En este instante de piedra.
Bajo las columnas o el tiempo que logra derramàrse
sobre nosotros.
En los remordimientos de la creaciòn, ya que dejar caer
el tiempo entre los hombres no està en los planes de nadie.
Nadie tambièn lleva el nombre inspirado.
Los cometas que podemos nombrar
entre capitulos de inspiraciòn.
Cuando èsta se separa de si misma.
En el momento que se supera sin saber que camina
hacia el desastre.
Cuando los mànticos libros de la premeditaciòn
desmienten miles de principios.
Y vacilantes atravesamos un amarillo desvanecièndose.
Un hombre caminando entre sus huesos.
A dònde habrà ido su carne preguntan
los cometas.
Esa pregunta debiò haber sido nuestra.
Ahora cuando el mar deja sus coronas al
entendimiento.
Y entre lo posible la contradicciòn observa
como el lugar de su contrario es tomado
por lo inasible.
Y lo inasible desbòrdase.
Pues su espìritu no logra mantenerse mucho
tiempo en el lugar opuesto.
Y muere -llevado por el caos- entre la carne,
debajo de los huesos.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
viernes, 7 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario