martes, 30 de abril de 2019

Percepciòn de la Sombra





Ella se encuentra en una percepciòn de las sombras.
Y eso puedo entenderlo.

Puedo manifestar de que raìces provienen
algunas partes de su rostro
-puede ser de una manzana-
o en què lugar el humo es lineal como todo horizonte.
Tiene que ver con una extraña poètica.

Eso podrìa ser ritual.
Un punto que es arcano y libera idolatrìas.
Un punto donde las encrucijadas son tambièn poèticas
y las tragedias desaparecen.
Pero ninguna tragedia lo 
hace.

Quizà el poema...Quizà

Pero el poema penetra un acertijo lleno
de barbas amarillas en cada uno de sus dedos
y despuès toma aliento.

El poema desfigura todos sus finales 
sin el encantamiento que tiene un principio.
Es una cuestiòn de sed o de hambre.

De inmensos parèntesis
donde las represalias son de polen.

No es un asunto relacionado al talento.

Cada ser sobre la tierra lo sabe.

Sobre todo tù.

Siempre en un ùnico movimiento.

-absoluto-

Determinado por la percepciòn de las sombras.





sábado, 27 de abril de 2019

Escatología





La noche es antigua. Un brazo de espinas
camina por la realidad. De sus poros emanan
crucifijos.

Dentro de un libro duerme
más de una hoja. En esas hojas las palabras 
y bajo ellas los significados 
-entre otras cosas-
buscan la luz.

El día representa un parpado desconocido.
Una mejilla inmediata.

Los gallinazos son explícitos.
Dicotómicos.
Aurorales en la punta de la boca.
Con una sola brújula.

La noche es antigua.
Moderna como un centímetro puro.

Midiendo inútilmente la escatología
de las cosas.






viernes, 26 de abril de 2019

Racimos Invisibles





El febricente pétalo del consulado donde
el rigor despliega una nave.

El análisis de los hombres después 
de un diluvio.

La luz que se quema en algún postulado
de la intuición.

La sílaba sin poder ser alcanzada por 
el verbo.

El pensamiento con ceremonias de

leyes rojas. Doradas como el estremecimiento.

La fiebre ocular. 
El parpadeo continuo del viento que
no vemos. Su sombra que semejante a un espectro
rota en las calles.

El delirio. El amor.
El espíritu donde permanecemos de un
lado o del otro
esparciendo carbones como si
fuéramos hélices
o montañas.

La existencia de semáforos
y circuitos con una aurora de barro
en sus movimientos más
íntimos

tomados de racimos invisibles

tomados de esos racimos
por fractales.









Poelasticidad







Mística la pirámide que llega del mar.
Sobrenatural la orilla que guarda en su memoria
nuestros pasos.

Podríamos decir que aquello que sostiene estas
palabras es lo que se muestra en ellas?

No hay algo acaso que sigue formando la lejanía
en ese roce?

Algo extraño. Lleno de misterio. Marginal como
ese criatura que atraviesa la mañana
con una imagen de hambre y sed en su rostro.

Cómo es esa imagen?

Acaso es un dado que bebe religiones?

Porqué lleva cenizas en sus labios?

Porqué sus sienes detuvieron el hollín de las
ciudades?

Porqué los pájaros en sus calles son denodadamente
espirales?

Tantas preguntas que no alcanzarán respuesta.

Y cada uno de nosotros las mantendremos allí.

En ese estado.

Para que otras cosas sucedan.








jueves, 25 de abril de 2019

Edificación






Diario de linternas. En un amanecer la luz
o el dirigible encerrado en un relámpago que 
toma las transparentes autopistas del
aire.

Las bandadas de astros a la deriva 
en el cielo de las mismas.

El silencio para poder decir y el sonido en el cual
las palabras desaparecen en otros sonidos
para reencarnarse.

Ahora sus siluetas se encuentran en las ramas.
Allí asisten al aprendizaje. 
Las ceremonias son dictadas por los buhos.

Y el bólido con escaramuzas y la idolatría
de un pez tomado de las represalias.
El eco de un milímetro.
El ajuar del hilo.

Sobre estas cosas el movimiento de la metáfora 
y cuando no el de una cresta.

De una ola que toma la orilla
con el rigor de una ballena.

