jueves, 31 de enero de 2013
La Luna en Micròfonos
Un viento en maratòn.
La luna en micròfonos.
El reguero de la nieve sigue aùn
a los barcos.
Me replegaba entonces con veleros
de sombra donde el universo podìa
contenerse.
Veìa los objetos, alguno era clarinadaa del
sarcòfago que llega desde el aire.
Otro portaba el seno de una ràfaga o
el contenido del petrolero
segando su ediciòn de aceite.
Mientras nosotros hilabamos
o sorprendìamos al balanceo del espejo
cuando refleja a los hombres.
Y comprende que ello tambièn es
profano.
Misterioso como un dios en las puertas
del sueño.
Intentando viajar entre aquello que
sòlo muerde las sienes
de un laberinto.
De toda su psicologìa en la nieve.
Guillermo Isaac paredes mattos
miércoles, 30 de enero de 2013
El Raudo Opalo de la Biografìa
El cortejo de una biografìa
pertenece al climax.
En esa vida cuya existencia
es cortada por el mar, repetimos...El
dìa es magnetico, pero polar y epistolar
hasta el opalo y la oraciòn enloquecida
del estro.
Tantas cosas fueron creadas
en esa vida, para que no vivan otras.
Es lo que hace cada hombre; regresa
a lo individual todo lo que toca
y luego lo extiende a los otros.
- Igual que el sistema-
Entonces suceden dos cosas.
O transparentemente te acomodas.
- Incluso tù mismo no te das cuenta-
O te alejas.
Guillermo Paredes Mattos
La Pronunciaciòn de una Vìctima
No sè en què nombre.
En què diàlogo.
El de la vida aparece
como un peso.
Un equilibrio.
Una muestra de sangre y
caos.
El ocaso del sueño y las
muestras que evidencian
una procesiòn
y nomenclaturas de
algo semejante
al aire.
En un ser transparente
recogiendo el barro,
el recogimiento
sigue inundando
la aurora
y como un simbolo
antiguo de
que estuvimos entre
la nebulosa
y la manifestaciòn,
el nombre
hiàlino de la noche
continua allegando
el devenir imposible
a las estrellas.
Para que nazca una
vìctima.
Guillermo Paredes Mattos
domingo, 27 de enero de 2013
Las Supersticiones de la Cruz
Es un problema de terminos.
Una prolongaciòn a tientas donde el lenguaje
sabe que no se encontrarà en la
palabra.
La palabra es sòlo un acontecer entre los hombres.
El dìa del pseudònimo y los sonidos
intentando atravesar el oceano.
Es un problema tambièn
logistico.
Por ello el dìa que intentes quitar los clavos
a una palabra para que descienda de
la cruz, ten en cuenta lo
siguiente.
No es humana.
Guillermo Paredes Mattos
sábado, 26 de enero de 2013
La Atroz Inspiraciòn de las Ramas
Deberìa escribir desde esos àrboles.
Arboles desde los cuales las ramas
son deshojadas. Ese momento
es creado para que los hombres
puedan por primera vez descubrirse.
No sè si encontrarse. Esto implica
demasiado y no puedo incursionar
donde no he sido llamado.
Nunca sabrè cùal es el lugar que
toca a mi vida, mucho menos a mi
espìritu; entonces ello me lleva a
continuidades que no son de piel.
Y ya que soy la vida que ha visto
las ramàs deshojarse para que
los hombres se encuentren.
Contraria y absolutamente a lo
haya sido escrito hay que hacerlo.
Mi deber es arrancar la piel de
todo mi cuerpo y nuevamente
ofrecer la carne a esas ramas
hasta que formen sus hojas.
Nuevamente una àrboleda
del concepto verde.
Nuevamente dejar que los hombres
nunca se conozcan.
Dejar que entre el azul de la noche
se desvanezcan.
Y se pierdan.
Guillermo Paredes Mattos
viernes, 25 de enero de 2013
El Suelo que Jamàs Habito
Este cuarto. Su enuciaciòn llega
de una abstracciòn; proviene de otro
y a su naturaleza es subsiguiente. Luego
hay uno màs.
Tiene seis paredes, jamàs habìa notado
que le habìa dado el nombre de suelo
a una, tampoco que sòlo en ella voy a
caminar eternamente.
Entre esas paredes y mi yo està el espacio.
