miércoles, 27 de febrero de 2013

La Devastaciòn de los Fòsiles







Nos encontrarèmos en un lugar oscuro.
Un lugar donde los muertos no podràn acompañarnos.
A nosotros otra muerte nos espera.
No podremos seguir a nadie y nadie podrà hacerlo.
La magia con sus acertijos: Ni uno solo tendrà
el poder para llegar a nuestra medialuna.
Seremos una medialuna, eso es cierto
llena de armisticios de madera.
Un lugar donde la mente no haya sido preparada.
Donde la cultura tiene una banca verde. Un litoral
exceptuado del mar por la naturaleza.
No lograremos comunicarnos, pues tendremos
en nuestras sienes sòlo cupulas.
Elacebto perderà al fìn su equilibrio.
Su ùnico astronomo: Aquel escribiendo escarlata
y metropolitano, conquistador del exodo
y la mas descolorida genètica.
Recordaremos que el pabellòn izado en
nuestra alma viviò siempre a media asta.
No tocaremos nada de aquello que nos pertenecia.
Invadiremos los oxidos. La verticalidad.
Entablaremos batallas con las centellas.
Detallaremos ladrillos y a la vez hablaremos 
con ellos. Dormiremos sobre operaciones de multiplos.
Reencarnaremos todas las cosas.
Respiraremos donde dos faroles
impactan sus algas.

Y nuevamente,

-porque la naturaleza asi lo quiere-

devastarèmos los fòsiles.




Guillermo 

El Patrimonio de los Tactos







Respirè el tacto
con la percepciòn 
otro habitante.

Estaba constituido
por formas naturales
tambièn por hienas.

Tanta multiplicidad
ofrecìa  a lo singular
un recreo con la inspiraciòn.

Por lo tanto,
paso ahora a enumerar...
La insurgencia,
el subversivo neumàtico,
el subversivo, en este caso literal,
los modos del miocardio, la tormenta
de musa.
Una precisiòn antes y despuès del hilo,
una precisòn que no se llame hilo,
esto ya no tendrà importancia.

No sè si es lo buscado,
pero paso a enumerar...
La bocina del adolescente
El amaneramiento del verso
su amaneramiento y complexiòn
sumamente dogmatica
temàtica y sin especular
decimos lo mismo ante una raìz estètica
llena de galgos milenarios donde
las tabernas recogen un coro
de yesca.
Una ciudad de culto.
Mi ciudad irreal.
Mi araña de la cacerìa
-continuamos-
una cacerìa de luna a estribor
donde desnudamos verdugos
mientras los tactos
vigilan a los tuertos.


Toma ese tacto 
no es facil al reconocer verdugos 
pero no por ello imposible,
es irònico, dada sus radiaciones nocturmas
o el hambre a la que pertenece.

Todo lo que debes reconocer 
hazlo ahora,
Todo lo que es tuyo tomalo ahora.

Pero sin que el universo se de
cuenta.



Guillermo Isaac paredes mattos


lunes, 25 de febrero de 2013

La Ira de la Tierra







Vivir con un paìs extasiado.
O un animal literario y exceptico.
El que formo diminuto al lado de
espejos y caricaturas donde 
el ansia por vivir muerde
un àmbito. Una dimensiòn. La mirada
que se borra bajo
una corriente de nucleos
temblorosos
como el tiempo.

Tocar, temblar nuevamente
el los iones de un cardo con las
serpentinas, allì golfos y puas
esperaron eternamente el fragmento
donde colocamos sin voz venidera
los adioses. La cima de un vuelo
màs desgraciada por màs alta.

Y entonces decimos para que ir màs allà.

Si nuestro funeral no serà como el
de un ave.

Dormiremos con un violìn.

Con una extraña celula
de sangre y microcosmos
bajo un palacio de tierra.


Guillermo Paredes Mattos



La Poesìa del Papel






No existe lo que un papel estrella contra sì mismo.
Sòlo existe el golpe. 

Lugo nace el naipe.
Y redescubrimos la hoja extrañamente.


No existe la periodicidad, pero todo està lleno de 
crònicas.

No hay màs lenguajes de aquellos que conocemos
bajo la intemperie o el diàlogo -Cuando se cruzan
èstas naturalezas son tejidas
las cruces-


No hay màs verbos porque todo es natural
como un ojo sumergido en mi cabeza.

