miércoles, 31 de octubre de 2012

martes, 30 de octubre de 2012

Anagogìa del Diluvio





Un dìa la palabra ser despertarà sin
la palabra hombre.

Ambas ya no seràn pronunciadas.

El tù y el yo se convertiran en dioses
con los cuales vagabamos a diario.

Pero no seremos aquellos que podràn adorarlos.

Otros tendràn que conocer.
Otros tendràn que encontrar entre el diluvio
el sonido ancestral.

No existiràn partes de bàculos y asi
beber de los cayados.

La filologìa tendrà un rostro grasoso. De aceite
y pondrà su sello en todo aquello donde 
avanzarà la vida.

Las letras seràn iluminadas por el sentido del
màs profundo pozo.

Un dìa - despuès de todos los pulsos- otras
caras tendràn que explicar, còmo esas palabras
empujaron las puertas de la idea, tuvieron visiones
ante ellas y dentro de ellas. 

Interpretaràn - como yo- que podìa ser un sobreidealismo
en una vìa elèctrica.

Un dìa ya no tendremos nada que seguir. Lo digo con 
la pretensiòn de alguien que piensa y probablemente 
seguirà haciendolo cvada dìa.

Nada serà majestuoso. El escribir serà tan ajeno
para poder dividirlo.

Pues separandolo, encontrando las huestes de su primera
mitologìa.

- Aquella de la cual vivimos nosotros-

Necesariamente mitologìa.

Tendrèmos que empezar de nuevo.




Guillermo Paredes Mattos

Las Encrucijadas de Saliva






A veces logro respirar del lenguaje,
pues suelta una quimera
igual que un atlas.

Ello es ecuestre como el reciclaje
del alga. Aquella escarlata junto a un solar
con escritos marinos...Duerme en las mareas.

Marfiles de eslabònes
deslizandose frente
al secreto, una tarde al conjugarse
hemisferios.

Miro ese secreto natural, como
una encrucijada de salivas, desertando
de la boca y las fosas se preguntan.

El dìa nasal tambièn pregunta.

Tantas interrogantes para las cosas.
Tantas para las escaleras o las balaustradas.
Abriendo la mirada, el naufrago de mi contemplaciòn,
observa en la realidad, el antiguo mensajero
de las colinas.

Ese bañado de brea.

Cetrino como los observatorios.

Nada iluminado sino es por un farol.O el dìa
monstruoso de una làmpara
rendida en ariostos.

Si se trata de guardar el espacio,
como la galaxia impregnando ramplas
de salvas, entonces hay estandartes
que nauticamente volveràn al
silencio.

Al canto del menguante en el desierto,
una donde rompemuelles y libros,
aguardan la galerìa del cansancio
con un ferrocarril donde
el solsticio me encontrarà
ferviertemente
buscando aquello que une los sufijos.

Y en ellos los grilletes de la divinidad.

Cuyo destino le previene que sòlo escorar
y escorar hallarà entre la brisa.

Pero su corazòn los sigue.




Guillermo Paredes Mattos

domingo, 28 de octubre de 2012

Fermentaciòn de Golf






Siguiendo al hombre podemos encontrar contenidos.

Indagar por un brìo donde la existencia se
contagia de aire.

Convencidos de ningùn modelo, de jamàs
una tipologìa a seguir inhalamos filarmònicas que
recitan como lampiños espejos
su dilucidar de fragata.

Y si continuamos podemos decir: Ser en la escritura.
Con la igualdad de ese conjunto
formado en el habla
y la pronunciaciòn.

Lleno de lentitudes y milenarios formatos con
una fosa.

Atravesando todo esto nos dirigimos nuevamente
al fulgor donde se ilumina un zepelling.

Un nùmero de golf en las
rodillas.

Atravesando estas cosas podemos
estar desprotegidos como el
alma.

Igual que estos versos:
Inutilmente
luchando por no mostrarnos
otras cosas.




Guillermo Paredes Mattos



Los Circulos del Destierro





Deseamos un titulo de asfalto.
Buscando allì el viaje de las algas, respirarìamos.
Anhelamos que el agua sea un martillo.
Prepararme y prepararnos, asi por idolatrìa
por idolatrìa. No tener la inteligencia divina, no tanto.
Recordar que la intuiciòn es iniciaciòn del pensamiento.
Y que luego de un circulo ese
pensamiento vuelve a recordar su iniciaciòn.

Deseamos un tìtulo de asfalto.

Pero lo deseamos con la iniciaciòn del pensamiento
que recuerda su historia.

Sòlo para volver a su iniciaciòn.

Sòlo para no quedarse desterrada entre
los circulos.





Guillermo Paredes Mattos


sábado, 27 de octubre de 2012

Manifestaciones de Viento








En la voz se delata aquella que es concebida por 
el sonido...Jamás aquella que dicta
la naturaleza.

La tierra se muestra ante ello como si jamás
hubiese sido concebida. No sé porque
pero ello lo sabe sólo el rocío.

Hablando del termino sólo:

Un ser de platano vence una perla bañada de
desidia.

Y me presento como un prestigitador
en las cordilleras de su hastío.

Inundando las casas donde los pedernales
desafíaban su continuidad de ficus...Uno de los
nombres que al formar su manifestación
tuvo que pronunciar 
aliteraciones y sibilinos arcos.


En nuestra voz, en las demás
logramos escribir que somos representados
por jardínes que lagunan los días
y llenan de artículos una montaña
la semblanza joven
del león cuando llueve
y mientras los astros llenan de observatorios
la última de sus ruecas....Un vestido de nieve
alcanza la oración que el vacío
detuvo en una boca...

Esa oración que todos los hombres algún día
logran arracar al viento.



Guillermo Paredes Mattos

La Cabellera de Marte







A diferencia de mi costumbre en los
tropos.

De la semenjanza  entre marchas e histèrias
desatadas por las pulgas màs largas 
del oriente. Y al medirlas un punto razona
sin proporciones. Uno tan neutro como 
el deseo ante el cèfiro de 
mis silabas.

Y el tiempo - ese otro compromiso- vuelve a
ser el centro donde el làtigo
llega profundo a una conversiòn,
a un àrbol que se despide 
del cielo y cae a  la tierra
-desde luego hecho semilla-
vemos entonces el nacimiento,
la retirada del ciclope,
el vacilante trueno del temblor 
cuando la huella
deduce su sombra
una sombra ancestral,
llena de marcas o membranas
conocedora de cartilagos y viejas batallas
con los arcos.

Por ello no se puede ser duradero
Emperador de las montañas o la lealtad
de las brasas, a diferencia y semejanza
del lèxico
vivìmos cantidades de aceite
hormonas pariendo bucles en el agua
corrientes donde siliconas y 
ocasiones, dejan liquidos peregrinos 
junto a una rosaleda,
en ella los pergaminos que
recogieron su angustia,
allì donde los cascos y 
tejidos de una acuarela
grabaron la inscripciòn
de un mausoleo
en una dictadura de sueños
o una particula de 
extravismos.

Subyugadas por infinito alguno.
Rompiendo diques donde aùn
nos convencemos 
que el amor es aborigen
donde el amor es una selva
que rie: brisa del tiempo con los yelmos
donde es sinuoso la balada
de su cabellera original.



Guillermo Paredes Mattos


jueves, 25 de octubre de 2012

Las Cavernas de la Forma





Creciente como el saludo del hilo
cuando de una esquina pierde el instante.

Describiendo lenguajes que llegan a 
tu frente con birremes.

-Quise escribir legañas-

Miro quien drena una clepsidra.

El segundo del astrolabio.

La caverna de una delicia, durmiendo
como una cadena.

Impregnado de actos como una llave que 
abre cultos de pigmentos, aùn
senescales, aùn monarcas de hierro
donde el dolor busca el granito.

Y èste es gutural.
Nasal y estructuras de efigies
se persignan en el reflejo
de vivir una garganta.

De estanciar en ella percusiones.

Percusiones casi traversas.

Estanciar un tramite con el corazòn
de un poema.

Intentando llegar al jardìn
donde dormirà soñando estaciones.


