viernes, 30 de diciembre de 2011

Terciopelo Subterraneo

Entonces el verbo define lo atroz




Intentos apolineos de mascaras rojas
cuando el brillo entretiene a las hojas
con pretensiones de bosques marinos
o metabolismos de savia.

Pero esa decisiòn llega de una nave
tan naufraga como cualquier movimiento
y el movimiento es un ser que camina a la deriva
sin encontrar jamàs un espacio.

Pero esta noche hablo con las cosas.

Ese es un mundo, una creaciòn donde
las ciudades mostraban su enfermedad
èsta era de òpalo,
donde se extinguìan los pàjaros.


Asumamoslo crisoles
en las murallas no hay lugar para nosotros
sòlo hay dientes y mamiferos de agua.

Fuì un sepulcro que tuvo iridiscencias en los angeles del alba
y todo angel tuvo una caida,
me pregunto cuando se darà la nuestra.

Maleficios de agua me acompañan
me guìan estertores de amor semejantes al ideal
de un solsticio,
ignorado por cetrinos estrògenos
aquellos que caen junto a estulticias
donde calendarios de un parpado
borran la espuma
como si tratàrase de una orilla
en la mente.

Esa orilla tan idolatra al recibir a las olas
en cada ola hay una pasiòn pagàna
el destino camina con ella inventando mitos
para salvar a los hombres,
el detalle es que la pasiòn creò su propio universo.

Yo hablo mucho de detalles, ya lo sè.

Por ello estoy aqui
sin ningun sentido para oir a las cosas,
memorial como cualquier sortilegio,
no tan eterno, semejante a una vida
que busca trapecios
para confesar un hambre,
lo màs terrible es que llega del verbo.

Quisiera vivir como yo, quisiera responder como ellos
pero soy un suicida en forma de nieve
sin ninguna escencia que pueda sostenerme,
construì mis pèndulos
tan propios sobre esta distancia
que ironica
presenta destello de un niño
cruxificado sin amor por la belleza.

Oh, verbo, estamos a la par, caminamos desnudos,
como tù, sòlo vivo entre auroras y amaneceres,
entre ellos hay un pajaro que es esgrima en su vuelo,
sòlo quisiera una herida de su espada.

Y mientras los puñales adiestran
particulas de itinerarios semejantes al mercurio
escribo iridiscente con el instinto
inscripciones en el sexo de la piedra.

Ya no me importa desdecir lo que he vivido,
finalmente ese es el destino
de alquien que ama los funerales
que insultan lo remoto
y cada noche entre relampagos
dejan que algo lo
llame sensibilidad.

Tacto del sonido en las
mafias de mi desencanto.




Guillermo Paredes Mattos

Pronòstico de las Tiniebla

Pareciera que el problema de la idea
es vagar por si sola por el pensamiento.

Pareciera que los juegos del amor en ella
conciben apariencias de muertos luminosos.

Y los sonidos en ellos son como
una herida.

Un dolor seco, prosopopèyico.

Arrastrandose en la mùsica que ofrecen
los capìtulos.

Teniendo las manos como una sombra y un
verbo automàtico, decidido a sembrar
algùn astro.

El problema de la idea es que
durante la diplomacia de su poesìa
cualquier pronòstico de la tiniebla
es un gerundio.




Guillermo Paredes Mattos

jueves, 29 de diciembre de 2011

Origen del Desastre

La palabra jamàs es escrita, sòlo camina.

Responde muy lejos, vive entre cabelleras
se sostiene en inviernos.

Semejante a una sacudida
a un extraño movimiento.

Su experiencia està hecha a base de
cosas que borranse, de caidas.

Su vida no fue confeccionada por el barro
contrariamente a los hombres que mueren
en èl, la palabra en el barro
a lo sumo se humedece.



Como mensaje de rocìo
juntàndo iridios en una palestra
de botones para una imagen, la palabra
ocasionalmente es un manuscrito
donde lo tembloroso atisba.

Algo de eso tan tembloroso acelera
su equilibrio. El temible color
de su herencia...Y escribio color
como adjetivo de lo temible
porque en ella el juego de los
mitos vuelve a lapidarse.

Y entonces su respiro evoluciona
apuntando al disturbio
coronando de desastres la tierra
empujàndola a neologismos
donde el espìritu al crearlos es
nada màs superficie intuitiva.

Allì la creaciòn no tiene objetos.

Nos engañamos si decimos que la
creaciòn vive cerca del mar, en el interior
de la piel, enseñandoles a los hombres
otro mundo.

Visto de ese modo, una superficie
nos ha posado ya en lo intuitivo.

Y en el pecho abierto de su corazòn
brotan las cosas.



Guillermo Paredes Mattos

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El Principio de la Voluntad

El que quiera frotar una lampara...





He vivido como una realidad alejada del ser
intentando crear un hombre.

Una necesidad vestida por colores donde el
misticismo recogìa su advenimiento. Ese fue mi lecho,
la ùnica proporciòn de mi casa, mi miramiento,
mi desdeciemiento, he subido al lenguaje
buscando un idioma que me alejara de mi mismo,
donde mi craneo se convirtiera en ancla
donde dios no fuera juez
y mi individualidad
escribiera como un parpadeo
semejante al postrero latido de la belleza
cuando evoluciona hacia el conocimiento.

-Acabo de citar la muerte, porque està en todas
las sublimaciones de la existencia-

He sido un conomiento.
La estatua del mar junto al requiem desnudo
del latìn, el uso convicto del barro
antes de una despedida en un fruto
maduro y silencioso en las escamas
de mi boca.

Fuì un biblico ser que caminaba
que -en presente- camina y es singular
como el habla de la divinidad
igual al amanecer mientras asciende
al propòsito. Y no nos damos
cuenta.

Fuì un poema, cuyo fondo, es sòlo un ala
del ser, el mientras de una falacia en
mis huertos
y èsta playa borrada por jardines
por frutos cardinales y adolescentes
donde lleguè para sellar el pacto
con mi espìritu.

Y con el recogimiento de su misterioso
universo,
donde ofrece su primer paso la voluntad.



Barranco-Diciembre,2011

Guillermo isaac Paredes Mattos

martes, 20 de diciembre de 2011

Sentencias del Sueño

Una calle donde el veredicto ofrece la prisión del velo
para cadencias donde el barro es de aceite.

Una vía donde nos sostienen oráculos de granizo
y serpientes de nieve.

Esta metáfora es aún sed en la palabra,
habla lejanamente de una nada.

Y todo sucede más allá de las cosas.
últimamente y tan inutil que los parpados recuerdan
crepúsculos de la belleza. Un día ella fué también sabiduría.

No hablo de marcos paganos donde una sentencia se
pueda idolatrar,
no escribo de páginas arteras y diccionarios.

Quisiera sólo ofrecer este punto en sus puertas,
asi cada quien podría perderse de cualquier manera.
Y en esta hoja puedan enfrentarse los dados.

Una muralla, donde los recuerdos lleven la más ardiente idealidad
esa que por comparación es manuscrito de auxilios
de hemorragicos navíos
ceñidos a un estado,
a un festival de naufragios
a una corte de enfermedades.

Cerca, muy cerca del diluvio.




Guillermo Isaac paredes mattos

La Primera Palabra

La Primera Palabra


La belleza de la primera palabra.
La fiera inmortalidad de aquella que la continúa
perpetuada por astrales venenos,
ciencias de azul oscuridad donde el halo defiende
una nota de dioses y ceremonias con el sueño.

Esa belleza. Rota por la criatura del eter
donde los huesos evocan vestigios de memorias sin nombre,
el sentido buscando su experiencia,
el encuentro de un lugar ocupado por raices,
por extrañas estrellas que hablan de la vida,
que la evoca, que miran en sus parpados
la oscura noticia, el ladrido sin sonido,
el manantial y el río, la manada de una constelacion y el fín
de las ruinas, el beso del veneno mientras
el linaje de mis días maestros depende
de la rabia y los dardos celestes.

Por ello desciende la entraña de este hemisferio.
Protector de mis feretros y lapidas de niño,
mensajero de un testigo en tribunales de niebla
donde un espectro desde el sol continua la obra
de mi labio y mi boca espera
mi labio espera,
este fiero mar de espinas,
construido por la belleza de la primera palabra
y su madre.

Su nombre es la muerte.




Guillermo Paredes mattos

sábado, 17 de diciembre de 2011

Simulacros para los Bellos Ciegos

Y mi espìritu reìa y a su risa se uniò la del desierto.




Si alguien nos recuerda fue porque no fuimos descifrados.
Si alguien no puede separarse aùn de su dìa domèstico.

Es decir la tautologìa esta hecha de un acto
que va de la habitaciòn a la cocina y viceversa.

Y con permiso de los vanguardistas y sin ello.

Pienso que ustedes viven queriendo sorprender al mundo
y se olvidan de la relaciòn con los dedos.

Es decir -perdòn por esta cacofonìa- los dedos
son un misterio en sentido nihilista
en cuerpos imaginando una pantera
y despues la noche es dirigible de cenizas,
no lo digo porque quiera un poètica,
mucho menos por querer alcanzar un obra
despuès de tantos amaneceres
eso no significa nada.

Lo cierto es que hay un desierto
lo recorre la arena y la arena es tambien una artista
si ustedes miran un desierto
hallaran un medano
una formaciòn que el viento inspira
pero no por albedrio, ni cosa semejante.

Y si ustedes siguen mirando
esa imagen no puede sostenerse mucho tiempo,
a ella sigue otro momento.

Imagino que de infante buscaba mucho esas paginas
donde el cemento brama soledad con violenta esquizofrenìa.

Imagino que escribìa cuartetos y sonetos
eso fue hasta el tiempo de la espuma
pero mi amor ella està muerto
y jamàs he de volver a èl...Y por màs que siga amando el mar
divago en los plasticos con la reverencia màs lugubre
de los planetarios.

Tambièn relataba
era un resabio de ilustraciòn
de academicismos con mi soledad
mi soledad era tan maestra
y mi fè es sòlo una locura que muestra
proporciones de calles
y mutilaciones de espigas
aunque la espiga en este momento
nada tenga que ver con el texto y mucho menos
con su sentido.

Escribo
porque no hay nada que ganar ni perder
y si esa respuesta es un tòpico
escribo nada màs,
asi como respiro
asi como defeco,
asi como me llevo un pan a la boca
o derramo el agua en mis labios cuando
intento saciar una sed.

Digo sed porque hay muchas.

No tengo sitio en este mundo y ahora sè que
nunca lo tendrè.

Y mientras dejo al lado de un fantasma
esta mitomana alegorìa,
quisiera,
quisiera un adjetivo
que terminara todo
sobre todo en esta improvisaciòn
porque lo aguardan
en el fìn
ese simulacro que inventè
para los bellos ciegos.



Guillermo Isaac paredes mattos

Lucidez de un Encantamiento

Para entender poesìa, hay que asumir el veneno.
Demostrar contradicciones de miedo y orgìa,
ceder a la costumbre de sorber denuestos,
atropellos con forma de narìz, figuraciones sobre
indicios de agua. Lo sè porque de alguna manera
mi explicaciòn persigue desiertos
es decir ese monòlogo
que esconde sus palabras debajo de la arena,
no necesito decirles que lo crean
cada noche entierro mis manos y mis pies bajo ella.

