La verdad no es este dìa sin juramentos.
La promesa larga de la familiaridad cuando
desconoce sus trampas y la infamia del sentimiento
provoca a un mensajero, al centinela del lègado.
Precursores de àmbitos y fusibles
Los aerodròmos donde durmieron las hojas
El emperdible incendiado por el viento
cuando los hemisferios llevaban sòlo llamas.
Y en esas flamas de resina, conocimos
el territorio del secreto, la religaciòn
a partir del velo con los fuselajes
y arropamos los vuelos de traversas
los sacerdotes de ejemplos sacudiendo
nuestros ojos, la cara dosificando
un panal y otro a la vez
tempranamente, muy tempranamente
en el instante
que las lanzas invaden el musgo
en el instante
en que un detalle es incierto
como la simpleza o
una melodìa llegando de la polvora.
No es este dìa, el escrito desconocido.
El poema que dictamos o alejamos
a los manuscritos, la suave hipocrecia
de los pergaminos, el aulo alturado
un poco tembloroso, segùn el diàlogo
con la posibilidades y las entrañas.
Ni los hibridos, ni las expediciones.
Y entonces quedamos convencidos
dejando atràs una creencia.
Porque èsta es sucia como el amor
o una ventana.
Guillermo Paredes Mattos
jueves, 24 de noviembre de 2011
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