martes, 31 de diciembre de 2013

El Verbar de una Piscina






Ten al semblante en comunión.
Deslizalo según las palabras del ave.
Recoge una primavera si conduce letras que
se insinuan debajo de otras.
No des razón al sentido, ofrecele prestidigitación.
Salva a la cuneta, desde la adolescencia del
transeunte o la via helicoidal de quien
observa con el brillo de adoquín
en los standares: quema esta palabra cuando
no sea preciso, asi no aguardará verbación.
Y tú llevarás un poco al fuego su semántica.
Busca pueblos.
Nada en hechos.
Vuelve a ser piscinista.
Busca ciudades.
Inúndalas hasta premoniciones o extensos
oidos con los parentescos.
Abre tus ojos para que no logres guardar misterio
alguno. Los misterios fueron hechos para
llegar a una flauta.
Para dormir junto al arnes o decidir sobre
la funda de una prolongación que
aún concibes como rama.
Aguarda en ella porque el viento siempre
trae un pájaro.
Y semántica y verbación, no tendrán que 
sacrificar sus palabras.
Y tu espíritu volverá a una serena 
tempestad.
Para lograr oirlas.

Guillermo paredes mattos


Teoría de Inspiración y Marginalidad






Despertaron del cristal.
Se asomaron al platino porque
la inocencia no es aquello que pierde el
espíritu entre la realidad.
La inocencia es el lienzo que acompaña
a la inspiración cuando llega
a ella.
La inocencia es un grito de petroleo
esperando en todos los nichos
del universo.
Se viste terrestre de creación y lampo.
Ambas -inspiración e inocencia- son dos navios
que llenan los hombres de preludios y presagios.
Ni sus sombras escapan a ello.
La creación lo que hace es terminar uno
de los circulos: infinitos.
Luego se transforman en constelaciones que 
despiertan neologismos
y a lo sumo algas que interpretan lo ardiente
hecho mineral cuando recoge
una pagina.
La página es de aire.
Sacude templos y busca ceremonias.
En las últimas el universo
te dice lo siguiente: no eres una
superficie.

Pero ello te llena de una materia ideal
para crear lo que percibes.

Y ocasionalmente para suspenderlo.



Guillermo paredes mattos







La Fluorescencia de los Rituales






Saber era: la fricciòn bajando aureamente
por una iridiscencia; una fricciòn 
de gasas, tomando la
cirugìa de los 
elementos.

El equino y la flor gama.

El musgo de la radioactividad.

La fluorescencia de los rituales.

El ruido de una primavera en el ozono.

Las cartas olvidadas y aquellas que tomamos
en honor de la lluvia.

La memoria de un muelle donde nuestros
antepasados bebieron de
estos contenidos.

En uno de ellos el cuadrupedo.

En otro la centuria y el velo aproximàndose
a la unidad de la sepia.

El cortaplumas liderado por una casta
de cantos: horizontales o puros.

Desconociendo la tradiciòn del instinto 
mientras intuìa en los ojos que los adioses
sòlo eran fogatas: también fragatas.

Versiones de alquitran.

Inclinaciones cuando intuimos que algo
en su corazón se fermenta.

Pero no con la belleza de 
la fantasía.

Porque ella teje también idolos.

Donde aquello que nos alcanzó desde
el principio se pudre.

Sólo asi mi destino vuelve
a alimentarse.



Guillermo paredes mattos




lunes, 30 de diciembre de 2013

Preludios de Sonidos-Palabras






Un aerodromo, un sino de reciprocidad
entre las algas.

La placenta del gerundio en la tibia.

El lenguaje de los mástiles: indómitos
auges de particulas de madera: reinos donde
flotan nocturnidades como el eje,
el dramatico espejismo de
una carta, la percusión
del oido junto a la marisma de leche.

Mi infancia de plastico aún en uno 
de los bordes.

Prados son los bosques ahora.
Intuiciones del rito flotando en los pañuelos.
El giro de la bota dobla el relevo
de la nieve en el diluvio -ahora ya tormenta-
el nervio emprende 
caminos hacia un fín idiomatico
semejante a la flauta o la encina.

Multiplicase el brillo de la fornica en
retoques antiguos donde la argucia imprime
los bordes sagrados del silencio
dequeimos tocan la puerta del semen
en litros transparentes.

Asi es.

Hay sonidos que forman la materialidad
del poema y se unen para tocar.

Sus fines decimales son pesebres o
morgues.

-sonidos-palabras muertos en el acido-

Deducen, insinuan ventarrones,
tropicalizan juramentos. En extremo
perceptivos para eventualizar en ellos.

Y sensualizar a traves de reflectores
o la lampara de sus muslos
en el milimetro que
conocen, es el 
tropel
de un menguante en uno de
sus sueños. De esa forma constelan.

Asi es, sonidos que 
se juntan.

- no es toda la condición metrica ni espíritual-

Y por ello se separan.



Guillermo paredes mattos


El Oráculo de la Mosca






Signado el curso de una anatomía
en el sereno de la gnosis.

Se llamó hombre.


Como templo derivó a la barbarie y 
como ciudad, destruyó la tradición de los hilos.

Hecho santuario contuvo la exactitud
del horror y luego mutiló la experiencia
en un amanecer lleno de símbolos.

En uno estaba lo divino.


Papeles y ojivas de basalto lo siguieron.
Pérgolas donde antaño la tesitura detuvo
una palma;un olivo en el techo ennegrecido
por carbones llegando de los espigones
o la letra oscura de la ley, donde cartilagos
y naves de membranas, cambiaban sus rumbos
para sembrar tambores en su pecho.

Y oscilaron, escribieron a las pendientes mientras
luces y linternas fosforecentes inundaban
el papel del hidrógeno
en sus cartas.

Mensajes llevados por una paloma
desplomaban su caligrafía 
electronica en el
aire.

Mitones como el serpentear o el deseo
desertaban a su amor
como en una insurgencia.

Rebelde el asfalto donde moría una
mosca, ofrecía las alas que había arrancado
de ella a otro hombre.

Su mensaje era el siguiente:

Lo único que puedes salvar como vuelo
es la gnosis.



Guillermo paredes mattos


La Conjugación de las Manadas





He vivido por manadas. 

Ello como dato
estadístico y como dato también estadistico
debo afirmar que fuí perdiendo acentos
de sangre en el interior de los
huesos. 

-ya lo sabes ente mío-

Pero esto debe ser singularizado para entender
su sentido.

Asi dejaré de ser tan individual como vanamente
me propongo.

Vuelvo entonces a la organización de las entrañas 
en lo oseo.

Para ello debo tener en claro que en el
esqueleto no hay venas.

El destino de la sangre es la magia.

Existe allí otra conmoción por la
que a diario paso de largo.

A diario en ella me alimento y a veces 
dejo de hacerlo.

A veces apunto a los peces en el cielo.

Otras sólo escupo.

Yo no sabía que de tanto escupir la saliva
llega a la estilistica: por medio de metamorfosis.

El sol la transforma plenamente.


Vivo por manadas.

Acentué uno de mis dedos en el horizonte
pero mis dedos no llegan a él.

Quisiera conjugar el tiempo de tantas maneras
en un sólo verso hasta llegar a las quimeras.

Quisiera. Tantas cosas quisiera.

Pero sólo llego a esto: abandonar
mi individualidad para singularizarme
absurdamente como ahora.

Y parte de una teoría
-perteneciente a la demencia-
lo comprenda.



Guillermo paredes mattos




La Aguja en los Cabellos







Bebì una aguja del pelo, por coincidencia.
En semejante figura mi sed fue casual; pero 
no importa que suceda 
sin pronunciarme ante ello
como un dìa màs, donde otra aguja
vuelve a ser digerida igual que el liquido,
como acontece ahora.

!Ello es tan lìrico!

He bebido muchas veces con 
explicaciones y un pedazo de nicho
sumergido en la hierba. He bebido
asido al lenguaje del ideario
sin fantasias de una curva
o el fenòmeno
de las verdes antinomias
de mi boca.

Ya entendì que no es trascendencia
y comprendì que a falta de religiones
el pelo no puede conjurarse y las
invocaciones llegan como un presagio
o un mirador sobrenatural en la linea.

Por coincidencia dejè de caminar.
De presenciar los calendarios.
De repetir como formas de avellana
el sol caliente mientras asciende
a una trascienda.

