miércoles, 31 de agosto de 2011

El Nombre del desierto







Dentro de poco el infinito perderà
su naturaleza.

Asi como un dìa la naturaleza perdiò
su condiciòn para dar paso al hombre.


En un misterioso lugar el ser seguirà
anhelando el opuesto de los nombres.

Y lo harà sin ninguna dialectica.


El estrèpito volverà a convertirse
en un nombre desconocido que jamàs
oiremos.

Mi lucidez se estrellarà contra un pino.

Se embarraràn de musgo cantos sin trovadores.

Los relojes seràn asesinados por
la brùjulas.


Todo volverà a la arena.


Pero lo màs dificil serà volver a llevar
al hombre a ese desierto.







Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 30 de agosto de 2011

Carbones







Sartas de nóminas. Trenes que llenaron
de halos mis sarcófagos. La tensión de
la x formada por cuatro paredes en el
centro de su corazón. una x creada mientras
se desplazaban los ángulos.

Un punto de lunar y liendre en medio
de esa x, donde eternamente estuve convencido
de nada. Con pedazos de tormenta y agujas.
Lleno de fiebres violetas donde el amanecer
agonizaba.

Yo lo ví morir en mi alma.
Ví ese amanecer arrastrarse como una vida
sin opción a otra.

Y en esa x elemental
dos líneas horizontales
se convertían en pobre escrito paralelo
pensando geomerías milenarias.

Entonces interrogué a las verticales
sin una interrogante.

Miré mi techo y su suelo
asomé a esa distancia que los separaba
hasta unirlos.


Y entonces volví a una fiebre violeta
con la cual mi momento se ignoraba y revelaba
para tocar otra molécula.

Una galaxia de núcas.

El cine justo a un craneo, mi desidia
de sal.

De dios inverosimil y heterogeneo
como todas las particularidades. Es decir
fanático.

Por ello creo que si dos líneas
partiendo de cuatro angulos en una habitación
crean una x, demuestran y sólo demuestran
el hombre enfrentará siempre un punto.

Y en ello eternamente nos asemejaremos
a un poema.

Vive y muere entre puntos.





Guillermo Isaac paredes mattos





miércoles, 24 de agosto de 2011

Densidad del Nombre







La noche es un día como el conocimiento.

Una pieza de extraña palabra
muy parecida a las cúpulas.

El presentimiento de que aquello
a lo lejos no es el horizonte.


El milagro donde un rostro
desciende conjugado en presente
con el espíritu de un poema.


Ese milagro, que también llamamos prodigio
oculto en los crimenes del ser
con un nombre.

Ese que búscamos siempre.




Guillermo Isaac paredes mattos

jueves, 18 de agosto de 2011

La Muerte del Diamánte









Contrariamente al oceano, el desaire es hermético
El desglose del ficus, la campanada rabiosa.

Liberales de hidrógeno reunen acantilados.

Según ello, infiero momentos elegiacos con
mis eclipses.

También con mis pronunciaciones
sobre todo cuando sensualizan métricos adivinos
apariciones como el musgo en una pretina...Pero
nunca pude ver, sólo cerré mi instinto para
caminar en ese momento.


Me acerqué a parquedades y muestras
espléndidas de raices, a ordenes e hipícos fueros
impactado sólo por cultas obras del exilio.


Pero, todo exiliado, es tan sólo un borrón,
una ortografía del sueño, el fanfarrón debajo
del poema, decorado a veces por oportunismos,
otras, por etilicos hechos.

Desdecible el tacto profundo de la obediencia,
mi educación de puercoespín y rada.


Yo fuí instruido por los muebles.
En él polillas y groseros enjambres
edulcoraron nubarrones transparentes
ellos querían un corazón como el que
rueda por las calles, ellos deseaban
que escribiera cosas como todas las cosas.

Asi que decidí vivir entre arañas.

Sus telas fueron mi comprensión
del topacio.

Mi interpretación de salvajes
diamantes.


Y entre diamantes salvajes nunca
pasan los vagónes.





Guillermo Isaac Paredes Mattos


Templanza Teométrica






La templanza iba dejando balancines
mientras era cremada.

Acontecía un afuera...y otro.


Mi espíritu respiraba teométrico
con algo de cuidado.

