martes, 28 de junio de 2022

Las Alas de Barro

 Las Alas de Barro


A diferencia del lenguaje que 

es sórdido.

Lleno de dirigibles y cantos de hidrógeno.

En el árbol que creció en tus ojeras durante el otoño.

Y la frecuencia de este invierno en que ya no somos desgarrados o puros.

Dado pues el círculo de algún meridiano 

de cuyas márgenes emana 

intemperie,

pupilas de neón que ofrecemos a

la nada como lo hace la magia.

Y el párpado que significa enarbolar,

recoge un druida de las ojeras

para conocer el instinto.

O ese bosque despejado sólo por insomnios.

- también crestas de polen apilando en 

secreto su veneno -

En ese lugar donde los árboles se

dedican a triturar mandíbulas

de sus raíces

y siluetas dormidas en el filo de una

estatua, agitan sus relieves.

Allí donde los fantasmas 

encuentran los labios

Y un naipe en sus bocas 

casi significa el halo.

El promontorio.

El circo de brea en las calles donde los rostros se secan.

Tú sostienes lo contrario.


Tú decides quién es una estructura.

Un palco de vidrio.

Un mensaje en espiral y papel

que regresa de la luna.


Húmedo y arcano como el naipe que busca en los ríos de tus venas.


No lo olvides.

Nunca olvides.


Digamos que es lo único que puede leer en los manantiales de tu sangre.



A diferencia del lenguaje que 

es sórdido.

Lleno de dirigibles y cantos de hidrógeno.

En el árbol que creció en tus ojeras durante el otoño.

Y la frecuencia de este invierno en que ya no somos desgarrados o puros.

Dado pues el círculo de algún meridiano 

de cuyas márgenes emana 

intemperie,

pupilas de neón que ofrecemos a

la nada como lo hace la magia.

Y el párpado que significa enarbolar,

recoge un druida de las ojeras

para conocer el instinto.

O ese bosque despejado sólo por insomnios.

- también crestas de polen apilando en 

secreto su veneno -

En ese lugar donde los árboles se

dedican a triturar mandíbulas

de sus raíces

y siluetas dormidas en el filo de una

estatua, agitan sus relieves.

Allí donde los fantasmas 

encuentran los labios

Y un naipe en sus bocas 

casi significa el halo.

El promontorio.

El circo de brea en las calles donde los rostros se secan.

Tú sostienes lo contrario.


Tú decides quién es una estructura.

Un palco de vidrio.

Un mensaje en espiral y papel

que regresa de la luna.


Húmedo y arcano como el naipe que busca en los ríos de tus venas.


No lo olvides.

Nunca olvides.


Digamos que es lo único que puede leer en los manantiales de tu sangre.

lunes, 27 de junio de 2022

La Región de mi Espejismo

 


La Región de mi espejismo




La mañana se impulsa entre el gris y 

la niebla.

Es un acto en apariencia lógico.

Un acto en el fondo irracional.

Pero no puedo demostrarlo.

Un niño va y viene flanqueado por

corolas

y bozales microscópicos.


Mi corazón se arrastra entre 

regiones de espejismos.

Y es lúcida la dimensión donde el anhelo

decide tomar el camino de 

una encrucijada. 

En ésta florece el abismo.

Y el pétalo cae de tu pubis.


En la orilla el mar escribe su historia por encima de aquella que pertenece a la arena. 

No es como un girasol mientras escarba.

Quizá sea el plural de una araña

con nociones de sueño.

No es mi tesitura de alambre.

Ni el neologismo que aguarda entre 

la lluvia semejante a un objeto sin movimiento.

Fractal de escarcha incrustado en

un paraguas.

Espíritu que ahora resuelve conatos

en el trigo.

Allí se esconden los dioses.

También los opuestos.


Citas de emperdibles y tallos

en un rango de madera.

Una piedra en mis manos no tiene que ver con la evolución pero es la memoria

de una estatua, incendiada por todo crucifijo.


Sus llamas me transportan a una

linterna.


A una fórmula de vidrio que sólo puede verse entre la noche.


- qué más puede hacerse sino intentar crearlas -


Instantes antes de convertirse 

nuevamente en profecía.