lunes, 20 de julio de 2015
Poema
Pese a muchas de sus contradicciones
he pensado en el poema como lo hace la lluvia,
el ejemplo de un arcangel tomado por lo divino
y las lianas de un sol que recorre un manantial
sentado en un bote.
A pesar que no me toque nada de sus limbos
o me recupere de manera dialéctica cuando crecen
los ojos en la oscuridad de una tibieza; ligera y
animal como los prados.
Y en medio de las corolas amamantadas por
un cisne, pienso en los relojes que llegan al horario
de los musgos, con un cayo en los labios después
de haber lamido todo un atardecer las crestas.
Y pienso también en las tormentas que huyen
de los diluvios para crear su propia escatología,
pienso en las escuadras que se hunden cuando
cuando los puentes recogen su conciencia y
hay nada más que un universo lleno de
pasos en ella.
Y contemplamos en ellos
Contemplamos en ellos para separarlos.
Y volver a encontrarnos con ese jardín que alguna
vez cruzamos.
Con esa historia que convertimos en ceniza en
la playa.
Porque cada paso es sólo la cita con un leyenda
escondida.
Una que nos encuentra en su memoria.
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