viernes, 15 de mayo de 2015

La Residencia de la Lluvia





A la pregunta sobre el mar llegò aquella
que tenìa un vocablo.

Una linea de mercurio en las paredes, un
organismo de rieles en los pretiles, mientras
las corazas se abrìan paso entre la nieve, como 
inmensos cometas atravesando 
el hemisferio...

Eran como materiales prodigiosos de adioses
en un atardecer donde el mito sella su nombre
entre los hombres sin saber quièn era.

Llamaradas de sed en aquella pregunta sobre
el mar y el caracol.

Historias que llevan su capìtulo blanco en
un estallido con epifanìas sobre la conmociòn
y la hora despierta del tremante, del latigazo
en los cirros, de los màstiles intentando 
regresar a la tierra.

Anunciaciones de respuesta en la espuma.
Coronaciones de muelles y la vida de un feretro 
tomado por la hierba, junto a los colores
de la escarcha, todo esto tomado
por el verbo, todo esto velado 
en los manglares
con la astrologìa de un lunar en las sienes,
en los daguerrotipos de los cisnes,
en la plenitud amarilla de los tigres y los
tatuajes, cuando descubrimos
que son otras las medallas que llevamos
en las cabelleras
buscando tambièn como nosotros
el secreto que yerra en los residencias de la
lluvia.




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