viernes, 28 de enero de 2011

Expresiònes de desesperaciòn

Expresiones como la sed.

Como la voliciòn o el arte de continuidades
y polvos que siguen a la ceniza.

De diamantes como el halo en mis crines
en mis cualidades
en los caracteres de mis sustantivos,
suponiendo que mi lenguaje no sea
la vida.

Expresiones como su existencia o claramente
mi mente otoñal encerrada en una piedra.

Expresiones de venus y edipo bajo la piel
llevadas a cabo lentamente.

Con en parsimonias de arañas o su frustraciònes
cuando compara sus hilos a los creados por el hombre.

Expresiones como mi frustraciòn.

O la inspiraciòn invitando a los monjes antes
que dios sea de azufre.

Y disemine sobre pàramos y nucas lo iridiscente.

El fenòmeno creado para dejar de escribir, jamàs
para devenir con ese ser
que la realidad
hunde en el brìo
con pelìculas de aceite.


Expresiones subsiguientes.

Un atraso. Un colapso. Sensaciones
entre dòciles violencias anunciando
una lluvia de formol que canta
y dora los cabellos de modelos
y principes
dotados de vacìo
y sucios faroles por una copula
que no llega de los pàjaros
y mucho menos de la lluvia.

Expresiones.

Cualquiera de nosotros las ha empujado.
Ha dormido con ellas y al conocer sus epitafios
llegamos facilmente a comprender
en la anagògia,
bajo su manto
que el insomnio representado en su espìritu
es acto que no camina
acompasado por la agonìa de mi ballet
de mis conscupicentes teatros.

Lo hace acompasado
de toda su desesperacion.



Guillermo Isaac paredes mattos

miércoles, 26 de enero de 2011

El Mar sin Bozal

Los nùmeros caminan asi.
Nunca ahorran tiempo, aeronaùticos
del nicho y los cabellos,
las vocales dèbiles y fuertes
se identifican en su corazòn
como si fueran consonantes.

He allì todo un albedrìo.

Llevan la magia del insomnio
pues siempre invocan.

El nùmero es una narraciòn
una canciòn socràtica,
un muelle.

Esterilizan el hambre.
Viven existencialmente y piensan
en metodos para que suceda
siempre asi, en ellos no hay otra manera
de vivir ni esterilizar.

No lograremos encontrar nada màs.

Los nùmeros.

Deducimos por lo anterior que conocen
metodologìas de piel.

Una proposiciòn de estambre,
porque creo que es error sentir que
laten segùn la naturaleza.

Igual a un mar sin bozal.

Los nùmeros buscan operaciones entre ellos
sencillamente porque existen.

Y se muestran demòcratas
que personalizan todo en absoluto,
cuando su universo es una banca.

Los nùmeros nos inventan ya que nuestra
pasiòn por el abismo es semejante a la suya.

En amaneceres de hormonas y aceros.



Guillermo Isaac paredes Mattos

martes, 25 de enero de 2011

Los trances de la Rosa

Hace algunas horas eramos un momento.
Nos encontràbamos segùn el sueño
o encinas de lluvia mojando su oportunidad.

La rosa no tenìa el color de la sangre
y el deseo de ilustrarnos bajo ella
condenaba los tallos al romance
a una cadena de tipo medieval ajusticiada por
la pereza.

Viviamos entre articulaciones.
Nuestro devenir era de medusa y casino.

Dejàbamos atras ciudades, apèndices
veredas de espadas y àlamos.

Arreciabamos en todas las plegarias
con esa vocaciòn de sentencia buscando en
la oraciòn el desmedro del tirabuzòn
la estela cabeceando junto al grillo
donde un juez de intenciones versatiles
era daltònico.

Galaxias y volumenes.

Naipes y asteroides.

Hace una noche lo intacto.

El cadaver allanado por la luz, mostrando
la pubertad del instinto.

Nuestra adolescencia de trueno al formarlo.

Degràdanse rutilantes fojas de eras,
incògnitos fulgores antarticos
llevan entrenando su parsimonia
su persa agitaciòn, su pulso. Una huella
con la promesa que jamàs es dicha
ya que el verbo se desliza màs raudo que
lo humano.

