Poema

Leo en una piel.
Tiene la composiciòn de una bòveda.
Llama a los solsticios de manera
impecable.

Toma sus agujas
desde un sol indeleble.
Maneja sus vertebras desde la
elasticidad del cartilago; entre
la multitud vuelve a citar 
a los pàjaros.

Es una multitud que opina
del mar sin un pensamiento, una
multitud que hace de la apariencia toda
su metafìsica.

Pocos logramos llegar a ese mundo.
Pocas son las flautas que hemos
dividido, mientras el viento
ejemplifica transparentes enigmas en
la brisa este otoño.

Las ramas caen.
Antes lo hicieron las hojas.
Los leviathanes tocan las puertas pero
tù no las abres.

Leo en esta plaza.
En esta herramienta de esquirla.
En esta habitaciòn donde las escamas se
ilusionan con volver al diàlogo al lado
de una hiena.

Y es entonces, cuando me pregunto: Quièn
les diò esa esperanza?