jueves, 4 de agosto de 2011

Contradicciòn Algebràica

Para escribir del desierto, no hace falta imaginaciòn.
Sòlo basta un desierto.


No son necesarias las dudas. No la realidad.

Tampoco los vellocinos ni los animales.

Hay que elmiminar los griales, dan un tinte religioso.

Todas èstas cosas llenan de elementos un poema.


Y ello no debe suceder con aquel
se escribe.

Que dicta su corazòn por si mismo.

Que nos mira y nos malinterpreta
aguardandonos en el portal de una esquina
donde termina una vereda, sin grados ni àngulos
pues su matemàtica ya nada puede decirnos.


Y todo desierto es algebraico.
Los tridentes juegan en èl sin poder devastarlo.
Finalmente los tridentes se preparan
para dejar morir su vida en èl.


Para escribir no hace falta nada, sòlo
la escritura, una que no pueda versar
que se alimente de carne o pieles
que viajan como el aceite
en un aliento dormido
en la criatura.


Cuando èste piensa.
Cuando èste sigue llenàndose de elementos.


Pensando que puede introducir alguno
-quizà como una metàfora-
en aquello escrito.


Hay que mirarlo muy bien.


Por principio, el poema abre
la dialèctica de las contradicciones.



Como un universo seguro.
Tan seguro que en èl podriamos morirnos.



Guillermo Isaac Paredes Mattos

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