domingo, 17 de mayo de 2015
Los Dioses de la Saliva
Lo risueño duerme.
El cocodrilo lo hace junto a una gota.
Nuclear el día de las bicicletas.
Estado espiritual de un pez mientras atraviesa
la frente.
Estadio de los nombres que llevan su historia
junto a una mitografía, merodeando alejandrina
una linterna de hormigas.
Rondas de nieve practicamente ya en el olvido.
Melancolía del tajo en la meseta. Luz mesianica
que desciende con su viernes geologico.
Primeros segundos de una tienda
donde los juglares preparan
por la noche sus maderos.
Meteoros que siguen las lloviznas.
Cirroestratos que hoy pueden
recordarnos la hoja material de una planicie
devorada por uan langosta especifica.
Equivalencias de manantiales volcánicos
donde el calor nos habla de su vida
de su escencia en las particulas
formando meridianos de
eter.
Historias de microscopicas opticas
en el sueño horizontal de una
uva.
Lo risueño duerme.
Los perros muerden los sonidos de sus dioses
en la saliva.
Sólo uno de ellos se convertirá en ladrido.
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