Igual que una rosa de sangre
en los trances.



Guillermo

Opùsculo para mi Hipocrecia

Serà la circunferencia del astro.

La opiniòn del objeto
embarrando la tierra.

Mi lùcidez de contrabando.

Tendrè un dìa de polvo.

Sòlidos patios y etereos.

Un tabernaculo. La inspiracion
del oleaje al llevar cadenas.

Una puerta de hierro sin lugar.
El siglo donde el arsènico asume su
espectacular dicciòn de higado.

Los ìdolos ya no despertaràn.

El temperamento del sonido en sus pies
al cruzar una calle habrà hablado.

Tendrè otros pinàculos.
Otra rodilla abierta donde oir.
Un recreo de astillas serà mi tentaciòn.

Mi vida sitiada donde fermentè mi hipocrecia
detallando pielagos que la originaron.

Lagunas que jamàs dejaròn que orilla alguna
la cerque.

Esa hipocrecia serà de angustia.

No podrà burlar estrellas.

No respirarà en el concreto
y hasta buscarà estrangular los dedos
en sus manos para abandonar esta història.

Pero ante los àrboles
sus brazos las transformaràn en hojas.

Y esas hojas querràn saber de què cosa
se trata un poema.

Y mi hipocrecia, detalladora de pièlagos
que buscaba nada màs que sus manantiales
y lagos no fueran apresados por orilla alguna.

Esa hipocrecìa tan y menos mìa.

No podrà.





Guillermo Isaac paredes mattos

Pròlogo de Siameses

Este es un libro de siameses
una guarniciòn de retamas
un reloj de cirios.


Aquì sòlo existe un tropiezo nuclear
la magnetica historia de la realidad
probablememnte su magnetismo.

Un tribunal
donde la experiencia confiesa
su sonido.


Esa experiencia
donde los cèfiros antes que lo haga el canto
de la muerte, entonan fascinantes melodìas
a todas sus legiones.




Guillermo isaac paredes Mattos

sábado, 22 de enero de 2011

Versión de los peces

Porque somos maniatados
y como tricetas o
yacimientos de angustia descubrese
ese nosotros por el mundo
y el derecho a alarmarse
en medio de balancines
limpia nuestra morada
de orillas.

Para que alumbre el mar
una yema.

Porque leyendas reclinándose entre
míticos eros, donde el idioma
vuelve primitiva a la noche
nacen como gramáticas de palieres
vistadas desde puntos
y primitivas falanges
asumiendo lo crónico, vistiendo de campanas
sus hábitos, sus prismas,
todo aquello que el mar vuelve raso
para entrañar hasta el sueño
un estuario.

Un jardín de peces.

Donde mi voz vuelva a crecer en
tu piel.


Donde tu voz vuelva a crecer
en la mía.




Guillermo Isaac paredes mattos.

En memoria de la gravedad

El lenguaje del sol como un micròfono.

Su gatillo asediando una rampla
el rastrillaje mal dicho y convirtièndose
en exodo. Mi lectura del mismo
unièndome a doradas repeticiones
que ondùlanme logrando incrustar asi
mi latido en genèticos relàmpagos.


El rotar de ese sequito.

Muta el juego sagrado del inicio
como una elite de barcos inundando el fuego.

El cielo degollado por el vuelo
a màs no poder.

La entrada a un ìdolo y la raciòn
del espejo.

Los racimos antepasados del aura.

El sigilo y la sospecha con la cual lleguè
a mi soplo. El instinto donde sinopticos y diestros
palacios de enjambres crean la trama
de una aventura con mi dìa.

Mi dìa de vena.

Mi dìa temerario, de poca gravedad.

Bicicleta de pasos con identificaciones
y trompetas de carnet sin herencia.

Mì dia inmemorial.

Tremante.Tornasol. Què hubiera dado por ver
un pedazo de tu espìritu.

Uno de tus pecados.

Precisamente cuando representaban
esa lìrica secuencia sobre la tierra.



Guillermo Isaac paredes mattos

jueves, 20 de enero de 2011

Relato de la Fatalidad

Mirando estadisticas,los subsuelos
son espejos con mensajes de sacerdotes
y ambulantes concentrando su corazòn en
el miedo.

