sábado, 30 de abril de 2016

Poema






A cierta distancia de la arena hay un mundo.

A cierta distancia de los hombres que pescan y de
los seres que enlazan palabras que forman diàlogos en
el aire, se encuentra otro.

Luego hay una composiciòn creada por los veleros en
el horizonte cuyo mensaje no logramos interpretar.

Incluso se halla aquella que proviene de los navìos que
fueron varados. Soñando sobre sus anclas un marinero
duerme.

Tambièn hay barcos inmensos que son en este instante
como lo remoto. Iguales a las primeras luces que
instala en el hemisferio el infinito. No sabemos porquè.

Lo que podemos afirmar es que a este paso en la arena
le continua y le antecede otro y sucede lo mismo con el
respiro.

Podemos afirmar tambièn que hay palabras en silencio
y asi debe ser, no hay otra manera de encontrar sus
sonidos.

Sobre esas palabras diremos que algunas son como
un fuego secreto que en algùn lugar de la llama encuentran
su oscilaciòn.

-escribo sobre ello desde una profunda ignorancia-

Tal ignorancia deberìa ser capaz de llevarme a otras
cosas, pero no sucede ello. Sigo presenciando su realidad
desde el lenguaje.

Lo que podemos afirmar es que hay una soledad que no
nos lleva al naufragio, todo lo contrario, el caracter del
naufragio es la condiciòn de su existencia. 

Vientos de anilina. Cefiros que por la tarde ascienden 
a parajes de sortijas y aceitunas.

A cierta distancia hay un mundo.

Lo que se puede afirmar del mismo, es que hay un hombre 
con un pulmòn en sus manos y esa es toda mi reminiscencia.








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