Guillermo Paredes Mattos

El Hemisferio de Saetas





De la esquina al farol los detalles 
tambièn son esquirlas.

Detalles que nunca fueron espirituales
porque fueron signados por esquirlas.

Quisiera hallar una verdad de farol
pero el tambièn, existe aquì como un labio.

Y pronuncia cosas terribles
pues està marcando esquirlas y detalles.

En proporciòn con la distancia
se ha posado de tal manera
que sus circunstancias 
pueden operar una rosa
la tierra del conejo.

Todo ello porque està sentado sobre 
lo que resta de la tierra.

La distancia es otro tipo de visiòn.

Una especie de algo.

Y para afirmar ello los detalles 
convulsionan entre lo espìritual
pues tambien son esquirlas.



Guillermo Paredes Mattos

La Adolescencia del Sargazo






Existe una tristeza.
Es triste como una arboleda.
Allí está sitiada mi lengua. El principio
de su saliva con una palabra. La historia de 
su sed libada en el fuego.

Hoy debemos ser asonantes
con esa tristeza.

Escencialmente si es.

Y si asumo que si es, de alguna manera
coincide conmigo - sin necesidad de nada,
sin necesidad del caos- estos son grandes naipes que
podemos dejar sentados en una borda
tejiendo seres de mar
si tocan alguna vez
el agua.

Yo prefiero lo sediento.

Para ello hay que tener en cuenta lo siguiente: 
El cielo se mueve según los péndulos 
que viajan en la luz de un fluorescente.

Una luz arruinada
para el objetivo del resplandor
una luz que aún comprende
saetas de llamaradas.

Pero comprender no es oirlas.

Yo, de tanto intelegible hundí la conciencia
donde los bácilos juegan con un trompo
y la claridad
llega a la piel con una fragata
donde respiras
persiguiendo,
sensualizado en las botellas de las cosas,
con saetas de iris
o letras latinas, sobrehumanas
dirigiendo el trafico mortal del ácido
en la adolescencia
del sargazo.



Guillermo Paredes Mattos

miércoles, 24 de octubre de 2012

Llegada al Cartilago







Entiendo el origen.
Mi insinuaciòn de èl.
Su significado como el esquema consumado
por ideales de virtud en la marea. Para ello existe
aquello màs allà del agua:
es una industria moral.


El origen es tambièn caminata de emisarios.
Un transporte de agua.
El sàtrapa del encuentro con las bujias.
Y cuando las bujias llenan de fango su burocracia
acercarse a ellas decide un instante
con la personificaciòn
de los estambres.

Parece un lazo nuevamente al destierro.
El exilio en nosotros como un acento 
dilatando el tramite de polietileno
entre costumbres y 
epilecticos
cetros 
donde jamàs volvemos a ser como antes.

Eso de escribir subterraneo
no es siquiera posibilidad.

Cuando se escribe demasiado.

Terminamos aplastàndolo.

Y huye hacia la soledad.

Esa hermosa soledad
a la cual jamàs regresamos
como en cierto origen.

Donde el infinito desenterraba caballos
para lograr empinarse
lleno de accidentes.

Su sed era de aire
entonces.

Una sed que olvidanos
para sumergir esta dictadura literal
de otras huellas.



Guillermo Paredes Mattos


Llenas de Quintaesecencias y Palos







Eres inmediato por algunos acertijos azules.

Puedo dar fè de esa carta en las encias,
sì bajo ellas, quien respira es un centinela.

Bajo ese criterio el patrimonio del espejo
cuenta los objetos de la renuncia, el clamor
segùn los opuestos. El toque de dianoìas
y tulipanes morados, disipando un flash
abrièndose entre dos tumbas pardas.

A  tu lado la espesura entierra lècturas de
marte, reclutas como una cadena.

Soy nihilico - proviene de nihilismo-
el neologismo intenta detener un poco
de su vuelo. Pero su propuesta
no tendrà en su mente mi contemporaneo sueño:
Hay que dejarlo pasar dice su planeo.

Yo  nunca supe a donde ir, entonces 
creo que estoy preparado.

Luego los dedos cuentan algo muy simple.

Algo tan retòrico.

No pueden cantar la runa de la ruleta
porque un tambor no precede 
a un nùmero sexto, vive en èl.

El comienzo del brazo y tambièn
lo final, sòlo reparte tragedias.

Llenas de quintaescencias y palos.




Guillermo Paredes mattos

La Naturaleza de los Tripodes y su desplazamiento






La historia del audio es noticia de sonido
con admoniciòn de pelo.

Y conocìa el riesgo en la hora de llegar
aquì.

Los audios describen conocimientos nùmericos
del aire,
utensilios y fondos marinos.

Tierras de anglos y villanos.

Pero al separarse la historia de sus ojos, vuelve
a la naturaleza con tripodes
que no pueden desplazarse, inventan 
el movimiento como una fantasìa
encendida por arreboles,
donde el amor lleva la confusiòn hasta 
lìmites donde escribe el alma
sobre enciclopèdicos sesos.

He caminado sobre esa biblioteca donde
desertamos siempre.

He dividido aùn màs las partes del cuerpo
que llevo encima.

He construido impersonalmente lo que 
significa un poco de trascendencia entre
mis vocales.

Pero siempre queda algo.

Un encontronazo con la carne.

Un juego didàctico de polvora.

El fìn de una concentraciòn con los pàjaros
cuando son ceja del nombre.

Por màs que divida èste cuerpo 
la sìlaba decidirà la marcha con que
concentrarè piojos y estrèpitos
porque no me he conocido.

Yo sòlo elaboro pedazos.

El mercurio del rìo para 
aprender a naufragar junto
a un tallo.

A la ventana del paredòn
donde mi mensaje de fusilerìa
leva el disparo del hombre
encontrando el libro de su humanidad.

Quizà volatil.
Quizà cayendo.
Eso no lo sè hasta la llegada a un icono.

Uno que fue sembrado en las venas.

Y se libera en la pronunciaciòn.

Y la caida de la todas las 
palabras.




Guillermo Paredes Mattos

lunes, 22 de octubre de 2012

Isocronìa Personal de un Ejemplo







No deberìa tomar èste momento.

En èl hay un sìmbolo de madera que
reconozco.

La realidad lo hallò con esa ternura
que precede a la debilidad
asi que no me pertenece.

Lo reconozco pèro no es uno
de mis sìmbolos.

Asumiendo que los posea.


Pero deberìa escribir de algunas
caracterìsticas en la hoja, donde ese
momento ha sido tomado
pero su dìa forma
una herradura de libro
un hemistiquio
de caballo y tumba,
èste dìa imanta nuevamente
el gentilicio de su fotografìa
el canto de una polèmica de cuadro,
por esas razones me siento nuevamente en
los puentes...Isonetista e isocrono, atildado
en el plàstico
con una escencia tanteando una litera.

Bajo esa envergadura no es posible
la escritura para mì y hasta el ruìdo
de su melodìa
es tan sintètico
que empiezo a percibirme tan breve
y autodenominàndome
el proyecto
de una laguna buscando su
cartografia, vuelvo a sentirme tan breve
y fiel como un colapso
entre raras enfermedades de techo
deseando noticias mortales
que reencarnan aeroplanos.

No soy una apariciòn.
Este dìa lunes mi materia y estadìa
no pueden detenerme, por ello
sè que la escritura en mì cuerpo
es hecho estètico pero no literario
por ello pienso en la narrativa a veces
- de las hadas sobretodo-
pienso en superioridades mayeuticas,
eclosionando, subyacentes e ideològicas,
interiores de colosales apologìas
cuando el mar interactua
y descubre que la ola es apolìtica,
que los ojos de los tritones son
reciprocos
y los balnearios de esa contusiòn
con la mañana de mi vida
una breve
- tan breve- pero fiel conversaciòn
con una orilla de aceite.

Donde mi mente busca el momento
de sus propios
ejemplos.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

Hieràticos Formatos del Yo






El yo no principia.

Es un instante duradero y fatal.