Será un rigor gramatical?
Será una ley que enciende la fosforescencia
para que alcance una corona 
de humo

un hemisferio donde las nubes se juntan
y condensan

para volver sobre la tierra convertidas
en lluvia

una lluvia que anhela

y es anhelada por las raíces.



martes, 23 de abril de 2019

El Algebra del Cielo Raso





El rostro del álgebra es un cielo raso. Muy azul.
Un animal blindado en las copas se traslada a esos silencios
que deja el pensamiento después de ser herido.

Un cristal trajina en los dedos
y otro intenta incrustarse debajo de sus uñas.

El desierto rememora un verbo especifico.
Lleno de sienes y categorías que aluden al barro.

La luz es mostaza pero no como el gas 
que se arrojaba a las trincheras por ejemplo.
Sigue arrojándose. Su nombre es el que ha 
cambiado.

Palabras de acero que no conquistarás
preceden al destierro y los dioses confunden objetos
boreales con aquellos que la gravedad no
logró empujar hacia la tierra.

Otra vez extraños desembarcos.
Nuevamente el amor o el odio sobre esas tribunas
donde la modernidad escupe de manera 
sutil en sus espejos.

Palabras de acero que encuentran en la humedad
de este otoño una constelación.

Y miles de circulares siluetas donde todo lo que se
agita en el interior de nosotros va a vivir.

Pero tú no lo sabes.

Y si es lo contrario. 

Los mensajes desde el otro lado casi nunca
forman su álgebra.

No en esta realidad.



lunes, 22 de abril de 2019

Por lo General





En esa extraña suerte.
Por lo general màs profeta que
cada uno de nosotros.

La Húmeda Estrella





La brisa debe ser como el roce de una hùmeda estrella.
De un crepùsculo en el cual las trayectorias son
trazadas por los vértigos.

Debajo -es evidente- un mundo de hèlices.
Debajo una esfera colonial.

Una nos pertenece hasta cierta edad donde el deseo gira.
Donde el anhelo presagia.

Las anatomías se conceden este regreso 
a las calles. Más de un ladrido las escolta. Más
de un paisaje de hollín donde el sueño
yerra entre corpulentos
anfiteatros.

Igual que un extraño cocodrilo.

Uno que ante la efervescencia del hambre

se dedica ahora a morder sus escamas.




sábado, 20 de abril de 2019

Tradición de la Luna






La noche recoge una de las tramas.
Proviene de los halos.

Místicas palabras ceden en tus labios
a un silencio de focas y alambres.

-el dirigible a todo esto no es de polen-

La constitución del corazón elige
el pulso a la mejilla.

Conjuntos de parpados recorren 
las sombras.

Evocas que el celaje era todo
lo que tenías del horizonte
y su naturaleza era la saliva de tu boca.
Yo bebí de ella una vez.

Evocas el muelle.
El deseo fragmentándose entre la niebla.
El humo del crepúsculo era en realidad
el vapor de las gotas que dejo la
mañana en los pétalos.

Igual que nosotros buscan el cielo.
El cielo no es una forma del infinito. No.
Es una especie de barricada con la
cual detenemos la creación.

Te imaginas si pudieramos ver más allá?
Resistiríamos a ello?
Creo que no.

Así que nos detenemos en estas cosas.
Son concretas: la memoria para reconocer en
que calle nos encontramos.

El recuerdo en esa memoria para saber
en cual nos separamos.

Tus ojos. Los míos. Aquellos que
conforman y conformarán los otros.

Y los hilos del lenguaje que en amaneceres 
dialóga con uno de mis fantasmas en esta 
especie de soledad.

-eso sí-

Multiplicando extrañas ´profecías.



miércoles, 17 de abril de 2019

Develación





El día igual que un cometa.
Lo alado.

El crepúsculo con una mandíbula roja.
El horizonte que se purpuriza.

Un núcleo de hierba entre las cenizas de una
aurora que no deja de escupir su drama.

La ilusión en el mar.
El lenguaje de tu vida en los cabellos.

El recorrido del ser lleno de escaramuzas.
Con el alfabeto de una represalia nos regresa a 
un instante donde los peciolos
horadan en las sienes
en las nucas
en las yemas de los dedos
buscando profecías.