No puedo elegir nada de las bovedas
donde una aguja es relativa.
Es necesaria que ella duerma.
Que tenga la ternura necesaria del abismo
en el pelo.
Es importante que sea inconcebible.

!Entonces podrè tocarla!

!Entonces podrè beberla!



Guillermo paredes mattos

La Caminata de los Salmos







El paseo por la hoja no es ontològico,
es un gris màs.
A pesar del trance en el corazòn.
A pesar de las supersticiones del eter.
Junto al icono del hambre y repertorios.
A fuselajes que tambièn son parte del alma.
E inclinan el dirigible a la tipologìa o el advenimiento.

Y esa caminata se convierte en pergamino,
en marròn de ojeras y particularidades en un ocaso
lleno de constelaciones: mànticas de estrellas
-absolutamente mànticas-
que sobreviven dedicàndonos en la nieve
una señal; es toda la mordedura de
lo celeste.

La caminata por la hoja no es siempre individual.
A veces nos acompaña lo desconocido.
Es decir el temor siguiente a que que el misterio
nos de su opiniòn de las cosas
sin que nosotros hayamos dado la nuestra.
Y ello suma otro temor porque el misterio
pasa de largo al no encontrarla.

Frases de prosopopeya para un halcòn.
Verdades de plata para un equinodermo
proporcionado por la altura
de las puras velocidades
de ciegos velodromos.

Nosotros caimos siempre de las
hojas y pergaminos.

Con un peso ontològico a veces.

Y sin encontrar jamàs un salmo.



Guillermo paredes mattos

domingo, 29 de diciembre de 2013

Llegada a los Arboles







En el aire igual a testimonios de arena.
Como vaticinios de plata y cartas doradas.

En la nuca el señor rectilineo y curvo
del arnes, regresando nuclear de las
imagenes: el oceano era un mundo;
no la imagen.

Una frente de agujas donde la alambrada
de escarnio detiene el desprecio y la ira
baja por la herejía con la maldición 
de una forma que no caerá en 
las palabras.

Oirás su nombre, pero no verás su vida.

Seguirás forasteros y lineas de 
anafases.

Fantasmas con botines de escarpines 
en cuyas cunetas te asolaba el lirio.

Batistas y espigones de mercurio
duermen en los nervios.

Alguien como el ontos, descubre el
sepulcro donde es ardiente la 
flor de los morrales.

Intuición tras intuición, el sentir
despeja la nieve de la sensibilidad
y ante el señor de las aguas
y los iconos cantas ahora primavera.

Tu canto es devenires de alas
sin pájaros.

Y tu invierno cuelga desnudo
en una rama.

Si ello es posible, entonces has
llegado a los árboles.



Guillermo paredes mattos


NIhilismo Doméstico






Poseo un límite.
En él sugiero las cosas que aprendieron
a vivir conmigo en esta casa.
La mirada de un animal
herida siempre por la belleza del silencio.
-uno intelegible, con pocas razones para
anudarse o morder-

Alguna vez el ladrido de su coherencia.
Alguna ocasión esa tan desdichada
ante la ilustración o los
martires.

Poseo mi dicha tan mortal ante ello.

El sueño del ángulo en las paredes
de perpetuar en
su espíritu la vida de una araña: un espíritu
sin reinos ni tribunales.

La andanada de una léctura.

Aquella que debía ser tácticamente la 
mas dicifil.

Lo incomprensible como el ojo
de la lluvia trayendo una exegesis.
Mi estrategia sin soñadores ni alamares.
El sentido del oro descabellado.
Un mesa donde las moscas conocen 
más que nadie mi rostro.
El sueño de un gato dormido sobre
los cuadernos para que sea ese sueño
quien se introduzca en ellos. 
Eso es algo que no veré.
Algo doméstico y gnosis
de ventanal de un camuflaje
alertandome de diluvios proximos
como la sensibilidad
del escarlata bajando por
el cemento.

Quién sabe a dónde.

Un limite.
Como todo hombre forma una
historia se ira extendiendo
por las celulas de mis
mochilas
no será amparado mas que
por ladridos y
oscilaciones que aceleran el paso
de una barbarie
sentada en la mesa a conversar 
conmigo.

Esa es mas parsonal.
No abre puertas.
Sólo es meridiana, menguante.
Un letrar femenino de su instinto
labra ontológica en ella
las nebulosas de este paraiso 
domestico.

Un letrar herido por el sol y que
sólo puede amarse.

Pero no soy un perro.

No soy el gato que duerme con
una serpentina sobre los
absurdos del poema
sentado sobre 
una mesa.

Ese es otro nihilismo.



Guillermo Paredes mattos

Racionalidad de la Hoguera








No están los días, ni la humedad en el mapa
de lumbre que estructurabamos.

Los conceptos como ahora a seguir
por ejemplo:

El manantial al fondo de la arboleda en 
el que otros inviernos ya dejaron 
nuestra vida; lo conoce la mirada, resiste
en las perpendiculares de los ojos.

Nosotros al apartar las ramas
lo reconocemos, pero con la 
fuerza de otra visión. Algo 
que nunca habíamos percibido.

Y sucederá que en la mirada  
un fondo de su memoria
logrará devolverte a través de
un sol poniente esos iris
con los que unes aún
la racionalidad de este día
con otro: matizado por la experiencia 
de un alma. Pero eso sólo
nos dejará temblando. Asi...Y tomando
otro ejemplo...

Un alma que tejía albedrios para que el 
desencanto surja, asi

un alma que no amaba los lenguajes de la tierra
para tocar el suspenso 

una que se estrellaba contra las raices y
las falsas sombras de los profetas.

un alma que quebró el lirismo pero aprendió
de él las cosas lógicas que oprime 
el universo.

Y que en el silencio regresa a ellas sin 
cardenales ni paciencias

Con infinitos escrúpulos

Intentando graficar un poco.

Sin intencionalidad

Acariciando entre sus alfileres, hogueras
y manadas.





Guillermo paredes mattos








sábado, 28 de diciembre de 2013

Los Fondos de la Tierra






Me gustaría buscar el centro de una tierra
para gramaticalizarme
-gramaticalmente hablando-
Extasiarme en 
los fondos de esos aires. En la comunicación
granitica y agricola con mis remordimientos
-dialógicos-
con la historia sin grilletes de mi nube
-aquí mi relación con esa gramaticidad ya es
absolutamente subjetiva-
con el estropicio aciago de esa especie
de condición inequivoca en mi 
examinar lacteo y pobre de las cosas.
De mis expresiones arboreas para que
ladee el sustantivo y una 
temporada de selvas
delaten el traqueteo de una sinfonía
proporcional al sentido.
A las contorsiones de mi apellido
según el lamento de los sauces
o el mentón de la pared
acondicionada en mi boca.
Mi boca de papel y arena.
De medano e irrespirable
unión con la libertad que
hasta la soledad me propone.
Hasta la soledad.
Y entiendo que incluso ella debe
ser destruida para entender un poco.
Que el ente vive muy poco
con la definición con que camina.
Esa es evidencia casi merovingia.
Con la cual mira los lagos
y los antimonios.
Esa aurora del ser y a la vez bosquejo.
Testimonio del hoy al recibir 
nuestra primera criatura de
los venenos.
Esa contracultural y venida a menos.
Oscurecida, ebria en los prolegómenos.
Buscando su gramaticidad y su
corazón en los
fondos de la tierra.


Guillermo paredes mattos




Percepción Minotauro-Literal






Tal vez el lenguaje no une su resplandor.
Quizá crea sus manifestaciones en él
desde lugares donde la duda vuelve a
reencarnarse en una parte de su espíritu
hasta desnudarlo.
Allí mis labios no cuentan.
Allí mi boca no llega al minotauro que 
debía percibir con onomatopeyas
y cuitas con sabor a enjambre
o relicario.
Y.
Algo milenario como la peste.
Algo de arsenico en la superficie de
ciertos solidos que la naturaleza crea en
la aurora como una y otra mano,
llegan desde la comparación
y el equilibrio,
desde la piel de caos que nos toca.
Y. 
Ante ese diluvio la morfología
nos dice lentamente que todo sigue 
siendo poco, que los problemas
estructurales de mi metrica
son una perversión dada
a la lepra y su supervivencia.

Tal vez y quizá como un mitómano 
sobrevive un manicomio
en el prólogo de una letra y la ocasión
de performance en ella; es tener
un don que la epistemologia
siempre negó a la casa
donde mi yo vivía.

