martes, 10 de febrero de 2015

El Lenguaje de la Estaca




Como una estaca, allì, ante las orillas de 
la piel donde el oceano de la realidad nos deforma.
Como un ùnico diente mordiendo el
lomo del tigre entre la oscuridad, igual nada màs
que un acantilado...Yo creo que puedo 
llamarte precipicio. Estàs allì como 
una figura mitologica del 
aquelarre, sin màs sentido que la tierra
y las raices. Eso es lo ùnico en que soy razonable
como una tiniebla para definirte.

Pero, què importa mi definiciòn a la vida.
Los observatorios te han traido.
Alguno de ellos se extienden en la arena como
una criatura que avanza hacia tu sombra.
Tal sombra es semejante a un cornucopio de sangre.
A una galaxia devorada por tu boca.
A ese pensamiento que desarrolla advenimientos y
socavones. Yacimientos de fluor, composiciones de acuarios
donde se intrioduce un ladrillo, la historia del adobe
hoy que la argamasa de los prados 
convierte un niño de tu vientre
en selva y conmociòn, en
respiraciòn y celula.

Y fijate. Mientras esto sucede
he aprendido de ese querer que simboliza el
agua por movimientos, que oprime jabalinas en los
anfiteatros de los dialogos, que conforma 
puertos donde lo siniestro borealiza
sus propios fantasmas en el
amanecer para
encontrarse.

Como si todo eso importara para ese lenguaje,
donde cada casa de la tierra es sòlo un escarabajo.
Una cabeza de hormiga entre los fiordos.
El tren que una linterna vocea ahora
que los espejismos traslucen algo
mas poderoso entre su realidad.

Algo que simplemente no puedo ver.





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