lunes, 31 de diciembre de 2012

Lògica Lirica y Racional de una Estructura






Hace una noche escribì y la subjetividad
de la letra creciò a la sincronìa.
Desde un puerto vacìo con aquello
ontològico, irradiè naves literarias,
objetos en castellano. Detallè la nebulosa
y la gravedad del aire cuando roza
pedazos de concentraciòn en un
velero. Mordì la tierra a la vez,
completando ese brillo. Hay brillos
particulares como la fè del estìo ,
por naciencia y por ejemplo.


Y al relevarse esa noche, el dìa
fue una consecuencia
que liberaba novedades
de madera, papeles de muèrdago,
soldados abrazados a las venas 
postreramente, en un cuello
de batallas, desvaneciendose
en un mar de planetas,
en una mantis de tropicos.

Antes del oceano, por la noche,
descubrì la cabellera por
medio de la cual el purpura
vuelve simbòlicamente
al platino, pero  ese hecho
carecìa del metodo que
canta en la soledad 
de su corazòn, todo lo que
aleja la soledad del poema.

Asi el poema volviò a su estructura.

Y quien lo escribiò a las calles.





Guillermo Isaac paredes mattos




sábado, 29 de diciembre de 2012

Historia de trasciendas amarillas







Los dedos se quedaron allì para crear conclusiones.
Soltaban un anillo de algas
en el amarillo màs brillante. Ese amarillo
perdiendo su color cuando era alzado.

Desaparecìa como fronda que traza
el garfìo de un soplo boreal.

Separè uno de mis dedos, màs abajo el àngulo
me ofrecìa la teorìa del can. Aùn con 
pigmentos amarillos separè
màs ese dedo, asi
fue inventada una distancia.

La necesaria para separarla
de los otros.

Dos ojos miraban con el temblor del cielo.

Màs tarde una sacudida era el 
heuristico fervor de marte
o la crisis de apolo al unir
aquello que separa el eco
en una nebulosa feudal 
del maullido
con el lirio.

Ese lirio creando el papel
y no  la hoja.


Guillermo Paredes Mattos




viernes, 28 de diciembre de 2012

La Descomposiciòn de la Sed









No te olvides. No hay desordenes aquì,
sòlo hexagonos y desastres. Ten al tiempo en tu nuca
cuando pases, marchas de laberinto, osos
de agua. En tus yemas, sienta el coro
màs estridente, ese que comparàndose,
encuentre en la distancia
sòlo una orilla,
en cuyo oleaje se detenga
el sumario del esclavo en
los bosques.

Que tu soledad de fauno sea precisamente eso,
una soledad de fauno.

No te preocupes si no encuentras el agua,
habràs perdido la sed para entonces.

No te preocupues si no veràs pronunciarse en 
otros labios los sonidos. Habràn convertido
tus dìàs en la serpentina de 
todo sortilegio acustico.

Seràs acustico. Herida de traversa y acustico.

Un sortilegio de mùsica. De halo.

No te olvides. Tendràs que oir cumbres de barro,
veras la gota de agua caer debajo de
las superficies màs liquidas. No, necesariamente 
de agua.

Creeràs en los manantiales y los
archipielagos porque no habrà nada màs.

Y cuando llegues a esa orilla, no te preocupes
del tiempo que viviràs allì.

La arena que sostiene la magia de sus aguas.

Igual que nuestro corazòn ante el verso
es impredecible.

Tarde o temprano terminaràs ahogàndote.




Guillermo Paredes Mattos

miércoles, 26 de diciembre de 2012

La Contradicción de los Truenos






Hay consecuencias cuando la belleza
tensa la poesía.

La más hermosa acontece cuando llegamos
al final del poema.

Y concluimos que en el siguiente, es
donde lograrémos finalmente
definirlas.

Y con esa definición
puedan alejarse.



Guillermo Paredes Mattos

El Terciopelo del Lirismo






Una idea significa que podemos errar.
Errar vanguardistamente igual a un camello.
Colocar una puerta junto al racimo.
Entrar al paredón con el trapecio
de un lunar en los labios
insultando al mar con sus lunares.

Extendemos esa idea con la intención de
crear un poema.