Un conflicto con el agua. Desde cierto lugar
del universo ello es problema espìritual
por las ventanas que lleva...Todas son
reflexiones.

El yo es un problema rectangular con el robe.

Un abarrote desertico.

El sitio donde las cosas reestructuran
su corpulencia
sus mùsculos con la razòn.

Incorpora a la mente el
juego proposicional de la existencia
y los fasciculos.

Un reves, una cara.

Es la retirada en  la noche idilica y retòrica
del objeto.

Una enciclopedia de actos, pocas veces
una encrucijada.

Baja a los suburbios con una replica,
detiene colores.

El yo es otra vida.

El crimen de un adivino.

Y sucede en el interior de nosotros.



Guillermo Paredes Mattos

domingo, 21 de octubre de 2012

Paràbola de la Gnosis






Sentimiento del halo convirtiendo en realidad
uno de sus dìas. Las siluetas juntàndose hasta 
volver a una piramdie y la bocanada por
la que flexibilidades y paredònes tomaron una caña,
una precisiòn de ambar
una estaciòn donde el juicio era condiciòn para
calar y pronunciar,
llenar arquimedicos puntos de plata
en los puertos. Recordemos que tuvimos uno
para nuestro pecho, que debìamos llevarlo
como un pedazo de insolencia
o un nervio. Llevarlo.
Crear en èl UN debajo de resplandor
sin sienes, con temporadas de frentes
o huesos y martillos inundados de colosos.

Y luego la respuesta màs larga del sueño
La citara anciana de un lapicero
Un portico de algas robado al sol por mi peso.


Un peso al tronar
Una balanza de edificios en èl como
el cadmio que disipaba senadores
o alambradas
para elegir uno de sus
hechos.


Y ya que hablo de hechos.

De hechos que bajan de la magia.

Debo pronunciar tambièn estallido.

Manifestar que cada planeta al diluirse es metàlico.

Debo escribir que casa situaciòn es
una paràbola, un aulo de clepsidras
el problema de una traversa
y de la percusiòn.


Junto a un nicho de colores verdes
asonando todo aquello en lo cual
duermen con un sentido los ojos
los atardeceres sin parpado
y esa goleta que un nido elabora
reflexionando en paràbolas.


Oprimiendose en una sociedad
inexpresable, como una
gnosis.




Guillermo Paredes Mattos


sábado, 20 de octubre de 2012

Caida entre la Voluntad y el Destino






Ahora recrear el universo es esquivo.
Pienso en la voluntad como el último
poema del destino. Reconozco el boreal
respiro de iridiscencias y astrogenoa
donde la naturaleza dió lugar a cartomancias
y asteroides. Alguno de éstos leyo el
alfabeto primero de la tierra, la providencia
con altares de sacrificios  y coronas. Como
en un sitio de andanadas, mi ética por
el oceano devora personajes, mares de
geranios donde el insomnio va a ellos
con un testimonio de pájaros. Nosotros,
llenos de escarpines y balsas, desafíamos
la fragata inundada en un perro y con
ropas de astronauta en el sino
nivelamos la aquiescencia de una
educación que los inquisidores
dejaron en los ruedas de una vela,
en las catalinas de una estación
donde se amparaban los ciclopes
donde se comprometieron a escribir
de la sensualidad, porque en ella
las cejas de la providencia abrian
el desolado festín de la furia: El
único solido entre planices de sed
donde el ansia aprendió en uno
de sus prólogos, que todo es sedicioso
insurgente como un titan que emerge
del oceano. Un titan que habla de sed
ahogando su alpha catarata entre las
olas.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

Los Santuarios del Atomo







Queda el átomo donde se es atomizado.
- En el pendulo vibra el ser-
Están los días para separarlo y los segundos.
Existe su talento que convertimos en pulso
hasta reclinarlo en fondos de agua como
los manantiales. Pero no bebe de ellos.

Es curioso...

Entonces miramos en su transparencia
como antiguos animales de la mente.

Asi crease el lago donde el primer día
en buscarse prioriza adjetivos.

Ciudades donde germinan faroles
y se encienden granizos
de foraneos homicidas
recorriendo
las estepas
donde al planear decía el embrujo
que una partitura
invade la melodía de un líquido
cuando no logra embelesarlo.

Y ante ello situamos lo legendario de
esa parte que deja lo completo para una llegada
al silencio donde nunca percibimos el apogeo
absoluto. Para esas manifestaciones
donde es necesario trepanar
ésta la mente.

Al hacerlo seguramente nuestro craneo
daría un giro de 360 grados.

Por supuesto es inaudito.

La sentencia lo pregona como un diluvio.

Como un apocalipsis que intenta ser
el coral pretoriano
y frenético de un corte
de ese rostro asumiendo que vivir
es un pegamento
el alcohol de goma donde es seguro
donde la interpretación
tomará un tejido local en tus hombros.

Es seguro.

Sumará a ello un comportamiento.

Todo lo hará...

Pero no como un átomo.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

Hermeneutica del Gemelo






Se dice de él como un gemélo.
Nació antes que yo
-sin embargo-
Su naturaleza ha sido y será siempre
la misma.
Habla de saetas.
Puebla la calle de trópicos.
Es imposible habal de él como un verbo
y sin embargo evoluciona.
Antes de continuar
afirmarémos que la evolución es ontológico
verbo.
Cuando ello sucede ha llegado al arquetipo
y sólo lo mistico puede quebrarlo.
Algunos lo sabemos
Otros lo ignoramos porque decidimos
otras cosas.
También es un niño. Narro de él atentamente
deteniendome en sus detalles.
Y lo hago porque son éstos
los que me conducirán al
asombro.



Guillermo Isaac paredes mattos

Las Anclas de los Espolónes






Del libro a la armonía.

Al espolón desnudo mientras sueñas.

A un astillero donde caen placas tectónicas 
igual que un primogénito.

A un vacío de crótalos.

Sobre correos y jaques 
de lluvia, el amor roba un ancla.

Cuando la intensidad para tocar una hoja
deja el trance hipnótica por una devoción
sin puntos.

Cuando - en lo que concierne a mí - me separo
de una cornea para comprenderme.

Y ello no es inmensidad.

Es sólo un fruto particular de la mente.

Algo a lo que dedicamos nuestra vida.

De las cosas a los efectos, al ser de
nuestro lado con su gremeio de aire.

En nuestros sesos.

En las formulas del aliento.

Entre persecuciones de antiguos fantasmas
en la greba, siempre jugando como tigres.

Bajo rieles acuaticos. Vulnerables como un delta sinóptico
y sus dicotomías.

En el resplandor que abre burdeles.

En los cuellos de la fantasia, tan velada por la 
iluminación.

Velada por toda iluminacion...

Hasta lograr que la trascendencia pueda
devastarla.




Guillermo Paredes Mattos

jueves, 18 de octubre de 2012

La Irracionalidad de mi Poesía






Inclinarse a un trapecio siempre será prehistórico.

Suele ser raro cuando se convierte en acto
dejando de ser poesía.

Pero ello es algo para lo poético.

Semeja un problema subcultural, civilizadamente
inclinando su espíritu a la abstracción.

Pero es una abstracción que difine y decide tanto...

Un trapecio es el encuentro de dos tradiciones que respiran
el arcano pie.

El pánico descuidado de la letra cuando por si misma
no va a incendiarse.

Una confirmación. Una habitación de palos.

Creo en ella cuando escribe lo que observa
está en la avenidas.

Creo en su alma porque es una feria muy
cerca de su vida.


Pero inclinarse no es milenario. Sólo es.

El verso de sus días muestra el atardecer
que cae ataviado de codos.

Para ésto hemos separado huesos.

La noche partió con la carne que los envolvía.

Yo no interrogo a los astros que sucederá con
ello.

Soy una tregua muy debil con mis oraciones
porque ninguna es un vaticinio.

Yo sueño. Me cuesta un poco vivir. Y tengo
varios cuadernos.

En demasía, no sé que tan cierto es ello
Puede ser un problema cuando menciono
intersubjetividad subida a los vagones.