Para entender poesìa hay que sorber metàforas
caminar en el papel pero no mucho
la poesìa va mas rapido que el verso,
el verso en el fondo es una especie de ceniza
un animal en extinciòn que muerde torpemente
es algo que con exactitud conoce la nada,
simplemente la nada.

Y la nada ahora abre su remordimiento
un escrùpulo que amotina sabidurìas
por ningùn gusto,
que tiende a romper equivalencias por cada pistola.

Hoy he disparado infinidad de veces en mi sueño
era una forma de sentar amor en la locura
de decirle que su lucidez que finalmente trepe por la mìa
y la mìa enciende en ella
el pàjaro de la razòn y la cordura,
esos ùltimos màstiles para recordarnos
dentro de un niño,
en un pubis ligero, preñado de algas
donde una y otra vez pueda morder
la resaca.


Guillermo Isaac paredes mattos

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Epifanía de mi calle

Este ciclo, su percusiòn de buho
o las veces que imita un sonido
y antes, asumiendo
ésta hipátesis desde una dimensiòn
llamada palabra.


Este ciclo, presentàndonos en un hemisferio.
Por antonomasia sagrado.
Por ontologìa discreto
y hay tanto escrùpulo al escupir a la vida
que una calle no encontrò mejor forma
de traicionarla
que acabando con su soplo en una esquina.

Pero ante la acera de enfrente
llevo un parietal
debajo de mis epitelios
y màs abajo una idea no es pensamiento,
ni la abstracciòn el hecho
de ser religioso como una ironìa
despidiendo ciencias antes
que muera mi paso en esta acera.

Esa que en este instante se està convirtiendo
en esquina.

Esa que tengo que cruzar para seguir
viviendo.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

Simboepísteme de la Divinidad

Dios camina ebrio.

Lo sè por lenguajes en noches de alcoholes
mientras al mar le da por decir de cùpulas tanto
como escenarios.

Dios era dios, eso dirìa la tradiciòn de alguien
que jamàs miro dentro de nosotros
ni dentro de si.

Pero hoy es cristiano.

Pero mas hombre que dios es mi instinto
la razòn de aquella irracionalidad bordada al borde,
al filo, donde la araña teje su entraña
y el infinito cree en su espìritu.

Pero algo en mì acaba todo
lo que ayer era verdad hoy ni siquiera es mentira
lo que es un pensamiento
puede ser sòlo la trampa màs lucida de la locura.

Para poder moverme,
no necesito la maldiciòn de estar vivo.

Necesito caminar,
de vez en cuando mirar una episteme
y ascender como lo harìa la intuiciòn
debajo de ella misma.

No conozco el universo
he visto partes de èl, eso es todo.

A mì aquello llamada eternidad
es un peso que concibo de lejos.

Prefiero la distancia para ver las cosas
incluso para verme a mì mismo.

Ese quizà sea mi momento llamada amor.

Una pasiòn que se humedece en el calor,
una violencia sin simbolos.

De un mito se puede hablar tanto
como de simboepistemes
o clarooscuros
borrosas actuaciones de una brùjula
y cierta decadencia
esa mi poesìa,
esa modernidad que intenta tejer
sobre mì piel
espuelas transparentes.

Pero yo les digo -antes que ellas-
en mi pecho yo las he clavado todas con mi carne.




Guillermo Paredes mattos

Determinismo en Azul

Detrás


Porqué hoy sólo queda una esquina
y en ella este ser sigue máquinas
de soberbia.

Tanto pájaro a mi alrededor me recuerda
que mi tarea de asesino no acaba,
ellos tuvieron mi corazón una noche
para victimarme,
pero me abandonaron a esta silueta
desasida o sigiloza dada mi circunferencia
escarbada por un elixir
o un tropo.

Pero la sal enfrenta memorias
y en cada sepulcro la experiencia describe
o mutila
y caminan los halos
como una generación que examina el mundo
en el acento del músculo
llamado oido.

Y la nieve es la única que detiene
el invierno
y una conjunción une sentidos de agua
llevados por mi semántica...
ah mi semántica,
si pudiera recoger el símbolo que rueda en
su aurora,
finalmente convertido en azul determinismo
me perdería en mis ojos.

Pero artista de trapecios
despierto como el último habitante del sonido
presto a desertar como una pupila
arrojada a la llamarada
del viento o la corriente
dictada por el celo.

Y sobre cada espejismo
doy a mi existencia un jardín del vidrio
para recordar si puedo mirarme lejos
de mi rostro
y desde ese entonces morder
el oceano que decapita
el silencio sin horizontes ni equilibrios.


Guillermo Paredes Mattos

martes, 13 de diciembre de 2011

El Soplo del Procolabismo

La poesìa es la voluntad de la imaginaciòn.







Desata procolabismos.

Recuerda que un dìa la imaginaciòn
abàndonarà tus ojos.

Que entre tu corazòn y los arrobos
queda sòlo la realidad
para destruirte.

Y hoy que hablamos de realidad...

Hoy que se acerca y dice que mi corazòn
es otra amenaza para ella.

Yo escribo en el sol que los idolos
son martires con el alma de un villano.

Que fuì impresionado por mi tacto
debajo del cadaver...

En el juego de la ilusiòn cantando al
lado del granizo.

Del comportamiento en la punta de la aguja
cuando el reflejo màs agreste
ignora ancestrales camposantes en ella.

Contemplalo.

Desataste el juego de la admiraciòn
pensando que una luz tendrìa
lo estelar.

Esa esteralidad concebida junto
a una empalizada.

Escribe en esa voluntad porque no
vivirà demasiado.

En conjunto...es sòlo un culto que llega de
los cìrculos.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

sábado, 10 de diciembre de 2011

La Acrobacia del dìa

Era el dìa. Lo humedecì hasta que se comportara
igual al desmàn, a la lengua frìa de una reencarnaciòn.

Vibrò, tensò sus ojeras entre remordimientos
y descubierto por los pàramos camino hasta la hipnosis
como un amuleto de boyas caladas por la ciencia.

Eran como seres. Alguno de ellos intentaba ordenar
la existencia de los gritos. Uno que otro saltò la valla
que conduce al hombre como una deducciòn
y una deducciòn es falta de contrabando
en la palabra màs postrera que
llevamos hacia el fuego.

Asi que otro mundo la lleva al misterio

Pero quiero adornar la acrobacia de
ese misterio entre constelaciones.

Debo asumir que esa acrobacia es
la antigua canciòn del atleta entre
sobrios campanarios.

Donde los sauces de una primavera mortal
recitan que estàbamos hechos para la vida.

Pero sòlo llegamos al sìmbolo.

Sòlo llegamos a las manifestaciones.

martes, 6 de diciembre de 2011

Alabastro

La inteligencia como un beso del desprecio.
La ira de mi belleza llamada poesìa.
Expresada de acuerdo a latitud e inmensidad.
Expresada y ya que el rocìo juega entre la humedad
con el recuerdo, trazo mi ajedrez de agua
en la mìa, con el derecho a reclamar
un evangelio, una noche de nieve
una coraza que siga diciendo de la sabidurìa
como un virulento aborto entre dios y
mis zapatos.

La conmociòn. Quisiera como ayer despertar
convencerte de que la nada es tambièn otro insomnio
un fruto de papel devorado por una mosca
un parpado contaminado por odios azules.
Dimè tù que has visto nada, yo soy el ùnico habitante
de las azoteas, reino sobre cosas perdidas e inutiles,
viajo entre trastos y como desesperado cometa
inundo de mastiles mis ojos cerrados.

Perdòn, quise decir uno de ellos.

El otro està eternamente abierto.



Guillermo Isaac Paredes Mattos.

Importancia Cultural

Dentro de un contenido se mece lo ideal.

Zarpan grises cabellos hacia èl, son frondas
de poleas. Internase el miedo sobre velàmenes
que soñaron desde griales un pubis.

Se lamenta el conjuro de haber quitàdole
a la magia el sueño.

Ella debiò estar siempre dormida.

Como ciertos pensamientos que jamàs
debieron ver la realidad.

Igual que algunas ideas.

Que algunos hombres.




Guillermo Paredes Mattos

viernes, 2 de diciembre de 2011

El Azul de la Nada

Si la ilusiòn encaminara sentencias.
Si los vaticinios desprendieran la sed.
Y en cada tornasol la transparencia dejara
lo hialino hasta ser despertada...Como aquello
que oscurece...

Entre las manchas de vidrio pudriendose
en las cicatrices.

O el marco exacto para que la perfecciòn
perdiera su soplo.

Y todo lo que el universo deforma lograra
perpetuarse como una marisma.

Un muñeco de pus, entorna lo mismo
que una pisada, efebos contiguos donde
la frente de un hombre es desertora
de diluvios con fuerzas azules.

Aquellas que no pertenecen al mar
ni al cielo finalmente.

Azules nada màs.

Como esta granizada de esquirlas
inundando mi cara.



Guillermo paredes mattos

jueves, 1 de diciembre de 2011

El Archipiélago de los Husares

Sí. Desempeñamos aires de papeles.
Sumamos ventiscas y alevines primordiales.
Desesperadamente fuímos iluminados.
Nadie llegó a nuestro cántaro
con la posibilidad de mostrarnos como fuere
un arte y ese lego cayó semiótico.

A veces pienso en manantiales que
piensen como sobrevivientes. En
una herencia abandonada por los archielagos
en frondosos días donde las horas
son prodigas en titanes, en vidrios
de amoniáco y cartas catalogádas
como mi espíritu en esta tarde de sol
cuando el mundo muere mas pacientemente.

Igual a los husares un amanecer
en que una idea del sueño los reclama.




Guillermo Paredes Mattos

martes, 29 de noviembre de 2011

Los dioses y el infierno

El misterioso lugar de las fosas.

El universo dorado y forastero del lirio.

El aprendizaje de una libelula
arrastràda por el mar, devorada por el tiempo,
llena de mitos como una palabra
o una pronunciaciòn.

Ese cuadro, inexpugnable y artico
ejemplificado por artificios
y sofisticadas botellas de hambre,
cenizas de amargor dentro de la fiebre
o un dios sonàmbulo.

Un dios que vendiò
su alma al abismo.

Sin saber que allì la aguardarìa
el infierno.



Guillermo isaac Paredes Mattos

viernes, 25 de noviembre de 2011

El Bergatìn Lunàtico

Alòjate en la sed, junto al desastre
uniendo un cielo vertical de poesìa
cuando la noche deja sobre resinas juramentos.

Pesebre de ciencias oscureciendo una brida
aquella de relatos y sobrevivientes de auras,
alòjate en otra sed que sea tuya
y se separe en ella como el sueño
de tu espìritu cada noche.

Destino del que camina al arrobamiento
recogemos promesas de carne en una llama
llamamos a la orilla protesta educada
de algun diàlogo, con sombras y poetizares
de ensimismamientos.

Entre ellos buscamos ciencia del desperdicio
del antro borrando sus colores
de esa idea que cala las tormentas
con un nombre en la piel hecho de sìlabas.

Tropo del desgaste, menciòn fugaz
del sino en las estrellas, alòjate hoy que
el tiempo instaura lo sagrado, que la ley
educa al barro en celos de una herida
en peritajes de testaferros. Sombrea, empuja,
no dejes que el màs purismo sea sìmbolo,
no dejes que la realidad sea su casa.


