memoria de sus heridas.

En una boya cala el silencio.

En una boya el excremento del pelicano con una
pluma amarilla.

Yo pienso en las estructuran donde los molinos
llevan la experiencia de la ira.

En los conceptos que no alcanzan el oceano
pero crean un àrbol en su camino. Una hoja.

En las perspectivas que trazan la verdad de una 
gota de vapor en la brea.

En las tendencias donde los telescopios regresan
a la ruina.

Yo pienso en esos fantasmas llenos de ecos.

Ahora que duermen sobre el reflejo de infinitas
islas.









El Màstil en la Boca




Detràs de la noche hay un planeta.
Hay quienes diràn que està poblado de serpientes
o es dorado.

Incluso diràn que su pubis està colmado de mandibulas.

Quizà sea como una supersticiòn el creer que
sus orbitas son iguales a algo repentino que dibuja 
husares en el interior del enigma o el sueño.

Tal vez el hecho de caminar nos haga sucedaneos,
misteriosos preteritos que muerden las bujìas y se alojan
en las propulsiones de reciprocas melenas.

-de las cigarras por ejemplo-

Ta vez entre las escencias hay alguien que desciende
con un màstil en la boca, ignorado por todas las
profanaciones.

Creyendo sòlo en las hojas que sobre la tierra deja
el absoluto.

Convencido -nada màs- en las palabras que tarde o
temprano habitaràn en ella.






sábado, 6 de enero de 2018

Horizonte






El viento era una condición.
La naturaleza colisiona con los hombres

Sobre el vidrio el abalorio y el número de los
acertijos renaciendo en una orilla.

Los límites esbozan sus cabellos en un cuadrado
desconocido para cada hombre sobre la tierra.

Cada hombre es una especie de pergamino que
escolta el sudor del aire.

Lo dorado despliega fragmentos que cierran sus
ojos en los ejercicios del humo.

Allí donde al alzarse, toda trayectoria forma una
extraña gimnasia.

Y en el interior de ella un rostro.

Otro ser que mira el oceano con un recipiente en
las manos

creyendo que al final del mismo se encuentra
el horizonte.








Secuencias de Venas y Racimos




Esos puertos desde los cuales una noche
o un estereotipo de eter y un lunar lleno de purpuras 
en la espuma, todo dentro de una hialina 
vertiente.

El individuo que llega del agua o quizà, tal vez
la quiromancia del tallo en una envergadura, en el
ùnico pètalo de vapor.

Los manantiales y en una de sus cucharas
los gramofonos con puentes de goma.

Lo sideral alimentando por rinocerontes
y cascaras.

La estrella que cae de las sienes con un rango de
trigo. La constelaciòn en un dibujo negro. Dotado de
amapolas.

El espejo de nieve imposible.
La cita del semaforo con los perdigones.
El diluvio que se convierte en flor o semàntica.

Esos puertos que suceden entre los aparejos
donde el destino ha empujado una ceremonia de iris
del otro lado del espejo.

Las venas y racimos con otras secuencias.
Con otros cabellos y fraguas.
Con otras pronunciaciones y sacrificios donde 
un presagio tatua en el crepùsculo 
sus eslabones.

Dando origen a un navìo separando las crestas
de las olas

buscando entre la espuma un invierno de cera
llevando su insomnio entre infinitos preludios.

















viernes, 5 de enero de 2018

Eternamente




En realidad pareciera que alguien constantemente
abandona la lluvia. Un pelicano a veces lo acompaña.
Una ola disecada en el lado de la popa del navío se
encuentra en este instante en sus recuerdos.
El número de los coeficientes con muchas bahías para
que el mundo logre despreciarnos.

Luego están los monólogos dado que nos siguen a 
todas partes. Incluso son hallazgos cuando el hollín es
azul como la noche.
Como la inmensidad.

Semejante a algo que intenta reiterarse en un poema,
anhelando regresar al alma.

En realidad las dimensiones.
Los negros pactos de las tortugas y claveles.
El atardecer ahora donde se derraman los celajes

y una hondonada en ellos donde los cadaveres
acarician las nucas de otros cadaveres.

Y asi eternamente.




jueves, 4 de enero de 2018

Primer Paisaje del Silencio




Habito un silencio.
No màs extraño que la soledad o un puente en
lo hialino.
No màs lejano que lo lejano en los astros de carbòn
sujetados por las estampidas.

