viernes, 28 de febrero de 2014

Alborear





Era una espada en la llama.
La yesca a babor llamándonos.
La manada antigua encerrada
en la boveda.
La superstición de las horas tempranas
cuando nos cuesta separar el punto que une
la penumbra del amanecer en la aurora
y empezamos con paciencia a 
desentrañarlo en los
rituales del cefiro que pasa por 
nuestra boca
acompañado de lunares
y equilibrios
inclinandose -esta vez- al universo.

Espejos y especulaciones van
formando entre las nieblas que huyen
misteriosas y pequeñas 
tormentas.

En el rosicler del resplandor caen
helices de fantasmas
del alba.

Y entonces tras la avenida de fardos
deja venus ofrecer su farol amarillo;
el fusil de graznido a la mañana.

Una cabeza se desarma en los puntos
del hemisferio y uniendose entre estelas 
recluta la naturaleza efigies de una ley
de hemisferios.

Y lo transparente cae creando

la mañana.



Guillermo paredes

La Cruz del Poligono






Con una forma de edificio en campaña
llevando una cruz en el pecho.

En alusión a orficos planetas
donde continúan las flautas
aguardando al hombre.

Cuando la palabra en el escrito 
aprende día a día a separarnos
más del lenguaje.

Y el lenguaje camina a la fronda
donde el helecho narra
su historia a base de
epitafios.

Con manchas de pseudónimos en
las heridas donde aún escriben
los cabellos.

En el mito del metal subiendo
por la cumbre.

Entre los equinos dando forma
a una lluvia de lapidas
con una mosca.

O el insecto de una maniobra
escapando con su naipe de nieve
a las mirras ocultas.

A los enigmas con salvas de aros
en andanadas de martinetes 
y hierros.

Tensados por el azufre al calzar
los desiertos de signos.

En uno de ellos aquella cruz deserta
a un poligono.




Guillermo paredes



jueves, 27 de febrero de 2014

Primera Funciòn de los Acantilados




                                                         las cartas



No he de subir a los puentes para ver como
era el misterio. No voy a enfrentar al secreto
de la magia, porque su secreto sòlo se demuestra;
es algo ajeno a toda vida como origen.

No voy a musitar entre la enfermedad
el placer mantico de los lustrabotas ni entretejido
en las causas de la razòn con lo inedito
tomarè fabulas de acido para un itinerario.

Serè cronico igual que las movilizaciones.
Civilizarè mis entrañas segùn mi equidistancia con 
las cosas para jamàs encontrarme. Me dirè filarmonicamente
que apañè el horror como un pajaro de selva
en los laboratorios de los aspavientos.

Serè ideologo de una nada al cruzar el abismo.
Buscarè ciudades que inundan su torso de cabellos.
Intempestivo como el fracaso del antimonio
en la lluvia o la frustraciòn del delirio
en el ritmo, anudarè los cuentos
por donde anduvo el silicio
con su infamia
de cuellos redentores.

Subire al plomo.
Venderè el salmo en pos de una bahia.
Caminarè por los acantilados de
un continente donde el oceano
es ante nosotros quien arroja
eternamente las cartas.

No el hombre.




Guillermo paredes mattos

La Percepciòn de los Ejes






La sangre del buho confundida con la del
aguacero. La estirpè de seda tornasol, el
cigueñal donde el remordimiento une anarquìas
de tropos para su metàfora. Y la metafora
es neolirio de falso profeta, deforestaciòn
de eclosiones y cinèticos 
plantigrados.

Y en aquella anarquìa con el narrar prodigioso
de un arpa, la flor seca una raciòn de estereotipo; corazòn
de espumas entre excrementos y crestas;
algo a la deriva inclinando el espacio en radas 
dactilogràficas como una fibra
toma aliento.

Las membranas pàrtieron.
El hecho dice que las escrituras toman
el silencio de una caligrafìa pero beben el sonido
del lapiz al asestar sus palabras en 
una pàgina.

Repiten los nombres sobre los balleneros
del dragòn humedo.

La barricada sube a la redenciòn con ojos
de botes y màquinas de 
efebos suman la edad
del origen con tonos de bufeos que presionan
el mar en el corazòn hasta que 
la imaginaciòn de èste pueda
crearla.

Y llevarla màs allà de la percepeciòn
donde estan petrificados
los ejes.



Guillermo paredes 



miércoles, 26 de febrero de 2014

Los Nombres Virgenes del Perihelio






No tienen nombres virgenes los perihelios.
Las canciònes bramando en asteroides y superficies 
de ninguna episteme astrofisica.
El señor marino de las coordenadas.
La tipologìa con luz de haren serpenteando en lunaticas
balsas de martinetes. En yelmos.
En clarinadas.

No es motivo el amen para impulsarse al vacìo
con las botas sagradas que nos quedan
ni enfurecerse ante el santuario en los planetas 
encarnizados que son sìmiles
o paronimos del helio.

Como tampoco lleva nombre el palacio junto al encapuchado
de las largas praderas industriales
donde riela una fundaciòn de nubes y son busquedas
de monologos-placentas.

Y dado por mediatismo que no hay mas piel
que el otro, la empuñadora en la noche de escolleras
vuelve a rozar el filo de una epopeya con los angeles, en
el sitio donde las latitudes enloquecen
sobre resplandores.

Piedras de retahila que ante cualquier tacto reblandecen.
Actitud de la novia y el imperio del rehen
en un mortero de cavernas y obuses
sobrevivientes de los cuellos.

Hoy abro el cuaderno de la arteria
en las estatuas, hoy el acento copioso e inveterado
del fonema suspira de forma ruìn como los
paises provenientes de la quimica.

Como los dioses unicos del petroleo.

Entre hemisferios de semen y
gasolina.



Guillermo paredes 



El Interior del Maleficio





No sòlo en la naturaleza se reproducìan.
Los puertos navegaban en molinos de agua
y legados de conjeturas como los que descienden
con el añil en una rapsodia de magos. Aquì no
solamente tuve un hermano en el bozal y otro
iluminaba la sed por el instinto y la corazonada
con màstiles de plomo y graznidos. El que culminaba 
esta trinidad se fusionò con andanadas.

Asi fue denominado el tentàculo.
Ser que suspendido en la esfera o la aurora
corrompìa voces impenetrables como la muerte
o el embrujo. Escamas de dirigibles y palabras que
desesperadas a veces tomaban los vientres y saetas del barro.

Irreconocible la tierra del estigio, asestaba grandes
fortalezas de carbones en las liebres, aplazando
un meteoro, la cinta que une el paladar
al atun, el estèreo del mar
al cuadrado.

Focalizado el cadaver del frìo. 
El deseo intempestivo sobre los brocales del
nicho donde los pajaros llegaban preguntando por
nocutrnos soleados en una claraboya, por
el resucitar del clarear cuando 
camina a la supersticiòn
conducido por un alma.

Y en las manos puras de los
maleficios.



Guillermo paredes mattos

Preludios de la Niebla




Eres rìo del habla con un discìpulo que
el lenguaje del oceano guarda en el secreto de sus olas.
El sol de esta tarde entandariza las colinas 
donde hemos estampado un mundo para verte;
eres el poder del dolor en los escrùpulos.
La conciencia dicta que es la ùnica forma
de hurgar en ti.
De tallar en tu vida como en un tronco donde
la hiena trajo el despertar y el leòn
el miedo a lo desconocido.
Un preludio donde sòlo el vaticinio tomarìa
su baraja.
Una luz de pus fermentandose en alguna
marea de mis labios.
Eres el escualo que sube
a la feromona con la amenaza del polen.
Entre grises represalias como un continente 
sin barro, mi espìritu cosio una abeja tras otra para
lograr representar en el aire
el ritmo sellado en la colmena -el que
hasta la adolescencia nos alimentaba - Y nosotros
crecimos ante los nombres con ese soplo
de fantasma que guarda en si la poesìa.
Uno de noche imprevisible; dictador de algas
y patrimonios de hierba. Eres el timpano
con que la cera se abriò paso 
en el oido a traves de una primavera.
Una de orgìa y valientes caravanas
de hilos en el cielo.
Alimentando el corzo y la plenitud
de un amanecer esculpido por los senos.
Por las grandes figuras de sacerdotes 
donde nuestras vidas todavìa se encuentran.
Empujadas entre rìos de nihilismos
y discipulos, a los maravillosos
demonios de la niebla.


Guillermo paredes



Metamorfosis de la Vida y la Muerte






Todavía el mar: la tierra es el lugar de donde 
llegan los diluvios; los ùltimos son confeccionados
entre tempestades.

-Todavía el piélago-

El después del grito y la antesala en la nota de
rafaga junto al tronco; asi los alamos con gruesos
montajes y tambièn los sauces predestinan un tordo 
cayendo del nido.

