viernes, 30 de septiembre de 2011

El Universo de los Amuletos

Rehusamos al hito y la elegancia.

Al barro refrescàndose en una agalla.

Al oceano del instinto porque es sòlo
una interpretaciòn.

Una verbaciòn sumandose entre
cacofonìas a lo antiguo.

A la superficie particular de
una carta
y sus barajas despertàndo entre nosotros
para crearnos.

E individualmente,
ajenos hasta el propio mundo
de lo que exhibimos.

Sòlo llegamos a un talisman.

Al universo de un
amuleto.






Guillermo Isaac Paredes Mattos

Incursiòn del Infierno

En una sombra, la pasiòn desarrolla
en presencia su rostro,
su demencia sensual
en violenta mansedumbre
de oropel exhausto.


Un poco màs arriba, entre lo agreste,
el oceano besa sus dragones
y un hilo soberano
desenfunda su rapsoda
infestado de manifestaciones.


Derròcase un hito.

En esa expresiòn todo lapso del hombre
es relato arriado por un pètalo
en lugares donde la palabra
cita su emboscada
y eso pasa en coherencias
sitiadas por nuestros corazones.


Patrullas erràticas de lenguas.

Sensaciòn del torno junto a una colina,
la falda de una sien
y su metodo de parpados
arriesgando un pulso
semejante a entradas
a su belleza.

Pero ese ontos es sòlo
una reproducciòn.


La carencia del tiempo concentràndose
en si mismo,
presionando veredas de emperadores,
pesadillas de manadas
sutilmente del vèrtigo
donde nuestras cumbres con arcanos
descienden hacia
la majestuosidad
inclinandas por una botella.


Otoños donde el universo
y las copulas
aguardan incursiones
de infiernos.


Escoran las siluetas.

Los vilos retroceden.

La ocasiòn vuelve a disciplinar
su nociòn de extravìo.

Allì donde el presente es replica
que desaparece.

Entre lunàticas metamorfòsis
de hipocrecia.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 27 de septiembre de 2011

El Sentimiento y su Aurora

A veces camino como un sentimiento que
no puede encontrarse...En ese concepto no
está mi definición.

Y por más que el lenguaje sea el concepto
de mi poesía...No es un conjunto que
logre adherirme como un todo a las cosas.


El todo cae como una practica literaria
como un ejercicio somático de la silaba
como un traje de bosques.


Y ese sentimiento de cara y sienes cortas
busca en sus manos el efecto de -abreviando-
todas las constelaciones.

-Tamaña abreviación es imposible-


Y quisiera volver a escribir éste poema
por las tantas palabras que nuevamente caerán
de mi espíritu para saberlo...Pues la vida
esconde todas...

En éste momento es la hipocrecia de mi
inutil drama literario.


Y la vida nos dice que el poema está en
algún lugar, pero no dice como llegar a él.

Y yo comprendo. Absurdamente comprendo
que su enigma puede tomar el ser sentimental
de mi momento y convertirlo en rabia
en oracional meridional de una agonía
que sin menguantes busca su estrategia.


Una estrategia escribo.

Como si fuera una primavera de travesaños...

Esta última figura no salvará a éste poema
de nada...Como si el poema debiera ser salvado.

El poema sigue su camino.

Y mi corazón como un sentimiento que no puede
definirse busca en la aurora de su palabra
otro camino.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

sábado, 24 de septiembre de 2011

Las Murallas de los Halos

La noche concibe con
fragilidad.

Igual que otro continente.


Es muy temprano para escribir de ello,
escribámos de otras cosas.

De adjetivos como objetivos.


De pactos con líneas entre los
arbustos.


Escribamos del temple cuando
solidifica el vacío.

De los perniciosos estados
del habla.

Raspemos esas hojas y sus
conocimientos.

Sus homónimos de nave y cuerpo
pintado.

Su eufórico atributo
tiránico como un pulso.

Giremos alrededor de su velocidad
sin que lo intuya.




Alguien se destiñe con facilidad.

Ello pertenece a propios
y extraños.

Ello es una cinta errante
sobre las suelas.

Nuestro primer manicomio, sí señor
Nuestra más teórica herida.

Sobredosis de titanes
arrobos de esplendores,
magnificas escencias hablando
de tratados, culminemos ésta estrofa
entre espolónes.


Culminemos, buscando otra premeditación
la sinalefa, una catarsis, histérica
en el ciclope de las lágrimas.

Invadamos el puesto de aquello
en los látigos y el azote,
tan sugestivo como adyacente.

Busquemos el abdomen del cielo
Su arco de ninfa
Se labor subterranea y
cientifica.

Y entonces contemoslo a los
halos.