Y cuando ese espanto deriva
hacia una novela de enigmas
dejamos un amuleto de barro en los ojos
intentando conocer la tristeza.

Asi somos anudados por monjes de bruma
y entre la niebla corregimos alturas
soterramos anzuelos donde ecuestres lares
deambulan en gritos como nosotros.

Y no somos sonidos que despistan
al grito, hastiados del mar y un ente
aprisionado en labores de crimenes
y cantos de muecines.

Los vimos pasar,
deformaron andenes, intuyeron
que liricos guardianes formulan
un remoto delirio
supurando en mediodias de craneos
donde la nube es anestèsica.


Y su forma una religaciòn
de los acidos involucrado en fatalidades
e inspiraciònes.


Guillermo isaac paredes mattos

El oceano hermètico

En sì, hablamos de la actualidad del cometa.
De grillos morales escribiendo entre pesebres.

En ellos la ciudad de botellas vuelve al presentimiento.
Al poder del yugo.

Es entonces que mi pesimismo reconoce
en su perpejlidad una selva.

Las raices fueron entregadas para sabotear
su intenciòn, asi que enterrè trascendencias
y largos enamorados del orbe.

Las orillas alimentadas por espejos.

Mi corazòn jamàs fue una marejada asi que
nunca me reconocì en ellos.

Si el hombre tiene una historia debe ir hasta
el final con ella.

Por lo tanto
no pude ni con actualidades o trascendencias.

Y esto no es mandamiento original del rosario
ni las cupulas.

Allà los màstiles si no llegaron al sol.

Allà el riesgo si encontrò nada màs
que lo temerario para dibujar la invenciòn
del rasgo.

De esa inscripciòn y disturbios
el interior de una ojiva diseminò
un sueño màs posible aùn del que agota
su cultura en las calles.


Y nacì creciendo en la culpa de
esa cultura, durmiendo cada amanecer
con creaciones de edipo.

Sacrificando en su lengua esa oportunidad
de vivir, de representar
un obituario que da principio
al repliegue de mi vaso
de su ùnico estribo
de su recondita fatalidad
insinuando
y desafiando lo hermetico.



Guillermo isaac paredes mattos

Poema

No guardes herencias.
No anheles el dìa de espuma, la mitòmana hoja
del escritorio.

Un perdonavidas.

Desliza tu metòdica pena, como un repliegue.

Vive como si nada pasara a tu alrededor.

Respira igual a los veranos donde
fermentabas el horizonte en tu boca.

Y tu instinto en su soledad
lo convertìa en distancia.


Guillermo isaac paredes mattos

martes, 18 de enero de 2011

La Miseria de mi memoria

Comprendo la naturaleza de mi sed por un ala.

Por algo inminente o una evidencia
ofreciendo al mar un espacio de mi memoria.

Puedo detenerme en un goteo de soledad
ya que se agita ardiente
como dos manos que llevan una copa
de veneno en sus dedos. Sin embargo, una pócima
que aguarda mi corazón en una alambrada
es la que ha de estremecerme
antes del último animal en mi boca.

Pero no nací para detenerme
Recuerdo a los brujos amarillos de mi infancia
como vagabundos que aún beben mis noches
sin más esperanza que descifrar una manta
un subsidio de velos
un apriorismo como los que clavó en el aire
la providencia
con citas de nubarrones
y puntas de céfiros.


Estoy cerca del universo y he respirado
todos los jardínes del diluvio, los besos
del apocalipsis están agonizando en mi boca,
no buscan la muerte, por ello afirmo
que la agonía es otra forma de encontrar
un sepulcro, un manantial de santuarios
y tuve que entregar una parte de mi alma
al verso para descubrirlo.

No sólo a él.

El verso, es un dirigible quemándose
en el cielo.

Una noche de cartas en la espuma.

En una nube de exóticos mensajeros.

Todos tristes, todos lanzando papeles
al sueño.

Donde serán enterrados por la miseria
de mi memoria.




Guillermo Isaac paredes mattos

domingo, 16 de enero de 2011

Dicotomía del Velo

Me inspiran e invaden las expresiones
de dicotomías.