-Para hablar de mi yo mis manos deben estar
sucias-
Abstracciòn y espacio no es algo que se
encontraba en mis planes para referirme
al lugar que piso. Bueno, a la pared que
piso.
Ahora puedo mirar finalmente hacia el
techo.
No posee ya el misterio para engañarme.
Todo lo que su silencio podìa ocultar
fue desentrañado. Tal vez todo.
Mi techo es sòlo una pared.
Un suelo que nunca piso.
Guillermo Paredes Mattos
Los Dioses Paralelos
Lo profundo es sòlo la leyenda de lo profano.
En el recuerdo es donde vivimos. Tù y yo
pertenecemos a su memoria.
Tenemos que cruzar esa puerta para
encontrarnos; ese mundo donde
apenas nos movemos porque nada sabemos.
Nuestros ojos, no pueden ser cerrados
aùn en ese universo cuando
nos miramos.
Nuestros labios siguen ateridos a un beso
porque en ese lugar,
un beso para existir, debe quedar aterido
a los labios.
Somos dos vidas que algùn dìa
dejaron su ser en la arena, sin saber
que allì tomarìan otro rumbo.
-En los bolidos del mar-
-En el universo que jamàs nos fue
anunciado-
Creemos que ese universo
vive sòlo en la nostalgia.
En los puentes mentales que cruzamos
para llegar a ello.
Porque el recuerdo es sòlo una indicio
que nos ofrece el universo; podemos
concluir que allì tù y yo nos hemos quedado.
Tù y yo, tù y todos los seres que cruzaron
nuestra existencia.
De otra manera seguimos allì
dibujando aùn la linea que trazamos un dìa.
Toda lìnea no tiene un final, no puede ser
cortada.
Y allì, en esa dimensiòn continua
nuestra historia.
- Somos los mismos y otros actores alli,
otros actos-
Seguimos soñando pero de otra manera.
Y nunca la veremos.
Guillermo paredes mattos
miércoles, 23 de enero de 2013
Las Cenizas del Sentido
El lenguaje es posibilidad.
Una subliteralidad del poema.
El poema es aùn màs posibilidad,
puede rengear y recoger clarividencias
puede sonar a hambre y clorofila
revolucionar una lìnea de marte
precisar que alguien estuvo aqui
con su poca escatologìa.
Podrìa escribir que es marginal
-tal como lo estoy haciendo-
pero ello, no es siempre ni real
y menos literario, el lenguaje
es el sentido que no imprega
su espìritu en las palabras,
la experiencia que sòlo desciframos
un instante en el corazòn, la
palabra es despuès, cuando
ese sentido sigue su camino
con los monasterios.
Y a los hombres y a la
palabra.
Nos toca sòlo una miserable tarea.
La de recoger sus cenizas.
Guillermo isaac paredes mattos
El Misterio entre los Colores
Conozco algunas cosas del misterio.
Personas que pasaron por èl, sin saber
que iban a quedarse en su alma.
Sè de su alma por ese detalle que es
tambièn una caracterìstica. Un detalle
de dios y nieve en las carreteras.
Recuerdo por su porte que debe su
tamaño a la alegorìa, a la epifanìa
y las cosas materiales del cromosoma
del epitafio y las cadenas del semen.
He sido la propia reminiscencia de
su premoniciòn, alzando cordilleras
donde las siluetas sueñan con un tigre,
uno purpura como los màs sabios
colores.
Eso misterio, ya lo habràs notado.
Bastan muchos y pocos colores para
decir las cosas.
Guillermo Isaac paredes mattos
lunes, 21 de enero de 2013
La Oligarquìa del Nùmero
El nùmero tenue; dorados y
cetrinos despuntando
a los cardos, con temblorosos sultanes
y ojivas.
Dirìa como èl, lo mismo cuando sus
circunstancias son màquinas de àlgebras.
Pero eso es imposible. Los nùmeros
de la realidad son transparentes, conservan de
muñeca en hombro; una cruz de pena, una
prolongaciòn de estigmas,
un nadador entre la luz.
Describirìa detalles de ese movimiento
y con algo de extravio dejarìa mi nostalgia;
una remota y sordida treta con
una piscina cubrirìa
por ùltima ocasiòn
ese tramite.
Como orador de la piel en mi arteria,
obligarìa al espacio a otra coronaciòn,
a otro nùmero que pudiera explicar
mi sentido oligarquico de
la vida,
mi sustantivo propenso a
caminatas
sin ninguna predica.