- Monótoma es la edad de los gemelos dicen
los cachorros-

Poética la muerte del ave reitera el gemelo;
pràctico entre los árboles antes de escribir 
en el interior del hombre.

Política la muerte, pero no por ello demagogica.

Largos plasticos de iniciación se anuncian con
los perros. Enlazanse el ozono y el helio el virar
de aguardientes colinas; mustio edipo del arte
que llena el arpegio de barajas.

La naturaleza eligiò una esta mañana para 
un hombre.

Bajo la evoluciòn - de la vida a la muerte-
de un nido.



Guillermo paredes 

El Pesebre de Espigas






Existen pesebres como la ilusión. El recordar
de la espiga entre cohortes de hojas que doblan
su pígmento al mediodía. Peninsulas de 
gamos existen; concentraciones de ruedas en
sus ojos nos cuentan que un arco dió forma a
la mirada.

Y por más que un arco sea la media luna de
una tarde, por más que sólo crispense abalorios
y detalles de carne enfebrecidos sumen un
libreto de médanos entre sus carbones, hay
pesebres donde gamados prologos abren
el hueso de los idolos y el retazo de medano
abrazado a un infante borda anfitriones, el 
supurar de la nieve hasta el liquido arrea
el deletrear de las celulas, el himno antiguo
donde plantas nucleares y oxidos de amigos
vivieron y contenían en sus mejillas el
cartilago con que el petroleo recoge una
membrana, un castillo de sienes, un lienzo
de coral. Todo ello en sus linternas 
contenían.

Aún dejan que su brillo ilumine lo que resta
de la noche, cuando las velas se apagan.

Esas velas somnolientas en la sed del aluminio.

De una flor guardada con mucha soledad 
en un hilo de  joroba.

Y su tintineo, sugestivamente oseo en todas 
sus escenas.

Donde sólo la memoria de una vena, vuelve a
celebrar un crimen.




Guillermo paredes


martes, 25 de febrero de 2014

El Horizonte del Poema






Para la marcha del infinito y sus silabas.

En alguna de mis convenciones; en mi heterogeneidad.

Mis preguntas son para mi fiebre.

Para esos inviernos donde crecì sostenido por el pino 
y la acacia.

En ese momento donde es abierto un poema y sabemos
que jamàs es cerrado.

Y deliberadamente caminamos a ese mundo sin 
liebres ni antilopes.

Y reconocemos un poema solitario cuando esto acontece.
-sòlo lo solitario puede mostrar una extensiòn-

Y entonces libelulas tanto como iris se manifiestan.

Convenciendonos de que ese horizonte va a quebrarse
si lo tocamos con los dedos a travès del aire.

La poesìa no es primera persona del poema.

Yo que amè la divinidad sin ningùn talento, la acechè
y sòlo vì marchar sus simbolos.

Como un niño de barro quemè mis propios
amuletos para anhelar ese viaje.

Para convertirme en un trauma donde
inicia su cortejo el poseso.

Yo fùi un ancla de borradores antiguos, aqui tambièn
el poema despierta.

Esa metàfora me desvanece en este instante del poema.

Y mis preguntas vuelven a ser borradas por el
viento.

Esta vez sin ir tras horizonte alguno.



Guillermo paredes mattos



Imagenes del Fuego




                                                                El àrbol es tambièn el fuego

                                                             

La noche recorre otro sentimiento.
Es un libro de agua el que lleva sus señales.

-leemos nuevamente en ellas-

Imagino que en sus cartas de acido nos vimos.

Que en ellas volverìamos a encontrarnos
rodeados de catapultas y llamas.

Recordarè aquellas palabras con
las que rodeabamos el universo:

-Tobos buscamos de manera diferente
el fuego. Pero muy pocos se queman en èl-

Asomare mi vida otra vez a los puentes para 
sentir que jamàs estuve preparado.

Tomarè el trueno mas ardiente, pero no
lo harè por ser ardiente, tampoco por su intensidad.

Lo tomarè porque un dìa tu y yo conocimos
el fuego y muy pocos se queman en èl.




Guillermo  Paredes

Poesía





Dejar que una idea se asome ahora.

Ofrecerla al jardín donde otras 
fueron allegadas un día.

Asomarnos ahora que las galaxias toman
su tiempo.

Caminar.

Impregnar el corazón de otros ojos.

Involucrarnos en el viaje del espíritu a su
mas misterioso sueño, pero no ser mistérico 
por ello.

Y entre acertijos de lenguas
desencadenarnos.

Marchas de indómitos espejos sobre los
manantiales. La espesura dividida por
nuestros antepasados.

La cicatriz del aire.
El retablo con tridente de espejismo.

El sacrificio del amor
en el capitulo final de una fuente; los brocales.

Obispos y alfanges mutilan
dioses amarillos.

La verdad ondea sobre un pesebre
escenico con latitud de herradura: esta
era la figura quizá.

La tierra abre larvas vestidas de
caos.

Adjetivos e idilios oscilan en el dramatico 
serpentear de los ritmos.

Banderas y estampidas unen
los gritos.

Tinieblas y una belleza desde 
el espectro toca la noche.

Y entre abedules, despierta la
visión de lo sagrado.




Guillermo paredes

La Ecuaciòn del Glòbulo






No puedo mirar en el pensamiento hoy.
Hoy que las puertas son lagos.
Y el latigo del abecedario es 
equino del latido.

Las mariposas son clarividencia pero
de otra manera; su oràculo hoy està en
las ràfagas. Ya no existiràn màs
amparadas bajo los aulos
del gorjeo.

Asi que me preparo en este silencio de
carne, de estuario y escollera donde
las piedras que piso se marchitan
milenariamente.

Pero camino en mi idealismo neutral
de esta vida; extranjera de si misma ante 
los horizontes; ecuaciòn de globulo.


Sobre todo porque aquella clarividencia 
ha crucificado de verde todo espacio.

Sòlo quiero encontrar aquel que
pertenece al pensamiento.



Guillermo paredes



Densiometrìa Terrestre







Nada busca un verso terrenal para ser
boreal ni antorcha, ello lo define lo austral
sin autonomìa ni baraja que hunda una
cabellera en la niebla o la espuma del 
escrito al recorrer densiometrìas. Nadie
hurga el armiño en una junta colosal de
hogueras donde musitan crisalidas. Yo 
como aborigen me implico.

Y podrìa escribir de ello si fuera palido,
màs palido que el estìo con culatas de
platinada referencia a ese gutural idioma
que la conciencia ve recorrer en uno de 
sus sueños.

Recorro nuevamente al gesto y la mueca
para sentir ello.

Para llegar a la vida que toma otra para
dialogar hasta la nieve con ese sueño.

- es dificil llegar a la nieve y el dialogo-

Es extraño separarse en el texto mientras
lo boreal sigue agitandose entre 
densiometrìas.

Asi que me alejo.

Tengo el planetario de una casa. Un puente 
anacrònico.

Un talisman. Un metodo
de cines y un palco sin ningùn record
de boxeadores. Estoy lleno de
supersticiones.

De encantamientos que - no casi siempre-
son elementales, menos elementales
que la lluvia.






Guillermo paredes



El Hemisferio del Oceano





A veces acoplamos los cielos.

En otras bandadas de fervor cortan 
sus hilos.

La providencia, abrese y canta entre
sus maderos.

Numeros y hombros vuelven a 
los brazos.

El desliz lo hace al declive.

Los ojos son negros, pero ello
es una mitad.

Es torrido el aspaviento de 
un sombreo entre aquello que
resplandeciendo o no
vuelve a tomar un
estambre.

El poema se borra entre la voluntad
de la poesìa.

Lo ùltimo me preocuparìa un poco
si la vida que llevo no estarìa sentada
y el aguacero continuara.

Eso significa que el mar agoniza
en el hemisferio.

Nos desvanecemos en ello
igual que tormentas y nubarrones.

Alguien desconocido orienta
su vida al oceano
igual que un abanico, pensando
que podrìa encontrarlo.

Sòlo hay peces muertos y barcos.

No pensamos que ese mar
cae ahora.

Y sòlo significa otro absoluto.







Guillermo paredes

lunes, 24 de febrero de 2014

La Oscuridad del Azul






Elegì la ùltima palabra del aire por su trascendencia.
Por su comunicaciòn entre galpones y runas dentro
de una corriente. Por la visiòn del rito en ella y sus
anunciaciones mediaticas con el loto de una
calle donde la ciudad forma veredas y reinos de brea
deforman la historia de metal en las cruces.