Furiosas y ecuestres como una huella
en la arena.

Aquella que de noche nos dice que aquí
hubo un hombre.

El drama es que jamás sabremos porque
estuvo aqui.

Es el mismo drama que en este instante
con un velo en las manos
me abandona al infinito.



Guillermo Isaac paredes mattos.

La vountad y la espina

El corazón siempre decide entre espinas.

Si analizamos su voluntad encontraremos
una vocación por todo lo que ofrézcalo
a los sepelios.

El corazón, asta de vórtice y orgullosa crin
donde aparte de la sangre, el sentimiento
buscó ese exhalo que pudiera conducirlo
por la vida.

Y entonces fuimos sentimentales.

Sentimientos de promiscuidad y miedo
nos estrujaron.

Poeticas como la adversidad y alguien
con ropas de agua, creciendo entre advenimientos
donde golpeamos nuestra piel
con un tridente.

Pues no todo sentimiento se hundirá en el nuestro.

La evidencia es de otro sentimiento.

Y entonces volvemos al corazón.

Y su voluntad decidiendo entre espinas.



Guillermo Isaac paredes mattos

El eter y las constelaciones

Las palabras no son de lluvia, por màs que las
devoren àngeles.

Y sin llevar mensajes de arena, su espìritu
pertenece al desierto.

Las palabras meditan de noche, vagan entre
mitologìas, toman rostros de martires.

Llevan ìdolos, rastrean cuervos.

Se ejercitan en sòlo estadios.

Desafàin el universo y lo que desafìa
lleva en sì frustraciones y celos divinos.

Recuerdan el mundo como animales.

Colecciones de cera y manuscritos.

Alahambas cuyos enjambes
ocultan el infinito en una cèlula
de vidrio.

Pero en realidad no ocultan

Cuando el eter del infinito
despunta a las constelaciones
lo derraman.




Guillermo Isaac paredes mattos

viernes, 14 de enero de 2011

Terciopelo Subterraneo

Conociste la tez que dejò sus propios
ojos.

Envileciste a los ciegos a base de torturas.

Celebraste aniversarios de leprosos
y calendarios de seda vieron partir la bruma
de tu miocardio.

Recogiste silenciosos templos
llenos de treguas.

Propias de un demonio.


Tensaste tus momentos en uno.

Dijiste he vivido e inhalè el instinto
inundado de feromonas e indoles
de sucias casacas cayendo de los arcos.

Viviste espirales.

Descansaste en esa presencia
dondelas maderas
desarrollaron la forma de un suicidio
que llevara no sòlo tu cuerpo,
un suicidio que fuera capaza de enterrar
tu espìritu, para que nada de ti
siguiera el camino.

Pensaste que ello no podìa ser
acaso posibilidad.

Un canto maravilloso
que en si lleva el desastre,
la detonaciò. Eso es el inicio de todo,
incluso todo.

Concebiste mitologìas
para barrer lo legendario
incluso descubriste al mito corre apresurado
detràs de la leyenda.

No.Ninguno de los dos lo hicimos.

Hablamos y seducimos una palabra solos
entre nuestras praderas.

Y nos convertimos en esa humanidad
del alfa borrosa, desvaneciendo su intensidad
en abecedarios sin aliento. Hasta que los mares
en sus superficies mostraron
iniciaciones de granito.

Una construyo su casa.

Una casa de granito en una ciudad
de concreto,en medio del mar.

Que nunca se hundiera en el corazòn
de sus aguas.



Guillermo Isaac paredes mattos.

jueves, 13 de enero de 2011

Nous de Geminis

Geminis




No somos místicos.

Que el misterio haya mirado en nosotros
es otro lenguaje.

Otra cabeza.

Hasta podríamos decir que líricas estilizaciones
llegaron para que esto suceda.

Pero no las conocimos.

Aprendimos de rituales como el vacío.

Dímos mánticas.

Buscamos un dios para mirar en su sombra
ya que nunca pudimos hacerla
en la nuestra.

El problema al mirar en nuestra sombra
es que un día llegamos a una sospecha.

Sospecha donde no se sabe si es ella
o este cuerpo la vida.

