miércoles, 29 de septiembre de 2010

Arquetipos

Bajo el arte hay desasimientos.
Hay iones.
Copas de luz como trinos alejados del rìo
desprendiendo en trompetas de rocìo un estado.

Entonces el mar cuenta al pasar otras cosas.


Desde allì equilibrios y azares de luz
van a la diestra del elemento
adiestrado por las auras.

Como una sustancia de amor herida en las piedras.

Allì otros codigos.

Formas de sueño como heroes
de puas, respiran el ciclo de puntos fastuosos
en futuros del desastre.

Sobre esa ediciòn de arquetipos
ha unido la sombra empadronamientos de carne
furiosos insomnios de ayer decantados
por una imagen de faroles
como una nave
en la hierba.

Elevando dioses de rocìo.

Cada uno responde a la creaciòn
como un extraño demiurgo.

Igual a desesperados arquetipos.




Guillermo Isaac Paredes Mattos.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Lenguaje de las Escenas Vacìas

Yo debo reconocer la mano de los silencios vacìos.
Que la tierra jamàs duerme y la memoria es sòlo olvido.
Y recordar en las heridas del sol, las citas del misterio
con la supersticiòn. Yo debo entregar a la inspiraciòn
conciertos de halos junto al sueño.


Que al mirar el oceano, convencerme que el mismo
no es cosa de fàbricantes ni hechos de chimeneas.
Reconocer que la vida es descenciente del agua.
Y que los hombres nunca beberàn de ella.

La orilla del mar es el lugar donde se ahogan los profetas.

Donde el suicidio es una hoja celeste bendecida
por la desolaciòn y los patios son la exploraciòn
del cefiro perdido en la brisa.

Yo deberìa participar mucho màs que un aforismo
cuando describe la niebla. Participar en esa oscuridad
con la cual enciende un adjetivo que al acompañarle
pueda recitarle el universo como una sacudida.

Pero no.

Estoy aquì.

Escribiendo mas de una cosa. Y una sola nunca podrà
calmar mi vida.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

jueves, 23 de septiembre de 2010

Preludio a la Imaginaciòn

Cuando el mundo, brutal e inusitado.

Intempestivo como una barbarie cediendo
colinas a una huella.

Y titànicas silabas se desplomen
entre monjes...Hasta los tiranos
supliendo con lupas aquello
que identificaron una noche de vientos
con iconos
y lexicografìas.


En la mortandad de fórnicas
donde arabes destinos aprisionan
la grafìa de los papeles, las que
recogieron ámbientes de espanto
mientras los sedimentos
entre mercenarios
y remordimientos de inviernos
batiéndose entre preludios.

En la oscilación del molino donde el
lampo enciendese porque no hay necesidad
de una vida para ello.

A donde camines lo harà el fuego.


Y surgen mandamientos, idearios.

Que un espìritu abandona en el poema
para huir del mismo.

Sin saber. Eso sólo es un preludio.
Algo que màs lo acerca a su fìsica y brota
como nubarron
de ascético navegante.

Con auroras de insomnes preludios.

Y desiertos de imaginaciòn.





Guillermo Paredes Mattos.

Tìtulos de la Memoria

Las maquinas escriben de una manera, las constelaciones
de otra. No llevan sonidos.

Sondean la espuma, ligadas a imperativos y encinas
alumbran aulos, nìveos escarlatas.

Bajo ellas, siguiendo al auge estàn los astros,
algunos son estìmulos, otros herramientas.

Despuès del camino, reconocen el tiempo
como una psicologìa devastando almenares.

Vicios de estambres, fabricàntes de còlicos
asediando una hoja.

Alguien que ascienden a una catedra
de memoria en ella.

Para observar como se agita
el recuerdo.


Guillermo Paredes Mattos

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Sabuesos de Altura

Soy un caso de altura y perdición.
Estoy en medio de los sauces, esporádico.
He sido tensado por temples de aurora.
Todo en mí lo debo a la naturaleza.

Hablando de naturaleza, soy también un árbol
de muerte e imaginaciones naturales.

Inhale del sol las practicas enfermas
cuando deja el acido junto al veneno.

Y ese viaje es olvidado, como olvidamos
el desasimiento en la aurora.

Lo olvidamos.

Porque secretamente aguardamos
que alguien lo beba.




Guillermo Paredes Mattos

Líricas Mitologías

Todo es creado ahora.
La ilusión, el agua, las arcas del rocío
bañándose de faroles.

Las imprecaciones de hierba.
El corazón donde el instinto dimensiona
lo mudable, inseguro, esa carta que hecha hoguera
elabora como dios más de un hibrido.

Y creí como mi infancia
que la vida destaca entre cosas imposibles.

La poesía y su soledad son ese hecho.
Esa cosa imposible.
Los objetos enjuiciando el verso.