En los estuarios del feretro
volverìa a confiscar la unidad de
este misterio conocido
sin definiciòn cabal
como poema.
Para luego sumergirlo
en las piedras.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
viernes, 18 de enero de 2013
El Lenguaje de los Peces
Con la crispaciòn, el pàjaro allanò
un turbante. Casas repentinas forzaban
marismas y sucias premoniciònes
giraban entre lo ardiente
llenas de voluptuosidad
y saliva.
Extrañas tinieblas surgìan
en este lado de mi origen,
independientes leyendas y
extravismos desertaban de
aquel lugar donde la magia
apuntaba llena de culatas a un
sino.
Coordinaba el dialògico perro
su ladrido exacto en la atmòsfera,
cubrìa el destierro el soplo entrante
del utensilio, de herramientas que
hunden tornasoles heridos; siniestros
como una naturaleza de liquidos
fermentandose en la flor
bajo un dìa de tallos.
Ese dìa la civlizaciòn del poema
ardìa, semejante a un fortìn
de càlculos, a una trinchera de
azulejos.
Donde aprendìa en los labios de
los peces.
Guillermo Isaac paredes mattos
Las Torres Sexuales
El alto caballo, las torres indòmitas
eran negras como la fatalidad y el canto
del borde significando que el rezo devolvìa
tambièn el plazo del todo cuando amenaza
una parte y sugieren los polos.
Los restos de una cadena sobre nìveles
de estambre y el polen
surcando avenidas entre caballeros de acido
y ozono, acudiendo a la lluvia
segùn los manantiales.
Mi aliento concebìa el inicio
de otra màquina, la ingenierìa del saco
dentro de promontorios y sacudidas de verde
en una desliz natural, devorando cosas
oficiales; por citar una legaña,
una coraza, una pàgina
sexual apareàndose
dentro del escrito.
Luego el invierno intentò tomar
esa hoja.
Caminar con ella entre los pasadizos
del pubis.
En el metal inventado nuevamente por
el semen.
Guillermo Isaac paredes mattos
Visiòn del Caos y las Escaleras
No soy el ùnico silencio que ha vivido aquì.
Ya hubo otros.
Ninguno toco la sensibilidad del otro.
Cada uno de ellos viajò a la percepciòn
segùn su histeria.
Su neurosis era un punto que trabajaba
vocal pero no poetica.
No he tocado flautas ni he arratrado ojos.
Existen esos ojos unidos por una aguja,
un tanto alejados de mi sueño. Allì estàn,
ungidos por el habla o la primitiva
elaboraciòn de un racimo.
Tambièn conservo racimos y pierdo
avenidas y astilleros
cuando se mueve una escarapela
dentro de vaticinios como
el vidrio.
Tambièn descuento segundos o dìas
pero no importa.
Sigo diciendo que no he tocado flautas
ni al citar al horizonte
memorizo las cosas en el cerebro del tiempo.
Para ello està el color del probeta.
Y los estigmas del aborto, uno que sea celeste.
Que lleve un aura.
Que posea ese encantamiento de cualquier
vacìo.
El vacìo finalmente es quien duerme por toda
la eternidad
entre el caos y las escaleras.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
El Presentimiento Antropomòrfico
El poema no siempre cuenta su historia.
Tampoco es un resultado de la vida
ni el hermetismo.
Por ello no es menos lirico, ni antropomorfico.
No siempre.
Ante ello la caminata de una estalàctita
es la persecuciòn donde
vamonos descubriendo.
Ante ello cualquier precisiòn con que
invocamos el presente
termina en las manos de la premoniciòn; del
presentimiento.
El poema no cuenta su historia porque
en su espìritu agoniza un oràculo y antes
debe liberarlo.
No con la nociòn tradicional que tenemos
de libertad en la conciencia.
Esa nociòn que profundamente es un ìdolo.
Entre èl y el hombre no hay
cuentas saldadas para salir a otros rìos.
Sòlo hay un orfebre.
Uno que debe trotar eternamente - por no
decir levitar- antes que la respuesta
de una poesìa lo alcanze.
Y es orfebre, es como un poema;
como ese idolo, igual a la caida,
emsuciandose entre la libertad solamente.
Guillermo Paredes Mattos
jueves, 17 de enero de 2013
Retòrica Usual del Artificio
Nada conserva una aldea porque sea nativa.
