jueves, 29 de marzo de 2018

Esta Mañana





He caminado por esta mañana.
El espacio en ella es el mismo.
Los muros. Las ventanas.
El trazo casi imperceptible de un ala.
Tal ala me empujarà a sostener por
un instante que el universo es cristalino.
Y quizà por el poder de esas palabras en
ese momento sea cierto.
Pero serà sòlo un momento.
Habràn otras que luego pronunciaràn
los nombres de otras cosas.

He caminado por esta mañana.
Lo ùnico diferente en ella son los seres
que la pueblan y la ùnica semejanza com
este ser que escribe
es que somos absolutamente
desconocidos. 

Extraños.

Profundamente misteriosos.

Como si en este instante pudieramos
vernos.

Como si en este instante pudieramos tocarnos.










miércoles, 28 de marzo de 2018

Y asi el Infinito





El dìa no es siempre este muelle.
A veces encalla o naufraga en las olas.

El silencio crea una taza de agua en el horizonte.
Desde aquì parece una burbuja.

Las hormigas asumen que la brisa es una ley.
Un diario empuja hacia la realidad idolos y tautologìas.

Yo vivo entre los destellos. 
Pero eso no significa nada. Es sòlo una tendencia.
Una orientaciòn que puede o no multiplicarse.
Exactamente o no patronìmica.

El dìa no es por lo general este muelle.
Este circulo que empuja cascaras y racimos.
Este silencio donde las andanadas son colocadas una 
sobre otra hasta alcanzar un menguante

Y asi hasta el infinito.




viernes, 23 de marzo de 2018

La Experiencia del Lenguaje




Es el lenguaje. Busca una palabra dormida en 
la mente. 

La palabra mente no es una resurreciòn, tampoco
es un alga. Quizà sea un caracol edificado por las sienes
bajo la sombra de un membrillo.

Tal vez la silueta que cae de una papaya en 
el rostro de una hormiga.

Quizà la promesa llena de abstracciones
y limites, descubriendo en el concepto algo que podrìa 
ser un aviòn o una libèlula
mordiendo ocasionalmente la belleza.
Esa belleza con rangos de humo.
Con balas y redadas.
Oscuramente un perdigòn en sus vilos.

Es el lenguaje. Por ello podrìa citar coherencias
de parte del amor o la miseria.
Pensamientos que llegan de una pupila amarilla
tomada por los naufragos del odio.

Es el lenguaje. Sobre èl los pètalos se citan
incrustandose entre la realidad. Revelando cicatrices iguales
a las que llevan nuestros pensamientos.

Evitando que llegue al espacio aquello
que gira en la carne 

y bajo encarnizados astros llamamos sabidurìa.









Fìsico Reflejo






El navìo encallado en la arena. Lugar donde
la razòn y la luz se parecen.

La memoria que enciende una imagen.
La antropologìa de la lengua con melenas 
de vidrio. Mi fìsico reflejo con
una mandibula.

El deseo duerme sobre una hoja.
En la misma una gota de agua llega al contraste.
A la coyuntura.
A los opuestos con un diario purpura donde
el lenguaje pertenece a las cigarras.
Al pròlogo de un sueño.

El navìo encallado en la arena.
Tal navìo era como una escena.
Igual a una secuencia donde el hombro es 
la silueta de una ballena dirgiendose a las pupilas.
Ese es todo el norte.
Quizà una forma de orientarse hacia
alguna distancia.

Por màs quie toda distancia por si misma sea
un horrizonte.





Heridas





Lo ùnico que sigue a nuestras heridas hasta
el final del camino

es su propio dolor.




miércoles, 21 de marzo de 2018

El Anhelar Poètico





El silencio busca un reflejo.
Uno de los astros anhela en ello lo poètico.
Lo poètico respira en las encìas de la
arena.

Cultural es el agua que roza un capitulo.
Un almanaque. Un fasciculo de nieve.