Como yo, no llevas en tu espìritu
un solo bergatìn lunàtico.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

jueves, 24 de noviembre de 2011

Los hemisferios de hojalata

La verdad no es este dìa sin juramentos.
La promesa larga de la familiaridad cuando
desconoce sus trampas y la infamia del sentimiento
provoca a un mensajero, al centinela del lègado.

Precursores de àmbitos y fusibles
Los aerodròmos donde durmieron las hojas
El emperdible incendiado por el viento
cuando los hemisferios llevaban sòlo llamas.

Y en esas flamas de resina, conocimos
el territorio del secreto, la religaciòn
a partir del velo con los fuselajes
y arropamos los vuelos de traversas
los sacerdotes de ejemplos sacudiendo
nuestros ojos, la cara dosificando
un panal y otro a la vez
tempranamente, muy tempranamente
en el instante
que las lanzas invaden el musgo
en el instante
en que un detalle es incierto
como la simpleza o
una melodìa llegando de la polvora.


No es este dìa, el escrito desconocido.
El poema que dictamos o alejamos
a los manuscritos, la suave hipocrecia
de los pergaminos, el aulo alturado
un poco tembloroso, segùn el diàlogo
con la posibilidades y las entrañas.

Ni los hibridos, ni las expediciones.

Y entonces quedamos convencidos
dejando atràs una creencia.

Porque èsta es sucia como el amor
o una ventana.




Guillermo Paredes Mattos

Pinàculo de la Nada

Cuando te encuentres contigo...Menciona
lo siguiente...

Fuiste llevado al sol por tus costumbres.

Te crearon las escolleras y a falta
de vibrar, recogiste los pulsos
del codo
del miramiento y los plasmas.

Recibistes idiomas donde el abecedario
podìa concebir la neurosis como una primavera
de lisiados...De esas que reconocen
lo que no va alcanzarse.

Escribe trambièn que la reflexiòn se empina.

Que posee temperaturas de muy pocos.

De libros que abren gustos por la tierra
cuando empezamos a borrar silogismos
naufragos de polen
acertando en la distancia
en su apuesta con los maleficios...

Cuando se apuesta nada.



Guillermo Isaac paredes Mattos

Lenguaje Nictàlope

Dejar atràs la mejilla, el tranco.

El estallido del universo en
un resultado.

El rito entre los labios escalando
el misterio, cuando Andròmaca
subìa en nombre de eleusis
a un atomo.

Y proseguìamos. La nada
irrumpìa con tronos de sollozo
en las guitarras y sendos murmullos
de escafandras apostadas frente
a los arrecifes decìan
que los muelles
no son infinitos.

Porque la vida es primogenita
del caos

el canto pristino de los pentateucos.

girando hacia la evoluciòn,
desplazando un arpa...



Atràs, allì donde el inicio
compara sus dìas con la perversidad
y la armonìa posa en la nieve
sus relojes oscuros.

Esos relojes que nunca devastaràn
sus iris para confundirlos
con los nuestros.

Pues la confusiòn no es cita del hombre
ni el amor,
es màgico caos del hombre
y los nictàlopes.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

sábado, 19 de noviembre de 2011

Superficies del Idioma

La lògica mantiene espiritualmente sus
vilos.

Como una noche de libèlulas presiente y
cubre tèmpanos.

Y nosotros dormimos.

Al lado los biotipos del mar abren
las cùpulas donde el sol era de vidrio.

Donde concluiamos que era vano
y enfebrecido anhelar el pesebre màs angustioso
en el idioma.

Entre los dioses el idioma
vuelve a la màs extraña trama otra vez.



Guilelrmo Paredes Mattos

viernes, 18 de noviembre de 2011

Un Sìmbolo de la Divinidad

El hecho envuelve en dìa.

Las alturas respiran en èl
despertando lentamente, como si
fueran a precipitarse.

Pero detràs del hechon una circunstancia
exhorta sus sentencias, en una de ellas
el poema se convierte en repertorio de rabinos.

Buscabas sabidurìa. Hoy sòlo queda la experiencia.

El oleaje de esta primavera.

Su significado bajo esa interpretaciòn
donde el lenguaje vuelve a la divinidad.

Y nosotros que hemos luchado en su significado.

No hemos comprendido de èl todo.




Guillermo Isaac paredes mattos

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El Poema de la Poesía

Quisiera un lenguaje menos dimensional...

Un purpura como la fruición, un asteroide
donde las entrañas son recorridos
de bovedas y ballenas...Buscaría un arte
donde ésta tierra que piso fuera
tan visible y carnal como la luna.

Y que en vez de astros en mis sienes
pudiera acariciar ese cuestionario
que se revela más de una vez cuando
duermo.

Y todas mis preguntas aparecen
transformadas en sueños.


Me tomaría del cuello - si fuera posible-
y asi intentar recoger una rosa...

Una rosa de propulsiones abecedarias...

De pelos automáticos

De sonidos e imprentas.



Anhelo...que la vida fuera menos proposicional
y lo nocturno me tomara con una red
en ésta primavera donde precisan las boyas,
que los barcos no son alfanges
que los velámenes gimen austeros

Y todo lo que he recorrido en la claridad
es sólo un universo completo
cuando es buscado de unidad en unidad
en cualquier instante por la vida.

Igual como buscamos al hombre.






Guillermo Isaac Paredes MattOS

lunes, 7 de noviembre de 2011

El Mar de los Ojos

La palabra es un valle de capìtulos.

Una felicidad en la media.

La ciudad de urbe donde una hoja
es mustia entre convalescencias.

Y nacen los prados...

Y recorre el aliento...aquello que
jamàs debiò trazar entre veredas, donde
la realidad busca traversas,
idolatrìas de aire si se quiere,
arcas cuyo presente lleva el signo
del aceite cuadrado por la luna.

Asi vemos aliados de cera
navegantes de cartilagos y
argentos dorados, nombres de
carnales neologismos como los plurales,
sus desplazamientos en sentido opuesto
a sus significados.

Como un elemento que es arrojado por
la creaciòn sin saber si el mar o la orilla
es el tìtulo que darà al silo de su vida.

Al abrevadero casi mortal,
casi constelaciòn.

Donde beben mis ojos.



Guillermo isaac paredes mattos

viernes, 4 de noviembre de 2011

La Trascendencia del Beso

El Beso de la Trascendencia


Hay muchas ventanas, como el beso de un cometa en la rendición
de un verano amarillo.

Hay muchos colores como el humedo retador de silencios desquiciado
entre tretas y epitafios.

La sensación de que un vidrio nos conoce desde el anuncio de todas
sus inocencias.

Y pervierte en la música un sino de ruecas, de circulos que no dan tregua
al que corta distancias.

Porque el corazón sigue siendo una espada, una soledad de divisiones
en el polen de mi guerra.

Pero si esto fuera exacto, aún la exactitud sería una desgracia de trenes
desprendiéndose de una llama.

Y es que la existencia es un vehículo de atómicos veleros denunciando
mares que quieren esconderse.

El torrente de un hilo en un otoño de reflexiones, la marca de un hombre
en la frente.

Pero son los botines de hierro y los hilos que los unen son de acero, con
ellos se abren los caminos.

Religiones de un feudo con ludico caminar, rehen de luminosos celos
dentro de la lluvia.

Todo lo que ha sido mentado se arrastra entre melodías de naufragos,
me pregunto dónde está mi propio mar para ahogarme.

En qué amanecer encontraré su orilla y la espuma como una doncella
de veneno esperándome.

Yo no quiero sepulcros donde una moneda haya cambiado el soplo de un suicidio
por el tiempo de los pájaros.

No busco que el viento haya comentado en estas cenizas de donde es que
llega la llama.

Sólo escucho y a veces contemplo furioso entre equilibrios, desesperaciones
y calmas.

Lucido como un promontorio, golpeo en todos los motines, recorro en
todos los caballos.

No te prepares para una aguja, mi corazón no lo está, vé y vibra, vé y cae
como lo hace un ala.

Pero si esa ala no sabe dormir ni despertar, entonces asciende al cielo
y amala.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

El Vuelo del Punto

Este es el lugar. Aquì se detienen los pasos.

Màs allà una pared de plata
nos recuerda los origenes.

Màs allà los cèfiros son ràfagas donde
un mundo creìa ser tiempo.


Aquì todos los pàjaros detuvieron
el vuelo e hicieramos lo que hicieramos
terminamos contemplando ese hincar el cielo
con un punto desde sus alas.

Porque muy tarde aprendì que cada planear
es una linea.

Y el vuelo en conjunto sòlo
un punto.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

El Bosque de la Cresta

La hoja eleva el mar que ahora sientes.

Bajo ella un sol antiguo es ancestral y manùscrito.

Tù recuerdas el tiempo por el cual
el espacio ha vivido.

Pero no logras demostrarlo.

Especùlas bajo la tierra.

Especùlas con una carta de sueño en la carne
y otra de mesiànico extravismo.


Porquè el extravismo preguntaràs...

La razòn es la siguiente...borra lo inasible.

Ademàs de ello he tendido puentes
para que los manantiales
sean devorados por su propia mirada.

Puentes personales.

Individuales como una psicologìa
en la espuma.

Buscàndo una sola cresta.



Guillermo Isaac paredes mattos

sábado, 29 de octubre de 2011

Los Cisnes de la Oscuridad

Hay puertas que insinuan peciolos
hemisferios de insomnes caidas por la nieve
cuando el invierno confunde su corazón con el rocío.

Es el espíritu de un sueño
recorriendo pergaminos que fueron del veneno
que una noche juntaron espoletas
que divisaron siluetas
antes que la imagen pudiera hacerlo con su escencia.

Hay cristales donde ninguna transparencia
debe a la existencia una palabra
un sonido de metal
una calle de svasticas trazando
el lenguaje mas facil del arte
esa velocidad de miedo camino
de la playa
cuando el mar nos espera
sumergido en las aguas.

Pero dios es subterraneo
igual que la piel, igual que un bosque
poseido por los ecos
por un disturbio hecho de fabricas
de florecimientos que hurgan ruinas
en los humeros, caminantes de sueño
en las entrañas
y los cascabeles anuncian
caravanas podridas en el viento
fermentando una y otra vez su adios en las pupilas
en esa mirada que ofrecemos para nadie
cuando el mundo parece el atomo
que no dará su corazón a la tierra.

Hay puertas, solsticios de uñas
orfebres de papel
mirando en las maderas
y entonces sobre la oscuridad
emergen las frentes
llevando cintas negras de levantes
incendios donde la soledad recuerda sus juguetes
su castillo de niño
su borde rodeado de pubis
y por amor al mar
vuelvo a creer en un barco
en un verso de metal
en una página de sed
en el nombre que seguramente diré
un día
unido al más extraordinario sacrificio.

No lo conozco.

No sé si llegaré a él.

Sólo sé que traza sus raices
entre cisnes de oscuridad.


Guillermo Isaac Paredes Mattos

La Sinagóga Negra

Cuando el libro de la naturaleza
posea el espíritu de otros ojos.

Y el poema se arrastre ya vacío
entre la persecución y uno de sus sueños
derrame un altavoz
donde vibra el craneo de otro mundo.

Cuando escribir y recordar pertenezcan
a la misma escencia.

Observo. Furtivos espolónes
devoran los ríos.