No diré la verdadera vida.

Eso es un tópico.

Un artificio.

Y todo artificio para un hombre solitario
como recurso literario es enfermedad.

Pero.

La mística existe, es un hecho.

Que nos manifestamos ante ella sin
saber como, otro.

Que nunca lograremos interiorizar el noveno sentido
de la interpretacion bajo
un áforo de ninfas
es sólo un territorio inundado
por alevines de geminis.

Ante ello decimos que los ángulos son barrocos.
Que nuestros segundos son iniciación.
Que estamos con definiciones de mercado en las calles
sin logros espirituales ni bridas.

Nosotros , cuyo recogimiento abre el nous
de hostiles membranas, de clanes y mafias.

Cuyo escalofrío - alejandrino tal el eter- oprime
lánguidas sentinas de acido.

Y ello en vólatiles márgenes
porque no somos místicos.


Esto hace milenios fue grabado
por la sangre en las piedras.



Guillermo Isaac paredes mattos

martes, 11 de enero de 2011

Traversas del Nervio

Sobre racionalidades de agua y horror.

Un horror que piensa y dilata, que conforme
al desprender y los deslizamientos
conoce exactamente el hecho
donde esto ofrece sus
origenes.

Y origen. Esta palabra con sus vocales
escribiendo en el desierto
con las oraciones de
mundos perdidos
donde el amor
soplaba en la rutina del médano
acostumbreado a agonizar
entre dunas.

Pero racionalidades de agua
son lo que conforme al vértigo
cayeron de los dioses para nosotros.

De una idea.


Ahora la herejía resume capitulos
desde extrañas perversidades.

Interpretaciones como juramentos de abreviaturas
y alces.

Donde de lo único que somos capacez
de de patrullar hojarascas.

Y entonces decimos que poseemos
alineamientos de dóciles pergaminos
donde laberintos y galerías
recreando su delicia
despuntan al editar sobre la piel
ese texto
que como un oráculo
nos exime de la vida
de los cantos
de las sentencias
de sacerdocios de hambre y sed.

Asi devoramos el instinto nuevamente.


El nervio del lenguaje
pues esa es la única posibilidad
de encontrarnos con él
y todos sus prodigios
pues todos sus actos
son mistericos.

Y nos enseña que el silencio del aire
nace cuando nuestra sombra
es atrapada en alambradas.

En fortalezas de crines.

Y ellas nos conducen a otro riesgo. A
temerarias traversas.

Exactamente nuestra única morada.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

Balada de la Imagen

En qué noche la imagen se alejó
de la imaginación.

Bajo que condiciones la naturaleza del instinto
abandonó la poesía secreta de la fantasía
para dejar que bordara un pulso
que esta tarde se convierte
en la pregunta de mi escrupulo.

Incluso todas las interrogantes
del universo se unen para verme pasar
con esa pregunta en mis manos
con ese silencio instintivo en mis dedos.

Qué cercos de bujias
imprimen la metódica destrucción
de ese silencio
donde el secreto urde altas montañas
alevines purpuras sin evitar que desciendan
hasta la locura de un hombre convertido
en ser por la noche
y sonámbulo en el día.

Cuándo la imagen desciende de la imaginación
para que jamás pueda ver en ella.

Tan sólo escribirla.

Dibujarla con una palabra.

Soñarla en el poema
como lo hace la pulsión del verso.




Guillermo Isaac paredes Mattos

sábado, 8 de enero de 2011

Los Vagones de Jade

Mi pasión por los filos no es el
mismo que por el de las agujas.

Y viví entre conversaciones profanas
para descubrir una sentencia.

Pensé que aasi sería siempre.

Pero una partida con dios me devolvió
a la arena.

Estólidos fuelles son reliquias cavernas
asombrándose entre hojas y descripciones
de tuneles atravesaron laberintos de aros
donde la lluvia nunca llegó a evolucionar
y convertirse en diluvio.

De una u otra manera vivo enlazado a ese
lugar donde las cosas siemrpe están suspendidas.

Bajo la excusa de que el universo en ellas evoluciona.

Mi ojos descubren una duna, una fábrica de sal
para quedarme solo, mudo y extraño con diseños
de estrépito y mercurio.