-Empero, convencidos que el verbo
llega de él-

Para que el final no se repita
como un título
en otro poema.

Y al fìn
-buscando su propio corazón
se desvanezca-.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

El Hado

Hay una zona de exodos tan cerca de la espuma.
Existen tantas barajas que el tiempo llega
para conocerlas. Hemos escrito aquello
que las brùjulas ofrecen como suposiciones.

Revelamos montajes cerca de una fotografìa
Concluimos que el sol nos despistaba del sino
en cada momento y el momento era el agua,
una trementina donde confeccionaban augurios
espoletas y bàculos abiertos al rito.

Y al mirar el poema, sabìamos que era
un crepùsculo, suicidandose entre los hechos
un hipocrita polen desnudo en la carne
una misteriosa cadena de hambre.

Entonces relatamos aquel vuelo que corta,
el tropiezo de la gota en la vereda
y la puerta de patios y ficus, desde
los cuales fuimos iniciaciones de àrboles.

Mantas de carbòn esconden piedras entre
los zoologicos, llenamos de rìos el horizonte
hasta capitular, respondimos al orden
dimos hogueras y novelas de botellas
orientando los diques de una faràndula
la novicia del grillo dormido entre
sus soledades, como una marejada de agujas.

Describimos los cielos con huertos de trampas
y entre reyes de diamante despuntaron esas huellas
con ineditos pasos buscando formaciones
de mitica identidad sacrificandose en los hados.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

La Orden del Lùmen

Què ciudades va a extender el lìmite
guìado por las regiones.

Què òrden de acido.

Cùales son las preguntas atroces de
un color a la deriva
acariciando todos los remordimientos.


Bajo què cualidad empezarè a entender
lo intelegible como un adjetivo
de extraños estandartes
entre mis cuervos.


En el origen y la premoniciòn de la barbarie
y la masacre, del manto acribillado
POR la tierra, masacrado
por el polvo y el canto salvaje de
la ceniza.


De mi letra de buho.


Cuando todo en el universo està mentado
por el presagio.

Un presagio elevado por las entrañas
entre ritos que llevan algo de comparaciòn
un poco de nube
posiblemente un dìa de hallazgos
como las tinieblas
cuando el mar està en posiciòn del arte.

Pero no de la oscuridad
y el lùmen.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 13 de septiembre de 2011

El Iris

No siempre desde los sargazos.

La noche de andanadas y almafuertes.

Mucho menos el tallo llamado
a predecir.

Ese tallo conjurado por la tregua
y las manadas.

Tampoco las huestes y los escalofrìos.

El iris del lampo
El porvenir del estro

Las reliquias de fosa en mis
entrañas.

Recorriendo furias y febriles
esbirros.



Estàn tambièn las
nebulosas.

El hecho de llamarte constelaciòn
como un tratado.

El ser abriendo mùsicas
Ese ser desconocido
Escabrozo, lleno de leyendas
Como es invertebrado
el màstil en su corazòn nos dice
que siempre està partiendo.


No es sòlo el templo.


La cùpula de esquirlas
y su sombra de agua.

No es el lirio de mis
vacilaciones.

La pòcima vacìa del
tremante.

Donde el universo logra acercarse
al espìritu.

Pero jamàs al
iris.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

viernes, 9 de septiembre de 2011

Reflexiòn de una Paràdoja.

Al despertar el primer conocimiento
es del aura.

Del trance o una maniatica dianoìa
en las pupilas.


Despertamos y todo es desesperadamente
sagrado.

El cefiro ha arrancado la humedad del
follaje.


Esa humedad que anhelaba el sesgo del
corazòn, el ga`lpòn del cisne.

Nada està cubieerto por mi alma ahora.


Las cosas estàn desnudas como si arribaran
a mis manos.

Los hombres recogen sus legañas
ahora.


El hambre abàndona el solsticio de su estòmago
creando un perihelio. Un venus de silo.

Una creaciòn de entes sobre mis hombros
son los mismos que he inspirado,
màs no para siempre.

Ese llamado es desconocido.


La fiebre que los inspira es algo ardiente.


No el luminoso canto
de una paràdoja.






Guillermo Isaac paredes mattos





Guillermo Isaac Paredes Mattos

Los Sìmbolos Profundos

No pensamos en los veleros como
la vida lo hace.

La vida generalmente hace cualquier cosa.

Un detalle. Un cielo, un ciclo de ambar.


En esta cita de peones con nuestro
dorado holocausto, el diluvio llega
cercenando el oxigeno, su mejilla de
lùcidez y pomulo.


Jamàs volteamos hacia un planeta y
si nuestra sombra recoge ese remordimiento
es para azularlo.

Descubrimos que nuestra sensibilidad
no està hecha de bòlidos
pero sì de cìmbalos.