Ese creciendo inspirando masacres
cuentos de seres sobre la niebla.

Jamás uno sostuvo su canto.
Jamás lo suspendió
y sí, en estos canales
de derramaron rieles
apuestas de clerigos
que mi costumbre dibujo
como el amor, entre brillos
de insectos.

Sólo la linaza del ansia
golpeada hasta que la eternidad
almorzó su unica llama
con su espacio.

Y los agonizantes calculos
bajo este poema.

Quizá en la magia de
una de sus sombras.

Navegando en liricas
mitologías.





Guillermo Paredes Mattos

Coliseos

Poseo el conocimiento del vidrio,
cuando no es soñado,mientras las cosas
se pierden y un arte de espadas
une alabardas y extravismos.

Deseo y civilización responden
lunas temblorosas.

La noche es más que nocturna
y apaga en un coliseo, infamias.

La visión cubre la aparición
de un capítulo con tornasoles de abstractos
mausoleos, donde el corazón
despierta lo inaudito.

Lava en la mesa su vértigo el castigo.

Del sueño al desgano hay más opiniones
que puertos.

Y regreso animado por la convicción
de una torsión vacilante, una afición
del canto a la rudeza.

Una verde trigonometría.

Escandalosos alquileres pervierten
la sal del estímulo.

Opciones de falanges llevan escolios
de sacramentos.

Y en ellos las partículas
son otra lágrima.

Inaugurando nombres.





Guillermo Paredes Mattos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Los Santuarios Misticos

Llevàbamos replicas pero no como predecesores.
No presagiabamos nada, mas, èste lenguaje
se exponìa a que el abverbio
fuera lanzado olìmpico
a esos personajes que caminan
llenos de miedo entre la lluvia
y fuselajes.

Entonces dejamos que el fuego dejarà de hablar
bajo nuestras pisadas.

Supimos que su llama ya nada podìa decirnos.

Se habìa comvertido en evidencia de
la cual hablaban los buhos.

Pero no se inspiraban.



Se suponìa que cada pestaña
podrìa devorarlos.

Que la visiòn desde esa insomne cita
los sumergirìa en làpidas y los
suburbios dejarìan su fè a exègesis
y dios desciende de la nebulosa
para aprender otra vez en las palabras.

Ya no se trataba si en un principio
el verbo habìa tropezado.

Ni,extraño en la espuma cojeaba como
una lìnea cuando en el texto
la creaciòn no puede acabarla.

Y a falta de argumentos
nuestro promedio con el acero
es semejante a un huno que ensortija
en las veredas, oroficios de perlas.

Dijimos una vez y otra lo mismo
para que la mismisidad supiera mas de nosotros
que la creaciòn y nos envolviera el mundo
desde sus deliciosas religiones
y ya sabemos que toda religiòn
cae en los sonidos del hombre
para que encuentre uno.


Espìritualmente uno.

Misticamente uno.

Que sin cabalìsticos sesgos
la atraviese.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

Morfologìa Poètica

Hablo del bosque como un estado.
Del interior hablo desde sinuosas transparencias
-volàtiles e invisibles, anodinas-
Alguien posò en una de sus venas, primaveras.

Escribo tan ajeno, igual que un obrero
lleno de felicidad, cantando en musculos
de promiscuidad, empinado cual adolescencia
de crines, pensando como tradiciòn de jardìnes.
-Nosotros retratamos, laberintos all-
-Nosotros albergamos, el corazòn de su morgue.-


Las luces nos separaban
Los brillos son desasimientos.

Un seminario donde reinabamos llenos de exodos.
El homicidio de pubertades -sin gènero- probablemente
bellezas, entre levantamientos de pòcimas
y practicas en estereo,
nada màs pertrechos de azogue.

Y ese interior transparente.
Vidente de ninguna eternidad.
Estrella oficial e inepto aliento
de mi obrero.

Y -nuevamente- en ese descubrirlo todo
-casi todo-, probablemente todo-
este lèxico recogimiento no siempre es
un descenlace.


Como el hombre, sòlo vive
a medias.



Guillermo Isaac Paredes Mattos.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Febrilmente la Piel

Un bucle deàmbula en el desamparo
llevando ansiedades.


Ese retrato duerme
en las madrugadas de un mago
cuyo destino inhala resortes
en el frìo
y sobre caligrafias de pendulos.

Alli contemplando la ilusiòn
descifra reciclable, pòcimas y cursos
donde se consumen
naciones y montañas de rodillas.

Sobre puas y remordimientos
boyas y palidos lenguajes dejan
iniciaciones de veleros,
lo definimos como un minucioso
corazòn de fusiles,
un proceso donde la tormenta
acaricia lentamente
cuervos donde la desesperaciòn.

Dònde la desesperaciòn.

Y desde todas las formas de la primavera
creemos que esta soñarà.


Igual como ayer.