Pero ese no es mi problema.

Yo sueño. Me cuesta un poco vivir conmigo
mismo. Escribo cuando las cosas meditan.

Asi puedo creer por un instante que estos son
mis pensamientos.

Es algo raro sí, cuando deja de ser un acto
y cree convertirse en poesía.




Guillermo Paredes Mattos

Primeros Manantiales del Lenguaje


                   

                                  La imagen es una formaciòn de rocìo



Dentro de un hipocampo, cuando suspendidos
en luces de madera aguardamos un lampo.

Y desertamos para comparar la sensaciòn de 
un naufrago en los eslabones: sentinas como
herencias del sol orientando balaustradas de hilos,
espejos de ascetico ropaje en las manos, 
hieraticos marineros de agujas o alfileres,
es lo mismo cuando nos asomamos al frìo
con un puente de borradores y un mineral
llamado cadmio.

Estelas de estructuras como el sujeto
en medio de la forma animal de una oraciòn,

El semimanantial del porquè; Una pregunta
es el pubis de una sabidurìa en un vientre,
muy arriba del mismo hay un craneo
un poco abajo, dos piernas
para ambos hay un universo que el vientre
derramarà sin ninguna sabidurìa. Sòlo basta mirar
en la naturaleza para confrontarlo, sòlo basta
caminar por una galerìa donde un jinete
de agua, convertirà en terrenal esa proeza.

Esa proeza que no es idilio. Que no es el dramàtico
pino del cual alimentase un niño. Y esto pertenece
al atomo que piensa el desierto y lo piensa tanto
que esa irracionalidad logra atravesarlo.

Y entonces una de tantas coronas arrojadas aquì
habla de estrepito.

De subrepticias literaturas antropoformas.

Aquellas que recorre -pero no para morir allì-
el lenguaje.




Guillermo Paredes Mattos

Los Naipes de la Inspiraciòn







Es dificil completar un invierno sin el llamado
de un acertijo.

Es misterioso caminar hasta efigies donde la
adivinaciòn deja de responder al poema.

Es extraño proceder como los naipes.


Bajo el poder del ir
aquel colgando barcos en las tinieblas,
examinamos un corzo
un dossier de niebla
un argumento que sea linfa y elixir
el complemento igual al giro augurado en una uña.

En ese augurio donde los bolidos
son oraciones de bengala,
vemos el idilio de los martienetes,
el llamado del cerco y la alambrada
el timbre igual a una raìz.

Un pergamino de templo.



Es complejo elaborar un arte que empine
respuestas al narrarse,
al escribir el relato de su fermentaciòn
de su libro sin sensualidad,
ni cohortes o jaurias de palos
donde son convocados los horizontes.

Mirar una vez màs con un estambre de roca
solita y pubica drenando el carbòn
los diarios espejismos del granito
cuando todas las letras del universo se
juntan esperando la creacipòn...

La cabellera letal de la inspiraciòn...

Pero ello no sucede.







Guillermo Paredes Mattos

Iconografìa de los Càtaros






Para que la naturaleza acentuè su biografìa.
Para y acontezca idealizada ortopèdicamente
en un mar rojo, tiñendo los nombres
alfabèticos de sol
un dìa en que aparece un renombre,
un juicio de topacio.

Ese dìa de ensenadas.
Cuando los artificios son importantes
cuando hablamos de materia y ente,
y todo aquello recorrido en nuestras casas
toma el sentido de una pared
y no por convertirse en sìmbolo.

Cuando pueda angustiarme pero con una
angustia diferente, una
y pueda decidir las cosas absolutas
que musitan al posar los ojos una tormenta
de buzos en el barro,
una marcha de càtaros.

En esos càtaros que hoy reconocen el barro.
En mi imposibilidad y los juegos.
Cuando los barbaros estrellas barones
contra la niebla y los arcabueces
confunden deliberadamente el
precio de sus consonantes
ante un libro de estrellas.

Cuando sabemos que hemos llegado
cerca al poema.

Que hemos abandonado finalmente el estilo.

Y esos dos hechos saltan de la nube a
un anestesico.

A un vocablo musical de interiores.

Y mientras ello nuevamente toma la
apariencia de su resplandor.

Nosotros tomamos al verso de la mano...

Para que èl la suelte.



Guillermo Paredes Mattos

martes, 16 de octubre de 2012

El Sentimiento Inasible







No buscamos que un idolo se convierta en heroe.
Ello es imposible. Tampoco que un sentimiento 
logre decidir sobre los dìas soberanos de nada
en nuestra vida, sobre todo nada. Cuando se
es tan extraño, semejante a un presente que 
inunda el nombre de una letra consumièndose
entre soledades y sinalefas. A travès de
esa soledad llegamos al alba: Un pedazo,
el màs reciente de ese reino de hambre y làtigo
donde aprendemos a demacrarnos, a escribir
serventensios y estilar un objeto en su posiciòn
que lo airea desnudo hacia una carta igual
a mi boca, quizà a mis labios. No queremos que
los exorcismos desciendan de los pàjaros, que
nuestros ojos al cerrarse impregnen su interior
de ancestros, donde màgicos estandartes nos
muestren su leyenda de arena.

Nosotros sòlo miramos. A veces construimos.

Qusieramos que no sea espìritual.

Que nos aleje de hipnosis de rocìo
como èsta.

Pero es inasible.




Guillermo Paredes Mattos



Ensueño de los Angulos








Cuando hablamos de un circulo.

Hablamos de puntos 
que nunca podràn formar un àngulo.




Guillermo Paredes Mattos

La Sensibilidad del Oràculo






Para vivir necesitamos dos cosas:
Amar el sur y no ser inveterados.

Correr por sus ramas como antonomasias.
Imponer en ellos la frase que precede al polvo.

Descubrir entre estimaciones.
Ofrecerle al resplandor un sacrificio
que vacile, que inhale puertas o sombras de lirios
en momentos tan precisos 
como el tambor de la flauta
en las sienes.

No insistas en la pronunciaciòn.
No dejes que la conciencia sea la intencion
donde recitan los tallos, deja que la muerte toquè
aquello que deba llevarse. Pero abstrae en
tu destino otro sentido de aquella.

Que su voz sea la conexiòn
de portatropas y estros,
seres comunicàndose entre epicas noticias
de aluminio.

Donde la supersticiòn es un acertijo que corta
el silencio buscando una mancia.

Para preguntar silenciosamente 
por su oràculo.




Guillermo Paredes Mattos




La Suma de los Libidos









Creamos dòciles y parlamentarios
igual que frìos y contemplaciones.

Creamos lùcidos como el tèmpano
espantado por un vàstago.

Por los objetos siniestros de 
la carne al tronar.

Ensoñados por morteros
en la hora calida del cementerio
pasando del alambre
al sortilegio invisible de los nichos,
donde sumergido el poema
ofrece su instinto, creamos nuevamente
dòciles y escribanos
-tambièn parlamentarios-
abusando de literarios territorios
cuando asi lo decidimos,
absurdos como una polìtica encerrada
en libidoa de nieve
y un patriarca.

Reclinados sobre catalinas
incendiamos la hojarasca antes 
que la percepciòn reclame su boceto,
su inundaciòn predestinada
a una escalada
de dignas esquinas
con los vacìos.

Tomamos un acto deliberado por otro
Una suma de propiedades
dobladas por las brasas
y letras fugaces 
de alpinismo.

De tomas descoloridas
cuando bebe el agua.

Y colores de aceite dejan ver
el aliento
entre su transparencia.



Guillermo Isaac paredes mattos


lunes, 15 de octubre de 2012

El fìn de las dos alas







La actividad de mi paladar no es la misma.
Llevo adheridas cosas que desconozco. Sòlo ello.
En ellas mi paladar sobreentiende que 
hay brillos indeterminados, que la conquista
de su pequeño fulgor no siempre llega a 
una cadera y sus maletas prueban
que su conciencia de
la divinidad
recorre la epitome
donde el sol es tambièn el despuntar
al caer la luna.