No hay uno que pueda recorrer y ser sitiado
por la realidad como la vida.

Pero yo hablo de la vida sin tener que subir
a un pulpito o acongojarme segùn el icono
de los diamantes.

Hablo del zafiro convertido en niebla
por la lluvia.

Hablo de aquello que no necesista
ser vuelo lìrico para despedazarse.

Hablo de intensidades y escarnios
degolladas por un acto de amor
en la playa.

Cuando el sol corteja el oceano
lleno de somnolientos relentes.




Guillermo Paredes Mattos


El Rotulo y la Naturaleza






Entiendo que un timpano sea rojo.

Que se eleve mortal o la ira. O un rotulo
si se quiere.

Vuelvo a entender patrimonios como
la cultura o una edificaciòn,
naciendo igual al cimiento del bòlido
o un ente bajo la marea logrando 
ser conceptuado.

Invadido por una hueste que llega de
mis labios con premoniciones
donde es asolada una
leyenda. Y eso no es blasònica cosa.


Yo comprendo que estè situado
ante el agua, como quien no arranca
un poco de piel a la existencia
y se ilumina por volatiles
cadencias. Turbulentos ecos acaso.

Una jabalina bajo el resplandor
podrìa ser el yelmo
con que repite la soledad
algo màs turbulento todavìa.
pero no es necesario
la existencia lo conoce.

La belleza lo sabe.

Basta preguntar en la naturaleza.




Guillermo Paredes mattos

El Parietal de los Idolos






Como una propiedad del norte y la razòn.

Dentro de una luna sin pasado
donde a veces elegimos.

Y guardamos para alguien como nadie
o el rumor del gorjeo quebrado por un rayo,
aquello primordial. Semejante al celo.

Un celo que llega del grito.

De lo sagrado.

Cuando dejamos de ser misticos para 
saber mentir un poco màs y esa postura
nos lleva entre ademanes de cobre
junto a animales que tocan
la percepciòn
el simular de una temporada
con amplios ofertorios
y renaceres de 
monasterios
con manos de abedules
hundiendo su espìritu nuevamente
en sus grebas.

Cuando nos toca tener piernas nuevamente.
Con una discusiòn o los aires marciales.
Un muestrario de oro formando un arlequin.
El rencor de la lluvia acudiendo a los fosiles
y en todo eso, la macabra ilusiòn
de una caracteristica,
de un panel por donde entra
un acuario a los astros.

Atravesando la humanidad para ello.

Una humanidad propalandose
sinuosa.

Atajada por un oceano de perros.

Ahora...

Ahora en que mi parietal junta 
ìdolos.




Guillermo Paredes Mattos





viernes, 22 de febrero de 2013

El Cerebro del Derrame







El día es un derrame, que 
canta cerebral.

Me pregunto por el nervio
que pudo detener ese
canto.

Pregunto por la sospecha de
ires y venires por
su tacto.

Por su procedencia.

Por el hombre. Y allá en su maleficio
vuelvo a tocar las cosas, a aprehender
los relatos donde monstruos surgen
anhelados por un  territorio
de precipicios.

Todos bendecidos por los acantilados.

En el momento exacto en que
caían.



Guillermo Paredes Mattos

jueves, 21 de febrero de 2013

Los Colosos Lunáticos






Hemos esperado que el lenguaje encontrará 
un nivel, dentro de la palabra.

Asi, no tendría que derramarse entre los hombres.



Hemos ansiado tanto que encontrará su yo
para convertirse en ser
y perderse igual que nosotros entre la lejanía
de una reflexión, entre las agujas
que conceptuan la punta que
abrira la carne
en nuestras manos. Sólo asi crearemos una linea.

Hemos conjugado de manera siniestra
las cosas que no pueden conjugarse
para entrar como la inspiración 
entre bordes sagrados 
que mutilan
el niño de muerte
en todo primogénito
levantando el silencio de 
los cuervos
en una lampara,
en el destino que sondea planeadores
asistiendo al fulgor
de un mercado
a la insistencia con la cual
un oboe se convierte en palabra no sin
antes cruzar el sonido.

Ese sonido tuvo la suerte de alejarse.

La palabra oboe la tragicomedia
de seguir en el lenguaje.

Como nosotros espera que algun día
logre separarse, dividirse como lo hace 
el espíritu de noche...