Febrilmente con
nosotros.



Guillermo Isaac Paredes Mattos.

Entrada a la Clarividencia

Entre todo lo que he vivido.

Y entre todo lo que jamàs vivì.

La diferencia seguirà tensando
su corazòn en el nùmero
de la poesìa.


Ello serà clarividencia que dejarà
como un naipe en mi espìritu
aquello en el principio
del texto nombrado.


Sin que la percepciòn
cartomàntica de ese vibrar
cuelgue sus venas
en uno solo
de mis animales.

Y en una de sus dolorosas
criaturas.




Guillermo Paredes mattos

sábado, 18 de septiembre de 2010

Los Amuletos de lo Pròximo

ποίηση, αλλά έκανε το όραμα




Con la noche los rìos
representan a sus caidos.

Gemidos de albumina se inundan
de luces marciales.

Verguenzas de lùmenes embisten
òrficos rocìos.

Secretos y templos
envidianse como un sonido
al cual nada màs una vez volveremos.

El testamento incursiona
en la arena dejando la misma
sin àrboles.

Navegan teatros, mìsticos
como un patriarca en el milagro
del deseo.

Naciones e imperios arrojan
sus principes a la muchedumbre
abundan en mi corazòn
solitarios entre tantos ìdolos
los ciclopes.

Las dimensiones zarpan.
Los jardìnes rozan.

Y esas grebas son acariciadas
en las radas por mi sombra.

En esos espolones, la entrada
al crepùsculo es el lugar esotèrico
que serà degollado por la noche.

Y èsta por una mañana.

Siempre, siempre en amuletos
donde cavila lo pròximo.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

Terciopelo Subterraneo

Los sìmbolos no eligen crepùsculos.

Entre su ser y esa realidad
mi apocalipsis serìa màs claro que incrustar
una espina en tono profètico.

Y soy tan solo vàstago de espadas.

Un dìa de sol en movimiento.

Un priorato de ciudades
carnivoras.



Los Sìmbolos hablan de peces,
sublimizan opiniones como una tijera
corta la noche y esos pedazos
dirigen sus cenizas -ya cèlulas-
a una mesa de hombres,
a un capitulo de cera
donde la sospecha del anhelo
es despiadada, tanto escrùpulo,
ya tiniebla hundiendo mis sienes
en su despertar, en esa iniciaciòn
resumiendo las visceras de
esa raciòn horizontal
y su razòn donde lìricas podredumbes
hoy acarician el mar
como a una constelaciòn subterranea.

Y su percusiòn de terciopelo
que sòlo un hombre puede amar.

La Flor Gamada

Por este pestillo cruzò
una puerta.


En su memoria imagenes de piel y hombres
son posibles.


Hay ciencias que desvanecen su invierno
y cada escritura al suceder ello
inventa su prodigio.


Alguna existencia y su espíritu
congregando esquirlas
sabotajes de brillo y miedo.


Recuerdo ese pavor con el tejido
de una araña
con su tejido y velorio
cortado por el mar anunciando finales
en

el hierro y los indicios de una flor gamada
llena de polenm de hebreos.

Igual que sus heridas.

Equitacion del esgrima

Pido un artificio para mi ciudad barrosa.
Para un ejercitarme svastico
doblado por la claridad
por un extravismo de piedras
y un cartilago apartàndose del ciclo
en las màquinas,
del vidrio en las poleas.

Tambièn un prostibulo de dèdalos
donde el semen haya edificado
su ùltimo hombre y el lenguaje suene
como una sensaciòn,
como una libertad generalizada
y lo impropio de cada habito,
de un brillo,
con nosotros estos han caido en imagenes
de tigre
de azogue constelado y erudito perihelio
espaciando de mirra,
de copiosidad y estalactita los audios
del sueño.

Quiero.

Esa es histeria de mi voluntad
y mi recelo divino
disfrazàndose en auroras de agua
para que los animales puedan ignorarnos
para caminar en tribunales de ruidos
con la escencia
y decir a favor de nosotros
que este momento tambièn esta en contra.

Por mas apariencia escatològica
creando una bocina
en los esgrimas del desasimiento.


Guillermo Paredes

jueves, 16 de septiembre de 2010

Logicidad

Logicidad


Si en un principio era el verbo.
Lo lògico es vivir creàndolo
una y otra vez
entre palabras.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

la Sepia Vulnerable

Cuidate verso y nunca reflexiones.
Cuidate de los hombres como yo, de esos
que esconden filosòfos y pensadores en su alma,
arràstranse llevando fisonomìas boreales
que a veces evolucionan al poema. Eso ellos creen.

Mantente alerta de lo que pienso y la fantasìa
con que lo hago, la misma
estrecha bengalas hasta convertirlas en metàforas
y contradicciones, solidas estrofas
como la vulnerabilidad
marcas de violencia demacràndose.

