martes, 19 de mayo de 2015

Aproximaciòn a lo Mistico





Estoy aquì.
Lo mismo ha hecho la vida.
Ahora empezamos a contarnos las reproducciones.
Los contenidos de no sè que acidos.
La luna vagando por el territorio de las runas.
Eran realmente runas?
O sòlo eran destellos que la magia posaba un dìa
en que nos creìa antiguos, un poco muertos como la
sangre entre lo mistico.

Pero tampoco puedo saber si era lo mistico, hoy
poseo tantas agujas como palabras lo milenario.

Hoy me debo haber tanteado tanto que
mi sensibilidad se ha alojado en otras
radiografìas, en otras mitografìas
de carne,
destaco la lengua en ellas
destaco esa ideologìa que motiva a los sueños
a dejarnos encerrados entre nosotros mismos,
sin salir màs que a una realidad donde las
cosas no pueden ser sumergidas 
ni enterradas.

El poema le da el nombre de ceniza de barro
o de templo.

De langosta incendiando sus propios 
neologismos.

Aquì. La silueta que poseo se alinea a una efigie
y me dice que escribir no es la 
disciplina donde el àrbol estudia nociones de 
angeologìa o los crepitares
son el respiro con ademanes de suburbio
contemporaneo.

Escribir es sòlo una legaña.
Un puerto ocultando su enigma en la playa.

Para que las ciudades y esas ceremonias
llamados hombres no puedan llegar.





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