Vientos de horror parecen esconder la
noche de la oscuridad.

Y entonces, contemplo el día en ella
ese día solitario.

Su temperamento es cerebral, sus visceras.

Me dice, que desde ahora escribirás por dios
porque finalmente queda nada.

Luego, un espejo de huesos lo confirma.

Una carta ancestral que reconozco
en el frío,
en mi cultura del fango.

Cuando todo exhala intelectualidad.

Y hacemos lo único que resta al latido.

Para no ceder a ello.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

viernes, 28 de octubre de 2011

Funerales para Dianoias y Circunferencias

Hoy la curiosidad es tambièn de dios,
por lo tanto mortalmente divina.

Hoy esa curiosidad deja un velo pagano,
ya que los ojos de dios tambièn para llegar
a ello se hicieron idolatras.

Es la unica forma de caminar sobre la sabidurìa.
Digo sabidurìa como verbo obviamente.

Al estar en este texto percibirà su pulso entre dientes.

Y dios piensa bàsicamente cuando està herido y es
decadente pùes quieras o no, arrastra el destino de
los hombres.

Y dios piensa cuando se desangra, cuando
es de noche y los centauros, logran olvidarlo
buscando el seno de su mitologìa.

Hay que alimetarse dicen los centauros.
Fuè èl finalmente quien los creò.

Y asesinamos todo lo que creàmos.


Hoy puedo hablar de un dios absoluto y mayeutico
mientras desplaza su soplo por la perplejidad,
mientras avista perverso la vocaciòn de los astros,
o la unciòn postrera del hombre ante una hoguera,
entregàndose lentamente a una llama.


Y belleza tambièn es mirar como esa llama lo conduce
a la ceniza.

Ante ello dios menta en mi oido que ello
es cosa de magia, pero que no me engañe
tambièn es cosa de la pàgina
y se necesita un funeral y una circunferencia
para crear un poema.


Hoy dios se aleja de la divinidad por poca cosa
èl busca miserias, el anhela idolatrìas,
de esto puede escribirse que la idolatrìa humana
puede llegar a 180 grados, la de dios
siente nausea despues de haber completado
el circulo.

Y la curiosidad en sus manos deberìan ser las mas puras
pero no sucederà, porque estas circunvalan
la arena sexualmente.

Asi es citado el infierno.

Se necesita de èl para escribir y quizà terminar
este poema.

A pesar que sea mi absurdo, a pesar que allì termine
el prostibulo de mi clarividencia.

Ese nihilismo con el cual miro al hombre, ese hombre asistiendo
a un rito y el rito
es un conocimiento, una inteligencia que arriesga
sus entrañas en la realidad para iluminarse
en el veneno.

Y este deje atravesar en las columnas
de su ira un destello.

Sòlo uno.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

La Naturaleza de lo Divino

Miro una constelaciòn.

El azul sagrado detràs de ella
puede decirme que el universo empieza.

Las estrellas que la forman arrojan su lenguaje
en su sombra, por lo tanto no puedo leerlo.

Me queda la intuiciòn, pero èsta
tarde o temprano cae entre la inteligencia.

Y la inteligencia no puede escribir sobre
lo que he deseado.

Apenas lo intuye.

Es un caso curioso de esferas.

De cìrculos volviendo a si mismos
sin una razòn.

No por ello irracionales.

Pero oscurecidos por la naturaleza
de una estrella.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 25 de octubre de 2011

Légados Atómicos

No hemos elegido por el nombre
de las efigies.


No hemos admirado dentro del mar
las sospechas de la duda.


Viajamos entre premoniciones, alguna
vez antropomórfismos.


Encendimos culatas, dimos redención
al cultural nombre del templo.


Nos situamos en la hojarasca que rompe el
desvelo y lo situa en ciudades.


En ramplas arcanas de romances.
En nociones de ensueño.


No somos sino el viento, soplando entre
carencias de barcos con superficies
de veleros.

Desvelándose ante el polvo cada
día.

Hermafroditos...

Atómicos.




Guillermo Paredes Mattos

Cuadro de Caballos

Junto a los cirros creaba un corazón.

Lo imagino pues era liviano, no puedo
imaginarlo por sus actos.

Para imaginarlo, tuve que llevarlo
a la sensación donde la inteligencia
deja su brocal de camello
su ira más remota.


Creaba. El látido en él creaba
las cosas por las que el viento
a veces duerme en el cielo
como una corriente que pierde
sus ráfagas sólo para que sumerganse
en la piel del hombre.

En la piel del ser...

Temblando...


Como ante un cuadro de
caballos.






Guillermo Paredes Mattos

Historia del Aire

Cuando interpreto a una palabra no soy yo.

Cuando soy yo estoy representando
alguna cosmogonía.

De mi ser sólo hay una noche, sin respuestas
por supuesto.

Cuando camino debería hacerlo de perfil
asi miles de imagenes no morirían.

Y aunque temo, este temor no dura mucho
en mi interior, de hecho
mi interior no dura mucho en mí.

Cuando presiento al viento perdonar su historia
vuelvo a pertenecerme.

Y el universo me persigue
preñado de cualidades o esta citara de aceite,
lo dije ayer cuando la página arrastraba un disco
una suerte de fábulas comprometidas,
algo en la soledad que vuelve a involucrarse con
la nieve.

Cuando respiro, nada puede compararse
aunque en mi multitud cualquier soplo se rinda
y agite la parábola dentro de mis dedos
para que construyan seducidos por
algun rito de vidrio.

Yo no tengo misterios, el misterio
no alcanzó jamás la realidad.

Y la realidad jamás alcanzó su lecho.
Sólo hay un pedazo de jerarquìa en cada muelle
una oración y un pàjaro que espera
modificando a su antojo
su ir y venir por el mundo.

Sólo hay este color que es encantamiento
algùn lenguaje con ojeras y un espacio
despertando a los mares
de mi lengua.

Llenando mis historias
de aire.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

La Dimensiòn de las Ruletas

Hay viajes que son la angustia de un mar en las paredes.

De esa ola que no pudo recoger de las cenizas un pájaro.

De esa muerte que nos saluda como un aurora

que necesita el espíritu para desangrarse.

Yo recuerdo que la desesperación era una reliquia

donde llegó la vida tantas veces

para buscar el nombre que podría formarla.

Yo recuerdo el verbo, porque hay viajes donde

no puede guiarnos

y la soledad es como una mitología de nieve

una forma de concebir la distancia antes que muera

en el horizonte

ese lugar donde sólo es inmortal

la visión regresando a sí misma

después de haberlo dado todo.

Hay viajes que duran un pétalo

una noche donde un cruxifijo enciende su parpado

en los rios de las manos

y uno tiene que representar ese papel

para el cual no fuimos preparados

y vamos por hemisferios y constelaciones

por mundos que aún aprenden entre sus respiros

por dimensiones que nunca fueron formadas.

Hay ese secreto que siempre esconderá sus ojos

para que sólo podamos soñarlo.

Lo dice el agua cuando ilumina entre la transparencia

un fondo de peces amarillos

de residencias como el hado

de altares como el sueño.

Contempla este es el mío

está lejos de la realidad porque sólo allí

vibra el universo

persigue naves celestes

porque si miras hacia lo alto

un hecho cae sin adjetivos por el cielo.

Esta es mi ciencia

una pedagogía de raices celestes es su alimento

y entre naturalezas de arena

crece como una piedra

como una civilización donde el corazón

clava en el espíritu

la espina de su holocausto

y uno sabe que en un purgatorio

el alma corta el universo de su metafísca.

Esta es mi ciencia

controlo caballos,

disparo piedras.

Mi vida sigue siendo una ruleta

jugada por mi espíritu a seis balas.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

sábado, 22 de octubre de 2011

Vellocino del Sueño

Vellocino del Sueño

Sobre los arquetipos, la mimesis...




Preparaba esta noche para ser imitado.
Y fiel a mi interpretaciòn
de las luces
vì al brillo involucrar mafias paganas.

Traducìan extrañamente los aires
los vidrios de una redenciòn iluminada de sepia
de cartilagos y seres oscuros,
llevando candelabros de crepùsculos
en sus interiores,
en esa certidumbre donde la intimidad
redunda en la duda,
como una sabidurìa perpetuada por
àrboles amarillos.

Abundaban los cirios en lapidas de hierro
y furiosos titanes volvìan a destruir las cosas.
Los violines y musicas no representaban
ya a nadie.

Y en esa muerte vì al pàjaro
descender hermafrodito entre lubricantes de polvo
dando pasos de rada marina
y terrestre,
era un gemido iniciandose en morgues de rosas
donde aùn la belleza pregunta en cada acontecer
por mi aliento,
por ese exhalo que dejè en la penumbra
conjurando al espectro del pètalo
de un ciego hemisferio donde
me hacìa tenebroso
y mi lengua se llenaba de virgenes y santos.

Oh dios, tù que eres principe de tumbas y purgatorios
que diste a la libelula el tridente
de los mensajeros,
los senos de un cancerbero llenando tripulaciones
de barro,
el verso maestro de la venganza,
la poetica del feretro nocturno y su llegada
dentro de un patriarca de sed que toma baules
de un reino
donde dialoga el vellocino.

De un reino indomito y sensato
llamado providencia.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

Naturaleza

Igual crearás un piano.

Tendrá la forma del movimiento, por lo
cual no podrás detenerlo.

Pero sí hundir en él tus manos.


Una noche.

Un día, intentarás morir en él
pero sus aguas te devolverán a la orilla
pues no será tu momento.

Ello lo decide la naturaleza.

Ello es sentenciado por
la vida y no la
tuya.



Guillermo Paredes Mattos

miércoles, 19 de octubre de 2011

El Fin del Insomnio

Aquí aguardo, donde la experiencia oculta sus
manos entre la tierra y la ilustración llegando
con los peces es un birreme ya antes repasado
por las cenizas.

Dirás, que aquel día las casas eran de polvo.
Que nuestros balcones pertenecían a las violines
que entre las nebulosas y el tacto, la sensibilidad
era un bosque presentido sólo por un aguila.

Este será mi lugar, no tendré mas que vaciós
eludiré a cada momento las palabras ya que siempre
existirán otras y esa condición me dirá
que desaparecer es sólo un caso judicial
para los niños, para esos rostros que nombran
cada amanecer infancias al lado de las llamas
o el cielo inexpresivo, tremante de una voluntad
con monedas o catálogos ardientes, donde en
vez de transparencias tuvimos al hecho
del insomnio como única catapulta.

Pero entonces alguien abrirá nuestra mente.

Y derramará ese insomnio
por el mundo.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 18 de octubre de 2011

Batalla de Tridentes

Conocemos cierto apogeo.
Una herencia.

Alguien deja poèticas materias allì.

Una tendencia donde lo funebre
se organiza senario.

Ese desenvolvimiento interpreta capìtulos nocturnos
capìtulos peculiarizados por ballenas con funciones relativas.
Un testamento quizà, una dinastìa, algo legendario.


En el interior de aquel apogeo
los proverbios de nuestra soledad desarrollan
cultos de samgre, cultos de flauta hechas de uñas
para ello, debemos asumir que todas han sido arrancadas
de los dedos.