De tener un salvoconducto en sus palabras.

De dejar atras lo arcano, pues para hablar
de ello él sol debe morir de manera muy antigua.

Nosotros lo hacemos de manera moderna.

De manera que posamos contenedores de auxilio,
absurdamente hoy griales. Y éstos puedan devolvernos un otoño.


Hace un tiempo, miraba los árboles
y era sencillo encontrar lumenes
como la perpetuidad
feretros como la continuación
ser tan lirico que el lirismo
lograra desvanecerse
para tocar otro
sonido.

No diré fonética hoy, ese sería
un intelectualismo mas. Y son tantos
los que cargo en mi lengua.

Ustedes que compran periodicos
cada día, conocen perfectamente de lo
que hablo.

Ustedes que comen efemerides.

Y plantean ecuaciones.

Puas de algebras.

Ustedes que liberan al encantamiento
de esa piedra llamada leprosario.

Donde el jardín de un halcón solitario
intenta ir màs allá de lo solitario.

- Como intenta hacerlo lo lírico-
-Sigo desplazandome entre intenciones-

Pero llegado a este momento sólo suma
a su equlibrio otra frustración.

Porque no es lo lírico.






Guillermo Paredes Mattos




La Visión del rango en lo Invisible







Antes de caminar por esta historia. 
Antes que el corazòn termine con las cosas.
Y el todo no sea parte y la parte viceversa 
de una figura lògica en algun santuario
de la memoria.

Ahora que son derrotadas las trampas
y las sacudidas escondan el espìritu,
el sabotaje de dios en una estrella
cuando las extorsionadas con
un pasaje
de jurisporudencia
sin acto.

En ese hoy que describe el lìmite 
de la providencia en ese giro.

En nuestros acordes de matematica
y lèxico de botones.

Donde abordamos un presente en la
hojarasca, donde cuelgan
las dunas y los 
medanos. Los senos. Todo eso
que es sólo una visión...

Una visión...
 
Y Ahora...Tocala ahora...

Antes que regrese para siempre a
lo invisible.


 



Guillermo Paredes Mattos





Percepciòn de la Muerte en un Termino







Reconozco esta calle. El aplomo de su aliento
entre sus planos, el sudario con carne
de abedules, signados por un torno
en sus efigies, cada una disparando
al brillo en el torso de los animales.

Tomo por hecho alguna de sus veredas.
Una que de al siseo el temperamento del sol
mientras escribe, ese sol convertido en carne,
ese hueso en sus fòsiles que aùn
abre los ojos ante una tormenta de
reptiles. El mandamiento donde
un pleamar llega con el estro
de un sedante envuelto por
mimesis de tesitura.

Junto las palabras lejos de la conciencia.
Material y escencial como la noche
ante un bagaje de estelas, en todas
suplanta la inocencia
ahora que el ruido y los hombres 
han muerto.

Y sòlo queda el poema.



Guillermo Paredes Mattos


sábado, 22 de diciembre de 2012

La Arboleda del Leòn






Contamos con algunas 
palabras.

Asi logramos hilar, tejer sobre una ceniza
de veredictos, soberanas.

A veces reflexiono sin ningùn poder,
sobre aquellas que no sacrificaron
un sòlo pensamiento,
en alguna avenida,
en el òpalo, que allegado al mercurio
derrama idolos, pero no idolatrìas.

La idolatrìa es la pureza del rito
pero no siempre.

Mitad de ese rito es racional, eso
supone un problema. Mi conciencia
sòlo logra sugerirlo.


Sobrevivimos con algunas palabras,
las otras pueden cortar en dos nuestra sombra,
para ello està el filo de un corazòn,
asi entendemos porque nos ha 
sido arrancado.

Estamos ahora entre graves asuntos
de polietileno
y todas nuestras auroras son de plastico.

Es el momento perfecto para ver
la mitad de una de nuestras 
sombras alejarse.



Guillermo Isaac paredes mattos

El Inalcanzable yo de mis Botellas






Empiezo desde el yo. Quizà por ser tan ecuànime
por vivir tan cardinal. Quizà hubiera tambièn
logrado empezar de su opuesto. Pero
lo tomo
porque es una ironìa
sin acento en mi pobre frase
escatològica. Ademàs no sè como empezar
desde un opuesto. Ese albedrio lo
dejo a los dioses.