Morirán en su propio paradigma.

Idilios de superficies donde el jade
resume alambras en una explicación de aros
todos con licencia sobrenatural
para reconocer en la voluntad
de su estigma.

El último vagón que nos aguarda
una noche.

Aquel que era para nosotros.

Pero que jamás abordamos.




Guillermo isaac paredes mattos

Epica Ira

Un amor.
El poema antiguo sobre la tierra.
A diferencia de la tregua, msi muertos son impetuosos
y conjugan un fragor allì
donde la reencarnaciòn abre la soledad espìritual
de una trompeta
de un sentido oceanico, despiadado
entre las serpientes
que arremeten contra una ensenada de grillos
buscando dramas y performances.

Batallas de sonidos.

Una perfecciòn.
El musgo vuelve a ser interior, pertrechado de hilos.
La mariposa de lluvia viaja hacia la redenciòn
como un planeta.

Una costumbre de formas.
Una observatorio donde la escencia
crea un nube
de mànticas volàtiles
incrustandose en la piel
mientras algo en ella
inasible y novato como un ataud
nos canta el drama del crepùsculo.

Làgrimas de agua, sombreanse trigonos.
Dioses y runas, estrellànse contra la aurora
en sus oboes vacìo
los ficus rastrean universos de raices
vìrgenes de guantes abren circunstancias y lùmenes
donde nos identificamos
con los edipos de una botella
con un fruto en demasìa examinado
un fruto que sòlo interpreta mamiferos
como si trataranse de una caida.

El mercenario de mi visicitud
expresa en mis jardìnes
la dimensiòn del antepenùltimo arte.

Mi individualidad sube al craneo
buscando maderas.


Ese amor.
Su peculiaridad irradia un roble que desconocìa
Una calle dorada traumándose ante el purpura.

Despréndense ante èl
un presagio.

Una bandera antes de reconocer un tornado,
la ilusiòn,
la farsa de que se puede caminar todo dìa
con un papel en las manos.

Porque el papel y su canto
nos miran con desprecio
es el acto de su furia
antes de finalmente abandonarnos.

Y entregarnos sòlo a
nosotros.

Porque somos quienes asumen el papel
de su temperatura.

De su atlantica oceanica
despertando astral antes que el
mundo.

Por màs que no nos sirva.
Que no nos espere.

Que estè convencido que nunca
ha de encontrarnos.

Y nosotros tampoco.




Guillermo Isaac paredes Mattos

viernes, 7 de enero de 2011

Origen y fin del diàlogo

Viviràs en ese aliento donde jamàs habràn idolos.
Los profetas creceràn en tus iris para destruir la nieve.
Formaciones errantes cubriràn la noche de especulaciones.
El mito y lo profundo, el eclipse del tallo
convertiràn los pètalos en radios
circunferencias descubriendo la espuma
la ètica vertebra del acantilado nuevamente
en la lìnea donde devora la sangre
edificaciones de bastillas y oleos
extasiando inviernos de pobres amatistas
rodeadas de ensueño.

Cruzaràs resinas, no serà la ùltima vez
El conocimiento sembrarà tus uñas de metamorfosis
La oraciòn del adviento llenarà tus calles de abreviaturas
de rusticas eras, de èpocas basadas
en sonidos que bajan llenos
de enciclopedia
sin un grito.

Te volcaràs en la orilla con tremantes
de eroticos cabellos, los alfiles proporcionaràn
un juego de alambres donde un planeta se apaga
conteniendo su alma,
el espìritu, ese espìritu rozando la narraciòn
el cuento legendario que canta en la orilla
un lugar donde el dialogo
era de espuma.

Y no un vomito de saliva
escupiendo al viento.




Guillermo Isaac paredes mattos

El Color de la Muerte

Sobre una espada aproximadamente.

En su destello o desastre de postrero astro.

Peciolo del hambre y antilope, escribiendo
articulos de agua en las heridas.

Cuando la historia es de principes alojados
en el remordimiento.

Mientras en el corazòn ya no importan las piedras
pero arrojamos citadinos ejemplos
donde el mundo respira
cae
huye, empecinado en las formas
en la intuiciòn que admirable mira la cruxificiòn
con un halo
de maldiciòn amarilla.