Pero esa intenciòn es nociva cuando repetimos.
Cuando el placer nos desnuda hasta lo sagrado.
En lo sagrado està lo que no es nombrado.
Lo que no cierra su mundo para que el hombre
diga una palabra. El lenguaje sabe como llegar
a ello en lugar del hombre. El lenguaje
conoce el desprecio de esa altura y
si ignoramos o ignoro
la peripecia del elixir
en la continuidad
hablarè de devenir por rendirme a los objetos.

La poesìa habrà encontrado un ala.

Y yo falsamente derramarè entre las cosas
la ceniza de la otra.





Guillermo paredes mattos

domingo, 14 de octubre de 2012

La Volatilidad de los Gritos







Siempre he tenido una muestra para
cada pantera.

Vivì ensimismado, de esa manera mi
patologìa sòlo serìa sensible
a las cosas y las calles
de si misma.

Yo siempre fuì una ciudad por completo.

Entreviste a toda celula, sin ninguna
esperanza. Pero lleno de amor.

El amor es siempre escatològico y no
siempre.

Lleva la lluvia y los cartilagos.

Avanza a travès de los nervios
con la aventura del grito
en el desesperado.

Vivo incansable buscando mitos.

Intentando ser el rehen de mi ser
complice de oceanos
donde aùn
no llegan las palabras.

No puedo hablar de las mìas.

Digo en general palabras
porque su vocaciòn
es la devociòn del àrbol
que cree en las alturas.

Devociòn que late siempre
por inalcanzables.

Siempre busquè en los periodicos
la nota del secuestro
del disparo
la violenta marcha del delfìn
en las postreras
artes de lo humano.

Pero yo fui una ciudad por completo.

Psicologicamente completa.

Y cuando eso sucede.

En el fondo del espìritu nuestros gritos
declaman lo contrario.




Guillermo Paredes Mattos

Mis Cenizas Autòmatas






Sobre un resto de zafiros.
Bajo el canto ruso de la inmensidad.
Cuando las trincheras abren su corazòn
de templo y desviamos santuarios.
Balsas inmensos polen.
O la menciòn de la corteza dirigiendose
al agua.
Con nuestra sombra de oceano y meditaciòn
adolescente, en n uestro tramite
de lo que puede ser o serìa
allà, muy adelante.
En los iris del pentàgono, acallado por
ancianos que expresan una foto,
como si èsta pudiera
expresarse.
En mitos que la conversaciòn dirige
hacia el diàlogo.
En diàlogos -los màs perversos- de cometa.
Cuando mordemos cenizas
y dientes de dioses
dejan caer
ese trazo.
El trazo del idioma encima de
los puentes, avisorando que un camino
es una serpiente directa
a toxicos pertrechos.
Donde algo de nosotros es barajado
y el mensaje del tahur
es el siguiente: Tambièn cabemos
en los cables
del telefono
en las tropas voladorasy celulares
de jarrones autòmaticos.
Y èsto ultimo lo aprendieron de
nosotros.
Nosotros los grandes y pequeños
vates, siempre aleatorios.
Perpetuamente autòmatas.



Guillermo isaac paredes mattos


Las Estelas del Desplazamiento







Los mismos vertigos caminan ahora entre
sus exodos.

Bajo tercios de latitudes contaminadas.

En deseos junto a
desolaciones.

Pero imito una conjugaciòn vertical
y pienso en la fìsica
del tigre.

Y como toda respiraciòn hipodermica
siento mi alma desde una bacilica,
jamàs como la providencia,
ese proceso
es  trance
o infinito.

Pero el infinito al hablar dice que
la eternidad
trata al rocìo como una rara enfermedad
del invierno.

Una enfermedad
que varìa entre consecuencias y manantiales,
donde otra pertiga
despliega minerales
o cartas de aluminio
para que el oceano llegue semejante a
un desperdicio luminoso.

Donde el resplandor no pueda vivir.

Donde sòlo logre desplazarse.





Guillermo Isaac paredes mattos



sábado, 13 de octubre de 2012

Los Escalpelos de las Figuras






Bajo la originalidad de una lampa
o el amperio que no logra doblegarse.

Bajo el tìtulo asonante del miedo
dentro de civilizados prostibulos
llenos de ventanas
y rameras.

En la noticia del alpe que lograse reconocer
despuès del lexico
y sombrea la idiosincracia
del sonar 
en una làpida
buscando el adorno de la tierra.

Cuando todo es terrestre como
una làmpara.

Igual a una espina de linterna
a un forastero de
lechuzas.

En el ser ignoto del escalpelo
y la faz asonante donde gorjeos
y trinos dan el arquetipo màgico
a la cupula.

Un arquetipo que escala sutilmente
la miseria.

Que convoca una nave donde los conjuros
son patrimonio de himnos sonàmbulos
prestidigidatores
de sal en las cavernas.

Entre dioses petrificados al brillo
de los laberintos.

Aquellos que sòlo en visiones
toca el hombre.



Guillermo Paredes Mattos

Rango Iniciatico de los Estadios








No hay necesidad del rìo para extasiarse.
Sentir que èste u otro es el momento
en que nos desvaneceremos
tàcticos y religiosos
como un
equilibrio.


Es impostergable, sumirse en un universo
donde las dimensiones nos narren
la historia del lirismo
aquel sentado en la albufera
con una
cabellera de acero
en sus libros
aquel que nos diò  extravismo tras otro
hasta que finalmente logràramos 
negarnos.


Indispensable que las afirmaciones 
salten del vilo al tìmpano
con un violìn de pàjaro
en la costilla
y una aurora de espinas
arrojando al hombre
el seso de nuestras
praderas.


Es de noche y la voz es un salto.

Una medida que ilumina faroles
mientras se forman.

Una practica con la adolescencia
de una ruleta en las 
sienes
cuando al igual que en una herida
el gusto por la realidad
es proporcionalmente
sanguineo a
nuestras 
palabras
a todo lo que habito en ellas
con inusuales ferias
de actos
y monoplazas.


Es ardiente
Como lo ardiente doloroso
Empezar bajo lumbres que desatan estadios
dispararle a nadie
acribillar la lengua
desbaratar un eco lejano
de espirales terrestres
llorando sus vòrtices.

Es ardiente, lo digo
Cadmio de arreboles, temas de borrascas.

Literas de barro que nos esperan
con un verbo en sus uñas
y nosotros
el augurio de una ciudad en latìn
secretamente
bordada.



Guillermo Isaac Paredes Mattos






Acordes del Gaviero






Orzas, lunas de gavieros.

Lanchas que hoy nos sepultan
con sus distancias.

Ello se convierte en pertrecho 
de un apellido recogièndo fondos,
constelaciones de espadas
el abecedario de una retòrìca y 
la peste del oceano
cuando baja hasta lo profundo
buscando un
màstil enterrado por los hombres.

Yo estaba hecho de pestes ese dìa.

Abrìa fisuras en todas las estròfas.

Rondaba espìritus que no me pertenecìan.

Un tanteo era toda mi vida.

Mi manivela.

El verano bàrbaro del yelmo donde 
fuì construido, escalando griales
venganzas de bolinas estirando las puntas
de una estrella dormida eternamente
en el estuario.

Donde sucede otro aliendo.

Donde otra dimensiòn marca las pautas.

Y misteriosamente buscamos 
un asesino en nuestro pensamiento.

Pero èste es tan rebelde...

Tan indòmito...

Como una pobre escaramuza.



Guillermo Paredes Mattos
 

viernes, 12 de octubre de 2012

El Ser del Poema en la Metàfora






Los palacios dejan una màscara.

Es extraño que sea una. Segùn el plural
con que fueron compuestos existirìan
màs.

Se puede desprender una libelula de ello.

Una esquina de sangre, una violeta carne
de prologo por ello.

Pero desprendemos que existe màs de una
y que estàn siendo veladas
por el tiempo.


Luego: Yo quisiera poseer del plural del texto
cuando se incrimina en una màscara.

Yo quisiera poseer ese diluvio.