Nadie se escarapela ante el ocèano, por màs que
un dìa acabarà con nosotros.
El diluvio - tanto del mar, como del aire- poseen
ese conocimiento mas allà de la muerte.
No habràn remordimientos cuando suceda.
A la providencia tiemblale las manos
pero ante otras cosas.
Mientras tanto sigamos el recorrido
de èste sueño.
De esta hoja.
De èste hipodromo en ella.
Como la nieve no tendrà mas que un
momento ante el universo
para desvanecerse.
No existe otro destino, para la naturalidada
de los sueños.
Y tambièn para sus artificios.
Guillermo Paredes Mattos
La Idea entre la Metàfora
El espacio no debiò ser creado. Lo ùnico que hace
es quitarle el lugar al pensamiento.
Esa es la primera objetividad que observo en
la calle. En esos hombres de paraguas,
eternamente sentados entre sus reflexiones.
Me asombro al lograr encontrarlos.
De sus ojos antiguos, de sus
bengalas en un dia esterilizado.
De su primitiva caries.
Pero entre nosotros, que cultivamos
la cosmogonìa de un paseo en las venas,
estàmos convencidos que para
el pensamiento, el espacio
no debiò ser
creado.
Es algo que nada tiene que ver mucho con esos
hombres de los parques y sus dirigibles.
Necesitan ese espacio.
Esa es una condiciòn para la
sus vidas.
Pero no para la del pensamiento.
Guillermo Paredes Mattos.
martes, 15 de enero de 2013
La Triàngulaciòn de la Infancia
Saltas a la vida, al respìro de una escultura.
A lo màs antiguo entre lo volàtil
cuando la sangre del cuaderno en la piel
enfrenta tribunales
junto a los
huesos.
Cuando los adioses del iris se infiltran otra
vez en la noche para jamàs
despedirse con el
alba.
Recibes el aliento como una jirafa.
Un liston con llaves de brea corta tus sonidos.
Tu replica, ahoa es portatropas internacional
cuando acaba con los hombres
bajo el granizo.
Retumbas.
Vuelves a las veredas.
Te inclinas a los observatorios.
Conozco muchos planetarios donde suceden
otras cosas. Por ejemplo la muerte
de un craneo; hoy el mismo, es sòlo
la nuca de un recuerdo.
Y dados los fenòmenos
de èsta mañana, del horario y cronograma
me siento en las paredes
como la soledad en
los grilletes.
Otra vez alquileres y procesiones.
Un vibrato o la alegorìa de esa fè, lunàtica y pertrecho
del exceso, de lianas
donde la triangulaciòn
relata que èsta es la superficie de un niño.
Porque antes en ella, ya habia escrito
otro.
Guillermo isaac paredes mattos
lunes, 14 de enero de 2013
Logicidad de los Prismas
Fuè entrenado por un prisma.
El primer color que entregò no fuè
al descomponerse entre la luz. Fùe
el que separàbalo del hombre. Como
èl, tampoco pude ver los otros.
Fuè ejecutado varias veces.
Tambièn mi vida, era una ciudad
de morgues.
Por ello la sorpresa esta tarde es
que apunto aùn a la luna, con ese
anhelo que suponìa un valle
la orientaciòn del periodico
cuando alienta muecines
debajo de la tierra.
Yo no creo que allì se elabore
otro canto.
El canto se elabora.
Busca en todas las cosas eso
que es individualidad e idiosincracia
hasta encontrar su espìritu.
Y lo hace sin necesidad o sed,
basta conocer un poco de reflexiòn
y de como descomponese un prisma.
No hay nada que no vibre en
esas cosas, tanto como en otras.
Disculpa Guillermo, èsta casi logicidad
con que hablo.
Pero igual que un poema o el destino
es inevitable.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
El Nombre del Sìmbolo en las Palabras
Amo la palabra, no porque lleve demasiadas señales.
Demasiadas señales terminan siempre siendo una.
Y ello es inconquistable.
E inconquistable el sonido que entre la niebla
mece la experiencia.
Inconquistable el punto derramado en esa linea;
que invisible, asciende a lo alto para desvanecerse
en el aire.
Esa palabra que se ama, se desvanece aèrea.
Aèrea como los puntos cardinales.
Aèrea como osos boreales y sus travesaños.
Ya sea en los camposantos del iglu
o el farmaceutico asteroide.