Pero comparado con sus sienes nunca seguì
las hojas por la noche. Todas despejaban 
los ruidos que siguen al diluvio. Todas
despertaban con una trompeta donde
el temblor es cuerpo submarino 
de descendientes y
torres.

Asi, puedo decir que hay algo màs en
sus sienes: El maravilloso miedo de 
la luna cuando se sumerge
en nuestra mirada,
la aleta marcial de una ley
en los pianos,
la cotidiana marcha del ave
en una corriente de seda,
el habito de brea
en el silo boreal
del enfebrecimiento...Sobre todo
si es evanescente.


Y es momento de deletrear que no poseo
memoria cultural del yo
para colgarme de alambres.

Tampoco el sino compuesto del
libreto entre los paradigmas
del estìo.

Todos ellos...descubren comportamientos
del cròtalo a la rueca. Todos despiertan
en la inquisicion donde
cualquier sueño que evocamos
termina enlazàndonos
a una goleta
de una carta de rìo.

Empezè desde el yo, porque èste es 
el subversivo que corta la mano en mil pedazos,
el griterio psicològico de la neurosis
juntando psicodelias,
que unidas en la estrofa
reciban placidamente una cacofonìa.

Comenzè con su espìritu.

Porque sè que nunca podrè
-al menos en un poema-
terminarlo.




Guillermo Paredes Mattos

Maleficio Individual de una Ballesta






Tenìamos la experiencia del oceano cuando es
el tanteo de una balada por la noche.

Las mismas balaustradas donde firmaba en
el aire un fìsico. El àtomo le daba esa figura.

Pero yo buscaba -igualmente- al transformarme
junto a ese ser - en metafìsico plural -
la divinidad que sigue al firmamento con una 
letra en la boca.

El infinito entero lo conoce como una replica singular
de piel, un velero donde pudiera guiar
una sombra, la plenitud de su luz
ya fue descubierta, el resplandor,
una similitud, la identidad.

Ahora - sin querer- el turno me pertenecìa.

Era tan personal...

Pero no sabìa de arboledas.
De rosas que vagan con encantamientos
de derivas y fotografìas, de fresnos acuosos
como un valle. En lo profundamente lìrico
del animal mi corazòn abordaba
su profecìa con el viento
y maleficios de uvas.

No vì la sìlaba de una manifestaciòn
ascender a una mancha 
de rapsodas.

Debo a la individualidad
los hechos singulares del libro
cuando muerde un cometa.

Debo a una amenaza de crateres
el juego de lava y marea de volcan
que jamas vuelve al trapecio.


Nos pertenecìa la ilusiòn del
monje al repartir 
enjambres.

Un enjambre que mi niñez alguna vez
arranco al mar con una
ballesta.

El singular y el plural manejados en este
texto son la venganza de ese mar.

Y tambièn de sus ballestas.




Guillermo Paredes Mattos

jueves, 20 de diciembre de 2012

El Movimiento de los Trances





Disipar no es el sìmbolo donde es temeraria
la armonìa ni el equilibrio de sus sueños.

Humedecer el espacio de una bala
cuando crece en el verano de una inocencia,
es borrarse entre auras como un 
equinodermo.

Orientarse hacia un infinito que verdea, no
es lo remoto. Estoy aqui aùn con todas
mis dudas.

Un àrbol es aùn una tragedia, tanto como
un privilegio.

Decorar el cielo es un ideal, semejante a un
edificio de interiores cuyas murallas
presagian.

Oì que los arreboles son el instinto del
cantaro nocturno cuando habla y en mi
ciudad de siete faroles siempre llueve.

Soy un forastero y siempre llueve.

Despuès de ello disipar es movimiento
del trance al destruir sus alas.

Nadie puede -poeticamente volar- por ello
siempre queda sellado en una bolsa,
en  una virgen. Es - màs que un manifiesto-
un arquetipo que envuelve las brisas
con las cuales hoy volvemos a conjugarnos.