A esta lectura tan curiosa en el aire.
A ese sorprenderse casi por todo
en el agua.
Cuando esa labor sólo es acuatica.

No terrestre como mi poca conceptuación
de los polos del mundo.



Guillermo paredes mattos


Naturaleza de la Distancia






Has elegido un momento
-que sin ser el más apropiado-
ha escondido su naturaleza
en el oceano.

Pero ese oceano no te debe nada.
Ni un reloj, ni la sed de aceite en tu lengua
ni el hecho de que sus palabras
tengan que devolver un verso por
cada una de tus silabas.

Además, sería paradójico pedir un verso
a cambio de una silaba.

-son otros los seres que, para alcanzar ello
dan su vida en la imaginación-

El verso encuentra el eco de sus
sonidos en tu sombra, pero
no más que un pensamiento,
no más que una 
respuesta,
nunca una palabra.

Y dado que el silencio no es una, ese eco
se va desvaneciendo hasta alcanzar el
vacío.

Has descubierto ahora que sin ser guiados 
por nosotros hay momentos que llegan
a la naturaleza de lo que les
pertenecía.

Y la naturaleza de ello es solitaria.

Has elegido este momento porque
ninguna de tus preguntas responde desde
lo remoto como lo hace el mar
en el horizonte.

Ello sólo lo hace la distancia.




Guillermo paredes mattos

viernes, 27 de diciembre de 2013

La Intensidad de la Araña






Tengo un craneo anterior a lo gamado.
Un anagrama con forma de abalorios.
Mensajes de esgrima entre las tempestades.

He madurado entre los espirales, porque
ninguno tenìa mi nombre en sus
martillos.

Junto a una dieta de verbos recibì
constelaciones. Paralelamente una tela de esquirla
era enredada en el polen por la
araña; cicutas y territorios
de mieses repetìan las edades
anteriores a los hechos: mi
cautividad, mi galeòn marròn,
allì donde igual al ciego cultivaba.

Yo conocì una araña.
-se alimentaba de polen-
La conocì como aprendemos hasta el
fìn de los aros
o la inspiraciòn de las reproducciones.

La conocì en imitaciones de afònicas
luces. Nunca sabremos como
perdieron sus voces, asi
fue al desmayo su brillo.

Creì en ello como una ironìa que
impresionada por fresnos
sentìa el maleficio
que oprime la naturaleza junto a
un escatològico aborigen,
evanescente sin atomos.

Repetì en el poema autenticas
falsedades. Cubrì una antorcha junto
al flolkor de la ilusiòn en los labios
donde un cantante de culatazos
abrìa las puertas de la yesca
sin temor a los sueños.

Porque todos eran 
la efigie de sus pànicos.




Guillermo paredes mattos

Parafrasis en el Opalo






Recuerda el ópalo.

El traje de obsidiana por la noche
y la flauta en sus cabellos.

La astromelia de los prados
buscándolo con una iniciación de
sentina percibiendo su espíritu.

El mal azul de los pétalos recorriendo
sus cartas. Ese mal vertiginoso
lleno de platanos.

Astrológicos indicios de veneno
respiraban con pigmentos de cera
en su cuello: allí escondiase la memoria
de un verso: las palabras enteras de un día
con el poema y su latrocinio
donde los veranos guardaban
los estigmas para un encuentro con
lo divino.

Un encuentro en que las cosas
recogen la providencia 
desde murallas de
epifanía.

El òpalo.

La condición y el adjetivo en èl: la naturaleza
de un mar tan objetivo
que la materia de la obsidiana lo borra caminando
con paciencia en el significado.

En esa semiología que crece en las
playas inundadas de
barbaries.

De escenas de platino y abominación.

Con personajes llegando como en 
el principio del poema.

Hechos de opalos y platinos.



Guillermo paredes mattos

El Color del Rácimo







Dejé el ancla en uno de mis dedos
como si tratárase de una coincidencia
con una camisa roja.

Puse un clavo en uno de los árboles
para que logrará el hierro
descansar en él.

-algo en la corriente los llevaba
como símbolos-

Medité en las cartas perseguidas por
el viento pues su destino no es
mas que el aire.

Oí la frecuencia donde un garfio no
es sino el simulacro de alguien
que atiende una borda
de manera
sacramental, casi ordenada
por los vortices
en la piel.

Ordené de manera fugaz la caminata
del velero hacia un hormiguero.

Pensé que escribir era siempre la noche 
contigua al habla
de modo que los hilos detenían su plenitud
para tocar
la barbarie que separa un violeta del
destello.

Y lo conduce hacia un racimo en la
naturaleza.

Sólo para convertirlo en uva.


Guillermo paredes

La Linea Prematura







A veces trascendencia.

El ubicar de sus ràfagas, el contenido
de la providencia en ella
como una vertebra 
de asteriscos.

Sus cèfiros donde la inmensidad
es acrobata en la escama; en ello
parece adoctrinada.

La expresiòn de nieve y si tù buscas
desde el hambre las banderas son desiertas
en las decadas del territorio.

Y si tù buscas, un geranio publico
cae a lo frenètico
con enfermedades donde la pasiòn
es la fantasìa de
de una cadena dormida en lo
prematuro.

Atalayas de luces
encrespadas por el lustro de una 
silaba.

En ellas los jardines son de fedespalto.
Los jirones son trinos al reconocerse
en el sueño y despacio el habla
buscase a plazos
en una linea.

Ves los guardianes.

El horizonte unido a la caverna.

El neòn donde la mèdula es epistolar
o largo precipicio
del amor.

La docil estampa del escarpin flotando
en un oceano de hierba.

Ves el rìo.
La sabidurìa de algunos movimientos
de arena y el arnes
de luz una primavera.

Cuando seres jacobinos de garfios 
buscan como nosotros una silueta.

Una penumbra luminosa que
estuvo entre los arenales
atravesando el sol de 
los granos.

De los gitanos y las salamandras.



Guillermo paredes mattos


Poeticidad






Las estacas han formado una muestra, es 
de vidrio.

En la nieve, los ancestros recorren sus
juglares; inspiran un arco.

La marea es temprana, ideológica como 
los pactos con la brea.

Nos llamamos, el espacio despertó mientras
cruzabamos como nombres el aire.

Seguímos supersticiosos el camino volatil
de un ludico camuflaje por ello.

Pero caminabamos en rompientes
y diques que eran de velos.

El mar era una bocina abriendose paso
con otros elementos, bajo esa
circunstancia.

Una nociòn del ansia rastreaba los
anuncios terrestres.

En ellos volaban errantes las medusas.

Sus plumas -gigantes y extrañas- dejaban
historias fonèticas.

El torneo cremado por las cartas de una
caverna primordial.

Un alfabeto con los rituales perdidos en
una poesìa.

Desprendiendonos en ella de angustiosos
inviernos llegamos al otoño.

Un otoño concebido por facultades de 
galerìas y elixires.

Uno concentrandose en temporadas de
suave friaje en el alma.

Y entonces desde ella, emigran los
pàjaros.




Guillermo paredes mattos



Edipos Antepasados






Escayola de nocturnidad.

Una piedra en tu levante llena de
giros numismàticos, de lirios y
fonomìmicos extasis,
de independencias amarillas
escribe de su tendencia a estar sola.

Y en tus colores
hipnoticos sobre lo hispano,
alguna palabra se alza fundamental
como un oleaje: ingenuo silicio de caliz
con principios atòmicos
de prismas-ponientes
igual que aquellos encallados
en los astilleros.

Panoramas de introducciones y esporas
de imagenes y tempestades:
de lo inasible al eter
la ùnica virtud que conoces 
no llega de la altura pero existen
dimensiones, que oprimes debajo de
la tierra cuando 
cierras los ojos al exodo.

Y en la estaciòn irònicamente
de atletas, algunos murcielagos 
realistas y sociales
aprenden a manejar metales
a tomar el pulso a las muletas
a saber què cosas son infinitud o
el segundo veneracional 
del monumento, escrito por 
una fortaleza, calibrada por 
segmentos donde
la adolescencia recopila mustèlidos.

Ambientes de domèsticas cibelinas
proponiendo una idea:
una tan cerca del edipo.

Diezmada entre murallas y frases
antepasadas.

Y muriendo entre generos opuestos
de carne.