Cultural con hominidos e invertebrados.
Algo asi como el calculo de las hormigas cuando
dialògan con un tigre.

Què exorcismos tendaràn esas palabras.
Què clase de grises arcoiris en sus silabas.

El silencio busca un reflejo
pero tambièn existe un puente donde la
demagogìa es cientìfica

duradera como toda geometrìa que contempla
en el aire sus extraños mundos

sus dimensiones con balones de oxigeno
y dirigibles ciegos

inevitablemente tambièn compuestos
de hordas.
















Conjuntos de Sirtes





Bajo calles donde lo luminoso deja de atravesar
un iris. En la mandibula de ese iris llena de cùpulas
y tambièn peciolos.

En los sueños o dinastìas de esas calles empujando un 
circulo de leche sobre la arena.

-se sostiene que su destino es el desierto-

En las orillas del oceano donde nuestras preguntas
tienen màs de ellas que de nosotros.
Asi empieza una intuiciòn.
Un libro de aire.
Un tamaño del cielo sin democracias ni ciclopes.
Tan solo un dios redondo que traza
una linea.
Cada punto en ella posee una lechuza.

Bajo un horizonte hambriento, situado pero no
en la tarde sino en ese hemisferio donde vibran las
bandadas con misterio absoluto

en ese absoluto donde el espìritu piensa en
la experiencia pero no como el reflejo de las sienes
cuando buscan sus navìos

sus tambores
sus minaretes de hojalatas

o conjuntos de sirtes por medio de los cuales
lo sobrenatural oprime en la orilla

esas preguntas que intensa y desesperadamente
tienen màs, mucho màs de ellas que 
de nosotros.







Los Cometas en las Sombras






El travesaño en la arena. La ciudad a lo lejos
con sus cascaras y faroles. Con sus gritos azules
en las piedras. 

Junto a ellas las siluetas que acompañan a los
hombres. Las siluetas son como palabras que no
llegaran a la carne. Tan solo tendràn su visiòn.

Junto a ellas el obelisco y el nombre profundo
de un herviboro llenando de plasma la marea.

De esa manera empieza un lenguaje.

Aquel que no podemos ver.

Ese que traza sus cometas en las sombras.




martes, 20 de marzo de 2018

Mediterraneamente






Hoy me agito entre la arena porque es mediterranea.
Porque es mediterranea en casi todos sus movimientos.
Como en el interior de una hoja.
En una hoja por lo general acontecen algunos eventos.
Màs de uno es poètico.

Hoy tambièn sobre la arena con mi dìa a dìa
a veces lògico y a veces indeterminado. Con mi dìa a dìa 
pudriendose en una manzana

en un telescopio
elevando epifanìas o calendarios.
Cultos de amapolas.
Cultos de amapolas con alas de harina.

Con mi pulso cientifico y ralo.
En mi casi inercia de buho y mandarìna.
Pertrechado por fusibles o siluetas que rozan y
tocan o arrastran sus circulos muy cerca 
de una horda.

Una horda es basicamente hiperbòlica.
Lleva sinecdoques.
Lleva zoològicos y estuarios donde 
partes de sudor y vapor conquistan inutilmente
la carne.

Una horda.

Pero no escribìa de ello.

Escribì en un principio que hoy me agitaba en la
arena porque es mediterranea.

Y ese principio no tenìa que ver nada con 
el genesis.









lunes, 19 de marzo de 2018

Sobre la Luz





Todo craneo es de aluminio y en teorìa
alguien camina sobre la luz.

Paralelamente la ira no posee el significado de una uva.
Màs bien se acerca a una peninsula de trigo
donde una pantera oprime sus
raices

sus espirales.

Todo craneo duerme
lleno de sintesis en el justo momento de la
memoria. 

Una memoria por lo general habla o no
del plasma en una orilla. De la clorofila en un pubis.
Ello podrìa ser epistemològico.