Esto acorde a mi individualismo
intuía de la castidad
las cosas grotescas.


La impureza y las replicas
donde el altercado inicia
deformes orientaciones
desalójos que caen en la oración
como en las montañas una avalancha
un hemisferio desatándo sus actas de limbos
su placer de ciego.


Semejante a una visión
-ya no profética-
y anterior a mi cuerpo
embalsamando su sombra.

Descubriendo con ello que
bajo esa sombra vibraba otro cuerpo.

-No había composición decían los acidos-

Fue asi que el adjetivo nso dijo que
no existe criaturaque no se desplome
entre la realidad.

Y mucho menos volverla a unir
cuando logra alejarla de ella.





Guillermo Isaac Paredes Mattos


martes, 16 de agosto de 2011

Mi sed






El día es un pedazo de lógica.

La estrella de esa lógica ignorando el espacio.

Tal vez, para subir a ese misterio tienes
una campana de sumisión en las sienes.

Porque muy profundamente decir que el día
es un pedazo de lógica
se acerca a mi parádoja.

A algun libreto acuatico.



Símbolos abriéndose paso entre la razón
con un otoño en la lengua.

A ese otoño le debes un patio.

Un jardín sin follaje donde sembraste
lejanías esparciendose en el polen.

Una propuesta con ráfagas.

La irracional subida del arte.

La cresta de los espejismos.



El día es un pedazo de lustre
completado por movimientos dialógicos.

Una formación de carne.


Un lago impregnado de huesos
hasta que la conciencia
despide a la vida
hacia otra arqueología.

Llena de trapos
y libros sedientos.



Guillermo Isaac paredes mattos



Los Lenguajes del Diluvio








Segùn los magos, una hoja.

La caida de los monjes y los pàjaros.

Esa estructura sin dioses ni ìdolos
descendientes del sol y del agua.

Entonces...

Con marcos de barro confeccionaremos el dìa.

Sus plagas de barro anunciaràn
que era màs fuerte el legado
que aquello tan amado sobre algùn resplandor
entre la iridiscencia.



Porque bajo esa resplandor calculamos
y dispusimos estaciones para ver cruzar el oxido
en el acero
a pesar de todos los trances
tan lejanos de los odios
comprendiendo que el bien es un vaivèn donde
el mal reencarnaba un vigìa
un centinela de plata
bañado de demiurgos
una exploraciòn de opiniones
donde la criatura pudiera llegar
tocado por la nada

Entonces separaremos un corazòn de aquel
diseminado por los ojos.

Y en las fortalezas del sonido
habrà uno ejemplar y mistico
defendiendo una valvula
una sensibilidad persiguiendo al sueño
en los lenguajes del diluvio.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

lunes, 15 de agosto de 2011

La Tregua y la Abominaciòn







Tregua de luz y abominaciòn.

Taberna de antepasado
melòdico entre albedrìos resplandecientes.

Bajo esa trama embòscamos sustancias o
margenes.

Deseos de pobres almadìa juzgada por el caos
bautismos y beligerancias ocupadas por las
calles en un peso.


Como lùcidos robles
rompemos baluartes
explorados por anfibios.

Abrevaderos de belfos
arropados por cicutas.

Contemporanea y no moderna
la lìnea despedìa su tradiciòn
y entre aspavientos
un plexop agotaba la suma de los labios.

De un batiscafo lleno de planetarios
donde el universo era suspendido.

Lluvias de madera un dìa de amuletos
el vaiven colosal y escarlata de mi sentimiento
encarnizado en el sueño de una emociòn
que como la niebla.

Sòlo puede ser arrasada por el
viento.



Guillermo isaac paredes mattos

sábado, 13 de agosto de 2011

Poema






Tienes un espectro en la boca.

Posees dos gritos de carabèlas
azuladas por un clan mayor
donde el epitafo delira
al desangrarse.


Como todo pensamiento, nunca pudiste caminar
por ti solo.

La gente se borraba entre los colores,
talismanes y piedras
ungian bergatines vacìos.

Adoradores de auras, principies del todo
cuando èste camina a una piedra
y los territorios son de granito
como tù o como yo,
casi idènticos a una serpiente.