Caminè entre las ultimas palabras del oido, pensando
en curvaturas que dan al hecho situaciones aladas
como un vehiculo muriendo en la nieve, como una
bandada de cartas con especimenes de velo y lustros;
audios de violines con reglajes de crimenes como
un exilios del aura en la soledad o los elementos
de espuma subiendo a la armonía con un techo
de cadenas, semejantes a los reinos de niebla y
vellocino, que el alma entrega en noches de crines
y tinieblas semejantes a aquellas que dividen en
dos seres la noche.

Para separar la oscuridad del azul.



Guillermo paredes

Arena





Es indispensable una forma de esfera cuando el día
se extiende y la reproducción del oceano en nuestra
conciencia, lleva a cargo su trabajo más largo, el 
cual es transformarlo en memoria.

Es necesario que aquella memoria tenga el don
de presagiar. De no ser tan transparente para
tocar una efigie; una silueta dormida en los
opuestos, una dialectica hecha de 
hormigas.

Vivir en el follaje y alimentarse de granito, también
es necesario. Pero no tanto.

Es indispensable vivir entre comillas y aductores.

Pedirle a dios las cosas mas extensas mientras estamos
vivos: un poco de arena por ejemplo.

Seguidamente sólo tienes que sentarte.

Si es tu destino, crearás con ese 
poco de arena una orilla.





Guillermo paredes



El Pergamino de Pulmón





Es posible que un pulmón también se tense.
Que sus actos caigan entre el poema y yo
como un acto de plutonio.
Que hayan sirgadores y minaretes con cercanías
de hibridos en él.
Es posible que en un pulmón viva un higado.

Yo no puedo sentir ello, por más cosas termales
o nucleares del hombre.
Fuí inspirado en una hipocrecia por la tarde: una 
ebria de flores y leche.

Puedo decir que vi un venado y cerca una gacela
transformandose en la inquisición de ningún eco;
basta para afirmar un coloso, lleno de cenizas
y enigmas de aluminio cuando una resaca 
muestra su estela.

Asi la llegada al mar se convierte en una reliquia.
Una reliquia convencida del pergamino que nace
en cada átomo. 

A ese pergamino, tú no le puedes dar de beber
donde ya antes se ha ahogado.



Guillermo paredes 


Materiales de Cisne






Asi ves el cuadro: La impronta de nieve
al soñar, la originalidad con el que el mundo
respira en voz tenue y el pedregal
donde el zafiro tiñe sus ruidos de amatista.

Largas conciencias de prados y remansos
donde los relámpagos circulan entre médanos
o truenos; el espiral que da forma a la brisa se
convierten en viento; lejano, mas lejano es el celeste
ahora llevado por su transparencia.

Materiales de cisne úbican el mineral en el
agua.

Dosis de electricidad deponen un fervor 
marchitado entre líquenes y fabricas; el algoritmo
es de fiebre, con voluntad de cicuta y maniobrar
de espejismo; devuelve hacia la luna trayectorias.

Asi era: las voces descubrían en él
las circunstancias e hipocampos de oro
devolvían conjuntos de averno a la orilla donde
huían nubarrones de diastoles.

Esa soledad donde era izado el
microcosmos.

Empalando la piel en el fuego de todas
las banderas.




Guillermo paredes




domingo, 23 de febrero de 2014

Dimensionalidad de un Travesaño





Un día de plastico es coyuntura; un
sobrenombre y plasticidades iguales 
al lexico, a ortografías de tallos:escépticos
confines del lenguaje.

Por ello sólo me queda un
centauro.

Ello, individualmente. No es artesanal por
ser ardiente: camina por la noche con una
baraja. Sabe lentamente que el significado
termina en el significado.

Si logra seguir es aún coyuntural y puede 
evocar una mancha.
Sentirse sólo, carente de aprendizajes.
Mostrando prejuicios teóricos para moverse 
en el final de una estrofa, siento estrofísico
de manera pseudonima y con tormentas.

Asi sus nombres no pueden lamentarse 
al perder significado.

Dije que sólo tenía un centauro. Ello
me imposibilita de anhelar. Y es mi única
posesión, como tal o cual acertijo ante 
la garua de tulipanes.

Un centauro fue escrito, uno que no procede
de mitologías.

Siempre dispuesto a asociarse con los
ronroneos.

Por las esquinas, reptando eternamente en
sus inquisiciones.

A veces dogmático, lleno de alquileres y orbitas,
voeando al singlar; siseo ontológico del lapso y
del lampo en ese sujetarse del poema, a toda
abstracción del universo, a toda costa.

Y con mi centauro, me detengo a persignarme.

Vivir de percusión en percusión fué cuando
llegué a mis brazos.

A veces no sucedió.

A veces mi ruleta

- en este caso literaria-

Es menos que el azul de un travesaño.




Guillermo paredes

El Balanceo del Liquido





Conservo un corazón al lado
del farol.
Junto a una imprenta.
En la masacre de una planta.

Basado en bolicheras
puede entender que los mundos
se balancean también
sobre el agua
y es tan evidente
como un anagrama
-por decir-
tomando la voluntad de una
morgue.

Asi empieza a deslindarse
de lo lirico.

Y sin embargo, también
poseo un pulso donde existe
mi techo, mi amor por claraboyas
y esqueletos me condujo 
a él, citadino y ardiente.

Tengo una astralidad con 
estallidos son norte donde la 
visión del mar empieza
a dibujar un armatoste.

Un  recogimiento de
noesis con palabras de instinto
y sien bañadas por
los equinoccios.

Por simultaneos simulacros.

Donde giran las reencarnaciones.



Guillermo



sábado, 22 de febrero de 2014

Poema





Llegada a la intepretaciòn el conocimiento percibe.
La noche llega a ello como una guarida. Los aposentos
se dividen para ubicar un poema que dirija el corazòn
a otra parte; no hay nada que decir ya. Un ensimismar
libra a un halcòn de tu puerta. Es el postrero material
de esta aventura, el caminar por una catapulta a una 
iglesia y su oceano. Llega el listòn anglicano cercando
los vidrios, la coraza divide procesiones con acentos de
aspid y poses de estadios. Maniobran los pielagos en
una garza. Mensajes de parques que invocan aquellos
liricos sumergibles de coherencias con los baculos; el
sol es silencioso como un puente. La ballesta regresa
a los volumenes cubierta y asediada por su deriva, el
ritmo del sentimiento es abordaje de arcanos en las
boyas donde florece la mirada despidiendo un navìo.
Fuselajes y tramontinas difuminan la dama del acido
en el espantapajaros, con analisis que dejan atras la
nebulosa para conmoverse. Y algo asido a las piedras,
asido a acantilados de juguetes besa su mandragora
embiste su corola, como si fuera cierto.


Guillermo paredes 

Descenlaces de Racimo





Todo racimo vive en una rama, por lo tanto
escribe en un árbol.
Su existencia estáligado a él bajo ciertas condiciones.
Es invierno y ese racimo posee un fruto que no
alcanzará el invierno.
- el hombre puede decir que recorrerá las cuatro
estaciones,pero no es lo mismo-
El hombre es prosopopeya y también procolabismo.
Llega delnorte y a veces lo hace vestido de hierba.
Lleva cuentos de hadas y a veces una orgía.
Graba sueños porque deriva de la espontaneidad
que crece en la nuez.
El racimo es un fruto que la libertad nunca logra
concederce.
Se desnuda en ciertos oleajes.
Tramita su vida en otros bordes.
Es una oración incognita porque jamás leeremos
aquellas que nos muestra como velos.
El viento ondulalas ramas con su fuerza y eso 
es inevitable.
Como inevitable que sus palabras sigan siendo
velos.
Paralelamente el sonido se golpea contra sus
entrañas.
Es una forma de sumergirse en su acustica.
Una manera de morir en su propio deseo.



Guillermo paredes


Carbón







Ciñese junto a un intelectual.
Lo he deducido por las cosas que llevaba.
Por lo que hacía en ellas.
Y existieron porque aquel intelectual
las tocaba de extremo a extremo, con el juicio
que sólo puede dar la hojarasca. Con saetas que
son creadas al ser tocadas por el
oceano. Pero un intelectual va más alla del oceano.
Por ello puedo afirmar que estuve
ante su vida -no como un hecho-
un intelectual es un evento de granizo superlativo
que llega a separanos. A contar los 
crepúsculos que nuestra vida no logra formar
en el hemisferio.

- al menos ésta-

He vivido frente a un intelectual por las
cosas que educaba: un elefante, un saltamones
una cubierta de arrecifes. 

Un manuscrito donde las pergolas abren el
insomnio de algún personajes.

Aquel que entre condiciones de estambre.

Rueda entre la organicidad de una gripe.

De un verosimil estandarte como
el frio.

Creando una aguja de saliva en un río.

- todo esto acontece en el carbón cuando es olvidado-


Guillermo





viernes, 21 de febrero de 2014

Y no casi siempre es el Tiempo






La inèdita rada, el diàlogo de la noche entre la
plaga y los primogenitos.