El corazón encerrado en una referencia 
los pájaros trajinan entre dados
y cartomancias; los naipes aluden a una
misteriosa religión.
Quizá esta sea 
hialina.

Y tiene la naturaleza de aquellas que inundan 
por la noche los deseos.

Con el mismo acto que posee la magia cuando
en el principio debe colocar las venas en 
tu cuerpo.






martes, 16 de abril de 2019

Poema





Llegarà a la incandescencia con un reloj en sus alas.
En su pico llevarà una brùjula.

Ambos -el reloj y la brùjula- no le diràn que es el
tiempo ni el espacio. Pero la conduciràn a travès de èl.

Es lo bàsico para el ave.
Lo escencial tambièn para el tiempo y el espacio.

Aquì las cosas son reciprocas.
Los fenòmenos.

El ave evocarà un anfiteatro.
En el mismo el rostro del coloso es de arena.
La saliva de su boca agita extrañas palabras.

Las miradas de los hombres que observan aquello
son escoltada por relieves. Pero no es nada
que no haya sido visto.

No es nada que no llevemos en la memoria
de nuestro corazòn.

Entre las raices surge aquello que a veces llamamos
soledad.

Y sòlo los diluvios preguntan de què manera.





viernes, 12 de abril de 2019

La Soledad de las Cosas






No has caminado por la orilla donde la soledad del mar
se une a la soledad de las cosas. Todas sirgadas por
una ráfaga.

Està bien. Debiò ser asì. Lo cierto es que un tatuaje ahora
forma un molino. Luego uno más.

Ha pasado un instante y los pàjaros devoran las hélices
de sus alas.

No sabemos si ello debió acontecer de la forma
especifica con que las hélices son devoradas por las alas
pájaros. Tal forma -dcho sea de paso- es única.

No somos conscientes de que ese suceder tiene algo
tan opuesto como la vida y la muerte para abandonar
entre la realidad su latido. 

Con que naturaleza abraza el aliento.

Con que extrañas fuerzas medita sobre lo inevitable.

Como si ese fuera el único recorrido de nuestros
pensamientos.






jueves, 11 de abril de 2019

Panorama





Sueño. Representas ese idilio con que la aurora 
por la noche regresa del amor pero con una apariencia.
Los tigres en tu pecho -ahora lo sè- poseen otra idea de
la realidad. Por su naturaleza boreal, los antilopes
en la playa las denominan òrbitas.

Detràs de ti las cabelleras esparcieron gotas
y volcanes. Sòlidos escalofrìos que hablaron de la
fìsica. Lo hicieron desde las superficies de un deslìz. 
Desde plataformas que rozaron la ira.

Sueño. Es inasible lo que tocan tus ojos en una
imagen. La verdad està oculta entre patios de nieve
donde el vidrio ha formulado un anàlisis
para cada carbòn. Para toda ciudad
que se integra al abismo.

Entre veletas de carne los recipientes y anfiteatros
guardaron el destello de tus uñas y 
raices

Del viento mientras despunta a un rigor de polen.

A un doloroso latido que se reencarna entre lo sobrenatural.

Igual que las imàgenes en las sombrs de los objetos.





Los Pavimentos de Madera





Sobre la descendencia de este silencio hay un parpado.
En las veredas donde se espacia existe un nihilismo.
Una aguja roja.

El mar a lo lejos describe la tempestad.
Los ecos del diluvio.
El suburbio es una aurora ebria de horizontes
y escribir no significa tantas cosas. No 
como en los travesaños
donde el poema desea o desfigura.
Y traza misteriosos objetoss en las estelas.
Todas de aluminio.

Y posiblemente cada una es un presagio.
-una màs amarillo que otra-
Un milagro con pròlogos de aire diferenciàndose a cada
instante de la piel por su naturaleza.
La misma puede ser invisible.

No es lo mismo que hialino.
No es lo mismo que una ciudad que llena su pubis
de alfileres mientras los elefantes duermen
cuando un adolescente tauta
en sus trompas el hambre de una palabra.

-es un extraño tauaje-

El hambre de una palabra que no es la
la de un ser.

Tampoco la de una tautologìa.

Desvaneciendose entre borrosos insomnios.

Y pavimentos azules de madera.