viernes, 31 de agosto de 2012

Aprehensiòn Ideal del Suicidio






Esta  noche el suicidio repite que su corazòn
es entregado en voz baja.

Cuando llega no dice una palabra.

Pero deberìa. Escribir por ejemplo que su camino
es impensando, como una imaginaciòn
que incita y pernocta
sobre misticos juglares.

Pregunto què clase de conciencia muere en su espìrtu, porque
el suicidio al llegar al hombre muere tambièn con nosotros.

Yo, personalmente, temo a ello. Allì terminaràn mis
pasos.

Habrà puentes que no cruzarè, gente a la que jamàs estrecharè
la mano. Personas a las que no abrazarè con la magia
que ilumina el beso.

Eso es triste.

Muy Triste.

Tengo miedo a tantas cosas - casi pànico- pero
lo las enumerarè.

Ellas se descubriràn por si solas -si ya no
se revelaron- y mi corazòn al fìn acompañado
empujarà otra puerta.

Oirè crònicas del infinito.

me harè acreedor a esa nada que llega del mas
hermoso olvido.

Le dirè a la belleza que su dolor es como la soledad
del hombre.

Este poema no termina aqui, sòlo empieza.

Lo dicta el suicidio de la
belleza.




Guillermo Paredes Mattos

Experiencia Gnostica de lo Divino I





Buscaba aquello sin direcciòn.
Que al unirse no tuviera que sostener el
peso de los àngulos.
En todo àngulo tiembla en secreto un hombre.
Un adivino.
Alquien que preludia -ya no moralmente-
Alguien que escribe, pero no literario.
Literario o no, soñè que me diera biografìas o datos
personales de sì mismo.
Que negara o afirmara bajo esa luz que ondula
debajo de la tierra.
Entre los eufemismos, que casi siempre fueron mìos.

Como un muerto levantandose del nicho sin memoria.
Despertè para encontrar aquello que
mi recuerdo grabò sin ninguna esperanza.
La esperanza es una masacre espìritual.
La esperanza es sòlo una carnicerìa.
Allì todo lo que puebla la conciencia
es lconjurado para emprender el viaje
a su diluvio.

A terminos hebreos de diaspora.

De exodo.

Hubiera deseado ofrecer algo que tuviera
no tantas noches, pero sì
el escrupulo que amenaza al hombre con
su peso divino.

Bajo terribles balanzas donde el destino
se rie de nosotros.

Porque jamàs las podremos
soprotar.




Guillermo Isaac paredes mattos



martes, 28 de agosto de 2012

Los Céfiros de una Estaláctita






Biblicas astas de imaginar.

La construcción mientras enfrentas
el coral del insólito acuario, el velamen del
día encandenado al hecho,
su pronunciación hoy que preludios y tejidos
de sol visten su casta de 
verde.


Puertos de astillas y escolleras donde
el anunciar es demacrado en los huesos
y el tramo de la especie a la sabiduría es un precio
cuyos bosques desvanecen un poco más
su espejismo.

Todo huele a husares.

Las cosas forman la inteligencia
de una raíz en el animal del arrebol.

La inteligencia ofrece una servatana de indicios
para encontrar una pista.

Evolución tras evolución.

Planetarios tras hemisferios como efigies
de electricidad.

Cubiertos de misticas.

Fusileros de estambres. 

Ortografías de casas en medio de edificios
y en ellas un palacio gramático.

Poblado por tempanos.

Asombrado y lleno de pavor en su mirada
pues ésta sólo muestra los céfiros
de una estalactita.




Guillermo Paredes Mattos

lunes, 27 de agosto de 2012

Repertorio de los Travesaños







Completamos historias sobre avenidas
donde los diluvios presentan mareas.

Sembramos un tropico de sed
junto al gènero.

Sobredimensionados como lampos
de frìo, bajo estibadores de agua,
en largos muelles de escalofrìo, arrastràmos
sacrificios de entidades
que evolucionan 
al racimo 
igual que sus ancestros.

