viernes, 15 de mayo de 2015

Carbones







Intentarìa explicarlo. Aquì tienes a la 
palabra, màs allà duerme el nombre
y el significado que tiene es profundo,
como la palabra que toma la luz del dìa
para poder ocultarse entre la noche.

Luego encontraràs un pensamiento.
Sus figuras buscandose en el 
reflejo, como si lo hiceran en la 
direcciòn del extasis, en las performances
secretas del trance.

Seguidamente el vuelo, el camino de 
la fiebre y los escalofrìos,
del cuervo y de los gallinazos.

Despuès una lampara.
El objeto del sueño a traves de la 
experiencia, el enjambre donde
la luz responde al viento
y la ilusiòn de una calle,
de una flor que piensa por mitades,
de una cabellera alargandose
en el crimen de los minerales en
una mesa, llena de cipreses con
un resplandor cubierto por el
hierro.

Y no es el yelmo donde empiezan
los sonidos del tambor, no es la soledad del
cigarro al lado de la hormiga, tampoco
la hojalata de barro en el volumen
de algun nihilismo
dotado de sienes en los jardines
del verano
donde alguna iglesia vive mas que la
nieve, cortada por las pupilas desde
las escaleras.

Entonces los mastiles poseìan algun
lirismo en sus casas.

Entonces todo tenìa frecuencia
de carbones.


Y respirabamos entre ellos.





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