El eter en el tìmpano donde es procolabico el 
dejar de sostenerse.

Como un todo que pregunta al hemisferio y el
hemisferio como una respuesta va cayendo 
hasta crear un halcòn en la lectura de la piedra.


Han pasado tantos dìas, pero la rada medita
con esa intensidad donde no siempre pasa de
largo la imaginaciòn. el estuario; su osamenta.

Y la sentencia da paso al maleficio de verde.

Al amuleto tocando la supersticiòn. Al un solo
recuerdo alzandose en la memoria.

La coincidencia vuelve a ser temporada de 
sueño en esa llama.

Aquì en todas las formas de conciencia del
poema lo dictado vuelve a desertar; a la fragilidad
que presiente el pulso del tallo.

Lo omnisciente evoluciona hacia la calle. Un pulgar
es cadena de limpìas cadenas que reconocen
un valle.

La escarcha de una luciernaga sube por el animal
de clarinada, sombreando un talisman en el sentido.

Se desvanecen los relojes.

Mordìan aquello encerrado en sus circulos.

Y que no casi siempre es el tiempo.




Guillermo paredes

jueves, 20 de febrero de 2014

El Dìa





Reaparece un dìa.

Con victimarios acentos de sismos.

Con firmamentos de radiantes escarpines.

Como un romàntico sacrificio de dialogos en
los periòdicos.

Lo hace bajo un lustro.

Sobre conmociones y llegadas al platino; fantasmas
de solitaria iniciaciòn de avistamientos.

Sus frutos son esotèricos.

Sus contenidos de polen. El dìa aparece con caracteres
que son generaciones.

Ambientado entre gavieros.

Aprieto de mirada, recolector de ofidios.

Tiene un habitante. Lo conozco por reproducciones
de metricas atlanticas.

Es irònico pues habla de nosotros mismos.

Lo contemplamos vestido de violines. Un pigmento
que roza lo purpura y ese purpura es serenata
de las venas con la sangre.

El dìa pasa y dejemos que lo haga.

Dejemos que muera con su 
mistico.




Guillermo paredes 

El Arbol Judio




                                                                         Tambièn forzada morfologìa



Un juguete en el vahido del dios de arnes..
Devoto de ninguna inmortalidad.
Recorriò los pantanos a la vez que velàmenes.
Inundò estandartes y voluminosas sienes
donde la estirpe tuvo al sustantivo como predicador
de funciones politicas: salvas marginalmente
en la hora literaria de lo marginal;
ambas contraponièndose 
desde lo gramàtico; llevaban peines
y depiladores. Membranas grises de cuadernos.
Una làpida temblorosa de rayo.
Por ser marginales es menester de nuestro
yo literario, encontrar las misteriosas gimnasias que 
rodean su amor para acabarlos.

Masacres de escarnio y velo prodigiosamente
extirpan abedules del trueno, un templario
vibra entre tulipanes. Languidos naipes que
silban amarillos. Todo jueguete hoy vuelve al
ser de una cultura impregnada 
de forasteros.







Menciones de dios esculturalmente con una
boina de aceite.

Marchas sutiles de idiosincracias con lunàticos
hierros de parlantes.

Entre miradores y planetarios aùn la hierba truena
como una sinagoga.

Y un àrbol judio despierta en la estrella.





Guillermo paredes

Tempranamente se Tensa






Tempranamente se tensa el agua, hasta formar
superficies.
Nuestra diestra se vuelve densidad.
Su intensidad, epifanìa.
Entre coros universales, suspèndense finalidades
de bòvedas. El rìo toma la quietud de aquella superficie
y la lleva al movimiento.
Muy tempranamente es neuronal el dìa.
La liebre es mastodonde del talisman.
Los dìas interpretan nuevamente el lenguaje 
de archipielagos
y manantiales, donde fue tensada
el agua.

Se pudo haber escrito muy auroralmente, pero 
no tiene importancia.

La llegada de un hombre a la ribera destruirà
esta figura.

Sòlo tiene que beber del agua.



Guillermo paredes

Abstracción de un Atomo







Llevas un átomo; lo sé por la transparencia
que rodea un objeto, no somos la excepción; Por el culto 
invisible que posee el universo a ello. Por esa fisonomía espacial 
que abstrae entre lo lejos, aquello que también 
se eleva como un pensamiento.

Pero no. No te entrega al viaje del pensamiento
para que lo hagas.

No te ofrece el definir.

Para llegar a ese átomo, te abándona a 
la intuición.





Guillermo paredes 


Las Circunferencias del Reflejo







Hemos recorrido la fantasía ya sin lo dorado;
eso pertenece a los espejos.
A la poesia pasando en limpio las cosas tempranas
de la lengua.

Guardamos el origen de la gripe en los yelmos.
Sucedimos entre dramáticos pianos
con busquedas de mirlos y girasoles
con desastres eficientes.

Al llegar al lampo nos dividimos sin condiciones.


Pensamos en la vía de la naturaleza y sin ser 
la proporción que pudiera igualar un adjetivo 
tuvimos en el corazón el espiritu de la ciudad
y sus bridas. En el anaquel del marrón había
una flor gama y la tomamos; no sé si como lo 
la creación lo hizo. No sabemos
si como el ingenio cuando
afirma leñadores
y aconteceres; lagunas de resplandores
sin arrobos.

Nombramos los fenómenos por sus cartas vacías.
Por los llamados que corren en sus fiebres.
Dotamos de circunferencias al torno y si 
la fantasía recorrió la fantasía sin 
nosotros, debe haber encontrado
un grillo pálido como
la maniobra
un tótem de referencias incógnitas al cigueñal
al esqueleto que dejamos caer
en las crines o el elastico muchacho
cuando transforma el mundo en descenlaces.

Historias de diferente estrepito.
Liturgias de otro velo por donde jamás caminamos.

Nosotros sabemos que hay algo entre
la fantasía que los reflejos cierran.



Guillermo paredes

Devenir





Es el nombre del añil quien sube a la puerta,
junto a insomnios de pergaminso en algidas estructuras,
como la pisada del dominio o la marea.

Según la desición ello es igual a los planetas
y yo lo amo con una respiración de troneras
donde la escarcha diagonalmente
se encrespa.

Asi la encrucijada del canto bebe
efervescencias de un vals
que llena los barrotes de
algas.

Cercanamente el vidrio
despabila cosas violaceas; una sepultura donde
veo a mis parientes -para ellos no hay una retórica-
Sólo poseen un escenario.

Y los hilos de su existencias no conocen
la deriva. La efigie del porqué.

Aprendizajes de telarañas
en una visión de entrañas acribillna el
lamento fosforescente del agua; sumerge el continente
el heraldo desgarrado por uno que otro invierno; es
inquicisión esa palabra con musculos de odalizca
entre los montes al tocar 
un tallo.

La poesía vuelve a las mismas palabras. Ayer como
ahora las desconocía.




Guillermo paredes

miércoles, 19 de febrero de 2014

Los Inasibles Desasirses






Es necesario màs que saliva para desasirse.
Lograr ser inasible como una actuaciòn de ruletas
junto al desvanecente dormitar de los palacios.

Es indispensable el desdecirse a la manera de 
nada; entre un caos que logra la hegemonìa en 
trompetas paridas por centuriones y fresnos.

Y oir sinfonìas como si tratarase de vocales
que conducen el dìa a multiplicaciones extrañas
donde todo lo naciente no busca ser gnostico.

Es indispensable dormir perpetuamente en los
rieles, ovillar una calle sin terciopelos ni agujas
impregnarse de vilos o conjuntos de acidos.

Indispensable cansarse hasta la nube del pelo
o la incognita del riel memoriando una masacre,
un pigmento de piel con deltas de iconografìas.

Sentarse ante el movimiento de flores idas
caracterizadas por el sesgo del violìn arrecife,
ese que espera en los santuarios del preludio.

Conmoverse del jiròn, morar al preludio, ser
disertaciòn de aquelarres que llenos de buses
hunden en las sienes en ludicos petroleos.

Fabricar el itinerario durmiente del cefiro

y sean el sueño como la lucidez quienes lo
articulen en los afluentes de una pàgina.

Sin desasirse, sin dejar que el cometa nos
arranquè ese vilo de desmayo y desamparo 
en las clepsidras, ebrias de arenas descomunales.

Hermetismo de la Sensibilidad





Ahora que nuestra distancia es quìmica.
Que los relojes abandonan las brùjulas.
Hoy que el deseo recorre el tacto de aquello
que existiò por toneladas, tocando el hermetismo
que sòlo te da la experiencia y puedas asi
encontrarlo.