Guillermo paredes mattos




jueves, 26 de diciembre de 2013

Poema







Sólo es un grito. El sonido lo detuvo en
tu garganta. Nunca llega completo a tu 
boca.

Un grito. En él las cuerdas rituales bajan
de la leyenda llamándote con otra superficie.

No llagaré a conocerlas todas. Antes de ello
mi voz será la resaca que vuelve al oceano.
Esa voz a medias. Sin mareas ni templos 
prehistóricos, sin cabañas ni luces que
reporten historicidad o petroleo según los
arcos del iris y la identidad del cromo.

Lo recordaré porque lo hipocondriaco
será más popular entonces; mis cartas
astrales serán de platino mediterraneo
y debajo de la tierra los escarabajos
seguirán destilando cosas citadas por
una rebelión en estados de arena.

Estará en mi nostalgia porque asi se
despiden los adagios, el temor feromonal
a ser incierto como esas frías mañanas
donde la vida es austera con nosotros
para que decidamos que esto es todo
lo que desaparecerá con nosotros.

Un lenguaje. Una cartografía compuesta
desde el barro. Mi emotividad llena de
zinc que el aluminio habrá disecado.

Sólo un sonido que duerme silenciosamente
en la garganta.

Donde algunos hombres encuentran sus
puertos.



Guillermo paredes mattos

El Arrebol de la Litografía






No todo instante es continuidad.
Alguno se detiene en el augurio.

Seguidamente el acecho del arrebol 
crea su contrario y la soledad uno de sus
mandamientos.

-escribimos ya, de otra litografía-

Pero la continuidad se transforma en 
interrogante y los pájaros descienden
de la lluvia proponiéndonos
su caligrafía: es su
respuesta.

Al otro lado del universo se intuye 
que hemos accedido a algo.

Que día o noche lo anhelamos.

Otro lenguaje convoca entonces
sus quimeras.

Asi verbalmente en un poema nace
un enemigo.


El Tísico de la Lampara






Por más que piense en ello.

Por más que yerre en una balaustrada
o me acerque a la toga del cisne
y el crótalo.

Desde las flautas o aulos.
Desde un prado o reminiscente cuando
es escrito casi por encantamiento y el
encantamiento toma la voluntad de una
aceleración salada de agua, donde 
aproximamos una sien sin reconocernos... 

Y sin poder observar entre la transparencia, siempre
con la bienvenida de otras heridas en 
el universo: cardiovasculares todas: electromagneticas.

Por más que el magnetismo llene
un boreas y me repliegue hacia los tisicos.

En la respiración o la aguja que siga a 
diario exiliando.

En las esquinas del arpa, mientras siempre todavía
el lugar es de halo.

Por todo poema dormido en los iris del ser.
En sus catapultas.

Por los pergaminos donde el vacío es 
autóctono: semejante al forastero.

En las cosas que medianamente oprimes
desde el latigazo.

Luego roquedales como fuentes y sumas de
caballos donde aplaudo a un cuchillo.

Por más raices perdidas en una boca.

Por más que piense: la idea rota por la tiza
en lo nocturno izará incalculable, veredicta,
todo aquello que desde la soledad es una
lampara.



Guillermo paredes mattos



El Escenciar del Tiempo






A la larga o a la corta es propio el escenciar.
El bolido donde el lúmen vuelve a repetirse.
La historia sagrada del vuelo. El repliegue 
en el cielo de un ser: ese que aprendemos o no 
de los pájaros. La tristeza del ajuar en ritmos
que llevarás trepídantes, como un mensaje
de ozono en la lengua.

Con el tiempo, sucederá que los minutos dormirán
junto al espacio y lo encontrarás en todas
las cosas: una calle, una plazuela, la pergola donde
aún tu memoria bate la ilusión siguiente: esa
esperanza donde quedaba eternamente
con las caracteristicas de un patio.

Con los días, los veranos se sucederán y 
tendrás que seguir la sombra de los árboles
tendrás que ir con ellos y equilibrar tu espíritu
al de su movimiento será tu único destino.

A la larga escenciar será la noche de una 
novedad arqueologica que sólo tú tramarás
como un misterioso aniversario.

Y al mirar el vuelo de las aves en el hemisferio,
sentirás finalmente la armonía.

Porque tú corazón y ese vuelo habán aprendido 
a celebrarlo.


Guillermo paredes 

martes, 24 de diciembre de 2013

Formación de una Pantera






La bocanada registra un corazón en tu pelo.
Una manada de mariposas.
El especimen de la herida bañado por una
criatura sin espacio.

Esa bocanada también ha dejado una pantera
en tu boca.
El crimen del lumen en el aura de la misma.
La partitura del hoy dentro de tu hemisferio.

Tus hemisferios son cosas a relatar,
por lo tanto, nos quedariamos sin poesía.

Y el color ardiente donde empujamos
la evolución de lo dorado 
desembocaría desesperado a los ríos
buscando su temple.

No tengo idea del porqué un río.

Percibo que el poema será siempre 
idealista al hablar de tus panteras
y tu cuerpo.

No encuentro tampoco la razón
de ello.

Podría afirmar que hay cenizas de mariposa
en una de tus panteras.

Podría escribirte a punta de escalpelos
y menciones escarlatas sin fuego
que no quisiste tantos animales
a tu lado.

Pero ello no resuelve nada.

Y tú sigues entre tanto en los parques.

Alimentandote de ambos.




Guillermo paredes mattos

Hechos de Acrilico





Vivenciales.
Transculturales como el tallo que 
al reconocer un verano, decide morir
en la memoria de una primavera.
Iniciados de puas.

Y el dolor
-cuando no el dolor-
Impregnandonos. Tocandonos con el
filo del tropico. Con la estación seca de 
la llamarada. Con el atlas del relámpago.

Existenciales de acuerdo a la experiencia
y la experiencia misma al revelarse
con la disposición de alguien que
narra la vida desde 
un halito rosado
donde oblicuaba el monje
-por decir-
un sustantival monasterio.

Luego zanjas de piélagos, una ciencia 
en la apariencia
replicando un hecho de acrilico
donde la fluorescencia
explica el celo de 
una idiosincracia en la orilla
donde lo lejano
es aplomado por el intelecto.

De acuerdo.

Pero ese no es todo el infinito
de la mente ante ello.



Guillermo paredes mattos




El Secreto de los Himnos






Ya habìa dejado este punto sobre la naturaleza.
Mi miedo en èl habìa sido olimpico.
Ya me habìa ejemplificado donde los pasos no
tienen otro sesgo que la locura.
O al menos eso percibìa.
Me detuve en los tejados esperando a los asteroides.
Alguno tendrìa que caer igual que un cometa.
Alguno escribirìa primitivamente como se hace
en lo lejano: allà entre otros fractales y otro
tipo de fìsica, asi mostrarìa sus antònimos.

Y habìa escrito mi lista de ignorancia.
- puede la ignorancia ir singularizada, eso no
es importante-
Mi cuaderno sòlo ante mì.
Mi sensibilidad tal vez de modo incompleto.
La intuiciòn incorporando vortices donde el universo
escribe del ritmo y las ballenas.
Ya habìa entendido que el coro
es una iniciaciòn en lo alto del filo
donde brillan las espadas.
Y me habìa confundido con el fuego
sin entender realmente
el idealismo de su llama.
Su filosofìa a modo de pàjaro y reglaje,
de canto matinal mordiendo
la mirada.

Y estilizè sin ninguna apologìa los mètodos
en el viento al ser esterilizado: asi dormirìa
en un cefiro.

Ahora comprenderàs el golpe de la rafaga
al tocar tus timpanos.

Sòlo recuerda los himnos que celebran esa 
muerte.



Guillermo paredes mattos

Devenir





Por la cantidad de hombres, esta es una vereda.
Por sus pasos veo que buscan un destino
o el destino busca en ellos.
La necesidad ha puesto un velo entre sus huesos
y la existencia: un ficus levanta sus ramas dejando
ver una palabra, el ave mas cercana la toma.
Nuestra no serà esa carne.
El poema detiene a los mitos pero crea otros.
El devenir canta en el lecho de un silencio
encerrado en un grito.
La punta del barco en la distancia anuncia 
que la curvatura del planeta va
perdiendo su naturaleza.
Buscamos un bosque que tenga entradas a
los centinelas.
En sus cuellos la horca es dorada todavìa
como un fruto.