Cuidate verso de esos como yo, que todo
el universo lo reducen a la poesìa.

Cuidate de ti misma que ya no puede concebir
otras cosas e igual a una cienca antigua
y coqueta, dictas clase de conciencia
y volumenes marinos de gastronomìa.

Y te sientas frente a miles de alumnos
a recibir herencias y ovulos, metamorfosis
como el ego y psicoanàlisis de agua.

Pues todo en ella se transtorna lìquido.


Cuidate verso de la opiniòn y las cuitas
del mundo, no leas ni leas demasiado
no gastes horas ocultas presentando a la nieve,
tus reminiscencias, tus alusiones
mientras màs poeta seas
màs decadente te alimentaras a diario
descubriendo aparatos -uno es la figura-
golpeandose - en el poema- contra si mismos
y al no asimilar ese golpe, crean,
se vuelven tecnològicos
elaboran cientifismos, despiertan muy temprano
semejantes a una fàbrica de engaños
y cosmogomìas discretas, porque
su intelectualismo ha arrojado
el alma espìritualmente a la contorsiòn,
a la màs pura hipocrecia,
nada màs ante ti misma.

No te llames arte.
No te sientes ante la aurora
como un grillo.

Si tienes que negar que sea
afirmando una dimensiòn
golpeando el infinito
y con èl, todo aquello de
lo que debes despojarme.

No des felicidad, menos tregua.
Entre tantas mentiras, sueña la verdad
como un animal desgraciado.

Cuidate verso, no sueñes. No seas elemental
ni abstracto como la obra del abismo
cuando golpea el destino.

Cuidate de èste que escribe verso.

Pero sobre todo no busques agonizar,
sòlo muere.





Guillermo Paredes Mattos

martes, 14 de septiembre de 2010

Oraciòn de los Lìmites

Aquello fraguàndose ante el lìmite
la resonancia de fondo y plural.

La diana del pròjimo y su fotogràfico vendaval,
esa misteriosa carnicerìa de imagenes.

La simultaneidad con que rendìase a cosas
vulnerable y erràtica como siempre,
durmiente del espinar y la orquìdea
pudrièndose docilmente en una lluvia.

Ante ninguna herencia,te arrojas oraciòn,
pero no como la lìnea.

Tu conciencia hoy vuelve al grillete
al mando contemporaneo donde lo sucio
deshidrata el desencanto de tensiones
y muslos. Arredràdos por polillas
suspèndiendose en una huella.

Y es triste que una huella
muera en la arena.

Y en la remota imaginaciòn
de mis pasos.




Guillermo Paredes Mattos

lunes, 13 de septiembre de 2010

La Tregua de las Constelaciones

Conozco la palidez del verbo.

Lo atroz sobrepasando su esfera.

Puedo hablar de su exilio y enigma.

De algo temerario en èl, como una idea.

Algo donde existimos jamàs, pues
eramos un nunca. Temerario, desertico.

Sè de astros nocturnos, menos de
aquellos desconocidos.

De mi pobre diàlogo, resuelto sòlo
ante los cèfiros.


Que hablè.

Y a veces sentì el desàmparo.

Igual que la derrota en las puertas de
la miseria, pero jamàs en las del vèrtigo.

Este fue uno de mis puentes.

Miro sin excelencia lo que escalè
al hallarme hipocondriaco dentro de una reflexiòn
frente a un mundo donde el pensamiento es agotado
sin principios.

Y violaceo como una ceniza, evoquè
un sol boreal, un amor debajo de las pendientes
y sus presentimientos
cuando los anticuarios de las raices
atraviesan un rastro.

Y la tregua de las constelaciones
avanzan tanto en el silencio como en
nuestro espìritu,
a favor de un segundo
sedientas de tan solo un instante.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

Los Relojes Vacilantes

He crecido como el agua.
Observo mi cuerpo en la resaca y con
ello encontrar mi vida en la marea.
De mi corazòn al mar no existe distancia.
Sòlo hay existencia.

Y seguirè creciendo como una enfermedad
que acaba con su mitologìa. Cediendo
como un mercenario mas grande
con aludes de esquizofrenia.

Templario y raido en una noche.

He vivido escribiendo en las cales.

Todas conocen un poco de mi psicologìa,
incluso que el interior de un verbo.

Fuì ese loco que asi sellò un universo
en todas sus veredas.

Eso -no lo sabìa- fue el precio por tocar
el granito.

Y no hay poema que no llame demente.
Un poema trayendo voces irracionales
entre la fantasia, donde la razòn
oraba espeluznante con un placer de oro.

Amè lìquido, las cosas, los objetos.
Me preguntè por el ser de la realidad.
Por el devenir de la lluvia.
Por lo semejante y los organismos
de alga en el pecho.