Ahora que el hermetismo es tambièn un
pacto entre la divinidad y lo acadèmico
segùn la soledad de una noche
y nuestra tregua puede abandonar un pensamiento 
entre los sìmbolos; el esplendor de una vida
sin ninguna herencia por ejemplo.

Ahora que la rosa entre sus simbolos puede
demostrar la muerte de sus cabellos
sin que tenga que preguntar a 
mi nuca por profetas y escriba en silencio
que los manuscritos podìan sostenerse en un
pacto apolineo con las dentelladas
con los frìos secos del eter
con hemisfèricas diàsporas.

Y que menguante no signinfica menguante
ni medialuna o mucho menos cimitarra
y si el hechizo logro mantenerse en su filo
fue por encarnecidos trapecios.

Donde ese hombre en mi interior que conocì
al suspenderse en ellos
palpita de nuevo entre la vida.


Guillermo paredes


La Habitaciòn Numismàtica







Y alguien deja atràs el sentido.

El mar al fondo, donde un jardìn de
agua recuerda bacilicas de piedra
donde el carbòn viviò acompañado
de figuras.

Un ancestro emerge de esa forma
equilibrado por una colonial ceràmica de
lirios; iridiscente como el soñado planear
del martinete en una hoguera
y la laguna: un alcedìnico ojo
desde la extraña labor del espejo
en esa juventud de tierra extasiada
y maquinarias con un 
epistolario fotografico de cercos
y habitaciones numismàticas, llega
de un arcano rosicler
en las botas.

Y desde esta distancia ese sentido.
Ese fusiforme estamparse
en los travesaños.
Ese inclinarse contra todos los eslabones
en vivo, ebrio de cicuta y corolarios; muestras
del alma que arriò los àrboles como
si fueran edificios y canto al limbo
tanto como al polen desesperado
del aceite, donde las
iniciaciones eran palidas como
una antigua poesìa
esa que llevamos de contrabando por
miedo a nosotros mismos.

Sòlo a nosotros.

Porque sabemos que esa vida que nos
diò su espìritu en cualquier momento
de sus versos, podrìa 
arrancarnosla.


Guillermo paredes



La Porcelana de la Flor






En toda flor se lee un subtitulo.
Es decir una lèctura.
Las calles mientras leemos, caen 
entre salvas de porcelana.
El portento de los vidrios ha transformado
su ruido en centella y largos cadmios de horizonte
trazan un angulo al golpear su linea
con las islas.

Tranvìas de aire en las manos 
son semillas ignotas. La incognita
de la conmociòn con evoluciones
de salto o renuncias a un 
evento platònico, elevan
gnosticos naufragos
de diluvios.

Pero toda flor es tambièn
una flor. Una forma donde la naturaleza
vibra en rededor del gorjeo
o las cupulas formadas
a base de regiones
terrestres.

De dimensiones polvorientas.

Donde el lumen vuelve al
elixir y los halos.




Guillermo paredes


Gramaticalidad del Suicida






Es tarde como en los grandes paquidermos
que no fueron antediluvianos. Tarde en el
pezòn prehistorico. En la antorcha derivando
hacia la movilizaciòn del corchete en un orar
desconocido -como el de una oraciòn en el
texto- La oraciòn;es necesario decirlo porque 
puede ser tambièn la sentencia. Y a veces lo es.

Y aunque la sentencia estè conectada un poco
màs a soledades como el enigma, este dìa
miercoles va dejando un grafitti en mi polo o
en el asteroide con preguntas paralelamente
a la nociòn de un elemento. La nociòn; el 
elemento, deberìa detener toda inscripciòn 
que lexicograficamente caiga de puntas
en esta estaciòn sin motivaciòn y sin vagones.

Y deberìa, tener una reminiscencia literal 
para sentarme en los acantilados. Un sobre
donde vadean alquileres y pelicanos, Una
bandera situada al borde los precipicios 
porque son estos los que ven a eso llamado
personalidad caer por piedras y polvo.

Yo creo que en ella tambièn se aleja un
temperamento, un articulo de fiebre que
no podremos transcribir con elementos
gramaticales a una pàgina.

Sì debe ser muy triste. Muy irònico.

Pero eso es lo que hacen - entre otras
cosas- los suicidas.

Quitarle toda la gramatologìa a su ser
cuando mueren.

Tambipen lo hacen los heraldos -cabe la posibilidad- 
y su llamado temperamento y personalidad
que miro ahora caer por los àrboles.



Guillermo paredes

Superlativo





Por el pètalo sabemos que muy cerca existen
manantiales. No bebemos de ellos pero soñamoslos.
Raspamos sus murallas; todas son grandes castillos,
inmensos espeleòlogos. Los carbones trepidan en
sus paredes de esquirlas o granito. Porcentajes y
codigos caminan con golpes semejantes a las cosas
cuando los mandarines en ellas presienten con
libèlulas de presagio.

Reencarnaciònes de cosacos inundan extàticos 
valles. Renuncian los pilones a fuentes donde
misteriosos seres forman el deseo en una pergola
de soledad como la tempestad; monopolio de 
inhospitos vortices. Un accecible torbellino 
nos recuerda que ya lo hemos contemplado.

Elegìas de pitonisas y sajones son las formas
con que los planetas rebasan impregnados de
sustantivos el rosicler que anuncia tanto el alba
y el oràculo del mediodìa. Para la naturaleza es
el destino de la noche. Para la escritura un
anuncio de cabelleras donde los siglos del
mar elevan medallas de cera donde una
escalada de ritmos busca su expresiòn,
su don raido por la interioridad de un poema.

Y en esa vida tan existente, tan verbal pero
no tanto, la vocal tambièn tiene un perro.

Y una escollera de azufre - como èsta- no 
significa un superlativo.



Guillermo paredes mattos

Condicional





A veces hay identidades, pero estàmos
solos.

El rìo delimita al separar dos territorios, 
asi que un helecho mira al que la
ràfaga hace ondear en la orilla 
contraria.

Si embargo, la experiencia escribe que 
aquel rìo puede quedar completamente seco.

En ese caso uno y otro helecho
ya no quedaràn separados.

Y debajo del cauce de
aquel rìo.

Uniràn sus raices.




Guillermo 

martes, 18 de febrero de 2014

Espacio







Interesa más el ojo de la aguja, que la nieve
diariamente cruzandola; poco queda
de ella. Los hilos duermen.

Y tal hecho es exhortado por el tiempo.

Por las puntas de los alfileres y por que 
no decirlo algun laberinto de unicornio.


Es importante conocer la tanta mudez
de nosotros por ello.

El sino intelectual de los bosques
correteando ya sin aura.

El paseo intelectual de esos bosques cuando
intentamos velar sus agujas.

Y ello es evitado por la nieve.

Por la existencia de corrientes
de agua. Allí extrañas mitologías 
tomarán un album, un expedicionario dossier
sin brujulas, donde cierta actividad historica nos dice:

Es el laberinto del unicornio quien está detenido
en el ojo de la aguja.

Tal hecho sigue siendo exhortado por el
tiempo.

Porque tal laberinto y su unicornio son los
que equilibran ese espacio.




Guillermo paredes 







Mensajes de Rojo






La sinagoga del latex.
El sol porque jamàs se humedece.
El cometa porque esta hecho de indicios.
El evento porque està condicionado a la aventura
de la reflexiòn en una nuca.
Un conjunto de craneos porque algùn dìa
encontraràn la boca.
La telemetrìa de cuerpos y los estetoscopios
por que viajan al interior de la vida
sin tener que acabarla.
El poema con mensajes de rojo donde sòlo el amor
alcanza la intriga porque el hombre la ha
conservado pura en el miedo.
La pureza o ese miedo segùn la formaciòn
o el caracter del poema.
Los objetos del ansia antes que los pinos eleven
su ceremonia de conocimiento y
silencio de lo fisico
con ficciones de alondras.
La puesta del trueno recopilando vortices.
El vortice con el nuevo origen de las independencias
evolucionando en paramos donde geneticas
como tu cara o la indiviudual
reciclan una ducha
un liquido edificio sin educar.
Una crisis noètica.
Una carta sin higado o el presagio de que
existencia no alcanza.
Pero igual; con pocas evidencias de nuestros
ojos cerrados.
Ansiamos que el el universo vuelva entre la
creaciòn a deformarse.



Guillermo pàredes



Solsticio de Ballena








No hay porquè preocuparse si la palabra escribe demasiado.
Tarde temprano con sentido o no, el lenguaje detendra sus
silabas. No hay porquè mirar algun celeste e interrogar:
sin lo divino la pregunta siempre ira a la deriva -serà una
pregunta solamente- Una pregunta no siempre es el principio
del universo; una llamada silenciosa del tranvia en
el oceano, un telèfòno paradòjico que alerta a los brillos
de antorchas y fogatas; esto ultimo es caminar sucediendo
caminar y suceder son verbalidades juiciosas, pero no 
siempre justas, lo sabemos por las estrellas que siguen
al viento cuando se transforma en forastero; que sea
esta vez de escarcha, polietileno si queremos.

