domingo, 31 de mayo de 2015

Visiòn del Infinito






Habìamos arrojado a la luz una piedra;
la direcciòn que tomò un momento en 
el aire fue el de una linea directa, luego
se desvìo hasta formar una curva, despuès
la gravedad la atrajo a la tierra donde
su movimiento terminò.

Habìamos arrojado una piedra, sin
imaginar que islas y peninsulas en el aire, 
no evitarìan su llegada a la tierra y la
fisica cumplirìa con sus leyes.

Y en esa fìsica -quizà dramàtica-
Enmohecida en nuestra mente por algùn
pensamiento que traìa venados; garrochas
y osos en otro; en esa fìsica hubieramos 
deseado que tal piedra, no perdiera 
jamàs su direcciòn y la gravedad no
la atrajera a la tierra.

Nuestra intenciòn era verla siempre 
en una linea directa.

Una que jamàs fuera atraida por la gravedad.

Esa y no otra fue nuestra primera
visiòn del infinito.

Es decir, la de una piedra que se pierde
infinitamente en el horizonte...

Sin caer.


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