Por lo visto mi gramática no ha mirado allí...

Por lo visto el sueño de ver una literatura de
marte será siempre
un mitico balanceo.

Allí nutrense los navios de agua
al buscarla.

Sólo de agua.

De marcos semejantes a un privilegio
de escarnio, donde aguardamos.
Al tropel del galgo más cinético 
aguardamos.

- La palabra para ese instante ha crecido
un poco mas-

Se ha convertido en un coloso lunático.

Previo al frenesí de los locos.



Guillermo Isaac paredes mattos

El Navìo Conceptual







Sobre aquel clasico; recuerdo que
se interiorizaba.

Que bajaba o exterminaba todas
sus regiones.

Que violaba formas de dequeìsmos
y temperaturas.

De sus ojos guardo aùn los triàngulos,
para un dìa de lluvia.

De la providencia el piano de rotulo
que lo acariciaba.

Puedo hablar de sus temporadas sin 
un rito en  mi saliva.

En sus tìmpanos de pulpo se agita
la medusa del alba contraria.

Sedienta de edipos y casuisticas moldea
la impresiòn de las brùjulas.

Tendràs hipnosis por cuadernos y por
trances el conceptual...

Ese que de un momento a otro
toma secuencias de navìo o barcazas.



Guillermo Paredes Mattos


martes, 19 de febrero de 2013

Preludio a una Herida







Cuando un parpadeo se ciñe
a un ojo y se mantiene azul como
el naufrago a pie del cefiro o la
corriente alquilada por
una luz verdadera. Entonces
decimos coherencia.

Pero esa coherencia al ser
verosimil, muestrase poètica
como un rapto de vacìo en
un caos que axiologicamente
nos enseña la soledad
de un presente
en el pino.

Yo tomè sus frutos
para ver el amanecer en
una orilla cuando todas 
las piedras quedan solas
y el musgo aparece
distraido e inocente
como una oraciòn temprana
disputando a la existencia
un cementerio...

Entonces volvemos
a mirar una velocidad que busca
el corazòn.

Para crear la màs hermosa 
herida.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

La Palabra de tu Despertar







Cuando duerme una palabra despierta.
Y esa palabra se abre.
Desde ella puntas de barro son nuevamente
una entrada.
La pira del oceano o del aire.
Y en ese lapso donde el mundo diseca un
movimiento de pelo.
Entendemos que las enredaderas bajan
de una nube porque recuerdan
que el hemisferio
posee la obligación
de estrechar un velorio.
Yo a veces tengo pruebas para afirmar
que no sólo cuando duerme
la palabra nos arroja en
los labios un
sueño.
El que dejamos de decir
queda en el viento.
Y cómo tú, durante siglos seguiré
preguntando quién
despierta.





Guillermo Isaac Paredes Mattos

El Duende Hialino






Desertor el hecho. Su funciòn de petroleo.
La manera con la cual todos sus puntos
se unen formando manifestaciònes;
un presagio que elude el vaticinio y
guarda descenlaces. Tacticamente
ese descenlace sigue aùn 
metaliterario
las pistas que deja un duende ,
cuando baja nocturno
de un palacio
buscando morder los àrboles.

Ninguna de sus mandibulas en èl
han sido creadas para dormir como
una extrema unciòn de la duda,
ninguna creò la dualidad para
recoger el canto anagògico
del martinete en un navìo.
Digo ninguna.

No importa las veces que mi corazòn
se oculte y deje de ser el nictalope
que lo conjuraba para ver
hundir sus dientes
en las raices
de ese
àrbol.

Tampoco importa si el idolo
de esa aventura sea el dios imponente
de un cosaco en la nieve
con la lucida impronta
del amor
que elude.

Desertor el hecho, digo...Porque
tambièn mi espìritu quisiera
morder esos
àrboles.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

Primera Circunstancia del Poema







Yo busco una opiniòn sobre la circunstancia.

Una que sea parecida a mì profundamente.
Asi podrìa conservar
la naturaleza de mi egocentrismo
y su mitomanìa para siempre.

Eso como un calculo individual.

Como una estrategia que pueda sabotear
a cada momento.

