miércoles, 4 de febrero de 2015
Poema
He escrito sobre el sol, lo cual no deberìa ser
incandescente.
He arrancado la sombra a un simio, intentando
llegar al temple de su penumbra.
Describì amarras tanto como trenes para que
mi educaciòn personal fuera o intentara
ser de hierro.
Perfilado sòlo por los precipicios absorvì un cielo
de nomades.
Nativos pleistocenons incendiaban las direcciones
lunares de los cuervos por la noche.
Vivì allì por si una jaula se concentraba en las
ideografìas del reguero.
Segùn ello la cautividad es el platino en las estacas
de los monjes.
Un lirismo con un espacio muy pequeño para todos
los himnos.
Despuès de ello, las cosas se empinan sobre una
especie de embarcadero y los plenilunios visten
de eter las mareas del tridente.
Asi los àrboles vuelven a mostrar en sus troncos
la infancia de los tallos.
Y entonces, entonces barajamos lunas y rinocerontes.
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