- Gèneros de turbulentos caballos vuelven asi
a las perlas-

Yo crecì en esa tiranìa, frstràndome al tocar imagen
tras imagen, dispersado por veranos que eran trenes
ilustrado por lo insòlito. Tuve endèmicas lenguas
un vocabulario de fàbula fue mi mesa, tambièn era
de platino, ahora comprendo el mercurio en mi boca.

Es decir una consecuencia increìble.

Donde se liberaban fabulosas batallas
de tridentes.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

Poema

Este es un cuadrado.

Hablemos de una de sus leyendas...

En su interior resplandecen los cìrculos.


Guillermo Paredes Mattos

lunes, 17 de octubre de 2011

Patologìa del Nombre

La cabellera ciega de una noche.

Las auroras del sentimiento.

Sus hojas y los sìmbolos en una corona.

El nombre abierto.

Nuestra palabra
desierta.

Los muelles del verano y sus
vacilantes culturas.

El òvulo de esa geografìa donde la
patologìa del nombre recorre
làpidas virgenes como un soplo
de hades, como un mètodo de afrodita.

Semejante a los marcos
a dìas verdaderos
como una espada en un ojo
cerràndolo para siempre, pero dejando
esa experanza al otro
de entregarlo a la mitad de una mirada.

En oleos sin argumentos
y ese aliento de puñal
extranjero.

Desapareciendo en las superficies
de una mano,
igual como un pupis desaparece
en un sacrificio
y todo acontece en un nombre.

Para que podamos tener la visiòn
de su patlogìa.





Guillermo Isaac Paredes Mattos.

viernes, 14 de octubre de 2011

Circulos de Gravedad

La palabra es un tiempo. Un cuerpo deforme.

Una estela donde sólo escribiría el recogimiento,
pero no es asi.

El recogimiento es el último lugar donde
despierta el hombre y la escritura.

El espacio es otro maleficio. Camina entre
los ríos porque no nos pertenece.

De la realidad es lo único que podemos
hablar.

De la contradicción y la dialectica.


Tú observas, como una mariposa muere en un acto.

Como el oropel se une a la mosca juntando rocíos
para frenar la violencia.

Y creo -que en ese segundo- volvería de cualquier
lugar, insinuando en mi figura otra volición.

Extraño como los minerales lamería las piedras.

Los juramentos rotos del juego.

Ese patio lleno de carabinas donde solté
mis lunares.

El pedazo tan antiguo del amor que ya no
puedo escribirlo.

Una melodía de cosas aterradoras.

Los trópicos del ópalo apoyándose
en un grabado.

La influencia en nuestro corazón de
las raices de la tierra cuando estamos dormidos.

Mi huerto nostálgico.

Esa antropológica nostalgia, ardiente como
la polvora. Su ser, su ser cuyo aliento
expulsa una sombra de espinas
cubriendo el arte.

Una catedra de polvo donde inauguramos
una conmonción.

La conmoción fundamental de nuestra vida,
la que nos tiene asidos a este insomnio,
a este estruendo.

Por ello hablo de un todavía.

De haber vivido persuadido siempre
de los tejidos.

De haber sellado la sangre de los otros
en mis sienes.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

Poema

Las estrellas son un fenómeno ante el cual
queda desnuda la noche.

Y sólo entonces podemos ver el azul.



Guillermo Paredes.

jueves, 13 de octubre de 2011

Precipicios

Nadie se sienta en la arena
para escribir de las puertas

Ya que todos los precipicios
dejaron su corazón atrás.



Guillermo Paredes Mattos

Lo General y lo Violaceo

Con algo tan general como violaceo.

Entre las catapultas de alguna noche rota
por hipotenusas.

Junto al barco manchado de trópicos
y eso tan humano que asciende por los ojos
hasta librar azotes en el mundo,
un ojo de arena.

En estelares libelúlas, donde los altares
disciernen raices de polvo.

Y las aguas escriben del oxigeno errante
de la nieve, aquel que toca sal e invierno.

En lo que concibe.

En la primera sustancia de la creación,
es decir alimentarse de una liendre
y pedirle a la providencia
que la entrene
hasta su llegada a la orilla
ebria como antorcha de veletas colosales
jugando su suerte en las murallas
y los ejemplares.



En las notas invisibles de la desolación,
cuando ésta vibra junto al vertigo
y sus alumnos retratan
el aposento con los astros
de una colina
en el instante que viajan al hidrógeno.


Y todo lo que tenemos que hacer es beber
en una de sus yescas.

Esa es la primera ley para morir
y separarnos.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 11 de octubre de 2011

Oración de Apolo

No tengo una razón para este amanecer.

Tampoco para aquel rostro que se borra
en una decisión, junto con él.

Nunca entendí las cosas del entendimiento,
por ejemplo la ráfaga que sin transpasar un animal
sigue viviendo.

Percibí -como hoy- que todo sigue desvaneciendose.


El planear del ave lo escribe en el aire.


Y para vivir


Eso es suficiente.





Guillermo Isaac paredes mattos

lunes, 10 de octubre de 2011

Las Anclas del Lenguaje

Si el misterio dejara un ala roja llena de remordimientos.
Si al lado formàranse constelaciones sin fuego
y la primera llama concluyera que lo divino es
sòlo un ancla llena de rituales.

Aquellas que se engarzan en el cuello.

Y nuestro cuello divisara un lugar donde pudieran
someterse a la nada, todo aquello que esa ancla desata.

Si tù no pudieras compararme dentro de tus equilibrios
y mi corzaòn repitiera que en el interior
del libro las silabas que nunca tienen la eternidad
como palabra.

Y la palabra dibujara esa ancla con cinco movimientos
con un lègado de miedo o brùlula.Y esos movimientos
no fueran màs que curvas y direcciones
que a veces son ajenas a todo
lo que en ellas sucede.

Aym si una palabra se descubriera linguista.


Filosofo del sol.

Palabra griega del estuario.

Donde otros idiomas, donde un ancla llegan para beber
se sus cenizas.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

viernes, 7 de octubre de 2011

El Caos de los Huesos y la Carne

En este instante de piedra.

Bajo las columnas o el tiempo que logra derramàrse
sobre nosotros.

En los remordimientos de la creaciòn, ya que dejar caer
el tiempo entre los hombres no està en los planes de nadie.

Nadie tambièn lleva el nombre inspirado.

Los cometas que podemos nombrar
entre capitulos de inspiraciòn.

Cuando èsta se separa de si misma.



En el momento que se supera sin saber que camina
hacia el desastre.

Cuando los mànticos libros de la premeditaciòn
desmienten miles de principios.

Y vacilantes atravesamos un amarillo desvanecièndose.

Un hombre caminando entre sus huesos.


A dònde habrà ido su carne preguntan
los cometas.

Esa pregunta debiò haber sido nuestra.



Ahora cuando el mar deja sus coronas al
entendimiento.

Y entre lo posible la contradicciòn observa
como el lugar de su contrario es tomado
por lo inasible.


Y lo inasible desbòrdase.

Pues su espìritu no logra mantenerse mucho
tiempo en el lugar opuesto.


Y muere -llevado por el caos- entre la carne,
debajo de los huesos.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

jueves, 6 de octubre de 2011

Los Verbos de la Sangre

Los animales cubren la noche con
un verbo.

Un verbo que abre sus venas tanto como
sus entrañas
bajo una aurora de ìdolos.

Una visiòn de ìdolos entre la
sangre vibra en ellos. El pulso sigue perteneciendo
a la divinidad.

A esa belleza de sangre involucrando un tiempo
donde lo milenario despierta la desesperaciòn
como si tratàrase del veneno.

De una historia ancestral
cubriendo de laberintos
lo que resta de la magia
de esa prosa con ensenadas de maldiciòn
porque la experiencia de su sangre
es otra caida.


Pero hoy los animales citan purificaciones.


Un mito de vortices
citando sus espinas.


Riendas de un corazòn abierto por los cielos
de la noche anhelando su inocencia.


Sacerdotes y piedras de bailarines,
monarquìas de altares donde el agua
se confunde con un rojo ebrio de predicciones
y zafiros...Sobre esos montoneros sublevase
el final de un nictàlope con rostro de museo.


Y el horizonte planea, borra, desaparece
aquello que el universo no puede representar
entre las venas.


Un dios olvidado. Ancestral, hoy desconocido
por los verbos de mi sangre.




Guillermo Isaac paredes mattos

La Silueta de las Cosas

Hoy veré el amanecer.

Muchos dioses no podrán saberlo.

Ya que sólo uno me acompañará.


No sé si estaré listo para preguntar.
Una pregunta suele ser una flor vacía.

Tampoco sé, si llegaré al final del río
a la luna...ese antiguo lugar donde
nació el entendemiento. Mi entendimiento.


Hoy estaré convencido de muy pocas cosas.

Viviré bajo las mismas condiciones que la vida
ante la naturaleza.


Hoy acompañaré al amanecer.

Ninguna persona debe despertar por ello.
El ser en ellos no se transformará en pápiro.
Y en ese momento comprenderá
que el universo no es siempre azul de ingenio.

Seré celeste -como mis manos-
Volveré a aprender de todo aquello a lo cual
renuncié alguna vez.

Las turbas serán aladas y exactas gramáticas.

Una condición. Un lamento casi, donde el alma
respira entre las cosas.

Hoy descubriré que las cosas no poseen
palabras.

Que la arena es acustica.

Sus orillas están llenas de travesaños.

Y tendré que afirmarlo finalmente
-será una manera de afirmarme -
son las cosas y no el hombre las que reinan
entre ellas.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

viernes, 30 de septiembre de 2011

El Universo de los Amuletos

Rehusamos al hito y la elegancia.

Al barro refrescàndose en una agalla.

Al oceano del instinto porque es sòlo
una interpretaciòn.

Una verbaciòn sumandose entre
cacofonìas a lo antiguo.

A la superficie particular de
una carta
y sus barajas despertàndo entre nosotros
para crearnos.

E individualmente,
ajenos hasta el propio mundo
de lo que exhibimos.

Sòlo llegamos a un talisman.

Al universo de un
amuleto.






Guillermo Isaac Paredes Mattos

Incursiòn del Infierno

En una sombra, la pasiòn desarrolla
en presencia su rostro,
su demencia sensual
en violenta mansedumbre
de oropel exhausto.


Un poco màs arriba, entre lo agreste,
el oceano besa sus dragones
y un hilo soberano
desenfunda su rapsoda
infestado de manifestaciones.


Derròcase un hito.

En esa expresiòn todo lapso del hombre
es relato arriado por un pètalo
en lugares donde la palabra
cita su emboscada
y eso pasa en coherencias
sitiadas por nuestros corazones.


Patrullas erràticas de lenguas.

Sensaciòn del torno junto a una colina,
la falda de una sien
y su metodo de parpados
arriesgando un pulso
semejante a entradas
a su belleza.

Pero ese ontos es sòlo
una reproducciòn.


La carencia del tiempo concentràndose
en si mismo,
presionando veredas de emperadores,
pesadillas de manadas
sutilmente del vèrtigo
donde nuestras cumbres con arcanos
descienden hacia
la majestuosidad
inclinandas por una botella.


Otoños donde el universo
y las copulas
aguardan incursiones
de infiernos.


Escoran las siluetas.

Los vilos retroceden.

La ocasiòn vuelve a disciplinar
su nociòn de extravìo.

Allì donde el presente es replica
que desaparece.