En su interior los remeros se alimentan de cuchillos
y los gavieros escupen sobre las estrellas,
entre historias de jade emparentadas a los venenos
levitan las peliculas.

En sus historias los magos resisten como el
sol luego de un invierno rosado
parecido al hollìn, semejante a la conciencia en
el momento de ser arrasada por
una intuiciòn. Por una orilla de polen.

Es un silencio a veces cruel.
Donde la ira recoge cabalas de las supersticiones.
Donde las cenizas naufragan en un continente 
que toma sòlo las constelaciones secretas
de sus paises. 

Habito un silencio.
No es el que hubiera deseado.
A esto debo recordar que las cosas no son como uno
las desea. Las cosas deben
ser todo lo contrario porque su ùnico fìn
es encontrar cabellos. Lùcidos abdomenes.
Plasticos destellos.

O ese enigmatico sentido que rueda por la playa.
Justo en el lugar donde los profetas construyen sus orillas.

Intentando dormir y despertar en un mismo instante
creado por una rafaga de luz

Una rafaga de luz que sueña eternamente.








Por la Noche





Por la noche el mundo es imposible.
Los objetos en la arena recuerdan sus relojes intentando
confundirse con el tiempo.
Sus ojeras son de hierro y fosforo.

En nuestros nombres la envergadura deja de ser solar
para encontrar una hoja.

Las fronteras se detienen como un sueño que atrapa
los matices del humo en una comparaciòn.
En un remoto equilibrio.

Los lapices arrastran sus competencias de acrilico.

Por la noche los manantiales acarician sus hogueras
con voces de idolatrìa y no hay màs campana que aquella
que baja de un recreo amarillo, donde se enlaza
a la luz una pantera.

El viento juega entre los archipielagos con un niño dorado.
En las sienes de un hombre la idea vuelve a tomar el
ser màs intenso del agua; ese que gira entre la incandescencia
despuès de cosechar raices.

Los supuestos colocan un dragamina en el peso.
En los kilometrajes.

En la popa de un navìo la inteligencia divisa el fuelle.
El anden del cartilago despuès del tacto de un fuselaje o la
victoria de un secreto.

En los cadaveres los pètalos nos muestran coronas de 
moluzcos llenas de intervalos.

Por la noche todo lo existente vuelve a ser imposible.

Para tomar desde el azul la inutil eternidad del
oxigeno.



miércoles, 3 de enero de 2018

Los Hilos de Madera






Habitas la luz de manera pura o desesperada.
Cosa que en el fondo no son dos cosas, son una sola.

Concedes universos donde la magia es una dimensiòn
con gelatinosos carbones.

Y mientras tanto los hemisferios pasan hechos de 
arcilla y relieves. Hay un juguete de sal que los devora.

Yo creo en la contemplaciòn dijiste.
Con el aplomo que tienen los vidrios al izar cadenas.
Al rozar eslabones o ser parte de dios como el
paraiso de un cuchillo.

Habitas un territorio donde las reminiscencias
llegan con arpones. Expresamente las que giran entre
el caos y el enigma. 

-esas que despiertan las puertas-

El caos y el enigma son dos fantasìas cubiertas
de repertorios.
Dos travesaños que cuelgan del rostro en una mimesis.
Dos personajes en cuyas venas las arañas duermen.

Quizà las arañas yerran en un largo insomnio.
En un infinito hermetismo. 
-no sè si como lo hace el verbo-
Tal vez aguardan desprecios o leviatanes

donde la luz se alimenta de fiebres
y corre entre hilos de madera.











Sòlo el Lenguaje




El universo describe una amapola.
El idilio de una silueta trazada por los edificios.

Sobre los àrboles una especie de corona
es incendiada en el crepùsculo.

El infinito es una gota.
Igual que un mundo solitario durmiendo en
las ojivas se estremece.

Junto a los tallos de un elefante dormido en una mesa
giran los dirigibles. Extrañas andanadas resisten
en sus superficies y parten de las mismas hacia aquello 
que no es un horizonte.

Tampoco una orgìa.

Quizà sea un racimo. Quizà.

Pero esta mañana los periodicos elevan otras cosas.
El puente ha formado su primer circulo.

Los rastrillajes fueron tensados sobre la nieve.
Nadie nos dijo que ello era posible.

Sòlo el lenguaje desde sus heridas lo cree.

Y ceñido a ellas lo forma.