En el invierno derramandose entre circuitos
de zinc suceden estas cosas y se derraman de manera amarilla
para que lo indòmito y los cuchillos se alimenten
de abalorios
de eclipses
de druidas que leen en el granito sobre la
metafìsica de las entrañas

colocadas por la naturaleza de manera que jamàs

podamos verlas

en el interior de los cuerpos.











El Jabalì Hermètico





Ante todo hay un jabalì. Es hermètico.
A duras penas ha creado el paraiso lo cual ya no 
tiene importancia.

Luego el àrbol que es arrancado de la palabra.
El mar que en cada ola ha memorizado por siglos
extrañas mitologìas. Los lenguajes de las mismas
se hallan en las crestas.

El viento y la composiciòn de un planeta a base de
poliedros. Creciendo instintivamente en los pòmulos.
En un dije o el desarrollo de una superficie
llena de sinuosos àngulos formados
por sus relieves.

Cada relieve es una abdicaciòn.
Es decir una manera de no ser poètico como la
luz, la trascendencia.

El jabalì hermètico.
Sus superficies tambièn poèticas en descomposiciòn.
La llegada al sur con una moneda.

Con un bosque en su boca.

Y algo profundamente azul rechinando en sus
dientes.








sábado, 17 de marzo de 2018

Lo Ùnico que nos Ilumina





El recorrido de la niebla.
El trazado en su boca de los paraisos hermèticos.
Tambièn de sus infiernos.

El angel cubierto de pàjaros sobre psicodelicas 
escenas de trajes amarillos.

En angel con una tragedia tomada de las uvas.
De las hordas con ejes.
De los inconquistables racimos con que a veces
la mente se dedica a sobrenaturalizar una
araña.

A prepararse de noche para incrustar un tatuaje
sobre la tierra.

El recorrido de la niebla.
Si no lo hubiese visto creerìa en supersticiones.
En abalorios con analisis de mar que
conmemoran el caos
la parafernalia del vacìo
entre cascaras de arena y uno que otro higado
para que la distancia pueda oscurecerse

y cada uno de nosotros

corra desesperado hacia la luz de las ciudades

como si fuera lo ùnico que pudiera
iluminarnos.







Significado





El mar sobre una intuiciòn. El lecho
para una de sus olas que coloca palabras
sòlo al llegar a la orilla. Un juguete amarillo
esperando leer en ellas.

El mar que se descuelga.
Que recorre prolegòmenos y es escueto cuando
toma nuevamente esas palabras para
devolverlas a lo profundo.

Y asi una y otra vez eternamente.

Para que tales palabras puedan regresar de lo 
profundo con otro significado.






La Oscuridad Absoluta





La palabra viaja por el horizonte. Igual
que una raìz.

Aquello que es solido deja la apariencia
de su superficie para transformarse en un sueño.
El pàjaro se pregunta si lo lograrà.

Los colores son anillos y sortijas que limitan
con una gruta.

La palabra viaja por el horizonte. En su corazòn
hay una historia de cartilagos. Un lirio
lleno de adioses y fragmentos donde los puentes
esparcieron un dìa aquello que conocemos 
como la luz.

Entonces como ahora la noche tambièn era
de sombras.

Entonces no nos dejaba ver como ahora
la mas completa oscuridad.











viernes, 16 de marzo de 2018

Los Siglos de la Realidad





Uno se encuentra a muchos siglos de la realidad.
Es como un desengaño.

Sin embargo estamos en ella.
Nos movemos como las manecillas de un reloj
siempre formando extraños circulos.
Nada màs.

Sin embargo hay una piràmide que funge
de bocina por la noche cuando
las hordas clasifican electrodos.
Farsas de sangre e iones.

Uno se encuentra entre los paises que fueron
descubiertos por los nombres
entre elixires dorados.

Entre particularidades que van de la noche
al ozono. A los mensajes hiperbolicos de todo aluminio.