Entre lunàticas metamorfòsis
de hipocrecia.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 27 de septiembre de 2011

El Sentimiento y su Aurora

A veces camino como un sentimiento que
no puede encontrarse...En ese concepto no
está mi definición.

Y por más que el lenguaje sea el concepto
de mi poesía...No es un conjunto que
logre adherirme como un todo a las cosas.


El todo cae como una practica literaria
como un ejercicio somático de la silaba
como un traje de bosques.


Y ese sentimiento de cara y sienes cortas
busca en sus manos el efecto de -abreviando-
todas las constelaciones.

-Tamaña abreviación es imposible-


Y quisiera volver a escribir éste poema
por las tantas palabras que nuevamente caerán
de mi espíritu para saberlo...Pues la vida
esconde todas...

En éste momento es la hipocrecia de mi
inutil drama literario.


Y la vida nos dice que el poema está en
algún lugar, pero no dice como llegar a él.

Y yo comprendo. Absurdamente comprendo
que su enigma puede tomar el ser sentimental
de mi momento y convertirlo en rabia
en oracional meridional de una agonía
que sin menguantes busca su estrategia.


Una estrategia escribo.

Como si fuera una primavera de travesaños...

Esta última figura no salvará a éste poema
de nada...Como si el poema debiera ser salvado.

El poema sigue su camino.

Y mi corazón como un sentimiento que no puede
definirse busca en la aurora de su palabra
otro camino.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

sábado, 24 de septiembre de 2011

Las Murallas de los Halos

La noche concibe con
fragilidad.

Igual que otro continente.


Es muy temprano para escribir de ello,
escribámos de otras cosas.

De adjetivos como objetivos.


De pactos con líneas entre los
arbustos.


Escribamos del temple cuando
solidifica el vacío.

De los perniciosos estados
del habla.

Raspemos esas hojas y sus
conocimientos.

Sus homónimos de nave y cuerpo
pintado.

Su eufórico atributo
tiránico como un pulso.

Giremos alrededor de su velocidad
sin que lo intuya.




Alguien se destiñe con facilidad.

Ello pertenece a propios
y extraños.

Ello es una cinta errante
sobre las suelas.

Nuestro primer manicomio, sí señor
Nuestra más teórica herida.

Sobredosis de titanes
arrobos de esplendores,
magnificas escencias hablando
de tratados, culminemos ésta estrofa
entre espolónes.


Culminemos, buscando otra premeditación
la sinalefa, una catarsis, histérica
en el ciclope de las lágrimas.

Invadamos el puesto de aquello
en los látigos y el azote,
tan sugestivo como adyacente.

Busquemos el abdomen del cielo
Su arco de ninfa
Se labor subterranea y
cientifica.

Y entonces contemoslo a los
halos.

-Empero, convencidos que el verbo
llega de él-

Para que el final no se repita
como un título
en otro poema.

Y al fìn
-buscando su propio corazón
se desvanezca-.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

El Hado

Hay una zona de exodos tan cerca de la espuma.
Existen tantas barajas que el tiempo llega
para conocerlas. Hemos escrito aquello
que las brùjulas ofrecen como suposiciones.

Revelamos montajes cerca de una fotografìa
Concluimos que el sol nos despistaba del sino
en cada momento y el momento era el agua,
una trementina donde confeccionaban augurios
espoletas y bàculos abiertos al rito.

Y al mirar el poema, sabìamos que era
un crepùsculo, suicidandose entre los hechos
un hipocrita polen desnudo en la carne
una misteriosa cadena de hambre.

Entonces relatamos aquel vuelo que corta,
el tropiezo de la gota en la vereda
y la puerta de patios y ficus, desde
los cuales fuimos iniciaciones de àrboles.

Mantas de carbòn esconden piedras entre
los zoologicos, llenamos de rìos el horizonte
hasta capitular, respondimos al orden
dimos hogueras y novelas de botellas
orientando los diques de una faràndula
la novicia del grillo dormido entre
sus soledades, como una marejada de agujas.

Describimos los cielos con huertos de trampas
y entre reyes de diamante despuntaron esas huellas
con ineditos pasos buscando formaciones
de mitica identidad sacrificandose en los hados.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

La Orden del Lùmen

Què ciudades va a extender el lìmite
guìado por las regiones.

Què òrden de acido.

Cùales son las preguntas atroces de
un color a la deriva
acariciando todos los remordimientos.


Bajo què cualidad empezarè a entender
lo intelegible como un adjetivo
de extraños estandartes
entre mis cuervos.


En el origen y la premoniciòn de la barbarie
y la masacre, del manto acribillado
POR la tierra, masacrado
por el polvo y el canto salvaje de
la ceniza.


De mi letra de buho.


Cuando todo en el universo està mentado
por el presagio.

Un presagio elevado por las entrañas
entre ritos que llevan algo de comparaciòn
un poco de nube
posiblemente un dìa de hallazgos
como las tinieblas
cuando el mar està en posiciòn del arte.

Pero no de la oscuridad
y el lùmen.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 13 de septiembre de 2011

El Iris

No siempre desde los sargazos.

La noche de andanadas y almafuertes.

Mucho menos el tallo llamado
a predecir.

Ese tallo conjurado por la tregua
y las manadas.

Tampoco las huestes y los escalofrìos.

El iris del lampo
El porvenir del estro

Las reliquias de fosa en mis
entrañas.

Recorriendo furias y febriles
esbirros.



Estàn tambièn las
nebulosas.

El hecho de llamarte constelaciòn
como un tratado.

El ser abriendo mùsicas
Ese ser desconocido
Escabrozo, lleno de leyendas
Como es invertebrado
el màstil en su corazòn nos dice
que siempre està partiendo.


No es sòlo el templo.


La cùpula de esquirlas
y su sombra de agua.

No es el lirio de mis
vacilaciones.

La pòcima vacìa del
tremante.

Donde el universo logra acercarse
al espìritu.

Pero jamàs al
iris.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

viernes, 9 de septiembre de 2011

Reflexiòn de una Paràdoja.

Al despertar el primer conocimiento
es del aura.

Del trance o una maniatica dianoìa
en las pupilas.


Despertamos y todo es desesperadamente
sagrado.

El cefiro ha arrancado la humedad del
follaje.


Esa humedad que anhelaba el sesgo del
corazòn, el ga`lpòn del cisne.

Nada està cubieerto por mi alma ahora.


Las cosas estàn desnudas como si arribaran
a mis manos.

Los hombres recogen sus legañas
ahora.


El hambre abàndona el solsticio de su estòmago
creando un perihelio. Un venus de silo.

Una creaciòn de entes sobre mis hombros
son los mismos que he inspirado,
màs no para siempre.

Ese llamado es desconocido.


La fiebre que los inspira es algo ardiente.


No el luminoso canto
de una paràdoja.






Guillermo Isaac paredes mattos





Guillermo Isaac Paredes Mattos

Los Sìmbolos Profundos

No pensamos en los veleros como
la vida lo hace.

La vida generalmente hace cualquier cosa.

Un detalle. Un cielo, un ciclo de ambar.


En esta cita de peones con nuestro
dorado holocausto, el diluvio llega
cercenando el oxigeno, su mejilla de
lùcidez y pomulo.


Jamàs volteamos hacia un planeta y
si nuestra sombra recoge ese remordimiento
es para azularlo.

Descubrimos que nuestra sensibilidad
no està hecha de bòlidos
pero sì de cìmbalos.

Jueces de papeles de antropòlogos
sentados entre el testamento y la carne
guiados por lùmenes, eso vimos.


Yo quiero un lùmen para la ilusiòn
decìan los bordes.


Pero nuestra sombra no era la efigie cultural
El troquelar de un lunar
el derby donde la escritura es citada
inundada de vèrtigos. Nuestra sombra
no era hàbito. Y los bordes fueron
sorprendidos por la costumbre
en un nocturno pièlago de cabellos.


No hemos estado tan cerca de la vida
como ahora.

Ahora que todos los sìmbolos mueren
para renacer.

Y en apariencia podemos decidir a renunciar
a la apariencia porque lo profundo
ya no logra amarnos.


Ahora, que es la voluntad de la belleza
quien decide si llega o no a ello.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

miércoles, 7 de septiembre de 2011

El Forástero de la Belleza

He caminado sobre la belleza, con una flor
de curiosidad, con la música
de algún agreste día
irracional y puro
como el barro.

He dejado de creer en la inocencia
desde la inocencia.


Juré a la creación que sus palabras
no se originaban en medio
del verbo, me impresioné de sus cábalas
y alustes de cuentas
con la memoria.



Fragatas de olvido y horarios de polen
forjában mis límites
y en ese silencio
recononcí errantes inteligencias
reciclando a los dioses
a una punta de nilo
desvaneciendose entre mecanofrafías
de extraños cronográmas.


Y En esa sensibilidad de cadaver
interpreté mi lengua
donde la vida
era una oración que el veneno
ensortijaba
en la arena.


Sólo paraque la muerte cuente mis
días de forastero.


Y el exhalo los de la belleza.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

El Exámen de la Flor

La existencia de una flor. La ví pasar
iluminada por el aire.

La ví tomar um juguete de barro. Creíamosla
equilibrada como el sol
del elemento.


Mas. En su corazón las calles se desnudaban
nocivas.

Dormía sobre espinas.

Marcho a lo funebre llena de espirales.

Sólo asi se unió al amor
y la acompañaba una espada.


De sus lídes decíamos
que el verso no era profundo
que su mundo nos borraba porque
estaba llena de minerales
y los minerales no surcan apariencias.


Empero. Bajo esas lides inspiramos el
halo de un poeta,
el dirigible y el confín,
los abecedarios, los siniestros idiomas.

La sílaba durmiendo entre los ríos.


Soñando eternamente entre la corriente
y sus movimientos.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 6 de septiembre de 2011

Experiencia del Sueño

La experiencia como una caída.

La lógica de sus simbolos
desatando nuestro corazón entre la nada.


El albedrío para perderlo todo.

Y entre los árboles y los motines, dibujaban
las huestes un roquedal.


Un sembrío de humedad para los labios.


Lunares de vértigo, el pensamiento conjurando
veredas donde la esquina
repasaba la noche, inundada
de cirros, donde el vuelo ciñe
su postrera esperanza
de una salida hacia el mar
de un puerto en las manos.

Pero ello está en manos de las aves.


Por ello el vuelo les fue vedado
a los hombres.

Y lo único que quedó fue la poesía
para descifrarlo.






Guillermo Isaac Paredes Mattos

sábado, 3 de septiembre de 2011

La Embestida del Instinto








Sobre èste candelabro multitudes
de formas.


La sabidurìa las divulgò compañada
de un arnes.


Los arpones reconocieron su rostro
antes de una pantera, en el talento
de èsta dorada
por el relàmpago.


Pero en cada relàmpago hay un bòlido.


Un almafuerte.
Un bergatìn cansado.

Despertè en ellos buscando el calìz.

El tembloroso desampàro del miedo. La noticia
de un amor que no tenga paraderos ni esquirlas
como la lluvia o el florecimiento
de una herida.


Fuì evanescente como la fè hasta que no tuve rostro.


Abordè religiones segùn el opalo
de una planta cuando gira.


Comparè bestia y galaxia
para hallarme descolorido
como el halo.

Como el halo...


Pues en su espìritu empieza
la embestida del instinto.