Como el color que guìa el verano
a la muerte.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

jueves, 6 de enero de 2011

La imaginación del Preludio

En el halo previo a una hipocrecia.
Al borroso perdón de una estampa.
Y los hilos ebrios asolados por una palma.

Junto a primaveras soltando jardines
desde una carcel de arena.

Junto a esas primaveras que de la arena
pasan a la flor, el pájaro, el desasimiento.

En la noche donde no hay más torres
que las que borran el alma
con un lapicero de niebla.

Y acumulamos pendientes que un amanecer
religaron en la voluptuosidad
ese universo que era tan nuestro
que se comportaba
de forma equinoccial
como una traición antes de centrar
su filo en el meñique.

En el pulgar, en la conmonción
de atribuladas coronaciones
donde la magia vuelve al fluir
al delta, al vehiculo nominado
por huellas de tulipanes
para amar un sol desordenado.

Una pieza de plutón
en la imaginación
camino a su preludio.

Y a la mas violenta sacudida
cuando después de ello
volvemos a la
nada.



Guillermo Isaac paredes Mattos

Intuición de Barro

No soy la entrada a una figura, pero me muevo
en el aire.

Y sin ser viento pienso que la inmensidad es
una identidad hermafrodita.

Qué más da...mi continuidad depende en bosques
a veces descomunales.

En colosos que parten la luna, he guardado
una mitad por si alguna noche la otra
quiere recogerla.

No he vivido de acuerdo a ningún orden
que no lleve elementos de mi corazón.

Sustancias de mi geografía con árboles secretos
y muchos acantilados.

Es decir si me vieron me encontraron siempre
suspendido, ninguna voz de niño a mi lado
me mostraba sus cumbres.

Soy un hombre con toda la cortesía del sueño
cuando es meridiano y es logos.

Un hermetismo, donde los paradigmas no serán
más poéticos.

Y del ayer mis caminos son anestesia, propósito
del que sumergese siempre.

A cada momento me estoy despidiendo.

A cada momento no sé que sombra abrirá
el panel donde sus manos
trituran un aro
una bicicleta consumiendo su pulso
en la bruma.

Siempre estoy preocupandome por colgar
cerbatanas en el péndulo
de una atalaya
en la cual el adjetivo proviene
del barro
como si fuera una ola.

Nada le ha dicho
que de barro no es
el oceano.



Guillermo Isaac paredes Mattos

miércoles, 5 de enero de 2011

Dios y el poema

Quisiera que las cosas se detuvieran como lo
hace la vida.

Que se instruyeran un instante en el momento.

Que se alarmaran igual que el hombre ante la
nociòn del espacio y lo haga con dequeismos
y volantes de papel anunciando
regatas de truenos
y fogatas
fogatas de agua y talismanes.

Yo emprenderìa un viaje sucio en las entrañas
guiado por barcos de instinto
o sensibilidad que devora caminos
porque no posee la habilidad
de cerrar los ojos
con ellos.

Desearìa un poco de magia nada màs, por
que me parece que vivo convencido
de sus cuartos
de sus habitaciones
y esos edificios donde seguramente
un hombre quita el aliento al hombre.

En realidad anhelo un universo sin ciudades.

Alejarme y llegar a esa cita donde dios
se encuentra con el poema.

Y por ùltima vez en la creaciòn
ambos recitan.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

Imitaciòn de la Mimesis

Toda naturaleza estriba en palacios como este.
Decir en una acto que todo es ilusiòn.
Acceder al solfeo, al clasico esplendor de tierra.
Sorprenderse por mimesis, tener la formaciòn
mas lejana que da una filosofìa. Su escena
de confecciòn desviandose a la inocencia.

La naturaleza es un mundo que no es ciencia
pero es cientifismo que vaga de episteme o
tratado del sueño. Un capitalismo, un juego
de modernidad en ella nos hace visionarios del pelo.

Y por si no sabes no existe esperanza para
aquellos que unen demasiado un centimetro a otro
una pose a otra, un discurso sobre la arena
ofreciendo el sacrificio de la làgrima
entre bosques de creaciòn
entre tìtulos de antiguedad.