Escribir es una excitaciòn, una promordialidad
un pasaje al cadaver, una cita con ninguna conmociòn.

Una estructura. El aliento del respiro cuando
el corazòn lleva el conocimiento para
desgarrarse.

Y eso no sòlo lo convierte en experiencia.




Guillermo Paredes Mattos

El Culto Amarillo del Hermetismo







El ser, que camina dialògicamente cuando poetiza.
El poetizar, como verbo y la arenga del logos. Mi
interpretaciòn debajo de los astros ante ello.
Mi anagogìa de plenilunio o muestra
de explicaciòn. Bajo ese velo, la hegemonìa
buscaba una vìctima en el acero. Una que despuès
de muerta, aùn clavara en las maderas un papel,
el juicio amarillo de un demonio.

Pero no eran un juicio o demonio quienes
desprendìan la definiciòn. Ni la estrofa encima
de todo vaticinio tan formal, lleno de grises.

-Una evoluciòn buscando la experiencia-

Era una amenaza, ceniza de ganchos.
Una temperamental oraciòn del ancla
en los claveles.

Un canto de muestras
de horizonte.

Y ante ello observè el salto. 
El màs anciano bolsillo de mi pantalòn pudo verlo.
Los elementos del universo que segregan
su leyenda por la tarde, cuando todos los huesos
caen en la gravedad del hemisferio, estaban allì.

No habìa esa gravedad que despuntara hacia 
las palmas de la tierra
con su planetario de destierros, untada
por fanàticos de agua en mi casa.

En mi ùnica luz puntiaguda.

En la proporciòn del universo
mientras es temerario.

Y entonces volvì a escribir para entender
lo siguiente: Somos lenguaje mientras
el ser poetiza. Dialògicamente
como un acto de misterico canto.

Y su hermetismo màs sagrado.




Guillermo Paredes Mattos


miércoles, 19 de diciembre de 2012

El Vuelo Dorsal de una Araña







El vuelo dorsal de una araña.
La teorìa del epitafio cuando teje.
Sus piruetas sin reflejos cuando no amanece: Esa cultura
que se intuye pero se ve.

Las pàginas de mosca en los àngulos.
Allì sus formas eran tejidos que acariciaban
la transparencia para sostenerse en el aire.
Era un trato.
Es una tregua.
Es lo que puede sostenerse entre la divinidad
y el hombre, pero sòlo es el ente que vibra
entre ese àngulo y nuestra mirada.

Pero es un vuelo dorsal.
Un mito que cae.
Una recado de dios cuando intenta recoger
el rocìo de una hoja
pero èsta prefiere la hierba de la tierra,
la escarapela debajo de los pinos,
tan acendradas en raices
donde el hombre aprendiò 
tambièn a suspenderse.

Como un vuelo dorsal.

Pero no como una araña.



Guillermo Paredes Mattos

martes, 18 de diciembre de 2012

Las Metàforas del Cretaceo






Sensaciòn, una vez màs aquì.
En partituras de sonidos a escalas.

Cuando el desplazamiento
eleva mareas purpuras de cielo
y las palabras son
herramientas
sobrenaturales
para ello.

Y te abandonas como sensaciòn
descubriendote sensibilidad,
identificando revoluciones,
farsas de temblores,
racimos.

Y ese momento te adhiere
a la clandestinidad.

A la chimenea y el crater
juntando entre ambas
monasterios.

Herviboro el mamut de tu continuaciòn,
ensillado en torno
a ningùn endecasilabo,
sòlo al drenaje.

Invitaciones de mordazas y conos.

Extraordinarios cabellos
en una torre inocente
donde el lenguaje
sortea la inspiraciòn,
màs no el lenguaje.

El todavìa del pronto.
La frase de paredòn, alargandose
en episodios de fantasmas
y sobregiros
naturales.

El aùn de las cosas, sensaciòn.
Condensa màs tus ventanas porque todas
seràn cerradas cuando imagines
una puerta,
el universo decapitando ballenas.

Ficticios poliedros
de lìneas o avernos
con la paciencia, limada por
efervescencias donde
la noche
se desvanace.

Y las listas del genocidio
en el pensamiento
se borran,
tornan al infinito.