Guillermo Isaac paredes Mattos

Hemisferio Astromèlico






Algunas cosas existen entre el agua
y la tierra
soñando el espìritu de un archipielago.


Otras hablan de antorchas
de oceanos marchitàndose entre corales
y bajo esas ciernes un estuario.


Una albùfera donde la razòn
guarda el caos para dìas de insomnio.


Algunas cosas evolucionan y cantan.


Se trasladan entre dios y los hombres
como hemisferio astròmelico,
en su camino buscan una boca, en su camnino
suelen asilarse en el viento, trepan
las corrientes màs altas.


Y no regresan.






Guillermo Isaac Paredes Mattos

miércoles, 31 de agosto de 2011

El Nombre del desierto







Dentro de poco el infinito perderà
su naturaleza.

Asi como un dìa la naturaleza perdiò
su condiciòn para dar paso al hombre.


En un misterioso lugar el ser seguirà
anhelando el opuesto de los nombres.

Y lo harà sin ninguna dialectica.


El estrèpito volverà a convertirse
en un nombre desconocido que jamàs
oiremos.

Mi lucidez se estrellarà contra un pino.

Se embarraràn de musgo cantos sin trovadores.

Los relojes seràn asesinados por
la brùjulas.


Todo volverà a la arena.


Pero lo màs dificil serà volver a llevar
al hombre a ese desierto.







Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 30 de agosto de 2011

Carbones







Sartas de nóminas. Trenes que llenaron
de halos mis sarcófagos. La tensión de
la x formada por cuatro paredes en el
centro de su corazón. una x creada mientras
se desplazaban los ángulos.

Un punto de lunar y liendre en medio
de esa x, donde eternamente estuve convencido
de nada. Con pedazos de tormenta y agujas.
Lleno de fiebres violetas donde el amanecer
agonizaba.

Yo lo ví morir en mi alma.
Ví ese amanecer arrastrarse como una vida
sin opción a otra.

Y en esa x elemental
dos líneas horizontales
se convertían en pobre escrito paralelo
pensando geomerías milenarias.

Entonces interrogué a las verticales
sin una interrogante.

Miré mi techo y su suelo
asomé a esa distancia que los separaba
hasta unirlos.


Y entonces volví a una fiebre violeta
con la cual mi momento se ignoraba y revelaba
para tocar otra molécula.

Una galaxia de núcas.

El cine justo a un craneo, mi desidia
de sal.

De dios inverosimil y heterogeneo
como todas las particularidades. Es decir
fanático.

Por ello creo que si dos líneas
partiendo de cuatro angulos en una habitación
crean una x, demuestran y sólo demuestran
el hombre enfrentará siempre un punto.

Y en ello eternamente nos asemejaremos
a un poema.

Vive y muere entre puntos.





Guillermo Isaac paredes mattos





miércoles, 24 de agosto de 2011

Densidad del Nombre







La noche es un día como el conocimiento.

Una pieza de extraña palabra
muy parecida a las cúpulas.

El presentimiento de que aquello
a lo lejos no es el horizonte.


El milagro donde un rostro
desciende conjugado en presente
con el espíritu de un poema.


Ese milagro, que también llamamos prodigio
oculto en los crimenes del ser
con un nombre.

Ese que búscamos siempre.




Guillermo Isaac paredes mattos

jueves, 18 de agosto de 2011

La Muerte del Diamánte









Contrariamente al oceano, el desaire es hermético
El desglose del ficus, la campanada rabiosa.

Liberales de hidrógeno reunen acantilados.

Según ello, infiero momentos elegiacos con
mis eclipses.

También con mis pronunciaciones
sobre todo cuando sensualizan métricos adivinos
apariciones como el musgo en una pretina...Pero
nunca pude ver, sólo cerré mi instinto para
caminar en ese momento.


Me acerqué a parquedades y muestras
espléndidas de raices, a ordenes e hipícos fueros
impactado sólo por cultas obras del exilio.


Pero, todo exiliado, es tan sólo un borrón,
una ortografía del sueño, el fanfarrón debajo
del poema, decorado a veces por oportunismos,
otras, por etilicos hechos.

Desdecible el tacto profundo de la obediencia,
mi educación de puercoespín y rada.


Yo fuí instruido por los muebles.
En él polillas y groseros enjambres
edulcoraron nubarrones transparentes
ellos querían un corazón como el que
rueda por las calles, ellos deseaban
que escribiera cosas como todas las cosas.

Asi que decidí vivir entre arañas.

Sus telas fueron mi comprensión
del topacio.

Mi interpretación de salvajes
diamantes.


Y entre diamantes salvajes nunca
pasan los vagónes.





Guillermo Isaac Paredes Mattos


Templanza Teométrica






La templanza iba dejando balancines
mientras era cremada.

Acontecía un afuera...y otro.


Mi espíritu respiraba teométrico
con algo de cuidado.

Esto acorde a mi individualismo
intuía de la castidad
las cosas grotescas.


La impureza y las replicas
donde el altercado inicia
deformes orientaciones
desalójos que caen en la oración
como en las montañas una avalancha
un hemisferio desatándo sus actas de limbos
su placer de ciego.


Semejante a una visión
-ya no profética-
y anterior a mi cuerpo
embalsamando su sombra.

Descubriendo con ello que
bajo esa sombra vibraba otro cuerpo.

-No había composición decían los acidos-

Fue asi que el adjetivo nso dijo que
no existe criaturaque no se desplome
entre la realidad.

Y mucho menos volverla a unir
cuando logra alejarla de ella.





Guillermo Isaac Paredes Mattos


martes, 16 de agosto de 2011

Mi sed






El día es un pedazo de lógica.

La estrella de esa lógica ignorando el espacio.

Tal vez, para subir a ese misterio tienes
una campana de sumisión en las sienes.

Porque muy profundamente decir que el día
es un pedazo de lógica
se acerca a mi parádoja.

A algun libreto acuatico.



Símbolos abriéndose paso entre la razón
con un otoño en la lengua.

A ese otoño le debes un patio.

Un jardín sin follaje donde sembraste
lejanías esparciendose en el polen.

Una propuesta con ráfagas.

La irracional subida del arte.

La cresta de los espejismos.



El día es un pedazo de lustre
completado por movimientos dialógicos.

Una formación de carne.


Un lago impregnado de huesos
hasta que la conciencia
despide a la vida
hacia otra arqueología.

Llena de trapos
y libros sedientos.



Guillermo Isaac paredes mattos



Los Lenguajes del Diluvio








Segùn los magos, una hoja.

La caida de los monjes y los pàjaros.

Esa estructura sin dioses ni ìdolos
descendientes del sol y del agua.

Entonces...

Con marcos de barro confeccionaremos el dìa.

Sus plagas de barro anunciaràn
que era màs fuerte el legado
que aquello tan amado sobre algùn resplandor
entre la iridiscencia.



Porque bajo esa resplandor calculamos
y dispusimos estaciones para ver cruzar el oxido
en el acero
a pesar de todos los trances
tan lejanos de los odios
comprendiendo que el bien es un vaivèn donde
el mal reencarnaba un vigìa
un centinela de plata
bañado de demiurgos
una exploraciòn de opiniones
donde la criatura pudiera llegar
tocado por la nada

Entonces separaremos un corazòn de aquel
diseminado por los ojos.

Y en las fortalezas del sonido
habrà uno ejemplar y mistico
defendiendo una valvula
una sensibilidad persiguiendo al sueño
en los lenguajes del diluvio.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

lunes, 15 de agosto de 2011

La Tregua y la Abominaciòn







Tregua de luz y abominaciòn.

Taberna de antepasado
melòdico entre albedrìos resplandecientes.

Bajo esa trama embòscamos sustancias o
margenes.

Deseos de pobres almadìa juzgada por el caos
bautismos y beligerancias ocupadas por las
calles en un peso.


Como lùcidos robles
rompemos baluartes
explorados por anfibios.

Abrevaderos de belfos
arropados por cicutas.

Contemporanea y no moderna
la lìnea despedìa su tradiciòn
y entre aspavientos
un plexop agotaba la suma de los labios.

De un batiscafo lleno de planetarios
donde el universo era suspendido.

Lluvias de madera un dìa de amuletos
el vaiven colosal y escarlata de mi sentimiento
encarnizado en el sueño de una emociòn
que como la niebla.

Sòlo puede ser arrasada por el
viento.



Guillermo isaac paredes mattos

sábado, 13 de agosto de 2011

Poema






Tienes un espectro en la boca.

Posees dos gritos de carabèlas
azuladas por un clan mayor
donde el epitafo delira
al desangrarse.


Como todo pensamiento, nunca pudiste caminar
por ti solo.

La gente se borraba entre los colores,
talismanes y piedras
ungian bergatines vacìos.

Adoradores de auras, principies del todo
cuando èste camina a una piedra
y los territorios son de granito
como tù o como yo,
casi idènticos a una serpiente.


A senderos sin ìdolos
que puedan retrasarnos, golpearnos
en los bosques, con el inverosimil instante
de un sentimiento
con notas de noche y agua
languideciendo
en esa tregua
con la fiebre y la tentaciòn
rodeàndo nuestros rostros.

Y en esa mirada se recrearon
estaciones de efigies.

Brillos elegantes de ciclos que hieren
el infinito.


Sin estampas de individualidad
ni escrùpulos.






Guillermo paredes Mattos

miércoles, 10 de agosto de 2011

Constelaciòn Dorsal





Soy dorsal como una abreviatura
alerta ante si misma.

Una abreviatura avezada como un bajamar
erguido como una ola entre las zanjas.

Sopesado por bajeles.


Asolado por un flujo de abalorios
donde una bastòn
abre badenes constelàndose en una mesa
para que la fortuna del diluvio
los recorra.


Nunca pude ascender, elevarme
como un proyectil soñando el escarnio.

Fuì trivialcomo el arqueo, un contoneo
nada màs, donde el vaivèn era el aura
del monòlogo en la cosa y pedì prestado
al ente un dorado pentateuco
lleno de plagas y exodos maravillosos.

Siempre busquè el caos.

Su sed ininterrupida
-descubrì- era otra abreviatura
y èsta una garrocha que recogìa equilibristas
cada noche de los huertos
tropezando siempre en sus huertos,
por ello jamàs hablo de sus galerìas.


Fuì abreviado por èstas
y si las castas son de àrboles
el bàlago del acervo hunde desigualdades
y muros, depresionas y puntas
de articulaciones, fàbulas ortopèdicas
donde los arrecifes y yo creìamos
que todo era dosel, pabellòn
de balsas tullidas,
almadìas de escaños inutiles
donde olvidàmos para siempre.

En una ciènaga de trascendencias.


En una plaga donde el mito
nunca logra desenterrar
lo inefable.


Sòlo lo crea.




Guillermo Isaac paredes mattos



sábado, 6 de agosto de 2011

La Experiencia del Poema

Solo y élástico en su lecho, entre
cavernas que parecen resistir en él.

Luego una llegada vólátil
una aurora de grietas y crestas
en el vagón de sus pupilas
buscándo en su mirada
la sintesis.

Práctico a veces
llenando de expresiones los dedos,
fenomenólogo de crispaciones,
antónima observación
precedida de asteriscos
donde nos fulminan sus halos.

Escolta de velorios
Recordando que toda cacería
eleva extrañada su cuerpo, acertijo
del contenido, tú, abadengo que creíste
que ser iluminado significaba
precipitarse.