Sea en un almuerzo de simios o los
candelabros de la peste.
El nombre de esa palabra camina derivando o
divagando segùn cuentos mortales.
La lluvia le propone serventencios de altos
recogimientos; son siniestros.
Un enjambre de piedras coloca su alma
dentro del armisticio con la nada.
Pero èstas imagenes se descubren segùn
el principio del nombre y no en la palabra.
Y estoy siguiendo entonces otro antepasado
para descubrir en la palabra.
Porque no es ninguno de sus nombres los
que la dirigen al verso.
Guillermo Isaac paredes mattos
domingo, 13 de enero de 2013
Los Prismas del Deuteronomio
Nuestros orìgenes igual al èxodo
de una pira y su deuteronòmio.
Dentro de ese accidente, religanse
los estrepitos que no conocìa.
La fugacidad del temblor con que acentùo
una futura cruz bajo el yelmo, donde las citaras
adivinan pàjaros y fuegos.
Ese imperio sin polvora en el rostro.
La cara donde la inspiraciòn es
heràldica figura.
Una consumaciòn de arena.
Pero la duna donde recibes
una horda, es biblica aùn
y resiste en las estrofas
pequeñas y adjuntas a la
tensiòn de algùn sable.
Y no todo lo que escribimos
da la exactitud que en un testamento
ha sido recorrida.
Por ello me alejo de èl nuevamente.
- Sè que volverè un dìa -
Este no.
Hoy buscarè otro camino.
Guillermo Paredes Mattos
sábado, 12 de enero de 2013
El Plural y Singular de la Orilla
De tal espuma, el hado.
En tal existencia, la necesidad o
el pensamiento.
El pensamiento dentro de la existencia
jamàs puede ir solo.
Frente a ellos la creaciòn es un alga.
El miramiento de una horda reminiscente.
Un conjuro del habla al sentir, al tallar
en ese sentir o su expresividad; un tal o el cual,
hasta un interìn.
Luego alguien despierta cortocircuitos
dentro de la percepciòn,
pero aùn asi, en lo concerniente al habla,
sus palabras no deben ser modernas
para encontrar el lugar que
logre ser exacto aquì.
En algùn modo eso se parece a los dìas grises
de nuestra vida, esos que nos pertenecen
pero jamàs son de nosotros.
Quizà podamos seguir tallando: El devenir
aparece ahora, su latido no es transparente, no,
yo he vivido engañado. Esta es la conclusiòn
en el singular de mi vida.
Y lo entiendo -sigo en el singular- en las costas,
entiendo que alguien arriba con los mares.
No es sòlo movimiento ni su replica..
Y la segunda conclusiòn que me a acerca
a su espìritu, es que toda orilla
es un puerto.
Guillermo Paredes Mattos
viernes, 11 de enero de 2013
El Espiral Cinètico
Espiralmente el invierno no resucita, hasta que
el corazòn no logra reencarnar
estatuas de un coro
o la suma vestal de primordiales
soliloquios
en lugares donde la aventura de la noche
relincha como un cuervo. Y no las reencarna
sin don, es decir el instante
del patriarcas en el granito. Eso
creo.
Y cuando ese momento se constituye,
eleva precederes
y
estamos a punto de beber el rìo
que cae del carbòn
estilizando un gènero.
Una bulla de trinidad en ese gènero canta
que somos piromaniacos
esperando el grillo que anuncia los acontecimientos;
en escencia la reflexiòn donde la
existencia recogese espiralmente
para seguir cruzando una raya
el hialino de siempre
donde los periodicos llenan
el espectro de las màquinas. Otra suposiciòn,
otro cuerno.
La orfebrerìa de verde, al punto al maquinar
liquidos calculos, muerde los escrùpulos
de una formaciòn en picada.
Asi vive uno de mis trechos.
Su respiraciòn de galeria suburbana
podrìa borrar algunas cosas
de su vida.
La poca altura de su pared
por ejemplo.
La cinètica altura.
Y su pasadizo, otra vez espiralmente,
donde se doma.
Guillermo Paredes Mattos
jueves, 10 de enero de 2013
La Divinidad al Enderezarse
Hasta que el papel toma el brillo
de la divinidad logrando enderezarse.
Y el comportamiento del sol frente y en èl
sòlo testifica que desciende de apolo.
Asi el verso logra separarlos. Pero es
una apariencia.