Y en ella se dicta no para comprender
ni ser comprendidos, la tradiciòn
dirà muchas cosas antes que llegue
la noche y con ella nuestras piernas
vuelvan a transformarse en amalgama.

En plastilina donde mis circunvalaciones
de estupor
caminaràn siempre a otras cosas.

Y ello sucede en la vida y por mimesis
en cualquier poema.





Guillermo Isaac paredes mattos

martes, 4 de enero de 2011

Orientaciòn de los Sòlidos

Viven en aspas y cortaplumas.
Se diferencian del mar son ninguna semejanza.

Doblan sus hegemonìas, sus categorìas del alma
para encender en la quietud el lirismo
del extraño cuerpo.

Suenan como ritmos sin acordes, estaciones de faros
donde un estallido nos reclama
como la muerte reclama a la vida.

Dejan atràs sus sìmbolos para orientarse
entre los sòlidos y dejar un video del hombre
humedecido en la arena por un poeta.

Respiran, mustios desde la època en
que los siglos empinaban avisos
para encontrarse con la dunas, las avispas.

Lo conocemos, podriamos alejarnos sin saber
jamàs nada de èl y sin embargo
estariamos convencidos que ya lo encontramos.

Que todo lo que hubo en sus alas
esta en la respiraciòn del lenguaje.

Ese lenguaje que intento quitarle su corazòn
sòlo para entregarselo.

Para mostrarle que habìa otra manera.


Pero al atajar la noche èl sabìa que
lo ùnico que podìa hacer era escribir.

Porque no estaba
preparado.




Guillermo isaac Paredes Mattos





















Doblan sus

lunes, 3 de enero de 2011

Iniciación del Latido

El relato astronómico de la ira.
El hado y el asilo seducidos por huestes de hogueras.
Su amor por antros donde ninguna tregua apaga
las cenizas de la libertad con su soplo.

Y entonces coincidimos
en que toda cordura debe ser febril
para lograr traicionarnos
y somos el análisis de un asta
muy cerca de una bandera
en un campo de batalla sembrado
de muertos.

El relato del agua.
Esa narracion de izquierda y exegesis poética,
cronograma boreal
programado por nuetro latido en las sombras.

Mi expresión de martillo.
La agresividad de la victima desprendiendose
de la existencia casi como una flor
las dimensiones donde vaga el espíritu, sólo una.


Y al dejar atrás el último verso de este poema
algo de nosotros
vuelve al titan del latido.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

Juego de Muerdagos

Vivir junto a un pómulo.
Lograr ser una vida de sienes.
Hallarse caminando en arenas retóricas.
Acontecer.
Medir un paso.
Dormirse en el vórtice del verbo
sin palabras.
Entonces a merced del delirio idear
un faro
y ese idear fabula universos
de naufragos
forasteros de crótalos y molinos.

Vivir. Estar en la experiencia. Mirar
su lustre de angustioso cordón
donde la conciencia
vuelve a la inquietud de las cosas errantes
esas cosas que ordenan el mal
mientras la luna cae por un ojo
y es dialectico el dibujo del fusil
en los nombres
la inteligencia golpeandose
contra un pensamiento
el de cera, el de auras
el que conoce perfectamente
su cultura dogmatica
el canto de los espejismo
llenando de supersticiones sus fosiles.

Y sin darnos cuenta
encontrar muerdagos en nuestras gargantas
igual que lo eterno.



Guillermo Isaac paredes Mattos

Entrada a un Capitulo

La noche es verde.

Abandona el deseo en los mástiles.

Deja horribles campañas al infinito.

Presenta a las sombras como un uniforme
preciso de la deriva.

La noche de auroras. Llenando
de epidemias nuestros caminos.

Acantonando cada hemisferio
de extrañas ballestas.

Un movimiento de lumenes
propicio que la eternidad convirtierase
en límite en ella.

Un límite con ventanas de yugos
y estructuras forjando
el rigido escarnio del alma.

Cuando su vida y la vida de los hombres
se llena de miserables
capitulos.




Guillermo Isaac Paredes Mattos.