No siempre es necesaria la experiencia, con o sin ella
siempre leemos en la polvora. Los accidentes son para
los que comulgan con el aire o los cefiros que en la antigua
historia del coral repiten vidrios y mutaciones
alevines con el prefijo post en cada monòlogo.
Asi que el monògo asciende a los àrboles para
observar la caida del prefijo.

No es importante la duda si la verdad opera con la 
temporada o la temperatura de flautas que escuchan
mas que el mismo eco. Hay mucha gente que vivirà
y acentuarà su muerte en una flauta, junto al escarpin
del aulo o la inercia de la posibilidad ante la arena: por
ejemplo como hoy...

Esta arena que me ofrece una orilla y a la cual sòlo
le ofrezco mi vida.

Ambos absolutamente dedicados a contar ballenas.







La Sed del Pajaro







Ayer juntè una puerta.
No reparè que frente a ella un pàjaro 
casi dormìa y toda su fe era ese sueño.
Pero la fè no podìa acompañarlo para siempre.
De ser asi no tendrìa alas.

Ayer vì a un mastil posarse junto al
cuerpo de tal ave.
-dormìa obviamente-
No entendì esa figura. No comprendìa
las palabras del màstil que
empezaba a tomar aquel 
ave pues creìa que
agonizaba.

Mi vida percibiò que el màstil buscaba 
alimento.

Pero la fè descubriò que a veces hay que volver
a un pàjaro para que despliegue sus alas.

Y èste ante la mirada inutil del màstil.

Tomò el cielo.


Guillermo paredes

lunes, 17 de febrero de 2014

Poesìa







Tenìa un lecho de raices.

Una imagen como inoxidable eje
de reglaje separando las sienes.

El lugar del monumento a los plomos
subìa con extraños lagartos de mimbre
azotados por las cartas
en sus labios.

Menciones de febrero reducìan colosos
en su cuello.

El rìo intuìa la inspiraciòn de los
desfiles, la puerta ciega del relàmpago
crispado por el trueno
en sus orejas.

Era marxista porque unìa elefantes.

Civilizado segùn los espejimos.

Yo lo recuerdo por las ciencias blancas
que lo esperan.

Por los grandiosos corales sin sacramentos
de arcangel tocados por los olmos.

En todas las pergolas de esta ciudad
una situaciòn y un adjetivo
agregan su existencia
a una estela 
donde no siempre vuelvo a su lecho
intentando devorar una raìz.

Y eso el poema màs que vida
lo sabe.



Guillermo paredes


Oxigeno





Hay cuentos que dejamos podrir como
un fruto de soledad en la arena.


Cada atardecer alguien se sienta para mirarlo
para ver si llegò a sus cenizas.

Cenizas que serán devoradas porque el
cuento vivió sobre un pergamino y éste
sienta su existencia sobre la carne: la carne
sólo es devorada por los peces, 
incrustado en los fondos de
los mares.

Y la ola -acto del oceano- sólo posee voluntad para 
llegar a su narración asi que sólo 
intuye su latido.

Tal cuento y narración deben ser devorado
por los peces.

Pero bajo las aguas. Ellos sólo pueden soñar 
el oxigeno.


Guillermo paredes



La Indivualidad de la Foca







No llegaré a la hoja como lo hace una campana.
Ni la redención tendrá como título: pez de arena.
Tampoco conjuraré el desarrollo si llega de la bruma.
Conocí otras evoluciones que tomaron su prójimo del platino.
Que escupian en el polen y los dibujos que el
espíritu describe en secreto cuando tratamos
alegorías. Te ví, ello es cierto, caminé con
tus abismos y piedras hasta un punto
donde la linea señala inmensidades doradas.
Te ví y algo convirtió ello en leyenda
para que sea legendario; personalmente
lo legendario es el gusto individual de una foca.
La polvora de orgía al lado del martinete.
Y confundí ese adios con un ancla.
Lo sellé en peciolos de los techos para
que jamás fuera tocado.

Anida el mar su cesto
de geranios mordidos,
el placer por el agua y el escrúpulo vuelven a 
fermentar su noche de carabina,
de moral sobre la lluvia quitándo un tulipan
de los oidos del hombre.
Los morrales construyen aún arquitecturas
de gemelos.

La escena y la frecuencia por donde transcurre
es dramaticamente de cachorros.


Guillermo paredes


La Parte y Todo del Delfín







Sabemos que el universo paseaba un delfín por
la noche.

Que una luz se derramaba muy cerca intentando
llegar a esa comparación.

Que el universo debía compararse a algo mientras
su todo acontecía.

Recojo una parte ahora.

La recojo y percibo que el universo medita por 
ello y es otro cisne.

Afirmolo porque cada amanecer ese delfín
sigue buscando animales.




Guillermo paredes

domingo, 16 de febrero de 2014

Esgrimista de Venus







Los hechos pertenecen a una dimension 
antigua: lenguajes deuteronómicos con 
puestas de venus y esgrimistas.

Leales a la tierra los observatorios dejan
ver epicentros lunares devaneciendose. Son
acertijos con los que llenan los muelles
su vida.

Irracionales ventiscas de nubarrones
toman mandragoras de aceite junto a 
tremantes de plata entre liturgias; adoquines 
de acido ante el casto verso de insignias
donde oran monstruosos dragones.

Mánticas  bacílicas de ceremonias,
perros y tremantes oscilando
entre nubes de reencarnaciones
todas impregnadas de azotes. Un inmovil
estuario. Un zohar que se agita.

Objetos de azogue cual pseudónimo caido.
Visiones de siembras y atmosferas
donde el proposito condecora 
hombres  unigenitos.

Llegada a la playa, la poesía de leche
descerrajaba un don de voluntad en
una luna, otra gravedad descencía
con tormentas de arcangeles.

Alguno derivaba a la sombra y del virrey 
a susceptibles fortaleza de almas, indicaban
al sueño la catarata del farol, la linea del ojo
la fraseología del prado; esa respiración de
bosque, inevitable junto al juicio del sedimento
y entonces el sinóptico animal, la efervescencia
alejandose a la boveda. La vida industrial
del espejismo que se seca. El campo donde
la noche es más larga que un vortice o un
canto se sedas matemáticas.

Donde a veces puedo ver escribir al
terciopelo.




Guillermo paredes mattos

sábado, 15 de febrero de 2014

Iniciación de la Armonía





Tenìa el silencio alrededor como un dique.
Lo imitaba y otras aprendìa en sus páginas
iluminadas por velàmenes y màstiles.
Podìa hacerlo porque vivìa en el mar.

A estas alturas de nuestras vidas 
sabemos que vivir en el mar
es cosa de elefantes
y raptos.

Y si no caminaran también  por el aire dirìa que 
siguen alguna memoria, algùn
puerto de mamuts que llega
desde lo milenario.

Todo esto se escribe sin seres rituales.
Sin pedirle al rito la entrada a la boina.

Al pensamiento, donde una altura es
inclinada por el hombre.
Conocìa esa altura pero no la manera
en que era inclinada.
Luego de ello me citaba parmenideo
cada tarde, seguro del helenismo
con el cual parpadeaba la manera de 
concebir el universo.

Yo no siento mucho haber llegado
a una linea acentuandola.

No sè si sea eternidad, pero hay que acentuarla
màs que un poco.

Es casi indispensable.

Es algo inherente a la nada.
Tan inmediato que la figura transforma
toda vida en silueta y en caos.

Sòlo asi despertamos entre la realidad
a otra armonìa.



Guillermo Paredes Mattos





Canciòn de Astromelia






Asciende astromelia.
Toda carta en ti debe al tornasol
un manantial.
El arpegio del sino
o la silueta de una rosaleda.
Si miras
el archipielago es semejante al
escarlata
con lenguajes svasticos.
Yo busco el hechizo del eco en 
ellos.


Toma los adioses que te pertenecen.
Arrancale a las formas lo divino.
Aguarda al destino en una
copa de àrboles como
lo hacen las luces
colandose entre
las ramas intentando llegar a 
la tierra.

Observa aquellas que 
no toman ese camino.
Ni atraviesan las copas o 
los sonidos del gorjeo
para incrustarse en los tallos.

Dibuja el oceano en el 
crepusculo como
un pulso lo harìa al 
encontrarse con
la vida desde tu pecho.

Ese pulso que debe a 
la organizaciòn de
tus entrañas, la piel.

Ese pulso que debe a la
logistica de una 
regiòn, ese dimensiar que 
a veces
logicaliza el vacìo.

Y ese vacìo muestra el 
verbar
de todas las cosas.