Sòlo nuestra mente limpia el destino
de esa imagen.

Para que muera nuevamente en la figura.



Guillermo paredes mattos

La Escencia Transparente







Lo imprescindible.
La descripciòn monogràfica del cerebro.
Aquella neuronal garrocha.
La continuidad donde los paises se imitan.
El espejo donde el reflejo anuncia
su muerte.
La caparazòn del yelmo.
La memorizaciòn de los templos y el venado
rojo del santuario: allì descubrimos antilopes.

Pero habìa un reloj.
El santiamen y la cuita.
El harem de agua, lo imposible y la
inspiraciòn en una gota de arena 
cayendo por el agua.

Pero a nosotros nos dieron una carta junto
al adjetivo, una de bòlidos y alevines
donde la soledad era informàtica
como extensos continentes
llenos de baules
y de arcas donde expresabamos 
que el infinito podìa no ser 
enciclopèdico y descendìa con
una bocanada
con un barbaro rojo en la boca.

Pero nosotros recibimos un castellano
apuntalando el almenar en sus
mejillas y segun
los cadmios y marejadas
la materia con que corre la vida
hacia la escencia no posee 
naturaleza transparente.

Es sòlo una cualidad del ser que 
se agita entre el mal.

O la belleza de un demonio.




Guillermo paredes 

lunes, 23 de diciembre de 2013

La Ciudad del Papiro





Quisiera ver en los objetos aquello que no veo.

Encontrar un coloso de noche en las venas.
Platicar con èl coloridamente de volùmenes.
Sin sobriedad, ser elasticidad de una morgue
que no puede descifrar el sentido de una muerte.
Y se conforma diciendo como fuè.

Respirar como lo hacìa ayer; màs a menudo.
Dedicarme a fundar logias y panlogismos.
Escribir desde un modo de mirar, que corta
la transparencia y aludirla desde la
puerta de un tridente, eclesiasticamente
si fuera posible.
Llamar a un megàfono pero no por su
nombre.
Recorrer un telefèrico con las sombras
del violeta.
Incluir en una lista de hojas aquello en el
sinònimo mutilado.
Degollar una a una las plantas del jardìn
para saber que queda despuès de su cabeza.
Deducir y deducir con transplantes de
bienvenidas y reseñas que te aman.
Fundar algo en el declive del detalle.
En el organigrama del peso.
Encantarme en las construcciones y la
lucha caligrafica en ella
al saber que toda geografìa 
en su humedad no es postrera.
Iniciar mi despedida junto al farol del
cornucopio que muestra una edad
sin caminos.
-No recorrì màs que el mìo-
Escenciar la falta de gravedad en una
ilusiòn.
Llegar a su fantasìa sin la hoguera del
entendimiento.
Y cubrir infinitamente todo esto, de logos
y papiros.


Guillermo paredes mattos



Equilibrio Poético






Ten en cuenta que el futuro es adverbial,
lleva enlaces y es proporcional al asbesto.

Cumplirás citas con el sueño
pero la ojeriza del agua es más fuerte
en los colmillos de la inteligencia, recuerda que
somos intelectuales por ello.

Ten simplemente en cuenta que cada oración
es un vaticinio en si misma, que puede alargarse
y no se conmueve ni corta pelos, ni extirpa nucas
por ello, es comprensible que suceda porque
nunca veremos.

También asume las nauseas y sustantivos
los prototipos sin lunares, de modo que
sólo el mar en tu corazón los retire.
No ubiques la desvanecencia;es incorporea
al principio: cirujána y antropófaga.

Eleva rodillas. Resuelve eufemismos con la 
analogía de un ejercicio sistemático y ruín
que llegò siglos antes y resolvio un mestizaje
una faena de dios en las colinas, un reglaje.

Ten en cuenta molinos y aspas que son digeridas
según nuestro pacto con los ángulos.

Allí donde nacen y se esconden las cosas.

Y que cada paso que das allí es 
otro equilibrio.



Guillermo paredes mattos







La Voluntad de Flauta





Tengo un equilatero, pero eso es pequeño.
Una palabra junto al pensamiento 
-ninguno de losdos son dorados- 
existe en esta mañana un afán
por caminar muy de tradición y escalpelo. Sumamente
monologal cuando pisa, cotidiano con una dedicada
persecución de orificios.

Siempre habrá una afición por los nichos y además 
de empezar, haber perdido la esperanza -si acaso
la tuve- de que la palabra detiene un día todo
lo escaso y fiel en ella, hay que atiborrarnos
en su fermentación hasta caber como
una plaga.

Ser una cabeza de mil ojos siempre será 
doméstico y más que puro una forma
de exagesis modesta. Modesta desde la
onomatopeya o los asilos de un anillo
donde las siluetas iban a la sombra
con un canto.

Hay un equilatero
- a veces creo que me pertenece-
en él camina siempre una flauta.

Mi espíritu no busca su palabra ni
su pensamiento.

Mucho menos su
canto.

Parece ser de acero.

Y tener ciertos sonidos.

Carnivoros y desnudos como una
flauta de nieve.



Guillermo paredes



La Especulación del Meandro






Al terminar la arboleda nace una ciudad.
- no sé si en crispación-
No conozco sus uñas. Tampoco
sus nogales.
No conozco sus circunvalaciones.
A pesar de haber
siempre circunvaladola; no puedo conocerlas.
He vivido como un ciclope y eso a la larga
termina transformando
todo donde existo en
una especie de
hermeticidad: una
donde no puedo ser complice
donde no seré helice
ni sinonimia
de cualquier objetivo, trazado por un interior
en las cadenas donde sea lluvia
o potencia, el
escarpín se da por marismas 
superdotadas o a lo mejor
el concilio de una máscara 
y el ser del precipicio 
con antiguos logotipos donde el predicado
me encontrará sin la intensidad
de eso remoto
aquiescente y fugaz, semejante
a las coordenadas
donde el titan se vuelve
efemerides: concentración de maritima
especulación de meandros.
Astracto en las practicas gramaticales
de un cefiro que muerde
la ensenada.

Donde practicaba un dios con la palabra
sin saber de lo divino.


Guillermo paredes 

domingo, 22 de diciembre de 2013

Las Canteras de los Pájaros







Instrumentalmente un pájaro.
El traqueteo de la memoria donde
los griales zumban metafísicos
ante cargas de husares y dragones:
estos al igual que el ser duermen
dentro del hombre, como el equino
en la gravedad para llegar al 
equinoccio. Todo cae dice el aire.
El ritmo sin maleficios ni iniciaciones,
esa casa donde duerme un arista.

Entendemos proverbialmente el
sentido del desprecio en las cosas y
los puntos cardinales de sed nos
muestran relámpagos oscilantes
de una excitación en los muelles:
allí recitamos que nuestra sed 
estaba hecha de otra temperatura
de esos temperamentos que 
organizan lo espiritual en una casta
en una manada de libros serenos
como el especimen del criterio
en los equilibrios del animal
entre los años y las vidas enteras.

Instrumentalmente el pájaro forma
esa vida entera. A diario.

Las canteras de todos sus vuelos son
melodías.

Las nuestras viven por pedazos.



Guillermo paredes mattos

Alqumía de los Espejos








Por el dilema va un río.
Pudeo verlo en la melancolía de una corriente.
Intentar cifrarlo en alguna fortaleza; fulge
entonces el enigma
apareciendo junto a un espejo que lo esconde.
Lo comprobamos porque al buscarlo no
hallamos ya su reflejo.

Entonces lanzamos al corazón un
pensamiento.

Llegará un día en que nuestro espíritu
tampoco deba recurrir a los ríos.

Un día en que al espejo ofreceremos
el rostro.

Y su alquimia ya no devolverá
nuestro reflejo.



Guillermo paredes mattos

sábado, 21 de diciembre de 2013

El Velero Inasible






Es lamentable que la palabra lo aprenda
de esta manera, es decir escribiendo: ella
muere ante sì misma y de una sola forma.

Es un poco triste que nada màs pueda ser
mostrada u ofrecida, sacrificada
a veces.

Es enigmatico que logre sólo ser
bañada por el fuego.

Que haya visto peces
que abandonaban el mar
para crear la nieve.

Es lamentable, atròzmente lamentable
que no pueda tener reencarnaciones y
una que otra vida pueda encontrar
su zodiaco. 