Y preguntar es vivir en vano.
Hallarse vestido de colores, asumiendo
que los animales tengan pigmentos
y mutaran al ritmo de otra estampida.

Que como èsta y seguramente como èste
amanecer aguardan.

El oscuro canto de la carne entre
relojes vacilantes.




Guillermo Isaac Paredes Mattos.

Poema

Tambièn mal llamado por mi espìritu
descenlace noètico.

Inasible entre mi corazòn.

Epifànico entre mi verso.

Con un acercamiento a los
transparentes hermeneutas,
aquellos sepultando la realidad.

Aquellos que sòlo la locura se atreve
a tocar.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

domingo, 12 de septiembre de 2010

Entelequia de la Mirada

Segùn los acontecimientos
las radas son amarillas. Un verosimil papel.
Un àngel de àcido.

Y creamos intensamente aguardando ese pulso
que no pueda con la vida.
Con el aliento que llevamos.
Bajo el aura la necesidad en nuestras manos
debe conocer aquello que como un sueño
se borra màs allà de este jardin,
de este mi paseo
extremado por mi corazòn
para que nunca quede algo.

Y hablando de extremos, hay opuestos
que como ahora esquirlan y coronan.

Opuestos como el arte y sus plagas.

Primogenitos de mareo donde sòlo
se puede acceder a nuestros ojos.

Cuando en esa soledad aprendemos -lo digo
enfàticamente- aprendemos.

Y los dioses que nos acompañan sòlo pueden devolvernos
nuestra mirada.




Guillermo Paredes Mattos

sábado, 11 de septiembre de 2010

Pregunta del Suicidio

Que no existan evidencias, ni subversiones
ni astros que sòlo nos ofrezzan su fuego.

Entre apuestas como la reflexiòn, en trampas
como el pensamiento, dondem la coincidencia vibra.

Que nos abriguen -como a mì- sòlo chalinas
de sangre.

Y el invierno toque esta puerta casi exacto.
Solo.

Sin nada que decir, cuando el tiempo de
escupir a los àrboles ha llegado.

Derramando cicatricez, treboles de ansiedad
ovulos de vertigo. Otra expresiòn.

Que las voces sean esa impresiòn, con celos
de animal, cubriendose de alhambras una noche
de apolo.

Que Apolo muestre su temblor ante sacrificios
de aggua entre la mimesis.

Que me interrogue, pero sòlo lo haga entre
mis preguntas.

y que responda como lo harìa un suicidio.


Guillermo Isaac Paredes Mattos

Un ser

El destino es como un pensamiento
que escribe durante toda su vida.

Nada màs que eso.




Guillermo Paredes Mattos

Cancer de Virgos

Dejè mi dìa sobre un diàlogo.

Mantuve su estrutura como un poeta
de algas y pronunciaciones de hibridos.

Y mientras me arrastraba en èl,
presentìa, aquellos presagios que
devoran elasticos
una proporciòn de furia
una paranoica belleza de algas.

Disculpe usted virgo la cacofonìa.


Dejè una letra, solidario de maniquies
y velàmenes donde la instrucciòn
examina un paraje
con los vidrios
antes de alimentarse.

Y siempre fuì el ser del
verbo boreal por intuiciòn y coincidencia.

Mi rastro lo debo a una dieta de piel
en la arena
cuando el oceano lleva mentalidades
de inviernos como lastres
y estilizaciones màs allà
del azufre.

Como lo hace el veneno.

Y èl canta ebn las cepas del oceano
mientras el apocalipsis es aguardado por
su corazòn desde
un cancer de virgo.

Fraguando su universo
con el metal en liquido estado
encima y debajo de los cielos.



Guillermo Isaac Parades Mattos

Luna de Prelados

Luna de prelados.

Te busco esta aurora, donde tus
hemisferios parecen clausurarse.

Le hablo a esos trenes que unes sòlo
para derramarte aleatoria.

Escribo geminis que mascullaste en tu rostro.
Toda palabra sobre desdecimiento.

Como mi espìritu arrancaste un poema a los dioses
mientras dormìan, asi que sòlo
podemos aspirar a su insomnio.

Jamàs a su lucidèz.

Luna de alfiles, en todos mis gemelos
una cima de acido presiona el talento
sepultado por los candelabros
y mientras funerales y tropos crecen
en tus alamares, enviamos soplos
sin espacio entre las avenidas.

Cabinas de lenguajes con
poses de arcano extravismo.

Y una inclinaciòn, enterrandose
sobre rastrillajes
de madera.




Guillermo Isaac Paredes mattos.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Naturaleza del Hecho

Naturaleza del Hecho




Esta noche puedo seguir a la poesía. No poseo
una idea del bien o del mal sobre ella.
Ni siquiera poseo una idea.
Ese será mi único encantamiento.

