Acto Lírico

La noche, el libro del manantial en una acequia
donde se curvaban pleonasmos al final
de la oscuridad, en que el curso del agua traía
una virgen.

Escrituras de sol, junto a un confín donde
ciudades y edificios, mezclaban a lo lejos un brillo
de selva, con uno de sueño caminando
en un relato donde el laud como 
el mar
disputaban 
silenciosas claridades lucientes.

Respiraciones de cal.

Truenos amarillos y lo legendario en una serpiente
esquivando iones de plasma.

Silenciosas anforas donde la noche
descencía al papel con una citara tensada en
el hierro
en los adoquines que un mural colgaba
en los ojos de un saltamontes
entre estacias y ademanes de estrellas.

Constelaciones de auras, donde principió
en las galaxias ese eco que tensa
en el lienzo toda fantasía, todo hemisferio
donde tomamos una ceniza del fuego.

Una ceniza encerrada en el acto lirico 
de una primavera.