Portaestándantes de iris, desaliñado
a largo plazo, mirada del hoy sin renuncias
sin rehenes, cortando la huida, el espejo
del flabelo, al juramento pulido,
abrillantado
en los ciclos del aborto,
cuando el mundo da grotezcos llamados
de circunciciones.

Y todo lo que sigue es relativo a
los eclipses.

Seco y arbitrario
como un puente.






Guillermo isaac paredes mattos

jueves, 4 de agosto de 2011

Contradicciòn Algebràica

Para escribir del desierto, no hace falta imaginaciòn.
Sòlo basta un desierto.


No son necesarias las dudas. No la realidad.

Tampoco los vellocinos ni los animales.

Hay que elmiminar los griales, dan un tinte religioso.

Todas èstas cosas llenan de elementos un poema.


Y ello no debe suceder con aquel
se escribe.

Que dicta su corazòn por si mismo.

Que nos mira y nos malinterpreta
aguardandonos en el portal de una esquina
donde termina una vereda, sin grados ni àngulos
pues su matemàtica ya nada puede decirnos.


Y todo desierto es algebraico.
Los tridentes juegan en èl sin poder devastarlo.
Finalmente los tridentes se preparan
para dejar morir su vida en èl.


Para escribir no hace falta nada, sòlo
la escritura, una que no pueda versar
que se alimente de carne o pieles
que viajan como el aceite
en un aliento dormido
en la criatura.


Cuando èste piensa.
Cuando èste sigue llenàndose de elementos.


Pensando que puede introducir alguno
-quizà como una metàfora-
en aquello escrito.


Hay que mirarlo muy bien.


Por principio, el poema abre
la dialèctica de las contradicciones.



Como un universo seguro.
Tan seguro que en èl podriamos morirnos.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 2 de agosto de 2011

El Jardìn de los Tuertos

Recuerdo la vocal del paradero.

La narración de una efigie.

Esa dinámica cuyas galaxias
se exterminan sobredimensionadas
por el brillo.

Por un jardín de barníz
y pulsos botánicos.


Recuerdo. Una imagen de escribas
ayunando.

El puerto de un anciano.

Ese tropel de la providencia en la
escama. También auras, lo hago
para confirmar
que antes de toda sentencia en ellas
vivió un tuerto.

Uno que jamás pudo dormir.

Uno que a voluntad del hado y espejismos,
descifró sólo un ángulo.

Lo recuerdo sobre todo por mí.

Por mis pOcas y tanTas palabras.

Por ese barco paseando alrededor de su cabeza.

No sé si sigue cubriendo vueltas.

Si gira aún como un torno.

Procaz cual liendre acompañada
de una gripe.

Mortal como la mestruación o
la experiencia.



Lápidas de graznidos sobre la
compulsión.

Nordicas epilepsias redondeando la
faena de mi fé.


Me veo tan lejano de esa estrella
que debería caer de la tierra, perderme
de toda gravedad, pero recuerdo.


Recuérdome sinóptico.
Hecho sin espacios de verbo.
Con una rima de catalinas donde la rima
sesgaba su frecuencia.

Con la mimesis borrosa de los acertijos
escribiéndo que el hombre al dormir
es otro tipo de amenaza.

Antiguedad de voliciones.


La mitología conoce en el manantial
otro cuerpo.

Y ese cuerpo irradia
un equilatero latrocinio,
la formación de una puerta
que nada atraviesa.

Pero éste poema habló
de algún tuerto.

Y al mirarlo sus ojos no pueden
engañarme.

El en secreto lo hace.

Poesìa

Què nos aguardarà dentro del poema
cuando despertàmos en èl.




Guillermo isaac paredes mattos

lunes, 1 de agosto de 2011

La poesìa y los Tiestos

Conocimos la hoja bajo aquello beduino.
Los arabes dormian cerca de la playa
con un labeinto en los ojos, idèntico al desierto.


Descòlgabamos lexicos sin titulos.



Ante ello situamos que la distancia no es
siempre lo que la define o puede definirlo.


Desde un titànico suspenso ligado a los
gigantes, pudimos deducirla...

Y llamamos fracaso a esos territorios.


Fuimos una corriente, la intensidad
de metàlicos fascìculos.

La burocracia de los muccines
era todo el silencio para nosotros.


Semejante a un escrito, logramos
fìnàlmente escribir desde el lenguaje
tan sugestivos como una tiniebla
examinamos aspectos
que sòlo un incendio reclina en sus brasas
y apuntamos a centurias
a reinvindicaciones de composiciòn familiar
llena de alrededores.


Eras de incursiones que hoy repetimos
bajo la coherencia de una isla.

Alistando su espìritu.

Los gallardetes de su corazòn.

Su unidad encajando en un sueño.


Apuntalada sobre acertijos
de lìrica hipocrecia.

Como un vahido.

A veces como un beso.

Uno poètico, cayendo de los tiestos.





Guillermo isaac paredes mattos

Mensajes Teofìsicos

Furiosas formas del idioma.

El tacto gnostico de mordazas, obeliscos o crines
sitiados por yelmos
de conspiraciòn divina.

Asi lo divino cuelga sus rieles.

Su marca de insurgencia, relente de metales
por reflexiòn, por estribillo
de elìpticos dogmas
deshilachando lumbres.

Inviernos de pergaminos
donde los faros despiertan archipielagos
y socavones de carbòn dominan nuestra campaña...
nuestra estatura de limòn
en los pòlumos, la flota màs amarilla de àngeles
en las praderas.


Curva la lìnea su explanada
de final sin orbe,
la descripciòn exterminando
arpègicos detalles
intencionalmente liberados por
todo mi paganismo.

Por allendes monasterios donde la tradiciòn
despierta sus ritos.

Y yo como hombre de idolos y de ritos.


Apago en ellos mensajes teofìsicos.




Guillermo Isaac paredes mattos

viernes, 22 de julio de 2011

IV Carta Astral de la Rosa

Pétalo con estrúctura de fín.

Vuelves a despertar sin una rosa.

Pero miras en ella la ciencia
que recoge idolatrías
conceptuadas por tropeles de espacios.


Astrolábico derecho al vaticinio
A sentencias de jardín resonándo hoy en la boca
como la manada de un cuarto deforme
penetrando despliegues y flancos.

Pero aquel cuarto es página de movimientos
y alguien eleva las coronas
de una carta extasiada por un nombre,
el que no es eternidad
pero descansa sobre eglogas de palacios.

En ellas los ojos son ardientes mientras
son arrastrádos.

Tengo en cuenta que ese arrastrar es
menguante.

Y tengo miedo que su instinto regrese
cultural a los truenos.

A la carta agonizante de los episodios.

A la trascendencia vacilante de mi patio
y su daguerrotipo.

Y ello como una poética divinidad de la furia.

Como profético hallazgo de una rosa.

Sabiendo para caminar, que es astral
y su borealidad jamás debe tocarse.




Guillermo Isaac paredes mattos

jueves, 21 de julio de 2011

El Planear del destino

Vivirémos como lo hiceron aquellos.
Vamos a tocar una flauta con la inspiración
que precede al instante de la muerte,
soñando que ese instante nos dará algo más.


Pero sólo lo veremos un segundo.


Estarémos frente al mar cuando ya nada suceda
y los sucesos apilados en una ventana
reflexionen entre las constelaciones.

Igual que los hombres, sin ninguna razón.

Seré irracional, más irracional que los verbos.

Seremos el medio de dios, el equipaje
de aquellos degollados por planetas
en tiempos donde nuestro vendaje era
de rocío.

Caminarémos como ayer entre los mástiles.

Juntarémos guijarros y los dejarémos en alguna piel.


Como ves caminamos en este poema y nos separámos
en él y ello tuvimos que aprenderlo
a punta de ciencias
milagrosas como un asta.

Pero las astas no son importantes. Sólo sueñan.
Sólo anhelan lo remoto.

Igual como el halo que llevamos en el corazón.



Pero un día nos separarémos.


Y yo dormiré. Cuando despierte el universo
que desconocí representará
entre la providencia el misterio.

Nada habrá a mi lado.

Nada sino aquello bañado por la sangre
de los árboles.

Aquello llamado destino.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

La Creación del Tarot

Los libros son de sangre



Fue asi. La última luna. La imaginación
del oráculo. Creaciones de tarot arrojándo su talismán,
la oración de una carta, el pergamino en sus senos
llenos de flautas y serpientes
como si un canto mágico y mortal tuviera
que encontrarse con nosotros
desde ese instante para conocernos.


Siempre fue asi, los cisnes aún cabalgan entre
los tridentes y algo más apasionado y lírico
nos da la sensación de estar vivos
de latir un poco mas
casi de poder tocar el corazón con un dedo.


Y en esa vacilación donde el riesgo evoluciona
junto a una infancia intelectual, el lampo
desempolva el universo hasta llegar al iris
y te das cuenta que jamás fuiste
a ese lugar, que tu vida
se perdió en alguna vereda de papel
en una novela sintomática de arpegios,
de balsas
con la cuales emprendes el camino nuevamente
con tu alma.

Por más que su espíritu intenté
vanamente separarse de ella.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

miércoles, 20 de julio de 2011

El Grito de los Sìmbolos

Soledad sin patriarcas.
Sin tìtulos ni manchas particulares.
Errante entre prejuicios y complejos
hispanoamericanos o mustios
junto a fosiles sobrehumanos.

Anterior a las puas.
A vernaculàres estrellas.

Desde èsta visiòn, el siglo
llora algo singular en el oceano
y el mar es una estrùctura
sobrecogièndose en un pensamiento.


Amè esa soledad. Me dì el gusto de
emprender expediciones de sabotajes
y menoscabos en ella. Acompañados de
noches enteras como una piedra.

A veces mùsicas perturbadoras y
alrededores morales fueron derramados.

Presentes de lumbres
que gestan el ciclo
de los nervios.

El dìa donde la belleza es màs clara
descolgàndose en cupulas
dejando su miedo entre monasterios
y salvajes luciernagas.

Allì enfrentè la mìa a esa soledad
- aquella que naciò sin patriarcas-
aquella sin naturaleza.

Allì la enfrentè. Ocasionalmente
la enfrentè.

Desde el grito mas sucio de
los simbolos.


Guillermo isaac paredes mattos

sábado, 9 de julio de 2011

Tercera Carta Astral de la Rosa

Travesaños de atormentados anònimos.


Cuando el sìmbolo fue en busca de lo desconocido
para estrellarse contra el devenir.


Contra la dialèctica original del desprecio
pues la providencia
no conoce nombres.


Luego vino el fracaso del hado.
Luego la interpretaciòn tomò el eter
y lo sembrò en la albufera.


Frente a ellas los muelles se hicieron profundos
y nunca fueron develados por los contenidos
ni los paralelos.

Planeaba la rosa.

La claridad buscò ese hecho.


Los tallos sufrìan rechazados
por idolos desconocidos..

Un color rojo punteaba
sea dìa o noche
ante el infinito.


Ese era el juego de una señal
ante la perpetuidad de los hombres,

Astrales nuestros desplazamientos
escribìan una carta...

La escrìbìan....


Cuando los sìmbolos ya habìan escrito
otra.

Inalcanzable.




Guillermo isaac paredes mattos