De no ser asi, dònde estarìa el placer de
mi ego - incluso sobre las tinieblas- de sus
sacudidas, de todos sus pàjaros, mortales
o siniestros, dònde encontrarìa el placer
de abàndonar lo secreto que bordea
en mì una estampa,
el desencantamiento por un estandarte,
la voliciòn con actos de brujos
antes que el sol absoluto
le quite lo liquido 
en mi personalidad.

Y me llene de costras.


Ese serìa el ùnico caràcter que podrìa mostrar
a la vida.

Ello serìa lo ùnico donde podrìa reflejarme.


Yo busco una opiniòn sobre las circunstancias.

Algo que pueda transgredir en verdad.

Es menester encontrarla. Si esto no sucede
el poema jamàs lo perdonarìa.

Y sin darme cuenta, se perderìa en 
infinito frenètico, donde nos 
inspiran las sombras.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

viernes, 15 de febrero de 2013

Entrada a la Distorsiòn del Brillo







Inventase una rada.
Cercana a ella la coincidencia abre
sus papeles.
Una saeta igual a la reacciòn sube
junto a todo ello.
El mar pregunta ahora.
En el interior del papel busca
la sepia del zòcalo, el minarete del òpalo.
Sin hallarlos toma el adivinar
del recogimiento.
Ese mar es intimo para recortarlo.
Ese ocèano es disturbio
y màgica extorsiòn al secuestrarlo.
Me siento en la rada.
Como ella temo a todas las raices
pero como ninguna a la
que ahora se agita
en el cielo...

Las estrellas han cerrado sus ojos.

Para que ese brillo sea encontrado
por otros hombres.



Guillermo Isaac paredes mattos

Devenires Hermeneùticos







No graficàmos de manera protagòrica
una exactitud heuristica.

Eso no existe en una cumbre. Tampoco 
en una nube de barro. Allì abajo estàn 
las màs extrañas provocaciones y son
continuaciones de tierras combinadas
con el agua.

Descender a ellas con serenidad, no tiene
un significado.

Caer en ellas con seguridad mucho menos.

Nos acercamos con el estilo de 
una rendiciòn que exhibe 
tropicos lirios
en el cetro de una amapola;
allì los amatistas
reconocen el standard del tiempo
y una medida de 
promiscuidad
se descubre intimamente
literaria y poètica 
en un garfio.

Entonces eso que llamamos heuristica
crea la hermeneùtica.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

Concepto del Prolongarse








Hay que prolongarse de manera sinuosa.

Con un sistema en el corazòn que no
posea contenidos.

Hay que llevar estandartes y poseerse 
muy de vez en cuando. Asistir a un recreo.
Planterle otra cosa al megàfono.

Ser alimentado por desembocaduras.


Debemos corregir todo lo escrito,
pero no tanto y en ese corregir dominar
lo que es indòmito -ello no sucederà- eso
serà siempre imposible. Una correcciòn
maniobra en un prisma, no en
los antecesores de una palabra.

Y este dìa pertenecemos a un prisma.

A la nota ideal de su predio.

A su escarcha.

En esa condiciòn sin acantilados que podemos
mirar desde un brocal donde el agua
ya no sostiene.


Hay que terminar de ser un prisma para dejar
de ser otra cosa.

Prolongarse por ejemplo.

O definir el ejemplo como la sobria definiciòn
de una abstracciòn.

Y a la abstracciòn como la màs sobrìa 
llegada a un puerto.

Todo ello donde gira como une veleta
del sur el concepto.




Guillermo Isaac Paredes Mattos



miércoles, 13 de febrero de 2013

El Drama de los Contenidos






No es todo el universo que puedes reclamar.
El contenido en èl al dividirse como
el año en estaciones. No. En el àtomo surge
de manera diferente.
Lo que puedes exigir està en otras manos.
En el carbòn de una chimenea cuando los 
hombres la devuelven a la existencia
en el dìa.
Puedes reclamar el humo que de la punta
de una torre toma el sentido de la deriva.
Puedes inclinarte con toda la justicia del
infinito ante una ley del sino 
en la naturaleza.
Te paralizas ante ello fisicamente para que
tu espìritu recorra el momento
del objeto.
Citas al ser con la despedida macabra del amor
cuando se queda solo.

Cuando se queda solo.

Y tù corazòn lo acompaña.


