sábado, 2 de abril de 2016
Performance de una Silueta
La alusiòn al oceano es escrita dado que la
corola logra ser desfigurada en la pirueta transparente
del bosque: quizà llegue al caos.
El algebra vertiginoso donde lo voluptuoso canta a
una serpiente, es el mortero dorado hecho de
claviculas.
La sensaciòn de que el viento en sus roces fue una
libelula se encuentra en las industrias y en los reptiles
que asisten siderurgicos a marchas de presentes.
La alusiòn debiera ser esta alambrada llena de sillas
y el esqueleto del dormido verdor en las alcantarillas
junto a estadisticas de peines.
Dìa de demonios en el lodazal de una fragua.
Microorganismos con formatos de paginas brillantes y
al final de la tarde -igual que toda criatura- irreconocibles.
No voy a concluir que el atardecer es un pinguino lleno
de cansancios. La palabra es una maravilla llena de
murcielagos. Una nuez que se encarama en los presagios.
Pero un cansancio es la suma de los bordes atravesados
por un dìa.
La suma de miles de rostros con los cuales estrechamos
una efimera mirada.
La suma de las liebres y conejos.
Y muchas puertas se cierran hoy como esta donde el
àrbol da caza a los cretaceos.
A la tierra sonambula en el contenido de los rieles.
Durante el ciclo de pabellones que siguen al alquitran
entre soliloquios de brea.
Al estrògeno lleno de silbatos.
Luego el musgo de los pasos.
El alquitran de las huellas. La silueta ya casi compuesta
en el sueño de la carabina.
La silueta compuesta de performances y de monjes.
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