viernes, 22 de abril de 2016

Tal vez





Tal vez si encontramos un baul en
la hora de las sienes.
Y escribimos de paises dormidos en
la boca de los galgos.
Quizà si borramos las lineas negras 
de una cebra por mas que no
se pueda. Por màs que ello sea 
imposible.

Probablemente si recorremos indicios
y es muy temprano para tocar un
puente en cuyas puertas las ceremonias
aludìan a los grillos y se derramaban
las carnes.

Y los elixires se comportaban de 
manera verbal en una elegìa
donde profanabamos las llaves peinadas
por ciclos de trapecios.

Y la brisa caminaba hecha de pisadas.
De flores que desembarcan 
nuevamente en el sudor.

Quizà si tomamos una mochila de
la rafaga, llena de contenidos 
sinteticos y baules decorando
las curvas de una manzana.

Tal vez si escribimos. Si colocamos 
un barco en la cabeza y nos
encerramos hasta el proximo 
verano entre escarlatas idus
buscando plasmas para los obreros.

Y recorremos el pez en esa parte
que despierta a los limbos junto al
respiro de una guitarra. En ese 
momento que es propicio para
abandonar lunas mecanicas
en la intensidad del pecho.

Quizà si dejamos las hojas y nos
dedicamos a la busqueda de bulbos
en las azoteas junto a inscripciones
y frascos llevando una membrana
piloteada por martillos.

Tal vez si nos dedicamos a romper
en ese martillo, la espuma de una
goleta que encontramos dormida
y semidorada en la nieve.

Para asi no interrumpir todos
objetos que nos rodean.

Sin incursionar finalmente 
en ninguno de sus sueños.





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