Busco una gruta donde a diario los seres y los
objetos se estrellen contra la locura. Eso -claro està-
teoricamente.
las lamparas y los diseñadores de agua. Nuevamente
habla lo teorico.
-anhelo -no sin exactitud--que esto pudiera ser
irracional-
Y aunque lo teorico recurra a los plasmas con velas
amarillas, yo sè que un himno es una especie de fugacidad
respirando en imagenes de bronce.
Aguardo una salida al oceano que no tenga literas y
tampoco responda a los paises de manera metodica como
lo hace una especie de niebla o sobre
los cursos de un itinerario plagado de verdugos
y satiros, alguna danza.
Una lampara que sea la màs modesta en el oficio dimimuto
de un buzo, junto a una mancha de acidos donde
inutilmente crearemos los craneos y las orbitas de una feria
con soplos de albumina.
Ansìo al aneroide con un collarin de sartas en la boca
mientras los monitores inundan los prados llenos
de maderas escenicas.
Busco en los bordes, en los margenes donde empieza la
realidad con alguna mariposa grisacea o un brillo que arrastra
un verbo a los cuellos.
Miro esa galaxia anatomica y lucida en las piras
con que sostiene una hoja.
Me levanto del soplo con la antiguedad de este patio
donde la cigarra cada noche regresa para escribir de los trenes.
Una antiguedad hecha de apariencias dirigiendose hacia
conjuntos de barcas.
Extasiada por los hombros de una maniobra de escamas
y orin en las puertas. Una antiguedad llena de silabas cromadas
por un estrabismo.
Donde lacrimogenos idus depilan el sentido de los cauchos.
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