martes, 20 de diciembre de 2011

La Primera Palabra

La Primera Palabra


La belleza de la primera palabra.
La fiera inmortalidad de aquella que la continúa
perpetuada por astrales venenos,
ciencias de azul oscuridad donde el halo defiende
una nota de dioses y ceremonias con el sueño.

Esa belleza. Rota por la criatura del eter
donde los huesos evocan vestigios de memorias sin nombre,
el sentido buscando su experiencia,
el encuentro de un lugar ocupado por raices,
por extrañas estrellas que hablan de la vida,
que la evoca, que miran en sus parpados
la oscura noticia, el ladrido sin sonido,
el manantial y el río, la manada de una constelacion y el fín
de las ruinas, el beso del veneno mientras
el linaje de mis días maestros depende
de la rabia y los dardos celestes.

Por ello desciende la entraña de este hemisferio.
Protector de mis feretros y lapidas de niño,
mensajero de un testigo en tribunales de niebla
donde un espectro desde el sol continua la obra
de mi labio y mi boca espera
mi labio espera,
este fiero mar de espinas,
construido por la belleza de la primera palabra
y su madre.

Su nombre es la muerte.




Guillermo Paredes mattos

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