Guillermo Paredes Mattos

El Destino de la Sangre






No todos las palabras terminan entre la sangre.
No todos los hombres llegan a la vida, muchos se 
pierden en el camino hacia ella.
Lo que haga la providencia o no con ellos no nos
pertenece.
Para que la muerte pueda encontrarte tiene primero
aguardar que tu reflejo haya contemplado su
propia figura. Sin ello està perdida.

No todas las palabras terminan entre  la muerte.
La mayorìa se borran entre la vida.

Igual que caminantes, que extraños forasteros
solitarios y ajenos a todo lo que conocemos; 
habitantes que tejen al lado del oceano
sus movimientos, pues saben que todo al final
no muere entra las aguas.

- Entonces para vivir tengo que pensar que 
las letras imitan dialecticamente-

Entonces pienso que todas las palabras terminan
entre la sangre.

Y por extensiòn, en la muerte.




Guillermo Isaac paredes mattos

martes, 12 de febrero de 2013

La Copula de los Colores






Aquella nave es osea.

Lo determino por un pedazo de 
hueso rompiendo la piel y 
abrièndose a la vida.

Ese es, suceso tal vez 
mìstico.

Yo voy a decir un poco de lo que sè
sobre ello.

Pondrè al tanto al universo -sobre todo
al que me pertenece- sobre lo
acontecido allì.

Lo harè cuando mi tarea u obra haya concluido

-Ninguna obra o tarea concluyen-

Ninguna tarea u obra se encuentran, a veces 
son abordadas, bebemos de ellas. Pero
su destino es otro.

La cantan holandeses o judios cuando 
se ahogan.

La escribe la sed mientras copula en
el himno de cada periodico.

Màs efemerides no pueden existir en cada
situaciòn de nuestra frente.

Otra efemeride es la vocaciòn
para encontrarnos con los abortos.

Igual que un vacìo muy cerca de 
las plantaciones.

Todo lo oseo representa el color
de una fascinacièn en el relente.

En el libro del color que sube por
la lluvia.



Guillermo Paredes Mattos

lunes, 11 de febrero de 2013

El Craneo Industrial






Era natural el conocimiento del tiempo.
Lo era en una piedra.

Con todo ello sublimamos.

Nos hicimos escatològicos.

Ambas cosas no interesan mucho cuando
es artistico el universo que las tensa.

Y todo fuelle. Toda espina es faraònica
mientras el lunar siembra terrenos,
regiones nacionales entre
cadencias o feretros.

Un funeral tambien es natural como
el corazòn de una piedra.

Aùn si la naturaleza lo abandona.


Pelicanos sin orbe suspendìan
una rapsodia comun a los enjambres.

Olvidaba la prosodia universal 
del angel antes de caer en la atmosfera.

Escribì de la gravedad planteàndose
problemas como estos y otros:

La traduciòn de la espuma por
ejemplo de una sudestada a otra.

E intentè por un momento 
rematar la nebulosa donde
lleva el papel del clavel una industria.

Una industria con el peso cavernicola
de mi cabeza.

Y tus cabellos.




Guillermo Paredes Mattos



Las Afirmaciones del Veneno







No he visto a nadie ùltimamante.

A la larga, lo que acabo de decir serà una
afirmaciòn que terminarà persiguiendose.

La suma de todas èstas palabras se convertirà
en un guiòn cuando ello pase.

En el libreto del aura.

Y aunque no suelo ver un aura, mis motivos
son providenciales para afirmar de que existe.

Existe y convierte - por decir - en una plaga al destino.


No conozco nada que no sea de platino.

Los prolegòmenos con que suelto una noche
del arrebato, son una dimensiòn
sin superlativo ni onomatopeyas; hubiese querido
llamarla de esa manera.

Pero las cosas son tambièn tope.

Ello parece una conclusiòn, un acto inmediato
de los que no suele llagar a un tanteo,
ni mi latido expedicional 
al agua.

Y por màs que el agua sea el serpentear
de los liquidos y èsta expresiòn
recorra su serpiente.

Yo quiero hoy pensar.

Afirmar que mi universo es de venenos.




Guillermo Paredes Mattos

viernes, 8 de febrero de 2013

La Supersticiòn Animal







Si algunas circunstancias toman el nombre
para sugerir en el agua. Pero el poder
del agua sigue a las esferas.

-Convirtiendose en otra
manifestaciòn-

Y entiendo que continuidad es la voluntad
del horizonte cuando borra la ley
del precipicio.