A senderos sin ìdolos
que puedan retrasarnos, golpearnos
en los bosques, con el inverosimil instante
de un sentimiento
con notas de noche y agua
languideciendo
en esa tregua
con la fiebre y la tentaciòn
rodeàndo nuestros rostros.

Y en esa mirada se recrearon
estaciones de efigies.

Brillos elegantes de ciclos que hieren
el infinito.


Sin estampas de individualidad
ni escrùpulos.






Guillermo paredes Mattos

miércoles, 10 de agosto de 2011

Constelaciòn Dorsal





Soy dorsal como una abreviatura
alerta ante si misma.

Una abreviatura avezada como un bajamar
erguido como una ola entre las zanjas.

Sopesado por bajeles.


Asolado por un flujo de abalorios
donde una bastòn
abre badenes constelàndose en una mesa
para que la fortuna del diluvio
los recorra.


Nunca pude ascender, elevarme
como un proyectil soñando el escarnio.

Fuì trivialcomo el arqueo, un contoneo
nada màs, donde el vaivèn era el aura
del monòlogo en la cosa y pedì prestado
al ente un dorado pentateuco
lleno de plagas y exodos maravillosos.

Siempre busquè el caos.

Su sed ininterrupida
-descubrì- era otra abreviatura
y èsta una garrocha que recogìa equilibristas
cada noche de los huertos
tropezando siempre en sus huertos,
por ello jamàs hablo de sus galerìas.


Fuì abreviado por èstas
y si las castas son de àrboles
el bàlago del acervo hunde desigualdades
y muros, depresionas y puntas
de articulaciones, fàbulas ortopèdicas
donde los arrecifes y yo creìamos
que todo era dosel, pabellòn
de balsas tullidas,
almadìas de escaños inutiles
donde olvidàmos para siempre.

En una ciènaga de trascendencias.


En una plaga donde el mito
nunca logra desenterrar
lo inefable.


Sòlo lo crea.




Guillermo Isaac paredes mattos



sábado, 6 de agosto de 2011

La Experiencia del Poema

Solo y élástico en su lecho, entre
cavernas que parecen resistir en él.

Luego una llegada vólátil
una aurora de grietas y crestas
en el vagón de sus pupilas
buscándo en su mirada
la sintesis.

Práctico a veces
llenando de expresiones los dedos,
fenomenólogo de crispaciones,
antónima observación
precedida de asteriscos
donde nos fulminan sus halos.

Escolta de velorios
Recordando que toda cacería
eleva extrañada su cuerpo, acertijo
del contenido, tú, abadengo que creíste
que ser iluminado significaba
precipitarse.

Portaestándantes de iris, desaliñado
a largo plazo, mirada del hoy sin renuncias
sin rehenes, cortando la huida, el espejo
del flabelo, al juramento pulido,
abrillantado
en los ciclos del aborto,
cuando el mundo da grotezcos llamados
de circunciciones.

Y todo lo que sigue es relativo a
los eclipses.

Seco y arbitrario
como un puente.






Guillermo isaac paredes mattos

jueves, 4 de agosto de 2011

Contradicciòn Algebràica

Para escribir del desierto, no hace falta imaginaciòn.
Sòlo basta un desierto.


No son necesarias las dudas. No la realidad.

Tampoco los vellocinos ni los animales.

Hay que elmiminar los griales, dan un tinte religioso.

Todas èstas cosas llenan de elementos un poema.


Y ello no debe suceder con aquel
se escribe.

Que dicta su corazòn por si mismo.

Que nos mira y nos malinterpreta
aguardandonos en el portal de una esquina
donde termina una vereda, sin grados ni àngulos
pues su matemàtica ya nada puede decirnos.


Y todo desierto es algebraico.
Los tridentes juegan en èl sin poder devastarlo.
Finalmente los tridentes se preparan
para dejar morir su vida en èl.


Para escribir no hace falta nada, sòlo
la escritura, una que no pueda versar
que se alimente de carne o pieles
que viajan como el aceite
en un aliento dormido
en la criatura.


Cuando èste piensa.
Cuando èste sigue llenàndose de elementos.


Pensando que puede introducir alguno
-quizà como una metàfora-
en aquello escrito.


Hay que mirarlo muy bien.


Por principio, el poema abre
la dialèctica de las contradicciones.