Veré su dolor. Que sepa es azul y está detrás de
los astros, los astros lo protegen de mi vida.
Algunas veces llegó a mí, pero era un milagro
que no duraba demasiado. Y no comprendo
aquellas naturalezas que no viven mas que momentos
sólo camino en medio de su brillo
ahogado en su fulgor,
sometido cual esclavo. Sigo siendo
en cualquier creación un simbolo.

Esa es mi única relación con el alma. Llamense
real o ideal. Tengan nombres mas allá de estos
cubriendose o no detrás de estas palabras
como un fantasma que vaga entre la vida y la muerte
en esa dimensión que es un puente
para unirlas.

Esta noche seré una poeta. Una comunicación
con el sueño, un televidente de patologías
que descienden verbales de un cuerpo,
de una criatura con rostro complicado
una insinuación hermeneutica.

Ese será un destino como todos los otros.
Una caminata bajo un mundo de árboles con alguien,
cuando ibamos al mar siendo videntes de acantilados
entre mediadores profundos que visten su ira
entre la arena y el agua. Hoy seré.

Me orientarán los oraculos de un mal
flexionando en la lluvia su genero.

Me conducirán otra vez los encuentros.

Y ello sucederá millones de veces.

A pesar que mi espíritu vibre ya
en su naturaleza.

Evidentemente perdido.




Guillermo Paredes Mattos

Poètica

Poètica










He soñado un puerto con soledades de piedra
con imperios de abismo para que nadie
diga que vivì. Que encontrè mi nombre
en la arena y quise borrarlo
con un poema, intentando despejar
el mar inutilmente.

Sòlo a una mente alejàda de la lucidez
puede creer que el mar abandonarà el oceano
por ella.

Para que miremos lo profundo.

Què clase de seres pueden concebir eso
bajo los hemisferios.


Yo fuì uno de esos seres.


Amè el tiempo celeste que hay en lo absoluto
la hegemonia de una caminata sembrada
por las manos. Y lo que llevan èstas bajo
el sueño, sòlo son otoños.

Y el otoño desciende del universo.
Sus patriarcas conducen cayados donde
se pierden los nùmeros.Toda una inutil ceremonia

cuyas clarividencias y prodigios
arrojan al rasgo
esa concepciòn del rayo
apartado de la ira y la realidad.

De esa abstracciòn astral sin proas,
sin ese sur imaginado por ritos
y mafias para que una rotaciòn
deje su antorcha,
su naciòn de liendres.

En los margenes
de una botella.


Guillermo Paredes Mattos

Oficio del Destino

Oficio del Destino





Vivo en las ramas de un invierno lunático
dorándose en pulcritudes de estigios,
donde asomándose dos puertos elaboran
un juicio del aire y sosprendentes
tareas de música curvan una piedra.


En esas crines, edifican jardines
su antiguedad con vaivenes y boyas románticas
pseudónimos de alhambras, foraneos como un rostro
entre inquietudes de sol
y mercurios de villanos.


Mi existencia es ciudad arrojada por una piedra
una luz heterónima, principal y enhiesta
en lacrimógenas lirios dando origen al hambre.

Me doy cuenta de acidos y premoniciones de huesos
inspirando canteran de osos y clanes de suicidios
exploraciones de lluvias
y aludes de tinieblas.


He llegado tarde al derecho.
Pero más tarde al oficio.

Y no se canta ni escribe para una hoja.

Detrás de ella buscamos desesperadamente
esa belleza llamada
destino.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

Las Sombras de los Hombres

La Sombra del dìa


La voluntad, su cercanìa.

Alejàndose de la inspiraciòn,
bebiendo un ala.

Ya peatòn. Ya virgen.

Sobre una nave consumida por la lluvia.
Su rocìo al colapsar. Al ser reconquistado.
Como si hubiera sido nuestro.

La providencia. Las letras de infamia
tejen una traiciòn
en teatros de niños.

Uno de ellas lleva inscripciones.

Làmparas con las cuales ver cielos
de basalto, de carbòn. Una reliquia
descifra en ellas
el canto de madrigueras
la estatua del laberinto
desafiando el dìa con la noche.

En una primavera de infiernos
cuando ese dìa es sacrificado entre
las sombras de los hombres.


Guillermo Paredes Mattos.

Siluetas del dìa

La Sombra del dìa


La voluntad, su cercanìa.

Alejàndose de la inspiraciòn,
bebiendo un ala.

Ya peatòn. Ya virgen.

Sobre una nave consumida por la lluvia.
Su rocìo al colapsar. Al ser reconquistado.
Como si hubiera sido nuestro.

La providencia. Las letras de infamia
tejen una traiciòn
en teatros de niños.

Uno de ellas lleva inscripciones.

Làmparas con las cuales ver cielos
de basalto, de carbòn. Una reliquia
descifra en ellas
el canto de madrigueras
la estatua del laberinto
desafiando el dìa con la noche.