Asi todo lo aprendido ante un acantilado
nada tiene que ver con nuestras vidas; sòlo
con la forma en que caerìan despedazandose
en las piedras.

Sì  respiro nuevamente desvaneciendo el 
ruido que separa mis pulmones de la gravedad,
del arte tisico entre la flor y las campanas,
entonces digo que estoy cerca
de aprender a maniobrar sin
darme cuenta
como lo hace aquello que media
entre la afirmaciòn y el halo
donde un talisman logra someterlos.

Donde una supersticiòn 
vuelve a cantarles.





Guillermo Paredes Mattos



jueves, 7 de febrero de 2013

Impresiones de Alabardas






Toda la impresiòn, donde ahora puedo 
elegir no es lìrica; redentora de cines
y espumas, donde una calle abre su
canciòn vacìa.

Los mètodos buscan esa parte de rosa
quebrada por los pinos, màs allà
en cartas de polietileno, veo
al templo conceder al musgo un rìo.

Una cadena de tierra escribe al mar
su estado de fiebre y polvo.

Un mensajero de estridencias golpea
el tropel relinchando en la 
cienaga del huno.

Naves invadidas por puñales
dan al origen, la playa del objetivo
con el mal, el cantaro de artrosis
relatando un retazo; alabardas
ciegamente en los pesebres,
en las habitaciones donde
una juventud de neòn 
forma las cosas
y alguien dentro del aura
predice el tajo
de la escayola dormida en los dientes.

Con el nivear sutil del entrevelo.

Asi debìa ser...

Todo estaba preparado.

Sòlo lo contemplo.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

El Fabricante Escarlata







Buscamos fabricantes de continuidades.

Hombres exagerados entre los
guiones.

Escribimos de navegantes tanto
como de gavieros.

Conceptos de pàjaros llevando excepciones
y yelmos.

Franqueamos muertos o la poesìa en sus
parpados, con extorsiones y hachas.

Fuimos secuestrados por el amor,  pero
jamàs nos dimos cuenta.

Ahora debo escribir de incienzos,
descenlaces y el vidrio al escorar.

Ahora tomo los yelmos
y las excepciones, determinado a
que un pàjaro termine
con el vuelo.

- Descubro que el infinito no es siempre
esa perpetuidad ante mis ojos -


Acadèmicos vientos de barro.
Experiencias de sinonimia junto a
un verdugo que labra en las tibieblas
el juicio de una calle.


Tratamos con expresos.
Dimos cuenta del ciervo y el suspenso.
Nos armaron de niebla.
Presenciamos la ultima conversaciòn del
punto cuando deja de originar una
vida.

Una consumaciòn.

Un tinte silencioso como la verdad
entre los dedos.

Una verdad que se llevarà al ser
que busca sesgos en ella.

Y no sabemos dònde.




Guillermo Paredes Mattos


miércoles, 6 de febrero de 2013

La Porporciòn de lo Inasible





Significa mucho este oceano.

Ello se debe al hecho de vivir como significado.

En sintesis deberìa oponerme ante ello
para alcanzar un objetivo, es decir
tomar lo que vine a encontrar
en este texto.

Y lleguè aquì para doblar mis hombros y quebrar
una de mis rodillas.

Pero al ser pronunciado èsto
se vuelve inasible.

Y yo quisiera definir lo inasible con la insania
del rapto en misticas frecuencias.

Desearìa buscar el neologismo cervical
donde termine su aliento.

Lamentablemente no serà asi.
Lo inasible es hegemònico. Una tregua donde la 
magia dobla sus naipes para que el viento
las sostenga, una corriente de aire somnoliento
en el verano, elevàndolo hasta lo dorado
para que el brillo se entretenga.

Y el brillo es como un niño.

No existe forma de arrancar eso tan inasible
de su yugo.



Guillermo Isaac Paredes Mattos


La Apariencia del Reflejo






El lenguaje presiente de extrañas maneras cuando
està solo.

Solo semejante a una concomitancia.

Como una propia imitaciòn, donde el reflejo huye
detràs de espejo para espaciarlo.

Eso lo convierte en un problema fìsico.

Exacto y fìsico.

Ha sido objetivado, pero ya los àlamos
se unen a los pinos y en la borrasca de 
centenarios manantiales
un corazòn advierte
que su ubicaciòn
ante las palabras tambièn es una desgracia.