Es tan extraño
que se limite a rechazar
para poder
ser rechazada,
lo cual es una
forma 
de encontrarse.

Es tan melàncolico este talisman
para ella.

Algun acertijo donde el nido persigue
a la boina.

Un inasible velero
de cuentagotas.

Un campo de concentraciòn donde lo
astral se eleva sutilmente.

Una formaciòn de nucas donde
el hechizo despierta 
la vertical
de los grados.

Que debamos demacrarla en los
himnos.

Que siempre deba mirar atràs para
convertirse en estatua de sal: no
de arena.

Es latifundista tener que besarla
como a la amalgama.

Pero es mas triste aùn que la
apariencia sea su vida.

Y quede cifrada en una
pàgina.

El destino y la palabra, conocen

que es de esa forma como 
nunca logran descifrarse.





Guillermo paredes mattos

Cantar de Letra





Si alguien posee una letra.
Si la letra posee conciencia de simulacros
e incursiones.
Y junto al poseer, adquiere y lleva, premedita.
Si sus testigos aparecen y flotan.
Si crean demiurgos y en cada uno, las diferencias
con el mar son un abecedario.
Si en las culatas los despeñaderos nos
sirven de voz y agua, también
de percutores.

Si poseemos una rodilla: a diferencia del bastión que
tiene un ladrillo
de escencias graníticas como los
bloques o la tierra. Literarios.

Si desnudaste artificios con la intención
de cristalizar o demoler que era lo mismo.
Y caminaste hacia los plásticos
con el sino que lleva una bandera o
el reflejo del espacio en una regla
y no existían gigantes.

Si detrás del titanio comprendiste que no
hay porque recogerse si eres religioso
como un advenimiento que está
tan cerca de la muerte 
tan cerca que incluso sus palabras 
se muestran tan remotas.

Y ello no es un principio para la distancia
o la cercanía.

Es sólo un hecho.




Guillermo paredes mattos

viernes, 20 de diciembre de 2013

Idea de los Faunos






Nada desfigura el tiempo: caemos en sus labios
como una reliquia llevando la idea
antigua del planeta: una que
es terrestre y hegemoniza
faunos.

La cosmogonìa sigue los pasos del artico
y detràs una làmpara recoge
el tembloroso latido que
une el libro a la
inocencia.

En èsta habìa una carta astral despidièndose
del hambre.

DE los hemiciclos cercando veredas.

Durante las llaves y los suicidas.

Cuando las dunas son también recogimiento.

Y el germen de las estopas, busca el idilio
en la garganta.

El romance del latigo entre la
saliva.

Al aplomo de tal nada, el vacio y la audiciòn
invàlida del texto 
eran maquinas y màstiles, sosteniendo
un eje.

Una piràmide las fabricaba, mientras
alguien decidìa en la niebla e
intuìas los sesgos.

Una pirámide crecía en ellos
hasta que encontramos otra cosa.

Una versatilidad de presagio.

Un  paradero de ácido.

En la orgía llamada razón.



Guillermo paredes mattos


La Figura en el Destino







Te he visto trotar.
Caminar por la porcelana o la cera.
Ausentarte.
Dividir el vidrio.
Llegar con un demonio al cual recitamos
juntos al oido que todo elixir es una ilusiòn.

Te sentaste ante el poder
y diste a los otros alguna cabellera construida
por la realidad.

-te sentaste junto a ese poder y me invitaste un dìa-

Uno lleno de reliquias y proselitimos.
Uno donde enjuaga el monte sus faldas de piedra
con un mistico rocìo.
Uno exaltado por la conmociòn y el derecho a 
extasiar la melodìa bañada por pertrechos
y dudas, uno cuyo don es despertar
a las fragatas donde se hallen
y crucificarlas.

Ese dìa todas las cosas eran de acero.

Se reencarnaban en esfericidades.

Daban de beber a los musgos.

Tejìan entre el aliento que crece igual
a una reflexiòn en àrboles hermafroditos.

El cisne volvìa a desdecirse.

Lo oceanico tomaba un amuleto: un origen
de cabellos.

Trotar,cabalgar como el fuego.

La figura ahora despliega sus espinas.

Y cada una desciende al movimiento
y el destino.




Guillermo paredes mattos

jueves, 19 de diciembre de 2013

La Ceremonia del Misterio








Pensamiento de verano.
Articulado en la nieve como una esponja.
Con elementos particulares como el frío o la navaja.
Entre estaciones presididas por desencantos.
Veo a mi hermano brillando en la máscara.
En otros tiempos me hubiera preguntado
qué cosa es el lenguaje. Qué cosas aprisiona.
Le hubiera dado la misma respuesta de hoy
en mis hombros: es en apariencia sonido 
de ente
que relata, narra y persigue 
una herrradura, pero
no lo es.

Y tú hubieras subido por una cuesta con 
la experiencia de la torre
jamás edificada.

Yo hubiera lanzado una visión
-sólo una- de primogenitos
sin ser percibidios por
la muerte.

Y sin saber porqué.
La torre y los primogénitos
hubieran seguido tocando la piel.
Los segundos del nucleo en las células.

Ello, igual que hoy
de todas formas nos hubiera llevado
a lo desconocido.

A una ceremonia en el misterio.

Guillermo paredes



El Poema y la Naturaleza






He visto ejemplos de poemas.
Alguno se acercaba al diluvio, otro 
llegaba de la noche para estrecharse
con sus adivinos -tales- lo aguardaban en
el alba.

Poemas con el anuncio de una plaga.
En sus versos habían insecticidas, largas filas
de químicos, soledades como las
de un bastidor o una quimera de moda:
tal sincronía dormía en los ojos de
un forastero: lo ví
en la secuencia del alcohol un ocaso
de alfiles.

Poemas...

Algunos analiticos.
Algunos comulgando con la exegesis de un
día tranquilo a babor cuando los tentaculos
del oceano aguardan a quien los 
escribe.

Pero este descansa en el mástil
donde el barco da vida a sus velámenes.

-tal figura demuestra lo inasible-

Otros poseen perdigones.
Notas individuales como la historia personal
con un poco de astrofísica en el pecho.
En ese aspecto hay más astrofísica
que pechos.
El lado carnal de este verso no importa mucho
después del odio o el amor. De la vida
o el mal. El lado especifico de esta corriente
es neutral a modo de agua
para que sólo la naturaleza se alimente.

Veo caminar poemas.
El lado boreal de su desierto recuerda
las ironías con que su versar
llegó al lado boreal de su ironía: esta parafrasis
es sólo una repetición y si es mencionada
es para evocar la lejanía con que
recibo a los higos
después que se acomodan en un lago.

Ello sólo me da cuenta de lo imposible.

Y tendido en la arena de ese lago
me acomodo para ver como debajo 
de las aguas se pudren.



Guillermo paredes mattos



martes, 17 de diciembre de 2013

Iniciación de la Muerte en el Significado






No lo hizo la palabra. Cosas como ellas
son destino del poema.

Tampoco el dialogo, ni las islas
sobrenaturales del verbo.

Tampoco la intuición ni la experiencia.
La intuición conduce al limite todo lo que
es persuadido por la inteligencia.
La experiencia piensa que es un hecho.


No puede hacerlo la palabra.
Está encerrada en el concepto.
Y el concepto está condenado 
al maleficio de lo divino cuando
abandona las alas.

-las alas no son para volar, las alas
son para quemarse-

Y la divinidad
abandona en sus letras
una especie de remordimiento.

Allí se desdobla una y otra vez
la providencia.

Para que el espíritu pueda tener
la visión del significado.



Guillermo paredes mattos


Sobre Culturización





Quedamos culturalizados, a fuerza de aniversarios
o ensimismamientos.

Con la penultima idea psiquiatrica del acento.

Con la estridencia o la residencia del vacío
transformado en habitación.

Entre grescas solitarias donde el mar
complica todos sus asuntos con nosotros.

Oligarquicos del advenimiento antes
del puente o la trama
anterior al día del pseudónimo.


Estámos entre coreografías y santos
llenandonos de oleos.

Instantaneos como prerrogativas o
prosopopeyas.

Al lado de las instrucciones llevadas a 
la cima de una colina por el higado.

En cada rehen, en cada privilegio que hoy la 
desnudez nos muestra coetanea
del tapiz y los sagrados artificios
en todos los talones
del exhalo.

Donde por coincidencia otro exhalo 
desde nuestro interior intenta abrirse paso
a la vida.