En las escoltas del sueño.
En las habitaciones donde la escriotura se vuelve
distante de cada ser sobre la tierra

para escribir sobre la hoja aquello que jamàs
haremos nosotros.




Estructuras





Ese diario de telescopios.
Aquel objeto marino y el que segrega la orilla
ahora que algo desde la mirada de la mismo en la arena 
se asemeja al infinito.
A lo sobrenatural y dogmatico.

Quiza el camino de las cigarras se encuentra 
determinado por una orilla de carbòn en sus grevas
justo en aquella que olvidò una profecìa
entre los acidos.

Tal vez las cronicas del lampo 
conducen sus sienes a manadas de 
los juguetes; siempre inciertos como el latido
que a veces nos aprisiona. Tomado
-de màs està decirlo- del corazòn.

Tal vez ese volumen.
Ese diàgnostixo para el daguerrotipo y aquel
que trasunta entre bosques
con una cresta
de anilina

con un espìritu siempre marginal
cautivado por el ruido de una cebolla o la
estructura que poseen los màstiles
al lado de un alfil
de un algebra
de una microscopica pronunciaciòn
donde empieza la vida

mucho, mucho antes del lenguaje.





jueves, 15 de marzo de 2018

Intenciòn en un Profundo Adagio





Quizà sea como agregarse a un destello que empieza 
a separarse de la luz para acercarse al movimiento.

A los desplazamientos.

Al cirio esbozado por un opalo cuando se trata
de encìas.

A un sonido del pulmòn junto a una serpiente de agua
en la arena oprimiendo furiosamente el desierto.

Probablemente sea esa magia que cubre toda tos antes de ir 
por las veredas iluminada y continua.

-casi un devenir o una trascendencia sostienen los racimos-

Tal vez sea nada màs un  producto de este verano
que ha mentado la madre miles de veces
a los pètalos; digamos que es como
un desierto donde la ira besa el 
mal con castillos purpuras. No lo veo de otra
manera.

Y si la hay està llena de morrales.
De cartas y axiologìas.
De puertos para que corras hacia ellos buscando un
tìtulo. Un pròlogo.
-para ello hallaràs decenas de intelectuales-
Un apendice incluso que suspende un
ancla en sus collares

una en la cual sus crestas 
empujaràn el adagio tomado de las mandarinas
hacia un puente

agitandose sobre superficies de nieve

donde helados torpores nos escupen

igual que la lluvia.









Los Triàngulos en la Boca





Te he encontrado al final del dìa.
Como si ese fuera todo el principio.

He colocado sobre tu nombre la pronunciaciòn 
de algunos otros. Indiferentes. Posiblemente
despreciables.

He caminado por mis escrùpulos
como un hombre que mira una manzana
y piensa en esas mandibulas que llegan de lo atroz
con un hecho dramatico y puro.
Porque no decirlo, casi ciego.

Igual a una educaciòn en una aurora de
botellas donde los alfileres marcan el rumbo de 
los molinos con un relieve
y las bestias 
incursionan en las raices
de los colosos

de aquellas que orientanse a la vida de un
atlas

de un abecedario cuyo descenlace camina
sobre una cupula amarilla
que incrustan en las imagenes de sus versos
las panteras.

He colocado sobre tu nombre una pronunciaciòn
que va mucho màs allà de un significado.

-hay millones de ellos-

Uno de los mismos posa triàngulos en
tu boca.








Los Dioses y la Locura




Despuès del mar.
Del futuro con cuantificadores y helices.
De los eclipses con meridianos.
Entre farmacias de iones devorando
sus propias alas. En todo halito semejante a una escama
exiliada en una antologìa donde
se irisa el polen.