Sigue ese curso, no importa 
las vidas que una y otra
se pierdan.

No importa el lecho
donde tù misma 
crucificaras
tu sombra.

Dormido aùn tu 
espìritu seguirà gritando
astromelia.

Asi que deslizate
desplazate 
mientele a la brisa y los 
venenos
forma hogueras y llena
a los dioses de 
antorchas.

Busca la fogata donde el
mastil se convierte
en hormiga.

Que tus raices vivan 

dormidas debajo de 
la tierra para siempre.


guillermo paredes 

El Soldado Arco-Iris







Con un primate en los ojos abriendo el
devenir y las raices del ansia percibiendo
desde ese estertor antiguos aluminios de
fantasmas y espectros de agua; vacilantes
en los racimos del oceano.

Esos racimos que hoy en la superficie 
tocas.


-recuerda que no son los que viven bajo ella-


Con el resplandor allende al velero donde
como poseso no dejas de preguntar
y recorrer en tu pregunta
dònde empieza el poema, la imagen
de la gruta en èl. La galerìa que mas que galerìa
es un prisma en las yemas.
Un soldado de arco iris.

Con un primate de polvo.
- en tus manos està la ceniza-
vuelves al oceano.

Convencido de que esta vez serà
el agua, al confundirse en el polvo y la ceniza
quienes daràn poesìa a ese menguante
que llevas.

A ese meridiano gamado.

Sutilmente alevin de los añiles.

Industrializadamente natural de arcanos eventos
con un horno.

Donde cantamos y reflejamos un hilo
desde mirmidones primates.



Guillermo paredes 

Carbones







Ese color de escepticismo en el lenguaje.
El cuaderno piramidal de anatomìa con el sueño.
La narraciòn de asteroides de gorgonas.
El piso verde de mariposas batièndose empapadas
de granito.
La circunstancia con que asciendes a una vertebra.
La luminosidad del eje en una idea.
Una conexiòn de planetas y hemisferios
que en apariencia sostienen una imagen y luego
el fondo de una carta con añiles de plastico.
El crimen de la plastilina.
El cielo dogmatico, por ahora en diluvios
donde los brocales tambièn nos muestran
sus tinieblas.
El peso de la electricidad en la  nieve.
Ese formato de pasajeros evocando husares.
Compuestos de mirmidones donde las banderas
alzan su peso con un estandarte
teñido de transparencia y tiempo
desde la serenidad del pàjaro cuando muere
en la corriente.
Y la misma corriente que nos golpea en el rostro
es la que lo tiende sobre la
tierra.




Guillermo paredes mattos

viernes, 14 de febrero de 2014

Maleficio






Toda palabra por si misma
llega al maleficio.

Por ello el verbo la une a
otra.

Sòlo asi se convierte en
profecìa.




Guillermo paredes

Semàntica Violeta






Si hablamos de semàntica en el agua suceden
muchas cosas. Grietas y cavernas son lo que 
pierden en primer lugar el caracter inèdito 
en mi cerebro ( no sabìa que ya estaban escritas)
!què paradòjico!

Yo asumo que ello puede ser gelatinoso pues
ya he vivido en la niebla. Ya conozco el hecho 
o la capacidad violeta de algunos atardeceres
con el destino: atardeceres sòlo sìmbolos.

La noche como otra constelacion abre palabras:
una extiende el equinoccio, la otra separa eso
que llamo sujeto en mì de mi vida. Es una forma
personal de encontrar la existencia, de arribar 
a la semàntica, porque epistemologicamente
este verso ( el que precede-el que sigue) debe
mostrar un femur o una organizaciòn neuronal
tan solida como un hueso.

Pero sobre todo debe ser violeta.

De no ser asi, yo agonizarè para siempre
en mi lirismo.




Guillermo paredes mattos

Las Alas del Desprecio






Cuando llega el ùltimo molino de la
piedra.

En la tradiciòn de sepia y humeda 
obsidiana.

Cuando los òpalos caen al oceano
llenos de juramentos: sòlo alguno alcanzarà
a convertirse en promesa.

En el pleamar negro entre los 
huesos.

En una busqueda terrestre en
el lenguaje de las prosodias: una luz
indòmita en las cosas
apagando constelaciones en el 
carbòn de la tarde.

Cuando el preludio evoluciona en el

mito sin dejar de ser continuidad
templanza.

En los milimetros de una razòn
tomando la inspiraciòn sin necesidad 
de lucidez ni escamas.

En las aves que disecanse en el vuelo
mostrando en sus musculos un verso
de ese misterioso apogeo, para que
alguien tome las palabras
de ese vuelo.

Quièn tomarìa un verso de ese vuelo.

Quièn tomarìa el curso del cielo
una noche detràs de los pàjaros: de uno
que escribe identidad y grita musgos.

Alguno que es extraño y medita.
Que lleva prologos de rosaledas.
Inèditas medias de lluvias.
Galpones cubriendo el espacio de
desprecio.

Desde ese desprecio nos convoca la
poesìa para ir a su encuentro.

Asi nos incrustamos eternamente
en sus agujas.

La mayoría lo hacemos para morir.




Guillermo paredes mattos

Poema






Como si alguien cruzara la noche.
Como si aquello que debieras oir se
encuentra en los dedos de la brisa
encerrado entre corrientes y
salvas hialinas.

Como si todo lo que vive despertara 
nuevamente, con la dialèctica que posee una
hoja; en contradicciones que encierra el alma.

Alguien podrìa llamarle dianoìa
desde la platònica lògica que
tienen los verbos
cuando llegan a nuestras manos
sòlo para alejarse.

Y es el espìritu quien entonces
despierta.

- no la existencia-

Es allì donde siguen su camino.



Guillermo paredes mattos

La Mirada del Crepùsculo






Al despertar el primer conocimiento es
el aura.

El trance de dianoìa en los parpados.

Al despertar todo es desesperadamente 
sagrado; el cefiro ha arrancado la nieve de
la tierra dejando ver la hierba.

En los embarcaderos un corazòn deja a otro:
los dos sumergidos en un cisne.

Nada està cubierto por mi vida ahora.

Las cosas estàn desnudas como si se
tratase de una leyenda en las palabras.

Todo recoge sus legañas para alimentarse.

El hombre deja atràs solsticios y perihelios.

Nos entregamos a la sed
desde el mercurio.

Desde el silo de venus.

Una lampara es el objeto del buscando en
el horizonte.

Es el momento en que el horizonte llama a
las cosas.

Yo no conozco ese llamado.

Y sòlo puedo ver el crepùsculo.




Guillermo paredes mattos

miércoles, 12 de febrero de 2014

Teorìa de Piscis




Por la teorìa de piscis
que no dejàmos atràs
somos hipotesis o araña.

La plantaciòn del megaterio. El morral
del unigenito entre construcciones maritimas;
la estadistica del pètalo
cuando se conmueve.

El pinar del alabastro del
liquen.

La argamasa rosada que aventuramos desde 
un libro ortodoxo
tan ortodoxo cuando hablamos de èl
en los planetas
escarchados
en ambas partes de sus cubiertas
para que no podamos tocarlo.


Por la disciplina pragmatica 
dejarìa mi alma en un gorjeo esperando
y una arguacia serìa el blanco
de mi silencio
y nada màs danzaran hipotènusas.

Por ello y tantas cosas invertirìa en los tonos
del significado para no llegar a los colores.

Tendrìa mas plazas y parques; hubiera 
cultivado mas penas.

Y sì, hubiera ennegrecido
en latìn algunas cosas
y modesto tanto como acuñado en la realidad
hubiera dependido de mi pelo
de las radiaciones y sus estudios
clinicos entre marsupiales que eran mi mundo. Sì, por
la teorìa de piscis
hubiera llegado al secretario hispano-peruano del lenguaje
en la proximidad de una mezquita
llena de  boxeadores 
con sentimientos
administrados por un otoño màs que por 
la vida; escupiendo aùn a las cadena.

Oprimiendo hasta el brillo eslabones.


Por teorìas de piscis serìa un compuesto
de representaciones descriptivas,
en lexicos bilingues de postguerra
laboriosos como el escenario del crimen 
y la hienas.

De ello pueden hablar los leones.

Leones designados por el temple de un 
campo de uvas, donde aguardan
las tijeras.



Guillermo paredes mattos

Cronologìa del Verbo







El movimiento es una conclusiòn.
El disfraz de eco en un amanecer sumergido
cuando la perpetuidad de las cèlulas
vibra en liquido.

Pero habìan aguilas o raices.
Voluptuosidades como el pino.
Descubrimientos en la carne y seres inmolados 
por la aguja, ascendiendo a balticos territorios
de emperdibles y libèlulas,
igual que dioses tocaban
palmeras 
estallidos tocando la leyenda del
pètalo
improvisando cartas
reciprocas como las que hay entre
la mente y el sueño
por la noche.