Guillermo paredes mattos



Evidencia








A veces el sentimiento está solo.

Es un momento por lo general inevitable,
por más que deseamos que sea insurgente,
revolucionario.

Algo rebelde como la flecha de baja del aire
llevada por una corriente.

En su punta de acero brilla el sol.

Es una pena que ese brillo nos deje extasiados
sólo al romper el aire. Al ser
complice de la
gravedad.

Como si la gravedad no tuviera ya tantos
complices.

Y como si en ella -hablando de nosotros- no tuvieramos que llevar 
tantas cosas: nuestra existencia -por ejemplo- la cual es sólo
un exodo. El logro más parafernálico.


A veces, el sentimiento está solo.

También pueden afirmarlo las jabalinas.

Lo cual nos llevaría a otra parábola semejante
a la del arco y la flecha, mas no del sentimiento.

A este le es dificil hallar sus propias
parábolas.

Por lo general en sus alegorías es necesaria
la presencia del acero.

-esto es subjetivo, es obvio-

El acero separando la carne.



Guillermo paredes mattos

Los Colmillos de una Casa







La rosa cae como un contenido.

Su sombra es la caverna por donde el espántajaro
vibra en la inmensidad por un momento.

Notas arteras de silogismos son grabadas
por un hombre en la tierra.

Los campos de trigo son extensos para dedicar
una silueta a ellos.

Sé que de noche en sus tallos se acarician los
lobos.

Puedo sospechar por cierto encantamiento
que alguno morirá sólo por
confundir sus venas
con el polvo.

Pero quiero llegar a un contenido.

No sé de lobos ni obsidianas clavadas
en sus pechos.

No conozco el espiritu que va a la zozobra,
ni las capitulaciones.

Prefiero caminar con un  perro porque la
mordedura en mis manos es un
poco artistica.

Coqueta como los artificios; paradigmatica
como la brea.

Igual a un significado: elevando las mentiras
de la escritura cuando gnoseologicamente
resiste en el helio.

El hecho es que no continuaré
escribiendo sobre el contenido de una rosa:
sus pétalos aguardarán cifrados en
un pensamiento.

Huyen de mis manos ahora que no puedo
arrancar de ellas, todos los colmillos
de mi casa.



Guillermo paredes mattos

La Bengala de Pubis






Nadie conoce el fruto de limòn donde
duerme, ni las faldas de madera
que cuelgan del ocaso.

Nadie exactamente, entiende el crepùsculo
hasta que convierte su corazòn 
en marea.

Ni encuentra las palabras...

Nunca veremos el escarlata de un pomulo
tan cercano a los cabellos
trayendo consigo la
intenciòn de toda
reencarnaciòn
croata.

Ni el demacrado hedor de la lluvia
despuès de largas dinastìas con
la noche: asi descubrimos
las cosas que reptaràn
para siempre
en nuestras
manos.

No podemos hablar de la clase de torpor
en el tren, ni su silabeo de columna
o mayòlica desconocida
entre insòlitas 
escencias.

Nada puede ubicarnos junto al helecho.

A la continuidad le sigue el devenir 
uniendo trozos de piel 
y pensamiento.

Luego, un pubis logra colgarse
de una bengala.

O la situaciòn de la luz es 
ecuatorial, pero no en sentido
de praderas.

Todos cuando escribimos estamos
descifrando bosques.

El silueteo de los origenes celestes del 
mundo.

Del paradero y la coraza.

Del sermoneo y las intensas 
serenatas de acido
en un seno.

Nadie entra a la ola vencido por
las helices del megaterio.

Ni edifica un sueño mientras
el mastil destruye su cristal
segùn la miscelania.

O los dioses de aceite
enquistados en 
el agua.

Subjetivamente melancòlicos.




Guillermo paredes mattos






El Luto de la Cigarra






Aguardando: la aurora sigue durmiendo
en la trinchera; una estrofa.

Todo lo que se escribe desde ella es
vapuleada por la forma.

Mi experiencia hoy es de luto y lata.

Sòlo una anagogìa.

Hubo un amanecer en que perseguì 
la premoniciòn en las cosas; las amarras.

Vi la irrupciòn del plural entre los abedules
avanzando con una brujula decapitada en
el movimiento.

La dialèctica caminaba con su pozo.

Esperando: la lluvia inhalaba una frontera,
un planetario de espuma.

Tuve un presagio; las calles ascienden a
marte desde un alfil.

El poder para descifrar lo ejemplar degenera
suavemente en las togas.


Pero ahora: la poesìa del adobe y sentimiento
duerme.

Su expresiòn devasta un cirio para construir
otro.

Esa frecuencia es rosada y lleva la identidad
de su frecuencia, nada màs.

Agiles tejidos deslindan su arte de los cromosomas.

Apostoles como un huella de membranas
y juicios de puñales.

El que era para mì, lo clave en el ala de una cigarra,
para que jamàs se convirtiera en mariposa.



Guillermo paredes mattos

lunes, 16 de diciembre de 2013

La Hora del Leñador








Ese es el tramo. La luz caía del cielo
y desfiguraba las hojas.
Asi lo había decidido la naturaleza.

Entre las ramas el cieno del verdor 
escondía una, intentando que
no suceda aquello en la misma.

- sólo el cieno conserva a veces la pureza,
decía el ave al alejarse-

El libro de los seres despertaba desde 
la conciencia un acto nebuloso
desde alguna dimensión
para encontrarse con ello.

No logro precisar si era el libro de 
los crepusculos - el último que podía llegar
a ver- mientras todo esto acontecía.

Pero había un tramo. La luz había dejado de
ser ardiente al convertir una hoja
en hojarasca.

Ambas yacían sobre la rama: era lo
único que había resistido.

Asi lo había dictado la naturaleza.

La hora de leñador había llegado.

Y con la luz y el verdor me dirigía a
los funerales.



Guillermo paredes mattos






Destellos de Abominaciones





He llegado nuevamente a ese punto: el conocimiento
o la interpretación.

La noche cae con amplias guaridas buscando
una circunstancia en ello: una que no tenga
relojes.

Mi aposento se divide como si fuera un poema.

La desgracia fuerza el diluvio: el corazón un holocausto,
personal e individual como las fraguas
de una garua.

Personalmente tomo la interpretación para
caminar hacia una anguila.

También, personalmente dialogo con el conocimiento
en una especie de don inspirador de 
decapitadores.

Esa última figura era una catapulta que recordaba
en el oceano una iglesia.

Sólo fue transformada.

Esa figura había llegado a los platanos como 
un anglicano que volvía de los vidrios.

La firma de ello está en las procesiones del aspid: las
encontrarás en los fardos.

En mi carencia despertando un talón.

En todos los nudos que dibuje en una colonia para
que el milagro del sol se espantara.

Nada crece sin un pedazo de calor en su cara.

Pero me parapeté en nudos solitarios
para que el sol no llegara.

Y mi canto busque entre abominaciones.



Guillermo paredes mattos

domingo, 15 de diciembre de 2013

Ingenuidades Focénidas









Conjunto de cerámio
izado en el instinto; el primogenito
allí de nasciencia
como un fanático azulado: en una
de sus branquias el fosil.
En una de sus aletas un himno.
Un principio de economía raudamente
en la penumbra.

Aledaña, una bolsa de ingeniudades focénidas;
sobre éstas, los atolones ensartan
obreros
como lo haríamos desde una guarnición 
de placentas y postguerras: ahora
todo es inmediato.

Vigorosos navegantes.
Refinerías habitadas por marsopas fudamentales: yo sé
que recorremos canteras sin vuelo; mecánicamente
un poder tachado por las garzas.

Fotografías de un prisma
en una recta equivalente
a crateres
enrarecidos por
civiles carbónicos.

Sobresale la ojiva
esbelta en el hielo y ambientes
flamencos de polen
en cuyos relieves la unidad
es rudimentaria
como todos mis esguinces
recita el gaviero.

Después un arzopispo a causa de
escencias.

La llegada a la orilla
con un drama 
montañes en la siguiente idea:

No es el hombre quien descubre el
oceano.

Eso ya fue escrito por la arena.



Guillermo paredes mattos





El Aliento Libido






Puedes reconocer el amor porque
su fragancia es de perros.

Porque ni desnudándose llega
a ser absoluto, pero sí fantástico.