En los intervalos.
En los inviernos que empiezan a trazar el
itinerario del trigo
y el conjunto es una escritura de botones en
un tallo donde viajan
hacia extrañas identidades helicopteros
andenes y posiblemente
algunas paràbolas
con drasticos ejes de vilo

de supersticiones con andanadas de sal en sus
sienes tanto como sus pupilas y antorchas 
con lìmites y
expediciones desatando nudos que 
tarde o temprano dirigiràn los dioses
a la locura

y en los muelles con una vocal rasa
durmiendo en los rangos igual que una forma
de multitud que sangra u orina.

Despuès del espacio colonial donde asumimos
que lo mediterraneo es una reuniòn
de almanaues 
ensimismandose en la orgìa
de un overol amarillo.

En la incandescencia errante de una criatura
asomandose a las idolatrìas.

A las eventos de toda astronomìa que
toma un sueño

uno que tarde o temprano tambièn dirigirà a 
los dioses a la locura.





miércoles, 14 de marzo de 2018

Contemplaciòn de la Luna





Las calles donde anidanse espacios.
El soplo de una palabra adheriendose a un ser
y entre las siluetas efervescentes navìos
sobre conjuntos de estatuas.

Un mar de policarbonato.
Un maravilloso aliento de luz profundo y vacìo.

El otoño todavìa de sol.
El otoño aùn de sol junto a herencias donde los
mitos despìertan entre codigos de anilina.

Finalmente sabidurìas de abstractos planetas
surgen de sus reflejos en los manantiales de la tierra.

Y entre la espuma y la electricidad conjugan
los trances aquello necesario para
descolgar
para tomar los astros de un hisopo
o recorrer misteriosas algebras en la desesperada
mirada de una hormiga

cuando de noche se separa un instante de
la hilera que forma su recorrido

sòlo para contemplar la luna.










martes, 13 de marzo de 2018

Alegorìa Desde un Jiròn




A veces hay un jiròn.
En ocasiones un suburbio de leche tomado
de las raices cuando nos conmovemos y una silueta
arranca de su pecho una profecìa.

Toda profecìa siempre es arrancada de un pecho.
Es el ùnico lugar donde se oye y siente un latido.
Su nombre es corazòn.

No hay otro lugar.
No existe otro hemisferio.
Lo que hay son razones para escupir por las calles.
Para ser tisico.
Para alimentarnos de nuestros pulmones porque
hemos decidido dejar de creer en el oxigeno.
Y entonces inculcamos nuestra cotidianidad a los objetos.
Una por lo general miserable y amarilla.
Llena de piojos.

Lo que existe son estelas que no siempre deja un 
camino, pero son abandonadas por los oceanos
en nuestras habitaciones.

Lo descubrimos cuando despertamos.

Y sobrecogidos por esa realidad preguntàmos.

Còmo es que el mar llegò aquì.




La Palabra entre sus Formas




Toda superficie es una forma de coherencia.
Todo motivo que puede ser sagrado en los circulos.
En la oscilaciòn del parpado .
En la naturaleza vertiginosa de la luz que deja de
crear en un rayo.
Toda superficie es la vaga ontologìa de un pàjaro.

Cualquier iris descascara algo desconocido.
Algo que observa la piel de un jaguar desde los acantilados 
de un prisma. 
Desde el espìritu de un peciolo
en cuyos  hemisferios el silencio toma una palabra
buscando con ella llegar al hollìn.

A los racimos de platanos de arcilla.

Por màs que esa palabra no lo quiera.

Y en cada amanecer cuando duerme el hombre.

Tal palabra empieza nuevamente el camino 
al lenguaje.

O lo que es lo mismo, a una forma de las propias
formas de su sueño.






El Absoluto




Uno de los terminos pertenece al vacìo.
Otro gira en el caos rodeado de extraños sobrvivientes.
Diminutos dioses que imitan el polvo.

El mar se abandona en la orilla. 
Escencialmente una ola del mismo. 
Es imposible que todo el mar se abandone en la orilla.
Si eso sucediera.