Ese lenguaje que presiente de maneras extrañas al
cruzar un espejo.

Se pierde detras del reflejo.

Allà donde no podemos seguirlo.

En el infinito de otra realidad.



Guillermo Isaac paredes mattos




lunes, 4 de febrero de 2013

Los Planos Dorados y las Dimensiones




                                           





Es antiguo el plano sobre el cual reflexiono.
Sobre èl hay una medida de espejos.
Una reflexiòn ideològica.
Un brillo.

Vibra sobre dimensiones que desconozco.
Las presagio, hasta en ocasiones las vislumbro,
pero las superficies y las dimensiones de
un plano, se agitan tempestuosas.

Ese es el adjetivo de la antiguedad.


Sè, que desde mi adolescencia
los planos reflexionan como puntos suicidas,
asi que desde esa òptica tambièn son
arcanos. Pero la estructura que forma
esta palabra es de alabastro.

Y siempre sueño el alabastro al lado
de un ancestro.

Lo veo cortàndose las uñas.

Apretando el gatillo del cabello.

Tornasoleado al fìn entre cualquier espejismo,
baltico y estrecho, menos intecelectual
que la gangrena del hilo,
supurando en el punto que sigue al coloquio, 
al soliloquio. A las tautologìas.

A la maquinaria donde la sangre vuelve
al plano monumental de un obrero.

Y yo, al de sus dimensiones.



Guillermo Isaac paredes mattos



sábado, 2 de febrero de 2013

Segunda Persona de la Imaginaciòn






Tù completamente cerrada al inspirarte.
Tropezando con el esmeralda de una y otra estirpe.
Tù del concepto al aura buscando un velo.
Como emboscada de naufragos mientras se ahogan; ese
su ultimo deseo.
Como tribunal de neòn donde la ley disputa un grillo
a los guijarros.
Tù la del esbozo y la zancadilla.
Del boleto y el arzopisbo llenando de agua
una escalera y entonces las boinas aceptan
el habla del hombre en su interior; asi vuelves
a engañarnos, no es sòlo una figura. Allì no
existe nada màs que un comportamiento
entre un objeto y un ser, sobre todo
si es granitico. 
Si rompe cigueñales o se ciñe al
comercio de aleaciones.
Tù inundando completamente las legañas y las mìas.
El cortejo de saliva y su persecuciòn.
La extorsiòn del sueño cuando aparentemente dormimos.
Tù la del calambre y la rodilla.
La de cementales buscando heridos.
Tù sin alcurnia ni equilibrio para sostener
aquello que no es lenguajizar ni ente oracional del
vocablo.
Tù como monasterio donde la conjugaciòn.
olvida su vientre.
Y con èl, la primera persona de
la imaginaciòn.




Guillermo  Isaac Paredes Mattos


viernes, 1 de febrero de 2013

Ascenciòn de dos entre la Muerte







Me vì caminando al lado de los mìos. Yo habìa muerto.
Nos alejàbamos del camposanto, allì otra vida igual
a la mìa habìa quedado, con la evidencia total de que
tambièn habìa muerto. Esa era la ùnica semejanza entre
esa vida y  la mìa. Ese era todo el absoluto.

Deslizaba palabras -como seguramente aquel enterrado-
Respondìa a un hermano, el otro me contaba sobre
un dìa desarrrollandose en las cumbres de una efigie.
Epistolares y crespusculares me decìa.

No terminè de entender su narraciòn.
Sè que fisicamente la oìa. Que espiritualmente
podìa llegar a su significado. O en todo caso
a uno de sus sentidos. Pero no lograba
alcanzar finalmente nada de ella.

Me vì caminando entre los mìos, uno solo vestìa
de negro, todos llevaban prendas de todos los colores.
Era idèntico al aniversario de algo. Una fiesta, una ocasiòn,
hasta una gitana circunstancia.


El sol con todos sus dirigibles parpadea ahora.
Eso me recuerda que todo esto que fùi se convertirà
desde ahora en memoria. 

Y debo despedirme, de los mìos, de ellos, de sus diàlogos,
de las preguntas sin responder o aquellas.

Es la ùnica manera de volver a acompañar
a aquel que soy yo y està muerto.




Guillermo isaac paredes mattos