Para que entonces puedas mirar 
como se aleja 
una respuesta.




Guillermo Paredes Mattos




domingo, 16 de diciembre de 2012

Diàlogo Mìstico con la Luna









Invenciones de mareas abren las costas.
Costas coloniales, con nociones de barros,
en ellas, tensiones de nucleos recorriendo
equidades, reminicentes noches.


Vestigios de orbes son la adolescencia
del velero ahora,
los husares despiertan tridentes
de pànico.
el arbitraje de una sentina al caer,
un àmbito con el corazòn de la victima
en los mùsculos,
al observarlos, mi mentalidad resuelve
que soy apocrifo,
eroticamente apòcrifo como el nubarròn
tejiendo en los tallos
el futuro del pètalo.

Decoraciones de acido desprecio
en ellas batallas son heridas que colocan
el ser en la palabra mayeùtica antes
que el don haya caido,
pero eso no es todo
no basta ese miedo sin orientaciòn,
no basta la comparaciòn donde el iris
llama una vez màs a la esquirla.

Es necesario sòlo nada.
Una vela dentro del algodon.
Un caminante de furia al lado del rastrojo.

La sensualidad del lenguaje
caminando a una dimensiòn
de menguantes.

Bajo un universo inundado de 
cuartos crecientes.



Guillermo Paredes Mattos

viernes, 14 de diciembre de 2012

El Oceano de los Aeroplanos







Conozco historias que son superdotadas.

Hechas de aneroides y trenes, casi concluidas
por vagones.

He indagado en sus ferrocarriles.

Tomè los paracaidas de sus àrboles.

Sumìdo en el sueño, despertè a la realidad,
no para siempre. Eso es vericueto del tiempo
buscando despedirse.

Y no medito, lo cual es decir que no actuo 
en funciòn al tiempo.

Prefiero una vuelta junto
a un vals oxidado.

Una raìz donde el soplo
jamàs es anunciado por los parpados.

Prefiero, mas por espacio que por necesidad
un conjuro.

El amuleto de una provocaciòn.

Un instinto donde la letra
sea una constelaciòn de hienas.

Un sudario de bengalas
que esperan ser cruxificadas
a la espalda del intelecto.

He elegido el zapato dentro
de velamenes y esporas.

Los sarcofagos donde el verdugo
aùn se alimenta de quintaescencias
tomadas de los clanes.

De las tramas y los escolasticos.

En el altar de la pira
caminè con el ultimo aeroplano
hacia la arena.

Buscando un nombre.

Y lo hice por ironìa.

No por blasfemìa.

Es èsta quien encuentra el mar...




Guillermo Paredes Mattos






El Corazòn de los Presagios







Por ahora...

Tienes una conclusiòn en el pàjaro muerto
de tu patio. El que vestìa una sola gota de sangre.

Logra acercarse al reflejo...A la definiciòn,
al brazo del cuchillo.

Tambièn a la ilusiòn porque su transparencia
muestra la cabellera del àngulo invisible
formado por el cielo. Detras una centella de verde
alza su milenario musgo una vez màs,
puedes rendirte si quieres, si no sucede ahora,
algùn dìa la naturaleza tomarà tu conciencia,
el paso de aguardiente en tu sensibilidad,
la estetica de cualquier artificio creado
por la realidad serà menos que
este don en el segundo y
y tus entrañas no estaràn preparadas
para sumir esa belleza
en todo lo que te tocò
vivir.

Este momento es sòlo un lenguaje que te
prepara para otro màs profundo.

Y si llegas, si llegamos, algùn dìa
lo profundo volverà a enseñar esta centella verde
detras de una cabellera iluminando su sentido
su peso neologico
su craneo neoplastico.

Pero...

Por ahora tienes una definiciòn.
Mantente rigido, busca un clan.
Clama por un periòdico.


Por ahora sòlo tienes una definiciòn.
Un alimento de artificios al mediodia.
La suma y la resta, el aire y la multiplicaciòn.

Abismate un poco en ellos.

Descubre que en ninguno vibra
el presagio.




