miércoles, 13 de abril de 2016
Instante
Veo que primero es el instante.
Se encuentra incrustado en el tiempo igual
que un periscopio.
Las lechuzas -lo presiento- invocan algo
lejano en los tèmpanos y en las palabras un
precipicio diferente muerde la lluvia.
El instante. Las violetas y los pajaros en èl
encuentran como en un sueño los molinos y las
helices, donde el aire llega a la corrupciòn.
Los idilios forman sus casas de escarapelas
con un montòn de hordas.
Las estrellas en el cielo presionan sus limites.
Pienso en la estrella que no descenderà al
horizonte. En las fronteras que seràn profanadas
por un rìo intentando que ello suceda. En las mesetas y
collares, en las ojeras del rostro de vidrio en
un hombre.
Pienso en las lupas. En mi derrotero marino
muy cerca de la alambrada, donde lo boreal
ha sido citado por el destino.
Yo observo eso boreal.
Es una especie de sacrificio con millones de
agujas.
Es un centenar de dirigibles con arcillas
tensando una academia.
Es una puerta de carne por donde se desfiguran
los plasmas.
Veo que primero es el instante.
Ha sucedido desde los dìas en que el morral
tenìa una boca. Fue incendiado con todas los
pormenores de aceite en el filo de una ganzua.
Acontecio en un tallo de porcelana.
Ha despedazado la intensidad que finalmente
es un lado de los origenes donde cierta
estètica vuelve a las hogueras.
Una estetica basada en nervaduras.
Una que no nos pertenece.
Llena de interrogantes entre lo continuo.
Fugando a las cortinas llenas de polen
y negros paisajes en las medulas
de sus insomnios.
Particular y atòmica. Individual si es que se
puede.
Ahora que ha dejado el tiempo y convertida
en objeto empieza a determinar la imagen
del espacio.
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