Y rodeando el halo de nuestra necesidad 
en esos templos, llamamos a lo perverso,
al tiempo y las primacias
invisibles, serpenteando como un tìtulo de cera
en sus raices.

Soberanos de ninguna estàmpìda
Insolitamente oimos el mendrugo, coronando
los pigmentos sombrìos de
alguna juventud apostada en las sienes
como un tren verdadero.

Yo recuerdo las fabricas donde perihelios 
y ciclos no resisten, ni las pupilas
reconocen el siglo
de las dunas
en un pubis de madera
abierto por lumbres de acido.

Quisimos observar esa tierra sin futuro.
Ese disco de planetarios.
Esa orfebrerìa seca.

Intentamos que nuestra intentenciòn
se alargara en una sensaciòn
que teje
una isla en sus orillas
para que el oceano quede conforme 
con su canto.

Con ese poder de su melodìa
convertida en sìlabas por las tinieblas.

Cuando esa dinastìa parece
ser una parte de la oscuridad.

Un repertorio de travesaños bajando 
por el alud de su sombra.




Guillermo Paredes Mattos




Episodio del Ente







Cuando la lìnea alimenta sus liricos
mausoleos.

Al llegar a la noche donde sabemos que 
no existe una alusiòn al profeta
o la maldiciòn que
ignoramos.

En ese escarpin saludando al evento
del dilema.

Y nuestras circunstancias son verbales
màs que los verbos del verano.

En la inminencia y del aro que empieza
a desnudarse como un radio de
saudades y ambivalencias
de polio. Asi creo yo, se enfrentan
las enfermedades entre si mismas, sòlo
que surge algo psicològico.

Algo como la nieve.
Algo desesperado y nuestro.

Tan  nuestro que es imposible tocarlo
incluso por nuestro propio espìritu.

Y todo queda en manos de
otras dimensiones.

De otra region con el aura.

De otro hemisferio 
con el ente.

Donde finalmente quedo
dormido y callado.




Guillermo Paredes Mattos







El Destino y las Figuras







He sido devuelto por la individualidad.
Hablar de ella para mì, empero no acaba.
Reflexivo y cauto como una alameda.
Preludiando el roce de universales esquemas.
Todo o la parte de mi idea en el miedo surge.
Todo o la luz de mis latitudes conmuevese.
Completando orìgenes donde las columnas 
despegan a un filtro.
Y lo deseado no es premoniciòn.
Lo deseado es constelaciòn de adobe.
Un candelabro, un espigòn donde 
creemos que el arte es de saturno 
y deber de nuestros craneos es lidiar 
oraculàrmente: Esto igual a tesituras
de libros. Semejante al horoscopo enramado
por nombres de sodio. Arenales,
en todos, algo sagrado como la
tempestad dejò su alma.
Y el espìritu en su viaje hallò
los panteones donde el destino la separa
del existir hasta la corpulencia.
Hasta un grito divino.
Y lo hace -no como lo creemos-
Lo hace como quien camina sin adjetivos
al vacìo.




Guillermo Paredes Mattos

sábado, 25 de agosto de 2012

El Movimiento de mi Individualidad




                                                                       

La conciencia es animal inspirado.
Un capa donde la mortandad se marchita.
Una expresiòn cabalìstica buscando formas
mientras su epifanìa muere.

Su idea me sorprende y hasta ella llega
un tridente de màquinas y sucios callejones eroticos.

Un sensual talmud de providencia.

Sobre esa hojalata
somos asolados por misteriosas resurrecciones
de espantos
donde la evanescencia es parte del espigòn
en cuyas formulas se presentan los seres.

Los seres enumeran alambradas.
Rectifican los colores del aire.
El sobrenombre del aceite cuando es
excomulgado del trino y las amatistas
con estornudos de mimbre o cupulas
decididas a reconocer un pertrecho
a no ser liberado
a buscar un pulmòn en las citaras
que funebres puntas 
alientan
sobre mantis de ferias

La conciencia es otra ideologìa.