Jueces de papeles de antropòlogos
sentados entre el testamento y la carne
guiados por lùmenes, eso vimos.


Yo quiero un lùmen para la ilusiòn
decìan los bordes.


Pero nuestra sombra no era la efigie cultural
El troquelar de un lunar
el derby donde la escritura es citada
inundada de vèrtigos. Nuestra sombra
no era hàbito. Y los bordes fueron
sorprendidos por la costumbre
en un nocturno pièlago de cabellos.


No hemos estado tan cerca de la vida
como ahora.

Ahora que todos los sìmbolos mueren
para renacer.

Y en apariencia podemos decidir a renunciar
a la apariencia porque lo profundo
ya no logra amarnos.


Ahora, que es la voluntad de la belleza
quien decide si llega o no a ello.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El Forástero de la Belleza

He caminado sobre la belleza, con una flor
de curiosidad, con la música
de algún agreste día
irracional y puro
como el barro.

He dejado de creer en la inocencia
desde la inocencia.


Juré a la creación que sus palabras
no se originaban en medio
del verbo, me impresioné de sus cábalas
y alustes de cuentas
con la memoria.



Fragatas de olvido y horarios de polen
forjában mis límites
y en ese silencio
recononcí errantes inteligencias
reciclando a los dioses
a una punta de nilo
desvaneciendose entre mecanofrafías
de extraños cronográmas.


Y En esa sensibilidad de cadaver
interpreté mi lengua
donde la vida
era una oración que el veneno
ensortijaba
en la arena.


Sólo paraque la muerte cuente mis
días de forastero.


Y el exhalo los de la belleza.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

El Exámen de la Flor

La existencia de una flor. La ví pasar
iluminada por el aire.

La ví tomar um juguete de barro. Creíamosla
equilibrada como el sol
del elemento.


Mas. En su corazón las calles se desnudaban
nocivas.

Dormía sobre espinas.

Marcho a lo funebre llena de espirales.

Sólo asi se unió al amor
y la acompañaba una espada.


De sus lídes decíamos
que el verso no era profundo
que su mundo nos borraba porque
estaba llena de minerales
y los minerales no surcan apariencias.


Empero. Bajo esas lides inspiramos el
halo de un poeta,
el dirigible y el confín,
los abecedarios, los siniestros idiomas.

La sílaba durmiendo entre los ríos.


Soñando eternamente entre la corriente
y sus movimientos.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 6 de septiembre de 2011

Experiencia del Sueño

La experiencia como una caída.

La lógica de sus simbolos
desatando nuestro corazón entre la nada.


El albedrío para perderlo todo.

Y entre los árboles y los motines, dibujaban
las huestes un roquedal.


Un sembrío de humedad para los labios.


Lunares de vértigo, el pensamiento conjurando
veredas donde la esquina
repasaba la noche, inundada
de cirros, donde el vuelo ciñe
su postrera esperanza
de una salida hacia el mar
de un puerto en las manos.

Pero ello está en manos de las aves.


Por ello el vuelo les fue vedado
a los hombres.

Y lo único que quedó fue la poesía
para descifrarlo.






Guillermo Isaac Paredes Mattos

sábado, 3 de septiembre de 2011

La Embestida del Instinto








Sobre èste candelabro multitudes
de formas.


La sabidurìa las divulgò compañada
de un arnes.


Los arpones reconocieron su rostro
antes de una pantera, en el talento
de èsta dorada
por el relàmpago.


Pero en cada relàmpago hay un bòlido.


Un almafuerte.
Un bergatìn cansado.

Despertè en ellos buscando el calìz.

El tembloroso desampàro del miedo. La noticia
de un amor que no tenga paraderos ni esquirlas
como la lluvia o el florecimiento
de una herida.


Fuì evanescente como la fè hasta que no tuve rostro.


Abordè religiones segùn el opalo
de una planta cuando gira.


Comparè bestia y galaxia
para hallarme descolorido
como el halo.

Como el halo...


Pues en su espìritu empieza
la embestida del instinto.






Guillermo Isaac paredes Mattos

Hemisferio Astromèlico






Algunas cosas existen entre el agua
y la tierra
soñando el espìritu de un archipielago.


Otras hablan de antorchas
de oceanos marchitàndose entre corales
y bajo esas ciernes un estuario.


Una albùfera donde la razòn
guarda el caos para dìas de insomnio.


Algunas cosas evolucionan y cantan.


Se trasladan entre dios y los hombres
como hemisferio astròmelico,
en su camino buscan una boca, en su camnino
suelen asilarse en el viento, trepan
las corrientes màs altas.


Y no regresan.






Guillermo Isaac Paredes Mattos