miércoles, 11 de febrero de 2015

Castillos Inefables





Hasta donde llega la nieve, la destrucciòn 
o los fiordos alejados de los perdigones. El
culto al oceano y la niebla, los parrafos del
sueño, mientras conjuga una marea en el
lenguaje del mar, donde los tornasoles 
terminan de construir su percepciòn para 
convertirse en girasoles. Las cosas brillando
tendenciosamente a otro prado ahora, a 
otros bosques, donde el abecedario es de pubis
para crear mamiferos.

Pero, vuelvo a mirar el invierno. Las cosas
han cruzado la noche como un fruto. Su
sensibilidad es de fuselajes y acromiones. Su
resplandor es de pàramo y biologìam acariciando
microondas y saetas en èstas guiadas por
conmociones de bengalas: Pasajes indios
donde las estaciones, impregnan de brisa los
cuervos y los pinos cuentan esa historia -ya
casi leyenda- al amor, a los dados que hay 
en los pètalos, a las circunferencias dotadas
de iglues y la selva llegando a nosotros
con sus precipicios hacia el cielo de verde
vacìo

Y mientras la espesura coloca enjambres 
entre las corolas, una atmosfera de volcan
castillos inefables.





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