Un presentimiento con percepciòn
de agujeros.

Una nociòn de dulces precipicios.

La conciencia es cabalistica.

Un juego de narices donde seguir 
viviendo.

Una laguna en movimiento sobre
esa rara velocidad de mi hambre.

Ese movimiento que misteriosamente vive
en mì sin poder alcanzarlo.




Guillermo Paredes Mattos

El Leprosario de los Amuletos






La cofradìa en espiral serà la siguiente : Dejàremos
que la escarcha siga un curso, que sus estandartes
diriman en ventanas de pampas hasta un
valle
donde el instinto
es de crines.

Habràn crecido para entonces otros àrboles
la hierba que tenìas en tu rostro
habrà deformado la piràmide
del arco entre
sus recipientes.

Como el arrobamiento de dios en el cielo
al morir la tarde, su extasis serà tambièn nuestro.

Ya no llevaremos manias, no seremos poetas.

Totalmente posesos en nuestro planetario
olvidaremos las plagas.

El presentimiento armonisoso del secuestro.

El patrimonio ladino de la historia.

Sobre aleatorias barcas de aluminio
segregaremos el retorno junto a un transporte de
gangrena y violìn.

De leprosarios invetados para huir con la imaginaciòn.

Para ofrecer otro destino a la fantasìa.

Y crear hasta en el infinito donde enmudecemos
convirtiendo en cofradìa el replique
de los arcabuces
el nombre de la fatalidad al golpear
cada amanecer el leprosario
de sus amuletos.




Guillermo Paredes Mattos

jueves, 23 de agosto de 2012

La Tumba de los Alevines









Dicen que la noche calcula antes de ascender al cielo
de los techos.

Que la estrategia del simbolo es morir tempranamente
sin llegar a lo sòlido.

Comprendo que existen vitaminas sin làpidas
y como igualmente medito, perfidamente
puedo amar reliquias.

Son como trenes en espiral.

Un nombre de insòlitas porcentajes.

Un nombre de literarios bronces.


Yo fuì la creaciòn de una metàfora que cerraba
su temporalidad, màs no el tiempo.

Lleguè al espacio, al maniàtico templo
de una efemerides atento al vacìo.

Al hecho que nunca fue romàntico.

Fuì una existencia bàsicamente romàntica
cuando dormìa.

Y mis sueños lograban entrenarme.

Convencerme de que sus cirios eran tambièn ese temple.

Donde un hombre y su sombra
crean su casa.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

Exageraciones Fanàticas






Conozco un arquetipo hasta donde la luz
es centelleante, como una avenida.

Un miedo que joroba su tarde para
llegar al pànico.

Una leyenda ubicada en perimetros donde
la divinidad cree en dios al milimetro.

Relato macabras pautas cuyos acentos inclinan
universos de cieno a la poesìa.

Un ancla es parte de este silencio semejante
al ruido.

Una boina.

Un sentimiento a la deriva pensando en
desvanecerce.

La inflexiòn mutilada por aceites y estambres
de reflejos inutiles,
de cartas indòmitas.

Sè de mi posibilidad ante el frìo.

Del cojìn y la advenediza primavera.

De esas estrofas donde puedo recrear el ambiente
del sueño originando el desastre.

La marca en un ojo cimbreando cicatrizes
de hierba.

Sè.

Un follaje.

Un labio somàtico.

Una respuesta alargandose en la interrogante.

Eso ùltimo quizà sea un tòpico.

Una venganza muy elegante del texto
cuando no desea sorpresas.

Cuando se sabe que no hay que convencer
a nadie.

Ni siquiera a esa necesidad.

Esa màs humana que carnal.

