Vellocino del Sueño
Sobre los arquetipos, la mimesis...
Preparaba esta noche para ser imitado.
Y fiel a mi interpretaciòn
de las luces
vì al brillo involucrar mafias paganas.
Traducìan extrañamente los aires
los vidrios de una redenciòn iluminada de sepia
de cartilagos y seres oscuros,
llevando candelabros de crepùsculos
en sus interiores,
en esa certidumbre donde la intimidad
redunda en la duda,
como una sabidurìa perpetuada por
àrboles amarillos.
Abundaban los cirios en lapidas de hierro
y furiosos titanes volvìan a destruir las cosas.
Los violines y musicas no representaban
ya a nadie.
Y en esa muerte vì al pàjaro
descender hermafrodito entre lubricantes de polvo
dando pasos de rada marina
y terrestre,
era un gemido iniciandose en morgues de rosas
donde aùn la belleza pregunta en cada acontecer
por mi aliento,
por ese exhalo que dejè en la penumbra
conjurando al espectro del pètalo
de un ciego hemisferio donde
me hacìa tenebroso
y mi lengua se llenaba de virgenes y santos.
Oh dios, tù que eres principe de tumbas y purgatorios
que diste a la libelula el tridente
de los mensajeros,
los senos de un cancerbero llenando tripulaciones
de barro,
el verso maestro de la venganza,
la poetica del feretro nocturno y su llegada
dentro de un patriarca de sed que toma baules
de un reino
donde dialoga el vellocino.
De un reino indomito y sensato
llamado providencia.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
sábado, 22 de octubre de 2011
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