Hoy veré el amanecer.
Muchos dioses no podrán saberlo.
Ya que sólo uno me acompañará.
No sé si estaré listo para preguntar.
Una pregunta suele ser una flor vacía.
Tampoco sé, si llegaré al final del río
a la luna...ese antiguo lugar donde
nació el entendemiento. Mi entendimiento.
Hoy estaré convencido de muy pocas cosas.
Viviré bajo las mismas condiciones que la vida
ante la naturaleza.
Hoy acompañaré al amanecer.
Ninguna persona debe despertar por ello.
El ser en ellos no se transformará en pápiro.
Y en ese momento comprenderá
que el universo no es siempre azul de ingenio.
Seré celeste -como mis manos-
Volveré a aprender de todo aquello a lo cual
renuncié alguna vez.
Las turbas serán aladas y exactas gramáticas.
Una condición. Un lamento casi, donde el alma
respira entre las cosas.
Hoy descubriré que las cosas no poseen
palabras.
Que la arena es acustica.
Sus orillas están llenas de travesaños.
Y tendré que afirmarlo finalmente
-será una manera de afirmarme -
son las cosas y no el hombre las que reinan
entre ellas.
Guillermo Isaac Paredes Mattos
jueves, 6 de octubre de 2011
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