Que llevamos muy adentro.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

lunes, 20 de agosto de 2012

Orientaciòn de la figura en el Principio






El principio es el aura cubierta de figuras.
El principio es bacìlica de fuentes que piensan.
Sus escritos llevan fiebres de colàpsos.
A cada momento relata la muerte a la agonìa.
Temo a sus ojos, llego a su pànico cuando
busca el silencio y sus ruidos comparan la
sombrìa mètrica del lapso con la suya.

Mi instinto es un poema viviendo de lapsos.

Mi vida es lapso.

Una narraciòn irreal de esa fantasia que
incendia las cosas.

Y he devuelto a la llama tantas cosas.

Una fuente. Uno de mis dedos. Algunas de
mis expresiones concientes
de la no-borealidad donde existo.

Asi puedo llegar a la noche. Ello a veces.

Vivir es diariamente orientar un principio.

Lo ùnico que he hecho es guardarlo 
en mi cuerpo.

Creyendo que mis latidos podrìan 
encallar en su diàlogo con la pertiga y el
travesaño...

El principio es aura cubierta de figuras.
Una menciòn fugaz de petroleo.
Un unicornio màgico de olvido.




Guillermo Paredes Mattos

Mis Inasibles Movimientos






No logro explicar mis movimientos.
De aquì allà hay una metafìsica rota cuando
acontecen. Un volàtil paradigma ya arrasado.
No tengo explicaciones reitero. Caminar 
o avanzar diariamente, debieran darme 
un significado para la exègesis de aquello,
pero no es asi.

Quizà si separara esos movimientos
de todo lo fìsico que soy. 
Tal vez si me opondrìa a todo lo espiritual
que mental y subconcientemente planea de destino
para mì, percibirìa ese cuerpo...
Esa criatura dictando las cosas que desplazan mi 
piel bajo la muerte real
de mi inconciencia
èsta que sin ninguna peripecia la muerte
deja para mis poros desde su primera noticia.
Tal vez si fuera peyorativo.

Pero no.
Yo soy indolente.
Un grito no tan terrenal ni objetivo.
Una sinagoga de runas que sueña las praderas.

No puedo.
Tal vez haya un elemento que el universo
haya agregado èsta mañana 
para que descifrarlo, pero no tengo seguridad
de que poseerè su visiòn.

Su escrito de trance mental e hipnosis.

Una hipnosis como esa que tu estètica dobla
en las arterias.

Cuando me voy.


Guillermo Paredes Mattos


El Llamado de los Primogènitos






Prefiero las raices.
El antro de los sueños entre la supersticiòn.
Amo lo que no logra tocarse, una idea, un mito,
un angel empalado por los dioses cuando la dimension
de dos tradiciones se encuentran
envenados por la eventualidad de una cultura.

Eligo en el aceite: Cipreses de niños o làmparas 
derrocan la marca de un superdotado
encima de las copas, igual que el gorjeo
o el rumiante tronar del acero
al convertirse en delta de piel
en ballet  sumiendo entre cìnicas esporas
el tridente que devasta su universo
con un respiro sin condiciòn o naturaleza,
advenedizo, citadino como los mensajes del mar
al destrezarse, al voltear la cara
o llevar el juicio del aura
enlazando una plaga.

Una noche en que la tierra esta seca.

Y sòlo llamamos a los primogènitos.




Guillermo Paredes Mattos




 

Los Objetos de mi Quimera




Siempre duermo en la voluntad de un planeta.
En el vacìo del hemiciclo.
A veces sospecho de la poesìa -sobre todo la que escribo-
para tenderse en una hoja no lo hace 
por si sola.
Acaricio continuamente las llagas.
Me sigue intrigando de què estàn hechas.
Sospecho, ello es oraciòn que me tiene sentado
este dìa ante la vida con la psicologia de un planeta
un planeta que de lado a extremo
descubrio que su individualidad
provenìa del trance
y los postreros maniaticos.

Ahora, yo no suelo despertar a la misma hora o
en el mismo dìa. Tras una visiòn parecen semejantes,
incluso cuando camino por las calles, las veredas 
y mis semejantes dicen lo mismo. El adjetivo oido 
en una primavera lo escucho este mediodìa de rocìo
pero disfrazado. El problema para mì
termina convirtiendose en el arte 
del disfraz, en sus propòsitos,
en sus complementos.