Guillermo Paredes Mattos

jueves, 13 de diciembre de 2012

La Tradiciòn de los Perdigones








Escribimos de la individualidad. Tiene caracteristicas.
Alguna asciende con nosotros entre idiosincracias
que por lo general son ballestas, un muro, una inclinaciòn
a lugares donde la ciudad es una polea o el mitòn
de un cigueñal colgado en las sienes.

Excavamos, los dedos aùn arañan la carne que los
separan de su espìritu, convencidos que el mismo
queda en los huesos. Quizà sea asi, la prisa hoy
me aleja de una reflexiòn para intentar llegar a
una conclusiòn entre mi piel y ellos.

Escribimos, la civilizaciòn aparea aùn su rastro y
aunque no logre seguirla, sigo deletreando
individualidad, con el vaticinio que un soldado
convierte en miseria, mientras la noche
es material como un hilo.

Material como un enjambre, semejante a un
tripode, un lapso de conversiones
y falsos estambres en el golpe
de la multitud
cuando se transforma en muchedumbre
que es sinònimo de escualo
de cosa diferente a una nebulosa de apolo.

De ello el dialogo con el infinito
se separa. Inutilmente por supuesto.

Ese diàlogo
que hoy intento despertar
ceñido a su propia tradiciòn.

Una de perdigones.




Guillermo Paredes Mattos


Metafísica de los Demonios







Deja lo efímero un reflejo.

Su efemérides es la tentación de un vaso
en la arena, formado por la llaga
y la armonía del exilio.

Colonial y arcano. Sobre todo grial, escribirlo
de ésta forma no es sólo eliminar
la naturaleza del plural. El plural alcanza dos o tres 
formas y en ello suma la imagen
del país y la corriente
de la electricidad y la nube. Nada más.

Eso sucede en la poética a diario. 

Es como un concierto de géneros abriendo el aire.
Una lamina incierta como lo desconocido
ascendiendo entre el dialogo de dios con las puas: Asi
nace lo divino, asi lo conquista el destino.

Y no hay otro enlace en los labios que
sostenga ese romance con el idilio
de quien roza los montes y las
cordilleras.

La mano de un tigre lo mira
buscando un trance, pero no con los
demonios.

Los demonios sólo juegan a las
cartas.

Y una palabra es lo único
que pueden apostar.




Guillermo Paredes Mattos

viernes, 7 de diciembre de 2012

Astronomìa de la Circunvalaciòn






La circunvalaciòn existe debido a un cuadrado.

Segùn ello buscar un Zepelling para cincunvalar
un planeta de cuatro àngulos
serìa casi una locura.

Un planeta ademas, tiene una linea que nuestras manos
graban como un circulo en el aire.

-Ello es como un brillo-

-Ello es sòlo un relàmpago-

Y podemos encarar cosas distintas.

Eliminar las poses del mar, una a una, hasta 
mirar como se agita como un diamante
bajo ellas.

Un diamante que hace siglos busco en el carbòn
para abrirse paso a travès de èl.

Asi naciò la arqueologìa.

Su Taxonomìa no puede ser astronòmica.

Su lèxico, vanamente se acerca a lo galàctico.

Como un siames.

Como una triada de gemelos.

Su lexico...Desesperadamente en devenir...

Y el que llevo, aprendiendo entre èl.


Guillermo Paredes Mattos





La Sensibilidad de las Cenizas







No recuerdo dìas oficiales.

Dìas que asciendan a una marisma.
Diàs de escolleras. Con palcos en
los bodegones de un molusco.

Siento muy poco, todo lo que mi sensibilidad percibe
-no siente- es muy poco.

No hablo del sentir,  es un sujeto tàcito en
el poema, por màs que no quiera. Es una hiperbole
en todo.

Pero tampoco es aquello que quiera o deje
al lado del sol como un abandono.

Por ello...

Veo tramites en un espejismo donde
cartas de ensueño encaminan
el juego de las supersticiones.

El jardìn donde un amuleto siembra  la aurora.

A esa hora las mariposas y los pianos en el
mundo estàn despertando a los hombres.

A veces he sido el primero en tocar el
celeste con que desplazan la noche.

A veces sòlo he mirado.

Pero lo que jamàs he podido evitar
es ser devorado por una sola de sus cenizas.



Guillermo paredes mattos