En una primavera de infiernos
cuando ese dìa es sacrificado entre
los hombres.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

martes, 7 de septiembre de 2010

Runas

Runas




Con fortines de larva
y centinelas de asombros
despiertan acuarios.

Nacen legendarios. Mamìferos
despistando letras, juzgando
nieves entre abecedarios.

Junto a zòcalos y llaves
donde peones mutilados, sinuosos,
llenanse de racimos.

Escultural el universo, ciñese
pubertades de iconos, de heraldos
y zafiros ya sin veleros.

Los heroes quemaron la vida del auge
y los idolatras decomisaron esos vilos
entre siluetas y cromosomas.

Sobre tìmpanos y mandarines, pudrianse
los moluscos sin fe, los inventarios
del sueño,con asteroides de cienagas.

En carnes de oidos voluptuosos
en simulacros de fuego con la llama
donde el espìritu es sòlo otro poema.

Conduciendo ninfas de sensualidad,
la creaciòn del estilo y sacudidas
de oraciònes entre su obra.

Y aprendiendo a dèvastar su propio
corazòn.




Guillermo Paredes Mattos

La Flor de Agua

La Flor de Agua





El dìa es una flor de agua, muriendo entre
la soledad del hombre.

Un camino antiguo, un sueño devoràdo
por si mismo, ahora que gentilicios y afirmaciones
traicionan lineas de dios
en la aurora.

Y dios cumplìa una cita con el verbo.

Poseìa un manuscrito en las manos,
las herramientas con las cuales
el hombre iba soplar inviernos
y templeS.

Un planetario, una cortina.

Pero en el verbo nunca viviò, ni vivirà el hombre.

Y dios sigue ahogado entre su propio
verso.

Como una una flor de agua
en el oceano.




Guillermo Isaac paredes Mattos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Protesta de una Tilde

Protesta de la tilde



Creo en el corazòn como una noche.

En que los demonios pisan papeles
y los menguantes protestan sobre cicatrices
donde el halo, emerge posiciones de puas.

Todo esto es como una alambrada sin tildes.
Un parto inmediato, coherente
sobre nieves absolutas
o deseos que frotan las manos.

Lo amo porque su boca nunca acariciò una cruz.
Y se extendiò en criaturas que escupen veranos.
Que muerden sus alas silenciosamente.
Ese es su ùnico poema.

Un poema hecho de muertos rociando
de escarapelas una nube
un solsticio boreal en el pelo.

Una pregunta donde la realidad
es derrotada por un vigia celeste
en otoños de insignias
cuyo ser entona
esas precisiones que son izadas
sòlo una vez por el aire.

En complicidad con la
muerte.

Para crear un cèfiro.

Y el final del mismo.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

domingo, 5 de septiembre de 2010

Complicidad de dos Cisnes

Complicidad de dos Cisnes



Conozco el mundo de manera verbal, aprisionado
en noches cuando la luna esconde
sus diamantes
y me miro proposicional. Como si ello
fuera a cambiar aquel acto.

Imagino la existencia de manera maligna,
al lado de esa pregunta que devuelve al ser
lejos, muy lejos de si mismo.

Si alguna vez seguì algo.
Eso que perseguì fue el prontuariado nombre
de la tierra. El espìritu de la revelaciòn
cuando es roble de figura y criminal,
mesiànico insomnio
cuya fortaleza amè
cubierto de furiosas alucionanciones.

En cada mesa busquè un patio.
La opciòn del calor en una habitaciòn de agua.
Arrastrè mi silueta por un astrolabio, encarnando
el viaje de un aro eternamente
en los circulos.

Jamàs en las elipses.

Y cuando ello sucedìa.

Miraba en mis manos.

Y de ellas sòlo caìan gotas
de sangre o de fuego.




Guillermo Paredes Mattos

sábado, 4 de septiembre de 2010

La Religion del Espejo

Alguna noche hemos sido transeuntes de
velos. Como nosotros. Que paradòjico.
Como una fuente talvez.

Con un pedazo de relàmpago y otro de vòrtice
jamàs dimos tregua hermeneutica
a la sobriedad del heraldo paseando por
troneras de agua.

Somos un mineral, el oboe saludo del sinuoso
lugar en la hojarasca, la crònica donde el rìo
desencaja su corazòn y ese escrito deriva
a psicologìcas figuras.

No hemos sido vesìcula para crear una sombra
un presagio puede entender el mundo
pero no la sensibilidad que juega
con metabolismos de acidos
con nombres carnivoros,
estrepitosas impresiones de arnes
martires donde cabalisticos ojos
abren una puerta
y una religiòn de espejos.

Una granada escondiendo en su corazòn
un heraldo.

Lleno de pànico cuando
las ventanas de cemento se acaban.

Y su palidez debe enfrentar
otras frondas.