Descansa el ancla 
la epifanìa
tocando el estribor del barro. Descansa como 
un segmento de pez
con nave de luz y hegemonìa remota.

Nacen los prados
todos parecen aires de nieve
junto al pantano; aquì
buscamos monedas para la cupula.

Aquì vuelven los racimos 
del encantamiento.

Por ello, no necesitas trascendencia
a la hora de escribir
movimiento.

De sellar conclusiòn en un paraje
inundado por los niños.

Donde la inocencia aùn matiza 
los nombres de verbos.

Verbos como el temple
por ejemplo.


Guillermo paredes mattos


Conexiones Formales





Un lenguaje negro sin eternidad.
La intensidad del nosotros sin partes euclidianas.
Un testimonial verdugo lleno de eucalipto.
Toda la eventualidad mental en una caparazón.
Un halito evolucionando a la ostra.
El menguante sobre dioses
con naipes aristotèlicos. El lienzo de proemio
girando en el punto que curva la razòn en
ellos. Nuevamente la carta, nuevamente 
el manto de escarapela en reinos que
no llevan hombres ni ciudades
que cubren el sol con armonìas
que abandonan los racimos
para ofrecerle otra forma
al secreto que llevan en
su espìritu todas
las palabras.

Pero el hombre sòlo puede
conducirlas 
a las formas.




Guillermo paredes mattos

martes, 11 de febrero de 2014

Poelasticidad de las Quimeras



                                                     

                                     
Se escribe poelasticidad para interrumpír
el viaje de los números.

De ningùn auge.

La cierta comprensiòn del bolido.

La idiosicracia del sueño
en los hipnoticos cabellos
de una visión
expedicionaria de yescas
y concentraciones.

El lienzo personal y meticuloso
de la sensibilidad
con un traje de interpretación
de melamina y escarlata
que algún amanecer escribe
monasterio tanto como iridiscencia
entre los mandarines.

Y bajamos con ellos hasta los
elefantes.

En los zoologicos del agua tomamos
la quietud
del sol en el aura convertido en 
reflejo.

En el brillo del prójimo,
en las astas de un verano irradiando vórtices
y laminas de molinos; alevínes que
desde aquí a los 
morteros
sugirieron que el mundo
era un referente.

Un cartílago de fosas rosadas
en una nube pálida como
la hojarasca.

Luego diluvios de mandrágoras
donde inventamos un idilio
de aeroplanos para 
aquellos que colgaban
del mensaje
atisbando el deseo desde un
niño y lo acompañaran
hasta el helio.

Con referentes divinos
para lograr
llegar a un maleficio.

Donde cantaba el purpura.

Y las agujas caían entre venas
de oro.



Guillermo paredes mattos







Poelasticidad





Poelasticidad: estàmos sin alas.
Tan solo creados por contusiones y adagios.
Y yo tanto como mi ego deberìamos 
separarnos para tocarte.
Ser un poco màs como tù y la correspondencia
que dejas vivir sin retorno.
Yo sè que hemos existido como el acido.
Que nada en nosotros volverà
ribonucleico del mito.
Para ello hay que pensar graficamente.
Crear proporcionalidades con elementos mas
largos que una señal escribiendo
desde menguantes.
Saturando la madera siempre de mariposas.
Inventando con un grano como el polen
la mitad de una caverna: otro tunel
inventa sin necesidad de
la piedra.
Ellos no necesitan menguantes como
nosotros.
Ellos no necesitan mirarte
para tocar la luna.
Por ello te hablo poelasticidad.
Sólo llevo un atlas en el corazón para ti.
Y mi ego y yo sabemos que jamàs 
abordaremos el vuelo que muere
en tu poema.



Guillermo paredes mattos

La Condiciòn del Iris





Alhambras y polìticas 
ortografìas.

Materiales ambientes de nubes
y circunstancias donde
relativo al sonido
enumeras el despertar del sujeto
despuès de la imaginaciòn
en una ventana empedrada de hidrògeno
o el modelo espiritual de una danza
con marineros y prados ilicitos: fugitivos
de torsos y tonos violetas como el espejismo
del paradigma en un puente
o su raciòn de frìo.

Ciegamente, el predominio
del iman subordinado yescas
de pasamontañas
en el atestado del
idilio.

Ahora el universo discrimina
un tono coloquial.

Los  aminoacidos con trascendencias
de extasis
con cefiros matinales
y narraciones de titanio semejantes
a un iris.

Donde sòlo el infinito
crea un arco.



Guillermo paredes mattos

Naturaleza de Racimo






Actualmente es insular
una pretina
una boina de lèxico
donde un personajes astrofisico
humedece
alevines.

La polèmica y llanura
fuerzan estacas de yacimientos sin 
orbitas en esa forma de expresion del
miramientos.

Romances como la experiencia
nos dicen que estuvimos cerca de vivir
o la constelaciòn arriba al eje
con antiguas naturalezas
de bahìas, donde los acantilados
recogen otra forma
de oceano: una que ha construido 
su propia medialuna.

Y al ver un rayo.
Al ver que la escama detiene el sol
de otra manera, el prologo de nuestro corazòn
destila frondas electricas como 
los transbordadores.

Temblorosas extensiones irracionales
como el niño son la diplomacia
de una incognita en el seno
de brocales maduras.

Donde es abstracto el poema
para inventar otro
racimo.




Guillermo paredes mattos


Prismàtico Escenciar






Por la interpretaciòn asumimos lo
oseo.

Una coreografìa y una fuente de
matices, impregnando de coros la historia
de espuma.

Por su entendimiento reconocemos
no sòlo artesanias.

Alguna procedencia de estirpes podrìa
ser ley en ello con
un punto legendario: sin embargo hay
leyes con nociones
de agonìa.

Literas desertando del peine o el
titanio ortodoxo.

Llegado a tal punto volvemos a 
separarnos de una escena.

De una miscelanea con paradigmas
dogmaticos y tramas
de espacios
que allendes o mastodontes
dotan de flores a un
sol de tambores.

Cristales del sueño como la estatua
de un crepùsculo.

Bañandose en la luna pura
de una ruina escarlata
alimentadose
de lamparas, sesgadas todas 
por cortinas de un
prisma.



Guillermo paredes mattos


lunes, 10 de febrero de 2014

La Figura en el Diálogo






El crear no es de amatistas.
Libera un momento en la criatura de
los muelles junto al albedrío.
- libertad tras libertad allí se crea-
Entonces los idolos cubren un mito para
identificar su menguante.
La orquidea de la tiniebla lo conoce
con el estupor o la medida
del brillo.
Ningun brillo equidista del menguante
con el cual el ingenio llega
al crear.
-la intensidad va decidiendo en un naipe su
volumen y su ceniza-
A veces como una interpretación que el lumen
deja vivir en la penumbra.
Nosotros lo tocamos hasta
la oscuridad.

En una de sus sombras nace
el diálogo.



Guillermo paredes mattos

El Propósito de los Circulos






Todos tenemos un anden de
oxigeno.
Un trapezoide violeta.
El amplio marco de helice doblando
corrientes de aire.
El extenso borde del equinoccio
sesgado y siseando al tiempo
galones de ejes
y cintas de rotulos,
mediodìas como el ejemplo
de una carta rodeada
de buhos: la tierra
inmensa con naves de 
escamas donde 
suple dios al vahido,
sinuosamente con cigueñales
o miramientos que
al escindir un pesebre
dan origen a 
la mirra y
conocemos, el deseo marino 
por lo boreal cuando
los simulacros por
el ancla son 
simientes,
hechos de providencia
con el ozono
instrumentos acuaticos 
semejantes al grial
enquistado en diques de
arena; sobrevivientes
de promogenitos
que en ineditos valles
persiguen las
esferas.
Las remotas esferas
huyendo hacia
la divinidad 
en medio
de los
circulos.


Guillermo paredes mattos

Pensamiento del Limite






Pensamiento: la noche no deja de evocar
gravedad. Lo mismo escribimos ayer en
el momento que tomabamos una rama y la
incrustraba en la pared transparente: Nada
ha tomado la forma de
la posibilidad.

-Habìan murallas enfurecidas como paramos y torres.
Habìan plateas de acero y querubines con un
acto de vidrio en las entrañas; soñabamos en
eso invisible que sus interiores reclamaban 
para si eternamente-

Pero no hablamos eternidad pensamiento.
Ese lenguaje no fue descubierto por nosotros.
La construcciòn de sus letras no era destino
del ser en el hombre.

Nosotros somos un lìmite.
No es lo mismo que un lenguaje.

Y el que me pertenece se
estrella hoy en
esta hoja.


Guillermo paredes mattos