-cosa que materialmente es improbable-

Tendrìamos que hablar del absoluto.



lunes, 12 de marzo de 2018

Las Heridas de las Palabras




Los pàjaros retiran un àrbol del cuerpo.
Junto a la intuiciòn hay una estrella de aire.

Como una forma instantanea de la tarde
hay un cuchillo que flota. Una circuncisiòn de araña
que escribe entre piràmides.

Los colosos se agitan entre voleas amarillas
que llegan de las ramas semejantes a iridiscente
continentes de ira.

Tensase el mal sobre un dios que es violeta.
El albedrìo es de arcilla como toda iniciaciòn en
las calles.

Como toda palabra que camina entre el hambre

y es herida a cada instante por el espìritu.









Como una Silaba que se Endereza




El viento aparece como una brùjula
en una ola de vidrio.

El mar descifra una punta de agua al llegar
a un tallo en la arena. Se muestran las raices como
ancestrales corolas que alcanzaron sus
preguntas al tocar sus abismos.

-tales preguntas eran en sì mismas respuestas, tales
respuestas interrogantes-

Entre la resaca se cuentan monòlogos y vilos.

El viento aparece.
Y es como un lugar que se diseca de
forma mediterranea. Mermado intensamente por
una hojarasca de luz que muerde los àrboles
o una silaba que se endereza.

Que encuentra barajas de silice.
Que besa al antimonio con una particula y una celula.

Llena de adioses de metal en la boca.

Tensados por el insomnio y la locura

entre sombras de idilio.







viernes, 9 de marzo de 2018

Cualquier Constelaciòn






Cualquier constelaciòn.
Cualquier opuesto como una sintesis digamos
que crea relieves entre semejanzas
oprimiendo una barba.
Un tejido que en esta ocasiòn es de
carbòn. De hierro ionico.
Crepuscular como toda materia.

Toda mañana o uso de las flores en el interior de
un pètalo.
La sacudida o la conmociòn.
Lo extraordinario inutilmente.
Esa trascendencia univoca que limita con los seres.
Que limita con los seres entre la distancia.

El dìa verbal y fonètico
como quien se encierra en las cosas intentando
llegar a la conciencia.
Pero, què es la conciencia?

Què clase de brillo hay en su interior 
acompañandonos segùn las siglas del aire

segùn la individualidad o el espìritu
de un magnetico cometa

abriendose paso entre galerìas 
y centenares, miles de hormigueros.







Y Tambièn las Forma





El sonido es el ùltimo en llegar a las cosas.
El primero que lo hace entre la soledad es el silencio.

Y ese silencio tambièn las forma.





Representaciòn Equinoccial




Allì. Junto al mar.
Cuando la respuesta tiene colores azules y amarillos
en la orilla.

En los centros del horizonte tomados por
una amapola.

En los diarios de un cuchillo que contempla sobre
la mesa arquetipos de sangre.

En la quiromancia de esos arquetipos.
En ese algo sobrenatural y logico en los planos cuando
la lluvia arranca la piel de manera
sintètica a la noche.

Y sòlo quedan las estrellas.

La abstracciòn.

El origen de un concepto que imita el recorrido del
hollìn entre las reencarnaciones.

Entre los trances màs purpuras

justo cuando los adioses son de plata y dorados 
los exorcismos que vuelven a trazar sus dramas entre
nuestras venas.





lunes, 5 de marzo de 2018

Poema





Aùn el tiempo.
Quizà un himno en el enves.
La particula de agua en la noche susurrada
por un anfiteatro.

La simetrìa del sueño alojandose en
la fatiga de un dinosaurio. En ese equilibrio del
cual he heredado un cansancio con olor a sol.
Ese cansancio que he dejado de presagiar
porque es parte de este mundo que he ido creando
involuntariamente porque eso es la vida.
Una forma involuntaria de hacer y deshacer.
De escribir sin esperar.
De tomar las cenizas de la noche para llegar a la
aurora con la esperanza de que vuelvan
a convertirse en fuego.
Hablo a titulo personal. Yo no voy a arracarle a cada
ser sobre la tierra su miseria.