Guillermo Paredes Mattos.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Perfil de Polvo

Perfil de Polvo




Bajo un cèfiro de miserias, astutos horizontes
navegan sin rumbo.

Con carteles de naufragos en la mirada
persiguen forasteros. El sino cuya rada es sòlo polvo
una ceniza màs sobre el oido.

Entonces, como en realidades de cometas
mi corazòn es otro torbellino
el poeta original del lampo
y tìmpanos de guitarras
esas que sigo a ciegas cuando labran
o cantan, arrastrando cualidades,
pristinos adjetivos, desganos de agua.



Detràs de superficies y corrientes
cuando la espuma detiene al sol en sus crestas
y las efigies espiritualmente
son ese destino
que anhelè en la sombras de mi pisada,
cardenal de una proposiciòn agreste
dorada en el escarnio,
branquia de sol y cumbre que amè
en todas las ciudades.

Todas las que atravesè.

Todo paraiso que inventè
como una flor borracha de hielo.

Desafiando su propia tregua
desde el instinto
y las dimensiones de su
estremecimiento.






Guillermo Isaac Paredes Mattos

Poema

Poema




Si desciendo por una sien como un barco.
Si mis brazos, descuelgan oidos
y las serpientes anudan, el estereo del cielo
al repetir,un milenario feudo,
una resina astral para el temple.

Cuando monarcas estribillos contemplan
su norte, su postuma naciòn de figuras
sobre espesura y distorsiòn
hasta que filtros de marte
esbozan en ella
veloces dimensiones, avenidas atroces
fungiendo de patriarca y zefiro.
Una columna que siente.

Si al presenciarme
voy a renunciar
a la maniatica sensibilidad
de este santuario -llamado posibildad- y
nombres arteros en ella eligen, algo de dormido infierno
escalando junto a mì
una catedral
una poètica nave
endosando aquì y allà sòlo lamentos
un pobre juramente de cardo
una premoniciòn volviendo al aire
creando asi muy lejos de su ciencia,
una silenciosa y fugaz.

Su errante y semejante herida
renaciendo con sus propios habitantes.


Como otro hombre.

Otra vida.

Sòlo un desconocido màs.





Guillermo Paredes

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Vaticinios Hermèticos

Vaticinios Hermèticos



Sudorosa la noche.
Creìmos que en ella nacìan los colores,
pero eran vocales.

Oraciones profesionales creadas por
la luz intercambiaban mutismos
dentro de su haz frenètico.

Era otro altamar para entenderme.
Y no tuve mas remedio que comprar
un diario, preguntar la hora
a un desconocido.

Pero hoy el cielo es un sacerdote
que sin ningùn derecho arranca las treguas,
las arrastra a este pedazo donde
la vida me creo de formol
y el destino hablaba de cabeza
provisto de niños y celos,
perpetuandose marinamente
en los iris, peyorantivamente
en mi alfabeto de 9 palabras,
sin afirmaciones que nos sean morgues,
sin ideas que no reflejen figuras,
màs tarde elevadas por el pensamiento.

Coloquial escarnio, sonido de codo
al plegar sus huesos, canto de humero
en los tripodes. En esta nocturnidad
de patio trance, aquì en este folio
de vortices, soplaba la perpetuidad
su peciolo
con mania de yelmo y racimo.

Por ello sudorosa, antigua en la velocidad,
provista de artefactos, letales veredictos
donde nos sentencian las penumbras.

Y siempre nos aguardan
las sombras.

Embriagadas por vaticinios hermèticos.





Guillermo Isaac Paredes Mattos.

El Juego de las Venas

El Juego de las Venas



Apolo juega con el mar.
Este es transparente como un grillo.
El papel -al parecer- exacto.

Comulgo con mi pulso, un pulso furioso
extravagante, individual como algo amado
es decir las cosas que no tuvieron
mas alternativa que nosotros.

Y cabalgaron a nuestro lado.


Es un apolo demente, irreproducible.
Batese en todas las hojas con primogenitos
de ladridos o entrañas de soledad
al evaluarse.

Apolo...Tuve una curvatura de pànico.
Asi vì su trance, su juego de venas, su curiosidad,
me vì en un fuera de mì, doblado
por el lapìz, era un parpado
como al representar palizas
o cuchillos.

Vì la transgresiòn de paso lunar
enhiesta personificaciòn tan sòlo.

Fuiste mental igual que el traspie del sonido
Un pedregal donde renace el aliento
con un soplo semejante a fuerzas
un poderoso volcan destruyendo el odio
el segmento rojo de las albuminas
-todas por contraste-
te alimentaste de larvas y estaciones
con el dolor
un dolor pandillero
rehen de nada,
un dolor policial
lèxico antiguo,
duplicidad que sòlo los planetas
empalan en las venas
cuando el insomnio del universo
es de carne.


Guillermo Isaac Paredes Mattos.