Para entender poesìa, hay que asumir el veneno.
Demostrar contradicciones de miedo y orgìa,
ceder a la costumbre de sorber denuestos,
atropellos con forma de narìz, figuraciones sobre
indicios de agua. Lo sè porque de alguna manera
mi explicaciòn persigue desiertos
es decir ese monòlogo
que esconde sus palabras debajo de la arena,
no necesito decirles que lo crean
cada noche entierro mis manos y mis pies bajo ella.
Para entender poesìa hay que sorber metàforas
caminar en el papel pero no mucho
la poesìa va mas rapido que el verso,
el verso en el fondo es una especie de ceniza
un animal en extinciòn que muerde torpemente
es algo que con exactitud conoce la nada,
simplemente la nada.
Y la nada ahora abre su remordimiento
un escrùpulo que amotina sabidurìas
por ningùn gusto,
que tiende a romper equivalencias por cada pistola.
Hoy he disparado infinidad de veces en mi sueño
era una forma de sentar amor en la locura
de decirle que su lucidez que finalmente trepe por la mìa
y la mìa enciende en ella
el pàjaro de la razòn y la cordura,
esos ùltimos màstiles para recordarnos
dentro de un niño,
en un pubis ligero, preñado de algas
donde una y otra vez pueda morder
la resaca.
Guillermo Isaac paredes mattos
sábado, 17 de diciembre de 2011
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