- lo mencionamos porque una cosa 
nada tiene que ver con la otra-

Recuérdalo porque nunca repite
el mismo poema...Pero toca
el mismo cuerpo: perpetuamente
subcutaneo, elementalmente zafiro.

No dejes de creer en él: es lo único
en el universo que se
abraza a la polvora.

Buscalo en los sentidos.
Quiebralo en la gramática.
Conducelo a la corrupción
pues allí genera un film
masticado en concreto.

Piensa en él, como un automata
en señales de autopistas.

Reconocelo libidamente en 
el aliento.

Acercalo a una libelula, pues asi
detendrá martinetes.

-hay que conformarnos con uno-

Espera que la vida se detenga, para 
dejar de escribirlo.

Imagina el amor porque tal vez jamás
llegue a tu vida: asi duermas
en un fruto o una fogata.

Asi seas el centro en una bengala.

Buscalo sin semen, en aquello que
no es particular ni homogeneo.

Recuerdalo porque empaqueta
raices.

Porque siempre está creando
anémonas.

Todo ello debajo de tribus
atlanticas.



Guillermo paredes mattos

Postmoderno Astronauta









Postmodernista hoyo latinoamericano.
Poética época de conclaves
revolucionario en una mejilla
lleno de adjetivos e intensidad sin
una teoría: entre sociedades febriles,
aproximado a una corona.

Sobre indices y vestimentas de tabaco.
Llevando masculinidad de germen
y la cualidad subliminal de la rosa
en un cementerio
cuando relampagueantes ceremonias
se graduan
entre particulas de hidrógeno.

Entre tizas de altamar y suelos que
en retirada
buscan el azufre de una película.

El tallo espiritual del cuadrupedo.

El holograma del frío.

La antena vestal de aceite en días 
compulsivos de moral y violines.

Milicia masónica de lago.
Fraternidad de barro uniéndose al logos
al mandil del compas entre
mastodontes y girasoles.

En los meteoros llevas una guitarra.

Postmodernista particula 
latinoamericana...

Rotando entre astronautas.



Guillermo paredes mattos

sábado, 14 de diciembre de 2013

La Desiluciòn Conjugada



                                                    Flaca a tus pies la tierra, para que no tengas 
                                                                    donde echar raices

                                                                               Elytis
                                                                



El hielo subiendo por la hojarasca 
buscando el granizo.

Los protocolos de nieve
fermentàndose.

La copula y el gorjeo en la cima
donde dos citas se unen.

Interrogas a la necedidad por ellas.

Interiores donde tu cabellera para existir
vuelve hostil de la penumbra.

Danzas como un centìmetro de seda
iguales a los tropicos.

Tal vez el amor como una enciclopedia
de locura.

O las arcas donde la extinciòn es 
la botadura del escarnio en los barcos.

O un nombre con parentezco desperdigandose
entre lo acuatico, sobremanera.

Y entiendo que lo acuatico es proceder
como la dolencia de fratricidas pañuelos.

Comprendo mi estaciòn que reinicia
sus pedazos sucios en la orilla.

Y la pureza -su opuesto- empieza entre 
colores amarillos;
despuès es matizada.

Lo sucio emprende sutilezas como la
ira o el metal del fotografo.

Despuès, el anuncio de enramadas
cuando ya nada logramos decirnos.

Flotas sobre una torre de leche
primogenita en mis rencores.

Suspendida como un trecho donde
los vagones de sonajas.

Sensualista de las mesas donde
algùna luz ignoramos.

Porque uno de sus destellos
nos ciega.




Guillermo paredes mattos


Alegorìa de Catalinas







El segundo amanece
con un poco de bicicleta en 
su azogue.

Decidì que un volante fuera
repartido por el 
astro elemental y su carne.

- mi destino es otro farol-

-otra lampara por la que vivo-

Decidì adquirir un paraguas
mientras la memoria
constituìa el 
doquier
del insomnio.

Liberales camisetas de 
artropodos.

Ferias de insignias.

Todo lo que era mineral deja 
ahora el universo
mientras el mismo resplandece.


El segundo amanece
y mi intuiciòn ante èl
es sòlo de bicicleta
y de una catalina
en sus hierros
que muere.


Guillermo paredes mattos


Proporciòn Lunar






Recita la manifestaciòn, si ha entrado
por la luna.

Recoge el temor donde las semillas
de tu piel describen un 
siglo.

La incognita albumina.

El feretro donde nace una boca.

Concibe la ilusiòn hoy que el destello 
es sorprendido por una 
carta roja.

Y los cuellos sobredimensionan
una boina.

Un cuadro de notas ciudadanas
con la miseria.

La disputa con el acido.

La decoraciòn del motivo sin purpuras
ni anforas.

El delito ante el ser: acomodalo en
alguna medida.

Recita esporadicamente como aquello
que no parece vivir.

Y cuenta sus apariencias:
medita sus solidos.

Todo aquello que ata tu vida
a ti mismo, deja que por si mismo
se libere.

-lo cual es imposible-

Con instantes como esos se existe.

Con una visiòn como esa llegamos
a la naturaleza.



Guillermo paredes mattos

El Equlibrio de la Distancia






Hoy la respuesta ha conquistado una
pregunta: sòlo para saber que
tal acto es principio de 
otra.

La pregunta vuelve a mostrar sus
ojos de quimica y poesìa.

Una vertebra respira al dìa expedicionario
del dòn y las nubes.

Es cierto, algùn periòdico llega desde
las algas.

Cierto, la alegorìa del sol no puede
ser tomada por el fuego.

En sus pàginas comprueba el oceano
el peldaño y la medianìa,
los cabellos del preludio encerrado en
la tierra,
el caminante sadico en el tropo.

El espacio vuelve a separar màs 
las cosas.

La soledad nos dice que ello es
para encontrarnos este dìa.

Hoy nuestra conciencia tiene una cita
distinta con la distancia.

Y ello lo saben sòlo los espejos.




Guillermo paredes mattos

viernes, 13 de diciembre de 2013

La Criatura de las Manos







Navegan calles exquisitas, pero
estàn sin titulos.

Navegan mandibulas profanas: aùn
llevan sus tumbas.

Comisionadas para subir a los pisos:
degolladas por alambres.

Piensan por docenas y logran bajo sedimentos
liberar una mosca.

La noche de insectos es una libèlula
de venenosos artificios.

Vuela por los sables empotrando castas
como la tesitura

O el temblor en ella de una irascible
espesura.

Dominan los frìos advientos, pero
son liquidos febriles.

Reinan hoy que apuntamos al lienzo
y su fantasmal espectro.

Apurè ante el oceano, su inmensidad
de obscenidad galactica.

Del componer una esquina pasaron
a abrigar escarapelas.

Dominaron las llaves y movimientos
de lo sutil extraordinario.

Emparejaron el aire y la tierra asi 
que son otras las cosas del barro.

Un estandarte, un molino donde
el escarpin anuncia dentelladas.

Hilos de bronce caminan sobre los filos
acariciando sus nombres.

Uno de ellos, ha escrito sobre el acido
que nada escapa a la locura.

Es cuestiòn de tiempo llegar a ella
con la razòn en las manos.



Guillermo paredes mattos

Helices





Auroreal un tanto.

De cantaro ante la espuma
o exhibiciònes de muelles.

Todas las forma de dogmas que
representàmos estàn allì.

Juicios de vidrio; al lado una rada
donde desnudamos un rìo
antes que una silaba.

Pero queda el silabeo...

El hombre y la creaciòn se apuran
en escribirla.

No significa la afirmaciòn de una nube.

Un criptograma donde se enjuga
el arte.

No es un matìz de puercoespines
trapezoidales.

Un tampoco de crisolitas
junto al abrevadero.

Es la brisa de una estructura llegando
por otra.

El cielo en sì sobre lìmites que 
desconoce.

Con llaves de rutina y nave 
colonial.

Guìando sentimientos y puntas.

Buscando archipièlagos donde
vivirèmos previsibles.

Previsible como la sombra al repetir
en sus siluetas los gestos de un cuerpo
para siempre.

El tensar fugaz del nihilismo en 
la anarquìa.

Como la nota dictatorial y democrata,
llevando clarinadas o vestiduras
donde la sal del reino
con el tamiz
es un velamen.

Un disturbio helicoidal a la promesa
mas cernana...

Aquella fogueada por los helices.



Guillermo paredes mattos