jueves, 12 de febrero de 2015

Referencias desde un Estadìo






Veo el oceano y mi primera conclusiòn es que no
he aprendido del agua. Hay un cuchillo en mis manos
con el cual limpio y desnudo de nieve la arena. Hay
un gentilicio que por màs humano que parezca debe
su naturaleza a otra propiedad: De un gabinete;creo
casi estoy convencido.

Veo el oceano y pienso en mis manìas. En los 
diagnosticos que debe tener la naturaleza de mì, en
el cauce del amanecer semejante a un libro de
minerales, donde lo que leemos trae sòlo 
clasificaciones de estalactitas, conjuntos de agua
hechos por las piedras. Diviso los nombres del 
equilibrio -uno de arañas- y en ello las confecciones
textiles del grillo y del gallinazo. La posiciòn de
las placas tectònicas en relaciòn al sol. Descubro 
en cada teatro la eminencia de un ser que vuelve
a las olas, sin necesidad de una esquina. Imprimo
en un nucleo, desde el cual el caballo piensa en
su casa, la cavidad del ombligo.

Describo una calle, una con eventos de instinto
y metabolismo, como los que hunden una hoja o
cautivan los secretos que existen en una planicie,
cuando deja de ser digerida. Mientras un paso
como la flor se transforma en planeta y todos
los nichos en su espìritu...

Vuelven a ser inconquistables.




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