Es tanto apocaliptico, como un navegante
de ceras, que hunde las prisiones
donde el hemisferio roza muy adelante
la sencillez con que nunca
abandonàmos
a justicia.

Y justicia es desmoronarse en un hecho
de misticas espinas como
la metàfora.

Como la naturaleza encerrada en ella
sea bajo el singular o el tiempo
al cual me lleve despuès
de un verso.

Un verso que termina siendo
un preludio.

Una especie de augurio.

Un augurio que recorre los dientes
y los huesos vacìos.

Sobretodo los huesos vacìos
para que la metàfora con
sòlo percibirlos...

Pueda romperlos.




Guillermo Isaac paredes Mattos

El Invierno de los Sàtiros







Hay inviernos improbables.

Los aguardè acompañado de àcidos.
Amando de una y otra forma todo aquello
que podìa convertirse en idolo.

Meditè en ellos como cuando ya no se tiene
pensamientos.

Y las figuras descienden como animales
de transparentes coronas
buscando arpegios.

Cataratas donde caen sinuosamente
voluptuosos: Semejanzas
que rinden extrañamente
su destino
en un mìstico tablero
donde los juegos parecìan de reyes.

Existen plazas.
Intelectuales de cemento
con una espina entre boreales mausoleos
donde incorporamos antarticos jardìnes
llenos de cartilagos...En uno de ellos hay
una tormenta que no sigue
su camino. Vive congelada.

Podrìamos decir que ello es
el reto de todo color
la sinalefa
del icono con sinalefas de mar
incluso contemplariamos
el desprecio que los dioses dejan
en su rostro cuando descienden
para encontrar a los hombres.

Un desprecio que asombrosamente
no se deja ver mientras
cae.

Un desprecio que deja ver el asombro de
su rostro.

Cuando ya quedò atras.

Cuando està
perdido
en los ciclos.

Junto a sàtiros
de eter.




Guillermo Isaac paredes mattos

Los Jìnetes de Abraham







Nunca he alejado el
fraseo.

- Un fraseo de Abraham-

No he escrito de retiradas o huellas
de plastilinas en èl.

Hay alguien que recorriò el nùmero de
la finalidad basado en el
instinto...Tambièn fuì yo.

Creo que debo decirlo con màs propiedad: Fue
mi yo.

Afirmar mi yo tan temprano puede desbaratar
mi dìa.

Mì dìa de sufijos y complejos.

Mi dìa, austero y rocinante.

Hay tambièn un sigilo donde la intensidad
no conmueve ni inquieta el
resplandor del
pàramo.

Pero...

No he dejado un ser siquiera para mi
No sè que importancia pueda tener ese verso
en èste contexto, no sè que biblicas sentencias
podràn atender mi corazòn
si esta mañana mi espìritu
lleva la simpleza de su psiquiatrìa.

Y ella es feliz como una epopeya.

Como un jiron de perlas.

Donde los diamantes huyen desesperados
entre màgicos jinetes.





Guillermo Paredes Mattos

jueves, 11 de octubre de 2012

Crispaciòn junto al Mar y los Crepùsculos







Hemos llegado al mar sin que sus aguas 
pudieran notarlo.

Cubrimos su superficies con nuestra soledad.
Una soledad que podemos llamar nuestra.
No toda soledad nos pertenece.
No toda soledad nace de la piel ni empieza 
su camino en el apogeo 
del dolor.

Un dolor que sì podemos llamar nuestro.

Que podemos elevar como en un mito
cuando sacrificamos una runa.

No todo oceano...

Porque tampoco cubre los sentidos con el temblor 
de la magia al conocer un hombre.


Conocemos el mar sin que pueda escribir 
una palabra de nosotros.

Somos màs navios que los barcos y sus
màstiles buscando direcciones 
bajo una proa.

Individualmente nos acusamos cuando
silenciosamente nos despedimos
de su aliento.

Surge el arrebol entonces.

Barre el crepùsculo todo aquello en que creìamos.

Y las puntas en nuestros ojos
son ahora rojas como
un muerto.



Guillermo Paredes Mattos



Las Naves del Neologismo







Mi nombre es pseudònimo.

Un lejano dìa lavò su evoluciòn en ese desplazamiento
sin darse cuenta que tambièn se convertirìa
en sobrenombre, en un apodo como el aire,
en un alias como la lluvia.


Sin embargo medito en esas tantas palabras
formando mi lavadero.

Mi antepasado coloquial y monologìstico
buscando y cayendo como ahora en
el pronombre.

Mi cita es de ladinos pronombre, aunque debiera ser
de neologismos.

Un neologismo es la partida del sol entre 
el hierro.

Un remordimiento en futuro de miticas palabras
hasta ser versadas.

Una lucha de libros respirando apenas en 
la ceniza.

Aquì existen lienzos que hayan vivido o
recordado.

No son memoria del sentimiento con
parlantes y altavoces.

Hay un manantial que nos dice exactamente
donde queda la profecìa de un hecho
entre las sacudidas.

Agregando infinitamente un rastro de nosotros
al jardìn de una ilusiòn.

Donde escarbamos en las primaveras


Hasta ver que el neologismo
cuando su tristeza
lo devuelve  anuestros mares de otra manera.

Y la ùnica manera de hallarlos
es ahogàndonos en ellos.




Guillermo Paredes Mattos

Subjetividad de los Tritones






No tengo los mismos tiempos ni las mismas claviculas.
Nunca he dormido encima de los trenes y mucho menos
viví aguardando la esperanza en uno algún pubis.

Ello pertenece a los extravismos.
A los menguantes.


También pertenecen a la arena
Al brillo solar si los entiende
A lo más contemporaneo si aprende a desdecir.

Desdecir es la imposibilidad de tomar una carta
De saltar a un dirigible con un asta
Mirando el limón o un río
desamparado y fresno
ubicando los lampos del día
oprimidos por noches de
lenguaje.

Pareciera que todo lo debemos a la palabra.

Que nuestra existencia no fuera la vida
sino tuvieramos el pensamiento
encerrando en una mañana
donde todo lo que fracasa
en la necesidad voltea su cara
para encontrar la nuestra.


Visión del indicio ortodoxo,
ayer con la cosmogonía, el trance recogía
un jínete, una especulacion donde el espíritu
suspende expediciones de gelátina
sonatas de aceite
balisticas encopetas como el amor
el anhelo junto a la avenida del planeta.

Aquella que pudo inventarnos una vez.
La que dió a nuestra fantasía la psicologia del cuadro.
El escapismo de cuatro puntos cardinales
hundiéndose en la espuma.

Y para que jamás se borren de esa fantasía
recurrimos al nombre
y asi no olvidarlos.

Lo único que pude decir de ellos
es que no eran nada más
que espuma.

Por ello los llamé tritones.




Guillermo Isac Paredes Mattos


La intensidad del límite






Te has dado cuenta. El libro ha llegado
acentuado por una mañana de. Y no
guárdamos alguno de sus pasos. No lo vimos
beber de la lluvia ni ser sacrosanto como
la nupcia.

Las formas -muy lejos- repiten que nuestra piel
lleva la intensidad del bolido pero  no puede defenderla.

Y esa intensidad recoge el ideario
de un virginal espacio con una sentencia
conjurada en los papeles del alevín con una maldición
de polvo.

Las formas oscurecen la elegancia
de un cartel de bengala.

Allí la venganza del aire cubre
los petalos.

Allí los limites son mediterraneos como
un rostro.

Y mientras pensamos en el fruto en las
espadas dominado por la inteligencia.

Elevamos al ensueño aquel que
no puede engañarnos.

Aquel que asciende  a una torre
bramando como un limte...

En una premonición. Desnudandose entre
su inmensidad.



Guillermo Paredes Mattos




miércoles, 10 de octubre de 2012

Prolongaciòn del Siseo






Segùn el dìa, èste lunar es un rito.
Un ruido en el significado.
Un sìmbolo llegando
del significado.

Lo fonètico es èsta estrofa
llega hasta un siseo - literario obviamente-
y tal siseo es posible que logre confundirme
en el mismo y dejarìa de ser lìrico. Dejarìa
de ser lògico. Por lo tanto perderìa mi halo.