Y cuando apolo desenreda òpalos y sepias
al lado de la muerte intentando conjugarse en ella.
Como una nociòn, como la perpetuidad que
sigue al mundo despuès del halo.
Y digo: Mi abstracciòn puede durar sòlo
un instante, porque es la noche que acaba
en sentidos de plata. En carnes llevadas por
una plaga, en orquestas de aeroplanos
o cìtaras, descubiertas por làtigos
que doran lo amargo
en civilizaciònes de sentinas.
Cuando estoy tan cansado y descanso en
el musgo donde la humedad florece
esperando lo ardiente.
Apolo ya ha sidos separado del tiempo
donde las formalidades religaban una linea...
Ese tiempo donde ya es arriesgado escribir.
Individualmente arriesgando.
Y el corazòn busca un fondo de hiedras
de medusas, donde cierta hipnosis
vuelve a la estampida
para encontrar esa vida que acontece dentro
de mì, entre lo solo.
Guillermo Paredes Mattos
Naturaleza Grial de los Antepasados
La voluntad o su desasimiento.
El templo sobre mi ùnica facultad.
El caracter de una ruina cuyo heraldico sino
llena de ciencias inutiles su genètica.
Ese encendido crepùscular como yo, lèctor
de caballos, O tù, idomàtica forma del
sìntoma al comprender que
cierta informaciòn deforma el agua y
la eleva. Tù y yo nuevamente sobre ese
lugar, poseso en extremo y todavìa
para cubrirlo, sin ninguna opciòn,
esperamos husares, desembocaduras,
un estereotipo, la discografìa que desova
en lo alto de una montaña cuando
la corriente no puede detener una criatura.
Y entonces miramos. Tal vez secuestrados
por un grial.
Y el grial escribe que el ùnico complice de ello
es la naturaleza.
Guillermo Paredes Mattos
La Radiaciòn Vocal
Conoce la profecìa, el vuelo otoñal de
las anclas.
El espejo pagàno con que insomne,
corta un aparejo en dimensiones de
velàmenes.
Encuentra en ella su maleficio
La imprecaciòn del mismo bajando por las dunas.
Su placer de antepasado.
El primer color del juguete.
La silueta pornogràfica del velo.
Pero yo conocì màs que bozales.
Constituìdo por pergolas abrazè un alfabèto
donde los libros buscan la intuiciòn,
el equilibrio de las arterias creado
por extrañas burocracias,
desplegado por gerundios
o repliegues termales de homicidas
de propagandas o beduinos.
Cimitarras de hojarasca tendianse mientras
como un ante todo subliminal del pronunciamiento
y mi casa, reflexionante en tambores
en citas con la bala
en el interior de los dedos,
trascendiò como pobre encanto
de una playa.
Un pobre encanto que en la orilla
podìa mirar a la soledad con que el
pensamiento con que ella nos mira.
Y eso sòlo nos descubria a un astillero.
A la sal en la boca del universo
de pelicanos.
Al solo hemisferio imaginario.
A la radiaciòn vocal de todo
primogenito.
Guillermo Paredes Mattos
martes, 8 de enero de 2013
La Consonante en un Bolsillo
Generalmente una letra vive en los bolsillos.
Eso es tan particular, como las manifestaciones
que siguen a una brisa. Despuès de caminar como
brisa se mece como ràfaga. En ese instante es
consecuencia de brisa y tambièn identidad
como ràfaga.
- Estos asteroides los trae la poesìa, valga la
atingencia, yo sòlo soy inmovil-
Pero su vida como brisa ha terminado y se aloja
en los detalles que siguen al sol: Comparado con
ella debo decir que mi mèdula a esa hora deja
de ser literaria -es mi intenciòn- pero esa intenciòn
no llega a su conciencia.
Mientras tanto los detalles que siguen al sol
crean entes de calor, seres de temperatura
manos corporales y lo que es peor
la cita de literariamente un patio,
tal vez mi patio, desde el la inmensidad
de los techos, pregona las estrofas
de un icono.
Diariamente una g vive en mis bolsillos.
Es la consonante con que comienza mi nombre
y otros nombres.
Pero no con la cual empieza la realidad.
Guillermo Paredes Mattos
lunes, 7 de enero de 2013
La Estrella Sobriamente
Al escribir soldamos estrellas.