Como un universo seguro.
Tan seguro que en èl podriamos morirnos.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 2 de agosto de 2011

El Jardìn de los Tuertos

Recuerdo la vocal del paradero.

La narración de una efigie.

Esa dinámica cuyas galaxias
se exterminan sobredimensionadas
por el brillo.

Por un jardín de barníz
y pulsos botánicos.


Recuerdo. Una imagen de escribas
ayunando.

El puerto de un anciano.

Ese tropel de la providencia en la
escama. También auras, lo hago
para confirmar
que antes de toda sentencia en ellas
vivió un tuerto.

Uno que jamás pudo dormir.

Uno que a voluntad del hado y espejismos,
descifró sólo un ángulo.

Lo recuerdo sobre todo por mí.

Por mis pOcas y tanTas palabras.

Por ese barco paseando alrededor de su cabeza.

No sé si sigue cubriendo vueltas.

Si gira aún como un torno.

Procaz cual liendre acompañada
de una gripe.

Mortal como la mestruación o
la experiencia.



Lápidas de graznidos sobre la
compulsión.

Nordicas epilepsias redondeando la
faena de mi fé.


Me veo tan lejano de esa estrella
que debería caer de la tierra, perderme
de toda gravedad, pero recuerdo.


Recuérdome sinóptico.
Hecho sin espacios de verbo.
Con una rima de catalinas donde la rima
sesgaba su frecuencia.

Con la mimesis borrosa de los acertijos
escribiéndo que el hombre al dormir
es otro tipo de amenaza.

Antiguedad de voliciones.


La mitología conoce en el manantial
otro cuerpo.

Y ese cuerpo irradia
un equilatero latrocinio,
la formación de una puerta
que nada atraviesa.

Pero éste poema habló
de algún tuerto.

Y al mirarlo sus ojos no pueden
engañarme.

El en secreto lo hace.

Poesìa

Què nos aguardarà dentro del poema
cuando despertàmos en èl.




Guillermo isaac paredes mattos

lunes, 1 de agosto de 2011

La poesìa y los Tiestos

Conocimos la hoja bajo aquello beduino.
Los arabes dormian cerca de la playa
con un labeinto en los ojos, idèntico al desierto.


Descòlgabamos lexicos sin titulos.



Ante ello situamos que la distancia no es
siempre lo que la define o puede definirlo.


Desde un titànico suspenso ligado a los
gigantes, pudimos deducirla...

Y llamamos fracaso a esos territorios.


Fuimos una corriente, la intensidad
de metàlicos fascìculos.

La burocracia de los muccines
era todo el silencio para nosotros.


Semejante a un escrito, logramos
fìnàlmente escribir desde el lenguaje
tan sugestivos como una tiniebla
examinamos aspectos
que sòlo un incendio reclina en sus brasas
y apuntamos a centurias
a reinvindicaciones de composiciòn familiar
llena de alrededores.


Eras de incursiones que hoy repetimos
bajo la coherencia de una isla.

Alistando su espìritu.

Los gallardetes de su corazòn.

Su unidad encajando en un sueño.


Apuntalada sobre acertijos
de lìrica hipocrecia.

Como un vahido.

A veces como un beso.

Uno poètico, cayendo de los tiestos.





Guillermo isaac paredes mattos

Mensajes Teofìsicos

Furiosas formas del idioma.

El tacto gnostico de mordazas, obeliscos o crines
sitiados por yelmos
de conspiraciòn divina.

Asi lo divino cuelga sus rieles.

Su marca de insurgencia, relente de metales
por reflexiòn, por estribillo
de elìpticos dogmas
deshilachando lumbres.

Inviernos de pergaminos
donde los faros despiertan archipielagos
y socavones de carbòn dominan nuestra campaña...
nuestra estatura de limòn
en los pòlumos, la flota màs amarilla de àngeles
en las praderas.


Curva la lìnea su explanada
de final sin orbe,
la descripciòn exterminando
arpègicos detalles
intencionalmente liberados por
todo mi paganismo.

Por allendes monasterios donde la tradiciòn
despierta sus ritos.

Y yo como hombre de idolos y de ritos.


Apago en ellos mensajes teofìsicos.




Guillermo Isaac paredes mattos