Y me detengo cautamente.
Para escribir que ese siseo abre una puerta
y al empujarla
nace una sombra en paralelo
otro ser en paralelo.

Podrìa ser la coincidencia
linguistica de alguien,
La expresiòn literaria de una maquinaria
de orfebre, sino fuera por lo siguiente: Un lunar
es en la piel la oscuridad de un rito milenario
descendiendo no sòlo de nuestra biologìa,
un hecho extraño donde nace un  poema,
una derivaciòn de la realidad buscando
un ser de tinieblas
para darle alcanze,
la brusca ceniza del misterio
con entrevistas de otro comportamiento
donde la ceniza no es espiritual ni fìsica
para crear su existencia.

Los parques solitarios de mi vida lo saben.

Pero màs saben como quebrar, como romper
esa existencia.

Bajo estos terminos todo siseo logra prolongarse,
convertirse en anuncio y prologistica.

Respirar lejanos momentos
donde vivencialmente anhelo
que mi mente ceda a otra escalera
y lo haga vitalmente negàndolo.

Que lo haga descifrando el siseo
en un poema.

En un poema cuya poesìa estè llena
de ambulaciones y alertas azules.



Guillermo Isaac paredes mattos

martes, 9 de octubre de 2012

La Liebre del Poeta






Bajo la templanza, la mentira sigue a la liebre
y el pièlago fermenta su reflejo.

El esplendor no dice si antes estuvo allì
pero reproduce cartas 
de infamia. Estas son incandescentes
y estivales como un alma.

Y si todo exhalo logra reproducirse
alcanzando su propia turba,
el silencio del reloj
cuando no encuentra el tiempo,
el vacìo de una frecuencia aromàtica llena
de tulipanes, nos ensordece desconocido...Igual a 
la armonìa de una arcana estrella.

La estrella que huye.
Condenada a los silos.
Misionera de espantapàjaros.
Patriarca de marionetas.

Una estrella
que hunde una parte de su corazòn 
en las sienes.

La otra en una ontologìa del
mal.

Allì donde yerra tambièn uno
de mis codos.

Intentando alimentarse.
Comunicarse con las liebres que mencione 
muy arriba.

Como lo harìa un poeta.




Guillermo Isaac paredes mattos

La Vida de Manera Gris y Espontánea





Abándono mi cuerpo.
Lo hago de manera gris y espontanea.
Borrosa y ascetica.

No es la primera vez... No escribiré aquello
que suele continuar a la percepción
de un inicio. De todo inicio. Eso es demasiado para mí.

Lo he dejado puesto en su sitio
al dejarlo abandonado. Y lo he visto
rastrillando los tridentes de una pared.
Amenazarse mansamente como una noción
de mansedumbre formando tejidos.
En todo tejido, sobre todo en espiral
no vibra la muerte.

Hay algo más poderoso.

Hoy.

-Hoy por la mañana tuve una araña en mis
piernas-

La recuerdo perezosamente como quien
estudia nuevamente un cristal.

Un cristal se pasea en el aire rencoroso.

Es la mitad del universo porque en mis calles
todos los ejemplos de mi boca viven
entre provocaciones.

Son inundaciones de sal.

Embarcaderos que no comprendemos.

- La compresión siempre llega tarde al destino-

Pero no hablo del destino.

Hablo de un cuerpo.

De una araña buscando la premeditación
en sus brazos.

Una premeditación buscando un tallo.

Y en cualquier tallo, sumamente nos posamos
para volver a una ilusión.

Existencial y linguistica.

Una especie de forma, una categoría del
ser.




Guillermo Isaac paredes mattos

El Devenir del Azogue






Sentimos que el temor es màs profano que la lluvia.
Que la inteligencia al compararlo todo.
Despuès nace un arnes, sus hilos, el jaque del agua
con propagandas de apolo, el dìa incognito
de mi primera calavera
llegando desde los monasterios.

Cùal de todos escribìa e interiorizaba.
Cùal era màs inconciente como el trato racional 
con la nieve, bajo un silencio donde al tocar
reconocìamos el velamen del nacar,
la poesìa sin barlovento ni estribor
bajo condiciones 
escenicas 
cuyo ciclo ambientaba
el respirar nictalope del halo
porque todos sus dìas eran sombras
de necropsias.

Aspiraciones al segundo de la yema
en la palma. En una de sus lìneas pronunciamos
la satira del eter,  la regiòn de cabelleras
que el fuego dimensionaba en un patio
en un jardìn sin yesca.

Una tierra con reino de azogue.

Una ceniza de polvo con devenires de
azogue.




Guillermo Paredes Mattos

Las Quimeras Absolutas







Uno de los secretos es que soñamos demasiado
pero no cuando acompañamos a la vida.

Desde ese secreto todo artificio que pueda
ser creado no tendrà la experiencia
del sueño.

Quizà piense filosòficamente y materialìze su
primer credo: La realidad.

Tal vez en una de sus ciudades emanarà una
antigua soledad de cipreses.

La primera campana del absoluto cuando perteneciamos
al iris entre las quimeras.

Y me preguntarè porque hablo sòlo de posibildades.

Me responderè porque es algo que acaricia
lo mas lejano, es decir un opuesto.

Extasiado ante neologismos de ese iris abriendonos a la 
muerte de su extraña iniciaciòn.

De su planeta encendiendo las tradiciones
del animal un mediodìa carnivoro.

Cuando el desplante es mamìfero desde
las alambradas y percibimos, arqueamos
una muestra de vino en la inteligencia
para dejar a la necesidad un rehen
una empalizada cubierta por la brea.

Nosotros que avanzamos entre las caidas
encenderemos adioses
y no porque la ilusiòn de nuestra fè estè llena
de moretones, 
no porque algun hueso roto se haya unido 
mas fuerte a aquel del cual
fue separado.

Nosotros seremos inspirados por causas
de metal mientras un simbolo nos tiempla.

Nos tensa.

Nos arroja rojos y pàjaros a un
matiz sin ningùn equilibrio.

Para que un adjetivo como el mar...

-Cosa totalmente falsa-

Encuentre su estridencia.

Porque allì yerra tambièn
su secreto.




Guillermo Paredes Mattos






lunes, 8 de octubre de 2012

El Vaticinio del Siseo






Sumo al destino un bozal.
Una cita con los griales del rito
el día en que esperábamos neologismos
como el apocalipsis,
lenguaje de crepitación,
un rostro verde e insólito.

Hasta aquí una espera.
La oscilación del estro en una nube.
La rotación del siseo en mi mente, originando
la carta relativa del extasis
la opción a hundir mandamientos
relatos como una fragata desertando en
la visión de una fosa, junto a intuiciónes
derramadas por una fisuras
por de lejos individualidades
allegadas a la transgresión
de una ojiva en el trance
cuando el oceano
exige un ión
a sus hechos.

Y entonces en los desámparos del mar
escribimos del solar diacrítico
de la bulla asistida por un sacrilegio
en el papel hermafrodito.

Entonces termina el poema
y volvemos como la naturaleza
al pensamiento.

Y su más amado
siseo.



Guillermo Paredes Mattos

La Reencarnaciòn de tus Cometas








En la negra espuma del comentario tan aparte.

Entre comunidades que cimbrean delatando
sus dragones.

Sobre pertigas sin dolor porque mi alma
es un solo rocìo.

Un color subito donde la transparencia elude
mi otoñal parsimonia...

Aquella derivada de mi obsesiòn por la arena

O por un arte, pero que imite romances.


Porque toda caminata por las tinieblas
es un anàlisis de otro espectro y las galaxias
de la oscuridad.

Y en esa oscuridad la flor lleva el hambre de
un cielo desconocido para la belleza.

Cuando en ese segundo, la ubicaciòn màs posible
del infierno es una ilusiòn
practicada por esa belleza.

Y desde el lenguaje el diàlogo es una conspiraciòn
de misiones con tramas
e hipodromos.

En intensidades donde el oido alcanza desde
un pròlogo semàntico un sonido. Lo cual nos lleva
a una menciòn antropòfaga...