Quizà esa astrofìsica con la cual la fantasìa imagina
o la percepciòn de un dìa amarillo
desciende llena de helices por la silueta de un carbòn.

Aùn la rafaga. 
El sonido de las palabras de aquel que en silencio
es capaz de sumirse entre el hambre 
para responder. 

La percusiòn de la inocencia entre lo profano; es decir
ese verano que guardabas en la esperanza
del odio. De la ira. De un dios.

De los tallos siempre y cuando su deriva se 
irisara marsupial sobre un cartòn de helio. Cosa propia
de los conjuntos. De los cardumenes.
De las hordas al entrar en conjunciòn con los
solsticios.

Y el pàjaro?
Aquel que en sus latidos llevaba una amapola de sangre?
Un suspiro que encallaba en los barcos otra vez.

Que aprendiò a representar la anilina entre
esa luz que agonizaba.

Esa luz que sòlo podìa ser pronunciada por los labios...

Y nada màs los sonidos de las palabras en esos 
labios

podìan ver su sombra.







sábado, 3 de marzo de 2018

La Invisible Naturaleza




Un jardìn sin alas que sòlo el misterio suspende en 
el cielo.

Las aves estrellandose contra su invisible naturaleza.
Tambièn los dirigibles.

El contenido de una y otra aurora que brota desde
lo alto intentando llegar al crepùsculo.
Pero eso es imposible.

Cada cual lleva sus propios ojos por el hemisferio.

Cada cual debe encontrar su mirada en 
ese hemisferio

para contemplar el infinito.









Como Casi Toda Existencia





Hay una vida sobre el verbo.

Su existencia como casi toda existencia basa su
alimentaciòn escencialmente a base de 
cucharas. De estadisticas.
De crestas.

A un lado del patio que es amarillo hay una
semejanza con un hilo que llega de los
contrastes con una raìz
en sus sienes.

Con un vacìo donde escarban las mandibulas llenas
de bandadas de pajaros.

Algunos le llaman caos a ello.

Hay una vida que roe el hollìn del follaje.
Una piràmide antigua por donde los manuscritos
allanan los tallos.

Una configuraciòn de ciudades electricas como
las que encierran en su corazòn los leones

los gritos de los poliedros en el alba

oprimièndose desesperadamente contra las
escamas de los semidioses.






jueves, 1 de marzo de 2018

Mitologìa




No te separes de las cenizas.
Hay una que ha cifrado una pregunta mientras dormìas
y los pàjaros disputaban auroras en tu sueño.

Si escribes de los oceanos hazlo
con otras escamas. Por si no lo sabes en tus yemas 
los diarios escondìan monòlogos que pronunciaron todas
sus palabras. Sucediò lo mimo con esas 
escamas.

Camina. Contempla los astros porque a nadie
le importa. Sigue a las cruces siempre y cuando sean
de carne. 

Siempre y cuando izen mitologìas de piel.
Mitologìas que se irisen como extrañas
naturalezas sobre la superficie de una iguaana digamos
o la estructura de un tallo
cuando vuelve a las 
raices

luego de conocer el destino de los àrboles.






El Infinito sin Nombre




A estàs alturas la percusiòn o la iridiscencia.
El àrbol que crece entre helices de sueño y el bozal
dormido sobre una cascara.

El viento recoge objetos profanos de la lluvia.
Los leviathanes señalan el lugar de una cuchara abierta.

El mundo duerme pero en realidad su sueño
es sòlo otro despertar.

Marcos transparentes como fasciculos donde la espuma
de una laguna desfigura en la orilla una raìz.

Puertos donde el lampo descubre un silencio
un diario en cuyas entrañas 
los craneos de las cigarras son perfectamente el mundo
de una mariposa.

De una bandada de langostas que cubren extrañamente
el cielo

sin decirmos de què infinito han llegado.