miércoles, 21 de diciembre de 2011

El Principio de la Voluntad

El que quiera frotar una lampara...





He vivido como una realidad alejada del ser
intentando crear un hombre.

Una necesidad vestida por colores donde el
misticismo recogìa su advenimiento. Ese fue mi lecho,
la ùnica proporciòn de mi casa, mi miramiento,
mi desdeciemiento, he subido al lenguaje
buscando un idioma que me alejara de mi mismo,
donde mi craneo se convirtiera en ancla
donde dios no fuera juez
y mi individualidad
escribiera como un parpadeo
semejante al postrero latido de la belleza
cuando evoluciona hacia el conocimiento.

-Acabo de citar la muerte, porque està en todas
las sublimaciones de la existencia-

He sido un conomiento.
La estatua del mar junto al requiem desnudo
del latìn, el uso convicto del barro
antes de una despedida en un fruto
maduro y silencioso en las escamas
de mi boca.

Fuì un biblico ser que caminaba
que -en presente- camina y es singular
como el habla de la divinidad
igual al amanecer mientras asciende
al propòsito. Y no nos damos
cuenta.

Fuì un poema, cuyo fondo, es sòlo un ala
del ser, el mientras de una falacia en
mis huertos
y èsta playa borrada por jardines
por frutos cardinales y adolescentes
donde lleguè para sellar el pacto
con mi espìritu.

Y con el recogimiento de su misterioso
universo,
donde ofrece su primer paso la voluntad.



Barranco-Diciembre,2011

Guillermo isaac Paredes Mattos

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