Donde mandarines de sal anuncian
tu carne.

Pero no tus la sinuosidad de
una letra

Arrastrada por la reencarnaciòn
de los cometas.




Guillermo Paredes Mattos






La Aurora del Jabalì






Creo en toda coyuntura.
Atòmica o predestinada en las sienes.
En el lenguaje que huye del zafiro.
En los travesaños de una infamia
donde la poesìa es traducida con desprecio.
En hemisferios que son lacrimògenos.
En la vida porque es sòlo un lenguaje
de la inspiraciòn.
En mi caminata noètica hacia los espìgones.
Amo todas las facultades que posee la realidad
para convertirme en herida o planeta.
En los hemiciclos del mago.
En sus hemiciclos.
En el jabalì cuando nombra la tez del sentimiento.
Junto a proporcionalidades y juicios, me rendì
ante el amor porque enciende antes que
la existencia, un presentimiento.
Un menguante urdido por la plastilina.
Un semblante que dios derrama en los prostibulos.
El libro sin aire, el oceano sin higado
para que los ancestros no tengan nada que
devorar.
Y de nosotros, los poemas màs solitarios del universo
no se tenga que decir que arrancamos el fuego
a los dioses.



Guillermo Isaac paredes mattos

domingo, 7 de octubre de 2012

Lenguaje del Leòn y la Hiena





Parece un ojo.
Un libro de hienas por donde algun dìa
buscaba el poema un leòn.
Un espìritu donde la carne se inclina.
No hay otro lugar para ella
si nos detenemos fervorosamente en la carne,
no hay otro lugar.
Esto tendrìa que ser un caso muy particular
pero diariamente nos elige para algo.
Luego descubrimos el entendimiento
como una alianza entre esa carne
y los techos.
Pero seguimos sedientos como un ojo.
Un ojo por donde alguna vez
anduvo un leòn.
Un leòn que buscaba entre los hombres
y las hienas.
Còmo se formo este coloquio entre tres.
Eso ya es cabalistico.
Un fenòmeno que llega del viento no para
lograr ser oido, ni contemplado.
Y lo ùnico que resta es el destino.
Ese destino que a la larga
no es suficiente.
Ni lleno de liendres y de sangre
es suficiente.




Guillermo Paredes Mattos

Estròfa Mìstica del Subversivo






Escritura con valles de acido.

Anunciando topacios donde el oleaje
recoge su disco. El entrañable pasaje
del lenguaje al espiral.

No es, sòlo el conocido, el ùnico que intenta 
construir una noche. El que nos inquieta...


Y sobre arteros limbos suspiramos. Entre ellos
damos proa a un calendario
donde invadimos presupuestos de hambre en
la memoria del nùmero,
allì la fè durmiò sedò un ser
alojado anestesicamente como una nave quebrada
por la materia.

Ello parece una historìa, una historia
cuya estrofa facilmente recibirìa un culatazo,
asi, separarìa mis valles de àcido
para empezar otro poema,
otro dìa con la oraciòn,
otro mensaje de sueño con el desprendimiento.

Yo sè que ello pasarà.

Yo sè que volverè a ser un mistico subversivo.

Pero no ahora.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

sábado, 6 de octubre de 2012

El Sueño Extasiado del Màstil






El lenguaje vive algùn dìa consigo mismo. Asi
crea otro dìa.

Frente a èl, la naturaleza opone algunas cosas:
La realidad, el hombre.

Luego nace un gènero de tierras donde estrujamos
tempestades de ideales botellas.

Barcas de alcohol, sacramentos como la expresiòn
del mitòn al cercenar una biografìa.

Fragatas de martinetes donde el limbo separa
èsta conjunciòn que domina mi sueño
ahora.

Conjunciòn de portadas donde la inocencia trabaja.

Y en la cual me he detenido.


El lenguaje busca cartas.

Suma contrarios, astuto y ligero como los velamenes
engaña al viento con su inspiraciòn.

Un ainspiraciòn de goletas y margenes subterraneos
insinuandose en un halo.

Secretamente extasiado.

Infinitamente extasiado en sus mastiles.




Guillermo Paredes Mattos

El Renacer de Huesos






Jamàs  se vive sumergido en el agua.

Ello es sòlo para la poesìa.

Para los que convivieron sin saber con su alma.

Para aquellos que celebraron a los muertos
cuando no lograban despedirse.

Que se batìan entre sombras y ritos.

Los que descendìan con un pino elemental
en su boca.

Los que en su mano llevaban otra mano, sin saber
què hacer en ella.

Aquellos que repetìan el poder del destino
con una circunstancia.

Y veìan en esa circunstancia una palabra de dolor.

La visiòn del rapto en lo invisible.

La temàtica del ayuno cuando deseamos
informaciones como el juego del temblor en 
nuestro pecho.

La sacudida extrema de neptuno 
decapitado por los juicios de artemisa.

Esa que lo lleva a mostrar finalmente,
igual que el hombre otras heridas.

Las que iluminan ya no la piel.

Y renacen entre nuestros  huesos.



Guillermo Isaac Paredes mattos


La Intensidad del Augurio







Hay hojas que son ejemplos de augurios.

Manuscritos en ellos hablan de artisticos lares
donde clanes de estros delatan un villano.

Bajo ello, como una expresiòn,
la nebulosa del cesped rompe un signo cretaceo
y se abre el infinito de dromedario
y cicatrices.

Pero seguimos siendo angostos y es 
terrible el hincapie y la versiòn del oido
buscando goznes...No sè si delirantes.

Sonàmbulos y frios como otro paradero
designamos la fortuna del himno
con tristezas de lenguaje
y dràsticos motivos
para remediar 
un aro...Una flecha impresa por 
la sonata o la elegìa, la casta
de un imposible lègado 
donde nos sostenemos.

Cuando sentimos que es todo lo
contrario.

Que a veces la intensidad para vivir
nos arroja al caer.



Guillermo Paredes mattos





viernes, 5 de octubre de 2012

Trementina de las Circunferencias









Siempre he evitado decorados.

Salir a descubrir un relàmpago.

Mirar un cometa donde no existe nada.
Eso es una afirmaciòn.

Siguiendo esta lògica -como cualquier
lògica-.

amo la existencia sin ninguna forma de
necesidad cuando despierta.

Tambièn amo esa  necesidad.

El interior de sus ojos presumiendo entre
otros veleros.

Mi contradicciòn estableciendo un yo entre
mi alma y su dialectica.

Una vieja alarma de sepia.

Una criatura viajando en el mercurio.


Toda mi vida igual a circunferencias.

Pero eso no es todo.

La circunferencia es un mundo ideal
y real con el fracaso.

Una tienda donde el hombre se
convierte en ser hasta ramificar ciertas cosas.

Un satèlite de trementina por ejemplo.

Un campo de alergias.

La saliva en medio del aire
avanzando hacia una rosa.

El salto de la pus cuando atraviesa
los lampos.

Y no sè en ese instante dònde estarà
mi soledad...

Pero no lo veo.






Guillermo Isaac paredes mattos

Rehen De Oriòn






No estoy cerca de un anillo como puede creerse.
Tampoco de la fantasìa, yo vivo en ella.
En relaciòn al anillo tendrìa que convertirme en
un planeta para elegir mi tedio. Estar frente a ellos
por toda la eternidad lo significa.
Sucede con saturno.

Sueño con una pareja agitando su espìritu
en una maqueta donde su rango
era de alambres y opciones.

De estropicios
De entrevistas dedicadas a los muecines
y los caminos que iguales
a extraños pseudonimos
se iluminan dedicandonos un alias.

A la postre el tiempo inunda algunos ecos.
Y a la postre salgo de ese rito
para ver que la la pose de ese oceano.

Yo sè que delira, pero al contarnoslo
lo hace dos veces.

Nunca encontrè un geranio.
No, con el sentido con el cual lo hicieron
mis manos.

Eso està escondido en algùn lugar del
universo.

Junto a un rehen de Oriòn.





Guillermo Paredes Mattos