domingo, 22 de febrero de 2015

Canto





Esto que dobla una hoja.
Aquello que es del oceano y la oraciòn
en un papel, cortado en dos sòlo
por un tigre. La historia de lo
vil y la estrella. Los brillos 
pseudònimos de la estalactita.
La superficie marròn del drenaje 
y junto a ello, metàlico el bàculo de 
la inmensidad: Sabìa a rastreo, sabìa a
una casa esporàdica con temporadas
de caracoles y sensibilidad donde la
conjugaciòn separaba el tiempo verbal de
la carne o el frìo de aquellas pètalos donde 
los tallos, son soñados por una constituciòn en
plazos de yelmos con nombres marìtimos
y marineros con funerales de
equilibrios: Diferentes y extraños 
segùn la caida de los màstiles, en
ellos pusimos la gasa y los 
primates, la flor y la 
nube descolorida
en la espuma
y la coraza donde la promesa 
del amor era sòlo un vagòn en la boca,
esperando a cada momento el ajuar,
los rieles, la flor retocada por la
veleidad, el evento de fuego
separando uno de la 
creaciòn
hasta que aquello que llamamos ser
en cada una de nuestras vida se
confundìa con un grito de los dioses.

Para brotar hacia la vida.



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