Recogiendo titulos de agua de otra parte
en ocasiones sobredimensionamos los mismos
y es que todo en nosotros camina
entre supersticiones
y la supersticiòn es la casa del aire
el amuleto del cisne clavado en el tiempo
a quien pedimos una fosa, un yugo
una comparaciòn adjetivando el fondo
de una estrella.
Porque al escribir soldamos estrellas.
Pero hay una que escapa sobriamente.
Sobriamente.
Guillermo Paredes Mattos
sábado, 5 de enero de 2013
Equilibrio de Hienas y Elefantes
Algo ya narrò este lugar.
Lo hizo arrastràndose en la melodìa.
En los vuelos sin colores. En las
irreconciliables medidas donde se anhela
devolver al lenguaje uno que pueda decir
lo que contèmplase,
cuando nada inspira su dialècto
y los trotes que construyen lo austral
son la inflexiòn del buho
en su pulso.
Siempre la inflexiòn del buho.
Este sitio es narraciòn del imperfecto
como escribìa la punta
irracionalmente de la hiena.
Digo irracionalmente para dejar
sentada la mistica con que podemos explicar
un planeta, con los espacios que
impregna la admoniciòn,
mostràndonos que su psicopata posee
tan solo una media,
una bicicleta de pinos caidos,
una neurosis que canta al
lado de los elefantes
cortinas
de alabastro
semejantes al borceguì
del minarete.
El buho que mira
las serpentinas danzando en ese borceguì.
Igual al estambre o lo que pesa
en el plutonio.
Acariciando su pluscuamperfecta hiena
en el papel.
Sonico y literal como un diluvio.
En una galaxia de màgicas
coherencias.
Donde aquella hiena adquiere el peso
de aquel elefante.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
Conexiones de Apolo
En la entrada a la minùscula hay
una lengua. Es la base de heridas y tropos,
de escarnios y convenciones.
Como todo burgues he pasado por allì.
O deberìa decir como todo neoliberal
-angustiosa medida osea y postmoderna-
que separa el rito con los asesinos del agua
en una oreja.
Pero mi corazòn elige ese rito al oido.
El oido como una gran particula de correlaciones
puede existir, pero no como una reacciòn
ante un cinico. El yo heuristicamente es un
cìnico que devuelve al arte mitòn por mitòn.
En dìas de otoño viaje con ellos buscando
monasterios. Soñando una guarida.
En la entrada a una mayuscula hay un rito.
No tiene mucho que decirnos si no
deletrea, si no fabrica claros o desidias,
desidias profundas como una realidad
que abre el sueño hasta que sea capaz
de cubrir sus regiones con una figura
y no ser descubierto.
Què curioso, el eslabon en el punto esconde
ahora su escopeta.
Es totalmente paradòjico.
Lo es.
Y lo siento por la lluvia y mis minusculas.
Guillermo Paredes Mattos
miércoles, 2 de enero de 2013
Los Puentes de la Palabra
Sentir que hemos vivido como trenes
y no por curiosidad.
Entre alambradas en donde lo singular
era tan intimo como luminosamente siniestro.
Y los oficios del mar se confundìan con
los de la sangre.
Asi, obteniamos abortos de dìas que
giraban en tròpicos de veletas.
Donde los equinoccios forman depresiones
como una campana.
Albuferas del rayo al instinto serpentean en
nuestro metabolismo...Nuestro puente que
aùn alarga la realidad
un dìa elimina
nuestros pasos.
Percibir la letra de la continuidad y a decir del
verbo, dejar de sostenerme
estar inmovil, ser
ingenuo hasta donde la originalidad
pierda la fe de una oraciòn
soñando otra.
Y a decir de ese verbo expresar de forma
en que todavìa no haya vivido
y al pisar nuevamente ese puente
saber que aquello
que alarga la realidad
ha de cerrarmelo.
Y que el ùnico testimonio
dejado por aquello que se alarga...
es una palabra..
Guillermo Paredes Mattos
Construcciòn Neològica del Artificio
Era un cometa.
Pero no viajaba como tal.
Ahora pues, digamos que era
tambièn una estrella.
Parafraseemos y alejàndonos
de la paràfrasis
llevemoslo a una arista.
Pero todo cometa no posee dos caras
asi que jamàs podremos
encontrar un
àngulo.
Todo esto por definiciòn.
Tecnicamente la arista es un artificio.
Una insinuaciòn metafisica sin proa
ni estribor soñando en
un cuadrado.
Guillermo Paredes Mattos
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