miércoles, 25 de febrero de 2015

Destino






Camina a la transparencia de este kilometro
hundido en las sienes.
En estas venas negras de los acueductos donde
los gases emigran como acuarelas
desde la imaginaciòn a un caliz desgraciado.

Por ello ven, adquiere el abdomen donde se unen
reveses con nombres de paleoliticos, con nombres
de ciclos y proboscidos, veteranos como los que
llevan los sonidos de una cigarra por la noche en
la alameda.

Escrìbele a la teorìa, hablale del arnes, tapiza el
arpòn con cuentos de delfines, escribe entre la 
narraciòn aldo diferente a los cuentos y helechos,
sobre todo los ùltimos. Fueron capaces de florecer
muy cerca de la orilla, sòlo para agonizar en ella.

Y entonces escribamos. Apòstoles de la sal en la
oscuridad escarbemos el poniente del aufre en los
labios, en los contenidos de polvo en las uñas. 

Demos por sentado la lògica de los mustelidos
junto a un origen herviboro
y demos tambièn por sentado el crimen de la madera
transformada en una daga por las aguas 
en algo que no podremos jamàs arrancar
del oceano.

Y dejemos que siga llegando a la orilla con las
olas.

Y su destino siga siendo nuestro pecho.






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