He pensado en el sustantivo ante ello.
He creado notas cuanticas absurdamente.
Quimericamente como una quimera tensè el dominio
del arnes sin figuras.
Posè todo lo que llamè vida ante la realidad, sòlo
para golpearme contra la existencia.
Sobrevivì y sin ningùna barbarie que pueda
decirme: èste es tu ansiado predicado.

Y todo està escrito en la necesidad 
sin ningùn vellocino.

-vuelvo a esa desgarradora palabra-

Sin una sola quimera.



Guillermo Paredes Mattos
 

sábado, 18 de agosto de 2012

Planos de Rocìo



                                                           Hechos misticos de la subjetividad




Un poco màs cerca del lirico, conociendo o no
que el mar es otro procolabismo, una ciudad de ferias
donde la inocencia se une, proponiendo fugaz a la imaginaciòn,
entonces partimos.

Y entre planos de rocìo. el mar llega a un laberinto griego,
màs no por amor, hay una linea, una cinta de sangre
que lo devolverà a su destino. El laberinto es sòlo un
sìmbolo, un acertijo en èsta noche entera donde hundo
mis labios en las piedras para ser consagrado
y èste conjuro
es tan irracional como cientìfico
proviene de la rosa y las ballenas
procede de iras y artificios, mezclo su corazòn
entre domèsticos e infinitos candidatos.

Todos se acercan a los acantilados.
Todos hablan de precipicios y en esa honda
cavilaciòn de superficies, la carta es arrojada sobre
una mesa donde nos aguarda un aguila
en sus alas dorase la imagen de aquello
que jamàs tocaremos.

Dorase la imagen...porque sòlo ello 
vuelve a ser lìrico, el pobre plano de rocìo
que semejante a una imagen 
abandonamos a la tierra
como si nunca hubiera sido nuestro.

En el fondo el poder de su ilusiòn
volvemos a la trampa balistica y ortopedica
encerrados en un arco con la luna.



Guillermo Paredes Mattos

martes, 14 de agosto de 2012

Neologismo Estructural de la Mancia







Naturaleza del velo
procediendo de arbustos donde revisamos
la experiencia màs inedita desde
una mancia.

Y esa experiencia reitera para sus dìas
el espejo imperfecto de un coro,
el sable del  angulo, cuando la sugerencia
del prostibulo en la carne, asciende con un
barco de turbulencia en los oidos
y los terminos nos escriben
mensajes de ansia y terrorismo
con palabras y actos que ya conocemos,
que ya hemos vivido.

Y nosotros vibramos con un atomo de arena nada màs,
en aquello que ensartamos sin extremidadades
ni muertos. Alojados en huespedes
y pabellones de confines
abstraidos por liricas marchas de
antorchas. En cada una, hay un escarpin
y en cada situaciòn de su pulso
la personificaciòn del topacio
cuando memoriza la amenaza
antes de perderla en
la belleza.

Cùantas amenazas como esas he visto
antes de morirme.

Cùantas antes de tocar el momento
en que debo ocultarme.

Cùantas...que concluyo cerca a mi
que la paràdoja
de mi equilibrio es mancia
de una individualidad que generalmente
propicias construcciones de cadaveres.

Edificaciònes de huesos
errantes entre la promiscuidad
y una sed vanguardista
de insomnes atalayas, allì tenso
esa parte del infierno que a cada quien
le toca, para que no se pierda
y a lo sumo, desvanezca su hàlito
convencido
que volverà al concepto donde  la
naturaleza regresa a la luz imitando a
la vida...

Para que el infierno regrese a la naturaleza
convertido en concepto.

En definiciòn sintomàtico de un acordeòn
en los relàmpagos...

Bajo una sinfonìa de cometas.





Guillermo Paredes Mattos